El niño
con el que estaba ocupado, era demasiado lindo. Probablemente solo tenía cinco
o seis años y la herida que tenía en la cabeza era bastante molesta, pero
parecía estar tomándolo con calma. Al terminar me saqué con un chasquido
mis guantes quirúrgicos y asentí hacia el médico de la Sala de Emergencias a
cargo mientras se trasladaba al paciente a la habitación de al lado.
Cuando llegué
a la esquina y vi una conocida figura alta y oscura apoyada en el mostrador de
la entrada, tuve que hacer una pausa y decidir si quería dar la vuelta y correr
para otro lado antes de que me viera.
Kyuhyun no
era un particular reto con que quisiera tratar hoy.
Estaba
irritado con él por actuar de manera egoísta, mientras que alguien cercano a él
estaba sufriendo, pero más que eso, estaba furiosa conmigo misma por ceder e
involucrarme cuando lo conocía mejor. Estaba tan molesto que a pesar de que me
frotó de todas las manera incorrectas, el beso que forzó, me tuvo dando vueltas
en la cama por la noche, y si me concentraba lo suficiente, todavía podía saborear
la marca que tenía a la izquierda en mi boca. Ugh... ¿por qué tenía que ser tan
memorable en todas las maneras posibles?
Entrecerré
mis ojos y enderecé mis hombros mientras me dirigía hacia él.
—¿Qué
estás haciendo aquí abajo? Tu papá está en el piso de arriba.
—¿Tienes
un minuto? —Su voz era un poco brusca pero suavizó la pregunta con una media
sonrisa que hizo a mi corazón tropezar.
—En
realidad no. Estamos bastante ajetreados hoy. El tiempo hace que las personas
se vuelvan locas, así que estamos extraordinariamente ocupados.
Suspiró y
se movió para que pudiera meter sus manos en los bolsillos de su sudadera con
capucha. Por el rabillo de mi ojo, me di cuenta de que algunos compañeros
estaban alrededor de la mesa, mirándonos con abierta curiosidad.
—Sungmin,
solo será un segundo, por favor.
Realmente
no creo que los chicos tatuados, grandes, duros, utilicen palabras como por
favor, no es que me fuera a convencer. Tenía un efecto no deseado en mí, y
sabía que era una buena idea mantener mi distancia con él. Justo cuando estaba
a punto de rechazarlo, una enfermera detrás de la mesa, ofreció:
—Tomaré la
siguiente habitación de la que vienes. Sigue adelante y toma un respiro por
cinco minutos.
Quería
cambiar mi mirada hacia ella, pero solo estaba tratando de ser útil, así que
mordí mi labio e incliné mi cabeza hacia la sala de espera. Había lugares más
privados en el hospital al que podría haberlo llevado, pero estar solo con él
me puso nervioso y ansioso.
—Sígueme
por ahí.
Asintió e
hizo lo que le pedí. Sentí la manera en que su mirada quemaba mi espalda, y
tuve que tomar varias respiraciones calmantes y asegurarme de preparar mi cara
con una máscara impasible antes de que me diera la vuelta para mirarlo de
nuevo. Suspiró y usó un hombro para sostenerse a sí mismo contra la máquina
expendedora de café por la que había parado. Nos miramos el uno al otro por un
largo rato. Estaba a punto de rendirme y marcharme porque el silencio y su
intensa mirada me producían ansiedad, cuando sus tranquilas palabras me
sorprendieron.
—La
condición de Shindong es muy mala. Me dijo que no hay nada que puedan hacer. Se
está muriendo y parece estar rodando con ello, no sé cómo. Debería haber estado
aquí antes.
Su tono
era sombrío, podía ver como sus ojos, bajo la gorra, estaban vidriosos, cuánta
emoción estaba tratando de tragar, y tomó cada gramo del autocontrol que tenía
para no extender mi mano y tocarlo, para tratar de calmarle. No era un animal
salvaje que necesitaba ser amansado... incluso si emanaba esa clase de ambiente.
—Lo
siento. La etapa cuatro es fea y tiene un pronóstico terrible, no importa qué
tipo de cáncer es.
Asintió
bruscamente y echó su cabeza hacia atrás sobre su cuello así estaba mirándome
por debajo del ala de su gorra de béisbol.
—Siento lo
de la otra noche. Estaba muy borracho, mi mierda estaba por todo el lugar, y te
juro que usualmente no soy ese tipo de persona. Fue muy amable de tu parte
venir y ver cómo estaba, y actué como un idiota. Solo quería disculparme,
decirte gracias.
Estaba
estupefacto. Eso no era lo que esperaba de él, así que simplemente lo miré como
un idiota. Debe haber tomado mi silencio como un desaire, porque se sacó su
gorra y pasó una de sus manos bruscamente por encima de su cabeza afeitada
—Sungmin,
afloja un poco. Mi vida se fue de lado y esta mierda ha sido difícil de tratar.
Ya sé que no te agrado, así que fue de lo más amable que te pasarás. Lo que no
sé es por qué no te agrado.
Me sacudí
de nuevo y dejé caer mi postura a la defensiva. Seguro, tenía mis razones para
ser distante y mantener mi distancia con él, pero nunca tuve la intención de
hacer mi incomodidad y malestar a su alrededor totalmente palpable a los demás,
especialmente a él.
La última
cosa que quería era volver a vivir ese momento, ninguno de ellos. No había
manera de que alguna vez fuera a decirle que su rechazo, sus duras palabras, me
cambiaron para siempre, para siempre cambió cómo miraba al sexo opuesto. Era
humillante y, obviamente, mucho más memorable para mí de lo que era para nadie
más. Si no tenía ningún recuerdo de ello, no iba a recordárselo.
—Bien,
entonces. Me mantendré alejado de la Sala de Emergencias si puedo evitarlo
porque es evidente que te hago de verdad sentir incómodo. Solo quería que
supieras que aprecié que llegarás cuando obviamente preferirías sacar tu propio
ojo con una cuchara sin afilar. Sungmin, eres alguien muy amable. Siempre he
pensado que lo eres.
Puso la
capucha de su sudadera por encima de su gorra y se dio la vuelta y se alejó de
mí. Una vez que estuvo fuera de mi vista, tuve que poner una mano sobre mi corazón
y concentrarme en no hiperventilar.
¿Siempre
pensó que era amable? Entonces, ¿cómo podría haberme alentado, instarme a salir
de mi zona de confort y, luego, actuar como si no existiera? Demonios, ¿besar a
una chica justo en frente de mí cuando
pensaba que él estaba ahí por mí? ¿Cómo podía decir esas cosas odiosas que me hicieron sentir feo e inútil
hasta el día de hoy? Chicos lindos no
debían tratar de lastimar a las jóvenes y chicas amables... por lo menos en un
mundo perfecto no deberían.
—Accidente
en la interestatal. Cuatro autos implicados, varios heridos viniendo. Necesitan
al menos cuatro habitaciones preparadas, si no más. Las ambulancias estarán en
tres minutos afuera, así que manos a la obra.
No tenía
tiempo para preocuparme más por Kyuhyun o el pasado o cómo me hacía perder mi
equilibrio mental en cualquier momento en que estaba cara a cara con él. Metí
todo a un lado y me acomodé firmemente en el papel en el que estaba más cómodo,
me fui a trabajar e hice lo que mejor hacía... ayudé a otras personas.
Fue un
turno largo y agotador. Fue agitado y caótico, y aprecié que me diera la
oportunidad de empujar a un lado todas mis emociones de mis últimos roces con Kyuhyun
y categorizarlos como triviales y fugaces.
Estaba
caminando hacia fuera, arrastrando mis pies cuando me encontré con la única
persona fuera de mi hermano, a quién consideraba un amigo aquí en Seúl. Lee
Sunny, era la asistente del director de nuestra área, mi jefa, y probablemente
la persona más honesta y directa que había conocido nunca.
Había
hecho que la transición a esta unidad de emergencia fuera soportable
considerando todas mis extrañas obsesiones sociales que a menudo aparecían en
un nuevo entorno desafiante. Era unos años mayor que yo, totalmente dedicada a
su carrera.
—Hola tú.
¿Día difícil?
—He tenido
mejores. Fue un día ocupado.
Estiró la
mantilla de su cabello brillante sobre su hombro y ladeó su cabeza hacia mí.
—Sungmin,
eres un enfermero increíble.
Ese tipo
de elogios los podía tomar. Le sonreí y saqué mi teléfono, mientras comenzaba a
sonar. La pantalla mostraba el rostro de mi hermano, así que silencié la
llamada y metí el teléfono en mi bolsillo. Amaba a Sungjin, mucho, pero
últimamente la única vez que me llamaba era cuando algo estaba ocurriendo con
nuestros padres, más concretamente, con nuestra mamá, y el drama podía esperar
por un segundo.
—Sunny,
gracias. Eso siempre es agradable de escuchar, y viniendo de ti significa
mucho.
Me sonrió
y puso una mano sobre mi hombro.
—Bien. Así
que créeme cuando te digo que es necesario que encuentres más en tu vida que
esta Sala de Emergencias, o cualquier Sala de Emergencias. Este es un trabajo,
una carrera, y sí, es una importante, una que requiere dedicación y sacrificio,
pero no requiere que te pierdes a ti mismo en él. Eres alguien encantador,
brillante que tiene un futuro brillante por delante. Veo muchas similitudes
entre nosotros. Créeme cuando te digo que nada de eso significa nada si no tienes
ninguna otra cosa.
Hice una
expresión confusa hacia ella y cambié mi peso por lo que tuvo que bajar su mano
de mi hombro.
—Sunny, ¿a
qué viene eso?
Soltó una
risita y lanzó su cabello largo sobre su hombro otra vez.
—Escuché
un rumor de que el Dr. Jahyun te invitó a salir por un trago la otra noche, y
lo rechazaste fríamente. ¿Por qué hiciste eso? Es magnífico, y tienen el
trabajo en común, así que sé que tendrían cosas de que hablar. ¿Por qué incluso
no lo consideras? Solo hizo que me preocupará por ti. Has estado aquí por casi
dos años, y nunca socializas con nosotros, nunca te abres. Me gustas. Quiero
que estés viviendo la mejor vida posible.
El Dr. Jahyun era la captura del hospital. Tenía veintiocho años, constituido como un
modelo, cabello negro, ojos verdes de ensueño que hacían que la mayor parte del
personal. Era un total Don Juan, pero aparentemente buen tipo, y había estado
insinuando alrededor por los últimos seis meses que le gustaría llegar a
conocerme mejor fuera del trabajo. Generalmente, dejaba la atención fuera.
Me había
pedido una cita en Acción de Gracias. En vez de responder, o tratar de tropezar
a mi manera murmurando una excusa, tenía prisa en el momento en que la
información de que la ambulancia aérea había entrado con el nombre de Cho Shindong.
Había visto la información del historial médico, y en mi mente solo tenía la
necesidad de encontrar a Kyuhyun y ver lo que estaba pasando con él.
Exactamente no había rechazado al doctor, pero cualquier atracción que Kyuhyun
todavía tenía era simplemente más poderosa que conocer mejor al apuesto doctor.
—Sunny,
vamos. Realmente no creo que sea el tipo del doctor y no salgo porque en
realidad no tengo tiempo. Trabajo, y sabes cómo de locas han estado las cosas
con mi mamá. Vivo una buena vida.
—Sungmin,
una buena vida no es lo mismo que una vida plena. Si el hombre te lo está
pidiendo, entonces diría que definitivamente eres su tipo. Necesitas comprar un
nuevo espejo, que te muestre con exactitud lo que todo el mundo ve cuando te mira. Nunca entenderé
cómo no puedes ver que eres más que el tipo de cada hombre.
Quería
decirle que estaba equivocada. Fui salvado por mi teléfono sonando nuevamente.
Prácticamente podía ver la cara de frustración de mi hermano al otro lado de la
llamada.
—Tengo que
tomarla, Sunny, pero en serio gracias por cuidar de mí.
—De nada,
amigo. Alguien tiene que hacerlo… Estás demasiado ocupado cuidando a los demás
para cuidar de ti mismo.
Como para
probar su punto, tan pronto como pasé las puertas corredizas de vidrio de la entrada
del hospital, la voz de Sungjin sonó en mi oído.
—¿Estás
ignorando mis llamadas?
—No. Tuve
que trabajar hasta tarde y me atrapaste hablando con mi jefa a la salida. ¿Qué
sucede?
Lo oí
suspirar mientras uno de los niños gritaba en el fondo.
—¿Hablaste
esta semana con mamá?
Considerando
que mi semana había sido una locura y que pasé castigándome y reprendiéndome
alternativamente sobre Kyuhyun, no, mi madre no había estado en mi radar.
—No.
Estuve ocupado. ¿Por? ¿Le sucedió algo?
Mis padres
habían estado casados por más de treinta años, felizmente veinticinco de ellos.
En algún punto, mientras yo no estaba y Sungjin estaba formando su familia, mi
padre había decidido que no era divertido estar solo en casa con mi madre. A
escondidas de todos nosotros había comenzado a ver a la muy joven asistente
dental que trabajaba con él en su consultorio. El matrimonio había luchado
hasta que mi madre no pudo soportar más la infidelidad y el insulto.
Como
resultado, un feo y serio divorcio contencioso comenzó hace dos años. Fue
larguísimo, lleno de odio y disputas, y había vuelto a mis padres no solo uno
contra el otro, sino prácticamente los había convertido en extraños para mí y Sungjin.
Esa era la otra razón por la que volví a casa. Quería a mi mama de vuelta.
Mi madre
quería que nosotros no tuviéramos nada que ver con mi padre. Estaba enojada,
irracional, y toda su atención se había centrado en Sungjin y los chicos.
Estaba volviendo loco a mi hermano.
Mi mamá
estaba al borde del colapso. Lo veía venir como las luces de velocidad al otro
lado del túnel, pero no parecía haber nada que pudiera hacer para evitarlo.
Ella se estaba auto medicando, tomando pastillas y tomando su peso en vino para
tratar de lidiar con el dolor. Apestaba para todos nosotros porque aunque las
acciones de mi papá nos lastimaban, era imposible solo arrancarlo por completo
de nuestras vidas, y eso volvía loca a mi mamá.
—Sí, algo
sucedió. Uno de los vecinos me llamó para hacerme saber que el departamento de
bomberos estaba afuera de la casa. Aparentemente fue al patio y arrojó todas
las viejas fotos familiares en la parrilla y decidió quemarlas.
Gemí y me
encaminé hacia el estacionamiento donde estaba mi auto.
—¿En
serio?
Sungjin suspiró
y pude sentir lo cansado que estaba.
—Sí. El
fuego se salió de control por el viento y la cantidad de combustible que usó.
Prendió en llamas parte del patio. Supongo que no habría sido un gran problema
si mamá hubiera reaccionado, tratando de tirarle agua o algo, pero el vecino
dijo que solo se quedó ahí y lo vio quemarse mientras reía como una loca hasta
que el departamento de bomberos llegó. Ella podría haber quemado el vecindario
entero. La asociación de propietarios de viviendas no está contenta.
Gritó algo
a uno de los niños y murmuró algo a su marido mientras me metía en el auto y
encendía el motor.
—Ella está
perdiendo los estribos, Sungmin, y no sé cómo pararla. Va a terminar en un
manicomio o en la cárcel si no se nos ocurre algo. Ha pasado de ser difícil de
manejar a ser una amenaza. ¿Y si trata de lastimarse a sí misma?
Tuve que
bajar el volumen de la radio, subí la calefacción y golpeé mis dedos en el
volante.
—Estoy
libre el jueves. Iré y hablaré con ella.
—No,
Sungmin, no lo hagas. Solo hace que los dos se alteren. Solo necesitaba
desahogarme con alguien. Estoy tan cansado de los dos.
—Esto es
tan triste, Sungjin. Alguien tiene que intentar meterle algo de sentido común.
Así que fue abandonada, no es el fin del mundo. Sé que tomó realmente mal el
engaño de papá, está pasando un infierno con la nueva novia, pero realmente
necesita parar y seguir adelante. Nosotros lo hicimos. Creo que ha sido más
fácil para mí porque nunca tuve ninguna expectativa de que un hombre fuera
capaz de ser fiel.
Sungjin
resopló y escuché el crujido de la conexión mientras cambiaba el teléfono de un
hombro al otro.
—Dice la persona
que dejó que un chico malo le estropeara el amor por los últimos ocho años.
Enfréntalo, Sungmin, esta familia no se lleva bien con las rupturas.
Debí haber
hecho un ruido involuntario porque su voz se volvió ácida cuando preguntó,:
—¿Lo viste
de nuevo?
Nuca debí
haber mencionado toparme con Kyuhyun cuando vino hace unos meses a recoger a Siwon
después de la pelea en el bar. Todo lo que quería hacer era ir a casa, tomar
una ducha caliente y dejar ir este día por el desagüe.
—Tiene un
familiar en la Unidad de Oncología del hospital. Me he topado con él un par de
veces.
Hizo un
gruñido en la parte de atrás de la garganta que me tenía riendo por el gesto protector.
—¿Le
dijiste que se fuera al infierno?
Sungjin
había pensado durante mucho tiempo que necesitaba regañar a Kyuhyun, decirle lo
horrible que se habían sentido sus descuidadas palabras y dejar el daño que
había hecho en su puerta. Creía que era una espina en mi costado que necesitaba
simplemente ser arrancada rápida y limpiamente.
—No.
Prácticamente me convierto en un mimo a su alrededor. Solo me quedo
boquiabierto y lo miro torpemente hasta que se siente incómodo y se va.
—Realmente
es una lástima que no ganara un montón de peso o se viniera abajo con alguna
rara enfermedad carnívora que lo hiciera horrible a la vista.
Dibujé un corazón
en el vidrio empañado con mi dedo
índice.
—No. El
sigue viéndose realmente bien, mejor de lo que lo hacía en la secundaria, solo
un poco más tatuado… y, tu sabes, trabajado. —Era ridículamente apuesto.
—Eso
apesta y tú no deberías notarlo. Deberías estar diciéndole que coma mierda y
muera. Mantente alejado de él, Sungmin. Por tu propio bien. Mira, tengo que
irme.
—Te
llamaré después de hablar con mamá.
—Ugh, está
bien. Todavía pienso que suena como un desastre a punto de suceder. —Su
confianza era abrumadora, pero necesitaba asegurarme que mi madre no había
llevado su angustia al límite demasiado lejos.
—Probablemente,
pero tiene que hacerse. Besa a los niños por
mí.
—Lo haré.
En serio, Sungmin, mantente alejado de Cho Kyuhyun. No creo que tu corazón se
recuperara de la primera vez que lo pisoteó.
Le dije
adiós y tiré el celular en el asiento del pasajero.
Tenía
razón. Mi corazón nunca había sido el mismo después de todo lo que me había hecho pasar. Aunque no hubiera sabido que tenía sentimientos
por él, aunque hubiera aparecido como un buen chico para unos encuentros
fugaces, la forma en que había destruido todo eso era imperdonable, incluso
hoy.
Una vez
que me había ido de la Universidad y había salido por mi cuenta, las cosas
habían empezado a cambiar para mí. Un saludable estilo de vida cambió mi
apariencia física y el hecho de que nadie de allí sabía quién era ni sabían que
era un nerd sin amigos, hizo más fácil hablar con la gente.
También
hizo que manejar la atención de los chicos fuera no exactamente fácil, pero
manejable, y como tal comencé a tener citas casuales. Algunos de los chicos me
gustaron más que otros, algunos me relajaron lo suficiente como para
permitirles llegar a primera base e incluso a segunda, pero no fue hasta que
tomé mi primer trabajo conocí a un enfermero con quien estuve lo
suficientemente cómodo y confiaba en alguien lo suficiente como para ir
realmente a la cama con él.
Habíamos
salido por tres meses. Él era agradable, tenía la misma pasión por la medicina,
por el campo de la salud que yo, y él era muy, muy lindo. Parecía que le
gustaba, mucho. Me dijo una y otra vez que pensaba que era divertido, inteligente,
lindo y alguien entretenido con quien estar, y nunca me presionó.
Las cosas
habían progresado naturalmente… una cosa llevó a otra y terminamos juntos en la
cama. Ahí fue donde la única relación que alguna vez había intentado tener se
derrumbó. La idea de estar desnudo, expuesto a cualquiera, me aterrorizó. La idea
de ser juzgado y encontrado deficiente me provocaba urticaria y un sudor frío.
No había nada romántico o sexy en alguien pasando apuros por el sexo, llorando
encima de ti y corriendo a la puerta tan rápido como había terminado.
Pero él
había parecido ser un tipo maravilloso y quería quedarse conmigo y trabajar en
ello, y a la larga me desgastó tanto que había aceptado darle a la relación
otra oportunidad. Solo el sexo nunca funcionó de la manera que yo quería, en
verdad nunca fue de la manera en que él quería, y no pasó mucho tiempo antes de
que lo encontrara en otros brazos… No lo culpaba por querer llevarse a la cama
a alguien que se comportara normalmente.
Más
adelante, a lo largo del camino había habido un chico o dos por los que me
había interesado lo suficiente como para intentarlo de nuevo, pensando que
sería menos presión una aventura de una noche. Nunca funcionó. Como siempre, me
sentí enfermo y solo quería que acabara, así que después de la segunda vez que
me dijeron frígido decidí dejar de intentar hacer que algo suceda.
No culpaba
totalmente a Kyuhyun y lo que había hecho por mis complejos. Muchos de ellos
fueron gestados en mí por ser simplemente yo.
No me
había ayudado que, justo por la época que Derek me había probado que los
hombres no eran de fiar, mi padre había decidido que estaba aburrido de mi mamá
y que quería cambiarla por un modelo más nuevo. No lo pensó dos veces antes de
destruir nuestra familia, y yo fui dejado con una comprensión profunda de que
los hombres siempre elegían la opción fácil.
Sungjin
tenía razón. Las parejas Lee no lidiaban bien con las rupturas, y yo estaba
renuente a admitir que un beso borracho de Kyuhyun tuvo más efecto en mí, tuvo
más respuesta que los tres meses de gentil galanteo que Derek me había
ofrecido. Era lo suficientemente perspicaz para saber que eso no era bueno y
necesitaba tomar la severa advertencia de Sungjin y mantenerme alejado de él. Cho
Kyuhyun no era bueno ni para mi autoestima ni para mantener mi vida en la
práctica, ordenada y sencilla manera en que funcionaba ahora.
Min no quiero pincharte el globo pero es necesario que asumas que no le vas a hacer caso a tu hermano y que admitas que reencontrarse con el Cho ya alteró tu ordenada vida.
ResponderEliminarInsisto en la idea que no era de vos de quien hablaban alla lejos y hace tiempo
Min no puede responderle a Kyu como quisiera,ze queda callado y el otro "confirma" que le desagrada tanto a Min,como para no aceptar sis disculpas.
ResponderEliminarCada uno haciendose sus propias ideas.
Al menos Min ya tiene una duda en su cabeza...se puede partir desde ahí para llegar al fondo de algo.
De seguro Kyu nobestaba consciente de que Min haya ido a esa fiesta,y menos si iba más areglado...sin contar con el alcohol que ya traía encima.
Pobre Min...se dejo acomplejar,no sé si lo entiendo,pero seguro que ha sido horrible y más,cuando queria tener algo con alguien y su cerebro se lo impedia.
Min es el enfermero...pero sera Kyu quien lo cure y sabe su corazón.
La mamá de Min los tiene preocupados y con mucha razón.
Y Jin preocupado porque Min tiene cerca a Kyu...así ha de haberlo visto sufrir Jin a Min,que quiere a Kyu muy lejos de su hermano.