Ainsel estaba
justo detrás de los árboles, mirando como el Rey Hechicero sangraba
profusamente. Él había dado su sangre sin ninguna fuerza o coerción. Permanecía
de pie por su propia voluntad, mientras su sangre vital creaba un charco a sus
pies y corría hacia el velo.
—Ainsel, por
favor únete a nosotros —la voz de Mona se arrastró sobre su piel como insectos
espinosos haciéndole querer retroceder. Pero ella sabía que él estaba aquí, no
tenía más remedio que dar un paso adelante.
—Desdémona. —El
Rey de los Duendes inclinó un poco la cabeza hacia la bruja.
—Veo que has
venido a cumplir tu parte del trato —le dijo ella, con una sonrisa abierta.
—Estoy aquí —fue
su única respuesta.
—Bien. —Cruzó los
brazos sobre el pecho y se volvió hacia el sangrante Rey Hechicero—. Porque las
cosas se van a poner muy interesante.
Junjin estaba de
pie, flanqueado por Hyesung y Siwon, mirando a los guerreros dispuestos delante
de él. Cada una de las manadas, junto con las Fae, brujos, y Elfos se reunían
en el campo de entrenamiento en formaciones cerradas. Junjin se preguntó
cuántos de ellos, si alguien, volvería de esta batalla. Él esperaba que todos
volvieran. Por primera vez en su memoria, sentía como si hubiera una verdadera
oportunidad para su raza de estar unidos.
Los hombros que
se habían desplomado antes, estaban ahora enderezados. Barbillas se levantaron
y mandíbulas se apretaron mientras aquellos que no eran iguales, aquellos que
no estaban de acuerdo en todo, no siempre entendían el uno al otro, y no
siempre se gustaban gritaron como uno solo:
—¡POR LA MANADA!
Junjin se volvió
hacia Siwon y le estrechó la mano antes de tirarlo en un fuerte abrazo.
—Tú te quedas con
vida —le dijo a su ex Beta. Siwon le dio una pequeña sonrisa.
—Te diría lo
mismo, pero eres demasiado terco para morir.
Junjin se rió
entre dientes.
—Muy cierto. —Su
voz se puso seria—. Correremos como uno y tan pronto como atrapemos el aroma
del rey, atacamos.
Los otros Alfas
se acercaron y se unieron a Siwon y Junjin.
—Vaness, Matsumoto,
Angus, Artur, Gustavo y Ciro, ustedes irán al flanco izquierdo, rodéenlo y
extiéndanse; Kangta, Drayden, Tyler, Geunsuk, Siwon y yo iremos a la derecha de
manera que formemos un círculo completo. Alternen a uno de sus lobos dentro,
otro fuera, así cada otro lobo. Esto protegerá nuestros flancos a medida que
avanzamos. Desdémona no es una bruja de mente simple. Ella va a usar cualquier
cosa a su alcance para lograr su objetivo. Henry y resto de Faes se dispersarán
entre nosotros para luchar junto con nosotros. Ellos escudarán nuestra
presencia durante tanto tiempo como sea posible. Teuk, Hyesung, Hongki y Zhoumi
estarán peleando entre nosotros. Son las únicas parejas que lucharán con
nosotros. No voy a decir que permito esto, pero si los conocen, seguro ya se
han dado cuenta de que éstos son los jóvenes a los que en realidad no se les
permiten nada.
»Así que,
mientras esté en su poder, protejan a nuestras parejas. Son preciadas para
nosotros. Ryeowook y Donghae, nuestros dos sanadores, junto con Hee, la pareja Alfa
de la manada China, Changmin, compañero de Yunho y Dambi estarán a una corta
distancia, esperemos que con las piedras Fae, si se ponen a disposición. Ellas
ayudarán a combatir contra cualquiera de las fuerzas de la naturaleza que
Desdémona intente utilizar a su favor.
»Nuestros números
totales son así: diez Fae, siete de las cuales pertenecen al Consejo Superior,
veinte guerreros brujos, veinte Elfos, liderados por su Príncipe, dos sanadores
gitanos y cincuenta y un dominantes Canis lupus, doce de los cuales son Alfas.
Esta podría ser la más grande alianza de razas sobrenaturales en nuestra larga
historia. Es mi sincera esperanza que todos volvamos, que terminemos con esta
locura juntos. Si no lo hacemos, quiero agradecer personalmente a cada uno de
ustedes por su ayuda, por escuchar nuestro llamado y el llamado de la Gran Luna
y venir en nuestra ayuda.
Junjin dio un
paso atrás y para sorpresa de todos, se arrodilló, inclinó la cabeza, y puso su
mano sobre su corazón. Cada movimiento se detuvo. Cada ruido cesó, a medida que
todos se volvían para ver al más grande de ellos de rodillas, humilde.
Uno por uno, se
pusieron en una rodilla e inclinaron la cabeza, uniéndose a Junjin.
—Hijos Míos. —Una
calidez se extendió a través de ellos, a medida que todos levantaban la vista
al oír el sonido de la voz poderosa… la Gran Luna se plantaba delante de ellos
en toda su gloria—. Hoy, estoy satisfecha con el líder que ha resucitado de
entre ustedes, quien se ve a sí mismo no como el mejor, sino como un siervo.
Hoy, estoy muy complacida con todos ustedes, aquellos que me pertenecen y
aquellos que no. Hoy, ustedes han ejercido su libre albedrío y han elegido el
camino más difícil. Porque es más fácil ceder a la oscuridad que habita en cada
uno de sus corazones, pero mucho más difícil es ir en contra de su naturaleza y
tomar el camino de la rectitud. Escuchen a Junjin. Su corazón es puro y no desea
nada más que ver a cada una de las razas prosperar y florecer. Vayan con mi
bendición. Sepan que estaré y daré fuerza; todo lo que necesitan es pedir. —Y,
tan silenciosamente como había aparecido, se había ido.
Al otro lado del
campo, rodeado por los guardias que Junjin y Siwon habían asignado a ellos,
todas las parejas se pusieron de pie y Hee se adelantó.
— Ya oyeron a la
mujer, gente, ¡vamos con todo!
Risas resonaron
en todo el grupo, mientras todos se levantaban y comenzaban a unirse con sus
manadas.
—Ese es tu
compañero, ¿no? —preguntó Gustavo, Alfa de la manada de España, a Siwon.
Siwon miró al otro
lado del campo a su compañero que le estaba dando los pulgares en alto.
—Sí, sí lo es
—dijo Siwon, con una pequeña risa.
—Es extraño
—admitió Gustavo.
—Sí, lo es, sin
duda.
—Pero caliente
—susurró Hyukjae mientras se acercaba por detrás a Siwon.
—Le diré a tu
compañero lo que has dicho —amenazó Siwon, mientras los otros Alfas veían a Siwon
con cautela, después de ver de primera mano lo protector que era con su compañero.
—Solo señalaré
que él es más caliente, me perdonará.
Siwon puso los
ojos en blanco.
—Eres el único
lobo cuya compañero no castraría por llamar a otro caliente.
—Oooh, ¿a quién
estamos castrando? —preguntó Hee mientras envolvía sus brazos alrededor de Siwon
quien lo había visto venir y los mantuvo abiertos.
—Hyukjae —le dijo
Siwon.
—Donghae no
estará feliz contigo, B. —Hee miró a su compañero, sonriendo.
—No parece que
alguna vez planeara necesitarlas, tan lento como esos dos se están moviendo,
así que sinceramente no creo que le importe.
Hee se rió y
chocó los cinco con su compañero.
—Buena esa,
cariño.
Hyukjae frunció
el ceño ante la pareja.
—Hee, eso no
estuvo para nada bien.
Hee se rió. Se
puso de puntillas y besó a Siwon. Los otros se alejaron de la pareja, dándoles
privacidad.
—Permanece a
salvo —le dijo Siwon.
—Estaré tan a
salvo como tú lo estés, B —dijo Hee con sinceridad.
—Lo sé. —La voz
de Siwon fue suave y oyó el lamento en él.
—Oye —le dio un
codazo—. ¿Te gustaría vivir en un mundo en el que yo no estuviera?
—Sabes que no lo
haría. —Siwon frunció el ceño.
—Entonces no
estés triste si caemos juntos, porque a mí no me gustaría vivir sin ti.
—Tenemos un bebe en
quien pensar ahora, Heechul.
—Razón de más
para que puedas probar que eres el cabrón que dices ser y volver a mí.
—Modera el
lenguaje —gruñó.
—Cariño, es el
fin del mundo tal como lo conocemos. Como tal, me reservo el derecho a
disfrutar de la verborrea. —Hee sonrió.
Siwon negó con la
cabeza y puso los ojos en blanco mientras se inclinaba y besaba a su compañero
con pasión. Sus labios se separaron y Hee exploró su boca audazmente. Él sonrió
contra sus labios.
—¿Qué? —le
preguntó, sin aliento.
—Siempre he amado
que no seas tímido conmigo. —Metió su cabello rubio detrás de la oreja.
—¿Por qué tendría
que ser tímido? ¿Has visto esto? —hizo un gesto de arriba abajo por su cuerpo
con las manos.
Siwon sonrió a
medida que sus ojos empezaban a brillar.
—Pues sí
compañero, sí lo he hecho.
Hee se echó a
reír, le tomó el rostro entre sus manos y todo el humor desapareció.
—Vas a vivir para
que ambos podamos vivir, ¿me oyes?
Siwon asintió, y
se puso de rodillas. Él apretó los labios contra su estómago, y luego levantó
la vista.
—Te amo.
Heechul pasó los
dedos por su espeso cabello.
—Y, yo soy
afortunado debido a eso.
Retrocedió de él
y le lanzó un beso. Cuando se volvió para irse, miró por encima del hombro y
sonrió a su compañero aún de rodillas.
—Ah, por cierto,
yo también te amo.
Siwon le guiñó un
ojo mientras se levantaba.
—Y, yo soy el
hombre más afortunado debido a eso —susurró para sí mismo mientras la veía
caminar de regreso al grupo.
—Cuando volvamos,
nos vamos a casar —le dijo Hyukjae a Donghae, mientras lo abrazaba.
Donghae sonrió.
—Has estado
alrededor de Siwon demasiado tiempo, te estás poniendo mandón.
Hyukjae se rió.
—No, me estoy
poniendo desesperado.
Donghae lo acercó
para besarlo. Presionó su cuerpo firmemente al suyo y sacó fuerzas de su agarre
seguro.
—Soy tuyo, cada
centímetro cuadrado de mi ser.
Hyukjae levantó
una ceja.
—Te voy a hacer
cumplir esas palabras, Donghae mío.
—Te quiero, te deseo,
y te necesito —le dijo, mientras sus labios se rozaban.
Hyukjae cerró los
ojos y utilizó la intimidad de su vínculo.
«El tiempo que he tenido contigo ha sido el
mejor en mis sesenta años. Y, quiero muchos más. Tú eres mi tesoro. Por favor,
ten cuidado ahí fuera». Hyukjae lo besó en la frente y mantuvo sus labios
contra él. «Te amo. Te deseo más de lo
que puedes entender y te necesito más que eso».
Donghae dejó
escapar un suspiro tembloroso mientras se miraban a los ojos, el uno al otro.
Finalmente, él lo empujó en la espalda con una pequeña sonrisa.
—Ve a hacer lo
tuyo, gitano.
Donghae se
despidió ondeando la mano mientras retrocedía.
—Nos vemos
pronto, chico amante.
Hyukjae le guiñó
un ojo y él se sonrojó.
Kangin empujó a Teuk
cerca de él mientras presionaba sus labios contra su cuello, donde le había
dejado su marca. Él se estremeció bajo su toque. Todavía estaba preocupado por su
compañero mientras seguía manteniéndose cerrado a él.
—Te amo, Leeteuk
—le dijo, solemnemente. Teuk miró a sus ojos.
—¿Lo haces?
—preguntó, por primera vez en su matrimonio y acoplamiento.
Los ojos de Kangin
se llenaron de dolor, al sentir la duda en el interior de Leeteuk. Él sabía que
era su culpa y no sabía cómo solucionarlo. No sabía cómo demostrarle cuán roto
y atormentado estaba debido a lo que había pasado mientras estuvo bajo el
hechizo de Mona. Había intentado simplemente regocijarse en el hecho de que él
estaba vivo y sano, pero Kangin solo seguía viendo las cosas que él había
soportado y debido a eso, no lo había dejado entrar en su mente, incluso cuando
habían hecho el amor. Incluso entonces, había sentido su dolor.
—Más que nada —le
dijo.
—Entonces, ¿qué
he hecho para que te mantengas apartado de mí? ¿Estás enojado, debido a lo que
hice en el bosque? ¿Me estás castigando porque no dejé que me tocaras? —Su voz
se volvió angustiada mientras trataba de entender.
Kangin frunció el
ceño.
—Nunca te
castigaría por algo, Angel. ¿Cómo puedes pensar eso?
—No abres el
vínculo; no compartes todo de tu ser conmigo. ¿Qué se supone que debo pensar?
Kangin lo besó
con fiereza mientras pasaba sus manos por su espalda a su cabello. Él lo soltó
y dio un paso atrás.
—Todo lo que necesitas
saber en este momento, es que tú eres mío y te amo. Vamos a hablar después que
esto termine. Vamos a entrar en esta batalla con la tranquilidad de saber que
sin importar qué, siempre nos perteneceremos el uno al otro, por favor, cree
eso.
La boca de Teuk
cayó boquiabierta, sorprendido que su Kangin estuviera actuando de esta manera.
—Estoy enojado
contigo, Kim Kangin.
—Puedo vivir con
eso, siempre y cuando no dudes que te amo, y nunca te dejaré.
Teuk estampó su
pie en el suelo cuando él se volvió y se alejó.
—¿Está siendo un
idiota? —preguntó Hee, cuando se detuvo al lado de su mejor amigo.
Teuk gruñó.
—Él no lo sabe
todavía, pero voy a patearle el trasero cuando esto termine.
Hee resopló.
—Siwon estaría
tan excitado si yo dijera eso.
Eso trajo una
sonrisa al rostro de Teuk, a medida que Hee le daba un pequeño empujón a su
hombro.
—Vamos Pato,
tenemos que patear la retaguardia de una bruja antes de que puedas empezar el
juego previo con tu hombre lobo.
—¿Acabas de decir
la retaguardia de una bruja? —preguntó Teuk, mientras se unían al grupo de parejas
con las que Dambi estaba hablando en ese momento.
Hee sonrió.
—Hay más de donde
vino eso.
—De eso, no tengo
ninguna duda —acordó Teuk.
Dambi señaló a Hee
cuando él y Teuk se acercaron.
—Y, si haces cualquier
demente acto de heroísmo voy a broncear tu piel embarazada.
—Amiga, acabo de
llegar. ¿Cómo puedes estar posiblemente castigándome cuando ni siquiera he
abierto mi boca?
—No tengo ninguna
duda que tienes algo por decir, o cincuenta halagos, ya por lo de esta mañana
mereces algo más que solo un castigo —señaló Dambi.
—¿Estabas
escuchando en la puerta de mi habitación esta mañana, Dambi? —La sonrisa de Hee
le dijo al grupo más de lo que querían saber y todos se quejaron.
—Escuchen —espetó
Dambi—. Ya le dije a cada uno de ustedes exactamente cuáles son sus funciones
al entrar en esta aventura incierta. No se desvíen del plan o azotaré sus
traseros. Sean conscientes de su posición y la de su enemigo en todo momento.
Mona intentará desorientarles. Lobos, utilicen los sentidos superiores que la
Gran Luna les dio. Ryeowook y Donghae sigan mi ejemplo. Changmin, haz lo tuyo.
—¿Yo qué hago?
—preguntó Hee.
—Vas a estar
custodiando a los sanadores en tu forma de lobo.
—Pensé que
acababas de decir que nada de heroísmo.
—¿Desde cuándo
haces algo que alguien te dice?
—Buen punto. —Hee
asintió.
Dambi miró por
encima del grupo y vio que los hombres estaban despojándose de sus ropas y
empezando a cambiar.
—Muy bien, es
hora de irse. Donghae, montarás a tu compañero. —Dambi hizo una pausa mientras
todos sus cabezas giraban para mirar a Hee.
—¿Qué?
Dambi inclinó la
cabeza hacia él.
—¿Nada?
—Está bien, si
insistes. Donghae, si necesitas cualquier consejo sobre cómo sostenerte, solo
házmelo saber.
El rostro de Donghae
se puso rojo brillante cuando oyó a Hyukjae agregar en su mente.
«Nada de seguir esperando ojos marrones, se
te ha ordenado que me montes».
Donghae se ahogó
mientras intentaba tragar y Hee tuvo que darle una palmada en la espalda.
—Tu hombre acaba
de darte una pista, ¿cierto?
Donghae asintió.
—Sabía que me iba
a gustar al momento en que puse los ojos en su muy lamible rostro.
Siwon caminó
cerca del grupo para reunirse con su manada y golpeó a su compañero en el
trasero.
—Compórtate
—gruñó.
El grupo se echó
a reír.
Sora llegó
corriendo y envolvió a Hee, Teuk y Donghae en un abrazo.
—Manténganse a
salvo, los tres. Dambi no me deja ir. Me amenazó con atarme de manos y pies.
¿Desde cuándo una Fae sabe algo de atar a alguien de manos y pies? —Sora
frunció el ceño ante la Fae sonriendo.
—Dambi conoce
todas las formas de tortura; es lo suyo —dijo Hee en broma.
—Bueno, supongo
que todo el mundo tiene algo —dijo Sora bromeando. Teuk abrazó a su madre una
vez más.
—Por favor,
quédate aquí. Regresaremos, lo prometo.
Sora, encontró la
mirada de Teuk.
—Estoy tan
orgullosa de ti.
Teuk sonrió.
—Soy lo que soy
gracias a ti.
Sora negó con la
cabeza.
—No cariño, todo
esto es tuyo.
Sora retrocedió
hasta que estuvo casi en la puerta de la mansión. Se mordió el labio para
contener las lágrimas y rezó para que no solo su hijo, sino todos los que había
llegado a querer volvieran victoriosamente y seguros.
Hee, Teuk, Zhoumi,
Ryeowook y Hyesung se desnudaron rápidamente y cambiaron. Sacudieron su pelaje
y se estiraron en su forma de lobo y luego trotaron hasta estar junto a sus
compañeros.
Cada macho
acarició su rostro y se apretó contra sus siluetas más pequeñas. Cuando Zhoumi
llegó al lado de Henry, él se puso de rodillas y le dio un toque rápido en la
nariz.
—Vas a tener
mucho cuidado allí fuera, ¿de acuerdo? —Él asintió con su gran cabeza una vez y
se inclinó para presionar el rostro contra su pecho.
—Dambi me ha
pedido y a Changmin que usemos nuestro poder junto a los otros Fae, así que
trata de mantenerte lo más cerca de mí que puedas, pero vamos a estar
esparcidos —le explicó y dio un último golpecito cariñoso en su hocico.
Dambi le indicó a
Changmin, Henry y al Consejo Fae que se esparcieran entre los lobos. Dambi
comenzó a hablar en voz baja, mientras sus manos se movían con suavidad en el
aire, formando un arco sobre el grupo a medida que las otras Fae se unían.
Los brujos y
Elfos tomaron la retaguardia.
Junjin se irguió
orgullosamente a la cabeza de la manada, su compañero a su lado. Echó la cabeza
hacia atrás y aulló. La manada se unió y los árboles se sacudieron a partir del
sonido. Él olfateó el aire y encontró el rastro de Jungsoo. Como un rayo, salió
disparado con el mayor ejército sobrenatural en la historia, a su espalda.
Las piernas de Yunho
se estiraban a medida que corría y su pelaje se balanceaba mientras el aire se
precipitaba a través de él. Miró brevemente a su compañero, quien corría a su
lado. Él era impresionante en toda su gloria guerrera. El recuerdo de la noche
en que la maldición se rompió vino de golpe a él y casi se tambaleó bajo el
peso del mismo. Cuando por fin había sido capaz de abrazarlo, no había sido
suficiente. Él no había sido capaz de acercarse lo suficiente.
Le había ayudado
a ducharse, vestirse y luego lo sostuvo en sus brazos mientras lloraba. Cuando
por fin se calmó, se había abierto a él y compartió todo lo que había sufrido y
eso lo había enfurecido. Había visto con asombro como Changmin lo había calmado,
solo como un verdadero compañero podía hacerlo. Le había dado libremente su
amor, comodidad y tacto. En su muy larga vida nunca había sentido tanta pasión,
tanta necesidad como encontraba en sus brazos.
Una y otra vez,
le había susurrado toda la emoción en su corazón y trató de mostrarle a través
de su contacto cuán preciado era para él. Su compañero le había pedido que
hiciera los Ritos de Sangre porque no quería entrar en esta batalla con la
posibilidad de que no fueran a estar juntos de una manera u otra.
Su lobo había
gritado en victoria, pero el hombre había dudado. Él no quería sellar su
destino en caso de que algo saliera mal. Pero, era su compañero, su igual y era
tanta su elección como era de él. Así entonces, él le había dado lo que quería
y lo que él necesitaba tan desesperadamente.
«Te amo», le susurró Zhoumi a Henry. Él sintió
su sonrisa a través de su vínculo.
«Creo que ya sabes cuánto te amo»,
bromeó él, con su interminable buena naturaleza.
Zhoumi atesoraba
la alegría en él y sabía que era una bendición. Pero, la noche en que todas las
parejas se habían salvado de la maldición por Dambi y las Fae, había visto la
otra cara de Henry, un lado que le rompió el corazón.
Sabía que lo
amaba. Pero esa noche, se dio cuenta de la profundidad de ese amor. Para su
sorpresa, Henry había llorado tanto como él lo había hecho. Su posesividad no
era nada menor que la de un Canis lupus macho y su feroz actitud protectora
clamaba a su lobo.
Zhoumi sabía que
las parejas humanas habían esperado para completar su apareamiento hasta que se
casaran, pero él no era humano, y el matrimonio no era una parte de su
herencia. Los Ritos de Sangre eran esencialmente el equivalente a una boda para
su raza y cuando Henry le había dicho que iban a terminar su unión esa noche,
se había deleitado con su dominancia y su lobo se había sometido con mucho
gusto.
Había sido la
mejor noche de su vida, lo cual estaba seguro, era lo que decía cada pareja durante
ese momento, pero no podía imaginar a nadie experimentar lo que él sintió en
los brazos de su compañero. Había hecho funcionar una magia que ningún otro
podría.
«Soy un
Fae, ya sabes, así que tengo una
ligera ventaja en todo
el asunto de la magia». Zhoumi rió mientras corrían. Allí estaban,
corriendo a una batalla a la que podrían no sobrevivir, discutiendo su vida
amorosa.
«¿Qué mejor momento para pensar en la magia
que hicimos juntos? Lo digo en serio,
puedo morir como un hombre feliz ahora que he tenido el privilegio de estar contigo.
Y, lo digo absolutamente en cualquier manera pervertida que te gustaría
entender». La voz de Henry trajo escalofríos a su pelaje mientras le
recordaba todo lo que habían experimentado.
«Te diría que te comportes, pero sería un
desperdicio de palabras».
«Muy cierto, mi sexy jovencito lobo, muy
cierto. No te desgaste hoy aquí, tengo planes para ti».
Zhoumi lanzó una
mirada hacia él a medida que su lobo se animaba ante las burlas de su
compañero. Qería perseguirlo. Era la forma de juegos previos de su lobo, y por
la sonrisa en su rostro, él lo sabía.
OMG
ResponderEliminarEsto esta mas bueno que el pan!!!
En definitiva una de mas mejores adaptación de todas!
Me encanta!!!
No tengo palabras!!!
La Gran Luna no los dejara morir!
No puede!
Por fin....directo a la batalla
ResponderEliminarEsa bruja tendrá sus trucos,pero seguro que un daño se le hace *0*
Lo único malo de esta capítulo....es que Kangin y Teuk no están bien...ellos no han superado lo que causo la maldiciòn de la bruja,que feo,pero ojalá ese sea un incentivo para regresar con vida y solucionar sus problemas.
Tan lindo que los leo dandose ánimos entre las parejas para regresar con bien y no reprochando el hecho de que las parejas se uniran a la batalla.
Eso quiere decir que han progresado en sus relaciones...*0*
La que si me tiene pensando es Sora,pero ojalá todo salga bien.