Mona apretó sus
dientes, reuniendo su poder, lista para escapar. Una vez más, se dio cuenta que
había sido derrotada.
—¡OH, NO LO
HARÁS! —gritó Dambi y empujó con más fuerza, tratando de envolver su poder
alrededor de la bruja para mantenerla en su lugar.
Justo en ese
momento, Junjin emergió a través de los árboles, su poder casi derribando a
todos al suelo. Nunca se detuvo cuando dio un paso y saltó a través de treinta
o tantos metros hasta donde Mona luchaba contra la Fae. Aterrizó
sobre su pecho mientras sus enormes mandíbulas se envolvían alrededor de su
garganta. Hundió sus dientes hasta que sintió que alcanzaba su columna
vertebral. Empujó con todas sus fuerzas, girando su cabeza con violencia hasta
que arrancó su cabeza de su cuerpo.
La furiosa
tormenta se detuvo de inmediato y el silencio congeló a todo el mundo en su
lugar. El cuerpo de Junjin se levantó mientras sostenía victoriosamente la
cabeza de la bruja en su boca. La dejó caer en el suelo y aulló largo y
profundamente al todavía cielo oscuro.
Tan pronto como
el aullido cesó todos oyeron un lento aplauso estridente. Sus cabezas giraron
hacia un hombre desconocido muy grande y muy alto, quien vino caminando a
través de una nube de humo negro rondando fuera del bosque. Sus ojos eran de un
color amarillo brillante y su rostro era pálido. Su mandíbula era fuerte y sus
labios finos y tensos en su rostro. Se dirigió casualmente a la abertura donde
se habían enfrentado a Mona.
—Has hecho lo que
nadie más pudo hacer, y honestamente, tengo que darte las gracias. —El hombre
inclinó su cabeza ligeramente ante Junjin, pero no se dejaron engañar por la
falsa sinceridad—. Con esa bruja fuera del camino, mis planes pueden ponerse en
marcha. Sin embargo, puesto que derrotaste a un enemigo tan poderoso, podrías
pensar también que eres capaz de detenerme por ti mismo. Por lo tanto, siento
que es necesario demostrar que no seré frustrado con tanta facilidad. Así que,
deberías pensarlo dos veces antes de meterte en mi camino. —Sus palabras apenas
se habían registrado cuando su mano voló hacia afuera y disparó una contundente
descarga negra hacia delante que chocó contra el pecho de Junjin. Éste fue
lanzado hacia atrás en un montón y Hyesung, quien ya había comenzado a correr
por su compañero, cayó a mitad de un paso.
Uno a uno, los
miembros de la manada de Junjin sintieron el dolor de la muerte de su Alfa,
incluso aquellos que ya no estaban en su manada sintieron la pérdida y agonía.
Dambi gritó y se
giró, disparando su propio poder hacia el hombre, pero ya se encontraba oculto
en el humo negro y entonces se hubo ido.
—Alston, trae a los
sanadores —gritó Dambi mientras corría hacia la forma inmóvil de Junjin. Hizo
caso omiso de los aullidos de los lobos y se centró en el Alfa caído.
Alston corrió
hacia Ryeowook y Donghae quienes yacían exhaustos en el suelo, sus compañeros
cerniéndose sobre ellos.
—¡MUEVANSE! —les
gritó a los dos hombres que gruñían—. Si quieren que su Alfa viva, entonces
muévanse.
Hyukjae y Yesung
cambiaron de nuevo a su forma humana, sin hacer caso de su desnudez. Cada
hombre recogió a sus compañeros fatigados. Los llevaron hasta donde Dambi se
agachaba sobre Junjin. Dambi le entregó a Alston una piedra y él la tomó y la
presionó sobre la cabeza de Donghae. Dambi hizo lo mismo con Ryeowook.
—¡SIWON! —gritó Dambi—.
Ven aquí y dale fuerza a tu sanador.
Siwon corrió a
toda marcha, aún en su forma de lobo. Colocó su cabeza sobre el regazo de Donghae
y reunió su poder como un Alfa. Uno a uno, todos los Alfas se acercaron y
pusieron sus manos sobre los sanadores, usando el poder que les fue entregado
por la Gran Luna. Lo cedieron libremente con la esperanza de empujar de nuevo a
la vida al Alfa que los había reunido como uno solo y derrotado un mal que
ninguno de ellos, por su cuenta, podría haber vencido.
Teuk, Hee, Zhoumi,
Changmin y Hongki formaron un círculo alrededor de Hyesung protegiendo a la pareja
Alfa, anhelando y esperando ver su pecho moverse.
Donghae sintió la
oscuridad retrocediendo, trató de abrir sus ojos, pero se detuvo tan pronto
como sintió el leve rastro de un espíritu que conocía muy bien, un espíritu que
lo había traído de vuelta una vez antes, un momento en que la vida de Junjin
había estado colgando en el equilibrio debido a un veneno mortal.
«¿Junjin?» gritó.
«¿Has caído? ¡Junjin respóndeme!»
No hubo
respuesta, nada.
Sintió el poder
verterse en él y su sangre gitana instintivamente supo qué hacer. Buscó la
fuente de la lesión, lo que había derribado a un Alfa tan grande. No fue un
hechizo lo que le había hecho daño. El corazón de Junjin parecía carbonizado,
casi como si hubiera sido cocinado.
El corazón de Donghae
tambaleó, no sabía si podía curar esto. Sintió a Ryeowook y pudo notar que el
sanador estaba moviendo la sangre de Junjin a través de su cuerpo y haciendo
que sus pulmones tomen aire. Lo mantenía con vida. Donghae se sintió impotente.
De todas formas, empujó hacia delante, decidido a salvar al Alfa, a quien había
llegado a querer como a un padre, quien le había dado una familia y un hogar.
Tocó su corazón
con su luz sanadora, y mientras sentía las lágrimas en su rostro, gritó:
«Por favor, dijiste que si te llamábamos,
contestarías, que ayudarías. No te lo lleves de nosotros justo ahora. Sigue
siendo necesario. Seguramente eres consciente de esto».
Donghae continuó
tratando de reparar el daño hecho a su corazón, pero sabía que no podía hacerlo
solo.
«Donghae, eligido por tu línea de sangre»,
oyó la melódica voz de la Gran Luna en su mente. «Compañero de Hyukjae y sanador de la manada China. Te he oído, tú,
quien eres puro de corazón, y das de ti mismo tan libremente sin tener en
cuenta tu propia seguridad. Te daré esto. No renuncies Donghae, la batalla no
ha terminado. Has sido probado y resultado siendo fiel; mis hijos han
demostrado que la bondad puede prevalecer. Así que no te desanimes ahora, tu
Alfa, amado mío, vivirá, y podrás descansar por un corto tiempo. Pero, donde un
enemigo es derrotado, otro surge. Debes continuar firme, debes seguir siendo lo
que he proclamado que seas, para seguir el camino trazado ante ti, y si
tropiezas, estaré aquí para ayudarte a recuperar tu equilibrio».
Donghae sintió un
flujo de fuerza renovador y vio con asombro, como un corazón que no tenía
arreglo, era sanado, fuerte y saludable una vez más. Latió en el pecho del Alfa
y empujó sangre por sus venas. Sus pulmones extrajeron aire fresco y llenaron
la sangre con oxígeno. Con cada latido, la vida volvió a Junjin.
—Está respirando
—le oyó Donghae decir a Dambi. Mantuvo sus ojos cerrados y sintió unos brazos
fuertes recogerlo.
Estaba tan cansado.
Solo quería dormir, durante un tiempo muy largo.
«No demasiado largo, Donghae mío, tienes una
boda a la que asistir.» Oyó el sonido precioso de la voz de su compañero en
su mente y se consoló al saber que lo tenía.
—Siempre —susurró
contra su oído.
—¿Qué presentes
has traído para regalarle a tu compañero? —le preguntó Junjin a Hyukjae
mientras él y Donghae están parados frente a él. Las únicas otras personas en
la habitación eran Siwon, Hee, Teuk, Kangin, Dambi y Hyesung.
Había pasado dos
semanas desde que Mona había sido asesinada y el extraño hombre que había
intentado asesinar a Junjin había desaparecido. Aunque Ryeowook y Donghae
habían sanado a muchos de los lobos, aun así había habido bajas. Los Alfas de
los caídos quisieron enterrar a sus muertos en sus tierras natales. Junjin
había declarado una noche de luto y todos ellos habían mostrado sus respetos a
los Alfas y a los lobos que habían dado sus vidas.
Kangta se había
quedado por dos días después que su manada hubiera viajado de regreso a los
Estados Unidos. Pasó ese tiempo con Teuk. Incluso había ido con Sora y Jungsoo,
deseándoles una vida feliz juntos. Jungsoo había fruncido el ceño todo el
tiempo, mientras Teuk y su madre habían tratado de contener la risa.
Sora estaba con Jungsoo,
quien tenía un tiempo muy largo de recuperación por delante. Junjin le había
concedido protección si quería quedarse y recuperarse en la mansión.
Así que ahora, se
encontraban en el pequeño jardín interior de la mansión, bañados por la luna. Donghae
llevaba un sencillo conjunto blanco, mientras Hyukjae llevaba sus habituales
pantalones vaqueros, pero al menos llevaba una camisa blanca de vestir, aunque
no estaba fajada. Ninguno de los dos llevaba zapatos, debido al acostumbrado
lavado de pies durante la ceremonia. Para vergüenza de Donghae, Hyukjae no solo
le había lavado los pies, sino también sus pantorrillas hasta llegar a la parte
superior de las rodillas y, probablemente, solo se detuvo allí porque lo había
golpeado con la toalla. Él había besado sus piernas y pies, y Donghae terminó
riendo como un niño para el momento en que había concluido.
Siwon había
puesto los ojos en blanco y dijo lo suficientemente fuerte para que todos
escucharan:
—Tendremos suerte
si logran llegar al dormitorio. —Esto solo haciendo que Donghae se sonrojara
aún más.
—Los tres regalos
que le he traído a mi amado —sonrió Hyukjae mientras sostenía una caja envuelta
en papel brillante de color plateado. Donghae la tomó y la desenvolvió
lentamente. Hyukjae dio un paso más cerca de él y lo observó mientras abría la
caja. Dentro había tres cosas. La primera era un antiguo libro que parecía no
tener ningún título.
—Dambi y yo
hicimos una pequeña exploración en la historia de los gitanos y, con la ayuda
de Wadim, encontramos tu linaje. Ese libro —señaló hacia él—, es la historia de
tus antepasados. —Donghae quedó boquiabierto mientras observaba el libro.
Tantas preguntas de cómo llegó a ser un sanador gitano, y las respuestas
podrían estar justo en sus manos, debido a él—. Gracias —le dijo, pero sabía
que nunca podría expresar su gratitud de una manera digna.
«Oh, sí que puedes, ojos marrones.» Le
guiñó un ojo. Donghae se rió mientras miraba de nuevo dentro de la caja.
Había otras dos
cosas. La segunda era otro libro. Este estaba encuadernado en cuero y cuando le
dio la vuelta y lo abrió vio que las páginas estaban en blanco. Lo miró.
—Está en blanco.
—Va a ser nuestra
historia, nuestra historia. Tú y yo juntos, llenaremos las páginas con el
legado que le brindaremos a nuestra gente. Un día nuestros hijos lo leerán y
verán las increíbles cosas que experimentamos, los obstáculos que superamos, y
lo más importante, el amor que sus padres se tenían entre sí, un amor en el que
nada ni nadie podrá interponerse.
Las lágrimas
cayeron por el rostro de Donghae mientras sostenía el libro contra su pecho.
Era el más conmovedor y considerado regalo que alguien alguna vez le había
dado.
—Y, el tercer
regalo —dijo Hyukjae mientras metía la mano dentro de la caja y sacaba una caja
mucho más pequeña. La abrió y se la tendió a Donghae. Él se quedó sin aliento y
casi deja caer el diario. En la caja había un relicario. Un relicario que sabía
que había estado en su familia por generaciones. Había visto a su madre usarlo
antes. Ahora que lo veía, la pieza de joyería adquiría un nuevo significado.
Símbolos extraños adornaban el exterior del relicario, símbolos por los que se
había preguntado a menudo en el pasado. Donghae ahora entendía que las marcas
eran runas gitanas. Lo sacó, lo abrió y dentro vio una imagen de Hyukjae y Donghae.
Él lo miró.
—¿Cómo lo
conseguiste?
Hyukjae sonrió y
ese hoyuelo malvado apareció.
—Le agrado a tu
madre.
Los ojos de Donghae
se abrieron.
—¿Le dijiste a mi
mamá que nos íbamos a casar?
La sonrisa de Hyukjae
se amplió.
—Por supuesto.
Simplemente no le dije cuándo.
Donghae hizo un
sonido que fue mitad quejido, mitad suspiro.
Junjin se aclaró
la garganta y atrajo su atención de regreso a él.
—Hyukjae me ha
informado que desea decir sus votos en privado —dijo a la audiencia.
Hyukjae asintió.
—De acuerdo,
entonces simplemente preguntaré, ¿tomas a Donghae como tu esposo?
Hyukjae sonrió.
—Definitivamente.
—Donghae, ¿tomas
a Hyukjae como tu esposo?
Donghae negó con
la cabeza y luego se rió del ceño fruncido de Hyukjae.
—Sí —dijo
finalmente—, sí, definitivamente.
—Los declaro esposos;
puedes besar al novio. —Junjin le sonrió a la pareja.
Hyukjae acunó el
rostro de Donghae y lo atrajo hacia él. Donghae envolvió los brazos alrededor
de él y suspiró dentro de su fuerte agarre.
Un carraspeo los
hizo apartarse. Hyukjae le sonrió.
—Queríamos
asegurarnos de que quedara sellado.
Donghae negó con
la cabeza.
—El beso no es lo
que nos hace estar casados. Las cejas de Hyukjae se elevaron.
—Oh, ¿qué nos
hace estar casados?
Siwon gimió.
—¡Ya consigan una
habitación!
Hyukjae levantó a
Donghae en sus brazos y él chilló. Caminó rápidamente pasando a los demás
mientras Hee gritaba a su espalda:
—¡Detalles, Donghae,
quiero detalles! ¡Toma notas si es necesario!
—¿Van a necesitar
indicaciones? —le preguntó Teuk.
—Uff, chico, por
favor. ¿Cómo piensas que obtuve esto —Hee señaló el pequeño bulto en su
vientre—, si necesité indicaciones?
Teuk le levantó
una ceja a su amigo, mientras veía su estómago.
—Muy cierto,
conseguiste que todo el asunto del apareamiento se convirtiera en un arte.
—Ah, y qué forma
tan hermosa de arte es —Hee le sonrió a su compañero. Siwon gruñó, agarrándolo
de la mano, y se despidió de Kangin y Teuk.
—Mi compañero y
yo tenemos arte que hacer. —Tiró de un Hee riéndose detrás de él.
Teuk miró a Kangin
quien tenía una mirada divertida en su rostro. Le sonrió y él envolvió un brazo
alrededor de su cintura y lo acercó.
—Supongo que
quieres hablar —le dijo.
—Siempre supe que
eras brillante. —Teuk lo tomó de la mano y tiró de él hacia delante—. Buenas
noches, Junjin y Hyesung —gritó por encima del hombro.
—¿Podemos al
menos hacer arte en primer lugar? —preguntó Kangin.
Enfocó esos
brillantes ojos sobre él y eso le hizo muy difícil mantenerse firme. Pero Leeteuk
lo hizo.
—Nop. Me has
estado ocultando cosas.
Kangin gruñó.
—Eso significa lo
que creo que significa, ¿verdad?
—Como dije,
siempre supe que eras brillante.
Hyukjae llevó a Donghae
desde el baño, hasta el dormitorio y luego a su cama. No podía apartar los ojos
de él. Le dio la vuelta para que lo mirara y sonrió cuando se sonrojó. Donghae extendió
la mano y comenzó a desabrocharle la camisa con dedos temblorosos.
—Calma —murmuró
él mientras detenía sus manos y las bajaba—. Tenemos toda la noche, amor, y, en
lo personal, tengo la intención de disfrutar al máximo cada minuto.
—No me estás
ayudando a tranquilizarme, si ese era tu plan —bromeó.
Él se inclinó y
le dio un beso en la frente, respirando su aroma al mismo tiempo. Hyukjae gimió
cuando el deseo de su compañero golpeó su nariz. Echó su cabeza hacia atrás
mientras luchaba contra su propio deseo para evitar abalanzarse sobre él o peor
aún, asustarlo. Abrió los ojos y bajó su cabeza para mirarlo. Donghae lo miró
con tanto amor que casi lo hizo caer de rodillas.
—¿Estás nervioso?
—le preguntó Donghae.
Hyukjae le sonrió
a su compañero, su esposo. Asimiló sus largos y castaños cabellos, sus enormes
y expresivos ojos, y su hermosa sonrisa. Era increíble, y era suyo.
—Por supuesto,
creo que es normal —admitió él.
—¿Por qué?
—preguntó.
—¿Qué quieres
decir?
—Quiero decir,
¿por qué tú estás nervioso? Es decir, mírate, Hyukjae. Tienes el físico de un
maldito modelo de Calvin Klein, eres más guapo que cualquier hombre que alguna
vez haya visto y tienes un hoyuelo que le podría dar a la mayoría munición para
años de fantasías.
Hyukjae se rió y
negó con la cabeza.
—Estoy nervioso
porque tengo a la persona más increíble como mi compañero y él se merece lo
mejor, lo mejor de todo, incluso su primera experiencia haciendo el amor. ¿No
puedes ver cómo eso me pondría nervioso? Si despiertas mañana y te arrepientes
de esta noche será porque yo no te di lo que necesitas, y esa es una de las
cosas más temibles por enfrentar para cualquier hombre. La idea de que no pueda
ser lo que su pareja quiere y necesita.
Donghae empezó a
hablar, pero Hyukjae lo detuvo poniendo un dedo sobre sus labios.
—Esto es
importante, necesito que lo escuches. —Donghae asintió y él retiró su dedo,
pero apoyó la mano sobre su cuello—. Hay tantas cosas que son importantes en un
acoplamiento, un matrimonio; la comunicación, el respeto, el amor, e incluso el
aspecto físico de ello. Necesito saber que estoy haciendo todo lo que puedo en
cada una de estas áreas para hacerte sentir amado, apreciado y adorado.
Necesitas saber que tú eres la única pareja a la que quiero. Eres el único al
que deseo, el único que me hace sentir como el hombre que quiero ser. Estoy
nervioso, porque esta noche es la primera de muchas que vamos a compartir en
algo tan importante y valioso. Necesito que sientas todas estas cosas en la
forma en que te ame esta noche.
Donghae se
sonrojó. No sabía qué decirle. Su mente daba vueltas por todas las cosas que
había dicho y solo quería arrojarse en sus brazos y gritarle que lo hiciera de
una vez. Casi se rió en voz alta de sí mismo. Se preguntó qué le diría él si
hacía justo eso. Lo miró a los ojos y puedo ver allí la ferviente necesidad de
su aprobación. Él realmente quería complacerlo, quería que supiera cuán preciado
era para él.
—Si no estás listo,
Donghae, podemos esperar. No te voy a apresurar. —Donghae sabía que él quería
decir cada palabra. Esperaría por siempre por él si se lo pidiera.
—Hyukjae —resopló
Donghae—, hicimos los Ritos de Sangre. Llevo tus marcas, tu mordida, y ahora
soy tu esposa, ¿qué más voy a esperar?
Hyukjae sonrió.
—Todas esas cosas
son ciertas, pero tú todavía eres joven, y yo sigo siendo el primer hombre con
el que alguna vez tendrás relaciones íntimas. Entenderé completamente si deseas
ir lento.
Donghae golpeó
sus labios con su dedo y Hyukjae pudo ver el aire travieso en sus ojos.
—Lento es bueno,
estoy seguro, pero de acuerdo a Hee algunas veces un poco de rudeza es
necesaria.
Hyukjae tosió,
tratando de tragar. El rostro de Donghae se puso rojo y se echó a reír. No
podía creer que acabara de decir eso. Bueno, eso no era totalmente cierto, no
lo sorprendió completamente. Había vivido con un malvado hechizo infernal,
ayudó a matar a una bruja y luchó contra una horda de demonios malvados, salvó
al Rey Hechicero, y trajo a un poderoso Alfa de regreso a la vida, por lo que
bromear sobre sexo con su compañero y esposo en realidad era pan comido a estas
alturas.
—Donghae mío —la
voz de Hyukjae se volvió baja y acarició su piel. Se estremeció al sentir sus
dedos comenzar a moverse por su pantorrilla, hasta su muslo. Él le dio unos
golpecitos juguetonamente en la cadera mientras sonreía con malicia—, ¿rudo
dijiste?
Donghae gritó
cuando él lo volteó sobre su espalda. En un segundo su mano estaba sobre su
cadera, burlándose, y al siguiente estaba sobre él. La respiración de Donghae
aumentó mientras miraba sus brillantes ojos. El olor único de Hyukjae lo
envolvió, lo acercó más a él. Le gruñó y mordió el hombro. Él se rió entre
dientes por la sorpresa y anheló lo que vio en su rostro.
Lo besó
profundamente tirandole con fuerza contra él y cuando se estremeció, mordió su
labio inferior con sus dientes.
—Será rudo
—susurró él, con voz ronca contra sus labios.
Junjin se sentó
en su oficina enfrentando a un grupo de
rostros solemnes. Había convocado a esta reunión a sus hombres más
cercanos y los de Siwon, incluyendo a sus cuatro primeros, para discutir sobre
el nuevo enemigo que había surgido, justo cuando Mona había caído.
—¿Alguien jamás
ha oído hablar de este hombre envuelto en humo con ojos amarillos? —Siwon miró
a Wadim.
—Sé que podrías
pensar que lo sé todo, porque soy el historiador, pero no tengo nada esta vez.
—Lanzó las manos al aire y las dejó caer pesadamente en sus muslos.
Junjin dejó
escapar un suspiro exasperado. Él había estado devanándose el cerebro, tratando
de recordar dónde había visto esos ojos amarillos. Había pasado mucho tiempo,
pero estaba seguro que había conocido al hombre alguna vez en su larga vida.
—Quienquiera que
sea, es mortífero —dijo Hyukjae, desde donde se apoyaba contra la pared, con su
toalla de barman echada casualmente por encima de su hombro. Él había estado en
el bar trabajando cuando Junjin había llamado y no se había molestado en
dejarla.
—Él es más
mortífero y más peligroso de lo que puedan imaginar. —Una voz profunda retumbó
detrás de ellos. Todos se volvieron para ver a Jungsoo de pie en la puerta.
Todavía parecía débil. Sin embargo, estaba finalmente caminando con su propia
fuerza.
—Por favor, entra
Jungsoo. —Junjin le hizo señas para que tomara asiento entre ellos.
—¿Lo conoces? —Yunho
tomó la palabra. Jungsoo asintió.
—Él es Gura, mi hermano.
Siwon yacía junto
a su compañero, mirándolo dormir. Su rostro estaba relajado y tranquilo,
ninguna línea de preocupación, ningún dolor danzaba en sus ojos. Frotó
suavemente su estómago donde su bebé se encontraba a salvo y creciendo. Cada
día era un día más cerca de su nacimiento, un día más cerca de la promesa que
las Parcas habían hecho de apartarla de ellos. Con todo el caos de las últimas
semanas, no habían tenido mucho tiempo para pensar en el inminente nacimiento.
Los pocos momentos de tranquilidad que habían tenido, los pasaron hablando de
un futuro que podría nunca llegar, pero se negaban a reconocer esa posibilidad.
Siwon había
tomado una decisión que sabía que a Heechul no le gustaría, pero no sabía qué
otras opciones tenía. Él lo besó suavemente en la frente y luego tranquilamente
se levantó de su cama.
Una vez en el
tranquilo jardín, cerró los ojos y se arrodilló en el suelo.
—Solicito una
audiencia contigo, Gran Luna. Es de gran importancia y ruego tu ayuda.
“Tú no tienes que rogar, hijo mío”, su
voz transmitió calor en la habitación fría y Siwon sintió una mano instarlo a
ponerse de pie. “Les he dicho que todo lo
que tienen que hacer es pedir y yo les responderé.”
Siwon encontró su
mirada y apretó los dientes, decidido a sacar las palabras sin romperse.
—Mi pareja está
embarazada y las Parcas han determinado que su vida es la deuda que se pagará
por reponer la vida de Heechul.
Él observó
mientras ella comprendía sus palabras. Ella tenía que saber lo que las Parcas
habían decretado y había optado por esperar para ver cómo Siwon y Heechul
responderían.
“¿Qué es lo que me pides?”
—Quiero tomar su
lugar. Es un inocente, su vida no debería terminar. Yo he vivido mucho tiempo.
He tenido la bendición de haber encontrado a mi verdadero compañero y es justo
que tenga que morir antes que mi hijo.
Los ojos de la
Gran Luna se suavizaron.
“Y, ¿qué diría tu compañero sobre esto?”
—Heechul
sobrevivirá al perderme si rompieras el vínculo entre nosotros. No creo que
pueda sobrevivir a la pérdida de nuestro hijo —le dijo Siwon con sinceridad.
“¿No crees que debería ser su elección?”
—No puedo pedirle
elegir entre nuestro bebe y yo; eso no es justo. Siempre le he dicho que lo
protegería de cualquier cosa, incluso de él mismo.
“¿Esto es realmente lo que quieres?”
Ella dio un paso hacia él y colocó una mano sobre su corazón.
—Sí, si es la
única manera de salvar su vida, es lo que quiero.
La Gran Luna
asintió.
“Que así sea.”
Y, luego, ella se
había ido.
Siwon cayó de
rodillas al sentir su corazón partirse en dos. Su cuerpo se estremeció con su
dolor y su lobo gritó por su compañero. Él mantuvo el vínculo cerrado, no
queriendo despertarlo. Y, en la tranquilidad del jardín, se extendió a la
oscuridad que lo había atormentado durante tanto tiempo, ya que era solo en la
oscuridad que él sería capaz de ocultar su alma destrozada. Lloró por su amor,
por la persona que lo había salvado y llevado
a sentir su vida una vez más.
Rezó para que
fuera capaz de perdonarlo y por que un día podrían estar unidos una vez más.
Prometió que hasta el momento en que las Parcas arrebataran la vida de su
cuerpo, él atesoraría cada segundo que tuviera con Heechul.
Se puso de pie y
se sacudió tanto dolor como pudo. Y, con esa resolución final, se dio la vuelta
y regresó a su amado, lo envolvió en sus brazos y le susurró tres palabras en
su oído:
—Por favor,
perdóname.
Donghae
descansaba contento en los brazos de Hyukjae horas más tarde. Podía oír los
latidos de su corazón, donde su cabeza se presionaba contra su pecho y encontró
consuelo en el ritmo constante. Después de tantos peligros que se habían
enfrentado, de tantas cosas feas que habían sido lanzadas contra ellos, ahora
descansaba en los brazos de su compañero y era hermoso.
—Tú eres hermoso
—susurró.
—¿Estás escuchando
mis pensamientos? —preguntó con una sonrisa.
—Siempre. —Hyukjae
lo apretó cariñosamente—. ¿Estás bien? —Sus palabras fueron suaves y Donghae oyó
la aprehensión en su voz.
Se levantó en un
brazo para así poder mirarlo a los ojos.
—Estoy mejor que
bien, Hyukjae.
—Te amo —le dijo
él mientras estiraba la mano y acariciaba su rostro.
—Gracias. —Donghae
inclinó su cabeza hacia un lado mientras lo miraba, sus ojos estrechándose
pensativamente—. Oye, nunca dijimos nuestros votos.
Hyukjae sonrió
con picardía, lo besó en el cuello y luego volvió a mirarlo.
—¿Te acuerdas de
mí susurrando en tu oído esta noche o las palabras que te envié a través de
nuestro vínculo? —preguntó él.
Donghae asintió.
—Tú eres el aire
que respiro, el alimento que como, el agua que sacia mi sed, Donghae mío. Eres lo que he esperado, lo que he
necesitado tan desesperadamente y lo que jamás podría merecer. Cada promesa
susurrada, cada confesión, cada anhelo, esperanza y sueño que he compartido
contigo esta noche, esos son mis votos para ti, mi amor. Todo lo que necesitas
saber es que yo soy tuyo, de manera inequívoca, y tú eres mío.
Donghae miró
dentro de los ojos del hombre que amaba, el hombre que era más que un hombre y
más de lo que jamás imaginó que podría tener. Vio que cada pensamiento
coincidía con sus palabras, sintió cada emoción tan intensamente como él lo
hizo y encontró la alegría en el amor que él le ofrecía. Era suyo, sin importar
qué nuevo mal enfrentarían, sin importar las pruebas, los triunfos o la furia
que viniera a llamar a su puerta. Era de Hyukjae y Hyukjae era suyo, el destino
los había predestinado y el amor los había unido.
TT_______TT
ResponderEliminarNo inventes!!!!
Algún día mi Sichul sera feliz!? ¿????
Por qué !!!!!
Nooooo
Mi Siwonshis!!!!
A Hee no le va a gustar esto!!
Es que aquí no se puede tener un mome to de felicidad...de disfrutar una victoria.
ResponderEliminarEn el último latido de la bruja...tenía que aparecer el otro...y claro,aún más malo.
En primera instancia pensé en el hermano de jungsoo...lugo cuando alguien pensó que se le hacia conocido,lo sospeche más...llega jungsoo y afirma que es su hermano.
Tantos años en verdad debe ser poderoso,como dejo a Junjin de un solo golpe,a ún hilo de la muerte
Espero las parcas no vengan a reclamarlo también😒
Ah Siwon...muy bonito tu sacrificio,requiere de valor,pero también es un tanto cobarde...ya habíamos quedado que se iba a luchar para lograr que ese bebé viviera...Hee no te lo perdonará😢
Kangin y Teuk siguen es las mismas😕
Por fin la boda...yo creí que a lo mejor la veíamos en los siguientes...pero que bueno que ya hubo *0*
Aún queda camino...y cada vez más pedregoso