Secundaria...
No los mejores años de mi vida.
Hay un
momento en la vida de cada persona, un punto en el tiempo que alterará el curso
en que se encuentran, el camino en que están viajando, siempre. La noche de la fiesta
de cumpleaños de Kim Saeun en mi último año de secundaria fue el mío.
No era el
tipo de adolescente que asistía a fiestas salvajes. No bebía y no perdía el
tiempo alrededor con las drogas y los chicos, así que realmente no tenía
sentido para mí ir. También era muy tímido, con sobrepeso, y torpe en mi propia
piel, piel que tendía hacia los feos granos y enrojecía cuando alguien trataba
de entablar una conversación conmigo.
Los
pasillos de la secundaria eran una tortura para un jovencito como yo, pero
sufría a través de ellos en su mayoría ileso porque sabía cuándo mantener la
cabeza hacia abajo y no fijar mi mirada en los amigos o chicos que estaban
fuera de mi alcance. Al menos lo hice hasta mi último año, cuando mi casillero
terminó justo al lado de Cho Kyuhyun.
Durante
las primeras semanas de escuela, me mantuve para mí mismo y lo ignoré, al igual
que hacía con todos los chicos populares y gente hermosa. Si no conversaba,
entonces, no podría burlarse de mí o, peor aún, mirarme con lástima brillando
fuera de los espectaculares ojos que deslumbraban en su hermoso rostro.
Funcionó hasta el día que se me cayó un libro de cálculo en su pie y lo recogió
para dármelo. Nunca olvidaré la manera en que en realidad sentí como mi Corazón
se detenía y luego comenzaba a latir en el próximo segundo cuando esos
espectaculares ojos brillaron hacia mí. Nunca había experimentado nada
parecido.
Era un
jovencito inteligente, así que sabía que mi afecto era unilateral, pero parecía
bonito, encantador, y me calentaba en el interior que nunca se burlaba de mí, o
me hacía sentir mal por mi peso o me miraba como tantos de mis compañeros lo
hacían sobre una base regular.
Nuestra
sencilla interacción fue buena para mi autoestima, buena para hacerme sentir
más como el resto de los jovencitos adolescentes que merodean por los pasillos
desmayándose sobre él y su grupo de amigos alborotadores. Incluso había
trabajado en el suficiente valor después de un mes o así para devolver sus
“hola” sin que mi piel blanca estallara en llamas. No tartamudeaba o me callaba
cuando él me hablaba más, y de vez en cuando incluso me las arreglaba para
regresarle una sonrisa. Estaba muy orgulloso de mí mismo, así que cuando me
preguntó un viernes si estaba pensando ir a la fiesta de Kim Saeun, había estado
en partes iguales atónito y encantado. Un estremecimiento de anticipación me
sacudió hasta la médula y no pude evitar caer de cabeza en un sueño en donde
este era el comienzo de algo más que un intercambio de cortesías en el pasillo.
Era todo lo que podía hacer para no dar vueltas en un círculo de deleite y
aplaudir mis manos como una fanática ansiosa.
Era más de
lo que normalmente me decía, y él era tan atractivo y simpático que contesté
que trataría de estar allí. No quería parecer demasiado ansioso. Cuando él me
sonrió y me dijo que era increíble y que podríamos pasar el rato, no pude
detener la sensación de que asistir a una descuidada fiesta de secundaria, sin
supervisión, parecía la cosa más importante que había hecho en mi corta vida.
Mi joven hermano
mayor, bonito y popular, encajaba a la perfección en las aguas infestadas de
tiburones que formaban un círculo social adolescente. Me preguntó sin fin sobre
mi repentino deseo de mezclarme con mi grupo de compañeros, me advirtió que los
chicos que eran groseros y poco amigables en una base normal podrían ser
crueles y odiosos cuando la condición social y el
alcohol
estaban involucrados, pero decidí no escuchar.
Me imaginé
que lo peor que podía pasar era que iba a aparecer, no iba a ver a Kyuhyun, o
que él no me vería y yo solo podría darme la vuelta y volver a casa y leer un
libro como lo que hacía la mayoría de los fines de semana. Me estaba haciendo
de la vista gorda a lo que yo sabía era la verdad, pero mi deseo de que este
chico en particular me viera como algo más que lo que lo hacía, era todo lo que
me consumía. Estaba haciendo caso omiso del sentido común y mi propio sentido, afilado
con piedra, de autoprotección.
Dejé que
trabajara sobre mí durante horas. Jugó con mi aparatoso cabello rojo hasta que
estuvo peinado. Dejé que escogiera la ropa, una que nunca me haría lucir como
una porrista talla cuatro, pero estaba de moda y era lindo, e incluso le
permití poner un montón de basura en mi cara que yo sabía que en última
instancia, haría que mi piel se pusiera aún peor.
Los
resultados finales fueron realmente muy agradables. Lucía mucho más arreglado
de lo que normalmente lo hacía. Pensé que solo podía mezclarme con la multitud,
y realmente eso estaba bien, siempre y cuando esos bonitos ojos me encontraran.
Me sentí más confiado y seguro de lo que podía sentirme antes.
Sungjin me
dijo que llegara a la fiesta hasta después de las once, así que esperé con
ansiedad, juguetee con mi cabello, y a través de todos los
escenarios que mi entusiasta imaginación podría imaginar. Tal vez él me
pediría bailar. Tal vez me llevaría fuera y me daría mi primer beso. Tal vez él
me diría que podía ver todas las cosas maravillosas que escondía bajo la
superficie y que quería que fuera su novio.
En
retrospectiva, por supuesto, nada de eso iba a suceder y realmente no sabía la
clase de chico que
realmente era Kyuhyun, pero todavía un flechazo es un flechazo y puede
huir de ti muy rápido.
Y así me
presenté en la ruidosa fiesta de Kim Saeun, apropiadamente tarde, armado con el
mini-cambio de imagen de Sungjin y un Corazón corriendo lleno de expectación.
Cuando
entré en la casa fui golpeado con una explosión de música, y el optimismo que
había sentido empezó a flaquear.
No pude
encontrar un lugar seguro para descansar mis ojos, en todas partes la gente
parecía estar haciendo algo que me hacía sonrojar. Hice todo lo posible para
contenerme de tener la boca abierta, pero sentí el calor revelador
arrastrándose hasta mi cuello mientras me abría paso a través del mar de
cuerpos.
La cocina
parecía un poco menos concurrida, así que me moví en esa dirección, manteniendo
los ojos bien abiertos por Kyuhyun. Estaba seguro de que si pudiera
encontrarlo, esta noche daría la vuelta.
Al doblar
una esquina alguien tropezó conmigo, derramando pegajoso líquido rojo en toda
la parte delantera de mi cuidadosamente seleccionada camiseta. Di un grito
ahogado de sorpresa y el que me empujo siguió adelante sin siquiera
disculparse. Estaba temblando y oficialmente volviéndome loco en el interior.
Era muy claro que no pertenecía a ese lugar, no importaba cuán lindo fuera Cho Kyuhyun.
Mis manos empezaron a temblar y me llevó hasta el último gramo de autocontrol
que tenía mantener a raya las lágrimas.
Resultó,
que la cocina era tan mala como el frente de la fiesta. Peor realmente, porque
el alcohol al parecer se mantenía allí y la gente en esa habitación parecía
estar más borracha que borracha.
Fue como
caminar a través de un campo minado de comentarios feos y sucios el conseguir
llegar al fregadero para tratar de limpiarme. Escuché un par de risitas, vi
algunas miradas borrosas echarse en mi camino, y fue suficiente. Planeaba enjuagarme
y volver a casa. Este lugar y estas personas no eran para mí y lo sabía mejor
que nadie.
―¿Quién te
invitó?
La
pregunta era confusa y siguió con una pesada mano sobre mi hombro. La voz, y la
mano, no pertenecían a otra que a la cumpleañera, y estaba borracha. Realmente
borracha y fuera de sí.
―¿Qué?
―¿Quién te
invitó? ―Había una sonrisa burlona en sus bonitos labios, sus grandes ojos
marrones vidriosos―. ¿Por qué estás aquí?
Quería
decir que Kyuhyun me había pedido que viniera, que él me había dicho que íbamos
a pasar el rato esta noche, pero no podía pronunciar las palabras... porque en
ese momento apareció.
Entró en
la cocina, seguido por los gemelos Lee y Henry Lau. Allí no había duda: estos
chicos llevaban la fiesta con ellos a dondequiera que fueran. Kyuhyun estaba en
su habitualmente descuidada apariencia de jeans rasgados, zapatillas de skate,
y una camiseta de una banda. También tenía una gorra de béisbol calada sobre la
frente que no hacía nada para ocultar el fuerte rubor de su cara o la bruma
confusa y borrosa que cubría sus ojos.
Era obvio
que estaba ebrio o incluso drogado y sentí los primeros hilos de la decepción
empezar a atar mi agrietado Corazón. Vi su mirada recorrer la cocina, aterrizar
en mí, y mantenerse en movimiento. Eso me hizo aspirar una respiración dolorosa
y tuve que morder el interior de mi mejilla, con fuerza, para evitar realmente
llorar.
Era como
si él ni siquiera me hubiera visto. No sonrió, no me dio un guiño, y nada como
inclinar la cabeza en mi dirección. Era como si yo no existiera. Me sentí
insensible. Me sentí como si mi sangre se convirtiera en hielo y todo en el
centro de mi pecho hubiera dejado de trabajar.
Saeun aparentemente
se olvidó de mi gordura y fealdad estropeando su fiesta y se limitó a las
nuevas incorporaciones. Si mi Corazón se llenó de sentimientos horribles con su
flagrante rechazo, entonces prácticamente estalló de golpe cuando él la levantó
en sus brazos y la dejó inhalar su cara mientras
la agarraba del culo.
Quería
ahogar mi vergüenza mientras me arrastraba hacia atrás fuera de la cocina. Allí
no había más pensamiento que poner que la propia auto conservación, solo para
escapar. Tenía una frenética, desesperada necesidad de poner la mayor cantidad
de espacio posible entre esta fiesta y yo, pero más aún entre Kyuhyun y yo. Por
suerte, las lágrimas no cayeron hasta que estuve seguro en mi auto.
Kyuhyun
podría ser agradable cuando solo éramos él y yo en nuestros casilleros, pero lo
ponías en una habitación llena de gente, le dabas una chica o joven delgado y
muy bonito, y yo era invisible. Había sido tan estúpido como para pensar que
era algo más.
Así que
hice lo que era instintivo y resucité el escudo alrededor de mi Corazón. A
partir de entonces no le hice caso cada vez que trataba de decirme hola. Aparté
la vista de él cuando me sonreía. Evité mi casillero tanto como pude y traté de
concentrarme en el hecho de que la graduación estaba a la vuelta de la esquina
y yo estaría dejando este pequeño pueblo, y a este chico sin saber que había
herido mis sentimientos tan profundamente, detrás.
Sabía
lógicamente que Kyuhyun no
sabía cómo me sentía, no tenía ni idea de que había pensado que él era
diferente y especial, pero eso no hizo a la quemadura de su ignorancia o
de mi vergüenza menos caliente.
En el
calor de la primavera, con mi inscripción a la universidad listo para el otoño
y mis inseguridades cuidadosamente compartimentadas, el aguijón de mi fallido
enamoramiento finalmente comenzó a sanar, me topé con Kyuhyun y sus amigos
afuera fumando después de la escuela... El Corazón me dio un vuelco, pero
ninguno de ellos me vio y me escabullí con la esperanza de darme prisa a mi
auto y planeaba ignorarlo como había estado haciendo desde la fiesta, cuando su
voz profunda asaltó mis oídos.
―Es un
desastre. Si alguna vez quiere tener sexo, tiene que mirarse en el espejo y tal
vez hacer un poco de trabajo.
Uno de los
otros chicos se rio ante la desagradable declaración y pensé que me iba a
vaporizar en una horrorizada nube de humo. Tenía que estar hablando de mí y no me podía mover una
vez que me enteré de lo que estaba diciendo.
Oí a Kyuhyun
resoplar mientras trataba de escabullirme así no se darían cuenta de mi o de
mis lágrimas. Nunca había llorado tanto por cualquier otra persona, lo que hizo
que lo odiara un poco, o mucho, mientras él seguía hablando.
―Quiero
decir, no soy exigente, le llevaría a la cama. Solo podría tener que ponerle
una bolsa en la cabeza primero, o algo
así.
Eso envió
al resto de los chicos rodando de la risa mientras el suelo debajo de mí
desaparecía y un sollozo se quedaba atrapado en mi garganta.
¿Cómo pude
haber estado tan increíblemente equivocado acerca de alguien? Cualquier esperanza,
cualquier pensamiento de que él era diferente, que cualquier niño bonito podría
ser diferente, fueron aniquilados con esas duras palabras, llenas de odio.
Palabras que cambiaron para siempre la forma en que veía al género opuesto.
Cho Kyuhyun
era una hermosa llama, malvado y caliente que me quemó cuando me acerqué
demasiado. No era más que la primera parada en un viaje salpicado por la
decepción, pero en algún lugar en el camino me encontré de pie. Mi propósito.
Solo no lo supe tan pronto como lo hice, Kyuhyun se las arreglaría para poner
mi mundo al revés de nuevo, y solo un tonto se quema dos veces con el mismo fuego.
***
El Dodge
Charger totalmente restaurado se estaba devorando la carretera mientras corría
a través de la fría noche. El enorme motor estaba gruñendo con furia a ritmo
con mi Corazón tronando y las ráfagas de ligera nieve salpican el parabrisas,
de modo que podría culpar el parpadeo rápido de mis ojos en tratar de ver a
través de las desagradables condiciones de la carretera y no en la emoción
amenazando con superarme.
Estaba en
una niebla tal, un estado de incredulidad tal, que me sentí entumecido y apenas
consciente de lo que estaba pasando a mí alrededor. Acababa de encontrar a mi
tío Shindong, la única figura paterna que tuve en mi vida, inconsciente en el
suelo de su cabaña de caza. Estaba frío e inmóvil. Parecía un esqueleto, la
piel estirada sobre los huesos que parecían demasiado frágiles. Corría el
“Vuelo por la Vida” mientras los guarda parques que había llamado lo
transportaban por aire a la sala de emergencia en Seúl.
Solo para
añadir al peligro de la velocidad en estaba manejando y la forma en que mi
mente estaba en cualquier otra cosa que el camino delante de mí, hice una llamada de pánico a Kim,
mi compañero de trabajo y amigo cercano. Él era del tipo de persona que se
encarga de las cosas y reuniría a las tropas y haría llegar a todos los demás
que importaban la información que necesitaban sin que yo tenga que preocuparme
por ello. Él ayudaría a cuidar de mí, siempre lo hacía.
Llegué al
hospital en un tiempo récord e irrumpí en la sala de emergencia en una ola de
ansiedad y temor. Estaba más familiarizado con estos muros institucionales y
estériles de lo que quería estar… uno de mis mejores amigos, mi sustituto de
hermano mayor Lee Siwon, se había visto involucrado con un grupo de
motociclistas y un montón de balas no hace mucho tiempo y me había pasado horas
y horas paseando nerviosamente en estas mismas salas de espera para ver si iba
a salir adelante. Pero esta vez, esta visita se sentía que podría definir el
resto de mi vida.
El guardia
de seguridad me dio una mirada de preocupación. Estaba acostumbrado a ello.
Cuando tienes una llama amarilla, naranja y roja tatuada a lo largo de cada
lado de tu cuero cabelludo y tienes tatuajes desde el cuello hasta la muñeca en
cada brazo, la gente tiende a pensar que no eres realmente un tipo muy
agradable.
Lo curioso
es que yo era normalmente mucho más agradable que la mayoría de los chicos que
quiero como hermanos, pero no en este momento, y si el enfermero que estaba
sentado detrás de la mesa no me decía en dónde estaba mi tío al segundo
siguiente iba a perder por completo el control.
Estaba a
punto de respirar fuego mucho más caliente que del tipo tatuado encima de mí
cuando lo vi caminando hacia mí. Tenía el aspecto de un ángel, su nombre era Lee
Sungmin, el único que odia cualquier cosa y todo lo que tenga que ver con Cho Kyuhyun.
Era hermoso, impresionante, me despreciaba absolutamente, y no hacía nada para
ocultarlo. Me había topado con él más de una vez en mis desafortunados viajes
frecuentes a esta sala de emergencia, donde parecía ser un elemento permanente.
Habíamos
ido a la escuela secundaria juntos hace años, y aunque estaba a favor de
entablar una especie de reunión, él opinaba todo lo contrario. Hacía un gran
espectáculo en evitarme, o darme nerviosas miradas de soslayo como si no confiara
en mí o estuviera obligado a soportar mi compañía. Solo que en este momento,
esta vez, me miraba con partes iguales de compasión y seriedad en sus suaves
ojos claro. Eso no dejó ninguna duda de que las cosas con Shindong eran muy,
muy malas.
Puso una
mano en mi hombro y sentí que iba a hacerme añicos bajo el suave toque.
—Kyuhyun…
—Su voz fue suave y pude oír las malas noticias en ella—. Ven aquí y habla
conmigo por un minuto.
No quería.
No quería oír cualquier palabra terrible que iba a tener que decirme, pero
porque era tan hermoso, porque tenía los ojos más bonitos que había visto
nunca, aturdido, solo hice lo que me pidió. Había gente peor de quien recibir
malas noticias.
Nos
alejamos un poco del mostrador enfermería, y lo miré con inquietud.
—¿Sabías
que Shindong estaba tan enfermo?
Sentí como
si me estuviera preguntando como un amigo, o alguien que realmente se
preocupaba por lo que estaba sucediendo, y no como un profesional de la
medicina. Sabía lógicamente que solo estaba haciendo su trabajo, pero eso me
hizo sentir mejor que fingir lo contrario.
No tenía
ninguna palabra que se escuchara o sintiera correcta para contestar, así que
negué con la cabeza.
—Reconocí
el nombre en los trámites de admisión y los dos se parecen demasiado. Me
imaginé que te encontraría aquí.
Me tragué
mi atronador latido del corazón y asentí con rigidez.
—Él es mi
única familia. —Eso no era del todo cierto, pero era la única familia que tenía
que realmente me importaba.
Suspiró y
traté de no estremecerme cuando puso una mano en mi mejilla. Sabía que yo no le
agradaba, y por alguna razón eso hizo que el hecho de que estaba siendo tan
considerado, tan atento, diera en el blanco, que todo lo que se estaba
preparando para decirme era mucho peor de lo que imaginaba.
—Tiene
cáncer de pulmón… los doctores están pensando en estado cuatro. Tiene un
extenso historial médico. Ha estado recibiendo tratamiento por un tiempo. Lo
instalamos, le dimos fluidos, podría tener neumonía, así que por eso él está
luchando por respirar, y sus niveles de oxígeno son peligrosamente bajos. No
estamos al cien por ciento seguros de por qué no ha respondido todavía, pero
estamos tratando de conseguir que despierte. El médico que lo atiende llamó al
oncólogo que figuraba en la tarjeta de Shindong. Es una situación grave, Kyuhyun.
No puedo creer que no te permitiera saber lo mal que estaba.
Dejé caer
mi cabeza como si fuera de repente demasiado pesada para sostenerla y sus
suaves dedos acariciaron mi mejilla. Fue sorprendentemente relajante.
—Él me ha
estado evitando. —Sonaba patético a mis propios oídos.
Sungmin iba
a decir algo más cuando un diminuto duendecillo embarazado y un gigante
descomunal entraron a toda marcha a la sala donde estábamos parados. No
reconocí al tipo más viejo que vino con ellos, pero tenía una mirada atenta en
su rostro que casi daba miedo.
La
caballería había llegado. Sungmin se iba a retirar y yo instintivamente agarré
su muñeca. Necesitaba a mis amigos, quería a mi tripulación de inadaptados y
rebeldes, pero en este momento yo lo necesitaba más. No podía explicarlo. Él me
dio una sonrisa lánguida y tiró de su brazo.
—Voy a ir
a ver cómo está y ver si logramos despertarlo para que puedas verlo. Kyuhyun…
deberías considerar la posibilidad de dejar de fumar.
La última
de sus palabras se desvaneció cuando fui arrollado por un duendecillo punk-rock
y envuelto en un abrazo que necesitaba como nunca antes. Dejé que Heechul
hiciera su magia y tratara de hacerme sentir mejor. También dejé que la fuerza
tranquila y la segura estabilidad del hombre que yo consideraba mi hermano
mayor me tratara de afianzar. Lee Siwon una roca y yo necesitaba esa clase de
estabilidad a medida que mi mundo estaba sacudiéndose a mí alrededor.
Estaba
procesando las cosas, tratando de poner las emociones que se agitaban y rodaban
bajo control, tratando de entender lo que estaba pasando cuando ellos se
presentaron. Ya era bastante malo que mi madre estuviera allí, pero que tuviera
el descaro de traer a ese imbécil con el que se casó, solo estaba empujando los
límites de mi control ya hecho jirones.
¿Por qué
estaba aquí?
Shindong
la hizo su contacto de emergencia, su apoderada… como si fuera de alguna manera
más importante para él que yo.
¿Por qué?
No
respondió.
¿Sabía que
estaba enfermo y por cuánto tiempo? Ella lo sabía. Shindong no quería que me
preocupara.
Trató de
convencerme de que todo era en mi mejor interés y mi cabeza estaba a punto de
estallar con cada pregunta mordaz que le soltaba, cuando mi mejor amigo, Hyukjae
, apareció con su prometido. Tuve un momento de claridad y estaba empezando a
ver a través de la neblina de miedo, ira, resentimiento, y todo lo demás
alimentando mi sangre cuando la cabeza cobriza de Sungmin apareció por la
esquina. Sus palabras ya habían cambiado
mi vida una vez esta noche.
No tenía
idea de que él no estaba ni siquiera cerca de terminar.
Inclinó la
cabeza hacia un lado, parpadeó sus ojos sobre mí como si no estuviera a punto
de romper el fundamento de todo lo que yo creía que sabía, y dijo:
—Está
despierto y pregunta por ti.
—¿Por mí?
—Sí, me
dijo que quiere hablar con su hijo… ese
tienes que ser tú, ¿verdad? Ustedes parecen idénticos.
El mundo
cayó. Dejé de respirar, dejé de sentir, y dejé de vivir. Estaba clavado en el
lugar, atrapado en un momento en el que mi querido tío Shindong de alguna
manera se había simplemente transformado en mi padre.
Las
mentiras, los secretos, la pérdida de tiempo, la sensación de vacío que siempre
había llevado alrededor de no ser reconocido no solo por una madre superficial
e indiferente, sino también por un padre sin nombre, sin rostro, dio vuelta y
vuelta, y sentí que iba a desmayarme por el mareo que provocó.
—¡Jodida
mierda! —Típico de Hyukjae , me trajo de vuelta a la habitación blanca con
estrépito y la sangre corriendo en mi cara y orejas. Iba a perder el control,
pero como si lo supiera, Heechul de repente estaba allí, justo en mi cara,
siempre la voz de la razón. Siempre cuidando de sus chicos.
—Kyuhyun.
—El tono de Heechul era severo y sin replica—. Ahora no es el momento. Podemos
resolver todos los detalles más tarde. No importan. Tienes que apreciar que él
todavía está aquí y concentrarte en el ahora. —Sus ojos brillantes danzaron a
su hombre y luego se deslizaron de vuelta a mí—. Además, no puedes golpearla y
salirte con la tuya. Yo puedo. —Su rubia cabeza de puntas se inclinó en
dirección a donde mi madre estaba acurrucada junto a su marido. No me
extrañaría que él realmente avanzara a abofetear a mi madre. Era por eso que lo
amaba tanto.
Heechul se
hizo a un lado cuando Sungmin se acercó a mi lado y puso su mano en el hueco de
mi codo en un gesto silencioso para que lo siguiera.
—Te
entiendo, Kyuhyun. —Sus ojos eran de un nubarrón que quería mirar para siempre.
Esa era una tormenta de la que nunca me quejaría por quedar atrapado.
—¿Lo
haces? —Tenía la esperanza contra toda esperanza que fuera la única persona que
pudiera escuchar mi voz quebrarse, y que Heechul realmente sacara a mi
mentirosa madre conspiradora fuera de la sala de espera de emergencia.
—Lo hago
—medio susurró, y quise preguntarle por cuánto tiempo lo haría.
¿Iba a
estar allí mientras hiciera frente a mi modelo a seguir, la única persona que
me había dedicado su tiempo, su amor, quien me convirtió en un hombre del que
estaba orgulloso de ser?
¿Y qué hay
mientras tuviera que lidiar con el hecho de que ese mismo hombre me había
mentido toda mi puta vida?
No tenía
ni idea de quién era Cho Shindong, y como resultado, me estaba empezando a
preguntar si tenía idea de quién era Cho Kyuhyun. No podía explicarlo, no le
conocía. Apenas lo recordaba de antes, y realmente no tenía ni idea de qué
clase de persona era más allá de su trato con los pacientes agradable y
profesional, pero quería que estuviera allí, sentí que necesitaba que estuviera
allí… era una jodida lástima que me odiara.
Puede
haber sido de Acción de Gracias, pero estaba teniendo un momento muy difícil
encontrando una sola cosa por la que agradecer.
Ahhhh
ResponderEliminarNo creo que los chicos hablaran de Minnie~ esa vez!
Tal vez escucho una conversación que no era de su incumbencia!
Ahhhh
Genial!!!!
Esto esta muy bueno!
Pienso que al final todo esto resultara ser tan solo un malentendido o eso espero porque esas palabras sonaron cuerles.
ResponderEliminarOk Saeun en este fic sera la manzana de la discordia y el pasado de Kyuhyun tambien afectara mucho :/
esperemos y las cosas se vallan aclarando poco a poco :)
Gracias por el cap ~~
Nada me emociona más que un Kyumin sufrido.
ResponderEliminarSra.madre de Kyi sepa que si Hee no le pega lo haré yo.
La cosa es que...sin duda Min estaba equivocado respecto a Kyu...creo que también dudo que esas palabras haya sido para él...y bueno,uno sí puede quemarse dos veces con la misma llama...y más cuando esta se presenta de nuevo en forma de Kyuhyun.
ResponderEliminarAl menos Kyu lo recuerda...eso debe ser un punto para él.
En esa fiesta borracho y drogado
Luego al tiempo Min lo escucha diciendo esas palabra...claro que le tuvieron que dolor,aunque no hayan sido para él,así lo supuso.
Ahora a Kyu se le viene una más encima,enterarse que su tío en realidad es su padre y que está casi al borde de la muerte.
Aaaahhh Shindong...por qué😢😢😢
Pero imagino que el destino hizo de las suyas...le quitará a Shin,pero le trajo de vuelta a Min *0*