Una vez que todos
se montaron en los vehículos, los bolsos de todos amontonados en la parte
trasera de
cada una de las
camionetas, Donghae se tomó un minuto para mirar la disposición de los
asientos. Junjin,
Hyesung y Sora
estaban en el frente, Yunho, Siwon y Kangin estaban en la parte de atrás, y Donghae
y Hee
estaban en el
segundo asiento con Donghwa sentado entre ellos. Donghae se estiró sobre Donghwa
mirando hacia su
malvado amigo.
—¿Qué estás
tramando, Hee? —susurró Donghae.
Hee tenía esa
mirada en su cara a la que Donghae estaba muy acostumbrado. Donghae pensó en él como el rostro antes de la tormenta.
—Oh, ¿cómo puedes pensar posiblemente que estaría
tramando algo? —Hee parpadeó inocentemente.
Donghae negó con
la cabeza y se dio cuenta una vez más mientras volvía a sentarse que Siwon
estaba
ubicado
directamente detrás de Hee. Genial, Hee estaba en uno de sus estados de ánimo
donde sólo
tenía que empujar
al león. Él no podía dejar las cosas como estaban. Donghae se preparó para lo
que era seguro un viaje
entretenido al aeropuerto, por breve que sea.
Efectivamente, en
no menos de diez minutos Hee dejó escapar un suspiro dramático.
—Donghae, estoy
tan malditamente cansado —anunció. Luego trató de apoyarse en la ventana, luciendo como si estuviera
tratando de ponerse cómodo.
Una vez que fue
obvio que no iba a suceder, se sentó y miró hacia Donghwa. Hee se encogió de
hombros en una actitud de
“qué diablos” y justo antes de que apoyara la cabeza en su hombro, Donghae vio
a Hee guiñarle un ojo.
—Muévete —le dijo Siwon.
Donghwa se levantó tan rápido que se golpeó la cabeza contra el techo del vehículo.
Se deslizó en
torno a Donghae y le dio un empujón a su pierna con la suya indicándole que él
quería que le pasara por
encima. Donghae miró hacia atrás a Siwon otra vez para ver que sus brillantes
ojos estaban ahora fijos en la
parte posterior de la cabeza de Hee.
—Eres un chico muy
malo. Ya te he dicho esto antes, ¿verdad? —le susurró Donghae en el oído a Hee.
—Oh, amánsate. No
me metería con él si no fuera tan fácil, pero él camina directo hacia ello,
¿sabes?
Quiero decir, en
serio, Donghae. ¿Cómo puedo pasar eso?
—Bueno, podrías
hacer como el resto de nosotros y crecer —dijo Donghae en su tono maternal.
—Ahh, pero querido,
¿dónde estaría la diversión en eso?
Teuk se reclinó en
la silla, un poco más cómodo que cuando se había despertado por primera vez
ahora que el
doctor Lee, o Hongki como él insistía
en que lo llamara, le
había dado algún
medicamento para
el dolor. Continuó alcanzando a Kangin, aunque no siempre con palabras, más
que nada para sentir
que aún estaba allí, que el vínculo estaba todavía abierto entre ellos.
Había decidido no
mencionarle a Kangin todavía lo que Jihoon había planeado. Había estado
tratando diligentemente de bloquear parte de sus pensamientos de él, así no
sabría que Jihoon iba a tratar de
conseguir que
tomara su sangre. Teukkie estaba seguro que si Kangin no había matado a nadie
todavía, esa pequeña
información podría inclinar la balanza.
—Teukkie, ¿cómo te
sientes? —oyó a Hongki preguntar.
—El dolor es
tolerable en este momento —respondió Teukkie, volviéndose hacia el doctor.
Teukkie se relajó
en una posición sentada con el fin de mirar directamente a Hongki sin tener que
girar la cabeza. Jihoon
les había quitado las esposas de sus manos cuando les dijo que había puesto
un candado en la
parte exterior de la puerta. Cada uno de ellos todavía tenía un pie esposado a
las
sillas, pero al
menos se podían mover un poco.
Después de que Jihoon
les había quitado las esposas y salido de la habitación, Hongki le había dicho
a Teukkie que
podía oír a otro hombre en la cabaña. Al principio Teukkie iba a preguntar cómo
podía
saberlo, pero
poniendo los ojos en blanco, recordó, oh sí, joven lobo.
—¿Quién crees que
es? —preguntó Teukkie.
—Tal vez un
miembro de su manada. No hay manera de que Jihoon nos dejaría aquí por nosotros
mismos si
necesitaba suministros. Él tiene que tener a alguien ayudándole y es raro para
un lobo
buscar la ayuda de
un ser humano.
Teukkie pensó en
sus palabras y se dio cuenta que podrían serle útiles a Kangin.
«Kangin, hay otro hombre aquí con Jihoon. No lo hemos visto pero el
doctor Lee dice que puede oírlo.»
«Pregúntale a el doctor Lee si puede oír a Jihoon utilizar un
nombre. Cualquier nombre que Jihoon podría decir puede ser útil.»
«Está bien. ¿Dónde están?» preguntó Teukkie.
«Estamos en el avión de camino. Donghae quiere que te diga…»
Teukkie sintió la
reticencia en Kangin de decirle.
«¿El quiere que me digas qué?» solicitó Teukkie.
«Esta realmente debería ser una conversación que tengas con tus amigos,
pero Donghae no desistirá, así que, quiere que te diga que Siwon vio a Hee
desnudo.»
Teukkie pudo oír
la vergüenza en sus palabras y podía imaginar a Hee amenazando con lanzar a Donghae
fuera del avión.
«¡Qué!»
Teukkie en
realidad habló en voz alta, así como en su mente antes de que pudiera
detenerse.
Hongki se
sobresaltó ante la repentina explosión de Teukkie. Teukkie lo miró tímidamente.
—Estoy bien, sólo
algunos problemas técnicos.
—Estás hablando
con Kangin, ¿no es así? —le preguntó Hongki. Teukkie asintió y luego dirigió
sus pensamientos a Kangin.
«Realmente quiero saber por qué Hee estaba desnudo frente a él, pero
sé lo que están haciendo, están tratando de distraerme.»
«La distracción es la especialidad de Hee, amor.»
«Mantenme informado, hombre lobo. Voy a tratar de ver lo que sabe el
doctor Lee.»
Teukkie intentó
bloquear el dolor que había comenzado a quemar a través de su
cuerpo, juraba que sintió como si alguien estuviera tratando de cocinarlo desde
el interior hacia
fuera.
«Leeteuk, estás con dolor, ¿qué pasa?»
Escuchó la
preocupación en su voz y lo sintió vertiendo amor a través de su vínculo. Tenía
que
bloquearlo hasta
que pudiera ponerse a sí mismo bajo control o lo volvería loco, sabiendo que
estaba
sufriendo y fuera
de su alcance.
«Estoy bien, hombre lobo, sólo algunos calambres. Voy a descansar un
poco antes de que Jihoon
regrese. Te amo.»
«Estoy contigo, Angel.»
«Lo sé, hombre lobo.»
Hongki vio como Teukkie
se hizo un ovillo, con los ojos fuertemente cerrados, como si estuviera
tratando de dejar
fuera el dolor que le estaba desgarrando. No le preguntó si había algo que
pudiera
hacer para ayudarlo
porque él sabía que no lo había. Hasta que Teukkie obtuviera sangre de lobo
continuaría
sufriendo, y lo más probable es que empeoraría. Finalmente el cuerpo de Teukkie
se relajó, pero el dolor la
había dejado sin aliento y se esforzaba para arrastrar aire a sus pulmones.
—Sea honesto, doc
—dijo Teukkie, abriendo los ojos y fijándolos en él—,¿cuánto peor se va a poner
esto?
Sabía que Teukkie
no querría ser engañado, ni querría la verdad recubierta de azúcar, así como él
tampoco le haría
eso a uno de sus pacientes.
—Se va a poner
mucho peor, Teukkie. Tu cuerpo va a seguir atacándose a sí mismo y si no
recibes la
sangre de lobo,
tus órganos empezarán a dejar de funcionar. Sé que no es lo que quieres oír,
pero seré
siempre honesta
contigo.
Teukkie asintió.
—¿Sabes cuánto
tiempo podría tomar? Quiero decir, ¿crees que voy a ser capaz de aguantar hasta
que
Kangin llegue?
—Suenas tan seguro
de que va a encontrarte. —La expresión en los ojos de Hongki dijo que no creía
que Kangin tuviera una
maldita esperanza.
—Él me encontrará,
de eso no tengo ninguna duda —dijo Teukkie con confianza—. Pero el mientras
tanto es lo que me
preocupa. Ya ves, no estoy muy entusiasmado con la idea de tomar la sangre de
Jihoon. Así que
estoy tratando de prepararme.
Teukkie miró como Hongki
encontró su mirada y sin parpadear, le dijo:
—Prepárate para lo
peor.
Teukkie no dijo nada
más después de eso. Dormía cuando el dolor se abatía pero se despertaría
gritando cuando volvía.
Estaba constantemente tratando de centrarse en mantener su escudo en su mente
para que Kangin no
supiera lo mucho que estaba sufriendo.
De vez en cuando
simplemente decía su nombre a través de su vínculo sólo para oír su respuesta.
Recordó estar despierto un
par de veces con el sonido de Hongki diciéndole que comiera, pero la comida no
tenía ningún atractivo
porque sabía que simplemente la vomitaría. Otro momento en que estuvo despierto, Hongki intentó
conseguir que bebiera algo pero de nuevo Teukkie se negó.
No sabía cuánto
tiempo había estado en esta habitación con Hongki, no sabía si había sido horas
o días. Todo lo que sabía
era que el dolor era cada vez peor y aunque se mordió el labio luchando contra
la necesidad de
gritar, no funcionó.
—¡Ahhhhhhh! —Su
grito se apagó en sollozos que sacudían su cuerpo. La puerta de la habitación
se abrió y Jihoon entró
corriendo.
—Hongki, ¿qué está
mal? —Miró para ver a Teukkie retorciéndose de dolor, con el rostro tan
contorsionado que
dolía mirar—. ¡Arréglalo! —gritó Jihoon al doctor que estaba sentado al otro
lado de Teukkie, con la
jeringa de medicación para el dolor ya en la mano.
—El medicamento
para el dolor no dura tanto tiempo. Sedarlo sería la única manera de detener el
dolor —gruñó Hongki,
sus labios encrespándose de nuevo para mostrar sus dientes.
—¡NO! —rechinó Teukkie.
La idea de no poder llegar a Kangin era insoportable, preferiría soportar su actual tormento—.
Ninguna sedación, por favor, no.
Jihoon se
arrodilló a su lado y trató de tomarle la mano entre la suya, pero Teukkie se
apartó.
—¡No me toques!
Jihoon gruñó, sus
ojos se estrecharon, y sus labios se dibujaron en una delgada línea. Se volvió
hacia
Hongki.
—Mañana vamos a
tratar de darle mi sangre.
—No, nada de
sangre —gimió Teukkie mientras continuaba luchando a través del sufrimiento.
—Teukkie, la
sangre te hará mejorar, no sabes lo que estás diciendo —trató de persuadirlo Jihoon.
Teukkie abrió los
ojos y miró a Jihoon fijamente.
—No tu sangre.
Nunca tu sangre —rechinó a través de sus dientes, pero lo suficientemente alto
para
que escuchara.
Jihoon le gruñó,
mientras su rechazo le daba una bofetada en la cara. Sintió una inmensa rabia
venir
sobre él y quiso
romper algo, cualquier cosa. Agarró el brazo de Teukkie y tiró de él hacia
delante para que su cara
estuviera a centímetros de la suya. El agarre que tenía sobre él se sentía como
si en cualquier momento sus huesos
se romperían por la mitad.
—Vas a tomar mi
sangre, serás mío, y no hay nada que ese cachorro pueda hacer al respecto. —Sus
ojos brillaban
peligrosamente mientras le gruñía y aunque él sabía que no debería provocarlo
más,
todo el sentido de
supervivencia se fue por la ventana.
—Puede que me
hayas secuestrado —su voz era apenas un susurro—, pero nunca seré tuyo. —Como
para acentuar sus
palabras le gruñó en respuesta y luego le escupió en la cara de lobo.
Teukkie miró
mientras sus colmillos se alargaban, sintió que sus uñas se volvían garras
contra su piel.
Jihoon lo dejó
caer de nuevo a la silla y le dio una bofetada tan fuerte que estaba seguro que
algunos
dientes se
soltaron.
—¡JIHOON! ¿Qué
demonios te pasa? —Teukkie escuchó a Hongki gritar.
Cuando Jihoon se
giró hacia el sonido de su voz, Hongki vio que los ojos de Jihoon lucían
salvajes,
su respiración
rápida e incontrolada. Jihoon estaba siendo consumido por la locura. Sabía que
los
machos que vivían
mucho tiempo sin parejas podían volverse locos, pero él parecía estar avanzando
a una velocidad
increíble.
En los cuatro días
que él y Teukkie habían estado con él, se había dado cuenta de sus hombros
encorvados, el
ceño fruncido y los constantes ojos entrecerrados mientras su estado de ánimo
se hacía
más y más oscuro.
La única cosa que Hongki
podía imaginar era que tal vez la idea de tener a Teukkie no estaba
realmente haciendo
nada para combatir la locura porque él no era su verdadero compañero. La
persona que él
cree que es la que va a llenar ese abismo oscuro le está rechazando y la
precaria presa
que se había
mantenido en su lugar por la promesa de un compañero se había roto cuando Teukkie
le
había dicho que
nunca sería suyo. Fue entonces cuando Hongki se dio cuenta que Jihoon haría lo
que
fuera para tener a
Teukkie sometiéndose a él, incluso si eso significaba golpearlo.
Hongki se abalanzó
sobre él, tratando de agarrar la mano que estaba retrocediendo para golpear a
Teukkie de nuevo.
Jihoon se giró en
el último minuto y el puño conectó con la cara de Hongki. Él sintió su
mandíbula
quebrarse y luego
las luces se apagaron.
Teukkie vio a Hongki
caer al suelo por la fuerza del puño de Jihoon. Antes de que pudiera llamar a
gritos a el doctor,
Jihoon lo había jalado por el cabello. Teukkie gritó por el fuerte dolor que
entró
por su cuero
cabelludo. Cerró los ojos al sentirlo inclinándose a su cuello, tomando una
respiración
profunda.
Quería vomitar
ante la idea de él aspirando su aroma, su piel se puso de gallina al contacto
de la suya
contra la suya.
Jihoon se sentó en
la silla y puso a Teukkie en su regazo. Continuó agarrándolo por su cabello
sosteniéndolo en
su lugar. Observó con fascinación enferma cuando trajo el antebrazo de su mano
libre a su boca y
con los colmillos que se habían alargado mordió.
El mordisco fue
tan profundo que su sangre corrió libremente de la herida. Jihoon se volvió y lo
miró,
la sangre en su
boca goteaba por su barbilla mientras hablaba.
—No deberías
haberme presionado, Teukkie. Podría haber sido especial, podría haber sido
bueno,
pero presionaste,
por lo que ahora lo haremos de la manera más difícil.
Tan pronto como Teukkie
se dio cuenta de su intención, el dolor fue olvidado y su único objetivo
estaba en hacer lo
que fuera para salir de las garras de Jihoon. Le dio una patada, arañó sus
brazos y
su cara, pero él
era demasiado fuerte.
Teukkie cerró los
ojos mientras seguía luchando, sintió nauseas a la sensación de su brazo contra
su
boca, el olor de
hierro golpeando su nariz mientras sentía una sustancia pegajosa caliente tocar
sus labios.
Luchó duro, pero Jihoon
había movido la mano que había estado sosteniendo su cabello a su frente
para mantener su
cabeza en su lugar. Él presionó su brazo con más fuerza contra su boca y luego
lo
sintió tapándole
su nariz.
Teukkie trató muy
duro de contener la respiración, decidido a morir por falta de oxígeno antes de
que
se tragara su
sangre, pero su cuerpo lo traicionó. Casi como contra su voluntad su boca se
relajó y jadeó en busca de aire. Jihoon
aprovechó la oportunidad para empujar el brazo más en su boca. No importa lo mucho que se
esforzó, no pudo detener la sangre que sentía fluyendo desde el brazo hasta su
garganta. Los ojos de Teukkie
se abrieron de golpe cuando sintió la presión de su boca desvanecerse a medida que Jihoon
apartaba su brazo. La mirada en sus ojos era salvaje, peligrosa. Él siguió sosteniendo su cabeza
en su lugar mientras reemplazaba su boca donde su brazo había estado.
Teukkie trató de
apretar los labios contra el hueco de su boca y cuando eso no funcionó lo
mordió
tan fuerte como
pudo. Jihoon se echó hacia atrás, pero en vez de la mueca que Teukkie esperaba,
sus labios se
curvaron en lo que era una sonrisa poco natural.
—Si hubiera sabido
que todo lo que tomaría para lograr que me mordieras era un beso, me podría
haber ahorrado un
montón de problemas, Teukkie.
Su voz era
engañosamente tranquila, pero Teukkie podía ver la tormenta que estaba justo
debajo
de la superficie.
Jihoon empezó a
tirar de él hacia arriba y él cerró los ojos, pensando que tal vez ahora se
iría. Su mente le dolía por
luchar para evitarle a Kangin escucharlo, su cuerpo dolía por su propio abuso
así como el de Jihoon.
Jihoon debió
sentir la pequeña cantidad de alivio que se apoderó de Teukkie mientras él le
colocaba de nuevo en la silla
porque se inclinó junto a su oído y le susurró: “Tu turno”, mientras le
arrancaba el cuello de su camisa.
Teukkie
instintivamente se dio la vuelta, tratando de ocultarse, pero se dio cuenta de
su error demasiado tarde cuando oyó
aullar a Jihoon y sus garras arañaron a través de su espalda, a través de las
marcas de su compañero.
Teukkie gritó
cuando su carne se desgarró, sintió el calor de su sangre corriendo por su
piel. Sintió a
Jihoon
inclinándose sobre él y correr su lengua sobre su espalda. Y al sentir sus
dientes perforar su piel, sus labios
gritaron por el que iba a salvarla, pero no pudieron.
—¡KANGIN! —gritó
mientras arañaba la silla, tratando de salir de debajo de Jihoon, lejos de él,
lejos
de su boca—.
¡DETENTE! Por favor, detente — sollozó y entre sollozos pudo oírlo chupando
ávidamente en su carne, y el
sonido lo puso tan enfermo que vomitó por todo el suelo.
El olor de su
enfermedad debió haber empujado a través de la lujuria que había penetrado en
la mente
de Jihoon cuando
finalmente se retiró. Sintió que su peso dejó su cuerpo y oyó el sonido de sus
pasos al alejarse. Lo miró
mientras abría la puerta de la habitación que había convertido en su propio
infierno personal. A través
de las lágrimas en sus ojos, vio la sangre manchada por todo el frente de su
camisa, y en sus labios, su
sangre. Jihoon lo miró:
—Puedes tener sus
marcas en ti, pero es mi sangre la que está en ti. — Teukkie apretó la cara en
el cojín de la silla cuando
oyó cerrarse la puerta, y cuando el cerrojo hizo clic en su lugar sintió algo
dentro de él romperse.
Su cuerpo temblaba
incontrolablemente mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Podía sentir a
Kangin empujando
en su mente, tratando de conseguir atravesarla, pero mantuvo las paredes en su
lugar.
¿Cómo podía
enfrentarlo cuando la sangre de otro estaba en él, cuando los dientes de otro
habían
perforado su piel?
Podía sentir su estómago apretándose, preparándose para expulsar el veneno que
Jihoon le había
hecho tragar, pero nada saldría.
Sin importar lo
mucho que hiciera arcadas, nada dejaría su cuerpo. Lloró hasta que pensó que no
podía tener ninguna
lágrima restante. Estaba equivocado.
«Mi amor, estoy aquí.»
Las lágrimas
comenzaron de nuevo al sonido de esa voz en su mente, al sentir los labios que
sintió
presionando en su
frente a través de su vínculo. La vergüenza se apoderó de él al pensar en los
labios de Jihoon en los
suyos y las arcadas comenzaron de nuevo.
«Lo siento, Kangin. Lo siento mucho.»
Teukkie acercó sus
rodillas lo más cerca de su pecho como pudo con su pierna esposada a la silla.
Metió la barbilla en su
pecho a medida que la sangre se secaba en su espalda y el dolor seguía
pulsando. Cerró los ojos y se
cerró al mundo.
Kangin estaba en la
habitación mirando a las montañas. El suave murmullo de Hee, Donghae, y su appa estaba detrás de
él. Habían pasado dos días desde que llegaron y todavía no sabían nada más de
lo que sabían antes.
El padre de Kangin
había interrogado a más de la mitad de la manada de Kangta y hasta el momento
todo el mundo
había dicho la verdad, nadie sabía nada acerca de las acciones o el paradero de
Jihoon.
Para añadir a la
frustración de Kangin, estaba teniendo problemas para mantenerse en contacto
con
Leeteuk.
El le seguía
bloqueando sus pensamientos y al principio pensó que era para que no supiera la
cantidad
de dolor que
tenía, pero ahora estaba empezando a preocuparse de que hubiera algo más que
eso.
Cerró los ojos
contra el pensamiento del otro lobo poniendo sus manos sobre Leeteuk. Sabía que
pensar así no le ayudaría
a encontrarlo, y que así sólo tendría éxito en que Kangin quisiera matar a
alguien o algo.
Kangin se acercó a
través de su vínculo, y como había sido capaz de hacerlo todas las otras veces,
lo sentía pero no podía
escuchar sus pensamientos.
Sólo le estaba
dejando llegar lo suficiente lejos para saber que estaba vivo y bien… de
acuerdo a él. Kangin no sabía que
estaba gruñendo hasta que sintió la mano de Donghae descender sobre su hombro.
—¿Estás bien? —le
preguntó.
Kangin movió la
cabeza en señal de frustración.
—Algo no está
bien. —Kangin se apartó de su toque, sin ser conscientemente capaz de soportar
el
toque de otro, no
cuando no podían ser las manos de su compañero.
—Puedo sentirlo —continuó
mientras se paseaba por la habitación—, pero eso es todo. De vez en cuando me da un breve
comentario, pero luego me deja fuera.
Donghae podía ver
los signos visibles de la frustración de Kangin escritos en su frente. Él
entrecerró los ojos y miró por la
ventana, como si pudiera verlo si buscaba lo suficiente. Donghae se volvió y
vio a Hee de pie a su lado, con los brazos cruzados
sobre el pecho en pose idéntica a Donghae.
—¿Qué pasa con el
lobo amante? —le preguntó Hee a Donghae y, a pesar de las palabras, su tono
denotaba lo mucho
que le importaba Kangin y Teukkie.
—Dice que piensa
que algo está mal con Teukkie, pero que él no se lo dirá —le explicó Donghae.
—Por supuesto que
no se lo va a decir. Teuk sabe que él iría todo garras y colmillos sobre alguien
si
pensara que está
herido. Eso no quiere decir que estoy de acuerdo con guardarle algo a él,
porque eso
significa que está
impidiendo que nosotros también sepamos.
La respuesta de Donghae
fue interrumpida por un golpe seco en la puerta, seguido por un Siwon sin
invitación. Hee
puso los ojos en blanco y dejó escapar un resoplido.
—Entendiste bien
la parte de golpear, peludo, pero se te olvidó la parte donde pides permiso
para
pasar. No sólo
golpeas y luego pasas. —Hee se volvió hacia Donghae, sacudiendo la cabeza—. Uno
pensaría que por
lo menos tienen algún tipo de clase de entrenamiento para cachorros o algo así.
—Si no tienes
cuidado, él va a estar sacando las Hee-croquetas de sus dientes después de su
próxima
comida —susurró Donghae
en voz baja mientras Siwon seguía mirando a Hee.
La mirada de Hee
nunca vaciló cuando le respondió a Donghae.
—¿Y qué te hace
pensar que me opongo a ser la cena?
Donghae se
atragantó, y Hee le dio una palmada en la espalda mientras le guiñaba un ojo a Siwon,
finalmente
rompiendo su enfrentamiento.
—Kangin, Kangta ha
llamado y dice que tiene dos lobos que quieren hablar contigo y tu padre —dijo
Siwon mientras
alejaba los ojos de Hee.
La cabeza de Kangin
giró bruscamente y se reunió con el Beta de su padre. Siwon inmediatamente bajó los ojos y dio un
paso a un lado para dejar la puerta abierta. Kangin empezó a decir algo al
pasar a Hee y a Donghae, pero
fue interrumpido.
—Ni siquiera lo
digas. Vamos contigo, incluso si eso significa que tenemos que escondernos en
el auto.
Para sorpresa de
todos fue Donghae, que le hizo el anuncio mientras agarraba la mano de Hee y
tiraba
de él a lo largo. Siwon
miró a Kangin, quien simplemente sacudió la cabeza como para decir, simplemente
que lo dejara.
Quince minutos más
tarde, Kangin, Junjin y Siwon bajaron del vehículo alquilado para ir a la sede
de la manada de Denver. Kangin
miró a los cuatro restantes en el vehículo: Donghae, Hee, Sora y Hyesung.
La preocupación
estaba grabada en cada una de sus caras.
—Volveremos
pronto. —Fue todo lo que dijo, y luego se había ido.
—¿He dicho ya lo
mucho que esto es una mierda? —murmuró Hee en voz baja.
Sora le palmeó la
mano.
—Vamos a
encontrarlo.
—Soy el que se
supone que debería estar diciéndole eso a usted, señora P.
Ay cómo así!???
ResponderEliminarEntonces si tomaba se la sangre de otro, se enlazaría con él!???
Qué pasa con el verdadero compañero!???
Eso apesta!!!
Buen...y ahora es en serio....AGARRENME QUE LOS MATO...y también a disque "doctor"
ResponderEliminarDios,ese lobo loco,en verdad esta loco...o sea,lo secuestra y también se lleva al doctor,luego los duerme para llevarlos a quien sabe que lugar,ha golpeado al doctor y justo le ha dado su sangre a Teuk,luego lo lastima y...y..y...diis,matente a ese idiota cuando lo agarren.
Es que no se mer3ce el castigo que le dieron a sus complices..no,este merece mucho más. Quizás el mismo castigo que el alfa que quería a Teuk...algo así para que aprendan.
Ahora Teuk esta herido,tiene miedo,se siente muy mal...y seguro no va a querer ver a Kangin,se va a sebtir sucio,no digno de Kangin...T.T....pobresito.
Omg...Hee desnudo frente a Siwon y dedicandole esa canción jajajajaja
Y luego las insunuaciones de Hee,las provocaciones....espero el día en que Sieon le de su estate quieto y le demuestre que es su pareja.
Me gusta que apartir de Teuk,Hee va entendiendo las cosas...y espero...espero que no se complique mucho cuando Siwon le diga que es su compañero .....si es que Hee aún no lo comprende del todo.
Sigo queriendo matar a ese loco....ㄱㄱ