Las dos semanas siguientes verdaderamente fueron el infierno sobre la tierra luego del atardecer. Parecía que los Daimons vivían sólo para jugar con ellos y atormentarlos.
Nadie
estaba a salvo. La ciudad incluso había intentado implementar un toque de queda
a pedido de Shindong, pero como Nueva Orleáns era un pueblo de veinticuatro
horas de fiesta, no habían sido capaces de imponerlo.
El
total de cuerpos era diferente a cualquier cosa que Heechul hubiese escuchado
fuera de una película de Hollywood, y Shindong y el Consejo de Escuderos
estaban teniendo dificultades para esconder todas las muertes a la policía y
las agencias de noticias. Pero lo que más le asustaba era el hecho que los
pocos Daimons que atrapaban, eran condenadamente casi imposibles de matar.
Cada
noche regresaba a la casa de Siwon con dolor, por el maltrato a su cuerpo.
Sabía que él no quería que saliera a patrullar y, sin embargo, nunca decía
nada.
Siwon
pasaba una o dos horas luego de que regresaran masajeando sus dolores y
vendando sus heridas.
Era
injusto que él jamás tuviera dolores y malestar, y los pocos daños que sufría
su cuerpo siempre desaparecían luego de unas pocas horas.
Ahora,
Heechul yacía desnudo en el abrigo de sus brazos. Él estaba dormido y, sin
embargo, le tenía firmemente apretado a él, como si tuviese miedo de perderlo.
Eso le alegraba más que ninguna otra cosa lo había hecho jamás. Debería haberse
levantado horas atrás. Ya eran las cuatro de la tarde pero, desde que se había
mudado con Siwon, se había convertido en un noctámbulo certificado.
Siwon
tenía manos hermosas. Largas y delgadas, eran fuertes y bien formadas. Estas
últimas semanas le habían dado tanto consuelo y placer que apenas podía respirar
de la felicidad que le consumía cada vez que pensaba en él.
Su
teléfono sonó.
Heechul
salió rápidamente de debajo de él para atenderlo. Era Leeteuk.
—Hola,
hermanito —dijo un poco vacilante.
En
las dos semanas pasadas, había habido una fuerte tensión en su relación.
—Hola,
Hee, me preguntaba si podría ir un rato a hablar contigo.
Heechul
puso los ojos en blanco ante la idea.
—No
necesito otro sermón, Teukkie.
—Juro
que no es un sermón. Es de hermano a hermano. Por favor.
—Está
bien —dijo en voz baja tras un breve debate interno, y luego le dio la
dirección de Won.
—Nos
vemos en unos minutos.
Heechul
colgó el teléfono y trepó a la cama. Siwon estaba acostado sobre un lado. Una
barba incipiente ensombrecía su rostro y, aún así, se veía casi infantil allí
recostado.
Incluso
dormido los músculos de su cuerpo eran evidentes y definidos. Vellos oscuros
cubrían apenas cada perfecto hueco y curva, haciendo el terreno de su piel aún
más masculino y fascinante.
Pero
no era sólo su belleza lo que le atraía. Era su corazón. El modo en que podía
cuidarlo sin doblegarlo. Sabía que a él no le agradaba que luchara a su lado y,
sin embargo, jamás decía una palabra en contra. Simplemente se quedaba a su
lado y le dejaba pelear sus propias batallas. Las únicas veces que interfería
era cuando algo superaba su capacidad.
Entonces
él tomaba el mando y lo salvaba sin hacerle sentir débil o incompetente.
Heechul
sonrió ante la imagen dormida de Siwon.
¿Cómo
podía alguien llegar a significar tanto para él en tan poco tiempo?
Sacudiendo
la cabeza, pensó en la primera vez que Siwon había visto el tatuaje de un
pequeño triángulo celta al final de su espalda.
—¿Por
qué te marcarías intencionalmente? —había preguntado, como espantado ante la
sola idea.
—Es
sexy.
Él
había fruncido los labios y, sin embargo, ahora obtenía mucho placer besando y
masajeando el tatuaje por la mañana, cuando regresaban de sus patrullas.
Impulsivamente,
Heechul recogió la camisa de seda negra de Siwon del piso, y se la puso. Le
encantaba el modo en que su picante aroma masculino se aferraba a la tela. El
modo en que se aferraba a su piel.
Se
puso los pantalones y bajó las escaleras, para esperar a Leeteuk.
—Hola,
Hee.
Giró
hacia la izquierda al pie de las escaleras para espiar a Kennie usando la
computadora en el estudio de Siwon. Era la única pieza de tecnología que había
sido capaz de encontrar en toda la casa, excepto la masiva colección de dvd’s que
tenía escondidos en una bóveda en su oficina, lo que explicaba su conocimiento
de la cultura pop.
—Hey,
Kennie, ¿en qué estás trabajando?
—Intentando
rastrear la amenaza Daimon, como siempre. Estoy utilizando el programa de Brax
para ver si hay un patrón que podamos seguir para predecir dónde podrían estar
esta noche.
El
asintió. Kennie se había encariñado lentamente con él, y desde que los ataques
mortales de los Daimons habían comenzado, había regresado a su básico vestuario
negro.
Hoy
llevaba una camiseta con cuello alto, un suéter color carbón y pantalones
negros. Debía admitir que era un hombre bien parecido cuando no estaba
intentando ser un cursi patán.
Había
abandonado el IROC y ahora conducía su Jaguar, declarando que ya no era
divertido contrariar a Siwon, ya que el romano estaba tan distraído con Heechul
que jamás reaccionaba a las bromas de Kennie. Y Gilbert tampoco estaba allí
para reaccionar ante él.
Entró
al estudio para mirar sobre su hombro.
—¿Has
encontrado algo?
—No.
Aún no hay un patrón. Es sólo que no comprendo qué causó esto. Si quieren a Kangin,
¿por qué no han ido por él?
Heechul
suspiró irritadamente.
—Están
jugando con nosotros. No estabas aquí para la primera ronda con Changsu.
Obtiene placer haciendo que le tengamos miedo, y jugando con nuestras mentes.
—Sí,
pero estoy hartándome de la ascendente suma de cuerpos. Diez personas murieron
anoche, y el Consejo está teniendo problemas para esconder todo eso a las
autoridades. El público está enloqueciendo, y sólo han oído un porcentaje del
verdadero total.
Heechul
se encogió.
—¿Cuántos
Daimons fueron asesinados anoche?
—Sólo
una docena. Los cuatro que tú y Won terminaron, Shin mató cinco, y Janice,
Jean-Luc, y Hara mataron uno cada uno. El resto de los bastardos escapó.
—Demonios.
—Sí,
no me agrada estar en el lado de los perdedores de nada. Esto realmente apesta.
Heechul
frunció el ceño mientras repasaba la lista en su cabeza.
—Sabes,
es bastante triste que siendo humano pueda terminar con más Daimons que un Dark
Hunter.
Kennie lo miró divertido.
—No
estás solo.
Heechul
lo abucheó.
—Que
conste que Siwon me ayuda a mí, no del otro modo.
—Claaaaro.
Heechul
rió ante su juguetona burla hasta que se le ocurrió otro pensamiento.
—¿Qué
hay de Jonghyun?
—¿Qué
hay con él?
—¿A
cuántos mató?
—Ninguno,
¿por qué?
¿Ninguno?
Eso no estaba bien.
—Tampoco
mató a ninguno la noche anterior, ¿verdad?
—No.
Una
mala sensación lo atravesó. No, seguramente estaba equivocado. No era posible,
¿cierto?
—¿Dónde
sucedieron la mayoría de los asesinatos anoche? —preguntó.
Kennie
apretó una tecla y cambió la pantalla a un mapa del Barrio Francés. Heechul vio
las áreas resaltadas en rojo donde alguien había muerto. Había una gran
concentración de marcas rojas en el cuadrante del nordeste.
—¿Quién
estaba asignado a ese sector?
Kennie
chequeó otra pantalla.
—Jonghyun.
El
se quedó helado.
—¿Y
aún así no mató a ningún Daimon? —preguntó, incrédulo. La mirada de Kennie se
entrecerró.
—¿Qué
estás diciendo?
—Changsu
necesita un cuerpo… Cuando todo esto comenzó, Siwon dijo que si un Daimon
tomaba alguna vez a un Dark Hunter…
—Eso
es mierda, Heechul. Vi a Jonghyun anoche, y estaba bien.
—Pero,
¿qué si tengo razón? ¿Y si Changsu se ha apoderado de él?
—Estás
equivocado. Changsu no sería capaz de ponerle una mano encima. Era un jefe
militar medieval. Si hay algo que Jonghyun sabe hacer, es protegerse a sí
mismo.
Tal
vez.
El
timbre de la puerta sonó.
—Debe
ser mi hermano.
Kennie
giró su silla hacia la pequeña consola de video que mostró la imagen del
conductor del auto. Era Leeteuk.
Lo
dejó entrar.
Heechul
fue a encontrarse con él en la puerta, aunque no podía quitarse de encima la
sensación de que algo no estaba bien con Jonghyun. A pesar de lo que Kennie
dijera, quería pruebas de que estaba equivocado.
Esa
noche se encontraría con el Dark Hunter, y decidiría si su miedo tenía alguna
validez y, si así era, sería polvo de Daimon.
Abriendo
la puerta, vio a Leeteuk descendiendo de su Toyota en el camino de entrada. Era
realmente bueno verlo de nuevo.
Silenciosamente,
Heechul se quedó parada en el umbral mientras esperaba que Leeteuk se acercara.
Leeteuk
le dio un fuerte abrazo en cuanto llegó.
—Te
he extrañado.
—Estoy
sólo a un par de cuadras.
—Lo
sé, pero no hemos hablado mucho últimamente.
Heechul
le pellizcó la espalda y lo soltó.
—Lo
sé. Es un poco difícil hablar ahora.
Leeteuk
quitó el cabello del rostro de Heechul de un modo muy maternal, y sonrió.
—Te ves feliz bajo ese recelo; ¿lo estás?
Heechul
frunció el ceño.
—Estás
asustándome seriamente —miró más allá de Leeteuk y recorrió la calle con la
mirada—. ¿Alguien ha reemplazado a mi gemelo por una copia?
Leeteuk
rió.
—No,
babo. Soy yo. Es sólo que he estado preocupado por ti.
—Bueno,
como puedes ver, estoy bien. Tú estás bien. Todo está bien. Así que, ¿qué te trae aquí?
—Quiero
conocer a Siwon.
Heechul
no podría haberse sorprendido más si su hermano lo hubiese golpeado.
—¿Perdón?
—Shin
me dijo algunas cosas hace un par de semanas que me hicieron pensar. Y con cada
día que pasaba y que tú no hacías sufrir a este tipo y te mudabas conmigo hasta
que todo esto terminara, pensaba más. Has estado con él día y noche, ¿verdad?
Heechul
se encogió de hombros con una imperturbabilidad que no sentía.
—Sí,
¿y entonces?
—Y
aún no he recibido un solo llamado de mi gemelo homicida diciéndome que cortará
su cabeza y la pondrá en un bolso de bowling si él dice o hace tal cosa una vez
más. Bien, Hee, creo que ese es un récord para ti.
Heechul
se movió, con culpa. Era cierto. Ni una sola vez en toda su vida había estado
con alguien a quien no amenazara matar a cada hora, por culpa de algún molesto
hábito.
Pero
con Siwon…
Incluso
cuando lo molestaba, no era tan malo. Y la verdad era que raramente lo
molestaba. Hablaban de todo tipo de cosas, e incluso cuando no estaban de
acuerdo, él respetaba sus opiniones.
—Lo
amas, ¿verdad? —Heechul apartó la mirada—. Oh, dios, Heechul —susurró Leeteuk—.
Jamás haces nada del modo más sencillo, ¿cierto?
—No
empieces, Leeteuk.
Leeteuk
acunó su rostro y giró su cabeza hasta que lo miró a los ojos.
—Te
quiero, Hee. Te quiero. De todos los hombres…
—¡Lo
sé! —dijo él, furiosamente—. No es como si me hubiese despertado y dicho: “Hmmm,
¿quién es el único hombre del planeta que está garantizado que me alejará de
toda mi familia por toda la eternidad? Oh, debo ir a encontrarlo inmediatamente
y enamorarme perdidamente de él”.
Respiró
hondo antes de que su furia lo abrumara.
—Dios
sabe que no quería amar a alguien como Siwon. No dejo de pensar que eres la persona
perfecta para él. Eres elegante, sofisticado. Diablos, en realidad sabes qué
tenedor usar cuando sales a comer afuera. Yo soy el idiota de la universidad
que salió contigo y con papá y bebió del aguamanil de mesa porque pensó que era
una especie de sopa arruinada.
Heechul
se burló de sus propias palabras.
—En
cuanto a eso, escucha mi vocabulario. Debo ser horripilante para él y, sin
embargo, cada vez que me mira, tiemblo.
Una
y otra vez, las razones por las que no debía estar con Siwon pasaron por su
mente. Deberían ser completamente incompatibles, pero no lo eran. No tenía
sentido. No estaba bien.
Heechul
suspiró.
—La
otra noche me llevó a Commander's Palace, y nos sentamos en una mesa que tenía
un arreglo realmente elegante en el centro. Estaba hecho con todas frutas y verduras exóticas, y se veía
realmente sabroso. Entonces, estúpido de mí, tomé mi cuchillo para la
mantequilla y comencé a cortar un pedazo para comerlo. No fue hasta que levanté
la vista y me encontré con la mirada atónita del mozo que comprendí que había
hecho algo completamente estúpido. Le pregunté cuál era su problema y él dijo
que jamás había visto a alguien comer el arreglo de mesa. Estaba tan avergonzado
que quería morir.
—Oh, dios, Hee.
—Lo
sé. Siwon, dios lo bendiga, no se quedó desconcertado. Se estiró y comenzó a
comer también, luego le dio una de esas altaneras y majestuosas miradas al
mozo, quien se fue corriendo rápidamente. Una vez que se había ido, Won me dijo
que no me preocupara. Que gastaba dinero suficiente en ese sitio como para que
la próxima vez comiera el mantel si quería y que, si eso no me hacía feliz,
entonces compraría el restaurante sólo para que pudiera despedir al mozo.
Leeteuk
se echó a reír.
Heechul
también había reído cuando él lo había dicho, y el recuerdo de su bondad aún lo
regocijaba.
Miró
a su hermano con sinceridad.
—¿Crees
que no sé que no puedo estar con este hombre? De verdad, de verdad no puedo.
Para mí, una cena fina es comer ostras haciendo ruido y beber cerveza de la
botella. Para él es una comida de quince platos en la que la gente en realidad
pone la servilleta sobre su falda y te cambian la vajilla de plata luego de
cada plato.
—Y,
sin embargo, aún estás aquí.
—Y
no comprendo por qué.
Leeteuk
le sonrió amablemente.
—Lo
único que deseaba era una vida agradable y normal con un hombre agradable y
normal. En cambio, terminé con un esposo que solía ser inmortal, cuyos amigos
son dioses, demonios y animales que pueden tomar forma humana. Y ni siquiera sé
cómo empezar a clasificar a Minho. Enfrentémoslo, estoy casado con un hombre
que me dio una hija que es capaz de hablar con los animales como el Doctor
Dolittle, y que puede usar sus pensamientos para mover casi cualquier cosa por
toda la casa. ¿Y sabes qué?
—¿Qué?
—No
lo cambiaría ni por toda la normalidad del mundo. El amor no es sencillo. Quien
diga otra cosa, te está mintiendo. Pero vale la pena luchar por él. Créeme, lo
sé, y por eso estoy aquí. Quiero conocer a este hombre y ver si hay algún modo
de poder tranquilizar a Kangin lo suficiente como para poder pronunciar el
nombre de Siwon sin reventarle una vena.
Las
lágrimas empañaron la visión de Heechul mientras atraía a su hermano para otro
abrazo.
—Te
quiero, Leeteuk, realmente te quiero.
—Lo
sé. Soy el gemelo perfecto.
Heechul
se rió.
—Y
yo soy el psicópata.
Dando
un paso atrás, tomó la mano de Leeteuk y lo hizo entrar a la casa.
Leeteuk
silbó bajo mientras entraba y veía el elegante interior.
—Un
sitio muy agradable.
Kennie
salió al vestíbulo para sacudir la cabeza mientras los miraba.
—Kangin
tendrá una apoplejía si se entera de que estuviste aquí.
—Y
tú estarás cojeando si le cuentas —dijo Heechul.
—No
te preocupes. No se enterará por mí. No soy tan estúpido. —Kennie fue hacia la
puerta—. Voy a encontrarme con Kyl y Minho. Saldremos juntos esta noche a
patrullar un poco, para ver si podemos enterrar a alguno de esos bastardos.
Heechul
asintió.
—Tengan
cuidado.
—Ustedes
también.
Inclinó
la cabeza y se fue.
—¿Por
qué no esperas en la biblioteca? —dijo Heechul—. Iré a ver si ya se levantó.
Leeteuk
asintió.
Heechul
subió corriendo las escaleras y fue hacia el dormitorio de Siwon, para
encontrarlo aún dormido en su cama.
Levantó
la sábana de seda para poder mordisquearle la cadera con los dientes. Él hizo
un sonido de placer antes de ponerse de espaldas.
La
respiración de Heechul se trabó en su garganta ante la imagen de su cuerpo
desnudo. Podría mirar a este hombre toda la noche y todo el día.
Particularmente,
le encantaba la parte de su cuerpo en la que unos cortos vellos rizados iban
desde su ombligo hasta su entrepierna. Incapaz de soportar la tentación, se
inclinó para tironearlos con los dientes.
Su
pene se endureció. Puso la mano suavemente sobre la cabeza de Heechul.
—Ciertamente
sabes cómo hacer que un hombre despierte feliz, ¿verdad?
El
rió antes de mordisquearle suavemente la piel, y entonces se apartó.
—Necesito
que te levantes.
—Estoy
levantado —dijo él, mirando la parte de su cuerpo que ya estaba absolutamente
atenta.
—No
de ese modo —dijo Heechul, poniendo los ojos en blanco—. Mi hermano está abajo
y quiere conocerte.
—¿Tu
hermano? —Heechul lo miró significativamente. El rostro de Siwon se puso
pálido—. No puedo conocerlo.
Heechul
se rehusó a escuchar sus razones.
—Vístete
y conócelo. Sólo tomará un minuto y él se irá.
—Pero…
—Sin
peros, General. Te estaré esperando en las escaleras, y si no estás allí en
cinco minutos, lo haré subir.
que tierno, siwi nervioso de conocer a el hermano de hee.
ResponderEliminarEste capítulo me encanto!
EliminarFue simple mente perfecto!!!
La interacción de los gemelos!!!
Y el perfecto Sichul <3
El amor de Hee por Siwon y el amor de Teuk por Hee.
ResponderEliminarEs lo único que importa.
Uy....sospechas que podrian ser ciertas...tienen que poner atención en los detalles...cualquier error les puede costar muy caro...teniendo en cuenta la que changsu quiere