Hyukjae percibió el pánico de Donghae y supo que lo que les esperaba no era bueno. Una frustración impotente hervía bajo la piel. No podía empujarlo detrás y enfrentar la primera amenaza. No había espacio. Estaría solo durante algunos segundos más.
El humo salía del escudo en forma de
radiante tubo, bloqueándole la vista. Le llenaba los pulmones, haciéndole toser
con el hedor acre. El siguiente aliento fue de aire limpio y fresco, pero el
humo aún estaba allí.
La magia de Donghae. Debía de haberle
oído toser y le dio lo que necesitaba.
Hyukjae se puso de pie después limpió el
escudo y levantó la espada. Los gritos de los demonios llenaron la cueva. Podía
ver a través de las columnas de humo que varios demonios estaban en llamas,
pero no pudo ver a Donghae. No podía decir si estaba en peligro.
El monstruo dentro de él echó hacia
atrás la cabeza, aullando de rabia. Hyukjae se abalanzó sobre él, diciéndole
que cerrara la maldita boca.
A pesar de todo podía sentir a Donghae,
como la luz del sol brillando contra el costado, así que se movió en esa
dirección, dando pasos cuidadosos para no caerse y golpearse la cabeza contra
otra pared.
Incluso el recuerdo de la visión de su
sangre era suficiente para hacer que el control fuera una fina franja.
Una forma oscura saltó hacia él, y se
dio la vuelta para atacar, cortando una de las patas delanteras del demonio. La
cosa le siseó, y no fue hasta que estuvo a sólo unos metros
de distancia que fue capaz de ver su cara. Era humano. Eso era preocupante. El
cuerpo del demonio era de extremidades largas y animales, pero la cara
fácilmente podría haber pertenecido a un adolescente.
Hyukjae vaciló, algo que no habría hecho
unos días atrás y ese desliz casi le costó el brazo. La cosa se lanzó hacia él,
enganchando los dientes justo por debajo del hombro. Sus mandíbulas se abrieron
estirándose más de lo que era humanamente posible y sus ojos retrocedieron en
su cabeza.
El escudo que le protegía evitó que los
dientes se incrustaran en la piel, pero mostraría una contusión por la presión
de la mordedura.
Hyukjae metió la espada debajo del
cuello de la cosa y la sacó por el pecho.
La cosa se quedó inerte cuando su
columna vertebral se rompió y cayó al suelo.
Lo alejó de una patada y se acercó a
donde sintió que estaba Donghae.
Hyukjae lo encontró, finalmente, hundido
en una profunda hendidura. Sus manos estaban levantadas como si quisiera
protegerse de un ataque, estaba pálido y sudoroso. La sangre manchaba sus dedos
temblorosos y sus palmas, podía sentir un flujo apenas perceptible de poder.
Miró para ver lo que hacía, sólo para
encontrar por lo menos a veinte tipos diferentes de demonios que luchaban entre
sí. Ellos gruñían y se mordían, desgarrando la carne con sus dientes. Debajo de
ellos, un charco de sangre negra se extendía, ampliándose mientras lo miraba.
—¿Qué demonios?
Donghae no dijo ni una palabra, pero él
podía sentir su cansancio. Estaba tomando más poder de él del que hubiera
acogido alguna vez, y la tensión era demasiado.
Hyukjae tenía que sacarlo de aquí.
—Levanta un escudo detrás de nosotros y
corre —le dijo.
Para su crédito, Donghae no se detuvo a
discutir o a cuestionarle. Comprendió inmediatamente lo que quería decir y
sintió el cambio de poder que extrajo de él cuando hizo lo que le pidió.
Hyukjae lo cogió del brazo y lo alzó de
la hendidura hacia la salida. Todavía tenían que pasar a través de esa grieta
estrecha, pero si pudieran llegar hasta ahí, podía contener lo que saliera a su
encuentro.
Donghae se movía demasiado lento para su
gusto, pero estaba herido y agotado. El no creía que fuera capaz de ir más
rápido y que permaneciera de pie. Trató de tomar algo de su
peso, pero cuando el túnel se estrechó, tuvieron que ir uno delante del otro y
tuvo que dejarlo recurrir a sus propias fuerzas.
La ira se fusionó en las entrañas. Nunca
debería haberlo dejado venir aquí.
Debería haberlo pegado al asiento como lo
había amenazado. Al menos así habría estado seguro en la superficie.
Hyukjae miró en busca de peligro al otro
lado de la grieta y cuando no vio ninguno, se movió para que Donghae pudiera
pasar primero. Les tomó mucho tiempo pasar por la estrecha grieta y para cuando
él lo hizo, tres demonios más los habían encontrado.
Esa maldita lesión en la cabeza les
atraía poco a poco por el olor de la sangre.
Donghae flaqueó. Podía sentirle extraer
más poder de él, pero era más lento, como si estuviera demasiado cansado para
coger más.
El fuego osciló sobre la punta de sus
dedos, chisporroteando a su paso. Dos de las bestias salieron de la nada,
lanzándose hacía ellos.
Hyukjae se adelantó y los eliminó con un
par de cortes rápidos. No fue nada elegante, pero no tenía tiempo para el
estilo en estos momentos. Se trataba de eficacia.
Lo tomó por el brazo otra vez y corrió
rápido hacia la abertura. Tan pronto como tuvo una clara línea de visión,
aminoró el paso.
La camioneta había sido arrastrada hacia
el agujero para el descenso en rappel y ahora estaba abollada y bloqueaba la
salida.
—¡Mierda!
—Hyukjae —dijo Donghae en ese tono
temeroso que él sabía que quería decir problemas.
Volvió la cabeza y vio que el túnel
empezaba a llenarse con brillantes puntos de luz verde. Docenas de ellos. Tal
vez cientos de ellos. No había ninguna forma de que pudiera encargarse de
tantos a la vez, aunque Donghae estuviera a pleno rendimiento.
—¿Qué hacemos? —preguntó.
Hyukjae tiró de él hacia atrás, tratando
de cubrirlo.
—Los mantendré alejados. Tú consigue
salir de aquí.
—¿Cómo?
—Levitando, utiliza las corrientes de
aire, haz una cuerda con magia. No sé. Simplemente hazlo. Rápido.
—Estoy muy cansado.
—Lo sé. Pero puedes hacer esto —dijo,
tratando de parecer confiado—. Lo harás.
Donghae no gastó saliva hablando. El
tirón débil de la Luceria le confirmó que se estaba esforzando.
Él retiró la mano y la colocó detrás de
su delgado cuello, dejando que las dos mitades de la Luceria se acoplaran la
una sobre la otra. Eso facilitó el flujo de energía entre ellos, pero sólo
podía hacerlo durante unos segundos. Los demonios se acercaban y era hora de
luchar.
Donghae nunca había estado tan cansado
como en estos momentos. Cada célula del cuerpo le dolía por la fatiga. Sentía
las articulaciones frágiles y la piel como si hubiese sido recubierta con
plomo. Incluso le era difícil respira.
El conocimiento de cómo elevarse a él y
a Hyukjae para salir de la cueva lo tenía dentro, brillando con la promesa,
pero se dio cuenta de que eso no era una tarea fácil. Era un hombre grande y
moverlo iba a suponer una gran fuerza de voluntad que no estaba segura de
tener.
Por supuesto, la única alternativa era
dejarlo atrás y eso se negaba a hacerlo.
El calor de su mano en el cuello caló en
él. El poder se deslizó a través de la Luceria, se reunía en los miembros,
haciéndolos aún más pesados. Absorbió todo lo que pudo tan rápido como fue
capaz, mirando todo el tiempo a la horda de demonios que les pisaban los
talones.
Hyukjae se apartó para luchar, pero Donghae
no estaba listo todavía. Necesitaba más tiempo, más energía para recopilar más
poder. No les haría ningún bien llegar hasta la mitad de los cincuenta metros
que tenían que recorrer, sólo para caer sobre un enjambre de dientes y garras.
Su cuerpo se movía con gracia letal, su
espada se balanceaba en un arco de plata. Con cada poderoso golpe, otro demonio
caía. Pero había demasiados. Uno se deslizaba a lo largo del borde y trataba de
llegar a Hyukjae.
Era ahora o nunca.
Donghae desbloqueó el conocimiento
dentro de él mostrándole lo que tenía que hacer y liberó el poder interior. Eso
lo golpeó, tirándolo al suelo, empujándolo hacia arriba a un ritmo malditamente
rápido.
Hyukjae estaba detrás de él. Podía
sentir la resistencia de su fuerza contra su voluntad y apretó los dientes para
mantener la concentración.
A medio camino, el cuerpo comenzó a
temblarle por el esfuerzo. Siguió succionando el poder de Hyukjae, dirigiéndolo
directamente a su peso. El cielo se hizo visible, con estrellas brillando.
Aunque consiguiera sacarlos a los dos,
no podían huir en coche. Tendrían que correr y sabía que no tendrían suerte.
Apenas tenía fuerzas para respirar, mucho menos para correr.
Las manchas oscuras comenzaron a
burbujear en la visión, dificultándole ver. Miró hacia arriba, memorizando
donde tenía que guiarlos para no golpearse con las rocas.
Por el rabillo del ojo vio hierba seca.
Estaba fuera. Ahora todo lo que tenía que hacer era levantar a Hyukjae el resto
del camino.
Donghae se inclinó hacia un lado y se
dejó caer sobre la hierba. Liberar ese esfuerzo le permitió canalizar esa
pequeña parte a la fuerza que necesitaba para transportar su culo pesado hacia arriba
y sobre el borde de la fosa. Lo escuchó tocar el suelo con un gruñido y soltar
el hilo de poder.
Se rompió regresando al interior de Hyukjae
como si fuera una goma elástica, haciendo que se sintiera demasiado débil para
respirar. Los demonios se acercaban. Podía escuchar sus garras arañando la roca
a unos metros de distancia pero estaba demasiado cansado para preocuparse.
—Corre —jadeó, con la esperanza de que Hyukjae
al menos se salvase.
—Levántate —le espetó Hyukjae.
Se habría reído de él por un pensamiento
tan ridículo, pero era demasiado trabajo.
Hyukjae le levantó el cuerpo y se lo
arrojó sobre su hombro. Comenzó una carrera a muerte, el cuerpo desplomado
contra él con la fuerza suficiente para revolverle el estómago. No tenía la
energía suficiente ni para quejarse.
—Consigue organizar esta mierda —le
ordenó—. Nos están pisando los talones.
La mierda estaba tan organizada como iba
a llegar a poder estar. Se retorcía, mareado, luchando sólo por respirar.
—¡Úsame, maldita sea!
Una parte loca de la mente pensó que
sonaba maravillosamente. Podría disponer de él para disfrutarlo y tomarse
tiempo para explorar su cuerpo. Los pocos destellos que había tenido de su
pecho desnudo eran suficientes para saciar el apetito y hacer que quisiera más.
Hyukjae se dio la vuelta para enfrentar
a los demonios que venían. Apoyó la espalda en lo que quedaba del antiguo
granero y deslizó el cuerpo flojo de Donghae hacia el frío suelo. No le gustaba
dejarlo ahí, pero era más seguro que mantenerlo sobre el hombro mientras él se
metía de lleno en la batalla.
Había demasiados demonios para
molestarse en contarlos. Había pasado por peores enfrentamientos antes, pero
nunca con alguien a su lado que necesitara su protección. Si sólo hubiera sido
él, podría haber desatado a su monstruo y lo habría dejado hacerse más fuerte y
rápido. Pero no estaba sólo, y cada vez que dejaba que ese hijo de puta saliera
de su jaula, era más y más difícil encerrarlo de regreso.
¿Qué pasaría si no pudiera? La bestia
quería a Donghae. ¿Qué pasaría si después de que el asesinato se hiciera,
tomara lo qué quería de él?
Él no se atrevía a arriesgarse.
Hyukjae se movió hacia adelante para
cumplir con su deber, dándose espacio suficiente para no pisar a Donghae, pero
no tanto como para que cualquiera de los demonios tuviera la posibilidad de
escabullirse detrás de él y llegar a Donghae. Comenzó a cortarlos,
prescindiendo de toda delicadeza en aras del poder en estado puro, brutal.
Los demonios brincaron ante él, dos y
tres a la vez, con sus dientes serrados al descubierto y sus garras extendidas.
Uno que era más grande con una especie de espinas plateadas en su columna
vertebral, comenzó a vibrar a su izquierda, como disponiéndose a hacer algo.
Hyukjae no asumiría el riesgo de que
pudiera arrojar esas espinas, no con Donghae en peligro de ser golpeado. Dejó
abierto el flanco derecho, esperando que la cazadora amortiguara lo peor de
cualquier golpe, y cortara al demonio por la mitad.
Las espinas plateadas estallaron en
direcciones al azar, rebotando fuera de la chaqueta blindada de Hyukjae y
golpeando la madera podrida con un fuerte sonido a vacío. Tres demonios gatunos
fueron golpeados en la transacción, ensartándolos, haciéndoles gritar y
retorcerse de dolor.
Mientras él había estado ocupado
encargándose de esa amenaza, un par de Sasaeng más grandes se habían deslizado
detrás de él, hacia Donghae.
Estaba fuera de posición, demasiado
lejos para conseguir llegar a tiempo.
El miedo y la furia detonaron en el
pecho, y sin su permiso, el monstruo dentro de él se liberó, haciéndose cargo
del cuerpo. Sintió los músculos abultarse, oyó un rugido desgarrándose desde la
garganta, y vio el mundo desvanecerse mientras aceleraba sobre el suelo. El
primer demonio se estrelló contra él, devolviéndole el golpe. Pareció
sorprendido de que él hubiera aparecido, resbalando sobre sus patas para
enfrentarse a la nueva amenaza.
El segundo demonio estaba a una fracción
de segundo detrás y retrocedió a tiempo para evitar una colisión. Hierbas secas
y cúmulos de polvo se elevaron velozmente desde donde sus poderosas garras
rastrillaron el suelo. Hyukjae recobró el equilibrio y golpeó con el puño
izquierdo en un lado de la cabeza del demonio. Giró, aullando de dolor. El
cuerpo se movió sin pensar, la espada cortando a través del aire lo
suficientemente rápido como para hacer un sonido sibilante. Atravesó la cabeza
de la cosa, cercenando los ojos y el hocico. Continuó agitándose y arañando
mientras se desangraba entre la hierba.
El tercer demonio era más listo,
guardando la distancia. Esperó una abertura mientras las criaturas más pequeñas
se lanzaban hacia Hyukjae.
Tan pronto como él se movía, caían
fuertemente sobre Hyukjae en ataque, simplemente había muchos de ellos. No
podría mantenerlos lejos. Uno se agarró a la cazadora de piel y comenzó a subir
arrastrándose, hacia la cabeza.
Ahí fue cuando el demonio más grande
hizo su movimiento.
No había tiempo para combatirlos y
eliminar la amenaza de la espalda, así que enfocó la atención en el más grande,
instando a su monstruo a apresurarse de una puta vez.
La punta de la hoja atrapó la pata
delantera de un demonio más pequeño mientras apuntaba hacia su verdadero
objetivo. La leve vacilación en el ataque había sido
planeada, permitiéndole pegarle al demonio más grande exactamente en el lugar
correcto. Cortó una arteria, y la sangre bombeó hacia fuera, arqueándose varios
metros en el aire.
Hyukjae movió el cuerpo y se dio la
vuelta, dejando que la sangre le golpeara la espalda, en lugar de aterrizar
sobre Donghae. Él dejó de sentir al pequeño demonio detrás, y mientras giraba
la mirada hacia Donghae, se dio cuenta del porqué.
Donghae se había impulsado hacia arriba
para sentarse contra los cimientos del granero. Su mano estaba levantada, y a
sus pies estaba ardiendo el cadáver del demonio.
El cansancio se reflejaba a su
alrededor, haciendo que sus hombros se encorvaran y sus ojos ardían de un
furioso rojo. Jadeaba con esfuerzo, pero no había señal de que cesara en su
empeño.
Una ola potente de deseo le llegó de la
nada. El monstruo obligó a Hyukjae a acercarse más. Lo quería. La boca de Hyukjae
se deshacía por probarlo, las manos estaban ansiosas por sentir su piel
desnuda.
—Detrás de ti —jadeó Donghae.
Hyukjae se dio media vuelta, los
instintos lo guiaron. Alzó la espada, y el demonio que volaba hacia él se cortó
por la mitad sobre el filo al golpearlo, salpicando la mascarilla con sangre
negra y aceitosa.
Se quitó de encima la máscara, ya que
ahora le impedía ver, y registró el área por más demonios.
A lo lejos, había débiles aullidos de
hambre y excitación, pero los que habían dejado la caverna para perseguirlos
habían desaparecido.
—He escudado mi herida para que no
puedan oler mi sangre —dijo Donghae.
Él intentó decirle lo listo que era,
pero cuándo iba a abrir la boca, no pasó nada. El monstruo todavía tenía el
mando.
Caminó hacia él, el hambre y el deseo
creciendo con cada paso. La bestia pretendía tomarlo aquí, en el suelo, rodeado
por los rezumantes cadáveres de demonios. Hyukjae podía sentir su intención tan
claramente como oía su propio pulso pesado.
Luchó por retomar el control. El temor
por Donghae lo volvía desesperado y el monstruo lo sabía. La cabeza comenzaba a
latir, y los pasos se desaceleraron mientras su batalla interna se propagaba
con furia. Cada vez que pensara que le había ganado, la bestia tendría una
oleada de fuerza y se impulsaría.
—¿Hyukjae? ¿Estás bien?
No, él estaba tan lejos de estar bien
que era ridículo. Era tan fácil sólo dejase ir. Dejar al monstruo ganar. Él
todavía estaría aquí, sería capaz de sentir lo qué sentía él. Finalmente sabría
cómo era sentir el calor del cuerpo de Donghae mientras empujaba la polla
dentro de él, una y otra vez. Todavía iba a sentir la emoción del orgasmo y la
conquista.
¿Pero qué había de Donghae y sus
sentimientos? Donghae no querría lo que su monstruo tuviera que ofrecer. Sería
duro, rápido, y brutal, probablemente exactamente la clase de cosa que se había
visto forzado a presenciar mientras era prisionera de los Saesang.
—¿Hyukjae? —Su tono era de inquietud,
matizado con creciente preocupación y miedo.
Él no podría dejar que esto pasara, sin
importar lo fácil que fuera simplemente dejarlo ir. Tenía honor, aunque
abollado y manchado como estaba. Era todo lo que había quedado, y no iba a
hacerlo pedazos dejando a ningún condenado monstruo ganar.
Con un audible gruñido, forzó a la
bestia profundamente dentro de sí mismo, enterrándola debajo de los escombros
del alma. El monstruo aulló y peleó, pero al final, estaba guardado bajo llave,
atrapado. Al menos por ahora.
—Estoy bien —dijo, alejándose varios
pasos. No confiaba en sí mismo. Tenía la polla todavía dura, y la sangre
todavía estaba latiendo por la necesidad de tomarlo. La descarga de adrenalina
por la batalla no estaba ayudando mucho, tampoco. Necesitaba un minuto para
reunir el control hecho jirones y repararlo.
—Necesitamos movernos. ¿Me ayudas a
levantarme? —preguntó Donghae.
No podía tocarlo. Todavía no.
—En un minuto.
—No sé cuánto tiempo más los pueda
mantener alejados. Necesitamos movernos ahora.
Sin mirarlo, él preguntó:
—¿Mantenerlos alejados?
—Estoy levantando una pared entre
nosotros y la caverna. Los mantiene a distancia, pero es realmente difícil, y
estoy tan cansado. —Estaba jadeando. Podía oírlo ahora, junto con la tensión en
su voz.
No tenía alternativa. Tenían que moverse
ahora, antes de que fuera muy tarde. El deteriorado control iba a tener que ser
suficiente.
Hyukjae lo ayudó a ponerse de pie y dio
un paso atrás. Donghae se tambaleó inestablemente, amenazando con caerse en el
suelo ensangrentado.
Con una maldición en voz baja, le izó
contra el costado, envolviendo su brazo delgado sobre los hombros. Él envolvió
el brazo alrededor de su cintura y sostuvo algo de su peso sobre sus pies.
—Por aquí —dijo el—. Vi luces por allí.
Donghae asintió con la cabeza y se
esmeró en mantener el paso que él establecía. Su cuerpo temblaba a lo largo del
costado, recordándole lo vulnerable que era.
—¿Tienes frío?
—Estaré bien.
Caminaron cerca de ochocientos metros,
fue entonces cuando él sintió a Donghae ponerse rígido, y la constante
extracción el poder repentinamente desapareció.
—Lo siento —dijo—. No podía continuar
más. Están al llegar.
—Si puedes, intenta mantener tu herida
sellada. Tal vez no puedan olernos. —Él no contaba con eso, pero podría
comprarles algo de tiempo.
Llegaron a una casa con luces en el
interior. Podía ver los destellos coloridos de lo que suponía que era una
pantalla de televisión, y vieron una sombra moviéndose al otro lado de las
persianas. Había un coche estropeado estacionado en el camino de acceso de
grava. Su pintura hacía mucho tiempo había perdido su brillo, y quedaba más
óxido que metal, pero cuando miró dentro, las llaves estaban puestas.
Él ayudó a Donghae a entrar en el
asiento delantero, y puso el coche en punto muerto. Intentó alejarse de la casa
lo más rápidamente posible ya que pensó que recibirían un disparo si el dueño
los pillaba robando su antigualla así que se puso en marcha y condujo como
pudo, manteniendo las luces apagadas.
Donghae tocó nerviosamente los controles
de la calefacción.
—Tanto frío.
—Lo sé. Sólo dale al motor un minuto
para calentarse.
La preocupación machacó al fondo de la
mente. No hacía tanto frío, no para los humanos. Frescor, pero no demasiado, lo
que le hizo preguntarse si Donghae no estaba sufriendo las consecuencias de
alguna especie de veneno.
—¿Estás herido? —Le preguntó, recorriéndolo
con la mirada.
Sus ojos estaban cerrados y su cabeza
colgaba hacia atrás contra el asiento.
—Mi cabeza.
—¿Algún otro sitio?
Donghae no contestó, así que él alcanzó
sus pensamientos, a pesar de sus instrucciones muy explícitamente indicadas de
que debía permanecer fuera de su mente. Estaba helado, no sólo fría. Sus
músculos estaban tensos, contrayéndose en un intento fútil por crear calor. El
cansancio volvía más pesado su cuerpo, fijándolo en el lugar. Incluso hablar le
era difícil.
Él no detectó ningún otro dolor aparte
del de su cabeza, y alguna incomodidad donde le había clavado el hombro en su
estómago.
Una resplandeciente banda de poder fluyó
entre ellos, mucho más amplia de lo que él habría supuesto. Donghae lo estaba
usando todavía para sellar su herida de la cabeza, a pesar de todo el esfuerzo
que requería ese nivel de concentración.
Hyukjae puso el aire caliente al máximo,
pero hizo un horrible ruido quejumbroso antes de detenerse de golpe. Un humo
surgió desde los respiraderos, dejando un olor a plástico quemado.
—Mierda —escupió, después reguló su tono
para que fuera más gentil—. No estamos muy lejos de un lugar seguro. Sólo
resiste y haré que te calientes pronto.
Donghae no dijo nada, así que él se
quedó dentro de su mente, midiendo su bienestar mientras aceleraba sobre los
caminos de grava.
Donghae estaba luchando por mantener
incluso el más pequeño flujo de poder necesario para escudar su herida. Si él
no hacía algo, iba a caer, y volverían justo donde empezaron, rodeados por
demonios a la caza de su sangre.
—Quiero que pongas tu cabeza en mi
regazo, ¿está bien?
—¿Por qué? —masculló.
—Sólo hazlo, ¿por favor?
Donghae se tumbo un poco encima, y él
tuvo que impedir que se golpeara con el volante, pero logró acomodarlo, y
envolvió la mano alrededor de su cuello. Las dos partes de la Luceria se
conectaron, trabándose juntas. Sintió el flujo de poder liberarse, y oyó a Donghae
dejar escapar un suspiro audible de alivio.
El cuerpo se le sacudió violentamente,
él deseaba una forma de calentarlo. Estaban a menos de una hora de distancia de
una casa Elf, pero no podía soportar pensar en su sufrimiento durante tanto
tiempo.
Paró el coche el tiempo suficiente como
para despojarse de la cazadora y colocársela encima. En el segundo en el que
rompió la conexión de la Luceria, sintió su forcejeo por mantener el escudo,
así que se apresuró y se situó de regreso donde él pudiera tocar otra vez.
Los kilómetros parecían avanzar
lentamente, sin importar lo fuerte que pisara el acelerador. Sin pensar acerca
de eso, comenzó a acariciar su cuello, celebrando la sensación de su piel suave
debajo de los dedos.
Se le elevó la temperatura corporal, y
deseó de alguna forma poder dirigirla hacia Donghae.
Donghae todavía estaba temblando
mientras él se detenía en la entrada de la casa Elf. La luz del porche estaba
encendida, y había tres luces de otras casas visibles a lo lejos. Esta zona
estaba muy cultivada, y las casas estaban distanciadas, dejando bastante
espacio para los cultivos y el pastoreo de ganado.
Hyukjae apagó el jadeante motor, y sacó
a Donghae del coche. El hecho de que no le dijera que lo pusiera en el suelo le
indicó lo mal que estaba en realidad.
Posó sus pies sobre el porche, y
encontró la llave pegada con cinta adhesiva en la parte inferior del farol del
porche.
La calefacción dentro de la casa estaba
encendida, pero baja por la falta de habitantes en ella. Colocó a Donghae sobre
el sofá y subió el termostato.
No había chimenea… no había forma de
conseguir calentarlo lo suficientemente rápido como para complacerlo. Excepto
por la ducha.
Entró en el cuarto de baño del vestíbulo
y abrió el agua corriente. Hizo un trabajo rápido al quitarle su abrigo y los
zapatos, también se quitó los suyos antes de recogerlo y de llevarlo
directamente a la bañera, debajo del chorro de agua caliente.
Donghae jadeó y murmuró algo,
aferrándose a él impactado. Un momento más tarde, gimió de placer y se inclinó
hacia él, aflojándose contra el pecho.
Una sensación profunda de satisfacción
lo llenó, haciéndolo sentir más fuerte y más como el hombre que no había sido
en mucho, mucho tiempo.
Era la misma clase de sensación que
había tenido cuando había cogido la Luceria -algo correcto-, como si el orden
universal estuviera completamente bien.
Era sólo un truco mental, o de su
biología. Él lo sabía. No había felices para siempre para un hombre sin alma.
Era más conveniente que él aceptara su destino y simplemente disfrutara de cada
momento que se le ofrecía, en vez de pensar en el futuro.
No puedo resistir tanta presión, por lo que más quieras HyukJae acepta lo inevitable DongHae esta hecho par vos y si hay un futuro para ustedes, un futuro feliz, o eso espero.
ResponderEliminarSé que Hae no se alejará de vos cuando descubra a la criatura que vive en tu interior, él ya de a poco comienza a aceptar lo inevitable, ustedes NUNCA se separarán
OMG pobre Hae esta tan cansado y Hyuk, tiene tanto miedo de lastimarlo aunque no lo admita ya lo ama y siente miedo de ello fuerza Hyuk, puedes amarlo ya te salvo y no lo sabes o no quieres reconocerlo.
ResponderEliminarAigoooo par de sonsos ustedes se aman que esperan para darse alguito de cariño x dios haganlo antes de que me haga vieja y mis nietos me quiten el movil y no me dejen leer mis fics jajajajajaja unnie gracias por el capi como siempre muchos abrazos y muchas muchas gracias.
ResponderEliminarwoooooooooooow
ResponderEliminareste cap estuvo intenso wow el eunhae cada vez tienen un mayor acercamiento y vaya pelea hae realmente es muy fuerte es la pareja perfecta, me pregunto si hyuk realmente no se puede salvar yo creo que si y la unica persona que lo puede hacer es hae ^^, hyuk y su monstruo interno cada vez se pone mas dificil controlarlo pero hyuk yo se que lo vas a lograr con tal de no lastimar a hae ^^, hay que pasara con ese par hasta cuando dejaran de evitar lo que sienten y lo disfrutaran ^^
hay espero el prox cap ^^ nos leemos ^^
que suerte que hayan podido salir de la cueva aunque no tan sanos pobre hae, hyukie por dios no te cierres, estas comenzando a cambiar, hae esta ayudando a eso debes aceptarlo para que puedas sanar tu alma y poder tener un futuro con el.... Hyukie Fighting!!!
ResponderEliminarUnnie Gracias por el mp siempre me emociono cuando veo que ha lllegado n.n
Saluditos!!
chaaaaaaaaaaaaa! las habilidades de Hae de aprender a dominar un nuevo poder es impresionante!
ResponderEliminarme alegro que pudieran salir de ahi sanos y salvos, bueno vivos, ya que Hae tiene una herida en la cabeza
la bestia pudo salir de nuevo! cuanto mas podra Hyuk lucahr con este para que no se apodere de el?
espero que con eso Hae recupere el calor y puedan curarlo!
muchas gracias por el mp! me encanto el capitulo
Awwwwww
ResponderEliminarhae estaba muy agotado utilizo mucho poder salieron sanos y a salvo hyuk debe aceptar que hae esta hecho para el el no lo dejara por que el lo necesita y que hyuk pueda curarlo
enviame mp cuando actualizes
Ahhh hyuk, yo se q t mueres x hae, tienes q dominar a tu demonio sin corazón, pobre hae bb necesita q alguien lo cuide, quiero q haya eunhae, pero no t aproveches dl pez, aunque los 2 quieran...si lo hacen ahora será como No paso nada, hagamos como q no paso nada, etc. Prefiero q lo hagan cuando acepten lo q sienten el uno x el otro... Todo a su tiempo, lo q han pasado los 2 es muy fuerte, aunque sus ganas sean igual d fuerte, prefiero q lo piensen, luego dicen cosas q no sienten y se vuelve novela x/
ResponderEliminarEstas publicando súper rápido o es mi impresión? Bueno mejor para mi. Cuidate, byebye
los capítulos los subo cada cuarto día generalmente.
Eliminarhola
ResponderEliminaresto si que fue intenso por poco y matan a este par de guapos pero hae es tan bueno con la magia que hasta hizo lo imposible por sacarlos de ahi
ahora me pregunto que pasara en la casa ELF con eso de el final me quede con una idea que mejor ni te digo jeje -soy una pervert-
me encanto el capi como siempre, te agradezco por el mp y espero el otro
cuidate mucho
kisses
unnie excelente capitulo, de verdad que estuvo muy emcionante!!
ResponderEliminarahora una cosa que no entiendo, cuando fue que hyuk obtuvo ese monstruo interior, cuando mataron al que fue el amor de su vida? o fue creado a partir del odio que tiene en su corazón?
nueno otra cosa, hae quiere estar con él y se que despues hyuk ya no se podra controlar y sucedera lo innevitable, solo espero que hae no salga lastimado, que ya no sufran tanto!!
hasta el proximo capitulo unnie.
Me encanto el capitulo me emociona tanto como Hyuk cuida de Hae todo el tiempo
ResponderEliminarLa bestia me asusta un poco pero creo que sucederá lo inevitable espero que hae se recupere pronto
Gracias por el Mp cuidate esperare de nuevo un mp gracias!!!
Por alguna extraña razón,este eunhae hace que me la lleve con calma y no me apresure o coma ancias porque algo ya pase de una vez..ni yo se porqué
ResponderEliminarestuvieron a nada de que esos demonios los tuvieran en sus manos,Hae si que es bueno,cuanto tiempo lleva con hyuk,y ya todo lo que puede hacer.
Resistirse a lo inevitable solo hace que las ganas aumenten y que cuando llegue el momente,se den topes con la pared por haber postergado por "tanto tiempo" lo que era de ley
pero bueno,tarde o temprano,sucedera
le digo......este 89 lo llevo con calma.extraño
Omo omo apenas salieron de esta poco a poco hae esta avansando mas esta situacion tiene que parar tienen que estar juntos ustedes se aman aunque no quieran reconoserlo ya quiero lemon jajajajajaja pero que pervertida soy espero que henry se cure
ResponderEliminarGracias YOTA por el MP nos leemos en la siguiente actualisacion te cuidas mucho kiss kiss
Att Eidenelf
Hola :D
ResponderEliminar¡Por fin! después de tanto tiempo pude venir a tu blog a comentar
soy JackyFash en HATO & bueno...hace mucho (desde que empezaste a subir el fic) quería leerlo pero no había podido hacerlo, hasta ahora.
Comencé a leerlo antier & bueno hoy llegué a este capitulo.
¡Me ha atrapado!, como los otros EunHae que leído tuyos...
de verdad han habido días en los que me desvelado por leerlo jejeje
me encanta...aunque siento que Hae es muy terco en querer irse...
¡el pertenece a ese mundo más que nadie!
cabe decir, que los otros fics de la saga no los leí porque como lo he dicho
antes en tus fanfics anteriores... no me gusta leer de otras OTP más que del
EunHae, pero tengo la suerte de tener una amiga que los leyó todos
& me los contó entonces por lo consiguiente puedo entender todo perfecto en
esta parte de la saga...
¡Amo a Hyukkie!, aunque quiera dejarse morir, & es que yo pienso que el si tiene salvación aunque
el no puede verlo aún pero ... ¡DEBE HABERLA! porque no quiero que muera, sería injusto después
de todo lo que ha hecho...es tan bueno...
Algo que me encanta & me impresiona es como Donghae logra usar el poder de Hyukkie perfectamente
es tan genial... ningún otro ha logrado hacer eso, lo que demuestra que el pertenece a ese mundo
aunque el este en negación.
Por otra parte creo que los dos se han enamorado uno del otro solo que aún no se dan cuenta de sus sentimientos.
Espero ver tu MP de nuevo, por eso llego a esta saga, gracias por eso.
Bye bye ~~
Santo cielo XD casi se los comen
ResponderEliminarEs asombroso el poder que tiene Hae al manejar la magia de la luceria.
Ese monstruo es todo un pervertido, pero seamos realistas
muchas esperamos ese momento XDD ok nein'
Al menos lograron salir con vida de eso y es lo que importa.
Gracias por el aviso, espero el siguiente.
Un saludo, que estés bien :D
omg ........ pobre hae usar tanta magia lo agoto y además con esa herida, hyuk tiene mucha suerte por tener a hae espero que no se rinda y acepte que debe estar con el a pesar de su bestia ....
ResponderEliminargracias por el mp en hato
esperaré tu siguiente actu
saludos ^^
rosaliehale:
ResponderEliminarWoow que capitulo!!! Estuvo muy movido y hubo mas acercamiento por parte de estos dos,. Hae es como una especie de genio en esto de cpntrolar los poderes, creo que eso les ayuda mucho pero a la vez lo cansa demasiado, pobre-
Gracias por el mp =)
Pobre Hae se esta esforzando mucho u.u
ResponderEliminarOMG creo que habrá lemon :3
Ya era hora