Hyukjae sentía las furiosas emociones de
Donghae pulsando a través de la Luceria. Estaba emocionado y temeroso, lleno de
esperanza y negación. No era ningún tonto. Sabía que las probabilidades de
sobrevivir de Eunhae eran pocas, no sólo porque tantos niños como él habían
muerto a las pocas horas de su nacimiento, sino también porque si se presentaba
el más mínimo signo de tendencia Saesang, estaría enjaulado o muerto.
Sus dedos le temblaban entre los suyos,
y eso trajo el instinto de protección que había creído muerto hace mucho
tiempo. Una cosa era saber que su trabajo consistía en mantener seguro a
alguien, pero otra muy distinta era querer hacerlo. Ese deseo se había ido hace
tanto tiempo, que era difícil de mantener bajo control.
No tenía ni idea de lo que le estaba
pasando, ya sea que sus propias emociones se estuvieran restaurando, o si
simplemente estaba tomando prestadas las de Donghae, pero cual fuera el caso,
le resultaba difícil recordar su deber más allá de lo que a Donghae le
importaba.
Había un potencial nido de cría de
demonios no muy lejos de aquí. Ahí es donde debería haber ido, pero él no pudo
controlar las ganas de hacerlo feliz, de darle la oportunidad de ver al niño
que había salvado con su perspicacia.
Si Donghae no se hubiera dado cuenta de que
el sol parecía alejar la mancha Saesang existente dentro de Eunhae, lo más
probable es que niño ya estuviese muerto. Parecía justo dejar que lo visitara y
viera con sus propios ojos cómo le iba.
Hyukjae llamó a la puerta y ésta se
abrió para revelar a un hombre joven. Estaba bien afeitado, vestido con una
camisa bien almidonada y una corbata floja, como si acabara de llegar del
trabajo.
—Soy Lee Hyukjae. Él es Lee Donghae.
El rostro del hombre se iluminó con
reconocimiento.
—Os estábamos esperando. Entren.
Dio un paso atrás para dejarles espacio
y que pasaran.
—Soy Will, y esta es mi esposa, Dana.
Dana se levantó del sofá. Era joven,
bonita, y llevaba puesta una sudadera arrugada y una camiseta manchada. El
cansancio colgaba sobre ella, pero también tenía un aire de felicidad. Ella les
ofreció una sonrisa cansada.
—Nos alegra que hayáis venido. Esperad.
Iré a traer a Eunhae. Estoy segura de que estará despierto ahora.
—No lo despiertes si no lo está —dijo Donghae—.
No quiero molestarlo.
Sus dedos se apretaron alrededor de Hyukjae,
y él trató de enviar consuelo a través del vínculo. No sabía exactamente cómo
hacerlo, o si tan siquiera era capaz de esas cosas, pero tenía que intentarlo.
Con cada minuto que pasaba, la ira
crecía dentro de él. No era tan malo como lo había sido antes de su reunión con
Kevin, pero sentía a Donghae arrastrarse dentro de él, inflamándose con el paso
del tiempo. Por ahora era capaz de pensar claramente y ofrecer a Donghae lo que
necesitaba, aunque no estaba seguro de cuánto tiempo más podría hacerlo hasta
que en todo lo que pudiera pensar fuera en buscar algo para matar.
Sus días estaban contados. No quería
pasar los últimos luchando contra la rabia, cuando podría pasarlos tratando de
ayudar a Donghae a ver que su mundo no era tan malo. Que pertenecía a él.
—Estamos muy contentos de que Shindong
decidiera permitirnos conservar a Eunhae. Ha traído tanta alegría a nuestras
vidas —dijo Will.
—¿Así que no hay señales de que algo
esté mal? —preguntó Donghae.
Will dudó.
—Él es... diferente a la mayoría de los
niños. Como le dije a Hyukjae, está creciendo rápidamente. Come mucho, y parece
que prefiere la carne a otros alimentos.
—Carne —preguntó Donghae—. Es muy joven
para estar comiendo carne.
Dana entró en la sala de estar. Un niño
caminaba junto a ella, tambaleándose sobre sus pies.
La sorpresa de Donghae golpeó a través
del vínculo, y una fracción de segundo más tarde, su cuerpo comenzó a
tambalearse. Lo agarró por la cintura y lo atrajo hacia sí para mantenerlo en
pie.
—Él es tan grande —susurró Donghae—.
¿Cómo es esto posible?
—Por favor —dijo Dana—. Ten cuidado con
lo que dices. Él es inteligente y recoge las emociones de los demás con
demasiada facilidad. Si estás molesto, vas a incomodarlo.
—Lo siento. Solo estaba sorprendido.
Eunhae se les quedó mirando con sus
brillantes ojos azules. Hyukjae creyó ver algunas manchas negras revoloteando a
través de los iris de Eunhae, pero no podía estar seguro sin mirar más de
cerca.
—¿Te has asegurado de exponerlo a la luz
del sol lo suficiente? —preguntó Hyukjae.
—Sí. Tal como dijo Shindong. A Eunhae le
gusta, por lo que jugamos mucho afuera. Will nos ha construido un invernadero
para que pudiéramos salir en el invierno, también.
Donghae miró a Dana, y luego a Eunhae.
La expresión de su rostro era de asombro y ternura.
—¿Puedo cogerlo? —preguntó.
—Eso depende de Eunhae —Dana se
arrodilló y le preguntó al niño—. ¿Quieres ir con el joven Donghae?
Eunhae miró a Donghae, y luego a su
madre adoptiva. Él asintió con la cabeza.
Donghae dio un paso adelante, fuera de
los brazos de Hyukjae. A él no le gustó que lo hubiera dejado, y tuvo que
luchar contra una oleada de irritación irracional.
Donghae abrió los brazos a Eunhae,
esperando ver qué haría.
Él se tambaleó hasta su abrazo, y Donghae
lo cargó, sonriendo mientras lo abrazaba fuerte. Una expresión de anhelo
consumió sus facciones, apenas oculta por la alegría que irradiaba de él.
—Has llegado a ser tan grande. Te he
echado mucho de menos.
Eunhae se empujó hacia atrás y lo miró
sombrío mientras estudiaba su rostro. Sus manos regordetas le dieron unas
palmaditas en las mejillas, luego señaló a los ojos, y entonces a los suyos.
—Él se acuerda de ti —dijo Dana.
—No, él te está diciendo que te ha visto
antes. Nos llevó un tiempo comprender sus señas con las manos, pero ahora lo
hacemos muy bien.
—¿Te acuerdas de mí, Eunhae?
Los ojos de Donghae se agrandaron y se
tambaleó sobre sus pies. Hyukjae corrió hacia adelante y los rodeó a ambos con
los brazos para que no se cayera con el niño.
—Él... —Donghae se tambaleaba sobre sus
talones, la sorpresa palideciendo su piel.
—Está bien —dijo Will—. Es parte de cómo
se comunica. No tengas miedo.
—¿Qué hizo? —exigió Hyukjae, luchando por
mantener la voz controlada.
—Vi un destello de la noche en que
nació. Vi mi propia cara iluminada por el sol.
Dana asintió y tiró de Eunhae fuera del
abrazo de Donghae, como si estuviera preocupada por su seguridad.
—Es lo que vio esa noche. Te dije que te
recuerda. Parece recordar todo.
—¿Ha mostrado algún signo de que es
peligroso? —preguntó Hyukjae.
Un segundo más tarde, la mente se le
llenó con una imagen de él con el ceño fruncido, por encima de Donghae mientras
éste sostenía al recién nacido Eunhae. Él había amenazado con matar al niño,
pensando que era un demonio, pero Donghae lo había detenido.
Aquella noche, Hyukjae había sido el
único peligroso. Ahora se daba cuenta de lo que tenía que haberle parecido a Eunhae,
tan pequeño e indefenso. El miedo que debió tener.
—Es un buen chico —dijo Dana—. Es
diferente, pero no malvado. Lo estamos llevando por el bien.
—Sé que lo hacéis —dijo Donghae. Luego
miró a Eunhae—. Siempre supe que eras un buen chico desde el momento en que te
vi. Vamos a estar orgullosos de ti.
A Hyukjae no le gustaba. El niño era un
riesgo, o por lo menos uno desconocido. No podía permitir que Donghae se
quedara aquí. Caía la noche, y ya no era seguro. Para cualquiera de ellos.
—Tenemos que irnos ahora. Está oscureciendo,
y todavía tenemos trabajo que hacer.
Donghae asintió con la cabeza y se
inclinó para besar a Eunhae en la mejilla. Señaló a sus ojos, y luego a los de él.
Salieron de la modesta casa y volvieron
a salir al frío. Donghae se abrazó a sí mismo, y Hyukjae pudo sentir una
tristeza melancólica irradiando de él. Quería borrarla, pero no había nada que
pudiera hacer.
Una vez que estuvieron en el coche, Donghae
le dijo:
—Gracias. Por traerme aquí. Es bueno
saber que él está bien.
—Te hizo sentir triste.
Donghae estuvo silencioso, mientras
salían del camino de entrada y regresaba a la carretera.
—Me hizo desear haber sido capaz de
quedármelo. Me he perdido tanto en tan poco tiempo. Él ya está caminando. A
este ritmo, estará hablando en cualquier momento. Odio no ser parte de eso,
¿sabes?
—Él te recuerda.
Donghae sonrió, sacudiendo la cabeza.
—Lo hace. Es difícil de creer, pero lo
hace.
—Y recordará esta visita, también.
—Así como yo —Donghae miró por la
ventanilla lateral, apoyando la cabeza contra el cristal—. No voy a dejar que Shindong
me impida volver a verlo. No voy a dejar que el niño piense que no quiero ser
parte de su vida.
—¿Incluso si es peligroso? No tenemos
idea de lo que llegará a ser, o incluso de qué es capaz ahora.
—No me importa. Entiendo que Shindong no
quiera correr el riesgo de tenerlo dentro de la SM, pero no tiene nada que
decir sobre los riesgos que yo tomo por mi cuenta.
—¿Y yo qué? ¿No tengo nada que decir?
—le preguntó, a sabiendas de que era una estupidez incluso esperar tales cosas.
Se volvió hacia él.
—¿Crees que es malo? —le preguntó.
—El mal no es lo que eres, sino lo que
haces —tenía que ser así, o Hyukjae era un gran hipócrita por no haberse matado
a sí mismo hace mucho tiempo, como él hacía con otras criaturas sin alma—.
Siempre y cuando sus acciones sean buenas, entonces merece vivir.
—Él nunca va a encajar en ningún lugar,
¿verdad? Los seres humanos sabrán que no es normal, y tu gente lo rechazará
debido a quién era su padre.
—Nuestra gente. Sigues olvidando que
eres uno de nosotros.
—Soy como Eunhae, ¿sabes? Los dos
estamos jodidos a causa de quién es nuestro padre. Él y yo vamos a tener que
permanecer juntos.
Hyukjae se tragó el comentario de que él
no estaba jodido, ya que aún no había aceptado su destino. Si Eunhae lo hacía
sentir mejor, entonces que pensara lo que quisiera.
—¿Cómo vas a ser parte de su vida y
recuperar tu antigua vida, al mismo tiempo?
—No lo sé, pero voy a encontrar una
manera. Soy inteligente. Eunhae evidentemente también es inteligente. Vamos a
hacer que funcione.
Al igual que él, Donghae lo quería
todo. No tenía el corazón para decirle que no era posible. No podría vivir una
vida humana con Eunhae, más de lo que él podría insuflar nueva vida a su alma y
ser el hombre que Donghae se merecía. Ambos estaban engañándose a sí mismos, y
tarde o temprano, ambos iban a tener que elegir entre lo que querían y lo que
era correcto.
Estaba bastante seguro de que sabía cómo
terminaría para ambos. Sólo deseaba poder vivir lo suficiente para verlo
aceptar el lugar que le correspondía.
Hyungsik odiaba correr riesgos de este
tipo con Minwoo. Su pareja no tenía idea de lo precioso que era. Y hasta hoy,
él tampoco tenía idea de lo fácil que era que le manipularan.
Sin embargo, no podía estar enojado con él.
Estaba haciendo lo que pensaba que era correcto. No podía culparlo por eso, o
él moriría como un hipócrita.
Hizo exactamente como Minwoo dijo,
canalizar la energía a un conjunto específico de runas grabadas en el lateral
de la Piedra Centinela. Esta comenzó a brillar con un fuego azul, y una línea
brillante de luz hizo erupción, ensanchándose a medida que él mantenía el
enfoque en las runas.
—Continúa así —dijo Minwoo—. Sólo un
segundo más —entonces lanzó su amuleto, y la nota adjunta dentro de la luz y
dio un paso atrás—. Ahí. Déjalo ir.
Hyungsik lo hizo. Liberó el poder,
dejando que fluyera de nuevo hacia sí mismo. Esperando que la puerta de entrada
se cerrara, pero en cambio, se mantuvo abierta unos escasos quince centímetros.
Y entonces comenzó a ampliarse.
El miedo se apoderó de él, y agarró a Minwoo,
poniéndolo detrás de él. Sabía lo peligrosas que eran las entradas, y aun así había
dejado que permaneciera de pie junto a él mientras que lo hacía, arriesgando su
vida como un idiota.
Se centró en las runas y trató de
canalizar el poder en ellas.
—Ve a buscar ayuda —ordenó—. No puedo
detenerlo.
Y no había manera de saber lo que podría
venir a través de ella. Si Minwoo estaba en lo cierto, entonces ese lugar, esa
Temprocia, era rústica, pero no terriblemente hostil. Pero si estaba equivocado,
o había accedido mal a las runas, entonces no había manera de saber lo que
pronto entraría en sus dominios.
Los esfuerzos de Hyungsik no parecían
estar haciendo ningún bien. La apertura seguía ampliándose.
Dejó de perder el poder tratando de
cerrarla y se preparó para el ataque. Momentos más tarde, varios Suju salieron
corriendo del edificio principal, las espadas desenvainadas.
—Minwoo dijo que había problemas —dijo Zhoumi,
que se colocó a su lado, la espada en mano.
—Tal vez. No puedo cerrar la entrada. No
sé lo que puede atravesarla.
—Vamos a estar preparados para ello
—dijo Zhoumi, irradiando confianza.
La voz airada de Shindong sonó detrás de
él.
—¿Qué coño estás haciendo?
—No es culpa suya —dijo Minwoo—. Fue
idea mía.
—¿Sí? Bueno, la próxima vez que tengas
una idea, ignórala.
Hyungsik apenas controló la ira que
estalló dentro de él.
—No le hables de esa manera. Fue
decisión mía participar. Estamos tratando de salvar la vida de Grace.
—¿Provocando un ataque de otro mundo?
Gran idea —dijo Shindong.
Había un agudo chillido, algún tipo de
sonido chirriante, y un momento después apareció una figura dentro de la luz.
Todo lo que podía ver era una silueta, pero parecía ser humana, y estaba sola.
La figura dio un paso adelante, y la luz
se apagó, dejando al descubierto a una mujer de edad indeterminada. Estaba
envuelta en capas espesas de piel, cuero y tela áspera,
todo en colores apagados y naturales. El color y el movimiento de sus ojos le
recordaron las ondas del viento de una tormenta. Los ojos también revelaban su
origen. Esta mujer era Athanasian.
Ella se quedó inmóvil, evaluando al
grupo de personas que se habían reunido. Tan pronto como su mirada se posó en Minwoo,
arqueó los labios en una sonrisa de alivio. Ella abrió los brazos y Minwoo se
adelantó antes de que nadie pudiera detenerlo, abrazando a la mujer.
Hyungsik se movió un paso más cerca para
protegerlo, sin saber si debía tirar de Minwoo a distancia o confiar en sus
instintos.
Minwoo se volvió y le ofreció una
sonrisa llorosa.
—Ella es Sungha, la mujer que me crió.
Sungha cubrió la cara de Minwoo con sus
manos.
—¿Estás bien, niño?
Minwoo asintió con la cabeza.
—Perfectamente. Todo salió bien, tal
como dijiste que pasaría.
—Así que ¿te acuerdas? —la voz de la
mujer era suave y melódica, casi hipnotizante.
—Algunas cosas. Hyungsik me ayudó a
restaurar lo que había perdido. Más de mi pasado vuelve a mí en pedazos, pero
me acuerdo de ti. Necesitamos tu ayuda.
Sungha abrió la mano, y en ella estaba
el amuleto de Minwoo y el papel arrugado en el que había escrito la nota.
—No debo quedarme mucho tiempo. El
tiempo fluye más rápidamente en Temprocia, y cada momento que estoy lejos, uno
de mi pueblo está en peligro.
Shindong dio un paso adelante.
—Soy Shindong, el líder de este lugar y
estas personas.
—Entonces tú me llevarás a Grace —su
tono era imperial, exigiendo la obediencia que le correspondía debido a su
posición.
—Primero dime quién eres —dijo Shindong.
El poder parecía irradiar fuera de ella,
haciéndola parecer más alta de lo que realmente era.
—No, no lo es.
—Déjala ayudar —dijo Hyungsik—. Esta
puede ser la única oportunidad de Grace.
La boca de Shindong se torció por la
frustración, pero al final, asintió con la cabeza.
—Voy contigo.
—Bien. Puedes ser de utilidad —dijo Sungha.
—Hyungsik y Minwoo vienen con nosotros.
El resto se queda aquí. Aseguraros de que nada más viene detrás de ella.
—Me ocuparé de ello —dijo Zhoumi.
Los cuatro se apresuraron a la
habitación donde estaba Grace, apenas con vida. Ho estaba a un lado de la cama,
pero mientras ellos entraban, se puso de pie, con la mano en la espada.
—¿Quién es?
—Mi madre —dijo Minwoo—. Está aquí para
ver a Grace.
—No tu madre, niño. Solo Minha tiene ese
honor. Yo simplemente tomé lo que ella sacrificó voluntariamente.
—No lo entiendo.
—Te entregó a mí
para que pudiera regresar a su mundo antes de que Trot se enterara de su
desobediencia. Pero esa es otra historia para cuando haya más tiempo.
Trot de Athanasian gobernaba con autoridad
absoluta. Era un hijo de puta megalómano por todo lo que contaban, y el único
responsable de la muerte por inanición que sufría el pueblo de Hyungsik. Trot
fue quien ordenó cerrar la puerta, cortando la fuente de sangre que los Zea
necesitaban para sobrevivir, así como el que dictó la maldición como castigo a
los hijos que se atrevieron a desafiarlo. Si esta mujer trabajaba contra Trot,
entonces era más amiga que enemiga.
Sungha se acercó a la cama, Ho la
observaba como si fuera una serpiente venenosa.
—¿Reclamas a esta mujer agonizante?
—Lo hago. Si la lastimas, me aseguraré
de que lo lamentes.
Sungha le dio un guiño de satisfacción y
apoyó la mano de largos dedos en la frente pálida de Grace. Ella cerró los ojos
durante un momento, y cuando los abrió, no había más que un atisbo de sorpresa
en su mirada.
—¿Ella hizo esto por ti?
Ho tragó saliva y asintió, la vergüenza
quemaba en sus mejillas.
—¿Puedes ayudarla? —preguntó Minwoo.
—Tal vez. Si vive lo suficiente. El
tiempo que le queda se puede medir en los latidos del corazón.
La voz de Ho estuvo llena de demanda:
—Entonces haz algo. Ahora. Antes de que
sea demasiado tarde.
—No puedo. Por lo menos no aquí. Llevará
más de una noche hacer lo que debe hacerse, y Trot se enterará de que estoy
aquí una vez que el sol se levante.
—¿A quién le importa una mierda lo que
ese imbécil sabe? —casi gritó Ho.
—A ti cuando él envíe a sus Guardianes
aquí para eliminarme.
—Sí —dijo Minwoo—. Definitivamente no
quieres meterte con esos tipos.
—Tiene razón —dijo Hyungsik—. Uno de
ellos casi nos mató.
—Entonces, ¿qué podemos hacer? —preguntó
Ho—. No puedes irte.
—Puedo y lo haré —dijo Sungha—. Si me
voy con Grace depende de ti.
—¿Yo? —preguntó Ho.
—Lo que me pides es peligroso. Podría
matarme.
—Tal como puedo hacer yo —advirtió Ho.
Shindong tomó el brazo de Ho y en voz
baja dijo:
—Las amenazas no son exactamente muy
útiles aquí. Qué tal si intentas un poco de respeto hacia una mujer que es
probablemente más poderosa que todos nosotros juntos.
La mandíbula de Ho se tensó y escupió:
—¿Qué quieres que haga?
—¿Qué estás dispuesto a hacer?
—Cualquier cosa —dijo Ho demasiado
rápido. Había algo en la manera que él dijo esto que molestó a Hyungsik,
haciéndole preguntarse si su Marca de Vida todavía estaba sana como lo había
estado hace unas semanas.
Sungha sonrió, pero no hubo calor allí,
sólo satisfacción.
Ho hizo lo que le pedía, cayendo de
rodillas delante de la mujer.
—Voy a marcarte, y cuando lo haga, seré
capaz de convocarte en cualquier momento y desde cualquier lugar. Comprometerás
a mí tu espada y lealtad, jurando defenderme a mí y a mi pueblo en la batalla,
aun a costa de tu propia vida. ¿Lo juras?
—Si —dijo Ho sin dudarlo.
Sungha puso la mano sobre su hombro. Ho
siseó de dolor. Ella no le dejó retroceder, manteniéndolo en el lugar, forzando
a mantener el contacto durante varios segundos. Cuando apartó la mano, había
una marca de color rojo con la forma de una luna creciente.
—Eres mío ahora.
—Lo que sea —dijo Ho—. Sólo salva a
Grace. Por favor.
—Lo intentaré. Tráela.
Hyungsik habló:
—No puedo desconectar las máquinas. Ella
no puede respirar por sí misma.
Sungha miró Ho.
—Él va a respirar por ella.
—Antes de irte —dijo Hyungsik—. Hay algo
que necesito saber. ¿Hay más parejas como Minwoo?
Los ojos plateados de Sungha se
oscurecieron por el dolor.
—Las hay. Almas preciosas ocultas, perdidas
en un mundo extraño.
—¿Cómo puedo encontrarlas?
Ella sacudió la cabeza, haciendo que su
largo cabello plateado oscilara sobre sus caderas.
—No lo sé. Las despojé de su pasado y
las envíe con los seres humanos para protegerlas. Podrías encontrarlas o no en
tu camino.
—¿Diste a cada una un amuleto como el
mío? —preguntó Minwoo.
—Los hijos de Hyuna y Leesam vinieron
antes que tú —dijo Sungha, una tristeza pesada tirando de su boca—. No les di
nada, ni siquiera sus nombres. Eso me angustió, así que cuando te envíe, lo
hice con tu nombre, con la esperanza de que te diera un poco de consuelo saber
que eras lo suficiente amado como para tener la más básica de las posesiones.
—Los recuerdo. Jugué con ellos cuando
era pequeño.
—¿Tal vez puedas encontrarlos y ver que
están seguros? Me gustaría mucho saber que están bien.
—Los vamos a encontrar —dijo Hyungsik.
Shindong dijo:
—Y si envías a más de tu pueblo a través
de la Piedra Centinela, ellos vendrán a nosotros, estarán seguros detrás de
nuestras paredes. Los protegeremos como a los nuestros.
Sungha asintió majestuosamente en
gratitud.
Heechul se precipitó en la habitación,
con la cara roja y su pecho jadeando por el esfuerzo. Miró a Sungha y se
congeló.
—¿Es verdad? ¿Eres una sanadora?
—Lo soy.
—Tiene que venir a ver a mi hermano. Él
la necesita.
—Tengo que irme. No hay más tiempo.
—Por favor. ¿Podría ver a mi hermano?
Los Zea han tratado de ayudarlo, pero...
Sungha miró a Heechul, desde la suela de
sus botas de combate a la parte superior de su cabeza, que estaba varios
centímetros por encima de Sungha.
—¿Eres un guerrero?
—Toco mierda cuando llega la
oportunidad. ¿Supone esto alguna diferencia?
—¿Reclamas a tu hermano?
Heechul frunció el ceño, mirando
alrededor de la sala en busca de orientación.
—¿Reclamarlo?
—¿Es tuyo? ¿Está bajo tu poder?
—Sí. Me ocupo de ello.
Sungha miró a Shindong.
—¿Qué mal le ocurre a ese hombre?
—Henry fue secuestrado cuando tenía ocho
años. Fue alimentado con sangre Saesang durante diez años. Se hizo violento.
Ninguno de nosotros ha sido capaz de filtrar la mancha de su sangre.
—¿Lo has intentado? —preguntó Sungha.
—Muchos de nosotros lo hemos hecho.
Estuvo con ellos durante mucho tiempo. Eso… lo cambió.
Heechul cerró los ojos en agonía.
—Debería haber escuchado a Wook. Debí
haberlo encontrado antes de que fuera demasiado tarde.
Sungha miró a Shindong.
—Voy a llevarme a ese niño.
Shindong parecía contar en silencio
antes de responder, como si tratara de controlar el mal genio.
—¿Estás preguntando o afirmando?
—Lo estoy ratificando. Tráelo a la
puerta.
—¿Tienes que llevártelo? —preguntó Heechul—.
Es tan frágil.
—Entonces no va a sobrevivir a lo que
debo hacer para limpiarlo. Tal vez no debería molestarme.
—No —se apresuró a decir Heechul—. No
quise decir eso. Él es fuerte. Pero su mente está turbada. Estoy preocupado de
que vaya a alguna parte sin mí.
—No tengo tiempo para esto. Me voy
ahora, con o sin tu hermano.
—Con él. Por favor. Cueste lo que
cueste.
Sungha estudió a Heechul durante un
largo rato.
—Quítate la camisa y arrodíllate.
SungHa deja re reclamar Sujus nos vas a dejar sin muchachos.
ResponderEliminarHenry se puede curar!!!!! dios quiera que eso pase lo mismo que para Grace, aunque Ho me da miedo.
EunHae si que crece rápidamente, se acuerda de Hae y de Hyuk (justo no con los mejores recuerdos)
me encantoooo!! omo Sungha es de temer! me gusta su actitud, y porque anda reclamando a los sujus? ok entiendo, pero Siwon no se pondra feliz.. espero que pueda curar a Henry!
ResponderEliminarmuchas gracias por el mp!
saludos
OMG Shitttt, esto va de miedo, diablos que bien que hay una respuesta, para ellos solo espero que aguanten lo suficiente y nuestro hermoso Hae y Hyuk, espero que puedan estar juntos se lo merecen diablos se aman tanto y no se lo dicen por miedo, sufren por esa causa que tontos somos los humanos a veces sufrimos por amor y por callar. Gracias por el MP
ResponderEliminarah!! llega a curar y se los lleva!!
ResponderEliminarahhh que dira siwon de que heechul por curar a henry de su juramento a sungha?!!
ah siepre m kedo con ganas de mas con intriga y con muchas preguntas...
hyukjae debes sanr tu alma quitate ese anillo y unete con hae!!
eunhae es bueno verdad? no morira, odia a hyukie?
ahh
esperare el otro capitulo con ansias
bye unnie :)
te cuento que aún no losé...en el libro que sigue no sale nada de él, no sé si en el que sale este año salga
EliminarEunhae ya casi camina? Como si tuviera 1 año wooo q rápido, esa mujer solo a ido a conseguir guerreros! Jeje ojala y d verdad grave y henry se puedan salvar... Hyuk tienes q proteger a hae!
ResponderEliminarEunHae!!!!! Auuuu!! Cosita bella! Ya me lo imaginó >..<!
ResponderEliminarSungHa reclama sujus por montón! A ese paso reclamará a media SM XD Jujuu~~ Mas parejas para los ZeA!! Y...y...Henry!! Se va a curar cierto? T.T y regresará sin esa cosa fea en su sangre, aaah! ya muero por saber que mas sigue!!
Espero la próxima actualización lo mas tranquila que pueda!
Nos leemos pronto!! Saludos!!
me imagine a eunhae con hae y vi una imagen hermosa de un niño con razgos de hyuk y hae y creeme que era hermoso. pero entonces en que se va a convertir una vez que deje de crecer, como dijo su madre adoptiva ellos lo estan llevando por buen camino, sera bueno o abra algo que lo hara balancearse hacia el otro lado. yo creo que si hae lo sigue ayudando sera alguien bueno.
ResponderEliminarahora si hyuk siente algo que él penso estaba muerto deberia darle una oportunidad a esos sentimientos.
y sungha, ayuda a los suju, cada vez se hacen menos y los demonios mas, no, no eso no debe pasar.
unni gracias por eñ mp hasta el proximo.
ame este capitulo que sera eunhae era hermoso ese niño que sus padres adoptivos lo cuiden bien y hae no quiere separarse de eunhae quiere hacer una vida junto con el que sungha ayude a henry y a grace para que los salve
ResponderEliminarenviame mp cuando actualizes
ohhhhhh........ que capítulo intenso .....la primera parte con ese encuentro de hae y hyuk con eunhae fue hermoso, y después la aparición de sungha que llega para ayudar a grace y henry fue muy impresionante, marcará también a hee?? que será de toda esta situación ??
ResponderEliminargracias por el mp
saludos y cuídate
Donghae tienes más ganas de unirse a Hyuk,hyuk tambien,pero a el lo detiene el no querer atar a hae a su alma,que se supone esta muerta. Yesung deberia de ayudar a Hyuk y decirle lo que paso cuando se quito el anillo y se unio a wook,pero bueno,esto ahora no se puede.
ResponderEliminarEunHae quiere a Hae,pero a hyuk seguro le tiene temor,al parecer no vio la amenaza de que hyuk queria matarlo,pero si vio la expresion que este tenia.
Bah.......tan bonita forma de ayudar tienen estos....llevandose promesas y juramentos¬¬
Omo omo me encanto eunhae ya casi camina que lindo momento paso hae con eunhae se acuerda de el y a mi monito hermoso no le agrada mucho asi que henry se puede curar y hee va ser todo para que sea asi espero que no vaya a tener problemas con siwon
ResponderEliminarGracias YOTA por el MP nos leemos en la siguiente actualisacion te cuidas mucho kiss kiss
Att Eidenelf
Sungha eso no le gustara a Siwooon... Hee es de el xDD
ResponderEliminarcon que eunhae recuerda todoo >< me recuerda a la niña de Bella, Ness?? (crepusculo) lol ... ya quieroo saber más!!! como reaccionara Henry >o<
Nos vemos!~
rosaliehale:
ResponderEliminarPor dios esta mujer esta reclamando a medio mundo, va a dejar a la SM sin centinelas, pero ya enserio, ojala y ella cure tanto a Grace como a Henry ya que en la SM no hay nadie que pueda hacerlo. Pero yo pienso que el que deberia hacerse responsable de Henry es Zhoumi no Heechul, o me equivoco??.
Ya quiero que Hae termine de entender que ya na no es un humano normal, jamas lo fue, ni siquiera antes de ser secuestrado, porque desde que nacio su destino era ser lo que es ahora, siempre ha sido la pareja destinada de un suju (Hyuk).
Muchas gracias por el mp =)
Oh mi dios!!
ResponderEliminarEs algo extraño lo de EunHae ahh pero la escena se me hizo tierna XDD
Hey como quisiera más sobre la raza ZE:A :3
No se porque siento que hay algo malo en los reclamos de la tipa :O
Reclama a Hanry y luego a Hee y entonces que pasa con Siwon
Oh dios y cuando se entere Wook que pasara....
Gracias por el aviso.
Un saludo, que estes bien :D
Oh dios!!
ResponderEliminarEs algo raro lo de EunHae, pero fue tierna la escena.
Me encantaría leer más sobre los ZE:A
Es un alivio que lograran traer una sanadora, pero hay algo en ella
que me hace dudar, con esos reclamos,
que pasara con Siwon y Wook cuando se enteren...?!!
Gracias por el aviso.
Un saludo, que estés bien :D