—¿Kyuhyun?
Sus ojos
estaban fijos en los míos mientras se sentaba, puso sus dos manos justo en el
centro de mi pecho, y se sentó bajando sobre mí, todo el camino hasta la
empuñadura. Estaba apretado, tan sofocante. Estaba caliente, cabalgándome
arriba y abajo en un movimiento tortuoso, lo único que quería hacer era mirarme
desaparecer dentro de él. Me encantaba y lo odiaba al mismo tiempo, de alguna
forma, como me estaba empezando a sentir sobre Lee Sungmin.
Lo que sea
que yo había estado a punto de decirle, escapó. Era extraño. Nunca había tenido
sexo en donde mi pareja aún tenía ropa en su cuerpo yo estaba en exhibición.
Tampoco había tenido intimidad con alguien que parecía que estaba desesperado y
furiosamente tratando de llegar a la final, independientemente de lo que yo
estaba o no estaba haciendo.
Parecía que
estaba usándome para llegar a la finalización, pero ni siquiera estaba en el acto
conmigo. Puse mis manos sobre él, traté de abrir su camisa para tener acceso a
toda esa cremosa, piel blanca, y vi el ceño fruncido de preocupación cuando se
apartó de mí.
Su cabeza
estaba echada hacia atrás, y sus manos estaban curvadas en garras, arañando mí
pecho. Sus ojos estaban fijos en los míos, así que los vi rebosantes, vi la
sorpresa, el maravilloso borde sobre los nubarrones cuando se vino abajo.
También vi las lágrimas saltar a su mirada y la forma en que su pecho comenzó a
subir y bajar como si fuera a hiperventilar, tan pronto como la última cresta
estremecedora del orgasmo flotara sobre él.
Me miró
como si acabara de repente de darse cuenta de que yo estaba allí, una persona
viviendo y respirando, y no un vibrador. Quitó sus manos de mi pecho, trepó
saliéndose de mí de una manera que hizo que mi polla nos gritara a los dos. Las
lágrimas brillando en sus ojos comenzaron a caer, y antes de que pudiera
sentarme y preguntarle qué demonios estaba pasando, él estaba prácticamente
corriendo hacia la puerta.
—Lo siento
mucho, Kyuhyun.
Aunque
conseguir quedarme en la estacada, con una furiosa erección, no era mi cosa
favorita para que hubiera sucedido ese día, yo estaba más preocupado por el
hecho de que él parecía que iba a desmoronarse. Estaba temblando, los rastros
que las lágrimas iban dejando le hacían parecer como algo que iba a hacerse
añicos.
—Sungmin,
espera un segundo. ―Tuve que luchar para meterme en mis pantalones, nada fácil
cuando mi pene todavía estaba listo y dispuesto a seguir, pero él negó con la
cabeza hacia mí y se precipitó hacia la puerta principal.
—No, no...
Te dije que no sé cómo hacer esto contigo. Me tengo que ir. —La puerta se cerró detrás de él, y para
el momento en que estuve semi-presentable, guardado, y había llegado al pasillo
con solo una leve cojera, se había ido ya.
El nuevo
joven vecino estaba entrando por la puerta principal, estaba todo abrigado y
deslizó su mirada sobre mi estado arrugado y revuelto, y dejó escapar un agudo
silbido entre sus dientes.
—¿Mala
cita?
Solté un
bufido y me apoyé en la puerta abierta, mis brazos por encima de mi cabeza. Leeteuk
no tuvo ningún problema en verificar el espectáculo. Lástima que nada de eso
era para él.
—Empezó un
poco áspera, se volvió mala, tuvo un punto alto, y luego terminó con un gemido.
Él dejó
que su mirada vagara descaradamente sobre mi pecho desnudo, brazos tatuados, y
los pantalones aún abiertos. ¿Por qué no podía estar atraído por él? Era
adorable, audaz, y me gustaba su actitud descarada y sin complejos, pero no había
duda de ello, no iba a ser un sustituto para Sungmin. La idea de eso incluso se
hizo cargo del incómodo problema en mis pantalones.
—Tengo que
decir, que eres mejor que la televisión por el puro valor del entretenimiento.
Solté un
bufido.
—Me alegro
de que puedas encontrarle el humor al estado de mi triste vida amorosa.
Él se
dirigió a su propia puerta y me sonrió por encima del hombro.
—Tú eres
un bebé, un poco áspero y peligroso, y él es tímido y callado. Lo vi entrando.
Probablemente lo abrumaste y se siente fuera de su profundidad. Dale un minuto
para darse cuenta de que no estarías todo encima de él, si no pensara que era
tan impresionante como claramente cree que tú lo eres. Ese es un lindo
jovencito con un enamoramiento de seguro. Los chicos necesitan tener cuidado
con los jovencitos lindos que tienen enamoramientos.
Levanté mi
ceja hacia él.
—¿Cómo
sabes todo eso? ¿Eres psíquico o algo así?
Él empujó
su propia puerta para abrirla y se rio de mí.
—Ni
siquiera cerca. Tengo muy buenos instintos sobre la gente. Me sirve bien en mi
línea de trabajo. -Parecía instructor de yoga o un desnudista de gama alta. No
me podía imaginar cual era realmente su trabajo.
—¿Qué
haces?
Levantó
una de sus propias cejas hacia mí.
—No me
creerías si te lo dijera. No renuncies a él, vecino. Se ve como que podría
utilizar a un tipo como tú, alguien para sacudirlo, obligarlo a pasar un buen
rato. Que tengas una buena noche.
Cerró la
puerta sin darme una respuesta real acerca de su trabajo, y me retiré a mi
propio lugar. Necesitaba un minuto para aclarar mi cabeza y, más urgente que
eso, para resolver mi frustración en una ducha de agua caliente. Nunca había
estado tan enredado, tan comprometido con alguien antes.
Sungmin
merecía el esfuerzo, un toque gentil con el que no estaba cien por ciento
seguro de que estuviera equipado. Quiero decir, que yo nunca fui el tipo de
chico que solo irrumpía en la vida de alguien y le daba la vuelta.
Nunca nadie
me importó lo suficiente como para hacer eso. Con Sungmin estaba empezando a
querer no solo voltear todo patas arriba, sino ponerlo en un frasco, o una
caja, y agitarlo todo para arriba y alrededor hasta que algo completamente
diferente saliera. Unos diferentes Kyuhyun y Sungmin, que pudieran entender
esta mierda.
Caminé
alrededor de mi apartamento como un desastre neurótico el resto de la noche. No
podía creer lo que había hecho, o
la forma en
que lo había
dejado así. Estaba mortificado y estupefacto no solo por
mis acciones, sino que había logrado quitármelo de encima.
Pasé todo
el día siguiente limpiando y buscando cualquier cosa para mantener mi mente
ocupada hecha un torbellino hasta que tuve que ir a mi turno. Apenas logré
recuperarme para ir a mi ronda, pero teniendo en cuenta que mi teléfono estaba
vibrando con una mezcla igual de los mensajes de texto de enojo de mi mamá, y
los decepcionados de mi papá, tuve que salir de mi apartamento.
Llamé a Sungjin
para decirles Feliz Navidad, y aunque traté de ser breve, creo que se dio
cuenta de que estaba molesto y algo estaba realmente mal.
No había
nada que pudiera hacer o decir para que dejara de sentirme como si fuera un
lunático. No sé qué me pasaba cuando estaba alrededor de Kyuhyun, pero algo
sobre él y yo en la misma habitación… y
me volví un caos imprevisible.
Las cosas
habían ido bien. No me encantaba no tener mi propio auto en caso de que
quisiera escapar de la boda y mis nervios, pero sus amigos y toda la fiesta de
la boda habían sido muy agradables, y su padre, o Shindong, como el sonriente
hombre mayor dijo que lo llamara, fue una delicia. Si no hubiera sabido nada
diferente, habría pensado que estaba sano como un caballo. Me di cuenta que no
había manera en que él se hubiera perdido este gran evento. Este grupo era más
unido que cualquier banda de amigos que jamás había encontrado.
Todos los
amigos de Kyuhyun eran hermosos y cubiertos con
determinadas marcas que los hacían un grupo inolvidable. No era el tatuaje o el hecho de que el novio
lucía un Mohawk púrpura lo que me hizo comenzar a hiperventilar, fue el amor
palpable, el cuidado, el respeto y la admiración genuina que todos tenían el
uno por el otro lo que hizo que mi piel se sintiera demasiado apretada, hecho
un anhelo que nunca había sentido antes
del inicio de ahogar todo lo
demás dentro de mí.
La única
persona con la que siempre había tenido ese tipo de vínculo era Sungjin, y
ahora que él tenía su propia familia y un esposo que cuidar, me sentía más y
más por mi cuenta. Ver este grupo no coincidente, ver a los novios que estaban
claramente determinados a superar todo para terminar de estar juntos, me hizo
sentirme fuera de lugar, dolorosamente celoso, y mientras latía en mi sangre me
sentía como que tenía que irme.
No podía
soportarlo más. Y al igual que dijo Kyuhyun, sabía, no tenía ninguna duda de
que me habría llevado a casa sin quejarse. Mientras lo observaba caminar por el
pasillo, tan hermoso, tan colorido y distinto, no había duda de que lo deseaba.
Sentí que el deseo despertaba sin cuestionamientos cada vez que me tocaba, cada
vez que me miraba. No estaba acostumbrado a eso, y todo el calor y confusión
que Cho Kyuhyun había llevado una vez más a mi vida. La acumulación se enrolló
con tanta fuerza dentro de mí que era como un resorte a punto de romperse... y
saltar, lo que me había llevado junto con él.
Si mi
colosal enloquecimiento en la boda no fuera suficientemente malo, mi reacción
confusa solo segundos después del único orgasmo que me ha dado otra persona fue
suficiente para hacer que quisiera cambiar mi nombre y mudarme a una isla de la
que nadie nunca había oído hablar antes.
Estallar
en lágrimas después del sexo no era algo nuevo para mí, incluso si éstas habían
sido lágrimas de gratitud en vez de decepción. Pero la forma en que me asusté,
la forma en que había corrido como nunca antes había corrido, y tal vez más
vergonzosa, la forma en que cruelmente dejé a Kyuhyun con una erección
inequívocamente insatisfecha me hizo cuestionar mi propia cordura.
Obviamente
los otros chicos estaban equivocados. No había nada de malo en mí sexualmente.
Yo no era frígida o fría... si Kyuhyun hubiera conseguido calentarme más la
noche anterior, nos hubiera derretido juntos. Al parecer, solo necesitaba al
hombre cubierto con tinta, traspasado en algunos lugares inusuales, y atado a
mi pasado y al corazón con mi falta de confianza en la más devastadora de las
formas con el fin de tener un orgasmo.
Me las
arreglé para conseguir pasar a través del turno de fiestas sin incidentes, y
aparte de Sunny preguntándome qué me pasaba cada cinco minutos, era preferible
a escuchar a mi madre gritar y quejarse de su vida y la forma en que las fiestas
estaban arruinadas para los Lee este año. Estaba esquivando al Dr. Ahn izquierda y derecha, porque a pesar de que le prometí salir con él y no quería
decepcionar a Sunny, mis instintos
estaban gritándome que cancelara mi cita con él. Estaba demasiado
nervioso, demasiado desconcentrado después de lo que había pasado con Kyuhyun,
para pensar que podría pasar a través de la cita ileso.
Cuando
llegó la hora de ir a casa miré mi teléfono e hice una mueca de dolor cuando vi
que tenía una llamada perdida de Kyuhyun. No dejó un mensaje de voz, pero
también había un texto que simplemente decía:
Feliz Navidad Sungmin.
Le debía
una explicación. Lo sabía, pero no creo que pudiera hacerlo. ¿Cómo iba a
decirle que no solo fue el primer hombre con el que había estado que me hizo
sentir tan bien, que me hizo querer tener realmente sexo? ¿Cómo iba a explicar
que no quería que fuera el chico que hizo divertido el sexo, que me hizo desear
a pesar de las cosas horribles que dijo hace un tiempo y la forma en que me
hizo sentir? ¿Cómo le iba a explicar que no quería sentir nada por él después
de la forma abismal en que su flagrante desprecio por mí en la secundaria me
había hecho sentir durante toda la vida? ¿Incluso entendería que debido a su él
más joven, debido a esos momentos dolorosos vinculados directamente a sus
acciones, normalmente yo odiaba la idea de estar desnudo con otra persona,
detestaba ser expuesto y vulnerable, por lo que el sexo para mí siempre fue
confuso y horrible?
No podía
explicárselo cuando ni siquiera podía conseguir que tuviera sentido para mí.
No le
contesté el mensaje ese día, o el siguiente, cuando preguntó si estaba bien, o
el siguiente, cuando preguntó si podíamos hablar. Me mantuve firme en
ignorarlo. Para el fin de semana no estaba enviándome más mensajes de texto, y
me resigné al hecho de que toda la sinfonía de autodestrucción que había creado
había jugado su última nota. Como yo era el compositor, no tenía a nadie más a
quien echar la culpa.
El tiempo
voló y, de repente, era el comienzo de la semana siguiente y mi cita con el
buen doctor había llegado. Quería ir aún menos ahora que la primera vez que me
lo pidió. Me hubiera echado atrás, hecho algún tipo de excusa y hecho el muerto
si solo Sunny no hubiera estado acosándome por ello cada vez que podía. También
me hizo cometer el error de decirle a Sungjin sobre ello, más por su apoyo que
cualquier otra cosa, pero él se emocionó por la posibilidad de que saliera con
alguien, por lo que estaba presionando también. Estaba atrapado y lo único que
podía hacer era pasar a través de ello.
Tuve un
argumento similar con el doctor al que tuve con Kyuhyun sobre el deseo de tener
mi propio auto, pero a diferencia de Kyuhyun, él me miró con desaprobación y
señaló cómo de extraño parecería a sus amigos si no llegábamos juntos. No era
un argumento del que quería hacer un refrito con alguien tan preocupado por las
apariencias, por lo que acepté de mala gana, y me dijo que me iba a recoger en
mi apartamento. Le dije que deberíamos irnos del hospital ya que la fiesta estaba
más cerca de éste, pero de nuevo me dio una mirada como si fuera tonto y no
sabía cómo funcionaban las citas.
Así que
ahí estaba yo a las nueve en punto en la víspera de Año Nuevo, en el asiento
del pasajero de la muy bonita camioneta del doctor, preguntándome qué estaba
tramando Kyuhyun. Después de todo, era Año Nuevo y eso significaba besarse a la
medianoche.
Suspiré
profundamente y me recompuse cuando Jahyun detuvo el flujo constante de la
conversación que tenía con él acerca de sí mismo. Sin lugar a dudas: el doctor
era su propio fan más grande.
—¿Está
todo bien?
Forcé una
sonrisa.
—Claro.
Simplemente he estado ocupado en el trabajo y con las fiestas. Estoy un poco cansado.
—Y estoy obsesionado con un chico con el que no debería estar, pero no creo que
él quiera saber esa parte.
—¿Siempre
quisiste ser enfermero?
—Sip. Me
gusta la enfermería, al igual que la prisa de la Sala de Emergencias, pero
sobre todo quería ayudar a la gente.
—Ahh, eres
uno de esos.
Levanté
una ceja y lo miré por el rabillo de mi ojo. Habíamos parado en frente de una
opulenta casa en uno de los suburbios más ricos de la ciudad. Mi estómago se hundió.
Ya podría decir que esto iba a ser terrible. Lo habíamos estado haciendo muy
bien cuando él no necesitaba que me uniera a la charla.
—¿Uno de
qué exactamente?
—Esas
personas que fueron a la escuela de enfermería o medicina basadas en ideales y
sentimientos difusos de dar sin esperar nada.
¿Qué? ¿La
gente iba a esos campos por razones distintas de a compasión y la preocupación
por el bienestar de los demás? ¿Desde cuándo? Estaba estupefacto, así que tuve
que preguntar:
—¿Por qué
fuiste tú??
Él se rio y
se dirigió fuera del auto para abrir mi puerta. Me ofreció su mano, que tomé de
mala gana.
—Fui
porque quería un buen trabajo, algo que era seguro, algo que tuviera estatus y
prestigio que se le atribuyera. No me malinterpretes, me encanta la
medicina, amo la curación, amo estar en
el hospital durante todo el día, pero, honestamente, si yo pudiera hacer lo
mismo y no tener el mismo nivel de interacción con los pacientes, lo haría. Se
vuelve aburrido después de un tiempo,
¿sabes? Tratar a las personas que a menudo sufren de nada más que sus propias
tontas decisiones. Mis planes a largo plazo implican entrar en la práctica
privada. Creo que tiene que ser el camino a seguir para que pueda escoger y
elegir el tipo de pacientes que quiero tratar. No habrá más esposos infieles o
vengativos o niños que caen de las bicicletas para mí.
Esa
actitud era ridícula, y si yo fuera otra persona, tal vez habría tenido las
palabras adecuadas para decirlo. En su lugar, esperé hasta que se dio la vuelta
y le puse los ojos en blanco a la parte posterior de su cabeza perfectamente
peinada.
—Espero que
no te haga sentir incómodo, pero algunos de los jóvenes que asisten a esta
velada son jóvenes con los que he tenido relaciones en el pasado. Por lo
general, todas las relaciones terminaron bien, pero nunca se sabe lo que
inspire aparecer con un nuevo y hermoso joven de mi brazo.
Quería
darle una patada en la espinilla, o tal vez enredar despiadadamente ese
gelificado cabello. En serio, no solo iba a tener que pasar la noche en una
habitación llena de extraños, sino que también iba a ser utilizado como carnada
viva para colgarla delante de sus ex novios. Oh, chico, ¿no suena divertido?
—Estoy
bastante tranquilo. No me mezclo exactamente
bien.
—Solo
sonríe y luce bonito. —Me guiñó un ojo y tuve que apretar los dientes hacia
abajo en mi lengua para evitar decirle que pensaba que era superficial y
completamente repulsivo. Estaba poniendo mi piel de gallina, y cuando recordé
la forma en que Kyuhyun me hizo arder y estremecerme, quise encontrar la salida
más cercana y encontrar mi camino de regreso a su casa. Yo era un desastre.
Fue
evidente tan pronto como entramos por la puerta que mi papel durante la noche
era ser el show de Ahn. Ni una sola vez le dijo a la gente que era enfermero,
nunca mencionó a donde fui a la escuela o la forma en que realmente nos
conocimos. Solo se dedicó a pasarme alrededor y me decía que tomara una copa y
sonriera.
Alrededor
de una hora y no solo estaba harto de espectáculos y exhibicionismo, sino que
me aburría completamente fuera de mi mente. Había tenido dos copas de champán
que estoy seguro que era caro, pero sabía terrible y decidí ir a buscar un
baño. Nadie parecía ansioso de señalarme la dirección correcta, así que se fui
vagando solo. La casa no era enorme, pero había un montón de habitaciones, y
mientras estaba haciendo mi camino por un pasillo oí una aguda risa femenina
saliendo de una de ellas. Iba a meter la cabeza y preguntar si estaba cerca de
mi destino, cuando un déjà vu me pateó el trasero de vuelta a mis días de
secundaria.
—¿Qué pasa
con ese joven que Jahyun trajo? No creo que haya dicho una sola palabra en toda
la noche.
Más risas
y sentí algo atorarse en mi garganta y mis manos se unieron en puños a mis
costados.
—Tal vez
es lento... ya sabes, especial. Es evidente que solo lo trajo porque es joven y
bonito. Apuesto que quería poner celoso a su ex, ya que se comprometió y le
dieron esa gigantesca roca. No creo que su prometido sepa que su futuro esposo fue
a esquiar con Jahyun hace un par de fines de
semana.
—Como si
alguien fuera a estar celoso de él. Tiene las habilidades de conversación y el
nivel de CI de un erizo. ¿Qué estaba pensando?
Un
delicado resoplido seguido de:
—Apuesto a
que probablemente es fácil, por lo que él estaba pensando que es la víspera de
Año Nuevo y que quiere tener sexo. Es una cosa segura.
Yo no
podía decidir si estaba más furioso u ofendido. No era así como se suponía que
las personas adultas actuaran. Era joven, era demasiado parecido a lo que me
había hecho tan tranquilo y reservado, en primer lugar, y si mi cita se hubiera
molestado a tratarme como una persona y no un accesorio, tal vez estas extrañas
no tendrían ninguna munición para lanzar alrededor como colegialas chismosas.
Había
llegado al final de mi tolerancia para tonterías. Seguí caminando por el
pasillo y pesqué mi celular, una respuesta más madura hubiera sido saludable
para enfrentar a esas mujeres, de más decir que Jahyun era un imbécil engreído,
pero yo era un poco más que él. Hice una llamada que debería haber hecho hace
más de una semana.
El
teléfono sonó y sonó y me acordé de que era un gran día de fiesta y que
probablemente estaba fuera. Saliendo con alguien que no era yo. Contuve la
respiración y estaba a punto de colgar y llamar un taxi cuando su voz profunda
se apoderó de la línea. Sonaba como la salvación y la tentación, todo en una
sola palabra.
—¿Sungmin?
—Era obvio que estaba en un bar o en algún otro lugar que era ruidoso. Había
ruido y jolgorio en el fondo. Voces gritando, la gente de fiesta, pero el ruido
fue atenuándose a medida que se alejaba de él.
—Yo...
Necesito un aventón. ¿Puedes venir a
buscarme?
Se quedó
en silencio en el otro extremo de la línea. Diablos, si yo fuera él le diría
que no al demente que me había dejado en la estacada y luego ignorado durante
toda la semana, pero una vez más, Kyuhyun estaba probando que lo que yo creía
que sabía y lo que era la realidad eran mundos aparte.
—¿En dónde
estás?
—Estoy en
una fiesta horrible llena de gente horrible. Lo siento, no preguntaría, pero no
conduje hasta aquí y estoy en cierto modo atascado. Tengo que salir de aquí…
por favor.
Suspiró y
casi pude verlo pasándose las manos por su cabello. Suspiré involuntariamente
ante la imagen mental.
—Envíame
la dirección por un mensaje y estaré allí en quince minutos.
Dejé
escapar un suspiro de alivio y empujé mi cabello fuera de mi cara.
—Gracias.
Él
masculló una palabrota que me hizo respingar y luego suspiró de nuevo.
—Cualquier
cosa, Sungmin. En cualquier momento.
La
comunicación se cortó y le mandé la dirección. Tenía toda la intención de
esconderme en el baño hasta que mi salvador apareciera, solo que mí no muy
brillante plan fue frustrado por un golpe en la puerta y mi mediocre cita
llamando mi nombre interrogante a través de la barrera.
—¿Sungmin?
¿Estás ahí?
Supongo
que me había ausentado el tiempo suficiente para que lo notara, o tal vez todo
el mundo se había cansado de su discurso monótono de lo increíble que era y él
me necesitaba en torno fingiendo interés. Qué comadreja.
—Uh, sí,
dame un segundo. —Me lavé las manos y me di un rápido vistazo en el espejo.
Estaba más pálido de lo normal, pero no había forma de pasar por alto que mis
ojos estaban brillando hacia mí con anticipación. Mierda. Quería ver a Kyuhyun.
Quería estar cerca de él, quería tocarlo, y él ni siquiera había preguntado por
qué lo necesitaba, así que también quería darle un abrazo de agradecimiento
puro.
Abrí la
puerta y me encontré con la mirada inquisitiva de Jahyun.
—¿Todo
bien?
Me aclaré
la garganta.
—En realidad
no. No me siento muy bien. Creo que tengo que ir a casa y meterme en la cama.
—¿Qué? De
ninguna manera. Todavía no es ni siquiera cerca de la medianoche. No podemos
irnos.
Apreté los
dientes.
—No tienes
que irte, Jahyun, pero yo no me voy a quedar.
Sus ojos
se estrecharon ante mí y su actitud cambió de molesta a ligeramente amenazante.
—¿Qué
esperas que le diga a mis amigos? ¿Sabes lo que eso va a parecer, tú yéndote y
yo quedándome? ¿Y qué hay de la medianoche? Todos aquí son pareja, Sungmin. ¿A
quién se supone que voy a besar a la medianoche?
¿Qué
jodida mierda? Me puse rígido y entrecerré los ojos hacia él. No me gusta la
confrontación, odiaba tratar de expresar lo que estaba pasando dentro de mi
cabeza a otra persona, pero este imbécil y sus amigos elitistas habían sacudido
algo suelto.
—Va a
parecer exactamente lo que es. No quiero estar más aquí. No me gustas. No me
gustan tus amigos, y, francamente, no me importa lo que les digas. No es que
vayan a escuchar de todos modos. Aquí todo el mundo está tan ocupado yendo una
y otra vez sobre lo buenos que son… que nadie puede tener una sola palabra. En
cuanto a besarme… —Pasé junto a él y sacudí su mano cuando trató de agarrar mi
muñeca—. De ninguna manera en el infierno. No a la medianoche, no bajo el muérdago…
ni en ninguna parte, nunca. Adiós, Jahyun.
Llamó mi
nombre, y entonces maldijo hacia mí de una manera muy fea.
—Cuando el
resto del personal de enfermería se entere de esto en el trabajo, nunca podrás
superarlo. ¿Sabes cuántos querían ser tú esta noche?
Eso era lo
último que quería, ser un chisme para los demás, que se hable de esto a mis
espaldas, pero eso en comparación con pasar un segundo más con él parecía el
menor de dos males.
Me encogí
de hombros y me dirigí en dirección a la puerta principal.
—Estoy
acostumbrado a ello. —Tomé mi abrigo del gancho que colgaba cerca de la puerta
y le di una última mirada—. Por cierto, dile a tus amigas que mi coeficiente
intelectual está más cerca de Hawking que de un erizo. Tal vez si te hubieras
tomado tres segundos y te hubieras detenido tratando de decirme lo maravilloso
que eres, también habrías sabido a eso.
La puerta
se cerró detrás de mí y me estremecí dentro de mi abrigo tanto por la
adrenalina como por el aire helado. Oí el auto mucho antes de verlo venir por
la esquina. Apenas esperé hasta que rodara y se detuviera antes de saltar en el
asiento del pasajero.
Dr De porquería lo único que quería era aparentar y presumir. Menos mal que Min se dio cuenta o más bien escuchó a tiempo.
ResponderEliminarAhora Chi es tu momento de revancha, espero que sepas aprovecharla
Doctores como esos 😒
ResponderEliminarDe por sí el doctor ese no me caía bien,ahora menos.
Que idiota de veras,ni siquiera gastaré más palabras en él...puff
Oh sungmin...espero que no tome a Kyu como su tabla de salvación siempre
Ya lo beso dos veces para aliviarse,ya hizo algo de sexo con él para sacarse el sentir...y ahora lo llama para que lo rescate de donde ese tipo lo llevo.
Con lo enojado que esta Min...espero Kyu lo enoje más y pueda sacarle algo...al parecer así Min dice lo que en verdad quiere.
Yo espero pase algo
ese doctor ya me daba mala espina, espero que despues de esto lo deje de molestar...
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