Siwon
encontró a Gunhee en el comedor.
—Uuuh,
bombón, no sé qué le hiciste a Hee, pero está furioso. Me pidió que te dijera
que comas antes que envenene tu comida, o le haga algo peor.
Siwon
quedó sorprendido al ver ternera al marsala y una ensalada italiana con pan con
ajo esperándolo.
—¿De
dónde vino eso? —le preguntó a Gunhee.
—De
Tony's, calle abajo. Heechul me envió a buscarlo. El y Tony no se hablan en
este momento. Dios lo bendiga, tiende a hacer que todo el mundo se enoje con él.
Pero lo superará. Siempre lo hace.
Siwon
se sentó y luego tomó un bocado del paraíso. Jamás había probado algo mejor.
¿Por qué Heechul se habría tomado semejante molestia por él?
Estaba
a mitad de la comida cuando Heechul pasó por la puerta que conducía a su
tienda.
—Espero
que te ahogues —le gruñó mientras iba hacia la cocina.
Siwon
tragó lo que estaba comiendo, se limpió la boca y corrió la silla para ir
detrás de él.
—¿Heechul?
—la hizo detener—. Lamento lo que dije. Es sólo que…
—La
gente nunca es agradable porque sí.
Y jamás eran agradables con él.
Heechul
se quedó mudo. ¿Hablaba en serio?
—¿La
cena estaba bien?
—Estaba
deliciosa. Gracias.
—No
hay problema. —Apartó su mano—. Probablemente sabes que ya está oscuro. Puedo
llevarte a tu casa cuando estés listo.
—Sólo
necesito detenerme para comprar un poco de aceite para lámparas.
—¿Aceite
para lámparas? ¿No tienes electricidad?
—Sí,
pero es imperativo que lo compre esta noche y vaya a casa.
—Está
bien. El carro de batalla espera a cuatro calles, en lo de mi hermana Boa. Podemos
tomar el aceite de su negocio.
—¿Tiene
aceite para lámparas?
—Sí.
Es una sacerdotisa vudú. Probablemente viste el altar, arriba, que hizo para
mí. Es un poquito excéntrica, pero la queremos de cualquier modo.
Siwon
inclinó su cabeza respetuosamente ante él, luego regresó escaleras arriba a
buscar su abrigo.
Heechul
estaba a punto de recoger los platos cuando Gunhee lo espantó.
—Me
ocuparé de eso por ti.
—Gracias,
dulzura.
Gunhee
arrugó la nariz.
—Cuando
quieras. Ustedes vayan y hagan algo salvaje por mí. Quiero todos los detalles.
Heechul
rió mientras intentaba imaginar lo que podría implicar algo “salvaje” con Siwon.
Probablemente sería nada más milagroso que lograr que vistiera zapatillas y
bebiera de un vaso de papel.
Siwon
se unió a él. Heechul lo acompañó rápidamente a la puerta de la tienda antes
que Gunhee viese su abrigo y lo confiscara.
Él
se detuvo tan repentinamente dentro de su tienda, que chocó contra él. Siwon se
quedó boquiabierto mientras recorría el lugar con la mirada, con una expresión
de completo horror en su rostro.
—¿Dónde
estamos?
—En
mi tienda —dijo Heechul—,en la calle Bourbon. Proveo de servicios a strippers y
transvestidos.
—Esto
es… es una…
—Tienda
para adultos, sí, lo sé. La heredé de mi tía cuando ella se retiró. Ahora
cierra la boca y para de tragar saliva. Hago mucho dinero y amigos en este
sitio.
Siwon
no podía creer lo que estaba viendo. ¿Heechul era dueño de una guarida de
iniquidad? ¿Y por qué lo sorprendía?
—Y
esto es exactamente lo que ha ocasionado que el mundo occidental se deteriore
—dijo, mientras lo conducía a través de una caja de vidrio con cubrepezones
decorativos y tangas.
—Oh,
sí, claro —dijo Heechul—. Como si no fueras capaz de dar tu
brazo derecho por tener a alguien vestido con mis cosas, desvistiéndose para
ti. Buenas noches, Franny —le gritó a la mujer detrás de la caja registradora—.
Asegúrate de darle a Gunhee los ingresos y depositar cuando cierres esta noche,
¿está bien?
—Claro,
jefe. Que tengas una buena noche.
Heechul
encabezó la salida a la calle. La ciudad ya estaba colocando las barreras en
las intersecciones, que convertirían a la calle Bourbon en un centro de compras
de trasnoche para los peatones. Giró a la izquierda hacia la casa de su
hermana; mientras tanto, escudriñaba en busca de cualquier actividad sospechosa.
Siwon
se mantenía notablemente silencioso.
Mientras
se aproximaban a la siguiente bocacalle, oyó a Siwon maldecir. Dos segundos más
tarde, un relámpago lo golpeó.
Heechul
jadeó mientras Siwon era arrojado contra un edificio por el golpe del relámpago.
Antes de poder dar un paso, comenzó a llover sobre él, literalmente, y sobre
nadie más. De hecho, el único sitio donde caía agua era donde Siwon estaba
tirado en el piso.
—¿Qué
diablos? —preguntó.
Siwon
respiró hondo mientras se ponía lentamente de pie. Su labio estaba cortado, y
tenía un corte en la mejilla, donde se había golpeado contra la pared. Sin una
palabra, se limpió la sangre con el dorso de su mano, y luego tocó la herida en
su mejilla.
Estaba
empapado mientras la lluvia continuaba cayendo sobre él con un golpeteo
staccato.
—Se
detendrá en un minuto.
Y
así fue. Siwon secó el agua de su rostro y luego escurrió su pelo. Heechul
estaba pasmado.
—¿Qué
acaba de suceder?
—Mi
hermano, Yesung —dijo cansadamente mientras sacudía los brazos y salía agua por
todos lados. — Hace un par de años fue convertido en dios, y desde entonces me ha convertido en su
ocupación de tiempo completo. Es la razón por la que ya no conduzco. Me cansé
bastante de que mi motor se saliera del auto cada vez que me detenía ante un
semáforo. El único tipo de transporte seguro que me queda son mis pies, y como
has visto, ni siquiera son completamente seguros.
La
furia no estaba ausente en su tono.
—¿Mi
auto sí es seguro?
Siwon
asintió.
—Sólo
viene por mí —Heechul comenzó a acercársele—. No lo hagas —le dijo, y su
respiración formó de repente una pequeña nube mientras hablaba—. Aquí está
helado.
Heechul
estiró la mano y sintió el aire ártico que rodeaba a Siwon. Hacía más frío que
en un congelador donde estaba parado.
—¿Por
qué te hace esto?
—Me
odia.
—¿Por
qué? —Heechul sintió que una ola de vergüenza lo atravesaba—. ¿Qué le hiciste?
—Él no respondió. En cambio, se sopló las manos y comenzó a caminar otra vez—. Siwon
—le dijo, deteniéndolo aunque no estaba segura de que no se le hubiera
congelado la mano al hacerlo—. Háblame.
—¿Y
qué quieres que te diga, Heechul? —preguntó con calma—. Sentía pena por Yesung
cuando éramos pequeños, y cada vez que intentaba ayudarlo, sólo terminaba
lastimándolo más. Tiene derecho a odiarme, y a toda nuestra familia. Debería
haberlo dejado en paz e ignorarlo. Hubiese sido mejor para todos.
—No
está mal ayudar a alguien.
Él
lo miró con sequedad.
—Mi
padre siempre decía “Nullus factum bonus incedo sinepoena”; ninguna buena
acción queda sin castigo. En el caso de Yesung, le dio mucha importancia a
comprobarlo.
Heechul
estaba consternado por lo que le estaba contando.
—Pensé
que mi familia era extraña. Parece que ustedes eran realmente el equipo disfuncional.
—No
te das idea.
Y
volvió a andar por la calle.
Heechul
lo siguió pero, para ser sincero, se sentía realmente mal por él. No podía
imaginar que una de sus hermanos lo odiara. Era cierto que no se llevaban bien
todo el tiempo. Con ocho hermanas y jóvenes hermanos y una amplia variedad de
locuras en la familia, siempre había uno que no le hablaba a otro por algo que
había sucedido pero, al final, la familia era la familia, y cualquiera que los
amenazara recibía rápidamente una dosis de la solidaridad Park.
Incluso
aunque técnicamente no se dirigiesen la palabra, siempre podían contar con la
familia en caso de necesidad. Nadie en su familia guardaba rencor por más de
unas pocas semanas. Y sin importar lo enojados que estuvieran, jamás, jamás
lastimarían al otro.
Por
dios, ¿qué tipo de familia tenía Siwon, que dos mil años más tarde su hermano
aún le arrojaba relámpagos?
Para
el momento en que llegaron a la tienda de su hermana, las cejas y las pestañas
de Won estaban completamente congeladas. Su piel tenía un horrible tinte
grisáceo.
—¿Estás
bien?
—No
me matará —le dijo con calma—. No te preocupes. Dentro de unos minutos se
aburrirá y me dejará en paz por algún tiempo.
—¿Cuánto?
—Generalmente
un par de meses, a veces más. En realidad nunca sé cuándo va a atacar. Le gusta
sorprenderme.
Heechul
estaba horrorizado por lo que estaba presenciando.
—¿Shin
sabe que te hace esto?
—Yesung
es un dios ahora. ¿Qué puede hacer Shindong para detenerlo? Al igual que tú con
tu cuñado, Yesung piensa que es divertido “bromear” conmigo.
—Jamás
soy deliberadamente cruel con él. Bueno, quizás esa vez en que le envié una
caja de tratamiento para la calvicie para su cumpleaños, pero ese fue sólo un
regalo de broma hasta que abriera el verdadero.
Tocó
las manos heladas de Siwon y se dio cuenta que estaba temblando en exceso.
Le
dolía el corazón por él. Se sopló las manos y las frotó antes de colocarlas
sobre el rostro de Siwon, que estaba tan frío que instantáneamente tomó todo el
calor de su piel.
Él
le miró agradecidamente antes de apartarse. De pronto, una nube de algo
sulfúrico los rodeó.
Heechul
tosió ante el rancio olor, antes de taparse la nariz y girar para encontrarse
con su hermana Boa murmurando algo que no podía entender.
—¿Qué
estás haciendo? —le preguntó.
—Él
tiene la maligna sensación de la muerte encima. En realidad no ibas a meterlo
en mi tienda de ese modo, ¿verdad?
—Sí
—Heechul arrebató el pequeño recipiente de madera de las manos de Boa—.¿Podrías
terminar con esta desagradable porquería vudú? Apesta.
Boa
se estiró hacia él.
—Dame
eso.
—Suéltame
o lo tiraré en la calle —Boa se apartó instantáneamente. Heechul observó el
polvo rojo-dorado y frunció los labios ante el rancio olor—. Sabes, realmente
podría habérmelas arreglado sin esta asquerosa porquería. Y aquí estaba, diciéndole a Won que mi familia
no era tan mala —agregó, alcanzándole el recipiente a Boa.
—Necesitas
protección —dijo Boa a la defensiva—. Hay algo aquí. Puedo sentirlo.
—Esa
debe ser tu cordura. Quizás podrías invitarla a pasar —Boa lo miró con
irritación. Heechul sonrió—. Sólo bromeaba. Sé lo que quieres decir. También
puedo sentirlo.
Boa
miró a Siwon, que aún temblaba.
—¿Por
qué está mojado y congelado?
—Es
una larga historia —dijo Heechul. Tenía la sensación que Siwon no apreciaría
que le contara a su hermana acerca de su hermano psicópata—. Esta es mi hermana
Boa.
—Hola
—dijo Boa antes de tomar el brazo de Siwon y llevarlo hacia la entrada de su
tienda.
Él
miró a Heechul con pánico.
—Está
bien. Está principalmente loca, pero no tiene un solo pelo de maldad en su
cuerpo.
—No
quiero oír nada sobre mi locura proviniendo del lunático que caza vampiros en
su tiempo libre. Deberías verlo —le dijo Boa a Siwon mientras lo arrastraba a
través del angosto local, que estaba alineado en estantes con todo tipo de
amuletos, muñecos vudú, velas y recuerdos para turistas—. Piensa que cualquier
tipo vestido de negro es un vampiro. ¿Tienes una idea de cuántos hombres visten
de negro en Nueva Orleáns? Es aterrador. En serio —Boa se dio vuelta hacia la
vendedora—. Chelle, cuida la tienda un minuto —le dijo a su empleada, quien
estaba etiquetando una nueva tanda de llaveros de diente de cocodrilo.
Boa
los condujo por la puerta trasera hacia el cuarto de almacenamiento. Hizo
sentar a Siwon en una silla alta y luego extrajo una gran caja de ponchos
Mexicanos, antes de tomar varios de ellos y envolvérselos alrededor.
Fue
hacia el baño y regresó con una toalla.
—Seca
su cabello mientras le preparo algo caliente de beber.
—Gracias,
hermanita —dijo Heechul mientras tomaba la toalla.
Siwon
estaba desconcertado por la obstinada generosidad. Nadie lo había tratado jamás
de ese modo… como si él importara. Como si ellos se preocuparan.
—Puedo
secarme el cabello.
—Mantente
bajo los ponchos y entra en calor —le dijo Heechul. Su ternura lo sorprendió,
mientras le secaba cuidadosamente el cabello con la toalla y luego lo peinaba
con sus dedos.
Boa
volvió con una taza grande y humeante en forma de esqueleto que tenía un aroma
cálido y extraño.
—No
te preocupes. No es una poción. Simplemente una mezcla casera de canela y
chocolate que vendo en Navidad, y que supuestamente evita la melancolía.
Se
la alcanzó.
—¿Funciona?
—preguntó él.
—En
la mayoría de la gente. El chocolate estimula las endorfinas para animarte, y
la canela hace pensar a casi todos en el hogar y el amor materno —Boa sonrió—.
Te asombrarías de cuánta ciencia hay en la magia.
Siwon
tomó un sorbo dubitativo. Estaba sorprendentemente bueno y, de hecho, lo
entibió.
—Gracias
—dijo. Boa asintió.
—¿Vinieron
a buscar tu auto? —le preguntó a Heechul.
—Sí.
No quisimos molestarte.
—Está
bien. Estaba esperando a que apareciera Leeteuk. Lo llamé antes, y le dije que
hice un talismán para él y para Sora.
Heechul
se quedó helado. No sería bueno que Leeteuk encontrara a Siwon allí. Estaba
seguro que su hermano no comprendería cómo podía estar ayudándolo. Y no era que
Heechul estuviera avergonzado de lo que estaba haciendo, pero aún así era una
complicación que quería evitar, por el bien de todos.
—Genial,
pero tenemos que irnos. Tenemos algunas cosas que hacer. Dale a Teukkie un beso
de mi parte.
—Lo
haré.
Heechul
hizo señas para que Siwon lo siguiera por la puerta trasera que conducía al
patio, donde el Mitsubishi de Boa estaba aparcado junto a su Mini Cooper.
Destrabó
el auto para él.
—Entra,
enseguida regreso.
Siwon
hizo lo que le pedía, y le sorprendió que el auto tuviese más espacio para las
piernas de lo que parecía desde afuera. Aún así, se sentía un poquito apretado.
Heechul
corrió hacia la tienda y salió a los pocos minutos, con un saco de plástico.
Entró
al auto y se lo dio.
—Tu
aceite para lámparas —dijo.
Él
estaba sorprendido de que lo hubiera recordado, especialmente porque a él mismo
se le había olvidado.
—Gracias.
Él
no dijo nada mientras encendía el auto y salía marcha atrás por el camino. En cuanto estuvieron en la calle,
puso el cambio y salió chirriando.
Siwon
se quedó sentado con calma mientras él se abría paso entre el tráfico a una
velocidad que lo hubiese aterrorizado si no fuese inmortal.
El
interior del auto era tan diminuto comparado a lo que él estaba acostumbrado,
que era difícil no fijarse en Heechul. Conducía del modo en que vivía: rápido y
al límite.
—¿Por
qué eres tan intenso? —le preguntó, mientras doblaba en una esquina de un modo
que él podría jurar que dejó al auto en dos ruedas.
—Mi
madre dice que nací de esa manera. Cree que Leeteuk debe haber obtenido las dos partes de dominio
mientras que yo me llevé todo el coraje —Se puso serio mientras cambiaba la
marcha y pasaba rápidamente a un auto que iba muy despacio—. En realidad, eso
no es cierto. El hecho es que soy lo que algunos llaman imán. Mis poderes
psíquicos no recaen en habilidades especiales, como los de mi hermano Leeteuk.
Los míos son más tranquilos. Intuición, psicometría. Cosas que son
prácticamente inútiles para los humanos, pero altamente valoradas por los
Daimons —se detuvo ante un semáforo en la calle Canal y lo miró—. Tenía sólo
trece años cuando el primer grupo de Daimons me atacó. Estaría muerto ahora si Kyuhyun
no me hubiese salvado.
Siwon
frunció el ceño ante sus palabras. Tenía razón. Los imanes emitían una poderosa
tentación para los Daimons. Con su naturaleza ardiente y su gusto por la vida, debía
ser lo más atractivo para ellos.
—A
diferencia de la mayoría de los humanos, no me permitieron vivir ignorando tu
mundo. Era aprender a defenderme o terminar muerto. No quiero ofenderte, pero
los muertos no me atraen.
—No
me ofendes. Habiendo estado muerto por más de dos mil años, no puedo
recomendártelo.
Heechul
se rió.
—No
lo sé. Muerto y vistiendo Armani. Creo que la mayoría de la gente se estaría
arrojando de los edificios si pudieran regresar forrados de dinero como tú.
—Como
hombre mortal tenía tanto dinero como ahora, y muchos más… —su voz se fue desvaneciendo
al darse cuenta de que casi había dicho “amigos.”
Eso
no era realmente cierto pero, al menos en aquel entonces la gente que lo
desdeñaba abiertamente, a excepción de su familia, generalmente se lo guardaba.
No
era algo en lo que le agradara pensar, o hablar.
—¿Muchos
más qué? —le preguntó cuando no terminó la oración.
—Nada.
Siwon
lo dirigió hacia su casa. Heechul dejó escapar un silbido bajo mientras se
aproximaban. Ingresó al camino que conducía a la casa, que estaba protegido por
una variedad de follaje, y se detuvo ante la enorme entrada de acero forjado.
Bajó su ventanilla y presionó el botón de la caja de seguridad.
—¿Sí?
Él
se inclinó hacia delante y habló en voz alta.
—Soy
Siwon, Gilbert. Abre el portón.
Las
puertas se abrieron unos segundos más tarde.
—Muy
lindo —dijo Heechul mientras conducía por el camino circular y aparcaba frente
a la puerta principal, detrás de lo que parecía ser un Chevy IROC rojo
deteriorado, que debía pertenecer a uno de los empleados de Siwon.
No
podía imaginar a Won en él ni muerto, y como ya lo estaba…
—Asumo
que ese no es tuyo, ¿o tu hermano se enfureció realmente un día y lo destruyó?
Siwon
no hizo ningún comentario.
Heechul
se detuvo para observar la fuente en el recodo del camino, que tenía luces
azules por la noche. Era un tributo a la diosa Minerva, y había sido una de las
razones por las que Siwon había escogido este sitio como hogar.
—¿Artemisa
sabe acerca de esa estatua?
—Como
aún respiro, lo dudo —dijo él con calma.
Él
la condujo hacia los viejos escalones de piedra. En cuanto llegaron a la
puerta, Gilbert la abrió.
—Buenas
noches, mi señor.
Su
mayordomo no dijo nada acerca del hecho que Siwon llegase a casa mojado. Había
algo en el viejo y rígido hombre inglés, que le recordaba a Heechul al Alfred
de Batman.
—Buenas
noches, Gilbert —se quedó parado a un lado para permitir que el hombre mayor
viera a Heechul—. Este es el joven Park.
—Muy
bien, señor —Gilbert inclinó su cabeza ceremoniosamente hacia Heechul—. Encantado —Luego miró nuevamente a
Siwon—. ¿Desearían su señoría y el joven señor algo para beber o comer?
Siwon
lo miró.
—Estoy
bien.
—No,
gracias, Gilbert.
El
mayordomo inclinó la cabeza ante ellos, luego se dirigió hacia la parte trasera
de la casa.
Siwon
le condujo hacia la izquierda.
—Si
puedes, por favor espera en la biblioteca, y regresaré en unos minutos.
—¿Adónde
vas? —le preguntó, pensando en su repentino humor sombrío.
—Necesito
cambiarme esto por algo seco.
—Está
bien.
Él
fue hacia las escaleras.
Heechul
vagó a través de la entrada en arco que llevaba a una oscura habitación
cubierta de libros desde el suelo hasta el techo. Estaba en una esquina echando
una ojeada a los títulos cuando sintió que alguien entraba en la habitación,
detrás de él.
Giró
para encontrarse con un apuesto hombre de más o menos su edad mirándole fijamente.
—¿Leeteuk?
¿Qué diablos te trajo aquí?
No puedes dejarlo ahí bandidos quiero más bdbdbd es genial amo está pareja, estaba esperando mucho para su aparición ahora siwon déjate llevar (?) Kkk
ResponderEliminarY si! Señoras! El Sichul es candela pura!!!
ResponderEliminarAhhhh~ con quien se encontró la chulis????
No sé,no sé.....siwon sugue sin caerme del todo bien....claro que no lo odio un 100%,digo,no todas las cosas fueron su culpa aunque haya cooperado con ello....pero ya veremos.
ResponderEliminarEse Yesubg.....se las esta cobrando,y seguramente a siwon le duele,aparte del dolor fisico,le duele el hecho de que su único hermano sea así con él....espero que yesung no siga,no es bueno guardar rencor....teuk???....jum....algo hay aquí