Estar de gira,
no importa en qué lugar del mundo era, llegó a ser un lastre después de un
tiempo. Yo quería mi propia cama, de preferencia con un lindo joven chino ya en
ella, y quería una noche sin pasarla en un bar, defendiéndome de groupies y
metaleros.
No estaba
hecho para ser una estrella de rock, pero era un trabajo perfecto convertir a
otros en una. Cuando llegara a casa, iba a reconstruir el estudio y buscar
poner en marcha mi propio sello discográfico. La idea me había excitado de una
manera que el rubio desnudo solo podía soñar con hacer. Por suerte para mí, el
resto de los chicos en la banda parecían tan agotados como lo estaba yo.
Andrew
extrañaba a su novia y a su hijo, y pasaba más tiempo en Skype que lo que pasaba
en el bar. Geoneo pasaba la mayor parte de su tiempo con los chicos de SJM,
pero en realidad solo estaba feliz de estar en el viaje, y Mike a quien
observábamos todos los días, para ver que él estaba luchando con su largo
esfuerzo de sobriedad.
Estar en
carretera era duro, y por tanto tiempo y tan lejos de casa, a todos nos
preocupaba que pudiera tener un traspié. No creo que nadie estuviera pensando
en firmar con el sello y estaba contento. La banda era sólida y hubiera odiado
que nosotros nos separáramos porque queríamos cosas diferentes. Ese pensamiento
golpeaba un poco, demasiado, cerca de casa en este momento para mí.
Los cambios de
horario a través del océano todavía me sorprendían y el hecho de que Donghae
fuera el que me llamaba hizo mi sangre se enfriara. Ni siquiera registré que el
joven en la cama estaba insultándome en un idioma extranjero, o que lanzó el
mando a distancia hacia mi cabeza mientras iba al baño para tomar la llamada. Él
iba a ser un problema para quitármelo de encima, pero yo no merecía nada menos
por algún serio error de juicio.
—Hola, Donghae
¿está todo bien? ¿Está Hyukjae bien?
Los peores
escenarios estaban corriendo por mi cabeza a un ritmo rápido y yo no podía
frenarlos. El joven molesto estaba ladrando por la puerta cerrada con los puños
golpeando. Si yo hubiera estado solo un poco
más intoxicado, toda esta situación habría sido tan ridículamente
divertida que había una oportunidad de que me hubiera matado a mí mismo
riéndome de esta.
—Oye, siento
interrumpirte, pero necesitaba llamarte aunque Hyukjae amenazó con esconder mi
teléfono si lo hacía.
—¿Qué pasa?
—Parecía nervioso, lo que me puso nervioso y enojado de estar lejos. Algo muy
pesado golpeó la puerta, y distraídamente me pregunté si el joven se había
tomado la molestia de ponerse la ropa antes de lanzar su rabieta. Me pareció
divertido que no importaba donde yo estuviera en el mundo, un groupie enojado
era todavía solo un groupie enojado.
—Es Zhoumi.
Y solo así el
mundo se detuvo. No había rubio enojado en la habitación contigua. No había
ninguna banda. No había nada más que Zhoumi, y el hecho de que estaba demasiado
lejos. Dejé de respirar lo suficiente para que la habitación se pusiera un poco
confusa y le tomó a Donghae gritar mi nombre para conseguir que me concentrara.
—¿Qué pasa con
Zhoumi?
Traté de sonar
casual, pero sabía que fracasé miserablemente cuando Donghae solo maldijo en
voz baja.
—Mira, hay un
montón de cosas que él tiene que decirte, que tú necesitas hacerle que te diga.
Entiendo por qué te alejó y solo tienes que creerme que realmente lo hizo
porque pensaba que estaba protegiéndote, pero en este momento, está solo y te
necesita. No me dejaría ir con él y se negó a dejar que Heechul fuera con él,
pero necesita a alguien, y honestamente ese alguien eres tú.
—Donghae, te
das cuenta de que estoy en Hamburgo en estos momentos y se supone que debo estar en Berlín mañana
por la tarde, ¿no?
Él suspiró y
lo que sonaba como su cabeza golpeando contra algo duro llegó a través de la
línea.
—Lo sé. Pero él
te necesita.
—Creo que dejo
muy claro que soy lo último que necesita en su vida, Donghae. —Algo en el otro
lado de la puerta se destrozó y me estremecí. Parecía que el costo de mi habitación
acababa de subir exponencialmente.
—Su hermano
está en el hospital, Henry. Le dieron una paliza, su vida está colgando de un hilo y nadie sabe si va a
lograrlo. La mamá de Zhoumi es poco fiable, Zhoumi está sentado en un hospital
en Wuhan por su cuenta, esperando ver si su único hermano va a morir. Vamos, yo
sé que tú no entiendes bien por qué te alejó y te dejó colgando, pero la
realidad es que solo quería mantenerte a distancia para que no salieras
lastimado. Él estaba tratando de protegerte.
—¿De qué?
—Otra
situación que era fea y llena de cosas realmente terribles. Él está enamorado
de ti.
Apreté los
dientes y con aire ausente patee la puerta del baño.
—Yo ni
siquiera sabía que tenía un hermano. Si él me amaba, ¿no crees que eso habría
surgido antes de ahora? Donghae, sé que solo estás tratando de ayudar, pero
creo que te estás agarrando a un clavo ardiendo.
Ahora él
maldijo en voz alta, y oí todo tipo de cosas de Hyukjae en su actitud cuando me
contestó bruscamente.
— Deja de ser
un tipo tan estúpido! Tú no tienes que darle nada, todo lo que tienes que hacer
es presentarte. El necesita que aparezcas, Henry. No es tan difícil.--No tuve
la oportunidad de responder antes de que siguiera—. Sé que estás sufriendo,
pero también lo está él, y lo único que hará que alguno de ustedes se detenga
es que uno se dé cuenta de que solo necesitan estar juntos. Simple y
llanamente. Si no puedes ver eso, entonces no lo merecías en primer lugar. Voy
a hablar contigo más tarde, Henry.
Me colgó,
dejándome aturdido y tambaleante en un cuarto de baño, a un millón de
kilómetros de casa. Mi impulso era lanzar todo en una bolsa y salir corriendo
al rescate, solo que la última vez que había intentado eso, había terminado en
la cárcel.
Estaba tan
cansado de tratar de salvar a la gente, especialmente a las parejas, que en
última instancia, no querían que yo fuera su héroe en absoluto. La idea de Zhoumi
sufriendo solo, la idea de él tratando de manejar algo así solo, me dio vuelta
de adentro hacia fuera, pero no me quería. Si no me quería, no había nada que
pudiera hacer por él que sus amigas o Suéter de Rombos no pudieran hacer.
Además, tenía un joven desnudo y muy enojado con el que tenía que discutir, y
que era por lo menos un problema tangible que podría arreglar.
Estábamos en
el tren a Berlín al día siguiente y me sentía muy mal. Yo no había dormido nada
la noche anterior y salir del joven con esteroides había probado ser más
difícil de lo que pensaba. No podía sacar de mi mente la llamada de Donghae, y
estar encerrado en el tren con un montón de tipos metaleros con resaca era
suficiente para hacer que me dieran ganas de jalar hasta el último cabello de
mi cabeza y salir corriendo hacia las colinas.
Andrew estaba
sentado frente a mí, alternando la
siesta y jugar un poco en su teléfono, aparentemente ajeno al ruido a
nuestro alrededor y yo le envidiaba la paz que él parecía tener naturalmente.
—¿Estás bien,
amigo? ¿Pareces listo para pegarte a la ventana todo el día.
Me moví
inquieto en el asiento.
—Estoy bien.
—¿En serio? Y
yo me llamo mierda. No has estado bien desde que las cosas se pusieron mal
entre Zhoumi y tú. Tu cuerpo puede estar aquí, pero tu cabeza ha estado de
regreso en Seúl desde que te recogimos.
—Estoy bien.
Solo toma tiempo olvidar a alguien como él, eso es todo. Sigo pensando que tal
vez debería llamarlo.
—Amigo, ¿con
quién crees que estás hablando? Te he conocido desde que eras un niñito tonto.
Los jóvenes eran sólo jóvenes, hasta Zhoumi. Él es diferente, todos lo vimos.
Joder, cantaste canciones viejas en el Día de San Valentín, Henry. ¿Cree que
todos somos estúpidos? Sabíamos a quien le estabas cantando.
—Él solo me
llegó, es todo.
—Bueno. Es
inteligente, impresionante, tiene suficiente actitud para soportar todos tus
estados de ánimo, y apuesto a que no tiene miedo de todos los esqueletos de la
familia Lau. Maldición Henry, escribes mejor música que cualquier otro en el
mundo, eres mejor que casi cualquier persona que alguna vez haya pisado un
escenario, y eres realmente un tipo jodidamente bueno en todo. Debes tener a
alguien como Zhoumi en tu vida. Deja de pensar que tienes que hacer algún tipo
de penitencia loca porque tu papá es un bueno para nada y tu madre se niega a
verlo.
—Vaya, de
donde viene todo eso?
—Venir en esta
gira fue una gran oportunidad. Todos necesitábamos hacerlo para ver donde
estábamos con la banda. No es lo que yo quiero y es fácil ver que no es lo que
tú quieres, tampoco. Me encanta tocar música y hacer un festival aquí o allí
está muy bien para mí, pero está bien para mí porque me voy a casa con mi pareja y
el bebé. Ellos son lo que quiero, son donde quiero estar, y veo eso en ti
ahora. Antes, era el miedo. Tenías miedo por tu madre, miedo de lo que pasaría
si solo te ibas y lo hiciste, pero ahora es diferente. Quieres estar en donde
esta ese joven, aunque si él te haya dicho que todo había terminado.
Levanté una
ceja.
—El año pasado,
si hubiéramos estado en este viaje habrías tenido un joven diferente en tu
habitación cada noche. Estarías bebiendo tu peso en whisky y actuando tan loco
como los chicos de SJM lo han estado haciendo. Acéptalo. Has cambiado.
Apoyé la
frente en la ventana y miré sin pensar mientras el campo alemán pasaba a toda
velocidad.
—La única otra
persona que alguna vez me ha hecho sentir tan mal es mi mamá.
—Todos tenemos
cosas que estamos tratando de manejar y con las que lidiar. Tú tienes una
salida para toda tu locura, puede conseguir el escenario y gritarlo. Tal vez tu
chico no tiene una de esas cosas.
Cerré los ojos
y dejé que todas las cosas de los últimos días flotaran en mi mente. Él tenía
un punto válido. Yo siempre había pensado en la ira que vivía dentro de mí como
fuego, calor y llamas, y las cosas que podrían incendiar el mundo en que vivo.
Bueno, si yo
era el fuego, Zhoumi era el agua. Él estaba constantemente cambiando y
moviéndose, reflejando las cosas y cambiando la forma a voluntad. Era genial, e
iba y venía con lo que fuera que la vida le entregara. No deberíamos funcionar
juntos, pero lo hacíamos, y cuando nos ponías juntos todo se volvía calor y
humedad, lo que en realidad era todo lo que podía pedir en alguien a quien
quería mantener conmigo para siempre.
—¿Cómo se
supone que voy a arreglar esto cuando tenemos un espectáculo esta noche y uno
mañana en la noche? ¿Cómo se supone que haga algo cuando estoy aquí y él está
allá? ¿Qué debo hacer si él ni siquiera me quiere allí, y si Donghae estaba
equivocado y solo leyó más de lo que en realidad había?
—Deja de ser
un cobarde y simplemente hazlo. Si Blain me necesitara, puedes apostar tu culo
alegre a que los dejaría colgando payasos.
—Imbécil.
Él rió un poco
y estiró sus piernas al frente.
—No vas a ser
capaz de hacer nada hoy de todos modos, por lo que toca en el espectáculo de
esta noche, arregla tu mierda mañana, y deja que los chicos y yo manejemos el
próximo par de programas hasta que regreses. Puedo cubrir la mayoría de las
voces, y lo que no puedo hacer, Geoneo puede. No seremos la mitad de buenos sin
ti, pero ¿a quién le importa?
Cerré mis ojos
y lo repasé todo en mi mente. Yo no quería dejar a los chicos; éramos un equipo
y este era un gran problema, pero también sabía que no le iba a hacer ningún
bien a nadie, cuando todo lo que me hacía tan bueno en el escenario estaba
envuelto y centrado en otra cosa. Incluso si él terminaba diciéndome que me
perdiera para siempre, al menos lo intenté. Saqué mi teléfono y llamé a Heechul.
—Hola.
—Hola, ¿qué
está pasando? —Sonaba adormilado y de nuevo recordé el cambio de horario.
—Necesito
saber en qué parte de Wuhan está Zhoumi.
—¿Qué? —El
sueño se había ido de su voz ahora.
—Donghae me
llamó y me contó lo del hermano de Zhoumi. Voy con él.
—Oh, gracias a
Dios.
—Vamos, Heechul,
ayúdame con esto.
—Hablé con él
ayer. Tuvieron que meterlo de prisa para algún tipo de cirugía de emergencia.
Sonaba aterrorizado y triste. Donghae y yo estuvimos a punto de sacarlo a la
suerte para ver quién iba a hacer caso omiso de él y volar a China de todos
modos. Su hermano está en el Hospital Bautista o algo así. Está justo en el
centro. El necesita a alguien, Henry. No lo arruines.
Pensé que era
irónico, considerando que Zhoumi fue el que me había dejado colgando, que todo
el mundo estuviera de pronto tan preocupado de que fuera a echar a perder todo
con él.
—Estoy
tratando de arreglarlo, lo cual es bastante extraño teniendo en cuenta que no
creo realmente ser el que lo estropeó.
Él se rió de
mí y yo levanté mis nudillos y giré el anillo alrededor de mi pulgar
distraídamente.
—Tengo que
tocar en el espectáculo en Berlín esta noche y voy a tratar de llegar a China mañana. Ustedes, chicos,
probablemente tendrán que mantener un ojo en él hasta que pueda llegar si es
tan malo como dijo Donghae.
—Lo hemos
estado haciendo. Lo amamos, también, ¿sabes?
Solté un
bufido.
—Lo sé.
—¿Vas a
decirle que vas a venir?
Yo estaba
debatiendo eso conmigo. Quería mandarle un mensaje, algo para hacerle saber que
estaba en mi mente, que no estaba solo, sin importar lo que pasó. Sabía que si él
lo ignoraba, o me decía que no lo molestara en este momento, había una buena
oportunidad que desecharía toda la idea y solo seguiría adelante con la banda y
la gira.
—No. Creo que
va a ser mejor simplemente aparecer. De esta manera, si él no me quiere allí
puede decírmelo, y no tiene que ser algo largo e interminable.
—Henry,
incluso si él te dice que no te quiere allí, está mintiendo. Es tu trabajo
saber eso y quedarte de todos modos.
Las parejas
eran del todo demasiado complicadas.
—Gracias, Heechul.
Te voy a mandar un mensaje más tarde para hacerte saber que todo se arregló.
—Se va a
arreglar de la manera que se supone que lo haga. Tengo fe en ustedes, chicos.
Gruñí y colgué
el teléfono. Le di vueltas alrededor de mis dedos durante unos minutos, y me
quedé mirando la pantalla en blanco hasta que finalmente me di por vencido y le
escribí un mensaje a Zhoumi. No habíamos hablado desde ese beso en el patio
antes de irme, y todavía podía sentir cada parte de ella dentro de mí.
He estado pensando en ti. Te echo de menos.
No hubo
respuesta por una media hora entera, pero él estaba en una zona horaria
diferente y yo no sabía si se estaba quedando en el hospital o no, así que
traté muy duro de no pensar demasiado en ello. En cambio, me conseguí una pluma
y un pedazo de papel y trabajé en el estribillo de una canción que había estado
jalando de mí desde que nos fuimos.
Estaba tan perdido
en la idea que cuando mi teléfono sonó con un mensaje, casi lo ignoré hasta que
recordé que le había enviado un mensaje de texto.
Yo también te extraño.
Simple y al
punto. Era todo lo que yo necesitaba oír, en realidad.
Estaba tan
agotado que apenas podía ver bien. Había
pasado las últimas tres noches durmiendo en la silla más incómoda en el
mundo, en la habitación de Kangin, y
estaba harto de discutir con mi madre por teléfono.
Kangin tuvo un
ataque mi primera noche y había sido llevado rápidamente a una cirugía mayor.
Los médicos tuvieron que perforar un agujero en su cabeza con el fin de reducir
la hinchazón y dándole así a la sangre acumulada un lugar para escapar.
El Corazón de Kangin
había dejado de latir dos veces, y me dijeron que la suerte ni siquiera se
acercaba a cubrir lo cerca que mi hermano había estado de morir. Todavía no
estaba despierto, y su condición era realmente delicada, pero tenía que tomar
una ducha y si mi madre llamaba para decirme que simplemente no podía venir a casa
una vez más, iba a asesinar a todo el mundo.
No podía creer
que estuviera actuando como si esto fuera solo otro rasguño que Kangin se había
hecho. No cuando le dije que el personal del hospital lo había declarado
muerto, no solo una vez sino dos veces, mientras estaba en la mesa de
operaciones. Si moría y ella me hacía enterrar a mi hermano solo, iba a ser la
última vez que alguna vez fuera a saber
de mí.
El hotel no
era exactamente un alojamiento de cinco estrellas, pero estaba a una corta
distancia a pie del hospital y tenían un montón de habitaciones disponibles,
por lo que iba a servir hasta que supiera de una u otra forma con lo que estaba
tratando.
Envié un
mensaje rápido a los chicos para hacerles saber lo que había pasado y luego
pasé diez minutos asegurándole a los dos
que estaba bien, y que ninguno de los dos necesitaba subir a un avión.
Eran los
mejores, pero necesitaba encargarme de lo que
estaba por venir por mi cuenta. Les prometí que los llamaría si los
necesitaba y luego miré el mensaje que Henry había enviado el día anterior.
Había estado
sentado en la sala de espera durante la operación de Kangin cuando llegó, y me
había tomado una media hora dejar de llorar en silencio el tiempo suficiente
para escribirle en respuesta. El hecho de saber que estaba en su mente había
sido suficiente para hacerme atravesar las interminables horas de espera, y
cuando habían salido y me dijeron de la parada del Corazón de Kangin, fue el
simple “te echo de menos” lo que me había permitido no perder la cabeza.
Jugué con la
idea de enviarle un pequeño mensaje rápido para hacerle saber que estaba
pensando en él también, pero estaba demasiado cansado para pensar con claridad
y ninguna palabra parecía correcta para expresar todo lo que quería decirle.
Quería decirle que lo necesitaba, que esto era la cosa más espantosa que he
tenido que hacer por mi cuenta, que ya había terminado con apartarlo por su
propio bien, que si podía amar todas las partes de mí, eran suyas para
tomarlas.
Simplemente no
quería hacerle cargar el peso de todo eso mientras se concentraba en la gira.
Tenía obligaciones con cosas más grandes que yo, y yo podría ser paciente.
Hablaría con él a su regreso y esperaría que en algún lugar en el camino no
encontrara una sustituta para mí.
Me froté los ojos
legañosos y penosamente subí por las escaleras de concreto que llevaban al piso
donde se suponía estaba mi habitación. Solo había estado en la habitación
durante cinco minutos para dejar mi bolsa y cepillar mis dientes.
Había familias
a ambos lados de mí quienes habían estado contentas al pasar, pero ahora
esperaba que estuvieran fuera por el día, así
todo estaría tranquilo y simplemente podría dormir por una hora o más
hasta que tuviera que regresar al hospital.
Parpadeé un
par de veces cuando llegué al rellano porque parecía que una figura larga y
delgada estaba sentada contra la puerta cerrada. Sacudí la cabeza por un
segundo para asegurarme de que mi cerebro dormido no estaba jugando trucos en
mí, ya que solo se me ocurría una
persona en el planeta que estaría usando jeans ajustados de color púrpura en el
medio del país sureño, y él se supone que estaba a un millón de kilómetros de
distancia siendo una estrella de rock.
—¿Henry?
La palabra
susurrada surgió más como un suspiro que un sonido real, pero debe haberme
escuchado, porque su cabeza se volvió y finalmente me vio. Presionó la espalda
contra la puerta cerrada en la que estaba apoyado y se puso de pie. Su cabello
oscuro parecía uno que no había sido peinado durante días, pero su boca se extendía
en una media sonrisa y de repente fue todo lo que pude ver. Ya no había ningún
hotel de mala muerte, no había niños gritando en la piscina de abajo, no había
ningún hermano apenas aferrándose a la vida… solo estaba Henry, y era todo lo
que quería en el mundo.
No era
consciente de que me estaba moviendo hacia él, que estaba corriendo. No era
consciente de que estaba llorando, una vez más, y no fui consciente de que me
atrapó cuando me estrellé contra él con fuerza suficiente para hacerle
retroceder un par de pasos. Todo lo que podía sentir eran sus brazos
envolviéndose alrededor de mí y sus labios tocando la parte superior de mi
cabeza, mientras me desplomaba contra él. Traté de subir a él como un poste de
gimnasio, de modo que pudiera tener mis piernas alrededor de él también.
—¿Qué estás
haciendo aquí? —No estaba seguro que las palabras tuvieran algún sentido a
través de la histeria que rebosaba por todo mi cuerpo.
Puso una mano
debajo de mi trasero para levantarme más alto y pasó la otra mano sobre mi cabello
realmente sin cepillar.
—Es el lugar
donde se supone que debo estar. Es bueno que el adolescente en la habitación
contigua a la tuya se encaprichó de esas piernas largas que tienes, o todavía
estaría deambulando por el estacionamiento. Iba a ir al hospital si no te
aparecías en una hora más, pero pensé que aquí era una mejor apuesta, por si
acaso las cosas con tu hermano estuvieran muy mal y no me querrías allí.
Enterré mi
nariz en el hueco de su cuello y simplemente respiré, dentro y fuera. Se sentía
tan sólido y real. Me juré a mí mismo que nunca iba a dejar que se fuera de
nuevo. Tenía un sabor salado en parte por la humedad del ambiente y por mis
lágrimas corriendo por el costado de su cuello y dentro del cuello de su camisa.
—Quiero que
estés aquí.
—¿Quieres
darme la llave de tu habitación, para que así podamos dejar de darle a la buena
familia un espectáculo?
—Está en mi
bolsillo trasero.
Lo sentí
escarbando en el bolsillo de mis pantalones cortos y su pecho se movió de
arriba a abajo mientras se reía un poco en mi contra.
—Tengo que
decirte, Zhou. Soy un fanático de Wuhan, si esto es lo que vas a estar usando
mientras esté aquí.
Usaba mis
pantalones cortos de mezclilla con una camiseta sin mangas, lo cual era más o
menos mi uniforme mientras estaba en casa. Lo sentí abrir la puerta y movernos
al interior. Mantuvo su agarre sobre mí y se sentó en el borde de la cama.
Quería decirle que era probablemente asqueroso y debía apartar el edredón a un
lado, pero más que eso solo quería que siguiera aferrado a mí y hacer que todo
se sintiera mejor.
—Estoy tan
feliz de verte.
Frotó la parte
posterior de mi cuello y cerré los ojos y simplemente lo dejé calmarme.
—Podrías
haberme llamado en cualquier momento, Zhou. Habría estado en el primer avión
que saliera.
—No sé lo que
estoy haciendo, Henry. Ni siquiera sé cómo llegué hasta aquí por mi cuenta.
—Exhalé contra su cuello y lo sentí temblar—. Tengo que decirte algunas cosas y
necesito que me prometas que no va a hacer que te vayas a ninguna parte cuando
haya terminado.
Lo sentí
tensarse un poco debajo de mí pero sus manos permanecieron estables y su voz
fue tranquila cuando respondió:
—No voy a
ninguna parte, Zhou. Acabo de volar todo el camino a través del puto mundo para
estar aquí. No me asustas, esto no me asusta.
—Eso te hace
el único de los dos.
Me aparté para
así podernos ver el uno al otro y me sequé las mejillas con el dorso de mi
mano. Alzó su mano y acarició mi cabello, el gesto fue tan dulce, tan
cuidadoso, que casi me hace empezar a llorar de nuevo. Tomé una respiración
profunda y dejé que todo fluyera.
Le conté de mi
madre. Le conté del remolque. Le conté de los chicos. Le conté de las drogas.
Le conté sobre el sexo. Le dije sobre el Sr. Chengxi y la escuela, y,
finalmente, le hablé de Kangin. Dejé que todo saliera tan crudo y al desnudo
como pude. Aparté la cortina para mostrarle todos los secretos que se escondían
allí. Él nunca parpadeó, simplemente siguió mirándome, mantuvo esos ojos negros
en los míos todo el tiempo, y los halos alrededor de la parte exterior de sus
ojos se tornaron varios grados más brillante y nítidos mientras más hablaba.
Le hablé de
estar fascinado por él la primera vez que lo vi en el escenario. Le hablé de
cuanto lo deseaba esa primera noche que me rechazó por ser un joven demasiado
bueno, y cómo eso jugó con mi cabeza durante meses, porque no tenía ni idea de
que era bueno.
Le dije que
todo lo que quería era protegerlo, y que la idea de Kangin estando detrás del
robo del estudio me había enviado a correr en un pánico ciego, y que por eso
tuve que hacer que se fuera. Estaba tratando de sacar todo, explicar todas las
decisiones, buenas o malas, que me habían conducido aquí. Iba a decirle que lo
extrañaba demasiado, que lo amaba y que no quería que se fuera, pero no llegué
tan lejos, porque me detuvo, poniendo su
boca sobre la mía.
Ésa era una
manera efectiva de detener el flujo de palabras, y también tenía la ventaja
añadida de hacerme perder el hilo de mis pensamientos y acomodarme más de lleno
en su regazo.
O___O
ResponderEliminarBueno, con tal de que Hyuk~ no castigue al pecesito chismoso(?), le doy un premio por llamar a Henry!!!
Jajajajajajajaja
No me lo imaginó, todo borracho tratando de lidiar con el grupie ese! Jajajajaja
Ahhhh
Que lindo reencuentro, ese Mimi corriendo a los brazos de su amado!!! Wi~
Que se coman eso, y tengan bebés (?)
:)
hasta que hablan ya era demasiado dolor por nada
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