—¿Estás en el ejército?
Asentí y me tomé
el licor. Quemaba todo su camino hacia abajo.
—Lo estaba. Me
acabo de salir.
—¿Por cuánto
tiempo serviste?
Pasé una mano por
mi aún corto cabello. Después de usarlo rapado tan cerca de mi cabeza por tanto
tiempo, en verdad no sabía que más hacer con él.
—Entré cuando
tenía dieciocho y cumplo veintiocho a finales de año. Casi estuve una década.
—¿Qué hacías?
No era una
pregunta que contestaba normalmente porque francamente la respuesta era larga y
nadie que no hubiera servido lo hubiese entendido.
—Era líder de
operaciones en el campo.
El hombre oso
frente a mí dejó escapar un silbido.
—¿En las fuerzas
especiales?
Gruñí en
respuesta y tomé la cerveza.
La cosa era, que
creo que yo estaba más triste por verlos partir. No fui autorizado para el
servicio activo. Mi hombro había tenido un duro golpe cuando rodamos sobre un
artefacto explosivo improvisado en mi último despliegue y había todo tipo de
mierda en mi cabeza, constantemente sacándome del juego. Seguro, pude haber
tomado un trabajo de papeleo, bajar y entrenar a la generación que venía
después de mí. Pero no era el mejor de los maestros y ser amarrado a un
escritorio era lo mismo que el retiro, en cualquier caso. Así que me salí y
ahora no tengo ni puta idea de que iba a hacer con el resto de mi vida.
—¿Y tú? —Hice
señas hacia el tatuaje sobre su brazo—. ¿Cuánto tiempo le dedicaste?
—Mucho tiempo,
hijo. Demasiado tiempo. ¿Qué te trae por aquí? No eres uno de los regulares.
Eché un vistazo
al bar y me encogí de hombros. Por el momento, este lugar era perfecto para mi
estado de ánimo.
—Solo salí a
tomar algo para celebrar.
—Justo como el
resto de nosotros.
—Síp. —Tuve que
pelear con la urgencia de beber toda la cerveza y ordenarle que las siguiera
trayendo.
—Soy Eric y este
es mi bar. Terminé con él cuando comencé a pasar más tiempo aquí que en casa.
He pasado por tres esposos y un bypass triple, pero el bar se mantiene fiel.
Levanté la ceja
que tenía la cicatriz arriba de ella y sentí la esquina de mi boca subir en una
sonrisa. Extendió una mano que sacudí por reflejo.
—Lee Siwon.
Él bajó su cabeza
en un pequeño asentimiento y se movió a otra parte de la barra para ayudar a
otro cliente.
—Ese es un buen
nombre para un guerrero.
Cerré mis ojos
brevemente y traté de recordar lo que era sentirse como un guerrero. Se sentía
como si estuviere a miles de kilómetros de este taburete del bar. La música
cambió y decidí que este era mi nuevo lugar favorito para pasar el rato.
Estaba en mi
Harley, así que probablemente debería calmarme con la bebida. Nadar hasta la
intoxicación sería la cereza del pastel de mierda que actualmente me servían,
pero por la cerveza mezclada con el potente bourbon de antes, nada de eso
parecía importar ya.
En algún punto me
tomé otro trago con Eric, y el taburete junto al mío fue abandonado por el
canoso hombre que se había estado quejando sobre su novia y su esposa por la
última hora y fue rápidamente ocupado por un pelirrojo con mucho maquillaje y
ropa muy pequeña. Si no hubiese tenido tres cervezas en mi sistema, hubiera
visto el problema que era. Como era, Eric le dijo que se largara, consejo que
rápidamente ignoró. Era lindo, en la manera de soy bueno para pasarla bien,
llévame a casa,
y no pude recordar la última vez
que había escogido a alguien al azar en un bar.
Cuando estaba en
el extranjero, había un joven oficial de inteligencia quien era mi amigo con
derecho cuando estábamos en el mismo lugar al mismo tiempo, pero habían pasado
meses desde que lo había visto. Tal vez un levantón rápido y de mala calidad es
justo lo que necesito para atravesar la nube oscura que ha estado sobre mí
desde que regresé.
—¿Cuál es tu
nombre, dulzura?
Su voz era
chillona y hacía doler mi cabeza pero estaba lo suficiente mareado para
ignorarlo.
—Siwon.
Vi sus muy
maquillados ojos oscuros mirar a algún lugar encima de mi hombro y esa debió
ser mi primera pista de que esto iba a terminar con diversión y juegos.
—Ese un nombre
diferente. Soy Abb. Ahora que somos amigos, ¿por qué no salimos de aquí y nos
conocemos mejor? —él recorrió una uña sobre la curva de mi biceps, el ver su
mano, hizo que otras imágenes comenzaran a parpadear detrás de mí ya borrosa
visión.
Me hice hacia
atrás, para hacer que esas manos que estaban haciendo que sucedieran cosas
malas en mi nublado cerebro me soltaran, cuando una pesada mano cayó en mi
hombro por detrás. Era un soldado entrenado, pero más que eso, era un hombre
que tenía un hermano nacido y criado en problemas. Sabía que apariencia tenía un
problema a kilómetros de distancia. Sabía cómo se sentían los problemas, como
se movían, como sonaban, y sin embargo me había mantenido bebiendo e ignorando
todas las señales que se crearon a mí alrededor. Por el rabillo del ojo vi a Eric
fruncir el ceño a quien sea que estuviera parado detrás de mí, e incluso en mi
estupor de bourbon y cerveza, supe que no iba a ser bueno.
Suspirando,
sacudí las garras que me habían tenido viendo partes humanas en la arena del
desierto y me giré para inclinarme sobre la barra con mis codos apoyados en
ella. No debió haberme sorprendido ver que casi todo el salón de billar de
motociclistas estaba ahora reunido alrededor de mí y en al área de la barra.
El tipo con su
garra sobre mi hombro era un escuálido muchachito, y mi alcoholizado cerebro
registró que no estaba usando los colores del club, lo que significaba que era
un tipo que pasaba el rato con ellos o un prospecto, y yo era el suertudo
bastardo que había escogido para tratar de probar lo que valía. A veces
apestaba ser un tipo grande.
—¿Puedo ayudarte
en algo?
El pelirrojo se
había ido y Eric estaba dando la vuelta para salir de la larga barra. Los
hombres viejos estaban quietos e ignoraron el huracán como solo unos borrachos
de toda la vida eran capaces de hacerlo.
—¿Estás tratando
de hacer algo con mi chico, GI Joe?
Fue aburrido y
tan predecible que tuve que poner los ojos en blanco. Había estado en
suficiente lugares llenos de mierda en el mundo para saber que una pelea de bar
era una pelea de bar, pero añade a un motociclista y podría ponerse realmente
peligroso.
—No. Estaba
tratando de emborracharme y él me interrumpió.
No creo que
esperasen eso porque un par de risitas se escucharon a través del grupo.
Escuálido sacó el pecho y extendió un dedo para empujar el mío. Normalmente
podría alejarme de este tipo de cosas. Era típicamente un tipo centrado. No
peleaba a menos que fuere en defensa de algo en lo que realmente creyera o en
defensa de alguien que amara, pero hoy, era el día equivocado para provocarme.
Le di un manotazo
a la mano del tipo y di una mirada al cuarto. No vi a nadie peligroso, pero los
motociclistas eran conocidos por esconder navajas en lugares difíciles de ver,
y Eric lucía como un buen tipo. No quería destrozar su lugar si podía evitarlo.
—Mira, amigo,
sabes que no quieres hacer esto, y en verdad yo no quiero hacer esto. Ambos
sabemos que mandaste al chico aquí para intentar comenzar esta mierda, así que
solo déjalo. Yo pasó, y tú y tus amigos pueden regresar a fumar y jugar billar.
Nadie tiene que sangrar o parecer estúpido. ¿Bien?
Entre un pestañeo
y el otro, tenía una botella rota encima de mi cabeza y me encontré a mí mismo
en una seria llave de estrangulación. Escuálido lucía como si quisiera matarme
y el resto de su grupo estaba esperando para ver qué es lo que podía hacer.
En verdad no
quería lastimar al tipo, pero la botella sobre mi cabeza había arrancado un
buen pedazo de piel con ella y un rio rojo estaba fluyendo constantemente a mis
ojos. La vista de mi propia sangre me llevó a otro lugar y tiempo, y no era yo
peleando con un estúpido que quería demostrar ser un motociclista, era yo
luchando por la vida, por la libertad, por la seguridad de mi familia y amigos
en mi hogar. Solo así, el pobre chico no tuvo idea de lo qué lo golpeó.
Ya tenía una gran
ventaja en tamaño con el tipo; auméntale el hecho de que era un soldado que
había sido aguerrido y entrenado por lo mejor del país, y se puso sucio y
sangriento rápidamente.
Taburetes de la
barra se rompieron. Vasos volaban. Cabezas golpeadas contra el piso. Creo que
en un punto escuché a alguien llorar, y de alguna manera, cuando todo terminó,
yo estaba encorvado con las manos en mis rodillas, con la sangre goteando, no
solo de mi cabeza lacerada sino también de mis manos y un desagradable navajazo
sobre mis costillas. La mayor parte de los motociclistas se había dispersado, y
no me sorprendió ver a Eric con un bate en la mano y mirándome.
—¿Qué demonios
fue eso?
Me habría reído,
pero creo que el corte de la navaja en mi costado era peor de lo que había
pensado en un principio.
—¿Una gran mierda
de “gracias por su servicio”? —Mi humor no fue apreciado, cuando el hombre
mayor maldijo y me llevó dolorosamente en una posición de pie.
—No lucirás a
corto plazo como un pequeño
recluso remendado.
—Conseguí un
vistazo crítico y fue encontrado con un suspiro.
—Necesitas un
médico. No era una pregunta.
Traté de limpiar
la sangre de mi cara con el dorso de la mano, pero solamente terminé por
untarlo todo a través de mi cara mientras mi costado goteaba constantemente
hacia el piso.
—Vine en moto. No
creo que pueda manejarla en estos momentos.
Él negó con la
cabeza y se puso dos dedos en la boca y dejó escapar un silbido ensordecedor.
—Todo el mundo
terminen sus tragos y lárguense. Consideren esto la última llamada.
Unos pocos
clientes se quejaron, pero solo tomó cinco minutos antes de que Eric estuviera
cerrando la puerta, arrastrándome hacia fuera por la puerta de atrás, y
empujándome a la maltratada cabina de una vieja camioneta. Apoyé la cabeza en
el asiento y le di al hombre mayor una sonrisa triste.
— Pagaré por
cualquier daño del bar. Lo siento por eso.
Él resopló en
respuesta y me dirigió una mirada con los ojos entrecerrados.
—Trata de no
desangrarte antes de llegar a la sala de
emergencias, hijo.
Como si tuviera
una elección.
—Los Hijos del
Dolor pasan el rato en el bar todo el tiempo. Los veteranos son un buen grupo
de chicos. Un puñado de ellos son ex-militares y mi bar es todo lo que tengo,
por lo que normalmente no tengo problemas con que vengan. Son los más jóvenes
los que tratan de hacerse un nombre agitando la mierda. No es la primera vez
que se derrama sangre en ese piso y dudo que vaya a ser la última. Ven a verme
cuando se te pase la borrachera y tengas todo cosido de nuevo y hablaremos
sobre lo que puedes hacer para pagarme por los daños. Tengo que decirte, eres
un infierno de luchador, hijo.
Me habría
encogido pero la rebanada sobre mis costillas comenzaba a quemar y estaba
teniendo dificultades para ignorar la pegajosa, y caliente sangre entre mis
dedos, así que simplemente gruñí en reconocimiento.
—Realmente no lo
soy. Odio pelear, lo hice para ganarme la vida durante muchos años, pero la
única manera de salir con vida es ser mejor que
el otro tipo.
Cerré mis ojos y
silenciosamente recé para que no golpeáramos más luces rojas. Mi visión estaba
empezando a desdibujarse en los bordes.
La voz de Eric
era áspera cuando nos detuvimos en el estacionamiento de la sala de
emergencias.
— Esto es una
maldita vergüenza, hijo.
No tenía una
respuesta, porque él tenía razón. Esto era una vergüenza. No lo había admitido
de inmediato. Supongo que una herida de navaja y una cabeza abierta toma el
protagonismo de los dedos quemados por los fuegos artificiales.
No quise hacer
esperar a Eric, así que llamé a Kyuhyun y le dejé un mensaje confuso de que iba
a necesitar un paseo en algún momento de la noche. Sabía que debería haber
llamado a Hyukjae o Donghae, pero simplemente no estaba a la altura para
hacerle frente a ese dolor de cabeza en estos momentos. Y sabía que Kyuhyun
vendría sin hacer preguntas, incluso si yo había sido un imbécil más temprano.
—Tengo que dejar
mi moto en el bar esta noche. Apreciaría si pudieras mantener un ojo sobre ella
por mí por si aparece algún maldito perdedor.
Eric asintió y
otra vez vi un destello blanco enterrado en esa enorme barba.
—Bueno, diría que
fue un placer conocerte, Lee Siwon, pero de todas las cosas que he sido en esta
vida, mentiroso nunca ha sido una de ellas.
Nos dimos la mano
y le prometí estar en contacto cuando estuviera mejor. Tuve que esperar más de
lo que estaba cómodo con ver a alguien, y para cuando me llevaron a la pequeña
habitación estéril y tiraron de la cortina alrededor de la cama, estaba
bastante seguro de que permanecía consiente solo por pura fuerza de voluntad.
Estaba quitando
mi camiseta arruinada sobre mi cabeza cuando la cortina se movió de nuevo y un
realmente bonito jovencito enfermero que sostenía una historia clínica entró. Él
tenía la cabeza inclinada sobre lo que estaba leyendo dándome la oportunidad de
comprobarla. Tenía el cabello color cobre armonizando una cara realmente
encantadora. Era un par de años más joven que yo, y no pude dejar de apreciar
que poseía una increíbles curvas bajo esas aburridas ropas quirúrgicas que
todos los profesionales médicos parecían llevar.
—Hola.
Él levantó la
vista al oír el sonido de mi voz y parpadeó sus ojos ampliándose al verme. No
sé si era la visión de mi pecho desnudo, o el hecho de que estaba cubierto de
sangre de la cabeza a la cintura lo que la hizo mostrarse ansioso.
—Hola, señor Lee.
Parece que ha tenido una noche difícil.
—He tenido
mejores, eso es seguro.
Agarró unos
guantes de látex y se acercó a mi lado.
—Voy a echar un
vistazo a en qué tipo de problemas se ha metido, ¿de acuerdo?
Empujó y pinchó
en mi cabeza y traté de no mirar bajo el uniforme. Era un joven realmente
bonito e hizo que el pinchazo en mis más nuevas heridas de batalla doliera un
poco menos.
—¿Cómo te llamas?
—No necesitaba saberlo, probablemente nunca lo vería otra vez después de que me
cosieran, pero sus ojos eran tan suave y hermosos que no pude evitar preguntar.
Me dio una
sonrisa amable y parecía que estaba a punto de hacerme el favor cuando la
frágil cortina se tiró hacia atrás y Kyuhyun entró disparado. Sus ojos estaban
en llamas con una mezcla de ira y preocupación. Las llamas tatuadas en el
costado de su cabeza destacaban por la vena debajo de ellas que latía con
irritación.
—¿Tienes alguna
idea de la clase de infierno que voy a obtener de Hyukjae cuando se entere de
esto? Maldita sea, Siwon, ¿qué carajos te pasa últimamente?
Iba a responder
cuando su atención se desplazó de mí al hermoso enfermero que lo miraba con la
boca ligeramente abierta. Estaba acostumbrado al increíble y fuera de lo común
aspecto de Kyuhyun. Él y Hyukjae siempre habían llamado mucho la atención, por
lo que nunca me desconcertaba, pero el bastante bonito enfermero de repente
parecía que estaba viendo un fantasma y parecía que Kyuhyun estaba tratando de
recordar donde lo podría haber visto antes.
—Solo tengo que
conseguir que me cosan y entonces puedes gritarme de camino a casa.
El enfermero se
aclaró la garganta y arrojó sus guantes ahora manchados de sangre en la basura.
—Probablemente
necesitará grapas para la laceración en la cabeza. Es grave y más profunda de
lo que parece. El corte en el costado es bastante limpio, así que podría
escaparse con solamente una sutura
tópica líquida sobre ella. El médico vendrá en breve.
Toda su actitud
cambió con Kyuhyun en la habitación. Podría decir que también él se dio cuenta
de que algo estaba mal con el enfermero. Arrugó la nariz y lo miró fijamente
hasta que estuvo lo suficientemente incómodo para mirarlo.
—¿Nos conocemos?
—El sacudió la cabeza con tanta fuerza que desprendió la pluma que había
escondido detrás de su oreja.
—No, No creo que
lo hagamos.
Kyuhyun se rascó
la barbilla y entrecerró los ojos en él.
—¿Estás seguro?
Te ves muy familiar para mí.
Él se encogió de
hombros y jugueteó con el estetoscopio que colgaba alrededor de su cuello. Era
caliente, y si quisiera, podría trabajar en algunas fantasías de enfermeros muy
agradables en donde él fuera la atracción principal.
—Me lo dicen
mucho. Debo tener una de esas caras. Tengo que irme. No hay descanso para los
malvados. —El me dio una pequeña sonrisa y desapareció en la esquina,
dejándonos viéndolo fijamente, yo con pura apreciación masculina, Kyuhyun con
perplejidad.
—Juro que conozco
a ese joven de alguna parte.
—¿Uno de tus
éxitos de un solo golpe?
—No. ¿Tal vez de
los pre-Donghae de Hyukjae?
Solté un bufido y
contemplé el techo mientras mi cabeza y cara seguía ardiendo.
—Él parece
demasiado inteligente para caer en esa
categoría.
—Quizás. Me va a
volver loco hasta que lo descubra. ¿Qué demonios te ha pasado esta noche?
¿Tener una pelea con Hyukjae no fue suficiente, tenías que tener una completa
en un bar de motociclistas?
Le di una risa
amarga con mi tonta broma. Él frunció
el ceño y se sentó en la silla de ruedas del médico, empequeñeciendo la cosa.
—En serio, Siwon.
¡Tienes que terminar esta mierda!
No tuve que
contestar porque el médico decidió entrar en ese momento. Él era un hombre de
unos cincuenta años que estaba claramente al final de un largo turno porque fue
directo al grano y sin las estupideces que todos decían, y sin perder el tiempo
en mirarme fijamente. Cuando terminó me dio una mirada seria y me dijo que
podría querer despedir el alcohol teniendo en cuenta mi examen de sangre que
era lo suficientemente potente como para provocar incendios, y todo lo que
podía hacer era silenciosamente estar de acuerdo.
Escribió una
receta para analgésicos que esperaba que no tuviera que necesitarla ya estaba
luchando con mi dependencia de otra sustancia peligrosa, y me dijo que el enfermero
estaría de vuelta en un par de minutos para darme de alta. Me emocioné por
tener una oportunidad más para flirtear con él, pero tan pronto como asomó la
cabeza de nuevo, estaba claro que era todo negocios y no quería tener nada más
que despacharnos.
—Cuídese, señor
Lee, y gracias por su servicio a nuestro país.
Se dio la vuelta
para irse cuando Kyuhyun de repente saltó sobre sus pies y chasqueó los dedos. Él
hizo una mueca de dolor que me hizo fruncir el ceño.
—¡Sabía que te
conocía! ¿Fuimos juntos a la secundaria verdad? ¿No eres Lee Sungmin?
Podríamos haber
oído caer un alfiler por el silencio que había. El enfermero lo miró como si él
acabara de salir de una alcantarilla.
—Soy yo. Me
sorprende que me reconocieras, la mayoría de la gente no lo hace.
Kyuhyun inclinó
la cabeza hacia un lado y le dio una mirada de reconocimiento.
—¿Por qué dijiste
antes que no nos conocíamos?
Se aclaró la
garganta y jugueteó con su cabello. Era evidente que estaba muy incómodo con la
conversación.
—Debido a que la
secundaria fue hace un millón de años y yo era una persona muy diferente en ese
entonces. No tengo muy buenos recuerdos de ello, de hecho prefiero fingir que
nunca sucedió. Estoy seguro de que eso es algo que un chico como tú no puede
entender. Tengan una buena noche, si puede trate de evitar a los motociclistas
armados, señor Lee. —se marchó de forma arrogante, dejándonos atónitos y
boquiabiertos.
—Caray. ¿Fuiste
un imbécil con él en la escuela o algo así? Eso fue una gran cantidad de hostilidad
por algo que pasó hace mucho tiempo.
Se encogió de
hombros y me ayudó a levantarme. Me tambaleé un poco por la mezcla de alcohol y
la pérdida de sangre, por lo que no me soltó hasta que estuve estable.
—Probablemente.
Hyukjae, Henry, y yo éramos un montón de imbéciles. Eunhyuk era el
único agradable.
—¿Qué quieres
decir con “eran”? Es probable que se burlaran de él por ser gordo o algo.
Él tuvo la
decencia de parecer avergonzado.
—Es completamente
posible. No estaba exactamente bien cuando estaba en la secundaria. Había
demasiadas cosas pasando en ese momento con mi mamá y ese idiota con quien se
casó, para que me importara una mierda algo o alguien. Hombre, eso apesta. Él
es un nene total ahora.
Ni siquiera
consideré la posibilidad de quitarme mi camisa empapada de sangre cuando salí
cojeando de la sala de emergencias.
—Sí lo es.
Conseguimos
llegar a la camioneta de Kyuhyun y me dejé caer en el asiento. No era el peor
día festivo que podía recordar, pero seguro que no era uno de los mejores
tampoco. Todo lo que quería hacer era meterme en la cama y olvidarme de todo,
aunque eso no parecía estar funcionando para mí tan estupendamente en los
últimos tiempos.
—Escucha, amigo,
siento lo de hoy. Llamaré a Hyukjae y haré las cosas bien. Estoy un poco fuera
de balance en este momento.
El motor se
sacudió tan fuerte que me dolieron hasta los dientes.
—Entre todos lo
conseguiremos. Simplemente no le estás dando a alguien la oportunidad de tratar
de enderezarte.
—Lo intentaré.
—No estaba seguro de cómo iba a conseguir eso exactamente, pero sabía que tenía
que enfrentarlo—. Puedes decirle a la princesa rabiosa que dé marcha atrás.
Él se echó a
reír.
—No se puede,
amigo mío. Heechul es como un pit bull, cuando hunde sus dientes en algo o
alguien no lo suelta. Podrías intentar disculparte. El solo quiere cuidar de
todos nosotros y hace un buen trabajo.
Cerré los ojos y
dejé que mi cabeza cayera hacia atrás en el asiento.
—Recuerdo cuando
ese era mi trabajo.
Un pesado
silencio llenó el auto y no pensé que iba a decir nada más al respecto, pero
después de un minuto, murmuró:
—Te marchaste
para salvar al mundo entero, Siwon, hicimos lo que mejor que pudimos mientras
estabas fuera.
Ser simplemente
un tipo grande a menudo tenía sus desventajas, queriendo ser un héroe para
todos y donde nadie a menudo tenía las mismas dificultades. Me acostumbré a que
todo el mundo me necesitara, que confiaran en mí, y ahora que no era necesario
simplemente no sabía qué hacer conmigo mismo. Eso, sinceramente me aterraba más
de lo que jamás podría cualquier zona de guerra o pelea de bar con
motociclistas armados.
El verano era
siempre más atareado en la tienda. Era el martes después de la funesta
barbacoa, y los conejitos de tinta estaban en pleno vigor. El clima cálido y la
falta de ropa llevaba a la gente a obtener todo tipo de adornos en toda clase
de interesantes y visibles lugares, y juraba por Dios que desde que Hyukjae
había salido oficialmente del mercado, las chicas y jovencitos que venían para
conseguir trabajos hechos específicamente por él habían doblado en número.
Nunca entenderé el atractivo de querer a alguien al que claramente no podrás
tener, pero tengo que admitir que era divertido verlas intentar conseguirlo.
El Trío Terrible
estaba completamente reservado durante los próximos seis meses, como lo estaban
los otros tres artistas que completaban el equipo en el SM Marked. Yo no estaba
tan ocupado ya que tenía que programar citas en torno a mis otras obligaciones
en la tienda.
Hoy un chico
había deambulado fanfarroneando acerca de hacerse una Escalera de Jacob
completa, pero ni siquiera había ido más allá del punto donde realmente tenía
que quitarse los pantalones y la ropa interior para dejarme llegar a la
mercancía. Eso ocurría mucho, así que me encontré con una hora de tiempo muerto
que estaba usando para acechar a Hangeng en Facebook.
Durante los
últimos cinco años, Hangeng solo surgió en mi mente cuando algo o alguien me
recordaban a él, pero desde que aquella invitación de boda apareció en el
correo, estaba obsesionado. Era como si todo el antiguo dolor, la antigua
vergüenza, estuviera recientes en mi mente y todas las heridas con las que me
había dejado estuvieran de nuevo abiertas y sangrando.
Realmente le
debía a ese imbécil un puñetazo en las bolas si alguna vez lo volvía a ver.
Odiaba admitir que el joven con el que mi ex iba a casarse era verdaderamente
encantador y que parecían felices juntos, pero luego recordaba que él y yo
habíamos parecido también de ese modo en un momento dado y eso no le había
mantenido fiel a mí.
Los chicos
estaban escuchando algún punk rock demasiado ruidoso y no estaba realmente
prestando atención porque estaba perdido en mis propios recuerdos cuando me di
cuenta de que alguien estaba apoyado en el mostrador frente a mí.
La sala de espera
tenía gente pululando esperando a que sus amigos o familiares terminaran con
sus citas, pero no había oído sonar el carrillón de la campanilla sobre la
puerta para indicar una nueva llegada.
Al principio
pensé que era una persona de paso esperando para establecer una cita, pero fue
solo cuando tuve que levantar la mirada hacia arriba, y luego incluso más
arriba, que me di cuenta de que no era alguien a quien estuviera
particularmente contenta de ver.
Mis sentimientos
deben haberse reflejado en mi cara porque la severa boca que estaba
acostumbrada a ver en un duro descenso de hecho se levantó por un lado en una
sonrisa que transformó el rostro entero de Siwon.
No se podía negar
que los hermanos Lee habían ganado la lotería genética. Mientras que la buena apariencia
de Hyukjae estaba camuflada bajo obras de arte auto-adornadas y su actitud, la
de Siwon estaba totalmente en tu cara e imposible de no notar. Si el ejército
quería garantizar el reclutamiento de todos los debiluchos de cuarenta kilos de
la republica, todo lo que necesitaban hacer era pegar a Lee Siwon en sus
carteles de reclutamiento. Simplemente emanaba una sensación de “hacerse cargo
de los asuntos” que era embriagadora, y yo no debería haberla encontrado
atractiva, pero lo hacía totalmente. Era tan hermoso, como era molesto.
Me aclaré la
garganta y apagué el navegador.
—Te ves horrible.
—Y lo hacía. Tenía puesta una gorra de béisbol negra con un logotipo blanco de
los KIA en la parte delantera, pero incluso bajo la sombra de la visera podía
ver que tenía la sombra de una contusión
bajo un ojo y que los nudillos de las manos que había colocado en el
mostrador donde estaba inclinado estaban desgarrados y cubiertos de costras.
Aparte de eso,
sus ojos eran aún oscuros y esa pequeña sonrisita hizo más para hacerle parecer
un ser humano real que respira de lo que creo que una sonrisa plena jamás
podría.
La ceja bajo la
cicatriz se retorció un poco y golpeó con los dedos sobre el mármol que nos
separaba.
—Tienes unos ojos
realmente bonitos.
Parpadeé con esos
ojos por la sorpresa porque no me esperaba eso. Hasta ahora todos los
sentimientos que este tipo había demostrado que era capaz de exteriorizar eran
hostilidad y angustia. El cumplido parecía fuera de contexto.
—Ahh… ¿gracias?
—Mis ojos eran de dos colores diferentes. El izquierdo era de un brillante e
iridiscente turquesa que era de hecho
realmente bonito, el derecho era de un marrón avellana que oscilaba del
marrón chocolate caliente al color del
expresso en cualquier momento
dado.
oh si que supo dar pelea
ResponderEliminarComienza la acción sichulezca?. Siwon vos si que sabes defendere.
ResponderEliminarHabremus KyuMin proximanente?
Aaahh...Siwon casi un pan de dios.
ResponderEliminarSiwon lo que necesita es hablar con alguien,pero no que le cuente l9s problemas de los demás,sino que lo escuchen a él. Como él dijo,llevo casi todo su vida siendo el apoyo de los demás,ahora él los necesita después de lo que ha pasado.
Tal parece que ese bitellazo en la cabeza le ha acomodado un poco las ideas...si ya hasta se fue a disculpar con Hee y le ha dado una sonrisa que lo dejo pensando.
Y luego le dice que sus ojos son son bonitos...un buen comienzo supongo.
Siwi...llevo su vida antes del ejercito ayudando a los demás,se mete al army y estuvo casi 10 años ayudano a su país...ahora él necesita a alguien...*0*