Sora caminó
detrás de una fae y el Rey Hechicero, Jungsoo, conocido también como su
compañero, según él, aunque el jurado todavía estaba deliberando por su parte.
Ella los siguió a un bar de aspecto cutre cerca del límite del bosque en las montañas, donde
vivían los Hechiceros. Dambi de las Fae, fuera quien fuese, había enviado a Minwoo
hasta ellos. Eso es todo lo que sabían, porque eso es todo lo que Minwoo les
había dicho.
Minwoo había
aparecido y permanecido en el bosque sabiendo que alertaría a Jungsoo de su
presencia y por lo tanto había esperado. Cuando él por fin apareció frente a
ella, simplemente había dicho:
—Dambi de las Fae
me ha enviado a ustedes. Soy Minwoo, Guardian del Consejo. —Eso fue todo. No
explicó más, no oye, estoy aquí para echar una mano, simplemente: aquí estoy,
traten con ello.
Jungsoo había
estrechado sus ojos ante la guardia Fae, pero no lo cuestionó. Sora sin
embargo, no había sido tan confiada. Aunque, Sora había tirado la inquisición
española en él, Minwoo simplemente la ignoró.
Ahora aquí
estaban, entrando en este bar, lleno de personajes de aspecto embrujado. De
acuerdo a Jungsoo, había un sujeto aquí que conocía a un sujeto que puede que
conozca a otro sujeto que podría ayudar.
Jungsoo pareció
ligeramente divertido ante su interrogatorio, lo cual le dio ganas de pisar
fuerte en su pie. No lo hizo, pero le tomó cada pedacito de su moderación.
—No estamos en
Kansas, pequeña, vamos a ver algunas cosas, escuchar algunas cosas y —dijo,
antes que ella lo interrumpiera.
—Si terminas eso
con hacer algunas cosas puede ser que simplemente te abofetee, Rey Hechicero o
no, y ¿cómo diablos conoces una referencia a El Mago de Oz? —Sora levantó la
ceja mientras lo miraba, esperando cualquiera sea la posible explicación que
podría tener para eso.
Jungsoo le guiñó
un ojo, lo que hizo cosas extrañas en su estómago que no quería ni pensar.
—Como decía, las
cosas son diferentes aquí y la información se encuentra en los lugares más
inverosímiles, porque las personas que tienen esa información por lo general no
quieren ser encontradas. Y, me gustan las películas humanas. No soy un recluso
total.
—Eso realmente no
es reconfortante o alentador en ninguna manera, sabes. No la parte de recluso,
sino esa parte de las personas que no quieren ser encontradas, eso es un poco
inquietante.
Jungsoo se
encogió de hombros ante su mirada molesta y se volvió hacia la barra cuando el
barman finalmente les reconoció. Hablaron en una lengua que Sora no entendía y
estaba bastante segura que no había ninguna forma de pertenecer al lenguaje
humano.
Incluso hablando
en el idioma extraño, Jungsoo todavía sonaba mandón y confiado. Parecía no
pensar que alguien podría no saltar a hacer su voluntad, pero por otra parte
tal vez nadie le había dicho nunca que no. Sora sonrió para sus adentros y
pensó: siempre hay una primera vez para todo. Oh, rey mío.
Finalmente,
después de varios minutos de ida y vuelta entre el rey y el barman, Jungsoo dio
media vuelta y salió del bar. Sora empezó a decir algo, pero luego se dio
cuenta que Jungsoo la había tomado de la mano y estaba empujándola a sus
espaldas. Rápidamente recuperó el paso mientras se tambaleaba detrás de él y
miró hacia atrás, por encima del hombro para ver que Minwoo estaba siguiéndolos
en la retaguardia. Una vez en el aire fresco de la noche, ella retiró su mano
de la suya y las arrojó en el aire con exasperación.
—¿Y? —preguntó ella—.
¿Eso fue todo? Eso sí que pareció un poco decepcionante.
Jungsoo negó con
la cabeza hacia ella y le hizo señas hacia el bosque. Ella lo siguió hasta el
follaje oscuro y fue resguardada rápidamente por los árboles.
Después de
caminar en silencio durante varios minutos, Jungsoo se detuvo abruptamente y se
volvió. Sora esperó a que contestara a su pregunta, pero en cambio él miró a Minwoo.
—¿Por qué Dambi
te envió a mí?
Sora puso los
ojos en blanco, oh, ahora es que él pregunta.
Minwoo miró a su
alrededor al bosque haciendo que Sora mirara también.
—Puedes hablar
con libertad, me he encargado de que nadie vaya a escuchar —le dijo Jungsoo al Fae.
—Ella ha
escuchado que la bruja ha venido a ti con una propuesta por tu ayuda. También
oyó que estabas en posesión de cierto ser humano.
La boca de Sora
se abrió y un sonido de indignación salió.
—¿En “posesión”?
¿Me estás tomando el pelo? —Jungsoo levantó la mano para detenerla, pero no
apartó los ojos del rostro de Minwoo.
—Sora es mi
compañera.
—Así dice el bárbaro
Rey Hechicero —murmuró Sora. Jungsoo la miró por el rabillo del ojo:
—No recuerdo que
te quejaras de la intimidad entre nosotros antes y como te he dicho, nunca he
compartido tal intimidad con otra persona.
—¿Podríamos por
favor abstenernos de hablar de nuestra intimidad frente a los demás?
El rubor que tiñó
las mejillas de Sora hizo a Jungsoo sonreír y él extendió la mano y suavemente
rozó un dedo en su rostro.
—Eres todo un
soplo de aire fresco, pequeña.
Sora dejó escapar
un resoplido impropio de una dama mientras se cruzaba de brazos y le daba su
mejor mirada de eso no me afecta, lo cual era el mayor montón de mierda que
jamás se había dicho a sí misma.
Jungsoo se volvió
a Minwoo.
—Como estaba
diciendo, Sora es mi compañera y por lo tanto no es una prisionera, si eso es
lo que está pensando Dambi. En cuanto a la bruja… — Jungsoo dio un paso atrás
hasta que su espalda se apoyó contra un árbol grande. Sora podía decir que él
estaba tratando de elegir sus palabras cuidadosamente, indicándole que él no
confiaba plenamente en Minwoo—. Sí, vino a mí y presentó una oferta. A este
punto, ella cree que voy a ayudarla. Tengo que ir con cuidado, porque he hecho
un juramento de sangre con ella.
La Fae dio un
paso atrás y por primera vez, Sora vio una
emoción cruza su cara.
Sora se volvió a Jungsoo
con el ceño fruncido en su rostro.
—No me habías
mencionado un juramento de sangre. ¿Qué significa eso exactamente?
Jungsoo negó con
la cabeza.
—No es importante
en este momento.
Sora puso los
ojos en blanco ante el Rey Hechicero.
—Tienes que estar
bromeando. Acabas de decírselo a este hada…
—Fae —intervino Minwoo.
Sora le dirigió a
la Fae una mirada de reojo.
—Un tecnicismo
—gruñó. Miró de nuevo a Jungsoo mientras continuaba—. Acabas de decirle que
hiciste un juramento de sangre y el estoico Minwoo en realidad mostró alguna
emoción humana, y se pareció un montón como a miedo. Por lo tanto, perdóname si
en cierto modo pienso que esto es jodidamente importante.
Una sonrisa coqueta
apareció en los labios de Jungsoo.
—Así que, ¿estás
preocupada por tu compañero?
Sora dejó escapar
un resoplido frustrado, lanzando sus manos al aire.
—Te dije que me
importas. No lo entiendo, pero ahí está, así que sí, estoy preocupada por ti.
Jungsoo se quedó
mirando en silencio a Sora por unos momentos de tensión, y luego finalmente
cedió.
—Un juramento de
sangre es un contrato que une mi palabra a la de aquella que pide un hecho.
Evita que aquel que acepta el contrato se retracte.
—Entonces, ¿qué
pasa si te retractas una vez que has hecho esta cosa del juramento de sangre?
—La bruja me
puede enviar a mí o a cualquiera de los de mi raza al Limbo y posiblemente
podría matarte. No estoy muy seguro de la parte de ti en general porque una vez
más, no sé las ramificaciones de ti siendo mi compañera.
Sora se pellizcó
el puente de la nariz al sentir un dolor de cabeza por venir.
—¿ Y no pensaste
que tal vez yo necesitaba saber esto?
Jungsoo se
encogió de hombros.
—No hay nada que
puedas hacer al respecto, así que, ¿por qué preocuparse?
Sora negó con la
cabeza ante el Rey Hechicero. Sabía que nada de lo que pudiera decir le
ayudaría a tener sentido para él. No había palabras para decirle y que
entendiera que ella quería saber estas cosas para así poder ayudarlo a soportar
estas cargas. En el breve tiempo que lo conocía, había visto cómo llevaba
encima la responsabilidad de su raza. Era mucho para soportar durante tanto
tiempo, incluso para alguien con hombros anchos como los suyos.
¿No era para eso
que estaba una compañera? Bueno, sí, ella estaba todavía al borde sobre la cosa
de los compañeros, pero sabía que se preocupaba por él y que no quería verlo
salir lastimado. Decidiría sobre todo el asunto de los compañeros cuando
llegara el momento de tomar una decisión.
—Está bien, no
voy a preocuparme por ello —le dijo ella finalmente.
Jungsoo levantó
una ceja hacia ella.
—¿Eso es todo?
¿No vas a gruñirme y refunfuñarme?
—No soy un lobo,
ya sabes —dijo ella, añadiendo deliberadamente un ligero gruñido en su voz con
la esperanza de que eso lograra revelar la devastadora sonrisa que él tenía, y
que a ella tanto le gustaba. No se decepcionó.
Minwoo deslizó
sus pies en suelo de forma impaciente, recordándoles su presencia.
Jungsoo volvió a
mirar a la Fae.
—No tengo intención
de ayudar a la bruja, pero puede que no tenga otra opción. Si se trata de abrir
el velo o la vida de Sora, entonces voy a tener que abrir el velo y con suerte
lograr cerrarlo antes que demasiados demonios escapen.
—Nop, eso no va a
suceder —dijo Sora, sacudiendo la cabeza—, no vas a sacrificar la seguridad del
mundo, ni a mi hijo, por mi vida. Mi hijo está crecido y se casó y sé que él va
estar bien cuidado. He tenido una gran vida, aunque no muy larga, pero está
bien. No voy a dejar que me elijas a mí por encima de varias otras razas.
Jungsoo apenas la
reconoció cuando respondió.
—Bueno, entonces
es una buena cosa que no dependa de ti.
Minwoo habló
antes que Sora pudiera responder.
—Dambi quiere que
abras el velo.
Jungsoo se apartó
del árbol y de repente quien estaba de pie delante de ellos era el Rey
Hechicero, en toda su gloria Real. Se cernió sobre la guardia Fae, quien se
veía más que pequeño en comparación con Jungsoo.
—¿Qué dijiste?
—La voz de Jungsoo fue baja y amenazante.
Minwoo no
parpadeó, no retrocedió, o se encogió en la forma que personas más
inteligentes, que valoraban sus vidas, harían. Él simplemente respondió a su
pregunta.
—Ella quiere que
abras el velo.
La oscuridad lo
envolvía. No podía mover sus extremidades a pesar que se lo estaba pidiendo. Lo
que podía sentir era dolor, pánico, miedo, ira, odio, rabia y muchas más
emociones que sabía que no pertenecían a él. Teuk trató de volver a pensar en
su último recuerdo.
Había estado
caminando por el bosque y luego se había metido en un estanque. Maldita sea,
pensó, ¿entré en un maldito estanque? Se recordó pensando que era la mejor idea
que había tenido nunca y sabía que si solo entraba en el agua iba a encontrar
paz. Bueno ese plan se fue al caño. Kangin se había ido, él estaba herido, y no
podía alcanzarlo. Teuk podía sentirlo, percibirlo a través de su vínculo, pero
no podía hablar con él.
No podía abrir
los ojos, no podía hablar, pero podía respirar. Eso era algo bueno, ¿no? Estaba
tratando de pensar en lo positivo, pero cuanto más sentía la desesperación de Kangin,
más lejos se le escapaba los aspectos positivos de su agarre.
Teuk incluso podía
oír las voces de sus amigos. Había oído la declaración de Hee de patear el trasero
de Mona y había querido unirse en el aullido, había sentido a su lobo
reaccionar, pero estaba tan paralizado como Teuk.
Recordó a Mona
haciendo que su cuerpo le traicionara utilizando su voz para hablar y eso lo
había hecho enojar más allá de lo posible y había empujado con todo lo que quedaba
dentro de él para sacar a la bruja de su mente. Eso había gastado toda su
energía y por un tiempo, sintió que iba a la deriva aún más lejos de la vida en
el mundo de las sombras. Pero, se negaba a caer en el vacío sin luchar. Teuk no
se iría en silencio, no mientras respirara, no mientras su corazón bombeara
sangre a través de su cuerpo congelado.
Él sabía que Mona
le había hecho algo y mantenía la esperanza de que Ryeowook, Dambi y Donghae
pudieran encontrar una forma de arreglarlo. Teuk necesitaba ser capaz de
ayudarles, porque no sabía cuánto tiempo más podrían durar sus compañeros en el
infierno al que Mona los había enviado a soportar. No sabía cuánto tiempo
quedaba antes que el estado de sus compañeros comenzara a afectarles, y si sus
compañeros morían, entonces todas ellos estaban muertos.
Donghae se
sentaba con la mirada perdida en la oscuridad del bosque. Habían estado
caminando durante lo que parecían semanas, a pesar de que no había sido más que
unos días. Estaba oscuro a pesar de que la noche aún no había caído.
Nubes
continuamente bloqueaban el sol y el invierno parecía estar aferrándose a la
tierra mientras el mal que Mona estaba tejiendo continuaba haciéndose cargo
cada vez más de su mundo. Donghae se preguntó si los demás se daban cuenta, si
los seres humanos que no sabían nada del mundo sobrenatural, sentían el mal que
estaba vertiéndose en el mundo. Un mal más allá de lo que podrían jamás haber
imaginado.
Donghae sabía que
Hyesung les había explicado que los lazos con sus compañeros no funcionarían en
el Limbo, pero sentía a Hyukjae. No podía comunicarse con él, pero sentía sus
emociones. Era agotador y aterrador, pero no desearía que se fueran. Donghae
preferiría sentir algo, cualquier cosa, que nada en absoluto.
Se preguntó si él
podía sentirlo, si él sabía que estaba buscando una manera de traerlo de
vuelta. ¿Hyukjae realmente sabía lo que significaba para él? ¿Se lo había
dicho? Donghae empezó a dudar de sí mismo, a dudar del vínculo entre ellos. Se
sentía tan inadecuado para ser su compañero. Hyukjae era tan confiado, tan
divertido, lleno de vida, y se sentía tan soso al lado de él.
Hyukjae expresaba
tan abiertamente sus sentimientos por él, continuamente diciéndole lo mucho que
lo amaba, y él solo se asustaría, como un niño. Su cabeza cayó hacia delante en
sus manos mientras sentía el peso de la realidad caer sobre él como una capa. Lo
cubrió de duda, miedo, y sintió una desesperación que jamás había conocido.
—Donghae.
—Escuchó la suave voz detrás de él y se volvió para ver a Hyesung allí de pie.
El fuerte, seguro y confiable Hyesung. ¿Cómo podría siquiera Donghae soñar que
podría ser esa clase de compañero para Hyukjae?
—Donghae, detén
esto —le dijo Hyesung con firmeza.
—Puedo sentirlo, Hyesung
—le dijo Donghae, su voz tensa—. ¿Cómo puedo sentirlo?
Hyesung negó con
la cabeza mientras se sentaba en la roca junto al sanador.
—No lo sé.
También puedo sentir a Junjin, y no debería ser posible. No deberíamos ser capaces
de sentirlos en absoluto. Lo único que se me ocurre es que Mona está
permitiendo de alguna manera el contacto, pero es de un solo lado. No puedo
llegar a él.
Donghae asintió.
—Sigo tratando de
decirle que todo está bien, pero está perdido en algún terror horrible. Nunca
he sentido nada igual.
Hyesung pasó un
brazo alrededor de Donghae y lo atrajo cerca.
—Tenemos que
luchar contra la desesperación que viene a través del vínculo. El objetivo de
Mona debe ser el de debilitarnos con las emociones que nuestros compañeros
están sintiendo. Como mucho, me gustaría saber lo que Junjin está atravesando
para así poder ayudarlo a atravesarlo. Me temo que si lo supiera no sería de
ninguna utilidad para él.
Hee surgió a la
vista, mientras caminaba alrededor hasta detenerse delante de ellos.
—Hablé con Siwon.
Sus cabezas
giraron rápidamente en alto, y las otras mujeres se pusieron de pie.
—¿Qué? —La pregunta
vino de cada uno de ellos.
—Yo estaba
soñando, pero sabía que era real. Él estaba llamándome y me contestó cuando
hablé con él. —La voz de Hee temblaba de emoción.
—¿Qué dijo?
—preguntó Zhoumi cautelosamente, no muy seguro de si quería saber.
Hee negó con la
cabeza, dejando escapar un suspiro tembloroso.
—Él estaba
destrozado. Nunca he escuchado tanto miedo y dolor. Siwon dijo que no podía
verlo de nuevo. Dijo que estaba tratando de impedir que él me tocara.
—Ellos están
viendo sus peores temores —les dijo Dambi desde donde se apoyaba contra un
árbol con la mirada perdida en el bosque—. Saben lo que temen los hombres.
—Dejó la declaración colgando.
Hyesung asintió.
—El horror
definitivo para nuestros hombres sería el hecho de tener que ver a otro hombre
tocándonos, vernos con dolor, y vernos morir una muerte horrible.
Hee gruñó y
entrecerró los ojos, cuando se dio cuenta de lo que estaban diciendo.
—¿Me estás
diciendo que Siwon está mirándome ser violado?
Hyesung asintió,
mientras jadeos resonaban en todo el grupo.
—Y, más que
posible, está probablemente viéndote dar a luz con horribles consecuencias
—agregó Dambi.
Hyesung gruñó:
—No estás
ayudando, Dambi.
Dambi se encogió
de hombros.
—La ira es
motivación. Los machos de su raza son intensos. No creo que alguna vez
comprendamos plenamente lo mucho que ellos sienten por sus compañeros. No van a
durar mucho tiempo con su cordura intacta si siguen teniendo que ver sus
mayores temores e inseguridades reproduciéndose como un carrete roto. Sus lobos
pronto se harán cargo y se volverán salvajes.
Changmin dio un
paso adelante, mirando a Dambi.
—Por qué no nos
dices que no hay esperanza ya que estás pasando todos los buenos deseos.
Maldita sea Dambi, éstos ya no son solo lobos para nosotros. Ese es mi
compañero, siendo torturado. No lo conozco muy bien y sí, él me asusta como el
infierno, pero tú, diciéndome que va a perder la maldita cabeza y perderse para
mí no está ayudando.
—Qué alguien me
pellizque. —Hee se rió—. Changmin acaba de poner a la hadita Dambi en su lugar.
—No ayudas, Hee
—murmuró Donghae.
—Shuuu. —Hee
desestimó a Donghae—. ¿Cuándo has visto que trate de ser útil en situaciones en
las que las pollitas están a punto de estallar en una pelea de gatas? —Hizo una
pausa, pensativo—. Bueno, en este caso, sería una pelea de hadas, pero ya me
entiendes.
—¿Podrías
jodidamente madurar? —gruñó Donghae a su mejor amigo, y todo el mundo estuvo
sorprendido por la maldad nada común en la voz de Donghae.
Los ojos de Hee
se estrecharon mientras miraba al sanador.
—¿Necesito
recordarte que soy tu Alfa? Puedo limpiar el suelo con tu trasero gitano, por no
hablar de que estoy embarazado y muy temperamental. No me empujes Donghae.
—¡BASTA! —La voz
de Dambi hizo temblar el suelo a su alrededor y las cabezas de todos giraron
para mirar a la Regia Fae Superior. Luz brillaba a su alrededor. Ella encontró
los ojos de cada pareja dejándoles ver el poder que viraba a través de ella.
—Si quieren
abalanzarse entre sí antes que la batalla incluso comience, entonces por todos
los medios háganlo. No vengan llorando a mí cuando Desdémona libere a sus
salvajes compañeros en este mundo solo para tenerlos a ustedes uniéndose a
ellos de su lado, mientras desgarran vidas inocentes.
La noche se quedó
en silencio, mientras las parejas consideraban las palabras de Dambi.
—Solo para ser
claros, ¿una bofetada de perra sería considerado devastador? —Donghae sonrió
inocentemente.
Hee puso los ojos
en blanco. Hyesung se puso de pie y cruzó los brazos sobre el pecho mientras
observaba la forma Fae de Dambi retroceder.
—¿Qué estamos
haciendo, Dambi? ¿Cuánto tiempo más vamos a vagar por el bosque?
—No estoy vagando
sin rumbo, si es eso lo que te preocupa. Hay un método para mi locura.
—Solo mientras
estés consciente de que eres una loca de mierda — murmuró Hee.
Dambi ignoró el
golpe y continuó.
—En este
momento, solo hay
alguien que puede
ayudarnos y está probando ser difícil de encontrar.
—¿Quién?
—preguntó Hyesung.
—El Rey Jungsoo.
—La voz de Dambi sonó con un tono de temor al pronunciar el nombre del rey.
—¿De qué es
exactamente rey? —preguntó Donghae.
—De los Hechiceros
—respondió Hyesung, antes que Dambi pudiera.
—¿En serio? —Hee
resopló—. ¿Hechiceros?
—Puede que todos
quieran sentarse para lo que tengo que decirles. —Dambi volvió a su lugar en el
árbol, y esperó a que todos tomaran asiento. Donghae y Hee se sentaron en una
rama caída, mientras que Hyesung, Zhoumi, Hongki, y Changmin todos se sentaron
en varios puntos con la espalda apoyada contra árboles. Teuk yacía acostado,
cubierta de mantas, y aparte de su respiración tranquila, estaba tan inmóvil
como un cadáver, a pocos metros de distancia.
—Sí, Hee, los
hechiceros son reales y Jungsoo es su rey. Ha sido su rey por un muy, muy largo
tiempo. Como todos los seres sobrenaturales en el reino humano, su magia se
está desvaneciendo. Se vuelve más débil cada año y su raza está disminuyendo en
número. Aún tenía que encontrar una compañera, hasta recientemente, ya que al
igual que cualquiera de nosotros es más débil sin una.
—Por lo tanto,
¿él ha encontrado una? —preguntó Donghae. Dambi asintió, la expresión de su rostro
era aprensiva.
—¿Por qué tengo
la sensación de que no nos va a gustar quién es esta compañera? —murmuró Hee.
—Jungsoo no es
una mala persona, pero está en una posición difícil. Él tiene que proteger el
futuro de su raza, así que hizo un trato con Desdémona. Jungsoo es el único ser
que sabe cómo abrir el velo al Inframundo. A cambio de él abriendo el velo,
Mona le prometió una compañera. Ella entregó a Park Sora al rey.
—¡QUÉ!
—¡MALDITA SEA!
Te asmo(?)
ResponderEliminarAHHHHH oh si!!!
Ahora abra pelea de loba y gitana(?) -gatas-
Jajajajajajajaja
Ahhhh hasta que se enteraron!!!!!
Ahhhhhh que ya se encuentren!!!!
-la que no se acuerda quién posiblemente viole a Hee(?)-
Venga...qué paso ahí!????
Ahhhhh
oki donde pelean mujeres siempre sera una pelea de gatas
ResponderEliminarLa bruja les está comiendo el mandado...en el marcador la bruja va ganando y por mucho,lo gracioso es ella está "sola" y en la otra parte hay un montón de lobos,hadas,sanadores y bueno...no hacen uno aunque claro,la bruja no está jugando limpiamente del todo.
ResponderEliminarAcá se van a ir destapando arias cosas.
Que feo,ahora las parejas saben la manera que sus lobos están sufriendo,y eso de que están sintiendo un poco de su sufrir debe darle la magnitud de lo que ellos sienten...que dolor.
A ver si ya le van poniendo velocidad al asunto.