El más alto
miembro del Consejo Fae se situó en la apertura del velo de su reino al ámbito
humano. La Gran Luna les dijo que Mona había bloqueado a Dambi, impidiéndole
cruzar, pero no que ellos no pudieran pasar.
Sostenía la
piedra lunar en su mano y el peso de la responsabilidad que viene con ella se
apoderó de él como una manta pesada. Las manadas no se habían unido en milenios.
Eran demasiado volátiles para reunirse, y eso era exactamente lo que iban a
hacer. Iban a cruzar el velo hacia el reino humano, y llamar a cada manada que
la Gran Luna había creado. Sería el mayor encuentro de seres sobrenaturales en
su historia.
Salió, juntos con
los fae del concejo, del velo en el aire frío, fresco, y un dosel de árboles
antiguos altos se alzaron por encima de ellos. La noche había caído en el reino
humano y donde debería haber habido estrellas en el cielo, solo nubes oscuras
se podía ver. El suelo crujió bajo sus pies de la ligera nieve que se había
acumulado y las hojas de las plantas brillaron como diamantes de las gotitas
congeladas.
Caminando
lentamente, más lejos del velo, cada uno de ellos se volvió para enfrentarse
entre sí en un círculo. Sacó la piedra lunar del bolsillo donde la había
resbalado cuando habían cruzado el velo. Miró a la pequeña roca, aparentemente
insignificante, y sacudió la cabeza. Esta piedra estaba a punto de cambiar el
curso de la historia.
Miró a los rostros
de sus parientes, sus ojos llenos de determinación, pero con una sombra de
duda. Se inclinó, puso la piedra en el suelo en medio de su círculo, y luego se
unió a ellos de nuevo.
La noche se quedó
en silencio y el aire quedó inmóvil. Toda la naturaleza parecía estar
conteniendo la respiración, esperando y observando.
Los cuatro Fae
observaron al cielo nocturno cuando las nubes comenzaron lentamente a
separarse. Muy despacio, poco a poco, la luna comenzó a brillar a través de la
abertura. Y, a continuación, estaba allí, llena en toda su belleza.
Las nubes la
rodeaban pero brillaba plenamente, como si estuviera mirando hacia abajo a
ellos. Aunque la luna no les proveía calor, su luz los bañó en un tipo
diferente de calidez y sabían que era de la Gran Luna. La luz de la luna golpeó
la piedra lunar que estaba en el suelo y ésta comenzó a brillar, una luz blanca
y suave al principio, pero rápidamente creció en brillo.
Empezó el
ancestral canto para llamar a los hijos de la Luna. Era un canto que nunca se
había dicho en voz alta.
“Por el poder de la luna, Que es la luz que
a todo alumbra, Por el resplandor de la piedra, No están por su cuenta.
Nosotros te llamamos.
Tú que eres fuerte, Tú que has vagado para
siempre, Tú que conduces a los endebles, Es a ti a quien busca tu creador.
Nosotros te llamamos.
Tu tiempo es ahora, tu propósito es aquí, Se
ha ido la división, ha llegado la restauración, Atiende a la llamada, al aullar
en la noche, Prepárate de toda manera, prepárate para la pelea. Nosotros te llamamos.
Nosotros te llamamos. Nosotros te llamamos.
Manadas de la Gran Luna,
TE
LLAMAMOS”.
Las últimas
palabras resonaron en la noche cuando los cuatro Fae bajaron sus manos y
volvieron a mirar a la luna. La calma que había cubierto todo el bosque comenzó
a desaparecer a medida que el viento comenzó a soplar y los árboles se mecieron
en una danza eterna. Por encima del aullido del viento escucharon su voz tan
claramente como si estuviera de pie ante ellos.
—Prepárense. Está
hecho.
—¿Es eso lo que
creo que es? —preguntó Yonghwa, Beta de la manada de Coldspring a su Alfa
mientras estaban en el porche de la sede de la manada.
Geunsuk no
respondió de inmediato. Estaba concentrado en lo que la luna le estaba
diciendo. No sabía cómo, pero sabía que su creador los estaba, ¿llamando? Por
fin, miró a su Beta.
—Sí, es la
llamada de la luna. Estamos siendo convocados.
—¿Qué significa
eso? —preguntó Yonghwa.
La manada de
Coldspring era muy joven y no tenía el conocimiento y la historia que las otras
tenían, sobre todo porque habían estado operando bajo el radar cuando Lee
Sangchul había sido su Alfa.
—No estoy seguro
exactamente, pero sé quién lo sabe.
Geunsuk sacó su
teléfono y pasó a través de sus contactos hasta que encontró el nombre que
estaba buscando. Junjin. Marcó y esperó a que la línea conectara.
Fueron solo dos
repiques antes de que respondiera a su llamada.
—¿Hola?
—respondió una voz profunda desde el otro extremo.
—Soy Jang Geunsuk de la manada de Coldspring y llamo para hablar con Junjin.
Hubo una pausa en
la línea, algunos pies arrastrándose, y luego una nueva voz.
—Habla Donghwa,
soy el cuarto de Junjin. Él está un poco ocupado en este momento. ¿Es en
relación a la convocatoria de las manadas? —preguntó Donghwa.
Geunsuk dejó
escapar un profundo suspiro.
—Sí, sobre eso,
¿qué significa exactamente?
—La piedra lunar
es la forma en que la Gran Luna llama a los lobos a ella. Estamos siendo
convocados a acudir.
—¿Acudir a dónde?
—preguntó Geunsuk.
—Cierra los ojos,
Jang Geunsuk, de la manada de Coldspring y enfócate. —La voz de Donghwa fue profunda
y suave mientras hablaba con el Alfa.
Geunsuk cerró los
ojos y escuchó. Lo sintió en lo profundo de su alma, y pudo oír su voz como un
susurro suave del viento contra su carne.
—Las montañas
—murmuró Geunsuk por lo bajo.
—Muy bien
—respondió Donghwa—. Tu manada es joven y no habría sabido qué hacer, pero los
demás lo sabrán. Si ella los está llamando a las montañas entonces tienen
permiso para estar en el territorio de Junjin, lo que significa que ustedes
vendrán a la mansión de la manada. — Donghwa le dio a Geunsuk la información
que necesitaría para llegar a la sede de la manada Coreana y luego explicó el
resto de lo que significaba ser llamado.
—La piedra lunar
no es solo una llamada para reunirse —dijo Donghwa—. Es un llamado a las armas.
Hay una amenaza hacia su creación y está reuniendo a las tropas, por así
decirlo. Obviamente, no puedes traer a toda tu manada. Hay doce manadas en
varios lugares alrededor del mundo y tenerlos a todos juntos en un solo lugar,
no sería prudente. Por lo tanto, debes venir junto a tus tres primeros. Puedes
traer a tu pareja también, pero los tres primeros deben dejar a las suyas con
la manada. No se trata de unas vacaciones, Alfa. —La voz de Donghwa se tornó
más grave—. Hay cosas pasando de las cuales no son conscientes, pero lo serán
muy pronto. Consigan el primer avión hacia aquí. No pierdan tiempo. —Hubo una pausa y luego, en un tono
formal, Donghwa pronunció—: Por la manada.
—Por la manada
—respondió Geunsuk, de forma automática.
Geunsuk terminó
la llamada con Donghwa, y luego miró a su Beta y los otros dos primeros de la
manada.
—Vamos a Corea.
Empaquen. Se los explicaré por el camino.
Kangta estaba
junto a su asistente Pilkyo, junto con su Beta, Lee, y sus otros dos primeros
lobos, Heejun y Jaewon. Estaban a punto de subir al avión cuando lo sintieron.
—Wadim dijo que
esto vendría —explicó Kangta, en voz baja.
Lee miró a su
Alfa; la línea de su boca estaba apretada, dando a su rostro un aspecto severo.
—Nunca hemos sido
llamados antes, Kangta, de hecho, a pesar de que hemos aprendido sobre la
piedra lunar en nuestra historia, nunca había sido utilizada.
—Bueno, está
siendo utilizada ahora. —Heejun tomó la palabra y aunque él era por lo general
el más condescendiente de los lobos de Kangta, esta noche, con la llamada de la
luna y la información que Kangta había compartido, estaba tan concentrado e
intenso como sus compañeros de manada.
A medida que iban
siendo llamados a abordar el avión, Kangta miró a cada uno de sus lobos a los
ojos, esperando que uno a uno los bajara.
—Recuerden lo que
les dije. Fuimos creados para un tiempo como este. La Gran Luna nos necesita,
nuestros compañeros de manada nos necesitan, el mundo nos necesita, y por lo
tanto, vamos.
Hablaron todos a
la vez, cuando respondieron a su Alfa:
—Por la manada.
La pareja alfa
taiwanés observó a Vaness empacar de forma rápida y eficiente. Ella sintió el
tirón, la llamada de la piedra lunar, pero Vaness no quería que ella fuera, no
después de lo que había sucedido en El Encuentro.
—¿Estás seguro?
—preguntó por enésima vez.
—Luna. —Vaness dejó
de empacar y se acercó a su pareja—. Fuimos llamados a reunirnos como una sola
manada por una razón.
—La guerra
—respondió—. Sí, lo sé. Soy un Alfa, Vaness, sabes que puedo pelear.
—No lo dudo ni
por un segundo. —Él le sonrió y la adoración que sentía se mostró en sus ojos—.
Pero, voy a llevar a los chicos. Dejando al cuarto al mando, y tú eres más
dominante que él. Necesito que te quedes y líderes nuestra manada. Manténlos a
salvo por nosotros. Eso es lo que más me ayudaría. —Tomó sus manos entre las
suyas y se las puso en el pecho—. Eres fuerte y no te mantengo aquí para
protegerte de todo mal. Te dejo aquí para proteger a la manada.
La pareja alfa se
inclinó hacia delante y besó a su compañero. Antes que se retirara, le susurró
contra sus labios:
—Por la manada.
Seojoon contestó
su celular al primer repique.
—Seojoon. —Su voz
fue cortante al responder.
—Estás a cargo de
la manada de Siwon como su cuarto —comenzó a decir Donghwa sin presentarse.
—Sí —respondió Seojoon,
aunque Donghwa no había estado preguntando.
—Tendrás que
venir aquí. Los otros están en camino.
Las palabras de Seojoon
salieron en voz baja.
—¿Todos ellos?
—La llamada ha
sido enviada. Ven hasta aquí lo antes posible. Solo tú. Coloca al mando al que
se supone debe estar a cargo después de ti e infórmales de lo que está pasando.
—Por la manada
—dijo Seojoon sin pensar, antes de terminar la llamada.
—Todos vienen.
—Wadim estaba junto a Donghwa, mirando hacia la fresca tarde de primavera. El
invierno continuaba aferrándose como una garra, negándose a ceder a la
primavera, cuyo tiempo ya había llegado.
—Deberían empezar
a llegar en pocos días —respondió Donghwa.
—¿Qué diablos
vamos a hacer si Junjin y los demás no están de vuelta para entonces?
Donghwa miró al
historiador y amigo de mucho tiempo. Se rió brevemente por la camiseta que
Wadim llevaba, decía: Protege un jardín, comete un conejo. Luego, su sonrisa se
desvaneció cuando sus ojos se encontraron con los de Wadim.
—Pelearemos. —Las
palabras de Donghwa reverberaron en la tranquila habitación—. Y tenemos que
asumir que ellos no estarán. Debemos prepararnos para lo peor.
—Por la manada
—respondió Wadim.
«Tienes que
despertar». Teuk conocía esa voz. Era tan familiar para él y, sin embargo
extraña al mismo tiempo. «Leeteuk, debes despertar».
La voz estaba
volviéndose más insistente, empujando en su mente, tratando de forzar su
voluntad sobre él. No estaba preparado para despertar. El mundo estaba sumido
en el caos, su compañero se había ido, y sus amigos estaban dolidos por su
pérdida, ¿por qué iba a querer despertar?
«Porque necesitan
tu amor, yo te necesito».
«¿Me necesitas?»,
le preguntó a la voz.
Era una voz
masculina y sonaba extraña, como si él estuviera restringido bajo un gran peso.
«¿Quién eres?»,
preguntó finalmente.
«Soy tuyo»,
respondió él, con los dientes apretados.
Trató de pensar.
Había oído esas palabras antes. Su mente era un torbellino de imágenes y
palabras todo revuelto como un tazón de sopa de letras. Nada tenía sentido.
«Luna», el
gruñido en su voz, llevó al aluvión de pensamientos a un alto.
«Soy Kangin, tu
compañero. He sido capturado. ¡Estás bajo un hechizo y debes luchar contra él!
Puedo sentirte escapar a la deriva. Creo que esa es la única razón por la que
soy capaz de bloquear este lugar horrible. Mi lobo y yo podemos sentirte
perdiéndote. No debes sucumbir. Pelea, Leeteuk. ¡Lucha!»
«¿Compañero? ¿Kangin?»
Su voz sonaba pequeña en su mente. Las palabras ahora trajeron las imágenes de
uno solo. Un hombre alto, de cabello oscuro y poderoso. En el ojo de su mente,
podía ver adoración cuando él lo miraba, y sintió el amor cuando lo besaba.
Este era su compañero, su Kangin.
Alargó la mano
hacia él de nuevo con su mente, pero lo único que encontró fue la vacuidad. Un
profundo sentimiento de pérdida se estrelló contra él y trató de gritar, pero
nada saldría de sus inútiles cuerdas vocales.
Lucha, había
dicho él, lucha contra el hechizo. Teuk no sabía cómo luchar contra el hechizo, no entendía,
así que empezó a pensar en algo real y tangible, cosas que sabía eran ciertas.
Pensó en su madre y cómo había pasado tanto
tiempo desde que la había visto e incluso hablado con ella.
Pensó en sus dos
mejores amigos y todas las cosas que habían soportado juntos. Pensó en su
manada, su nueva familia, y la aceptación que sentía con ellos. Entonces pensó
en Kangin, su otra mitad. Él era su hogar. Sin él, nada más tenía sentido. Dejó
que los pensamientos trajeran las emociones y dejó que las emociones fluyeran a
lo largo de su cuerpo. No sabía si iba a funcionar, pero no se rendiría. Iba a
luchar, por sí mismo, sus amigos, y por Kangin.
Estaba oscuro
cuando la tormenta finalmente se detuvo. Dambi salió de debajo del saliente de
roca y miró hacia arriba al ahora, cielo claro. Mona había estado en esa
tormenta. No había ninguna duda al respecto. Dambi había perdido el control de
la tormenta. No, la tormenta había estado peleando su control. Solo estaban vivos
por una razón. Mona los quería con vida por ahora.
Miró hacia atrás,
mientras las parejas comenzaban a salir de su lugar protegido y vio que todos
parecían estar bien. Estaban un poco empapados, pero vivos y sanos. Todos menos
Teuk, quien continuaba yaciendo quieto y tranquilo.
—¿Vas a decirnos
por qué nos has estado llevando en círculos durante días? —le peguntó Hyesung a
Dambi, mientras se escurría el cabello, salpicando agua en sus pies ya
empapados.
—Así que, ¿te
diste cuenta? —La frente de Dambi se levantó cuando vio a la pareja Alfa.
—Tengo una nariz,
Dambi. No fue difícil recoger nuestro olor mientras seguíamos regresando a los
mismos lugares. —Hyesung miró a las demás—. Estoy sorprendido que nadie más lo
notara.
—Mi mente ha
estado un poco preocupada —dijo Hee. Los otras refunfuñaron en acuerdo ante el
sentimiento de Hee mientras se tambaleaban cansHenryente apoyándose contra los
árboles del bosque.
—Bueno, esto se
trata de conseguir no preocuparse. —Dambi les indicó que siguieran—. Vamos a encender
un fuego y ponernos secos y cálidos. Tengo que decirles una mierda y no van a
querer estar todos empapados para ello.
—¿Alguna vez alguien
quiere estar empapado mientras consigue información? —preguntó Zhoumi.
Un gemido
colectivo los recorrió cuando Hee habló.
—Puedo pensar en
varios escenarios en donde estar empapado, mientras consigues información
vital, puede ser una actividad muy divertida.
—Tú te lo
buscaste —le dijo Hongki a Zhoumi. Zhoumi soltó una carcajada aguda.
—Estoy demasiado
cansado para pensar en Hee y tener que filtrar todas mis declaraciones en estos
momentos.
Se reunieron
alrededor del fuego que Dambi había conjurado con su mojo Fae, como Hee se
refería a eso, y poco a poco comenzaron a descongelarse y secarse. Comieron pan
Fae y se sentaron en silencio mirando las llamas danzantes del fuego. Algún
tiempo después, Dambi comenzó a hablar.
—Si mi plan va
como espero que vaya, entonces a esta hora mañana deberíamos tener a sus
hombres de vuelta a nuestro cuidado —anunció al grupo. Las cabezas se
levantaron, los ojos enormemente abiertos, las bocas colgando abiertas, y hubo
un silencio perplejo ante el bombardeo de preguntas que comenzaron a un ritmo
de fuego rápido.
Dambi alzó las
manos para acallarlos.
—Me voy a
explicar, santo cielo, mantengan sus interiores puestas. —Dambi esperó hasta
que hubieran detenido todas sus abruptas preguntas. Hyesung le dirigió una
mirada mordaz que decía: “Sigue adelante con esto o voy a comerte para el
desayuno”, así que se puso manos a la obra.
—Estoy
llevándonos hacia el Troll que guarda el puente al Limbo. Tengo una moneda de
cambio para él.
—¿Un Troll?
—preguntó Ryeowook, en voz baja—. Lo último que recuerdo de los Trolls es que
no son los seres más amables, incluso en su mejor día.
Dambi asintió.
—Eso es cierto,
pero olvidas, sanador, que los Trolls son codiciosos. Las cosas brillantes los
influencian fácilmente. El truco está en la fraseología. No puedo solo decir
que queremos ir al Limbo porque entonces él no nos va a dejar salir. No puedo
solo decir que queremos entrar y salir, porque entonces no nos dejarían traernos
a nadie de vuelta con nosotros.
—Hee es especial cuando
se refiere a las lagunas. Solo pásalo por él y te puede decir si es a toda
prueba. —Donghae miró a Hee al otro lado del fuego. Hee le dio una leve sonrisa
a su amigo, pero eso fue lo único que pudo conseguir.
—Entonces, ¿qué
sucede si el Troll acepta esto? —preguntó Hongki.
—La parte más
sencilla es que abre el velo y nosotros pasamos.
—¿Cuál es la
parte más difícil? —preguntó Changmin, secamente.
—Lograr salir con
vida con los hombres.
—Oh, ¿eso es
todo? —bromeó Zhoumi.
—Solo están
siendo un gran tazón de sopa de arco iris y mariposas —espetó Dambi.
—Está bien,
espera. —Hee levantó la mano hacia Dambi—. Solo tengo que saber, ¿cómo demonios
meterías un arco iris y mariposas en un tazón? Si lo hiciste, ¿quién carajo
querría chupar tripas de mariposa? —Se encogió de hombros.
Donghae y Zhoumi
trataron de ahogar su risa ante los comentarios de Hee, pero fracasaron
miserablemente.
—Continúen y déjenlas
salir —les dijo Dambi mientras cruzaba sus brazos—. Si tratan de mantener esas
risas en sus bocas por más tiempo están propensos a que salgan por sus
traseros.
Ese comentario
rompió la paz y todos estaban riendo. Era el tipo de risa que empieza en los
dedos de los pies y radiaban por todos sus cuerpos, hasta que se estaban
retorciendo como si tuvieran un enjambre de abejas en su interior. Se rieron
hasta que las lágrimas fluyeron de sus ojos y sus estómagos dolían por el esfuerzo de la misma. Dambi se quedó ahí
mirándolos, preguntándose cómo alguna de ellos incluso se vestía en la mañana.
—¿Terminaron?
—preguntó una vez que la risa había disminuido a algunas risitas aleatorias.
—Espera —advirtió
Hee, y miró a su alrededor como si esperara algo, entonces volvió a mirar a Dambi—.
Creo que estamos bien.
—Como estaba
diciendo, el Limbo es peligroso, no porque cosas vayan a atacarte, sino a que
tu mente se convierte en tu enemigo. —Comenzó a caminar lentamente alrededor
del anillo exterior de su círculo mientras hablaba—. Debemos entrar
rápidamente, y no me importa si tienen que cantar la banda sonora de las
Canciones Trot Más Grandes del
Siglo cien veces
para mantener su mente enfocada, entonces háganlo. Si tienen que gritar
tan fuerte como puedan una y otra vez que son reales y su mente está mintiendo,
entonces griten todo lo que quieran. Pero, no deben ceder a los pensamientos.
—Si los chicos no
pueden ni siquiera hacer eso, ¿cómo esperas que nosotros seamos capaces de
hacerlo? —preguntó Changmin.
—Los hombres han
sido enviados allí. Nosotros vamos por nuestra propia voluntad. Hay una gran
diferencia. Ya que no vamos allí como una forma de castigo, no nos va a afectar
de la misma manera. Será una alteración mucho más débil en nuestras mentes,
pero todavía estará allí. Excavará en lo profundo, sacando sus miedos más oscuros,
por lo que muy bien podrían enfrentarlos ahora. Quiero que cierren los ojos y
se imaginen cuál podría ser su peor pesadilla. Háganla real para ustedes mismos,
respírenla, siéntala en su piel, dejénse acariciar por el calor del temor que
estalla en ustedes. Una vez que lo tengan en su mente, imagínense a ustedes
mismos enfrentándolo y ganando. Imagínense parándose ante ese miedo y
diciéndole…
—¿Qué se joda?
—añadió Hee amablemente.
—Si esa es la
terminología que logrará hacer el trabajo, Heechul, entonces claro que sí,
díganle que se joda hasta que el infierno se congele. El punto es hacer frente
a los temores que van a ser lanzado en su contra, enfrentarlos, y derrotarlos
porque los miedos más grandes son los que su mente crea. Esos son los únicos
temores que realmente pueden tener poder sobre ti. No los dejen.
Todos se sentaban
en silencio, con los ojos cerrados y sus mentes girando y dando vueltas,
llevándoles a turbulentos paseos a través del terror que yace profundo en el
interior de cada una de ellos. Dambi observó cómo sus rostros cambiaban y se
transformaban mientras iban a través del proceso de lidiar con su miedo.
Uno a uno,
abrieron sus ojos. Donghae entornó los ojos contra el brillo de las llamas del
fuego. Se sentía como si un peso hubiera sido levantado de sus hombros. Había
imaginado su mayor miedo, lo había mirado directamente a la cara, y no había
caído ante este. Ese era su triunfo. Todavía estaba allí, hirviendo a fuego
lento en la oscuridad, pero se había enfrentado a éste, y no lo había quebrado.
No lo dejaría. No ahora, y no cuando entraran al Limbo.
Por muy inteligente y audaz que resulto la bruja...ya me tiene hasta la coronilla,me uuuurge que esto se cosa y le partan su mandarina pronto.
ResponderEliminarJusto el capítulo anterior estaba pensando si no sabríamos nada de Teuk estando en su propio limbo,él tiene que despertar porque,Dambi no se lo llevará asi al limbo donde están las parejas...¿o sí?
Sin miedos,pueden entrar y salir del limbo con sus parejas...al final,el limbo hacer realidad tu peor miedo,pero cual...si ya te has enfrentado a él.
Al menos los Fae obedecieron y puedieron hacer el llamado.
Las manadas llegaran por fin.
Oh si!!!
ResponderEliminarEsta hecho, las manadas han sido llamadas!!!!
Ahhhh siiiii
Esto esta genial!!!!!
Ya casi!!!! Los machos deben esperar!!! Ojala no sea tarde!!!
Y Teuk~ despierta de una jodida vez!!!