En la
estancia había muchísima gente, Youngwoon consiguió encontrar un sitio en un
rincón donde nadie podría oírlos. Y Jungsoo sabía exactamente por qué
necesitaba él un poco de intimidad. El pobre estaba muy confuso, y era
comprensible.
-¿Sería
tan amable de explicarme a qué viene todo esto? -preguntó en cuanto se detuvo y
le soltó el brazo.
Jungsoo torció
el gesto en una mueca.
-¿Debo?
Como
respuesta, él se limitó a mirarle, y siguió haciéndolo hasta que Jungsoo hizo otra
mueca, esta vez genuina.
-Muy bien.
-Suspiró-. Pero esta historia sería mucho más interesante si se la contara otra
persona. ¿Está seguro de que no prefiere que se la explique su abuelo? No me
cabe la menor duda de que la exageraría para que le causara más impacto. Casi
todo el mundo lo hace.
-¿Es
amargura lo que aprecio en su voz? -preguntó él. Jungsoo parpadeó y le dedicó
una sonrisa.
-Ha
descubierto usted mi secreto.
-Pero si
acaba de oírlo.
Youngwoon
se dio dos palmaditas en la oreja, diciendo:
-Entonces,
debo de tener algún problema de oído, porque, lo que es oír, aún no he oído
nada.
-Caramba.
¿Cómo puede haberse olvidado tan pronto, cuando acaba de decir que ha apreciado
mi amargura? Ese es mi secreto. El resto - dijo Jungsoo haciendo un gesto con
la mano- es del dominio público. De secreto no tiene nada.
Él volvía
a mirarlo de hito en hito, con resolución, indicándole que esta vez sus
tonterías no iban a distraerle. No obstante, por si había alguna duda, dijo:
-¿Debo
recordarle que no hace mucho que formo parte del público y que cualquier cosa
de estas tierras que supuestamente debería saber me es desconocida?
-Entonces,
permítame que le dé la versión abreviada, puesto que en realidad no es nada
interesante. A los Park, es decir, a mis parientes cercanos, se los conoce
porque sus muertes no se deben a causas naturales sino, digamos, a su propia
iniciativa. Eso ha dado origen a la conclusión generalizada de que en mi
familia hay «sangre mala» y de que, sin
duda, yo seguiré el mismo camino.
Algunas personas, al parecer, son incapaces
de entender por qué sigo vivo. Otras incluso juran que no lo estoy, que
sin duda debo de ser..
-¿Un
fantasma?
-Ah.
¿Recuerda que yo lo mencioné?
Él
asintió, respondiéndole:
-Creo que
preferiría oír la versión larga, la que explica por qué esto le causa a usted
cierta amargura.
-En
realidad, no siento amargura, Youngwoon. Con franqueza, a veces todo esto me
parece divertido, una vez una mujer muy corpulenta, gritó hasta desgañitarse
antes de perder el conocimiento y caer al suelo. Puede que no todo el mundo
hubiera oído sus gritos, pero seguro que todos la oyeron desplomarse. Hubo
incluso quien felicitó a nuestro anfitrión por tener una casa tan sólida como
para que el suelo no cediera. Oh, venga. Sé que quiere sonreír.
Youngwoon
empezó a reír con suavidad. Luego se interrumpió bruscamente e intentó
aparentar seriedad de nuevo. Lo intentó con todas sus fuerzas, pero no lo
consiguió. En aquel punto, Jungsoo podría haberlo hecho reír a todo pulmón sin
demasiados esfuerzos. Con ello, Youngwoon podría haber olvidado que quería oír
la «versión larga». Pero, al final se habría acordado. Y lo mejor sería acabar
cuanto antes para que Jungsoo pudiera disfrutar de su única noche en Raccoon
Glade.
-Fue mi
bisabuelo quien dio pie al rumor quitándose la vida. Nadie sabe a ciencia
cierta por qué lo hizo, pero era
evidente que lo había hecho, y su esposa, incapaz de superar aquella tragedia,
le imitó al cabo de poco. Su única hija, mi abuela, ya
estaba casada en aquella época y tenía dos jóvenes hijos, los dos tíos con los
que vivo. Ella encajó bien aquella tragedia por partida doble, al menos durante
un tiempo. Pero cuando tuvo a su hijo varón, mi padre, bueno, cayó por las
escaleras. Mis tíos insisten en que fue un accidente, pero nadie más optó por
pensarlo y, de ese modo, surgió la teoría de que tenemos «sangre mala», lo cual
se afianzó todavía más cuando mis padres murieron juntos.
-Siento lo
de sus padres.
-Yo
también. Lo que más siento es no haber llegado a conocerlos, puesto que
entonces yo era demasiado pequeño para recordarlos ahora. Pero ellos no se
mataron. Comieron algo en mal estado. Hasta el médico, que ya no pudo hacer
nada, lo dijo. Sin duda resultaba mucho más jugoso decir que se envenenaron
juntos. Y ahora, aunque mis tíos, que son de la misma rama, están sanos y
fuertes, y no tienen ninguna intención de tirarse por ningún precipicio, es a
mí a quien le toca dar el salto mortal.
-No puedo
imaginarme a nadie menos proclive a tomarse las cosas tan en serio como para
plantearse siquiera el deseo de acabar con todo.
-Dios
santo. Creo que acaba usted de llamarme cabeza hueca.
-Yo no he
hecho nada semejante -bufó él.
-Me siento
gravemente insultado.
-Es usted
un brujo.
Él bufó.
-Y de los
malos.
Youngwoon
se echó a reír, lo bastante alto como para que se volvieran unas cuantas
cabezas. Un individuo que había estado paseándose plato en mano se acercó a
ellos. Jungsoo casi pudo notar la
tensión que se apoderaba de Youngwoon
y le molestó que su intento de distraerlo acabara de irse al traste.
-Así que
aquí está, y ¿quién es él? -preguntó el individuo-. Creo que no nos conocemos.
Estaba
mirando a Youngwoon para que hiciera las presentaciones, pero el escocés se
había ruborizado y Jungsoo se dio cuenta, con retraso, de que aún no le había
dicho cómo se llamaba. Antes de que Youngwoon tuviera que admitirlo y se
sintiera aún más violento, dijo:
-Park Jungsoo.
Al
principio, el individuo se sorprendió, pero luego pareció muy encantado.
-¿El
fantasma andante? Es todo un placer. Me contrarió mucho no coincidir con usted
en Londres. Para serle franco, quería conocer al joven que puso en evidencia a
todos esos necios.
Jungsoo
sonrió al darse cuenta de que aquel individuo no creía en los rumores que
corrían sobre él.
-¿Y usted
es?
-Choi
Siwon, a sus pies.
-Y también
se pone en medio -añadió Youngwoon.
Siwon no
se ofendió, sino que pareció haber estado esperando aquel comentario.
-Oh,
venga, viejo amigo, no creerá usted que puede monopolizar a un joven tan
interesante como el que tenemos aquí, ¿verdad?
-¿No
debería estar haciendo compañía a su joven hermano? -le recordó enfáticamente Youngwoon.
Siwon parecía horrorizado.
-Está
rodeado de un montón de amiguitos que no hacen más que reírse como tontos. Dios
me libre de acercarme a ellos. Tenga piedad de mí. Además, debería ser usted
quien lo hiciera. Después de todo, es usted quien está buscando pareja, no yo.
¿Cómo va a tomar la decisión apropiada si no se codea con todas?
-Tal vez
ya la haya tomado.
-¡No diga
eso ni en broma! Mi hermano sentiría una enorme desilusión.
-Su
hermano sentiría alivio.
-Entonces,
¿va usted a solicitar su mano?
-Maldita
sea, márchese.
Siwon se
rió con malicia, satisfecho en apariencia de haber enojado a Youngwoon lo
suficiente, por ahora, pero accedió a marcharse diciendo:
-Muy bien,
me iré en busca de ese viejo escocés que afirma ser su otro abuelo. Es muy
divertido lo que dice de usted, y me encanta tener municiones, por si aún no lo
sabe.
Las
mejillas de Youngwoon tardaron un buen rato en recobrar su color habitual
después de que Siwon se marchara. Jungsoo podría haberlo calmado antes, pero
también podría haber empeorado las cosas, puesto que el enfado de Youngwoon
venía causado por la rivalidad masculina y eso escapaba a su comprensión. Además,
le incomodaba muchísimo pensar que podía ser el motivo por el cual acabaran de
discutir.
Al final,
decidió que debía de haber sido fruto de su imaginación y, para entonces, Youngwoon
ya estaba lo bastante calmado como para preguntarle:
-¿Había
oído hablar de él antes de conocerlo?
-No,
¿debería?
Él se
encogió de hombros diciendo:
-El viejo Eric
está encantado con su presencia. Es hijo de duques, por lo visto.
Jungsoo
sonrió.
-Por lo
tanto, eso convierte a su hermano en un buen candidato para usted.
-¿Usted
cree? A mí me parece un poco cabeza hueca y sí, esta vez lo he dicho. Hasta su
hermano está de acuerdo, pero a lo mejor me caso con él solo para fastidiarle.
-Oh,
caramba. No le cae nada bien, ¿verdad?
-Uf, no.
¿Cómo puede preguntármelo cuando tengo unas horribles ganas de aplastarle las
narices de un puñetazo?
***
Jungsoo
estaba disfrutando demasiado como para darse cuenta de que se debía a que Youngwoon
no se había separado de él ni un solo instante. Hasta había comido con él,
encontrando un par de asientos libres en la sala de música. Luego se habían
unido a un juego de cartas en el que había tenido que enseñarle las reglas
sobre la marcha, sin que los otros dos jugadores se percataran de ello. Sí,
aquello había sido desternillante. Hacía muchísimo tiempo que no se reía tanto.
Cuando Jungsoo
cayó al fin en la cuenta de que como invitado de honor, o al menos debido al
propósito de aquella fiesta, Youngwoon
debería repartir su tiempo de forma más equitativa entre los invitados, no se
lo dijo, como debería haber hecho. Estaba teniendo un ataque de egoísmo y lo
reconocía.
Y decidió
que, mientras lo reconociera como lo que era, y no intentara engañarse, podía
permitírselo solo por aquella vez.
Tampoco
intentó engañarse sobre el motivo de que él se quedara a su lado. Se había
reído demasiado durante toda la velada como para darle otra impresión que no
fuera la de disfrutar en su compañía. No había nada romántico en ello. Jungsoo
le hacía reír. Estar con él era divertido.
Sin
embargo, para Jungsoo había sido una noche mágica, una velada de ensueño. Pero
todos los sueños tienen un final y su noche en Raccoon Glade no era una
excepción.
Cuando vio
que su tío lo buscaba, con los abrigos en el brazo, se dirigió a Youngwoon y le
dijo:
-Debo
marcharme.
Él no
protestó porque esperaba tenerla allí todos los días que durara la fiesta y por
ello dijo:
-Lo veo
mañana, entonces.
-No. De
hecho... no.
Jungsoo
suspiró, lamentando de todo corazón lo que tenía que decirle. Youngwoon ya
estaba empezando a fruncir el ceño, pero llevaba toda la velada posponiéndolo y
ya no podía esperar más. No obstante, era una lástima, una verdadera lástima,
que aquella maravillosa noche, al menos para él, tuviera que terminar de esa
forma.
-Cuando
usted me invitó, bueno, debido a la sorpresa me olvidé por completo de que mis
tíos y yo tenemos ahora mismo un huésped. Yo ni siquiera tendría que haber
venido esta noche. No me había comprometido a asistir antes de que mi huésped
llegara, y él lo sabe. Así pues, no puedo cometer la incorrección de dejarlo
solo otra vez.
-Usted no
quiere venir.
Jungsoo sonrió
ante aquella errónea conclusión, tan rematadamente ilógica que hasta él tenía
que saberlo, y dijo:
-Tonterías. He disfrutado
mucho esta noche.
Me encantaría volver, y tal vez
si nuestro huésped se marcha
antes de que termine su fiesta, entonces pueda...
-Tráigalo
-lo interrumpió él.
-Ah, Youngwoon.
¿No debería preguntarme de quién se trata antes de hacerme ese ofrecimiento?
-Mientras
no sea Heechul...
Él no
prosiguió. No pudo evitar fruncir el ceño cuando vio por la expresión de Jungsoo
que se trataba precisamente de él.
Casi gruñó
cuando al fin consiguió añadir:
-Maldita
sea. ¿Qué está haciendo él con usted?
Aquello,
al menos, era bastante fácil de explicar.
-Aprovecharse
de la misma cortesía que su familia mostró conmigo en nuestra reciente estancia
en Londres.
-¿Y
hacerle de mensajero era también parte de esa cortesía? - preguntó él.
-No, eso
fue para saldar una deuda -dijo Jungsoo, sonriendo aun a pesar del tono
malhumorado de Youngwoon-. Él me ofreció su amistad, Youngwoon, y me facilitó
mucho las cosas en Londres. Yo no podía negarme
a su petición, aunque en realidad no quería hacerlo, pues me sentía en deuda
con él. Pero ahora ya he saldado esa deuda.
-Entonces,
ignore que está en su casa, o déjelo de nuevo con su otro tío, como ha hecho
esta noche.
Jungsoo
negó con la cabeza.
-¿Piensa
usted que yo podría comportarme con alguien de forma tan grosera?
Youngwoon
permaneció en silencio durante un buen rato y luego suspiró.
-No, sé
que usted no haría nada parecido. Y lo dejaré partir antes de que piense que
soy un niño mimado, por la forma en que me comporto cada vez que no me salgo
con la mía.
-Yo jamás
pensaría eso. -Jungsoo le sonrió traviesa-. Un bruto escocés, tal vez...
-Váyase de
una vez -espetó él, sonriendo también.
-Puede que
nos veamos en uno de mis paseos -dijo mientras se alejaba.
-Sí, y
puede que usted se deshaga de su huésped indeseado antes de lo previsto.
Youngwoon
acompañó a Jungsoo y a su tío hasta la puerta y aguardó durante unos instantes
junto al mayordomo mientras subían al carruaje, tiempo suficiente como para
tomar nota y observar.
-Un joven encantador,
nuestro Jungsoo.
Youngwoon
miró al mayordomo.
-¿Nuestro?
¿Hace tiempo que lo conoce?
-Sí. Vive
aquí casi desde que nació.
-Sus
caminatas por el campo, ¿son frecuentes? -preguntó Youngwoon.
-Todos los
días, haga el tiempo que haga -respondió -. Prefiere las mañanas, pero a veces
vuelve a salir por la tarde.
Youngwoon
asintió y pensó en salir a caminar a la mañana siguiente, hasta comprender que
pasar con él una o dos horas no bastaría. Y sus dos abuelos montarían en cólera
si él desaparecía durante la mayor parte del día, cuando su cometido era
dedicarse a encontrar esposo.
Después de
aquella agradable velada, la primera en la que había disfrutado desde su
llegada a Inglaterra, Youngwoon se fue a la cama de muy mal humor.
***
Mientras
el carruaje se dirigía a trompicones hacia la casa señorial a la que Jungsoo se
refería como la «casita» porque en el pasado había existido otra mansión ducal
más grande, Minwoo no dejó de hablar de la fiesta. Jungsoo no le estaba
prestando atención, sino que continuaba saboreando sus recuerdos de la velada,
hasta oír:
-Le
gustas.
Aquel
comentario captó de inmediato su atención y no hubo necesidad de que su tío lo pusiera
en antecedentes, pues lo conocía lo bastante como para saber a qué se refería.
-Sí, creo
que sí, pero no de la forma que tú crees.
Minwoo se
ofendió por la parte que tocaba a Jungsoo y bufó:
-¿Y por
qué no de esa forma?
-Seamos
sinceros, tío Minwoo. Si pusieras a alguien como yo junto a alguien como Heechul
o incluso Choi Donghae, ni siquiera repararían en mi presencia. Y lord Eric ha
invitado a la crème de la crème para que su nieto tenga tentaciones de contraer
matrimonio. Tú has visto con tus propios ojos que los jóvenes que han asistido
no eran los mismos aspirantes que acudieron a Londres este año. Algunos sí,
pero la mayoría de los que ha invitado Eric no necesitan asistir a fiestas para
encontrar esposo. Saben cuánto valen y no necesitan desfilar para que los vean.
-Vaya. Y
¿qué tiene eso que ver con el hecho de que le gustes?
-Nos hemos
hecho amigos, nada más -respondió Jungsoo-. Cuando Youngwoon elija esposo, será
uno de esos hermosos...
-Tú no
eres el feo del baile. Tal vez quieras pensarlo, pero no es así.
Jungsoo
suspiró. Desde luego, le agradaba oírlo, pero una de los dos tenía que ser
realista, o se le llenaría la cabeza de pájaros y empezaría a abrigar
esperanzas de que ocurriera algo imposible.
-¿No crees
que me habría dado cuenta si un hombre se hubiera interesado por mí de esa
forma? Te lo prometo, tío Minwoo. Youngwoon no me mira ni me ve como a una
posible esposo. Más bien, me tiene como a su confidente, alguien que puede
ayudarle aconsejándole sobre cuál de esas bellezas le conviene.
-El tiempo
lo dirá -respondió Minwoo, por alguna razón poco dispuesto a dar su brazo
a torcer.
Jungsoo,
poco dispuesto a seguir discutiendo, dado que prefería continuar saboreando sus
recuerdos en silencio, dijo:
-Y dime,
¿por qué has atacado a lord Eric de esa forma esta noche?
-Bueno, no
es nada. Solo es nuestro mutuo desagrado que ha vuelto a resurgir.
Pero Minwoo,
obligado a ponerse a la defensiva, no dijo nada más durante el resto del trayecto.
A Jungsoo
se le pegaron las sábanas a la mañana siguiente, así que cuando Hyesung entró a
despertarlo y mencionó alegremente que le quedaba muy poco tiempo para
prepararse, que el carruaje ya estaba esperándolos, estaba aún demasiado
adormilado para preguntar a qué se refería. Y Hyesung se marchó demasiado
deprisa, antes de que pudiera formularle una pregunta coherente o incluso
averiguar de qué carruaje hablaba.
Sin
embargo, no se apresuró. Le vino a la memoria la noche anterior y, con una sonrisa,
se recostó en la almohada para seguir paladeándola, igual que había hecho al
meterse en la cama por la noche. De ahí que no hubiera conciliado el sueño
hasta el alba y ahora estuviera adormilado.
Pero
entonces Minwoo asomó la cabeza por la puerta de su habitación y dijo:
-Todos
estamos listos, querido. Esperándote a ti. Date prisa.
La puerta
volvió a cerrarse y Jungsoo, espoleado por la curiosidad, se levantó de un
salto y corrió por el pasillo en pos de Minwoo, que ya había descendido la
mitad de las escaleras.
-¿Preparados
para qué? ¿Se me ha olvidado que hoy teníamos que hacer algo?
Minwoo
frunció el ceño.
-¿No te lo
ha dicho el tonto de mi hermano? Se
suponía que iba a despertarte y contártelo. Sabía que tenía que haberlo hecho yo.
-Bueno, ha
mencionado un carruaje...
-Oh,
entonces te lo ha dicho. -Minwoo parecía desilusionado, viendo que ya no podría
utilizar aquella buena excusa para reñir con su hermano-. Bueno. Date prisa. El
cochero lleva ya más de una hora esperando.
Aquello
situaba a Jungsoo en un verdadero dilema. Averiguar dónde diablos iban o darle
a Minwoo un motivo para estar todo el la de uñas con Hyesung. Así pues, optó
por asomarse a la ventana de su habitación, que daba a la fachada de la casa. Y
allí estaba el carruaje en cuestión, era otra vez el de Eric.
Le
horrorizó la conclusión a la que llegó. Era obvio que Youngwoon había olvidado
decirle al cochero que aquella mañana no lo necesitaría, al menos, no para
recogerlo a él. Y ahora, debido a aquel olvido sin importancia, sus tíos
pensaban que estaban todos invitados a Raccoon Glade, incluido Heechul.
¿Qué otra
conclusión podría haber extraído? Se suponía que Jungsoo le había dicho a Youngwoon
que no podría regresar a la fiesta, no sin su huésped, y si el carruaje estaba
allí, debía de haber venido a recogerlos a todos. No podía pensar otra cosa.
Pensó en
volver a meterse en la cama y quedarse allí escondido durante el resto del día.
Pensó en darle un golpe a Youngwoon en la cabeza por aquel despiste. Pensó en
cuánto se enojaría él cuando Heechul apareciera en su casa. Pero era, culpa
suya, un despiste de Youngwoon.
¿Por qué
se sentía entonces tan culpable? Tal vez porque sabía, estaba seguro de ello,
que Youngwoon iba a echarle la culpa a él de alguna forma, solo porque Heechul
era su huésped.
Al final,
optó por apresurarse. Tendría que advertir a sus tíos, sin que Heechul lo
oyera. Puede que no le cayera muy bien, pero no quería herirlo explicando que no había conseguido una
invitación para él.
Estaban
todos aguardándolo, justo en la entrada, y Jungsoo vio que no podría hablar en
privado con ninguna de sus tíos a menos que se lo llevara aparte, lo cual
probablemente levantaría sospechas. Sin embargo, ni siquiera tuvo ocasión de
intentarlo porque Heechul lo tomó con brusquedad del brazo y lo llevó casi a
rastra al carruaje, tan impaciente estaba por llegar a la fiesta.
El
trayecto fue una tortura para Jungsoo, que no cesó de imaginar toda clase de
desastres. Llegó a imaginarse a Youngwoon echándolos a todos de su casa.
Fue la
impaciencia de Heechul la que al fin brindó a Jungsoo una oportunidad para, al
menos, advertir a sus tíos cuando el carruaje llegó a Raccoon Glade y el joven
londinense salió en primer lugar. Jungsoo tomó a Minwoo del brazo y se apresuró
a susurrarle:
-No
deberíamos estar aquí. Youngwoon no lo ha invitado.
Minwoo se
limitó a darle unas palmaditas en el brazo y, sin el menor atisbo de
preocupación, respondió:
-Entonces,
debe de haber cambiado de opinión, porque el conductor nos informó de que tenía
que acompañarnos a todos, incluyendo a los huéspedes que pudiésemos tener.
Aquello,
naturalmente, dejó a Jungsoo sentada en su sitio y con la boca abierta, por lo
cual fue el último en entrar en la casa. No sabía qué pensar. Quería creer que Youngwoon
había vuelto a hacer concesiones, como lo había hecho el día anterior, solo
para que él acudiera a la fiesta. Pero tenía que ser realista.
Jungsoo no
sabía lo que había ocurrido en la cita de la posada. Tal vez Youngwoon quería
volver a comprometerse con Heechul pero no deseaba que él lo supiera todavía.
En ese caso, Jungsoo le había ofrecido la excusa perfecta para que él pudiera
tener a Heechul cerca otra vez.
Lo cierto
es que Heechul no tardó mucho en dejarlos solos. Ya había desaparecido, en
busca de sus amigos de Londres para informarles de que ya volvía a estar en
acción, cuando Jungsoo entró.
Habían
llegado a tiempo para desayunar. Minwoo y Hyesung ya lo habían hecho, pero Jungsoo
no, así que fue a la estancia donde se estaban sirviendo los desayunos. Por lo
que vio, había unos cuantos invitados
que también se habían levantado tarde o que no habían pensado en comer hasta
ese momento. Choi Siwon y su hermano Donghae estaban en las mesas del bufé,
llenándose los platos antes de ir en busca de una silla.
-Solo al
fin -le dijo Siwon a Jungsoo cuando reparó en su presencia y se acercó a él.
-¿Al fin?
-Bueno, me
pasé toda la velada de ayer pensando en cómo ingeniármelas para liberarlo de
las garras de ese bruto, y aquí está
usted ahora, sin que él lo tenga de la manita.
Jungsoo se
ruborizó, pero no por él.
-Desearía
que no lo llamara así. No es un bruto, y usted lo sabe.
Siwon se
rió con malicia.
-Claro que
lo sé, pero tengo que encontrar algo para sacarlo de sus casillas, ¿no?
-¿Por qué?
-preguntó con osadía.
-Bueno,
primero, porque se pone muy divertido cuando se enfada conmigo. Segundo, porque
me cae bien. Y, tercero, porque alguien debe enseñarle a encajar los golpes,
por decirlo de alguna forma, y yo me he elegido a mí mismo para instruirlo en
las complejidades del humor inglés.
-Dios
santo. Y yo que pensaba que usted solo estaba haciéndose, el gracioso
-respondió Jungsoo jocoso.
Él se echó
a reír, lo cual llamó la atención a todos los presentes.
Teuk y Kangin se llevan también...el tiempo se les paso.
ResponderEliminarSeguro Kangin dejará de lado el hecho de que acaparo la atenciòn de Teuk toda la noche...esperp que hay se lo haga saber y se plantee la posibilidad de que Teuk le gusta.
Y más porque ha dejado de lado que Hee sea el huesped de Teuk,y que lo llevaran a la fiesta...así de grandes son sus ganas de seguir en compañía de Teuk *0*
Al menos Kangin ya sabe sobre el rumor de Teuk y de lo falso que llegan a ser todas cosas que se han dicho de su familia. Lo mejor es que él no las cree *0*
Oh Siwon...casi apostaría que un día,Kangin le dará un golpe si sigue con sus paralabras directas...y me reiré mucho.
Y esa forma en que Teuk le pide que no le diga "bruto" al bruto...digo,a Kangin💓💓💓
Dios, me late que a Heechul no le va a caer muy buen que Leeteuk tenga tanta atención, espero que Siwon sepa frenarlo pronto.
ResponderEliminarGracias por el capitulo
bien hay que desayunar y con esa compañia mas
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