Al llegar al
trabajo, una familiar camioneta estaba estacionada en la curva y podía ver una
rubia cabeza y una más oscura con crestas fucsias, giradas hacia la otra. Las
ventanas estaban subidas, así que no podía escuchar lo que ellos estaban
diciendo, pero Donghae lucía molesto y Hyukjae estaba frunciendo duramente el
ceño.
Cuando Donghae
se dio cuenta que estaba caminando cerca, me saludo y empezó a moverse a través
del asiento hasta la puerta. Me reí para mí mismo cuando Hyukjae inmediatamente
lo empujó de regreso y plantó un caliente beso sobre su boca abierta antes de
dejarlo ir. Donghae estaba sonrojado y respirando entrecortadamente cuando
caminó alrededor de la parte de enfrente del vehículo para pararse a mi lado.
Le di una mirada significativa y él puso los ojos en blanco.
La ventana del
conductor bajó y Hyukjae sacó la cabeza. Ningún chico debería ser tan apuesto,
especialmente cuando la mitad de su rostro tenía agujeros y joyas en ella, pero
eso solo era algo sobre él que disponía atención y se negaba a ser ignorado.
Tuve que
sonreírle cuando preguntó:
—¿Necesitas
que vaya a arrancarle la cabeza a Henry por ti? Ese fue un movimiento
totalmente idiota el que hizo ayer por la noche y lo haré gustosamente.
Sacudí la
cabeza y dejé que Donghae enlazara su brazo a través del mío.
—Nah, nosotros
más o menos nos reconciliamos.
—¿Eso
significa que finalmente se desnudaron juntos?
Donghae jadeó
y espetó:
—¡Hyukjae! —Yo
solo me reí hasta que las lágrimas salieron de la esquina de mis ojos.
—No, todavía
no, pero estoy trabajando en ello.
Él golpeó la
parte lateral de la camioneta con la palma de su mano.
—Eso es chico.
—Él señaló con un dedo a Donghae—. Tú piensa sobre lo que dije esta mañana, Nemo.
Donghae hizo
una mueca hacia mí pero gritó:
—¡Te amo,
idiota! —Cuando él empezó a subir el vidrio. Él le lanzó un beso, lo que le hizo dar la vuelta, y
empezar a tirar de mí hacia el bar. Intenté hacer que disminuyera sus
frenéticos pasos pero no funcionó y él claramente no estaba de humor para ser
frenado.
—¿Qué está pasando
con ustedes dos?
El me lanzó
una mirada de soslayo y empujó la pesada puerta trasera.
—¿No debería
ser yo el que esté preguntándote eso? Tú saliste de aquí anoche como si el
lugar estuviera en llamas, y nunca escuché una palabra. Sabía que tenías que
haber estado molesto con Henry. Así que, ¿qué paso?
Lancé mi bolsa
sobre el banco y empecé a excavar alrededor.
—Tú primero.
Habla mientras me visto, y después te digo que pasó con nosotros. —Estaba sintiendo como que hoy
necesitaba un empuje después del declive de ayer, así que fui con el uniforme
de futbol. Escuché a Donghae suspirar y observé.
—Siwon viene a
casa en un par de meses. Como a casa, casa. Estará fuera del ejército para
siempre. — Siwon era el hermano mayor de Hyukjae y eran súper cercanos, pero
debido a un reciente, sobrecogedor secreto salido a la luz, él estaba furioso
con sus padres. Supongo que él ni siquiera se estaba llevando bien con Hyukjae
de momento, pero supuestamente había perdonado a Donghae por su parte de
mantener el secreto por años y años.
—¿Pero, eso es
algo bueno no?
El gimió y
dejo caer su cabeza contra el casillero cerrado al que se estaba inclinando.
—A Hyukjae se
le ha metido en la cabeza que cuando Siwon regrese, no irá a la casa de sus
padres en absoluto, y va a necesitar un lugar para quedarse. Él quiere comprar
una casa para nosotros y dejarle a Siwon el contrato de arrendamiento del
apartamento con Kyuhyun.
Dejé de
chasquear los labios y colocarme el brillo labial para mirarla incrédulamente.
—¿Por qué no
estás emocionado? Eso suena increíble. La mayoría consiguen flores y chocolates
para el día de San Valentín, y tú consigues que el chico de tus sueños te
compre una casa.
El se giró
para verme y lo vi morder su labio inferior como hacía cuando estaba nervioso o
preocupado sobre algo.
—No lo sé.
Supongo porque siempre pensé que haría las cosas en orden, ¿Sabes? Enamorarme, casarme,
comprar una casa, tener niños. Todas esas cosas van de la mano y no estoy
siquiera cerca de haber terminado la escuela aun. Solo parece un enorme paso y
si él cambia de opinión o lo que sea,
¿Entonces qué hago?
—Donghae, ese
chico te ama, tú eres su razón de ser. Él no va a cambiar de opinión, y al
menos que pienses que esto no es una cosa de para siempre, ¿Por qué el orden en
el que pase debe importar?
Él suspiró
otra vez y jugó con su cabello
—Sé que para
mí es una cosa de para siempre, y creo que él se siente de la misma manera,
pero Hyukjae se vuelve nocivo cuando se siente atrapado. Me asusta lo que pueda hacer cuando tenga que
pagar la hipoteca y venga a casa a ver a la misma persona cada noche.
Empujé su
hombro.
—Él ahora
viene a casa por ti cada noche. Deja de convertirlo en algo que no es. Ustedes
se aman al otro y no importa si es un apartamento o una mansión o una maldita
tienda en la jungla. Ustedes todavía se van a amar, y Hyukjae estará bien.
Además, ¿alguna vez te detuviste a pensar que él quiere hacer algo para hacer la vida de Siwon
más fácil? Siwon siempre los ha protegido a los dos. Quizá esta es la manera de
Hyukjae para intentar devolver el favor.
Vi brillar
algo en sus ojos y un poco de tensión en su rostro calmarse.
—Gracias, Zhou,
necesitaba escuchar eso.
Me encogí de
hombros.
—No hay
problema.
—Entoooonces,
¿qué sobre ti y Henry? Vi cómo te veías cuando regresaste a la mesa. Pensé que
nosotros o tendríamos que inventar una coartada para ti y ayudarte a mover el cuerpo o bañarte con
agua fría.
—Jjong me
llevó a casa y me dejó desahogarme con él por una hora. Estaba molesto, pero
luego Henry apareció esta mañana y hablamos. Estamos bien ahora.
—¿Qué
significa “bien”?
—No estoy
realmente seguro. Supongo que acordamos que por ahora nos atraemos en un nivel
bastante serio y deberíamos ver a donde va eso.
El levantó una
pálida ceja mientras íbamos a buscar a Lou y conseguir nuestras estaciones por
el día.
—¿Así que
accediste a tener sexo?
Puse mis ojos
en blanco.
—Acordamos ver
cómo funcionan las cosas por un tiempo manteniéndonos como amigos. Henry no es
el tipo de chico con el que te casas y tienes niños. Él es el chico que te hace
olvidar tu nombre y sacude tu mundo. Nos gustamos y se está volviendo viejo
pretender que no hay nada allí, pero tenemos ideas muy diferentes sobre algunas
cosas, así que es improbable que sea más que algo de intensa química y con
suerte ratos realmente agradables por tanto tiempo como dure. —Estaba orgulloso
de cuan calmado dije esto, porque mi corazón estaba martillando bajo el intenso
escrutinio de Donghae.
Al principio Donghae
se quedó callado, y yo quería decir más, pero Lou nos envolvió en un gigantesco
abrazo de oso. Se abrieron las puertas de entrada y tuvimos que comenzar a
trabajar. Me miró por encima de su hombro y gritó:
—Ten cuidado, Zhou.
—A lo que yo escogí no prestarle mucha atención.
Sabía que Donghae
era el tipo de chico que creía en un amor intenso. El había luchado mucho para
conseguir a Hyukjae. Había batallado con su familia y la de él, y su mayor
obstáculo había sido el mismo Hyukjae. No creo que yo jamás hubiese podido
poner tanto esfuerzo en ello. La única cosa en la que me enfocaba, la única
cosa por la que trabajé y sudé, fue construirme a mí mismo una vida que no
podía derrumbarse, y establecer un futuro que era sólido e indestructible.
Quería al viejo Zhoumi enterrado muy profundo en el nuevo Zhoumi de manera que
no hubiera forma para él de arremeter a la superficie.
La seguridad
siempre ganaba en cualquier juego donde el amor o cualquier otra emoción era
una consideración, y esa solo era la manera en que debía ser. Estaba dispuesto
a ver lo que Henry y yo podíamos hacer con todo el fuego que ardía entre
nosotros, mientras el fuego estuviera controlado. Tan pronto como se saliera de
las manos, volviéndose muy caliente, tendría que salir de ello y alejarme, sin
importar cuánto daño le pueda ocasionar a él o a mí.
Tenía un
montón de cabos sueltos, con el tiempo en mis manos y estando inquieto porque
todavía no sabía exactamente qué iba a hacer con esto que estaba sucediendo
entre Zhoumi y yo.
Él estaba en
el trabajo, Heechul estaba de un humor, y los chicos estaban esparcidos por la
ciudad haciendo esto o aquello. Me encontré a mí mismo dirigiéndome a la
familiar casa de ladrillo que
normalmente evitaba como la peste. Llamé primero para asegurarme de que
el viejo no estaba alrededor y estacioné en la calle llena de gente.
Hice bastante
dinero como para poder mudar a mi mamá a un sitio agradable, en algún lugar
cerca del centro, en algún lugar más seguro y de más calidad, pero no lo haría
hasta que dejara a ese cabrón. Ella solo se negaba a ver la luz. Corrí por las
agrietadas escaleras de cemento y toqué el timbre de la puerta, apretando los
dientes cuando, en lugar del campaneo, despidió un pequeño choque. Si él no
podía molestarse en arreglar algo tan simple como el timbre, eso hacía que mi
cabeza se volviera loca con todas las otras cosas que tenía que haber
descuidado.
Golpeé la
puerta con el borde de mi puño y le fruncí el ceño a mi mamá cuando abrió la
puerta. Era una mujer pequeña, muchos centímetros más pequeña que yo. Incluso
debajo de las prematuras líneas en su rostro y por debajo de la coronilla de su
apagado cabello marrón, era fácil ver que en algún momento había sido una mujer
hermosa. Ahora solo parecía cansada y desgastada. La sonrisa que me dio fue
frágil y tan fugaz que podría haberla imaginado, me abrazó con los brazos como
los de un pájaro en un abrazo que parecía que era con una parte de
desesperación y una parte de dolor.
—Oye, Ma, ha pasado
un tiempo. —Le acaricié torpemente la espalda y sentí un escalofrío pasar por
ella. Todo en ella me hacía querer llevarme a
mi papá y utilizarlo para prácticas de tiro. Él le había hecho esto, le
robó su vitalidad, convirtiéndola en esta sombra andante de mujer. El odio que
sentía por él se enrolló dentro de mí con tanta fuerza que sabía que iba a ser peligroso para todos, cuando finalmente
se rompiera. Las llamas de mi cólera ya estaban empezando a besar y acurrucarse
en mi columna vertebral.
—Pensé que
todavía estabas de gira.
Me hizo pasar
a la grisácea casa, y traté de no mover la cabeza ante las latas de cerveza
esparcidas y los ceniceros llenos de colillas de cigarrillos que cubrían todas
las superficies disponibles. No había cambiado mucho desde que me había ido
cuando era solo un niño, solo que ahora se veía peor. Estaba claro que mi papá iba en aumento en la escala
de pedazo-de-mierda-sin-valor. La seguí a la cocina y me senté en la vieja
mesa. La madera gimió en protesta mientras extendía mis piernas y tomaba la
cerveza que me ofreció de la nevera.
Abrí la tapa y tomó un largo trago.
—He estado de
regreso por un rato. ¿Papá no te lo dijo?
Sacudió la
cabeza, y vi algo que iba más allá de la sombra de tristeza en su escrutadora
mirada.
—¿Por qué no
me llamaste? Podría haber hecho una cena o algo así.
Nunca le decía
cuándo iba a venir o cuándo me iba a ir, porque, inevitablemente ella querría pasar
algún tipo de tiempo en familia, y eso
nunca iba bien. Apenas toleraba a mi papá en un buen día, y verlo degradándola
y dándole órdenes a su alrededor en la casa que ella pagaba era demasiado.
—He estado
ocupado trabajando con algunas nuevas bandas, y conocí a un jovencito. —Era esquivar un poco la verdad, teniendo
en cuenta que había conocido a Zhoumi por más de un año, pero después de esta
mañana me sentía como si me estuviera finalmente permitiendo entrar, conocer al
verdadero él.
Vi los ojos de
mi mamá alegrarse ante la mención de un joven y extendió su mano para acariciar
la mía. Podía ver las venas azules correr tan cerca de la superficie de su piel
y de nuevo me pregunté cómo se había permitido a sí misma convertirse en esta
delicada criatura que un fuerte viento podría soplar lejos para siempre.
—¡Eso es
maravilloso! Necesitas a una buena pareja con la cual establecerte. Eres
demasiado especial y tienes mucho que ofrecer para estar desperdiciándolo por
toda la ciudad, como sé que a ti y tus amigos les gusta hacer.
Levanté una
ceja y rodé la lata entre mis manos.
—¿Cómo sabes
lo que a mí y a los chicos nos gusta hacer, Ma?
—Una vez fui
joven, Henry. Conozco el encanto de un apuesto chico en una banda. Todos
ustedes eran un puñado de chicos malos cuando eran más jóvenes, y solo puedo
imaginar el tipo de problemas que encuentran por sí mismos ahora que son
adultos e independientes. Háblame de éste joven. Debe de ser algo, si no
pudiste recordar mencionarme que has estado de vuelta en la ciudad por un
tiempo.
Podía oír la
acusación en su tono. Sabía por qué no había estado mucho alrededor, por no
decir en contacto. Sin embargo, no podía dejar de intentar tenerme cerca. Tomé
otro trago de cerveza y la miré con una sonrisa de medio lado.
—Es diferente,
inteligente, ambicioso e impulsivo. Es diferente a lo que estoy acostumbrado. Me gusta, mucho en
realidad.
Vi los ojos de
mi mamá hacerse grandes, y por primera vez en mucho tiempo, había una emoción
en ellos aparte de la más absoluta desesperación.
—Bueno, eso es
bueno. Necesitas a alguien que sea tan ambicioso y tan talentoso como tú.
No estaba
seguro de en donde iba a terminar esto así que solo me quedé en silencio,
terminé la cerveza y me levanté para tirarla a la basura.
Crucé los
brazos sobre mi pecho y le di una seria y nivelada mirada mientras me decidía a
cambiar el tema de mi vida sexual.
—Ma, ¿sabías
que el viejo me alcanzó para que lo mandara a la carretera con algunos de mis
amigos en una banda?
Al instante,
la luz que se filtraba en su confusa mirada con mis anteriores buenas noticias
murió. Fue reemplazada por el aspecto plano de la soledad y el reconocimiento
de que solo existía para él como un felpudo y relleno, mientras que él salía y
vivía su vida sin ella. Se retorció las manos y miró hacia abajo a la mesa.
—Tu padre es
un hombre viejo. ¿Por qué iba a querer volver a salir de gira con un grupo de
niños pequeños? ¿Qué propósito tendría eso?
Rastrillé mis
manos a través de mi cabello, y me mordí la lengua para no dispararle que no
había ningún propósito que no fuera su indulgente manera de vivir, egoísta y
centrada en sí mismo. Pero ese tipo de ataque nunca me llevaba a ninguna parte.
Dejé escapar una respiración por la nariz e hice clic con la barra de mi lengua
contra la parte posterior de los dientes frontales.
—Mamá, ¿cuándo
ha hecho algo que tuviera un propósito? Fue a decirme que si no hacía que pasara,
iba a volver a casa y desquitarse contigo. ¿Cómo puedes simplemente sentarte y
dejar que haga eso? ¿Cómo puedes dejar
que nos manipule de esta manera?
Mis anillos
golpearon a un ritmo rápido en la encimera mientras esperaba a que me
respondiera. Durante años, había esperado que viera que podía cuidar de ella y
que no tenía necesidad de someterse a sí misma a sus caprichos y su
comportamiento imprudente. No podía soportar que me dijera una y otra vez que
lo amaba y que no permitiría que su familia se desmoronara, a pesar de que no
había estado voluntariamente en la misma habitación con mi padre desde que era
un adolescente.
No me miraba,
y su voz era apenas un susurro cuando respondió:
—No entiendes
lo que pasa con nosotros, Henry. Nunca lo hiciste.
Me quité de la
encimera y caminé hacia donde estaba realmente doblaba sobre sí misma delante
de mí. Le puse una mano en el hombro y me puse en cuclillas para que no tuviera
más remedio que encontrarse con mi mirada.
—Ma, ¿no crees
que el problema es que lo entiendo
demasiado bien? Sabes que puedes hacerlo mejor que él, mejor que esto. Siempre
podrías.
Vi su labio
inferior temblar y eso sacó algo debajo de toda la ira que vivía en mi pecho.
Odiaba que cada vez que trataba de sacarla de esta pesadilla, terminara
lastimada. Debería darme las gracias, correr tan rápido como pudiera lejos de
este lugar, y sin embargo, se quedaba arraigada tan firmemente que no importaba
lo mucho que lo intentara, no podía sacarla. Las raíces se plantaron muy
profundamente.
—Si puedes
hacerlo feliz enviándolo de vuelta a la carretera, tal vez deberías hacerlo. No
es como que realmente pidiera mucho de ti.
Me paré
abruptamente desde donde estaba arrodillado a su lado y sentí un resplandor
rojo vivo dispararme en mi nuca. Quería sacudirla. Quería meter mi puño en la pared más cercana.
Quería saltar de esa cocina en mal estado en esta horrible casa en el lado
equivocado de la autopista interestatal y nunca mirar hacia atrás. Lo que hice
en su lugar fue cerrar los ojos,
inclinarme, y besar la parte superior de su cabeza.
—Ya veremos,
Ma. Tengo que trabajar con estos chicos. No sé
si quiero pedirles un favor tan grande. Fue bueno verte. Cuídate.
Me estaba
yendo antes de que hiciera algo estúpido, como gritarle, pero me agarró del
brazo, sus dedos clavándose como relojes derretidos en toda mi piel. Sus ojos estaban tan tristes
cuando me miró, que literalmente sentí parte de mi corazón morir.
—Trae a tu
joven. Me encantaría conocerlo.
Éste era el
último lugar en la tierra al que quería traer a Zhoumi, pero me obligué a dejar
salir algo que tenía que parecerse a una sonrisa.
—Claro, Ma,
tal vez algún día pueda balancear eso.
Zhoumi era lo
opuesto a esta mujer a la que amaba, de tantas maneras que casi dolía pensar en
ello. Era tan fuerte y tan independiente que nunca dejaría que otra persona
dictara la dirección de su vida o las acciones que tomara o que devaluarían su
valor.
Odiaba la idea
de que Zhoumi viera a mi madre dañada y me preguntara por qué no había hecho
más para ayudarla o había podido dejar que esto le ocurriera en primer lugar.
Esas mismas preguntas me carcomían desde adentro todos los días. Mirando ahora
a mi madre, me acordé de cada vez que había elegido esta vida y a ese imbécil
sobre mí, y eso quemaba algunas de las garantías que había puesto en marcha
para proteger mi corazón del infierno de furia que vivía dentro de mí.
Mi teléfono
eligió ese momento para sonar, le dije a mi mamá que tenía que irme y no perdí
tiempo en correr por los escalones de la entrada. Sentí que no solo estaba
huyendo de ella, sino también de todo lo malo que había pasado en esa casa. La cabeza tatuada de Kyuhyun me estaba
mirando desde mi teléfono, así que cuando lo tomé para responder la llamada no
me molesté en fingir un alegre saludo.
—¿Qué pasa,
amigo?
—¿Dónde estás?
Me metí en el
auto y apoyé la cabeza en el respaldo del asiento del conductor.
—Fui a visitar
a mi mamá. El viejo ha estado en mis asuntos sobre que lo meta a SJM y pensé
que tal vez por una vez tan solo pudiera alejarme, pero no. Como siempre, solo
no lo entiendo, y ella solo va a dejarlo correr alrededor y atropellarla. Esto
jodidamente apesta.
Kyuhyun
conocía mi historia con mi familia mejor que los otros chicos. Cuando me fui
cuando era un adolescente, había estado teniendo sus propios problemas en casa
con su madre y su nuevo marido más-rico-que-Dios. Por suerte para nosotros, el
tío de Kyuhyun, Shindong, había estado unido y decidido a mantenernos fuera de
la cárcel y en la escuela. Nos acogió a los dos y, con una mezcla de amor duro
y simple mala onda, nos hizo actuar bien. Nadie iba en contra del tío Shindong,
y hasta el día de hoy estaba en nuestro camino a hacernos adultos cuando no
podíamos ponernos las pilas por nuestra cuenta.
—Uno de estos
días vas a tener que renunciar al fantasma, Henry. No tiene ningún sentido seguir tratando de
alejarla de él si se ha enterrado hasta
el fondo.
—Lo sé, pero
es mi mamá y parece que no puedo parar.
Murmuró una
palabrota y le oí hablar con otra persona.
—Todos vamos a
los bolos. Debes reunirte con nosotros.
—¿Por qué
jugar a los bolos?
—Porque el
fútbol ha terminado y Hyukjae se paseaba por el apartamento como un tigre
enjaulado. Me está volviendo loco. Jjong estará allí en veinte, además de que
tienen cerveza. ¿Qué más vamos a hacer un domingo?
Realmente no
estaba de humor, pero salir por mí mismo estaba seguro en la receta para el
desastre en mi estado de ánimo actual.
—¿Has llamado
a Heechul y ver si quiere ir? Ha estado actuando un poco apagado los últimos
días.
—No responde.
Le dejé un par de mensajes.
Fruncí el
ceño, porque había estado en casa cuando me fui, abatido por algo en la cocina.
La tienda estaba cerrada los domingos, así que sabía que no tenía que trabajar,
y no era propio de él ignorar una llamada de cualquiera de los chicos.
—Déjame pasar por
la casa y ver lo que está pasando con él, y luego te devuelvo la llamada.
—Por supuesto.
Por cierto, esa fue una verdadera mierda para que tiraras anoche en el
espectáculo. Zhoumi es un chico devoto, tienes suerte que no te colgara de las
bolas después.
—Lo sé. Le
pedí disculpas. Estamos trabajando para tratar
de encontrar algo mejor.
—Bueno, porque
si Hyukjae no te quiebra por la mitad por jugar con él.
No necesitaba
que me lo advirtieran dos veces. Él no era un groupie, un extraño que a nadie
le importaba si lo dejaba y lo olvidaba de un latido a otro. Era un joven que
estaba entrelazado en la estructura de nuestras vidas, en el patrón de nuestra
unidad, y si lo lastimaba a propósito, no lo dejarían pasar a la ligera. Lo
irónico es que era más que capaz de cuidar de sí mismo y las amenazas por parte
de los chicos eran completamente innecesarias.
Metí el
teléfono en la consola mientras corría de vuelta por la ciudad para ver a Heechul.
Las letras gritadas y la locura del bajo hacían que algo de la rabia que
todavía flotaba bajo la superficie se
quemara. Podría odiar a mi papá todo lo que quisiera, podría rogarle a mi mamá
que saliera hasta que tuviera el rostro azul, pero las cosas no iban a cambiar y esa no podía ser mi cruz
por siempre.
Había construido
mi vida tratando de vivir más allá de la herencia que mi papá me había dejado.
Ahora estaba empezando a ver que era bien pasando el tiempo de empezar a vivir
a partir del legado que estaba haciendo para mí mismo.
oh que feo pero ese amor es esfermiso y si su mama no lo quier ver ni modos nadie puede ayudarla espero y henry si pueda aceptar y asimilar su pasado para hacer un mejor presente
ResponderEliminarO_____O
ResponderEliminarEse Hae~ esta para cogerlo a coscorrones!!!!!!
Ahhh
Esos dos (Mimi y Herny)
Deberían ya de cortar la tensión sexual!!! Me va a dar urticaria!!!
Amor enfermizo si la persona involucrada no pone de su parte jamás saldrá de esa
ResponderEliminar