─Hyukjae ─susurró, e intentó reír.
Él bajó y se sentó en el banco
junto a él.
─¿Qué ocurre? ─le preguntó.
─Que no puedo volver a verte.
El tocó su hombro y Donghae dio un
respingo sin poder evitarlo.
─Vete -le pidió desesperado─ Si mi
padre te pilla aquí, te matará.
─¿Qué te ha pasado en el hombro?
─Na… nada
─No me mientas.
Hyukjae le desabrochó con cuidado
la camisa mirándolo a la cara, no al cuerpo. Cuando le descubrió el hombro,
pero en su rostro Donghae vio la ira crecer.
─¿Quién te ha hecho esto?
─No importa ─dijo─ Déjame.
Él apartó las manos y Donghae se
arregló su camisa para esconder las heridas.
Hyukjae se puso de inmediato de
pie.
─¿Tu padre te ha hecho eso?
─masculló─ ¿Ese bastardo te ha pegado por mi culpa?
─Yo no… Me advirtió que no me
acercase a ti.
Se quedó pálido y apretó los labios.
─Así que no es la primera vez,
¿verdad? ¿Es por eso por lo que le tienes tanto miedo? ¿Por qué ya te ha pegado
otras veces?
Donghae se agarró las manos.
─Desde que murió mi madre hace dos
años. Pero solo… sólo si no hago lo que él dice ─Hyukjae ─susurró cerró los
ojos─ No debería haberme visto contigo, pero yo quería… quería tanto estar
contigo.
Hyukjae lanzó un juramento y
Donghae oyó el sonido de sus pasos sobre la hierba. Entonces abrió los ojos y
le vio avanzar hacía el manzano del que en aquella ocasión les había robado la
fruta, apoyó una mano contra él y quedó inmóvil unos segundos. Después se dio
la vuelta para mirarlo. Tenía una decisión tomada.
─Escápate conmigo.
El corazón empezó a golpearle el
pecho.
─Tu trabajo ─balbució─ La
universidad…
─Olvídate de todo eso y ven
conmigo.
Un suelo, un imposible.
─No me dejará.
─Ven, saltemos la valla ahora
mismo. Nos habremos ido antes de que se entere.
─Soy menor ─dijo. Conocía bien el
poder del dinero de su padre─ Me encontrará. Y haría todo lo posible para que
tú… cuando tenga diecinueve años… ─enrojeció. Él le miraba fijamente y Donghae
suspiró─ Seré mayor de edad en algo más
de dos años. Cuando tenga diecinueve años podré hacer lo que quiera. Si tú… me
iré contigo entonces.
─¿Y hasta entonces? ─le preguntó,
mirándole el hombro. ─ ¿Crees que voy a permitir que vuelva a pegarte?
─No haré nada que pueda enfadarle
─dijo, y con una sonrisa triste, añadió─ suelo portarme bastante bien, ¿sabes?
Lo que pasa es que… yo quería… quería estar contigo.
Él miró hacia la casa y Donghae
comprendió que no se iba a marchar sin mas.
─¡No Hyukjae! ─le gritó, pero
estaba ya corriendo hacia la casa y lo oyó.
Tuvo miedo de seguirle, pero sabía
que no le quedaba más remedio que volver, y comenzó a subir la colina lenta,
muy lentamente.
Estaba casi fuera de los arboles
cuando escuchó el griterío. Se detuvo bajo un viejo árbol y vio a Hyukjae en
las escaleras, gritando algo que no pudo comprender. Su padre estaba en la
puerta. Era una escena como congelada en el tiempo, con Kyuhyun un poco más
alejado, de pie junto a su coche y moviendo las manos como si dijese que él
tenía las llaves.
Su padre dio un paso hacia
Hyukjae.
─Hyukjae ─susurró, como si su
miedo pudiese protegerle.
Kyuhyun se volvió hacia el coche y
su padre siguió avanzando hacia Hyukjae gritando cada vez más.
Mas tarde, Donghae supo que
aquella era la cosa más cobarde que haría en toda su vida, pero dio media
vuelta y echó a correr como si los dos estuviesen persiguiéndolo.
Corrió y no dejó de correr hasta
que no llegó al final de la propiedad, donde se detuvo y se sentó en la hierba.
Estaba temblando, respiraba agitado y los sollozos casi no le dejaban respirar.
No supo cuánto tiempo se quedó
allí. Quizás fueron minutos, pero a él le parecieron horas. Hasta que de pronto
oyó la explosión. Entonces se dio la vuelta y vio el humo que se elevaba al
cielo desde la carretera.
Un coche. Tenía que ser un coche o
un camión. Entonces se puso de pie y empezó a correr.
Corrió hacia la casa, pero era
todo cuesta arriba y tuvo que aminorar la marcha para no ahogarse, mientras se
decía que no fuera alguien que él conociera. No iba a tener nada que ver con
él, ni con Hyukjae, ni con Kyuhyun, ni con su padre. Una explosión. Un camión
de combustible en dirección al norte.
Pareció que tardaba una eternidad
en llegar a la casa. Encontró al ama de llaves en la entrada, mirando hacia la
puerta. Donghae tuvo que llamarla dos veces para que lo oyera.
─Un accidente ─le dijo─ Tu padre
ha venido a llamar una ambulancia y se ha vuelto a marchar.
El coche de Donghae no estaba en
la entrada, ni el de su padre tampoco.
─¿Kyuhyun? ─preguntó casi sin voz.
Kyuhyun en la pesadilla de accidente que llevaba años temiendo.
─Y el chico de Lee ─murmuró el ama
de llaves─ Se han estrellado contra un árbol en la carretera.
Su padre volvió ese día a casa muy
tarde. La oscuridad había empezado a iluminarse con el alba. Donghae había llamado al hospital y le habían
que ni Hyukjae ni Kyuhyun habían ingresado. Había la explosión brillando en el
cielo, y si no estaban en el hospital, eso quería decir que ni los médicos ni
los hospitales podían hacer ya nada por ellos.
Esperó toda la noche aterrorizado,
con el ama de llaves rondando a su alrededor, esperando las noticias que dieran
rienda suelta a las lágrimas. Debería haberse ido con Hyukjae cuando él se lo
pidió. De haberlo hecho, el enfrentamiento de las escaleras no habría tenido
lugar. Kyuhyun, con las llaves, habría sacado el coche y se habría marchado. Su
padre no habría estado afuera para verlo marchar y su hermano habría conducido
con cuidado y con la rabia de su padre persiguiéndole.
Y Hyukjae estaría vivo.
Cuando su padre volvió, su rostro
no dejaba entrever nada.
─¿Hyukjae? ─le preguntó─ ¿Y
Kyuhyun? ¿Están…? He llamado al hospital y me han dicho que no habían
ingresado. ¿Qué….qué ha ocurrido?
─Les han llevado al hospital del
pueblo vecino. Kyuhyun acaba de salir de cirugía. Ese maldito loco se quedará
cojo para siempre.
─¿Y Hyukjae?
─Él salió por su pie. Las secuelas
que le queden a Kyuhyun serán culpa suya ─añadió con amargura─ Era él quien
conducía y, sin embargo, salió del coche por su propio pie. Le llevaron al
hospital, pero enseguida le dieron el alta ─y mirándolo con el ceño fruncido,
añadió─ y espero que siga andando, y no para hasta estar lejos de aquí. Aunque
tampoco importa demasiado, por que tu vas a marcharte. Voy a mandarte a
América.
¿Hyukjae estaba vivo! Los dos
estaban vivos.
─¿A América? ─le preguntó, pero
sólo podía ver a Hyukjae en su cabeza. Hyukjae estaba vivo y él le había creído
muerto durante toda la noche.
Intentó componer el accidente.
Había sido su coche el que se había estrellado. Su coche, y se imaginó que
Kyuhyun se lo había llevado sin permiso. Hyukjae y Kyuhyun en su coche, y él
había visto a Kyuhyun con las llaves en la mano. Su padre y Hyukjae discutiendo
en las escaleras. Después, él había huido y Kyuhyun debía de haberle dado las
llaves a Hyukjae y haberle pedido que condujese. No tenía mucho sentido.
─Te marcharás mañana ─dijo su
padre y miró el reloj─ Hoy, el helicóptero estará aquí a las doce para llevarte
al aeropuerto internacional de Seúl.
No importaba. Nada importaba.
Hyukjae estaba vivo y los años pasarían y un día volvería a reunirse con él.
─¿Dónde está? ─le preguntó sim
portarle que la pregunta pudiera enfadar a su padre.
─¿Y cómo demonios voy a saberlo
yo?. El ama de llaves te acompañará hasta Nueva York.
¿Cuándo había arreglado todo
aquello? El día anterior le había dicho que iría a un colegió privado en la
capital y ahora, de pronto, lo iba a mandar a América.
─¿Me vas a mandar a América para
separarme de Hyukjae? ¿No te parece que Seúl está lo bastante lejos?
Él se echó a reír con sarcasmo
─No hay lugar en el mundo que esté
lo bastante lejos.
Hyukjae estaba vivo, así que tomó
aire y anunció:
─Voy a despedirme de él. Me iré,
pero no sin antes haberle visto. Y también quiero ver a Kyuhyun.
Su padre se lo quedó mirando con
una expresión muy extraña, como si no lo estuviese viendo.
─Yo te llevaré.
Fueron hasta la pequeña casa en la
que Hyukjae vivía con su padre y su hermano mayor.
─Voy a verlo yo solo. ─dijo,
cuando el auto de su papá se detuvo en la puerta.
No podía creer que había tenido el
valor de hablarle así a su padre, pero hasta eso pareció carecer de importancia
en aquel momento.
Llamó a la puerta y pasó bastante
tiempo antes de que el hermano de Hyukjae saliera a abrir.
─¿Qué quieres? -le preguntó
Sungmin sin sonreir.
─Quiero ver a Hyukjae
Sungmin miró hacia el coche
y, después de un momento, se encogió de hombros.
─Voy a avisarles.
Donghae había esperado que lo
invitase a pasar por que quería decirle adiós a Hyukjae sin que su padre le
estuviera mirando, así que hizo ademan de acercarse a la puerta, pero Sungmin
le advirtió con la mirada que no lo hiciera.
─Espera aquí afuera. ─le ordenó.
Hyukjae apareció unos minutos más
tarde. Tenía el pelo mojado como si acabase de salir de la ducha, llevaba unos
vaqueros y una camisa de cuadros y tenía un moretón en la mejilla.
─Hyukjae…
Donghae tragó saliva y esperó a
que él dijese algo, pero Hyukjae guardó silencio.
─¿Qué quieres Donghae? ─le
preguntó al final.
Donghae apretó los puños.
─El ama de llaves me dijo que
Kyuhyun y tu… vi el humo que salía de la explosión y… ¡Dios mío, Hyukjae! ¿Cómo
has sobrevivido al accidente?
Él apretó los dientes y contestó
en tono neutro.
─El fuego fue después del choque.
Salimos del coche antes de que eso ocurriera.
─¿Te has…? ─Hyukjae le miraba sin
pestañear y perdió el hilo de lo que estaba diciendo─ Me marcho ─dijo─ Me voy a
América.
Él ladeó la cabeza.
─¿Me esperarás?.
La cortina de la ventana que
quedaba al lado de la puerta se movió. Sungmin los estaba observando desde
dentro; su padre, desde afuera.
─No ─contestó Hyukjae.
Donghae abrió los ojos de para en
par.
─Yo no voy a esperarte y tu no vas
a volver ─rebuscó en el bolsillo de sus pantalones─ Lo que haya pasado entre
nosotros se ha terminado. Olvídalo.
─No estás hablando en serio ─dijo,
y los ojos se le llenaron de lágrimas─ Tú… nosotros… yo te quiero, y creía que
tú… me querías. Sé que me quieres. Cuando tú…cuando nosotros…
─No sabes nada ─dijo, y su
expresión se endureció─ Todo ha terminado.
─¿Eh…? ─Donghae se volvió para
mirar a su padre, una sombra amenazante en su carro─ Mi padre me ha dicho que
eras tú quien conducía; que había sido culpa tuya. ¡Pero yo sé que ha sido un accidente!
Hyukjae era un buen conductor.
Había tomado parte en carreras de autos y los manejaba a la perfección.
─No ha sido culpa tuya ─dijo, con
mas fe que conocimiento. Su expresión era dura y la duda creció en su interior.
Entonces se oyó el ruido de la
puerta de un coche al cerrarse.
─Vete ya ─dijo Hyukjae después de
mirar a su padre─ no hay nada entre nosotros.
─Se marchará hoy mismo ─dijo su
padre─ a América.
No podía comprender el tono de su
voz. Esperaba que fuera amenazante, pero solo detectó algo más que no pudo
identificar.
─Se va a un colegio en América. ─
dijo su padre.
─Bien ─dijo Hyukjae, y el amor que
Donghae guardaba en su corazón comenzó a transformase en cenizas.
Hyukjae dio media vuelta y caminó
hacia la puerta. Donghae le vio girar el pomo de la puerta; cuando entrara
a su casa, no volvería a verlo jamás.
─¡Hyukjae! ─le gritó─ ¡Hyukjae por
favor!
Él no se dio la vuelta.
─Te quiero ─susurró
Entonces Hyukjae lo miró, pero sus
ojos estaban vacíos. La risa, el amor, la ternura, habían desaparecido, como si
jamás hubiesen existido. Ni siquiera quedaba rastro de ello en su voz.
─Sal de aquí ─dijo─ Vete a
América.
Donghae se levantó de la cama y
caminó hasta la ventana que daba a la playa. Santa Mónica. Hyukjae estaba en su
vida después de años de ver su fotografía en las revistas, de mirarle a la cara
por encima de una multitud de gente.
Casado con Hyukjae. Hubo una vez
que en aquello fue un sueño.
Una vez en que creyó en el amor
que él nunca llegó a declararle.
─Sal de aquí ─le había dicho─ Vete
a América.
Nada podría cambiar aquello. La
había gritado su amor y él lo había echado de su vida. Abrió la ventana e
intentó borrar el pasado con la cálida brisa del mar
La luna debía estar a punto de
salir. Veía su claridad en la superficie del agua, pero no en el cielo.
Hyukjae le había dicho que no
podían hablar del pasado. Si daba rienda suelta a sus sentimientos y volvía a
quererlo, aquél escollo siempre estaría allí: saber que una vez lo había
rechazado.
Incluso podía volver a ocurrir.
Cabía la posibilidad de que para él todo fuese físico. Si no ¿Cómo era posible
que tan pronto lo deseara como dejara de hacerlo? ¿Qué fuera capaz de encender
y apagar su deseo como si fuese un interruptor?
Nunca le había dicho que le
quería, ni entonces, ni ahora.
Entonces vio algo moverse en la
luz de la luna. Era el brazo de un nadador. El brazo de Hyukjae. El pasado
luchaba con el presente en su corazón… ¿sería posible aislarlo y que el
presente fuese una nueva vida, desligada del pasado?.
Estaba nadando con fuerza.
Desapareció en la cresta de una ola y cuando volvió a verlo, nadaba ya hacía
él. Sintió el deseo de correr, de esconderse en la seguridad de su dormitorio,
con las puertas de la terraza cerradas y sus propias necesidades escondidas.
Quería que fuese Hyukjae quien
acudiera a él; que abriera las puertas de la terraza y dejase entrar la luz en
la oscuridad. Que Dios le ayudara si tenía que esperar que Hyukjae dijera que
lo amaba. Dios los ayudase si necesita comprender el pasado, porque Hyukjae le
había dicho que no quedaba nada para ellos en el pasado.
Había sido una estupidez casarse
con Tim sabiendo que su corazón nunca podría olvidar el dolor que Hyukjae le
había causado. Había sido una estupidez casarse con Hyukjae cuando sabía que no
iba a poder amarlo sin temer la traición. Pero lo había hecho. Había cometido
el error con los ojos abiertos, sabiendo que él iba a pedirle más de lo que iba
a poderle darle.
Le vio de nuevo dar la vuelta y
nadar mar adentro. Volvería cuando estuviera cansado, cuando hubiese gastado
toda la pasión que antes había despertado con tanta facilidad en él. Había
conseguido que mostrase la necesidad que sentía y después, lo había dejado
sintiendo el doloroso pulso de lo inevitable.
Cuando volviese de la playa, se
iría al otro dormitorio, y él podría dormir a salvo una noches más mintiéndose,
pretendiendo no respirar, comer y dormir llevándole en el corazón; negando
haberle estando esperando todos aquellos años; negando que aquella última
semana había despertado necesidades nuevas, una magia nueva; negando su deseo
de vivir aquella vida nueva que podía atisbar entre sus temores y la negativa
de él de hablar del pasado.
Podía huir y ponerse a salvo. Él
había roto su contrato y le había prometido que no utilizaría su poder contra
él, pero al mismo tiempo, le había dejado claro que no iba a rendirse, que
seguiría en su vida.
¿Podría soportar eso? Había
cumplido a la perfección su papel de esposo de Tim durante años. No había sido
difícil. Pero estar sentado frente a Hyukjae en una mesa sería completamente
distinto. Imposible mirar hacia otro lado. Encontrarse con sus ojos haría
aparecer el recuerdo de verle de pie frente a él tendiéndole una mano y
diciendo: escápate conmigo, como le
dijo una vez.
¿Sería en aquel momento cuando
dejó de importarle? ¿Habría sido por su negativa a huir con él? Eran demasiado
jóvenes entonces, y había tenido miedo. El futuro se había pensado como un
desastre ante sus ojos: Hyukjae renunciando a su educación por él. Su padre
enviando a la policía porque él era menor de edad, y Dios sabe utilizando qué
tipo de influencias para aplastar a Hyukjae.
Pero ahora era él quien tenía el
poder. Su padre había muerto.
Hyukjae le había dicho que no
usaría su poder contra él, pero en realidad es que no lo necesitaba porqué jamás
podría librarse de él. ¿Habría algún lugar en el mundo en el que pudiese
librarse de su propio corazón?
Entró a su habitación y de un
cajón sacó un pijama de pantalón corto de satén. Se la puso y se miró al
espejo. Si se acercaba a Hyukjae vestido de aquella manera, indudablemente, él
lo entendería como una invitación. Pero, ¿y si lo miraba como aquella vez lo
había hecho en el porche de su casa? Entonces le había gritado su amor, y él se
lo había tirado a la cara. Y ahora… Dios lo ayudase, porque seguía queriéndolo.
Volvió a salir a la terraza y
escrutó el horizonte. No se le veía en el agua. Seguramente, habría nadado
hacía la orilla.
Oyó sus pasos antes de verlo y no
supo que hacer, dividido entre el temor y a necesidad de bajar la escalera y
olvidarse del peligro y la confusión.
Vio su silueta iluminada por la
débil luz de la lámpara del salón. Iba descalzo, con un bañador de nadador y
secándose el pelo con una toalla. Iba hacía su dormitorio.
─Hyukjae… ─lo llamó.
Él se detuvo en la puerta de la terraza
que daba a su cuarto.
Donghae tragó saliva.
─Has tardado mucho tiempo el
volver.
─Si ─contestó él, y abrió la puerta─ Buenas
noches, Donghae.
Era difícil encontrar las palabras
y cómo decirlas, y al final susurró:
─Por favor Hyukjae…
Vio la sombra de sus hombros
moverse como si hubiera inspirado profundamente y tuvo la terrible certeza de
que, si pasaba por aquella puerta, seguirían estando cerradas para siempre.
─¿Podemos hablar… por favor?
Sabía que no iba a ser capaz más
que balbucir si él le pedía que se explicase, pero también sabía que si le
dejaba entrar a esa habitación, lo lamentaría.
─No ─dijo, con una voz tan vacía
como si hubiese dejado todas sus emociones en el agua─ No ─repitió─ No podemos
hablar. Esta noche, no.
Donghae hizo ademán de retenerle
con un brazo y él miró hacia otro lado.
─Mejor que no hables conmigo esta
noche.
─¿Por qué no? ─susurró. Cualquier cosa
para que no se marchara.
─Éste juego de esperar no me
pareció bastante razonable cuando lo planeé, pero esta noche, no. Hoy no tengo
paciencia, y no sueñes que vas a obtener comprensión de mí.
─No me importa ─murmuró.
Le bajó la mano de la puerta.
─Donghae… no estás a salvo conmigo
esta noche. Da media vuelta, entra en esa habitación, y cierra bien la puerta
porqué si tan solo dejas un resquicio, entraré. No estoy para juegos esta
noche.
Donghae intentó respirar, pero sus
pulmones habían menguado hasta hacerse demasiado pequeño.
Ahhh
ResponderEliminarNecesito saber que fue lo que paso!!!!
Mi corasoncito no puede con esta incertidumbre!!!! (?)
Porfis! Que paso el día de ese accidente!????
Ahhhhhh
OH YA NO PUEDE MAS AGUNTA MONITO CALENTURIENTO Y PAPA TA METICHE
ResponderEliminarVivir del pasado no deja nada bueno,aunque a veces se aprende de los errores o al saber algo se corrigen cosas...hay también cosas del pasado que solo dañan el presente.
ResponderEliminarHae tiene sus razones para saber qué due lo que paso en su tiempo...pero asi mismo Hyuk tiene el derecho de no decir nada,por algo será,quizás saberlo ayude o a lo mejor solo lo lastine,una razón debe de tener.
Como ya he dicho,es evidente que a Hae le acultaron cosas,las trasquiversaron o solo le dijeron "la verdad" a medias...he aquí las consecuencias...en los dos,porque a Hyuk también le han de haber dicho algo que lo hizo actuar asi...y la tranquilidad del padre de Hae,da mucho que pensar.
Hae no quiere hablar...no con ese atuendo y Hyuk lo sabe,por eso mejor le pude que se vaya y se proteja.
Ahhhh los amo *w* EUNHAE <3 siento que ese Kyu esta detras de todos estos mal entendidos :( ojala puedan estar juntos sin ningun obstaculo mas TvT
ResponderEliminarUff! Es mucha la tension que desborda el EunHae en este fic cada que estan juntos.
Gracias por el cap