Entonces así
comienza…
Estaba
totalmente en contra de todo lo que se suponía que debía hacer en mi nueva
vida: pedirle a un chico realmente lindo
de una banda que me llevara a casa. Había reglas. Había estándares.
Sencillamente, había cosas que hacía ahora para evitar jamás volver a ser como
era, y quedarme allí para esperar a Henry Lau
iba directo a lo alto de la lista de los no. Había algo en él,
observándolo lamentarse y comprometer a la multitud mientras estaba en el
escenario, que volvía a mi normalmente sensible cerebro, masa blanda.
Sabía que no
debía preguntarle a mi mejor amigo lo que estaba mal conmigo.
El estaba en
todo acerca de chicos cubiertos con tinta de la cabeza a los pies y llenos de
joyas en lugares que el Señor nunca destinaría a que los chicos se perforaran. Él
solo diría que era el encanto de alguien tan
diferente, alguien que obviamente no era mi tipo, pero yo sabía que no
era eso.
Era
encantador. Cada persona en el bar repleto tenía sus ojos en él y no podía apartar la mirada. Él estaba
haciendo a la gente sentir —me refiero a realmente sentir— lo que fuera que
estuviera diciendo a gritos, y eso era asombroso.
Odiaba el
heavy metal. Para mí, todo eso sonaba como que estaban gritando y chillando
sobre instrumentos aún más fuertes. Pero el espectáculo, la intensidad, y el
innegable ambiente de poder que estaba desatando con solo su voz, había algo en
eso que me llevaba a arrastrar a Donghae a la parte delantera del escenario. No
podía apartar la mirada.
Sin embargo,
demasiados tragos de Patrón y cualquier loca feromona que este chico estaba
emitiendo ahora mismo me habían hecho olvidar todo acerca de mis nuevos y
mejores estándares en hombres.
Su cabello
lucía como si solo hubiera sacudido cualquier enredo que alguna pareja hubiera
hecho. En algún momento durante la presentación se había desprendido de su
camiseta sin mangas para revelar un torso delgado y bien musculoso que estaba
cubierto desde la base de su garganta a algún lugar debajo de la hebilla del
cinturón con un gigantesco tatuaje negro y gris de un ángel de la muerte. Usaba
los jeans negros más ajustados que jamás había visto usar a un chico, decorados
con una variedad de cadenas colgando de su cinturón a su bolsillo trasero, y
ellos dejaban poco a la imaginación.
Pudo haber
sido por eso que Donghae y yo estábamos ahora muy cerca de ser los únicos
fanáticos jovencitos en la parte delantera del escenario.
Había visto a Henry
antes, por supuesto. Él venía al bar donde trabajaba en una base bastante regular.
Sabía que esos ojos, ahora fuertemente cerrados mientras gritaba una nota lo
suficientemente alta como para que el jovencito a mi izquierda tuviera un
orgasmo espontaneo, eran oscuros, de un marrón profundo que brillaba con
tolerante humor. Sabía de su afición por el indignante coqueteo. Henry era el
encantador del grupo y no tenía reparos en usar eso, combinado con su
desgarradora sonrisa, para conseguir lo que quería.
Sentí una
cálida mano aterrizar en mi hombro y me volví para mirar a Hyukjae, el novio de
Donghae, me di cuenta por el giro de su boca que estaba listo para irse. Donghae
ni siquiera esperó a que se lo pidiera, antes de volverse hacia mí con cándidos
ojos.
—Me voy con
él. ¿Estás listo?
Donghae y yo
teníamos una política de "no dejarnos atrás por un hombre", pero estaba lejos de estar listo
para terminar la noche. Teníamos que gritar sobre las guitarras a todo volumen
y las ensordecedoras voces que nos bombardeaban desde nuestra privilegiada
ubicación, por lo que me agaché para
gritar en su oído:
—Voy a
quedarme un rato. Creo que voy a ver si el amigo de Hyukjae me puede dar un
aventón.
Vi su mirada
especulativa, pero Donghae tenía su propio drama de chicos que manejar, así que
sabía que no iba a tratar de decirme algo diferente. Enganchó su mano a través
del brazo de Hyukjae y me dio una sonrisa triste.
—Llámame si me
necesitas.
—Lo sabes.
Yo no era el
tipo de joven que necesitaba un amigo que me rescatara. Estaba acostumbrado a
volar en solitario y había estado cuidando de mí durante tanto tiempo que era
realmente una segunda naturaleza. Sabía que Donghae se lanzaría en picada para
recogerme si no podía conseguir un aventón a casa o si llamar a un taxi tomaba
demasiado tiempo, y saber que él estaba allí era suficiente.
Vi el resto
del espectáculo con extasiada fascinación, y estaba bastante seguro de que
cuando Henry lanzó el micrófono después de su última canción, me guiñó un ojo
antes de tomarse de golpe un trago. A pesar de todas las cosas que sabía que
deberían estar bombardeando mi cabeza, ese guiño selló el trato.
Yo no había
estado en el lado salvaje desde hace mucho tiempo y Henry era el guía perfecto
para un rápido curso de repaso.
Desapareció
del escenario con el resto de los chicos de la banda, y yo vagué hacia atrás,
hacia la barra donde todo el mundo se había puesto antes de que la banda
empezara a tocar. El compañero de cuarto de Hyukjae, Kyuhyun, al parecer, había
sido arrastrado a casa por los tortolitos. No había manera de que él estuviera
fuera del bar por sus propios medios. Jjong, el mejor amigo de Henry, estaba
ocupado succionando la cara de un jovencito al azar que nos había estado dando
a Donghae y a mí una mirada diabólica durante toda la noche. Le di una mirada
de tú podrías hacerlo mejor cuando salió a tomar aire, y entonces encontré un
taburete vacío en el bar.
Lo que pKangin
con los bares de heavy metal es que hay chicos de heavy metal en cada esquina.
Pasé la
siguiente hora defendiéndome de insinuaciones y ofertas de bebidas gratis de
chicos que parecían no haber visto una ducha o una navaja de afeitar en años. Estaba empezando a
enfadarme y, a su vez, sentir asco cuando una familiar mano con una gran
cantidad de pesados anillos de plata cayó sobre mi rodilla. Me volví para mirar
a los risueños ojos oscuros mientras Henry me ordenaba otro Patrón, pero
conseguía agua para sí mismo.
—Fuiste
abandonado, ¿cierto? Por la forma en que esos dos se estaban mirando el uno al
otro, me sorprende que aguantaran la mitad del espectáculo.
Chasqueé el
pequeño vaso contra el borde de su vaso, y le di la sonrisa que siempre había
utilizado en el pasando para conseguir lo que quería.
—Creo que Kyuhyun
tuvo una pelea con el tequila y el tequila ganó.
Se echó a reír
y se volvió para hablar con un par de chicos que querían felicitarlo por el
espectáculo. Cuando se volvió hacia mí, me miró un poco avergonzado.
—Siempre he
pensado que es muy raro.
Levanté una
ceja y me incliné un poco más hacia él, vi a un rubio con ropa demasiado
ajustada dando vueltas.
—¿Por qué?
Ustedes son geniales y, obviamente le gustan a la gente.
Echó la cabeza
hacia atrás y soltó una carcajada y me di cuenta por primera vez que tenía una
barra atravesando el centro de su lengua.
Hice una mueca
y me encogí de hombros.
—Hyukjae me
envió un mensaje diciendo que necesitabas un aventón a casa. Tengo que ir a
sacar a Jjong de ese joven y ayudar a los chicos a cargar la furgoneta, pero si
puedes relajarte por, como, treinta minutos, te daré un paseo.
No quería
parecer demasiado ansioso. No quería hacerle saber lo mucho que quería que me
diera un paseo de un tipo completamente diferente, así que me encogí de hombros
otra vez.
—Por supuesto.
Eso estaría bien.
Me apretó la
rodilla y tuve que reprimir el estremecimiento que se movió a través de mí, de
la cabeza a los pies. Había definitivamente algo más, si, un pequeño toque como
ese podía hacerme temblar.
Me volví hacia
la barra, ordené un vaso de agua y traté de cerrar mi cuenta. Estuve
sorprendido cuando el cantinero me dijo que ya estaba cubierta y un poco
molesto porque no sabía a quién agradecer. Giré en el taburete y observé de
cerca como las personas se abrían paso a través de un bar lleno de chicos
excesivamente entusiastas y jovencitos y chicas demasiado obvias.
Yo no era un
santo por ningún lado, pero realmente no tenía ningún respeto por cualquiera
que estuviera dispuesto a degradarse a sí mismo ofreciéndose para una sola
noche de placer, solo porque Henry lucía caliente en pantalones ajustados.
Lo que fuera
que me estaba pasando era más profundo que eso, y no podía darle un nombre.
Y esta noche estaba lo suficientemente ebrio —y carecía de un poco de mi
antigua auto suficiencia— para ignorarlo por ahora.
En el momento
en que Henry regresó, estaba fingiendo interés en una conversación que un chico
que lucía como si hubiese asaltado el armario de Glenn Danzig estaba
forzando hacia mí. Él me decía todo sobre los diferentes géneros de metal y por
qué las personas que escuchaban a cada tipo diferente, o apestaban o eran
geniales. Era todo lo que podía hacer para no meterle un chicle en la boca para
que dejara de respirar su borracho y pesado aliento encima de mí.
Henry le dio
al chico un golpe con el puño y puso el pulgar por encima de su hombro.
—Vámonos,
Piernas.
Hice una mueca
ante el apodo genérico porque había oído variaciones de él en toda mi vida. Yo
era alto y realmente tenía muy largas y muy lindas piernas. Al momento estaban
un poco tambaleantes y un poco inestables, pero las empujé juntas y siguieron a
Henry al estacionamiento.
El resto de la
banda y Jjong estaban apilados en una enorme camioneta de línea económica, y
gritándonos todo tipo de cosas interesantes por la ventana, mientras se
despostillaban de risa en el estacionamiento. Henry se limitó a sacudir la
cabeza y utilizar el control en sus llaves para desbloquear los seguros de un
elegante Dodge Challenger negro que parecía rápido. Me sorprendió cuando abrió
la puerta para mí, lo que le hizo sonreír, así que me replegué en el asiento y
traté de planear mi ataque. Después de todo, él era un chico que utilizaba a
groupies y putos de banda arrojándose a él sobre una base diaria, y lo último
que quería era ser uno más.
Bajó la música
a todo volumen del obviamente caro sistema de sonido y rodamos fuera del
estacionamiento sin decir una palabra. Había encontrado el momento de ponerse
de nuevo la camisa y ahora estaba cubierto por una obviamente, muy querida
chaqueta de cuero, complementada con tachos de metal y un parche de una banda
de la que nunca había oído hablar.
La combinación
de un lindo chico rockero, mucho tequila y el
embriagador aroma de la piel y el sudor comenzaban a hacer girar mi
cabeza. Bajé un poco la ventana y miré mientras las luces del centro se
desteñían.
—¿Estás bien?
Incliné mi
cabeza en su dirección y me di cuenta de la verdadera preocupación en su mirada
oscura. En la tenue luz del tablero, el círculo de brillante dorado que
bordeaba la cresta exterior de sus ojos parecía como un halo divino.
—Estoy bien.
No debí haber tratado de mantenerme al día con Kyuhyun durante la primera hora.
—Sí, esa no es
una buena idea. Esos chicos pueden dejarte a un lado.
No le respondí
porque generalmente me puedo contener por mi
cuenta con alguien cuando llega la hora del juego de trago por trago,
pero eso no era algo de lo que me gustara hablar. Cambié de tema corriendo un
dedo sobre el evidentemente nuevo y prístino interior del auto.
—Este es un
paseo muy agradable. No tenía idea de que gritar en un micrófono pagara tan
bien.
Él soltó una carcajada
y me dio una mirada de reojo.
—Hay todo tipo
de bandas independientes que son geniales e incluso algunas asombrosas bandas
americanas que apuesto caerías totalmente por ellas.
Me encogí de
hombros.
—Me gusta lo
que me gusta. En serio, ¿tu banda es lo suficientemente famosa como para que
puedas permitirte un auto así? Hyukjae dijo que ustedes eran populares en la
ciudad, lo que está claro después de esta noche, pero incluso con esa multitud
no parece que harías lo suficiente para vivir simplemente tocando música.
Era indiscreto,
pero de repente se me ocurrió que no sabía nada sobre este chico fuera del
hecho de que estaba haciendo a mi Corazón acelerarse. También estaba haciendo
que mi cabeza creara todo tipo de interesantes escenarios que nos involucraban
a los dos y mucha menos ropa.
Él estaba
golpeando a un ritmo en el volante con los dedos pintados de negro y yo no
podía apartar la mirada.
—Tengo un
estudio de grabación en la ciudad. He estado aquí por mucho tiempo, así que
conozco a un montón de bandas y chicos en el escenario. Escribo un montón de
música que otras personas terminan grabando. Muchas personas se ganan la vida
tocando música. Es simplemente difícil y hay que ser dedicado a ella, pero
preferiría estar en quiebra y hacer algo que amo, que ser rico trabajando de
nueve a cinco cada día.
Eso era algo
que simplemente no tenía ningún sentido para mí.
Ansiaba la
seguridad y un futuro con una base arraigada en la seguridad. Quería saber que
iba a ser capaz de mantenerme a mí mismo, para que nunca tuviera que depender
de alguien más para cubrir las necesidades básicas de la vida. La felicidad no
tiene absolutamente nada que ver con eso.
Iba a hacer
más preguntas, pero el apartamento que compartía con Donghae estaba llegando
rápidamente a la vista, y ni siquiera había tratado de hacerle saber que estaba
interesado en más que un aventón a casa.
Giré todo mi
cuerpo en el asiento, para quedar completamente frente a él y apliqué en mi cara mi mejor sonrisa de
házmelo. Levantó una ceja en mi dirección, pero no dijo nada, ni siquiera
cuando me incliné sobre la consola central y puse mi mano sobre su duro muslo.
Vi el pulso en su garganta saltar, lo que me hizo sonreír. Había pasando un
largo tiempo desde que había estado tan abiertamente interesada en alguien y
era agradable saber que él tampoco era inmune a mí.
—¿Quieres
venir a tomar una copa conmigo? Donghae se está quedando con Hyukjae, así que
estoy seguro de que estará fuera de servicio durante al menos un par de días.
Sus ojos
oscuros se hicieron aún más oscuros con algo que no reconocí, porque realmente
éramos extraños, pero él puso su mano sobre la mía y le dio un suave apretón.
Quería
respirarlo, quería entrar en él y no volver a salir. Había algo allí, algo
especial en él que halaba todas las cuerdas que pensé que había recortado
cuidadosamente cuando había dejado atrás a mi antigua vida.
—Eso suena
como un mal plan, Zhou. —Su voz era baja y tenía una energía baja flotando a
través de él que no podía identificar.
Me senté
derecho en el asiento y con la otra mano giré su cara para que me mirara.
—¿Por qué? Soy
soltero, eres soltero, y somos adultos que lo consienten. Creo que suena como
un plan fabuloso.
Suspiró y tomó
mis manos y las puso en mi regazo. Yo ahora lo miraba con atención porque,
aunque podría haber sido objeto de un drástico cambio de vida en los últimos
años, todavía era lo suficientemente inteligente como para saber que era mucho
más atractivo que la mayor parte de la basura de bar que le había estado dando
vueltas toda la noche. Eso, y que ningún hombre jamás rechazaba sexo sin
compromiso.
—Tenemos
amigos que están saliendo. Has bebido media botella de tequila esta noche, y
seamos realistas, tú no eres el tipo de joven que lleva a un chico que apenas
conoce a casa a pasar la noche. Eres inteligente y ambicioso, y no tienes ni
jodida idea de lo que ese acento me hace o qué tan rápido podría causar que
acabemos desnudos y enredados. Eres más que un buen joven en todo.
»No me
malinterpretes. Eres hermoso, y por la mañana cuando reproduzca esta
conversación una y otra vez en mi cabeza, voy a querer absolutamente patear mí
culo, pero tú no quieres hacer esto. Tal vez si yo supiera a ciencia cierta que
nunca tendríamos que vernos otra vez, que nunca tendríamos que pasar tiempo
alrededor del otro, podría hacerlo con la conciencia limpia, pero realmente me
gustas, Zhoumi, por lo que decido no estropear las cosas.
Estaba tan
equivocado.
Totalmente
quería hacer esto, hacérselo a él, pero algo en él pensando que sabía qué tipo
de joven era sorprendió a mi libido como un jarro de agua fría. Giré mi cabeza
hacia atrás con tanta fuerza que golpeé la ventanilla del pasajero y el auto
de repente se sintió como un ataúd. Me apresuré a abrir el pestillo y salí
corriendo. Oí a Henry llamarme por mi nombre, le oí preguntar si yo estaba bien, pero lo único que tenía que
hacer era alejarme de él. Pinché el código de seguridad en la puerta y corrí
dentro del apartamento.
No fue sino
hasta que tuve las puertas cerradas y una ducha de agua caliente vertiéndose
sobre mí, que me di cuenta de lo cerca que había llegado de dejar todo en lo
que había trabajado por desenmarañar a mi alrededor. Fuera lo que fuese que Henry
me había hecho sentir esta noche, era demasiado peligroso para tratar de
actuar. No solo había terminado en humillación y pánico, sino que también había
arriesgado todo lo que me importaba, y no me podía permitir eso.
Iba a tener
que mantener a Henry Lau encerrado en la caja donde mantenía al Zhoumi pre-Seul.
Solo que ahora, iba a asegurarme de que la tapa estuviera tan bien apretada,
que no habría nunca una posibilidad de que saliera. El riesgo no valía la pena.
Me muero por ver como reaccionaran todos cuando MiMi se destape
ResponderEliminarque escondes zhoumi espero y sea algo super malo
ResponderEliminarO______O
ResponderEliminarOMG~ Mimi, que carajos paso???
Ahhh Henry, no se si es un idiota o un caballero!!!!(?)
Ahhh genial!!!! Oh shi~
Como será el zhoumi pre-Seúl ???
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