Me veía bien
en rojo y ya que era el día de San Valentín era una elección perfecta. Ya había
estado en bastantes espectáculos de Henry para saber que los zapatos elegantes
no eran exactamente la mejor opción de calzado, pero no tenía otra cosa que
encajara con este atuendo, así que me decidí por un par negro de charol.
Cuando me miré
en el espejo tuve que reconocer que me veía demasiado bien para tener
simplemente una cena con mi ex —más o menos— novio, y que me estaba vistiendo
para otra persona por completo. Y eso no era inteligente, pero no me importó o
cambié de atuendo.
Calvin llegó
justo a tiempo en su muy sensible Subaru, y nos llevó al centro. La
conversación en el auto fue rígida y tensa, a pesar de que dijo que me veía
precioso y estaba siendo perfectamente educado. En el momento en que nos
llegamos a sentar en el restaurante, hice todo lo posible para no revisar mi teléfono
cada cinco minutos y ver la hora. Estaba ansioso y todavía un poco preocupado
por su comentario de que él sentía como si yo fuera dos personas diferentes.
Eso era algo con lo que luchaba constantemente y había pensado que tenía bajo
control cómo mantener mi viejo yo totalmente bloqueado.
Sería el
primero en admitir que yo era probablemente la peor cita del día de San
Valentín en la historia de la festividad. Cuando él pidió una botella de vino
con la cena, quise gemir ya que eso parecía demasiado similar a una cita, pero
le debía al menos tratar de ser agradable. Dejé que me sirviera una copa y
forcé una sonrisa.
—Gracias, Calvin.
¿Qué había de
malo en mí? Este chico era agradable, lindo, y claramente pensaba que yo era
impresionante. Era el novio soñado, pero por alguna razón, mientras más
exaltaba todas mis virtudes, más apagado me sentía. Empujé la copa de vino a un
lado y tomé un vaso de agua.
—Calvin, no
creo que realmente me conozcas. Por ejemplo, no me gusta el vino. Suelo beber
tequila, mucho, y luego me odio a mí mismo por la mañana. Tenemos nuestras
especializaciones de química y la escuela en común, pero más allá de eso, no
mucho. Pensé que me iba a hacer algún bien el tratar de salir con un chico como
tú, porque tú eres tan atento y agradable, pero todo lo que hizo fue mostrarme
que tratar de obligar a que pase algo no va a funcionar.
Se aclaró la
garganta y bajó su vino también.
—Podrías
haberme dicho todo esto meses atrás, Zhou. Ni siquiera me diste la oportunidad
de conocerte. Ya habías decidido, antes de que incluso comenzara, con qué
versión de ti iba a salir, sin tener en cuenta que me fuera a gustar las dos de ellas lo suficiente como
para quedarme.
Él tenía toda
la razón y eso me hizo sentir aún peor.
Pasé el resto
de la cena de mal humor, y para su crédito, Calvin aún se ofreció a pagar la
cuenta completa. No podía dejar que lo hiciera, por lo que pagué mi parte y la
propina, para compensarlo por ser tan idiota.
Él me llevó
hasta el bar y tenía toda la intención de saltar del auto y correr adentro,
pero por alguna razón cuando él vio la multitud que esperaba en el frente,
ataviados con una gran cantidad de mezclilla y picos, se decidió por tener que
estacionar y acompañarme.
Quería decirle
que no era necesario. Ya había estado en un montón de estos espectáculos durante
el año pasado, y aunque mi elegante atuendo podría reunir algunas miradas
extrañas, a la mayoría de estos chicos podría
importarle menos. Estaban allí por la música. Pero yo ya le había
arruinado los planes lo suficiente por un día, así que dejé que Calvin me
llevara hasta la puerta principal. No pasé por alto el ceño fruncido en su cara
cuando le dije a la chica tomando los boletos que yo estaba en la lista.
Ella comprobó
dos veces mi nombre y envolvió una pulsera alrededor de mi muñeca que decía que
tenía más de veintiún años. Miró inquisitivamente a Calvin, quien se encogió de
hombros y pagó por un boleto.
Se destacaba
como un pez fuera del agua en medio de todos los otros malandrines dando
vueltas, y no tenía el corazón para decirle que iba a ser aún peor cuando entráramos. Tuvimos que
esperar un poco más en una fila para llegar a la puerta principal, y traté de
decirle que estaba bien, pero siguió insistiendo en al menos llevarme a donde
mis amigos me esperaban.
Sabía que Henry habría dispuesto tener uno de los niveles
VIP en el balcón junto a la barra. Me tomó un poco de trabajo, y un buen tiempo
de esperar a que Calvin dejara de estar boquiabierto por las parejas apenas
vestidas y los chicos que parecía que comían vidrio y metal en el desayuno,
para llegar al resto del grupo.
Donghae estaba
pegado a Hyukjae quien asintió con alegría de que iba a teñir el frente de su
cabello negro de un rosa fuerte impactante. Solo un tipo como Hyukjae podría
lucir genial con el cabello rosa y no
tener que pensar un segundo en conseguir su culo pateado.
Kyuhyun se
encontraba en una profunda conversación con Heechul, que parecía mucho mejor
hoy. Jjong estaba diciéndole algo a Henry, tratando de llamar su atención. Fue
en vano, porque tan pronto como la mirada de Henry quedó bloqueada en Calvin y
en mí haciendo nuestro camino, esos ojos oscuros de color negro y oro en el
exterior comenzaron a arder como brasas. Tuve que tragar un nudo en la
garganta, ya que por mi vida, no podía entender por qué estaba tan enojado.
Antes de que pudiera decir nada, él se apartó de la mesa y se alejó sin decirme
nada a mí ni a nadie.
Me puse rígido
automáticamente cuando Donghae se deslizó lejos de Hyukjae para envolverme en
un abrazo.
—Oye, chico,
te ves muy bien.
Me aclaré la
garganta y moví una mano alrededor de la mesa.
—Calvin, estos
son todos, todos, este es Calvin.
No esperé a
ver si alguien le hablaba. Enfoqué mi mirada sobre Jjong y me dirigí hacia él
con un propósito. Él estaba mirando más allá de mí a Calvin, y tomando una
Coors Light. Me puse justo en su línea de visión y crucé los brazos sobre mi
pecho, golpeando el piso repetidamente con mi pie como un niño malhumorado y
creo que él lo sabía, porque solo me sonrió e inclinó la cerveza para arriba.
—Probablemente
deberías preguntarle.
Molesto, le di
un codazo en el centro de su sólido pecho.
—Te estoy
preguntando. Ha estado actuando molesto durante toda la semana. ¿Qué pasa con
él?
Movió la
cerveza y entrecerró los ojos en mí.
—Es el día de
San Valentín, Zhou, y te presentaste viéndote como un maldito modelo de
calendario, del brazo de un hombre que se viste como el padre de alguien. Como
he dicho, tal vez deberías ir a preguntarle qué le pasa. Creo que es tiempo de
que los dos tengan una conversación honesta, antes de que uno de ustedes, o
ambos, terminen haciendo algún tipo de daño irreparable al otro.
Sorbí una
respiración dura entre mis dientes y puse una mano en mi corazón acelerado. La
banda de apertura comenzaba su conjunto, así que supe que Henry habría ido tras
el escenario para asegurarse de que la banda se estaba preparando para seguir.
Miré por encima de mi hombro y me di cuenta de que Calvin estaba mirando
alternativamente a Hyukjae como si fuera un extraterrestre de otro planeta, y a
Donghae como si estuviera loco por abrazarse a él como si fuera un oso de
peluche gigante. Simplemente no lo entendía, y aunque hubiera intentado hacer
que una relación con él funcionara, nunca lo habría conseguido.
—¿Van a dejar
que pase detrás del escenario para hablar con él?
—Nadie en su sano
juicio intentaría detenerte.
Tuve que darle
una sonrisa por eso.
—¿Vas a
mantener un ojo en Calvin? Asegúrate de que Hyukjae no lo mate, o que Heechul no lo convenza de hacer
algo estúpido, como mudarse a la Antártida.
Él asintió
brevemente y volvió a su cerveza.
—Yo te cubro, Zhou.
Giré sobre mis
talones y corrí escaleras abajo y a través del amplio piso de admisión general
a las escaleras al lado del escenario. En la parte superior de las escaleras,
el guardia de seguridad trató de impedir que pasara, pero yo le dije que estaba
con la banda. Le dije que estaba con Henry, y como Jjong había dicho, el hombre
hizo un barrido rápido de mi equipamiento antes de dejarme pasar. Me tomó un
minuto el encontrar la habitación correcta, y cuando lo hice, me encontré solo
a Andrew y Geoneo sentados en sillones de cuero jugando con sus instrumentos.
Me miraron con sorpresa y sentí a mi corazón tambalearse cuando no vi a Henry
por ningún lado.
—Uh, hola.
—Hola —dijeron
a coro al unísono.
—Estoy, uh,
buscando a Henry. ¿Lo han visto? —Compartieron una mirada que yo no entendía, y
Geoneo se aclaró la garganta. Inclinó la cabeza hacia la puerta del fondo de la
habitación.
—Él entró y
rompió una botella de whisky contra la pared. Entró allí hace unos minutos.
Miré a la
puerta y de regreso a ellos. Si la puerta estaba cerrada y no me dejaba entrar,
no estaba seguro de lo que iba a hacer. Me acerqué con cautela en torno a las
pilas de los cables y los interruptores que cubrían el suelo. Estaba a punto de
tratar de tirar de la puerta abierta cuando Andrew gritó:
—Nosotros como
que necesitamos que controle su mierda lo antes posible, por lo que tratamos de
no sacarlo aún más de quicio de lo que ya está.
Asentí
distraídamente y llamé suavemente a la puerta.
—¿Henry?
No hubo
respuesta, pero el pomo giró fácilmente bajo mi mano, por lo que me deslice
dentro y recé en silencio porque no estuviera haciendo algo que nos
avergonzaría a los dos. Estaba de espaldas a mí y se inclinó sobre el lavabo
mirándose en el espejo sucio. Su mirada se encontró con la mía en el vidrio
sucio y no había ninguna mala interpretación de la hostilidad estampada en su guapo rostro o lo salvaje en
esos ojos oscuros, y parecía que estaba en el mismo borde de perder el control.
Sus bíceps flexionados y tensos como si fuera a tirar el fregadero de la pared
y lanzarlo.
—¿Qué quieres,
Zhoumi?
Esa era una
pregunta capciosa si alguna vez hubo una.
—Solo quería
ver lo que estaba mal contigo. Has estado actuando como si estuvieras enojado conmigo toda la
semana y no entiendo por qué.
Vi sus manos
apretarse y sus dedos flexionarse. También me di cuenta de que en lugar de su
habitual esmalte de uñas negro, se había pintado la uña de en medio en cada
lado del mismo color rojo sangre que mi traje. Eso no debería ser caliente,
pero en él lo era totalmente.
—¿Por qué
trajiste a ese tipo a mi espectáculo? —El cuarto de baño era agobiante y
pequeño. Podía sentir la intensidad de lo que sea que estaba sintiendo él,
vibrando a través de mi piel. Nunca lo había visto así de expuesto a menos que
estuviera en el escenario actuando, y no estaba seguro de cómo manejarlo en
este espacio tan estrecho.
—No lo traje.
Fuimos a cenar y estaba pensando en pasar a dejarme pero como se asustó cuando
vio a todos corriendo afuera insistió en venir conmigo. ¿Qué tiene eso que ver
con por qué estás actuando como un cretino conmigo? No puedes estar enojado
porque estoy saliendo con un chico que he estado viendo
desde hace meses,
cuando tuviste a
una pareja dejando tu
habitación con su ropa interior en su bolsillo trasero hace menos de
una semana. ─Hice una pausa.
»Vamos, Henry,
¿qué más da?
Pensé que iba
a culparme. Pensé que iba a decirme que no tenía derecho a juzgarlo. Pensé que
iba a gritarme que no trajera a alguien que sabía que no le agradaba nada,
cuando se disponía a tocar en un gran e importante espectáculo.
Para lo que no
estaba preparado era para que él soltara su abrazo de muerte en el lavabo y se
dirigiera hacia mí con fuego y algo más ardiendo en sus ojos oscuros. O para
las pesadas manos ásperas con anillos que me empujaron la espalda contra la
puerta del baño, y después viajaron más arriba, a través de mi cabello. Henry
cerró la boca lo suficiente duro en la mía para hacerme gemir, y por un segundo
me quedé tan sorprendido que lo único que pude hacer fue quedarme ahí y dejar
que me devorara con esas manos a las que
me quedé mirando durante meses y con una lengua que tenía el deslizar del metal
en ella.
Para el
momento en que mi cerebro se conectó de nuevo, él estaba empezando a alejarse,
pero ahora que el sello había sido roto nada pudo parar la inundación. El deseo
ardía en primer lugar, y envolví mis brazos alrededor de su cuello
manteniéndolo justo donde estaba.
Él sabía a
whisky y al tipo más dulce de tentación. La lujuria me tenía presionándome tan
cerca de él como podía y sentí su rodilla deslizándose entre mis muslos. El
shock del contraste de frío y caliente mientras la barra que tenía a través de
su lengua se movía hacia atrás y
adelante a través la mía, me hizo jadear. Eso solo le dio un mejor acceso a
todo lo que estaba tratando de invadir.
De puntillas
ahora, todas las mejores partes de él se presionaban duras e insistentes contra
todas las partes anhelantes de mí, y yo no podía siquiera recordar un simple
beso siendo algo tan poderoso como este.
No quería
dejarlo ir.
Vivía en un
estado de perpetua furia. Todavía estaba furioso de que mi padre, narcisista y
prepotente, pensara que podía chantajearme con mi mamá.
Estaba lívido
de que mi madre le dejara usarla así. Estaba indignado de que no poder
conseguir sacar a Zhoumi de mi cabeza, y estaba completamente enojado de que me importara si quería pasar el día de
San Valentín conmigo o con el Sr. Perfecto. Como resultado en los últimos días,
estaba actuando como un idiota con todo el mundo que se atreviese a cruzarse en
mi camino. Los chicos de la banda estaban hartos de mi mierda y si Jjong me
decía una vez más, que simplemente me lo llevara a la cama y terminara de una
vez por todas, estaba bastante seguro de que iba a quitarle todos los dientes.
Todo lo que
quería hacer era terminar con el espectáculo, averiguar lo que iba a hacer con
mis amigos, y tal vez armar una pequeña gira para poder salir de la ciudad y
poner distancia con cierto pelirrojo que estaba
enterrada bajo mi piel.
Pero entonces él
tenía que aparecer con un un conjunto rojo sangre, luciendo como si acabara de salir
de las páginas de una revista de modas, con
ese idiota fanfarrón de chaleco que se arrastraba detrás de él como un
perro perdido. Era demasiado para manejar en este momento.
Esas
interminables piernas y esos labios tenían a mi cabeza yendo a todo tipo de
lugares a los que no debería ir. Estaba allí con una cita, así que me fui en la
mitad de lo que Jjong estuviera tratando de decirme, y me dirigí a la sala de
la banda, detrás del escenario. El resto de los chicos estaban calentando y
preparándose, pero la idea de subir al escenario mientras me sentía tan
volátil, hizo que algo dentro de mí se rompiera. Agarré lo que tenía más cerca,
una botella de whisky que había estado bebiendo desde temprano, y la tiré
contra la pared.
Los chicos
dejaron todo lo que estaban haciendo y me miraron con ojos curiosos y
cuidadosos. Me sentía como si estuviera a punto de salir volando en mil
pedazos, así que solo grité:
—Ahora no. —Y
decidí encerrarme en el baño hasta que me las arreglara para recuperar la
compostura.
Estaba
respirando con fuerza y pude ver lo salvajes que mis ojos oscuros lucían en el
espejo. Estaba a punto de salpicar agua fría en mi cara, para tratar de
alcanzar un cierto nivel de control, cuando escuché mi nombre desde el otro
lado de la puerta, dicho en un suave acento. Iba a gruñir que me dejara en paz,
pero no tuve oportunidad, ya que abrió la puerta y encontró mi mirada en el
espejo. Todo lo que podía hacer era mirarlo mientras todo lo que estaba girando
bajo la superficie, de repente se abría paso. Lo oí preguntarme qué estaba mal
y era consciente de que exigí saber en que estaba pensando al traer a ese tipo
aquí.
Pero todo era
ruido blanco contra el ruido de algo mucho más fuerte y mucho más poderoso, el
zumbido de mi sangre caliente.
No fui consciente
de avanzar hacia él. No fui consciente de empujarlo, con toda la extensión de
mi cuerpo, contra la puerta. No fui consciente de enredarle el cabello pelirrojo
y sedoso, alrededor de mis dedos y lograr que quedara atrapado en mis anillos.
Lo oí jadear cuando la barra de mi lengua golpeó el centro de su boca caliente.
Iba a separarme, iba a pedir disculpas una y otra vez y decirle que había sido
una semana de mierda, pero antes de que pudiera hacerlo, envolvió sus brazos
alrededor de mi cuello y no sentí ninguna resistencia, no retuve ningún
control, desaparecí bajo un suave murmullo de placer.
Estábamos
exactamente a la altura adecuada para que mi rodilla estuviera entre sus
increíbles piernas y poder presionarme aún más en contra de él, mientras se derrumbaba
contra la puerta detrás. Sabía a vino e invitación, y estaba bastante seguro de
que ambas cosas se me iban a ir a la cabeza. Cuando susurró mi nombre,
cualquier pensamiento racional, de que
no debería tocar a este joven de esta manera, y menos en un cuarto de
baño, detrás del escenario, se fue por la ventana.
Los dedos de
una de sus manos se movieron desde mi cuello y se deslizaron hasta la parte
posterior de mi camiseta. A pesar, de que se sentía mejor de lo que podía
recordar en mucho tiempo, el estar presionado de pies a cabeza contra él no era
suficiente, así que moví mis manos debajo de su pantalón, esperaba más
resistencia cuando lo envolví alrededor de mi cintura y arrastré mis ansiosos
dedos hasta la parte de Zhoumi en la que no tenía ningún derecho en absoluto a
estar cerca. Fue un corto viaje sin resistencia y pequeños jadeos de sorpresa.
Vi sus ojos
abrirse, pero en lugar de pedirme que parara o que me fuera al infierno,
susurró mi nombre. Sentía el borde de sus dedos penetrar en la base de mi
columna, justo encima de mi trasero.
Estábamos
frente a frente, casi tocándonos, y pude ver cada una de las reacciones que
tenía gracias a mi tacto, reflejándose en esas profundidades líquidas. Cuando
mis dedos llegaron por debajo del borde de su ropa interior, vi destellar algo
allí, que hizo que mi ya dura polla, se pusiera aún más dura. Sabía desde luego
que no era muy cómoda. Zhoumi se estremeció, y no sabía si era por la presión
del metal de mis dedos sobre su piel desnuda o porque lo había sujetado y expuesto,
y estaba a punto de tocarlo de una manera que solo había soñado. De cualquier
manera, su otra mano se apretó dolorosamente en mi cabello revuelto y sus
brillantes ojos se estrecharon. Tiró la cabeza más cerca, así nuestras bocas
estuvieron alineadas y me besó. Me metí dentro de todo su húmedo calor, su boca
y más, y juré, porque estaba caliente y se sentía como fuego líquido tanto
contra mi lengua como contra mis inquisitivos dedos.
Me incliné
hacia abajo para que mi antebrazo se apoyara en la puerta por encima de su
cabeza, y me acomodé aún más plenamente en él. La barra de mi lengua hizo clic
contra sus dientes y me alejé para chupar el pulso, que rápidamente se agitaba
justo debajo de su oreja. Sus manos estaban tensas en mi cabello y en mi piel.
Moví mis dedos dentro y fuera de él. Cada gemido, cada suspiro, me hicieron
moverme más rápido, me hicieron tocarlo de una manera que me garantizaba
enviarlo por encima del borde.
Sentí su duro
miembro contra mi ingle y volví a besarlo rápido y con fuerza, justo antes de
que se relajara y sus ojos lanzaran fuegos artificiales por el deseo y la
satisfacción. Su pecho se movía rápidamente de arriba y hacia abajo, y la
claridad fue lentamente empezando a filtrarse de nuevo, cuando un puño golpeó
la puerta detrás de su cabeza laxa y lo hizo saltar.
—Henry,
hombre, salimos, como, en diez minutos. ¿Puedes dejar de actuar como un loco y salir, así podemos
hacer esta mierda? —La voz de Andrew estaba irritada y no podía culparlo.
Estaba actuando errático, y había una gran multitud por ahí, que había pagado
un buen dinero para vernos tocar.
Lo saqué de la
puerta y dejé que mis manos se alejaran de él. Se echó hacia atrás y me miró
con recelo, sin decir una palabra. Me pasé las manos por la cara, fue un error,
porque olían como él, y no estaba haciendo nada para domesticar la más que
incómoda situación que tenía en mis pantalones. Ya estaban apretados, ello los
hizo insoportables.
—Me tengo que
ir.
Succionó su
labio inferior entre sus dientes, y lo único que quería hacer era encontrar la
superficie plana más cercana y demandarle que le diera a esa linda boca un
mejor uso.
—¿Henry? —No
tenía el tiempo, ni los medios para enfrentar cualquiera de las consecuencias
de este pequeño coqueteo, así que negué con la cabeza y alcancé el picaporte de
la puerta alrededor de él.
—Mira, los dos
sabemos que es lo que un hombre como yo tiene que ofrecer, un polvo rápido en
un baño detrás del escenario, y los dos sabemos que te mereces una noche en una
cama king-size con sábanas de seda. No
voy a pedir disculpas, pero te puedo decir que no va a suceder de nuevo.
¿De acuerdo?
Pensé que iba
lucir arrepentido o con vergüenza, no estaba preparado para que se enojara.
Esos ojos se encendieron con un fuego que nunca había visto y antes de que
pudiera reaccionar, me dio una bofetada en la cara, lo suficientemente fuerte
para que mis dientes sonaran y mi cara llameara.
—¡Joder, Zhou!
Se peinó su
cabello oscuro, y se volvió para abrir la puerta. Odiaba que me encantara como
lucía, todo arrugado y sucio, y que fuera yo el que lo ensució y lo arrugó.
—En caso de
que lo hayas olvidado, te ofrecí una noche en una cama king-size con sábanas de
seda, imbécil. Me rechazaste. Me dijiste que no era ese tipo de chica. Si te
tomaras un maldito segundo para dejar de tratar de decirme lo que sí, y lo que
no merezco, tal vez podrías ver que el lugar no importa, pero la persona sí.
Me aturdió hasta
el silencio, pero era bueno, estaba enojado y claramente no había terminado.
—Y para que lo
sepas, rompí con Calvin ayer, porque cada vez que trataba de tocarme, cada vez
que intentaba besarme tenía que fingir que eras
tú para poder pasar a través de ello. Pero tienes razón, Henry, no va a
suceder, porque no sabes la mitad de lo que crees que sabes sobre mí. Cada vez
que pienso que estas averiguándolo o al menos intentándolo, solo terminas
haciéndome sentir como un idiota.
Abrió la
puerta en un remolino de color rojo y justa indignación. Los chicos de la banda
estaban todos mirándome con miradas de complicidad, ya que Zhoumi salió de la
habitación como un dios. Vi a Andrew abrir la boca, pero solo entorné mis ojos
y señalé con el dedo en su dirección.
—Ni siquiera
comiences.
Recogí mi
guitarra eléctrica y monté la correa por encima de mi hombro. Sacudí la cabeza
para tratar de conseguir que mi cerebro y mi libido bajaran y empujé una púa de guitarra entre mis
dientes.
—Quiero
empezar con algo un poco diferente. ¿Creen que me pueden seguir?
Habíamos
tocado juntos durante años, y ha habido algunas veces en las que he cambiado de forma espontánea y han
sido capaces de agarrar el ritmo y seguirme. Mike entrecerró sus ojos hacia mí
y agarró su bajo.
—¿Va a ser uno
de esos espectáculos?
Dejé escapar
un suspiro y traté de no pensar en lo bien que se sentía Zhoumi, lo perfecto
que había sabido y lo bien que se movía contra mí. Por supuesto, había tenido
algo por él por un infierno de tiempo, pero no estaba preparado para que la
realidad venciera tan profundamente a la fantasía. Era un joven que quería
cosas en la vida que nunca iba a ser capaz de darle.
No debería
hacer que me fuera a su lado cada vez que estábamos cerca, cuando sabía que
nunca iba a salir nada de ahí. Aunque no me oponía a un buen momento con
cualquier jovencito, algo me dijo que cuando se alejara después de tener su
diversión, se llevaría de mí más de lo que quería dar.
Nos llamaron al
escenario, y tan pronto como salimos, la multitud estalló. Levanté la mano y vi
a Andrew dar un pequeño saludo. Aquí, éramos reyes y lo que sucedía en otros
lugares no importaba, no podía importar. Me encantaba tocar en vivo. Me
encantaba darle a la multitud un espectáculo que los hiciera moverse y cantar.
Era mi manera de conseguir sacar todo el veneno de mi sangre, así no me mataba.
Las luces de
la sala se apagaron y el foco rojo me golpeó de lleno en la cara. Miré a mi
alrededor, a la multitud, me negaba a admitir que siempre buscaba una cierta
cabeza pelirroja en las masas. Forcé una sonrisa maliciosa y metí las manos por
mi cabello, y escuché a algunos fuertes silbidos.
—¡Es el día de
San Valentín, hijos de puta! —Todo el mundo gritaba y Andrew golpeó un largo
acorde en la guitarra. Agarré el micrófono con ambas manos y miré
hacia la luz—. Lamentablemente, para
todos ustedes pájaros amantes por
ahí, vinieron a ver un espectáculo de rock. No cantamos canciones de amor.
—Hubo más aplausos y alguien gritó “¡Te quiero, Henry!” con toda la fuerza de sus
pulmones. Me reí y sentí la intensidad subiendo y subiendo. Incliné la cadera
hacia un lado y le di mi mejor sonrisa burlona, sintiendo todo lo que acababa
de suceder con Zhoumi, ardiendo debajo de mi piel.
—Normalmente
no hacemos covers, pero esta noche, esta noche, oh, creo que vamos a introducir
un poco de metal con una de mis favoritas de los viejos tiempos.
Sentí la
anticipación a través de mi piel, y vi a Andrew y a Geoneo compartir una mirada
un poco preocupada, pero antes de que me pudieran parar, empecé con los
primeros compases. Amo el viejo rock and roll, cuando las canciones fueron
escritas por una razón.
Le estaba
cantando directamente a él, aunque no lo supiera. La multitud se lo consumió.
El grupo de mayores cantaba, y los más jóvenes la aceptaban como una canción
anti-amor. Para cuando terminamos, todo el lugar estaba electrizante y los
chicos de la banda dejaron de preocuparse por que explotara y ensuciara todo.
Resplandecimos
a través del resto del planeado escenario y sabía que fue un buen espectáculo.
Cuando lancé mi púa de la guitarra al público después de nuestra última
canción, vi a tres jovencitos en el suelo luchar entre sí, para tratar de
recogerla, y eso era seguro un signo de nuestro éxito.
UH QUE CANDENTE SUPER ESPERO Y HENRY SE DE CUENTA QUE TODOS MERECEMOS UNA OPORTUNIDAD Y ZHOUMI DA LE OTRA MAS PARA VER SI ESE MENSO ENTIENDE
ResponderEliminarEste par...de veras que no se puede.
ResponderEliminarNecesitan una buena zarandeada y que les avienten un balde de agua fría con hielos...a ver si así se les congela un poco el cerebro y se ponen a pensar realmente en lo que quieren y si quitar todo lo que se los "impide" vale la pena,arriesgarse.
No hay duda que cada uno viene con su maletita de viaje...y bien pesada por lo que se ve. Los dos arrastrando el pasado de su familia y al parecer su presente.
Mimi quiere huir de su pasado pero cada que puede lo recuerda...y Henry que tiene la carga de su madre con su "padre" chantajeandolo así,y que él no pueda hacer nada para pararlo sin que lastime a su madre...😧😧😧
Mimi y sus llamadas desconocidas junto con su vigilante....seguro es su hermano.
Henry pasandole por enfrente los chicos con los que se acuesta y Mimi calificandolos,sin olvidar al novio-exnovio...que par tan más tonto.
Practicamente se estan consumiendo ellos mismo. Deliran el uno por el otro.
Al menos ya Mimi sabe qué es lo que quiere y se lo dijo...mientras Henry se guarda todo...dedicando una canciòn sin que la otea persona la sepa...no ayuda en nada😒
Esa cachetada ayudo...qué tal si Mimi le da otra....después de que le plante un beso a Henry y lo haga volar.
Henry la volvió a regar él sigue insistiendo que Mimi merece algo mejor pero ni siquiera se toma su tiempo para conocerlo un poco más
ResponderEliminarCalvin es otro que me desespera si Mimi le dice que no son compatibles sigue insiste e insiste