Le
dije a Zhoumi que si quería, podía esperar en la acera, pero puso sus ojos en
blanco y me siguió hasta la entrada del dúplex. Llamé a la puerta e hice una
mueca cuando agito el marco. Varios grandes pedazos de pintura descascarada
cayeron sobre el escalón más alto junto a mis botas, y los recuerdos de un
remolque construido como una hojalata comenzaron a bailar detrás de mis ojos.
Estaba más allá de mi comprensión por que Jian se quedaría aquí, cuando sus
padres estaban tan dispuestos a darle una ayuda financiera, pero algo seguía
acosándome con que había algo más en la historia que nadie estaba viendo.
Nada
sucedió después del primer golpe o del segundo, y Zhoumi preguntó si podíamos
irnos. Consideré entrar a la fuerza en el edificio, pero pensé que con mi
suerte, alguien llamaría a la policía y terminaría de regreso en la patrulla de
Leeteuk, esta vez por entrar sin autorización. No era como si en realidad
tuviera alguna prueba de que algo sospechoso ocurría con Jian, simplemente mi
instinto de que el impulsivo de cabello rosado, de alguna manera, mordió más de
lo que podía masticar con ese drogadicto novio suyo.
Zhoumi
se dio la vuelta y estaba caminando de regreso al Nova murmurando en voz baja
sobre jóvenes que no sabían lo que era mejor para ellos cuando de repente se
entreabrió la puerta. Se asomó uno de los ojos color avellana de Jian. Incluso
con verlo un poco, me di cuenta de que era un desastre. Su cabello oscuro
estaba mostrando la coronilla de su cabeza, donde normalmente era de color
rosado, se veía delgado y pálido. Había un feo rasguño en su mejilla. La mano
que sujetaba la puerta tenía una uña rota en cada dedo con heridas agrietadas y
llenas de costras en cada nudillo. El chico se veía como si hubiera estado en
una pelea; no estaba seguro, pero si lo estuvo, no se veía como vencedor.
Su voz
sonaba forzada, rasposa de la manera en que suena uno después de llorar o
gritar por un largo tiempo. El cuadro completo me hizo fruncir el ceño y tenía
mis pelos de punta.
—La
gente está preocupada por ti. Pensaba que vendría a comprobar y ver si podía
tranquilizarlos. —De ninguna manera eso estaba ocurriendo ahora. Eric perdería
su siempre amorosa mente si veía a su único hijo en esta condición—. ¿El novio
drogadicto te hizo eso?
Crucé
mis brazos sobre mi pecho para mostrarle que no tenía prisa por irme a ningún
lado y abrió la puerta otro centímetro. Su labio inferior estaba partido y me
tomó cada gramo de autocontrol no tensarme con rabia cuando vi las marcas
negras y azules que rodeaban su cuello como algún tipo de horrible collar.
Jian
apartó de su rostro varios mechones de desteñido cabello rosado y adoptó una pose
muy similar a la mía. Incluso lleno de moretones y maltratado, todavía era un poco desafiante,
y tenía que admirar su chispa incluso si estaba disparándola en direcciones
equivocadas.
—Hace
un par de semanas que no lo he visto. Dijo que estaba en problemas y se fue
justo después de que le di el dinero que agarré del bar. Esto lo hicieron los
chicos que vinieron a buscarlo. Aparentemente, está metido en líos más grandes
de los que me hizo creer. Pensaban que mentía cuando les dije que no sabía en dónde
se encontraba. Esto… —señaló con un dedo su maltratada cara—, fue su manera de
persuadirme para contarles la verdad sobre en dónde está.
Su voz
ronca tembló y un escalofrío se deslizó por mi columna vertebral. Sabía todo
acerca de cómo los hombres malos intentaban usar a las personas de la vida de
otros hombres malos, para tratar de conseguir información. Apostaría todas mis
escasas pertenencias a que lo que podía ver era solo la mitad de lo que se vio
obligado a soportar mientras trataba de proteger a su inútil hombre.
—¿Por
qué sigues aquí, Jian? Vete a casa. Deja que tu papá cuide de ti, deja que tu
familia te ayude. ¿En dónde crees que vas a terminar con este camino por el que
vas?
Zhoumi
había dado unos pasos hacia la puerta y Jian cambió su mirada hacia mi hermano
cuando en voz baja le dijo:
—Este
camino termina contigo aborreciéndote a ti mismo y alejándote de las personas
que te quieren. Es un callejón sin salida, contigo sentado junto a la cama de
alguien a quien amas suplicando para que despierten de poner en riesgo su vida
porque siempre hay más problemas a la vuelta y, finalmente, van a alcanzarte a
ti y a ellos.
El jovencito
sacudió su cabeza y entrelazó los dedos mientras retrocedía un paso de la
puerta abierta.
—No lo
entiendes. Él no es un mal tipo. Me ama, solo tiene un problema. Me necesita.
Zhoumi
y yo intercambiamos una mirada. Ambos sabíamos que era imposible tratar de
ayudar a alguien que no estaba dispuesto a ayudarse a sí mismo primero.
La voz
de Zhoumi fue dura cuando le dijo al chico:
—Sus
problemas no tienen que ser automáticamente tus problemas.
—Siwon
no presentó cargos, tus padres han hecho lo imposible para darte la oportunidad
de una vida estable y normal. Estoy aquí porque me recuerdas un poco demasiado
a mí antes de que todo se fuera a la mierda. ¿Cuántas oportunidades crees que
consigues antes de que tu suerte se agote? —Me reí secamente y levanté una mano
para frotar mi nuca—. Porque déjame decirte, que cuando la suerte se agota es
algo realmente aterrador, y lo que te espera al otro lado no es algo que le
desearía ni a mi peor enemigo.
Sacudió
su cabeza, y empujó sus destrozados dedos a través de su cabello y susurró:
—Lo
amo.
Me dio
una mirada dándome a entender que la conversación había terminado y luego giró
sobre sus talones y desapareció de nuevo en la entrada.
Por un
largo rato me quedé en silencio, tratando de asimilar lo que sentía sobre lo
que había ocurrido. Sentirme incapaz de ayudar a alguien no era algo a lo que
estaba acostumbrado y no podía decir que me importaba mucho. Zhoumi agarró mi
codo y me dio un pequeño estirón para moverme. Inclinó su cabeza y apoyó su
mejilla sobre mi hombro.
—Ese
tipo de amor mata. —Su voz era tranquila y podía escuchar toda la clase de
recuerdos y miedos retorciéndose a través de ello.
—No es
amor.
Zhoumi
murmuró que estaba de acuerdo, y ambos nos quedamos en silencio mientras nos
subíamos al auto y nos dirigíamos de nuevo hacia el centro.
—Entonces,
¿qué vas a hacer con él? Simplemente no puede quedarse en ese lugar, mientras
la gente está buscando a su drogadicto novio y usándolo como moneda de cambio.
—Era muy familiar para mi hermano y deseaba que me hubiera negado a dejarlo
venir conmigo. No necesitaba ningún tipo de recordatorio sobre la manera en que
las cosas eran para nosotros en los viejos tiempos.
—Voy a
hablar con Eric y mi suposición es que irá ahí y lo sacará de esa guarida de
drogadictos. Sé que está frustrado con las elecciones que Jian ha estado
haciendo los últimos años, pero no hay manera de que vaya a sentarse y dejar
que deliberadamente se ponga a sí mismo en peligro por un perdedor con un
problema con las drogas.
Zhoumi
recostó de golpe su cabeza sobre el asiento y se movió de manera que pudiera
colocar sus botas sobre el tablero. Si el auto hubiera estado inmaculado,
habría tenido un ataque, pero teniendo en cuenta que todavía era un trabajo en
progreso, imaginé que podía dejarlo pasar.
—Eric
podría no obtener una opción en el asunto. —Sabía que se refería a mí y todos
los problemas que activamente traía directamente a nuestra puerta. Se dio la
vuelta para mirarme y sentí mi corazón junto con varias piezas de mi alma, que
pensé que se perdieron hace mucho tiempo, empezar a fusionarse de nuevo cuando
me dijo en voz baja—: Eres un buen hombre, Kangin. Puede que no lo veas, porque
estás tan acostumbrado a mirar al hombre que eras antes, pero estás aquí
delante de mí y puedo ver lo bueno que brilla proviniendo de ti. El hecho de
que puedo verlo, significa que tú también deberías ser capaz de hacerlo.
No
podía decir nada ante eso. No había palabras, y ni siquiera las hubiera tenido
ya que estaba demasiado asustado de que si intentaba utilizarlas arruinaría
este momento, este segundo que había estado esperando desde que me desperté del
coma. Era un hombre bueno ante los ojos de Zhoumi, y al decirme eso, por fin me
sentí perdonado por todas las cosas por las que le había hecho pasar.
Literalmente pude sentir algunos de esos muros, construidos por la culpa que me
bloqueaban de todo lo que ocurría a mí alrededor, comenzar a derrumbarse.
Estaba
en un semáforo cuando mi teléfono sonó y el bonito rostro de Leeteuk apareció
en la pantalla. No era un buen presagio para mí el ser capaz de mantener
cualquier tipo de zona de seguridad entre nosotros cuando sentía que se
aceleraba mi pulso y mi corazón saltaba simplemente al ver su nombre en mi
celular.
Pasé
un dedo a través de la pantalla y levanté el teléfono hasta mi oreja.
—¿Qué
sucede, Pelirrojo? —Sin mucho esfuerzo aún podía saborearlo, a él y al whisky
todo caliente y terroso, en la punta de mi lengua, me hizo removerme en el
asiento del conductor, mientras mi hermano me miraba de manera inquisitiva por
el rabillo del su ojo.
—¿A
qué hora tienes que trabajar esta noche? —Realmente le hacía algo a mi interior
que siempre sonaba tan feliz por hablar conmigo. El hecho de que le importaba,
no me pasaba desapercibido. Lo reconocí en todas las sencillas maneras en que
le gustaba demostrármelo.
—Se
supone que entro en alrededor de cinco minutos —le dije, y suspiró, se quedó en
silencio al otro extremo de la línea—. Leeteuk, si me necesitas para algo, solo
pídelo.
Escuché
a Zhoumi reírse disimuladamente junto a mí y me di la vuelta para fulminarlo
con mi mirada.
—Mi
mamá me pidió que vaya a su casa a cenar y sé que no somos realmente el tipo de
pareja que conoce a los padres ni nada, pero en verdad esperaba que pudieras
venir conmigo. La amo, pero puede ser agotadora, y últimamente ha estado
desagradablemente desanimada. Creo que realmente disfrutaría de conocerte, sin
mencionar que eres bastante lindo para mirar, incluso cuando estás vestido.
Me
reí. Hace tiempo, había conocido a un montón de padres, pero por lo general
estaba montando un espectáculo o muy concentrado en engañar a alguien que en
realidad nunca me conocían. Era en cierto modo liberador y un poco emocionante
que Leeteuk me pidiera pasar tiempo con su madre, teniendo en cuenta que sabía
todos y cada uno de mis defectos y faltas.
Leeteuk
no ocultó el hecho de que él y su madre eran extremadamente unidos, por lo que
la idea de que realmente necesitaba gustarle legítimamente a una madre si
quería mantener a este chico en mi vida flotando alrededor de mi cabeza, ponía
mis nervios de punta.
—Llamaré
al chico nuevo y veré si puede quedarse un rato más hasta que yo llegue. No
debería ser un problema... y sabes que me encanta cuando me debes una, Pelirrojo.
Se rio
y el cálido sonido envió descargas de felicidad verdadera y honesta por todo mi
cuerpo. Me calentaba más rápido que el mejor whisky que alguna vez probé.
—Pagar
es una de mis cosas favoritas por hacer, Kangin. Te recogeré en tu casa cuando
salga del trabajo, si eso está bien.
Gemí y
dije:
—Tú y
esas esposas. Uno de estos días voy a hacer realidad mi amenaza de usarlas.
Se rio
de nuevo.
—No
puedo esperar. Te veré más tarde.
Cuando
terminé la llamada Zhoumi se dio la vuelta por completo en el asiento y me
miraba como si nunca antes me hubiera visto.
—¿Qué?
—Sabía que sonaba gruñón pero no estaba listo para tenerlo examinando mi
complicada relación con Leeteuk. De todos modos, no era como si lo comprendiera
lo suficientemente bien como para ofrecer una explicación.
—Estás
hasta el cuello por el policía, ¿verdad? ¿Desde cuándo estás de acuerdo en
conocer a los padres?
Se
encontraba más allá de mi cuello.
—Bastante
adelante en el camino a enamorarme en este punto, y conozco a los padres cuando
importa.
—¿Estás
asustado? —Recordé lo duro y rápido que él huyó de Henry cuando éste decidió
que era él elegido.
—Estoy
asustado por él. Arruino todo lo que me importa, pero no he sido nada más que
honesto con él y aún está aquí. Sigue diciéndome que soy un riesgo que vale la
pena. —Lo cual significaba que tenía que hacer una buena impresión en su mamá,
incluso si eso significaba sumergirme en mi vieja bolsa de trucos—. Leeteuk y
su mamá son muy unidos. Fueron solo ellos dos al crecer, por lo que el sello de
aprobación de su mamá estaría bien.
Zhoumi
asintió.
—Eres
un riesgo que vale la pena... y él igual. Si dejaras de preocuparte por lo que
puede que suceda entre los dos y te concentras en lo que está sucediendo,
serías capaz de verlo tan claro como el día. Creo que lo amas, pero estás tan
atrapado en el después y tan preocupado por el cuándo que ni siquiera puedes
ver el ahora.
—No
tengo ni idea de cómo amar a alguien más, Zhou.
Se
acercó y me dio un golpe en el costado de mi cabeza, lo cual me hizo fruncir el
ceño mientras me detenía frente a la casa.
—Deja
de excusarte. Eres demasiado inteligente para eso, Kangin. Tú me amas, amas a
mamá, aunque no se lo merece, y creo que, finalmente, después de demasiado
tiempo, estás empezando a amarte a ti mismo un poco. Puedes amar a Leeteuk si
te lo permites.
Sus
ojos se iluminaron cuando la puerta en la entrada de la casa se abrió y un alto
hombre con desordenado cabello oscuro y muy ajustados jeans negros salió a los
escalones de la entrada.
—Permítete
amar a alguien completamente, Kangin. Es lo que finalmente te liberará del pasado.
No hay espacio para nada más, no hay espacio para todo el arrepentimiento y la
recriminación cuando estás lleno de esa clase de amor. Sé que dijiste que
despertaste del coma por mí, pero no has estado viviendo, y creo que Leeteuk
podría ser el que finalmente te dará una razón para empezar a hacerlo.
Salió
del auto, dije en voz alta su nombre y se agachó para meter su cabeza en el
interior del auto.
—Te
extraño. Solo quiero que lo sepas.
Me
guiñó un ojo y vi manos cubiertas de pesados anillos de plata deslizarse
alrededor de su cintura desde atrás.
—También
te extraño, pero creo que me preocuparé menos después de este viaje.
Henry
se inclinó y me saludó, luego sacó a mi hermano fuera del camino y lo besó como
si no lo hubiera visto en semanas en vez de horas. Si así era como se veía el
vivir, realmente había estado haciéndolo mal el último par de años, y Zhoumi
tenía razón.
No
estaba muy seguro de que me había poseído para pedirle a Kangin que conociera a
mi madre. No sé si era la necesidad que tenía de hacerle ver que esto entre
nosotros era importante, más
importante
que todo a lo que intentaba aferrarse antes, o si estaba sacando uno de sus
trucos e intentando ver si podía manejar a mi temperamental madre. De cualquier
manera, sabía que tenía intenciones ocultas al pedirle que me acompañara, y
teniendo en cuenta que era más inteligente que nadie que alguna vez conocí,
sabía que él también lo sabía.
Aun
así, cuando llamé a la puerta de su apartamento justo después del trabajo, aún
vestido con mi uniforme, simplemente me miró lascivamente y me dijo que ni en
un millón de años alguna vez pensó que le parecería sexy una placa. Luego me
besó con la fuerza suficiente para quitarme la gorra de mi cabeza y me recordó
una vez más que las esposas tenían más de un uso. Simplemente puse mis ojos en
blanco y lo seguí al 4x4. Uno de estos días iba a sorprenderlo y le permitiría
hacer realidad todas las promesas traviesas que veía en su mirada cuando me
incitaba con esa particular herramienta de mi oficio.
En el
camino a la casa de mi mamá le di un breve resumen de qué esperar. Le conté
como le gustaba saltar de pareja en pareja. Le di la versión resumida sobre mis
propios orígenes, lo cual le hizo arquear una ceja de manera interrogante en mi
dirección. Todo lo que pude hacer fue encogerme de hombros y decirle que nunca
había tenido una relación con mi padre y nunca quise una.
Mi
mamá se había esforzado mucho por ser más que suficiente para mí y nunca sentí
carencias en el departamento de amor y apoyo paternos. El tipo que contribuyó a
la otra mitad de mi ADN ya tenía otra familia cuando empezó a enredarse con mi
mamá, así que no era como si estuviera perdiéndome algún tipo de ejemplo
estelar. Kangin simplemente resopló y me dijo que cuando se trataba de figuras
paternas, un jugador era mucho mejor que uno con carrera de convicto, y tuve
que admitir que estaba de acuerdo.
—Últimamente,
mamá ha estado un poco en una montaña rusa emocional. Nunca le ha gustado estar
sola, y desde que me fui a trabajar a tiempo completo, ha sido aún más propensa
a buscar el amor en lugares equivocados. Realmente me preocupo por ella, y a
veces creo que va a cruzar la línea y que no seré capaz de mirar hacia otro
lado. Sus hombres y la manera en que está con ellos siempre han sido un asunto
delicado en nuestra relación. Pero nada de lo que diga al respecto parece
hacerla entrar en razón. Rompería mi corazón si un hombre alguna vez realmente
abriera una brecha entre nosotros. —Le di una mirada picarona—. Así que no le
devuelvas el coqueteo si comienza a ponerse bastante pesada. A veces pienso que
en realidad enloquece alrededor de los hombres guapos.
Me
sonrió y sentí que mi corazón daba un vuelco en mi pecho. El solo hecho de que
había aceptado ir conmigo significaba mucho y dudaba que siquiera se diera
cuenta de ello.
—Deja
de preocuparte. Si hay una cosa en la que no tienes que preocuparte, es que sea
capaz de manejar a tu mamá.
—Que
la manejes no es lo que me preocupa, sino que la toleres.
Mi
mamá era mi persona favorita en el mundo, pero si le hacía ojitos a Kangin
mientras me hallaba en la habitación, muy bien podría ponerme como loco. Antes
de él, nunca había sido del tipo celoso o posesivo, pero ahora estaba tan
involucrado, tan profundamente con él, que no dudaría en reivindicar mi derecho
aunque, lógicamente sabía que no había manera en que mi mamá alguna vez
quisiera hacerme daño o molestarme adrede.
Kangin
estiró una mano y la colocó en la parte trasera de mi cuello, donde podía darle
un apretón. Un escalofrío recorrió mi espalda. Quería estacionar la camioneta y
trepar a su regazo. Para ser honesto siempre quería trepar sobre él pero el
hecho de que estaba tratando de consolarme, que estaba dispuesto a aceptar la
petición de conocer a mi mamá solo para hacerme feliz, me hacía sentir incluso
más amorosa hacia él.
—Las
mamás y appás son un pedazo de pastel. Los papás suelen tomar más trabajo, pero
de nuevo no querría a mi joven hijo en ningún lugar cerca de un chico como yo
tampoco. —Su tono estaba lleno de tan sarcástico auto desprecio, que quería
ronronear mientras sus dedos acariciaban a lo largo de mi cuello.
—Es
difícil imaginarte haciendo la cosa de sentarte y conocer a los padres. —Era
difícil verlo de alguna otra forma a este complicado y difícil hombre que se
había convertido en el centro de todo para mí.
—Hice
todo lo que tenía que hacer para obtener lo que quería, incluyendo conocer a
los padres. —No había humor en su voz ahora.
Me
giré para mirarlo mientras estacionaba en el frente de la casa de ciudad e
inclinaba mi cabeza a un lado mientras le decía:
—Y aun
así estás aquí haciéndolo por mí.
Él
solo me miró por un largo momento y entonces una pequeña sonrisa curvó su boca.
Se inclinó hacia adelante y presionó sus labios ligeramente contra los míos.
—Aquí
estoy.
Sabía
lo que me estaba diciendo. No solo que estaba aquí para conocer a mi mamá por
mí, él estaba aquí conmigo en este momento. No porque necesariamente quisiera
estarlo, no porque vaya a ganar algo de esto, sino simplemente porque le había
pedido que estuviera y estaba haciendo un gran esfuerzo para estar presente,
por mí. No había más duda sobre eso, le había tendido mi corazón al encantador
con un pasado criminal. Probablemente no era el movimiento más inteligente que
había hecho, pero no podía arrepentirme. No cuando me estaba mirando con esa
calidez brillando en sus ojos y esa sonrisa de complicidad en esa cara
demasiado hermosa.
Caminamos
hasta la puerta principal y puso su mano sobre mi espalda baja. Le di a la
puerta un golpe obligatorio antes de entrar gritando un hola a mi mamá. Ella
gritó de regreso diciendo que estaba en la cocina, y me dirigí en esa dirección
solo para detenerme en seco cuando Kangin hizo una pausa para ver en la pared
del pasillo las fotos que decoraban la plana superficie. Había varios de mí,
muchas de mí y Kook y sus hermanas, y un par de mí y mi mamá. Sus ojos parecían
pegados a las imágenes y todo su buen humor y su trato suave de hace unos
momentos se disipó detrás de una apariencia dura que opacaba el típico brillo
de su mirada. Su mandíbula se tensó tan fuerte que de hecho escuché sus dientes
chocar juntos y su brazo se sentía como acero cuando me estiré para tocarlo.
—¿Estás
bien?
Se
echó hacia atrás como si lo hubiera electrocutado, y cuando me miró fue como si
estuviera mirando a un extraño. Vi su manzana de Adán subir y bajar y sus manos
se curvaron en puños a sus lados. Su cabeza se sacudió lentamente de un lado al
otro y dio un paso lejos de mí, así no estaba tan cerca para tocarlo. Estaba
desconcertado por su repentino cambio de comportamiento, así que forcé una
pequeña risa y le pregunté:
—¿Verme
con frenos y con las rodillas nudosas te asustó tanto?
Estaba
feliz en casi cada una de las fotos en la pared. Era mi vida ante él mostrada
toma tras toma, y me pregunté si la realidad de venir conmigo para conocer a mi
mamá, la seriedad de dejarlo entrar en cada parte de mi vida, estaba finalmente
hundiéndose. Se veía como si estuviera luchando con las palabras cuando escuché
algo arrastrándose mientras mi madre venía alrededor de la esquina, sin duda
preguntándose qué nos estaba tomando demasiado.
Tenía
una copa de vino en su mano y una sonrisa de bienvenida en su cara mientras
gorjeaba:
—¿Se
perdieron? —Vi sus ojos ampliarse y su boca cayó abierta en una pequeña O de
sorpresa cuando su mirada cayó en Kangin. Pensé que probablemente estaba
solamente sorprendida por lo ridículamente guapo que estaba hasta que la copa
de vino se deslizó de sus dedos y mandó líquido rojo salpicando por toda la
elegante alfombra Berder. Mi madre podía ser rara pero típicamente era tan
grácil como una vieja estrella de Hollywood.
—¡Mamá!
—le grité, y di un paso hacia adelante mientras ella colocaba una mano frente a
su cara y alejaba su mirada de Kangin hacia el desastre que acababa de hacer.
Se rio un poco histéricamente entonces se giró para correr a la cocina, solo
para regresar un momento más tarde con una toalla y una botella de limpiador de
piso. Había un fuerte sonrojo en su cara y noté que no me estaba mirando, lo
que era totalmente extraño para ella.
—Lo
siento mucho. No sé qué está mal conmigo. —Se puso de rodillas y le fruncí el
ceño primero a ella y luego a Kangin, quien se veía como si estuviera tallado
en piedra. Nunca lo había visto verse tan duro y remoto. Ni siquiera la noche
que lo arresté por hacer algo que no hizo.
—Mamá,
este es Wang Kangins. Kangin, esta es mi mamá, Park Inyoung. —Mi mamá alzó la
mirada de su posición e inmediatamente miró de regreso al suelo.
—Uhm…
es bueno conocerte, Kangin. —Sonó fría y para nada amable.
Kangin
abrió su boca, entonces la cerró de nuevo. Alzó una mano hasta su cara y la
pasó sobre su mentón como si estuviera tratando realmente duro de pensar en
algo qué decir. Le fruncí el ceño y crucé mis manos sobre mi pecho. Estaba a
dos segundos de estampar mi pie en el suelo, irritado.
—¿Qué
está mal contigo? —Quiero decir sé que mi mamá fue dramática y que no dio la
mejor primera impresión, pero la impresión de hombre de piedra parecía un poco
extrema, especialmente cuando él me había asegurado que podía arreglárselas con
muy poco esfuerzo.
Entonces
fue como si un interruptor se encendiera. De pronto su pétrea y dura expresión
cayó y el chico inofensivo que había debajo fue revelado. Una sonrisa fácil
apareció en su boca e inclinó el mentón en un asentimiento educado.
—Gusto
en conocerla, señora. —Yo nunca había oído su acento tan fuerte o tan
intencionado. Hizo que mi piel se enchinara y que escalofríos recorrieran mi
espalda. Se había metido en un papel. Kangin de pronto estaba actuando un
personaje e hizo que mi estómago doliera al ver el cambio que pasó sin
problemas frente a mis ojos. Especialmente desde que lo estaba haciendo con
alguien que era tan importante para mí. Algo estaba seriamente mal y no tenía
ni idea de qué era.
Ayudé
a mi madre a ponerse de pie y estuve perplejo porque estaba temblando. Me dio
un abrazo y me apresuró a ir a la cocina con Kangin siguiéndonos detrás.
Comenzó a soltarme cientos de preguntas sobre el trabajo, Kook, todo debajo del
sol, excepto sobre mí y Kangin, lo que era súper raro. Incluso si tenía el
suficiente tacto para no comérselo con los ojos delante de mí, no había manera
que no le diera una mirada apreciativa.
Seguí
mirando de un lado al otro entre ellos, pero él me estaba mirando como si
estuviera tratando de decirme algo importante, y me hacía ponerme realmente
nervioso. No sabía qué había pasado cuando caminamos por la puerta de enfrente,
pero sentí como si hubiera entrado en una dimensión alternativa.
Mi
madre nos tuvo ayudándola a poner la mesa de la cena, y cuando nos sentamos no
se me escapo notar que Kangin se sentó al final de la mesa, tan lejos de mí y
de mi madre como pudo. También no se escapó de mi atención que no tocó nada de
su plato mientras mi madre hablaba y hablaba de nada y todo en una velocidad
alarmante. Estaba actuado más errática de lo que podía recordar haberla visto.
Solté mi tenedor con un chasquido en mi plato y entrecerré mis ojos en ella.
—Mamá.
—Ella cerró su boca con un golpe y parpadeó hacia mí como un búho—. Este es el
primer chico que he traído a casa a conocerte en años y has pasado los últimos
veinte minutos hablando sobre tu secadora y una mancha en tu blusa. ¿No quieres
saber cómo nos conocimos o algo sobre Kangin? Estás siendo grosera.
Ella
me evitó y se giró con los ojos muy abiertos a Kangin y después me miró de
regreso con dos manchas rojas en sus mejillas.
—Oh…
Lo siento mucho. Prometo, que regularmente suelo tener mejores modales que
estos. —Kangin gruñó mientras yo estiraba un pie para patearlo por debajo de la
mesa. Instantáneamente una sonrisa parpadeó en su cara y se encogió de hombros.
—No se
preocupe por eso señora. Aprecio que haya hecho la cena para nosotros.
Mi
mamá soltó una risa aguda y alzó una mano para enredar sus dedos en su collar.
—Entonces
obviamente eres del sur. ¿Dónde sería eso?
—China.
—Él mantuvo la sonrisa en su cara pero no había nada de simpatía en su voz.
—Oh,
apuesto que es hermoso ahí.
—No de
la parte de donde soy.
Me
metí antes de que se pusiera aún más extraño.
—Kangin
atiende el bar que te dije que estaba frecuentando.
—Un
camarero. Eso suena como un trabajo divertido —dijo ella un poco demasiado
entusiasta.
—Tiene
sus momentos. —La respuesta inexpresiva de Kangin fue la gota que derramó el
vaso. La tensión era espesa como una manta y tan pesada que sentí que no podía
respirar a través de ella por mucho más.
Me
alejé de la mesa y me puse de pie con mis manos sobre el borde.
Giré
mi cabeza de un lado al otro entre ambos y pregunté:
—¿Qué
demonios está pasando aquí? —Necesitaba respuestas al por qué él estaba
actuando tan extraño, las necesitaba, como, ayer.
Kangin
hizo su silla hacia atrás. Miré con suplica en su dirección mientras se ponía
de pie.
—¿Kangin?
—Su nombre salió en un susurro mientras caminaba hacia mí—. ¿Exactamente de qué
me estoy perdiendo?
Puso
su mano en la caída de mi cabello en la parte trasera de mi cuello y se inclinó
para poder darme un beso en la frente. Se sintió como una despedida, y cuando
miré su cara pude ver que la máscara de amabilidad que había estado usando para
la cena se había ido y que el extraño de granito había regresado. Todas las
preguntas que tenía sobre su extraño comportamiento desaparecieron de pronto
debajo de las fuertes olas de dolor mientras veía claramente lo que estaba a
punto de hacer por debajo de su mirada embotada.
Y el drama inicio señoras y señores
ResponderEliminarSí...me gusta como Mimi trata ahora a Kangin
ResponderEliminarAaaaaaaaaaaahhhhhhhh
No me quería adelantar suponiendo que la señora coqueta del bar era la madre de Teuk,pero ya que está 100% confirmado...aaaaahhh
Ya dígale señoraaaaaa
Teuk no quería que su madre viera mucho a Kangin...a ver cómo se pone cuando sepa qué paso para que su hombre se ponga de esa manera