—Tú y
mi hermano, ¿eh? —Había estado preparándome para esta conversación toda la
noche. Hasta ahora había tenido suerte, la mayor parte de la noche fue acaparada
por charla de bebes y Zhoumi poniéndose al día con el resto, pero sabía que no
había forma de evitar este tema toda la noche.
Donghae
y Heechul se habían perdido en asuntos de appás, Key estaba en una profunda
conversación con su cuñado Taemin. Estaba interrogando al rubio sobre la
condición actual de su propio hermano. Sungmin me había enviado un mensaje hace
una hora de que intentaría llegar, pero había habido una emergencia en el
hospital. Todo eso condujo a Zhoumi viendo la oportunidad de preguntarme qué
estaba sucediendo entre Kangin y yo, y moviéndose para matar.
Sus
ojos eran del mismo color que los de Kangin, lo que era un poco desconcertante
cuando me miraba fijamente. No podía distinguir si hizo la pregunta esperando
una respuesta sencilla o una explicación, o si solo estaba declarando el hecho
de que estaba, de hecho, durmiendo con su hermano de una manera extremadamente
frecuente. Me aclaré la garganta un poco nervioso e hice rodar la botella de
cerveza que estaba sosteniendo entre mis palmas.
—Me
gusta. —Hice una mueca cuando sus cejas negras danzaron hacia arriba, y le di
un encogimiento incomodo—. Me preocupo por él.
A
veces era el divertido y encantador coqueto que estaba solo para el placer y
los buenos momentos. A veces era el chico tranquilo y melancólico atrapado en
el pasado obviamente ahogándose en remordimientos, pero incapaz de seguir
adelante. A veces era el hombre rudo y demandante que quería más de lo que
estaba dispuesto a darle, el hombre que todavía le gustaba presionar y
practicar juegos. A veces era el hombre ingenioso que obviamente estaba
destinado a otra cosa que servir en un bar de mala muerte.
Toleraba
todas esas versiones de él, porque más a menudo que no, obtenía al chico con el
que quería estar por siempre. La ingeniosa versión,
demasiado-inteligente-para-su-propio-bien, diabólica y fácilmente entrañable de
Kangin, que solo hacía su aparición cuando olvidaba preocuparse por todas las
cosas que había hecho e ignoraba todas las formas en las que esta significativa
cosa innegable entre nosotros podía salir mal. Ese hombre hacía que tolerar y
navegar en torno a todos los demás valiera la pena y es- fuerzo si solo
aparecía de vez en cuando.
—Preocuparse
por Kangin puede ser una tarea agotadora. —La voz de Zhoumi era ronca, incluso
aún más por el tequila que había estado bebiendo a un ritmo constante por la
mayor parte de la noche. Si hubiera bebido tanto como él, estaría en el piso en
posición fetal bajo la mesa. Zhoumi ni siquiera parecía borracho mientras sus
ojos estaban fijos en los míos. Podía sentir su peso y dimensionar como se
sentía acerca de mi relación con su hermano mayor.
—Puede
ser. —Pero cuando el Kangin que yo quería amar se encontraba cerca, valía la
pena el cansancio.
Ambos
nos dimos la vuelta para mirar hacia la barra, en donde Kangin observaba
nuestro intercambio con ojos entrecerrados. El Bar se hallaba bastante lleno,
por lo que Dixie y el chico nueva nos habían estado atendiendo la mayor parte
de la noche. Él se detuvo para abrazar a su hermano y plantar un fuerte beso en
mi boca con una mirada de advertencia para Zhoumi antes de que se dirigiera de
regreso a la barra. Era una declaración que no podía dejar pasar. Sabía que iba
a querer intervenir en la situación, pero hasta ahora no había ido realmente
como esperaba. En vez del interrogatorio u obvia desaprobación, parecía
extrañamente curioso mientras me observaba mirarlo.
—Aún
me preocupo por él todo el tiempo. —La comisura de su boca se elevó en una
sonrisa—. Cada día tengo que luchar conmigo mismo para no llamar y comprobarlo.
Una de las cosas más difíciles que he hecho, fue dejarlo aquí justo cuando las
cosas comenzaban a salirle bien.
Aclaré
un poco mi garganta y me moví en la silla.
—Parece
bastante hábil para cuidarse, y uno de sus mayores temores es que va a
decepcionarte de nuevo, por lo que se mantiene por el buen camino.
Resopló
y su flequillo revoloteó sobre sus cejas alzadas.
—Con
certeza, es un sobreviviente, pero hay una diferencia entre simplemente salir
adelante y vivir la vida que se supone que debes vivir. No tenía ni idea de
cómo se suponía que el amor se ve o siente hasta que conocí a Henry. No estaba
viviendo una vida plena hasta que él me dio la fuerza para dejar de lado todo
lo demás.
Sus
ojos se ensancharon sensualmente. Estaba un poco celoso de que el solo decir el
nombre de su hombre tuviera ese efecto sobre él.
—Quiero
que Kangin haga más que sobrevivir, Leeteuk. Quiero que por una vez en su vida,
finalmente sea feliz. Quiero que haga algo más que simplemente salir adelante.
Quiero que tenga algo que sea suyo y solo suyo, que jamás sienta que tiene que
luchar por ello.
Tragué
un poco cuando la emoción comenzó a obstruir mi garganta.
Bajé
mi cerveza casi vacía sobre la mesa frente a mí y retorcí mis dedos.
—Tiene
todo eso a su alcance, pero sus manos están demasiado ocupadas aferrándose al pasado
en vez de alcanzar el futuro para agarrarse a él.
Abrió
su boca y luego la cerró de golpe cuando se reclinó en su silla. Cruzó sus
brazos sobre su pecho. Sacudió su cabeza oscura.
—Sé
que es así. Tenía la esperanza de que ya que no puede dejar de mirarte
fijamente, y sigue mirándome como si quisiera patearme a través del bar, quizás
lo hubieras convencido de que deje ir eso. No podemos retroceder en el tiempo y
no podemos predecir el futuro. Está viviendo en el suspenso.
Me
moví de nuevo cuando la máquina de discos cambió a una vieja canción de
Christina Aguilera, la cual tenía a varias señoras de mediana edad levantándose
de la mesa en la se encontraban compartiendo y haciendo un serio meneo de
trasero. Me hizo sonreír a pesar de que el tema de conversación no era
precisamente animado.
—De
tanto en tanto lo lanza todo por la borda, y de vez en cuando siento como si
estuviera estirándose por una cuerda salvavidas para detenerse a sí mismo de
hundirse. Me da la suficiente esperanza por la que estoy dispuesto a quedarme y
ver cómo se desarrolla todo.
Pasó
su dedo alrededor del borde de su caballito de tequila y lamió la sal.
—¿Qué
vas a hacer si alguna vez tienes que encerrarlo de nuevo? Es un imán para los
problemas. Incluso cuando está tratando de mantenerse fuera de ellos.
Suspiré
y empujé mis manos a través de la parte de enfrente de mi cabello.
—Sigo
diciéndome que cruzaré ese puente si alguna vez llego a él. —me incliné acercándome
a él cuando las mujeres bailando se acercaron un poco más y sus risas eran lo
suficientemente fuertes que tenía que hablar por encima de ellas—. ¿Sabías que
estaba dispuesto a hacer tiempo para estar en la cárcel por un crimen que ni
siquiera cometió porque está tan confundido acerca de todo lo que ocurrió
anteriormente? ¿Cómo puede alguien incluso funcionar con ese tipo de
culpabilidad llenándolo?
Mi voz
se quebró y dejé salir un suspiro tembloroso. Me estremecí un poco cuando Zhoumi
extendió su mano y la cerró sobre los puños que ni siquiera me había dado
cuenta que estaba haciendo. Quiero decir, sabía sobre la culpa y la manera en
que podría afectar el pensamiento de una persona.
Mi
propia culpa me había mantenido lejos de Kook cuando más me necesitaba, pero la
dejé ir cuando me di cuenta de que envenenaba toda mi vida. Siempre me sentiría
mal por lo que ocurrió esa noche en el callejón y nunca superaría ver a Kook en
el piso, pero no podía ser el único momento que definiera mi vida o mi carrera.
Necesitaba que Kangin se diera cuenta de todo lo que se estaba perdiendo al
negarse a dejarla ir.
Los
dedos de Zhoumi apretaron los míos, y tuve que devolverle el apretón porque era
la única persona viva que podía comprender lo difícil que podría ser cuidar a
un hombre como Kangin.
—Ese
es el por qué me preocupo. Todo lo que ha hecho desde que lo traje a Seúl es
funcionar. Nada más y nada menos. Esa no es una manera de vivir. Pero ahora te
observa como si le importaras, como preocupado de que vaya a asustarte con
todas las historias de sus fechorías pasadas. Así que tengo la esperanza, un
hilo de esperanza diminuto y delgado de que finalmente ahí afuera en el mundo
hay algo que va a hacerle darse cuenta de que tiene que despertarse y vivir.
Miré
por encima de mi hombro hacia la barra. Él se estaba apoyado contra la parte
superior y hablando con un hombre, se encontraba obviamente profundamente
involucrado en la conversación con el tipo, pero sus ojos estaban fijos sobre
nuestra mesa y me di cuenta de que nos observaba atentamente a Zhoumi y a mí.
Le di una pequeña sonrisa para hacerle saber que todos iban a salir con vida y
vi sus hombros caer un poco como si disminuyera un poco la tensión. Giré de
nuevo hacia Zhoumi y ladeé hacia arriba mi mentón de manera desafiante.
—Quiero
despertarlo.
Se
rio, un sonido cálido y áspero que combinaba con su mirada whisky ahumada.
—Ese
es mi chico.
De
repente Heechul se puso de pie desde el otro lado de la mesa y juntó sus manos.
—Deberíamos
bailar. —Lanzó un pulgar por encima de su hombro hacia donde las señoras
mayores aún lo estaban pasando bien en un espectáculo descoordinado y
desordenado de pura alegría—. Un día esas seremos nosotros, señores.
Escapándonos de los hombres y niños en casa, así podemos tener una noche de
fiesta para nosotros. —Se rio—. Asumo que seremos más coloridos y tendremos
mejores cortes de cabello, pero esas seremos nosotros.
Taemin
levantó sus manos y se puso en pie. Era ridículamente elegante y se veía como
si acabara de salir del juzgado.
—Lo
lamentó, pero no bailo, nunca. — miró hacia la barra. Algo en su mirada cambió
y al principio pensé que miraba a Kangin, lo cual me hizo fruncir el ceño, pero
cuando me di la vuelta, me di cuenta de que el hombre en la barra se había
movido de su asiento y ambos se encontraban bloqueados en una mirada firme—.
Uhm, solo voy a saludarle a Minho muy rápido.
De
alguna manera el saludo nunca había sonado tan parecido a “desnudarse y follar
sobre la barra”. Había mucha tensión sexual y era lo suficientemente abundante
como para llenar el espacio que los separaba. Con el aspecto de un moderno
hombre de las montañas de Minho y los tensos músculos claramente definidos
contra su sencilla camiseta blanca, no podía decir que lo culpaba. Siempre
había algo atractivo en un hombre que parecía que podría hacerse cargo de sus
asuntos, sin importar cuáles podrían ser esos asuntos.
Zhoumi
me ayudó a ponerme de pie y de repente me encontré no solo sacudiéndome y
meneándome, sino también tomando chupitos. La noche se desvaneció en un borrón
de bebidas y risas, más baile, ¿quién sabía que Zhoumi era una máquina de pasos
dobles?, y un montón de abrazos y charlas en susurros sobre cómo era tener sexo
con un chico que tenía una perforación “ahí abajo”.
Ya que
Heechul y Donghae no podían beber a causa de todas las cosas del embarazo, eran
los encargados de llevar de regreso a Zhoumi y Key junto a sus hombres en una
sola pieza. Taemin se escapó sin despedirse en algún momento. A pesar de que
fácilmente podría haber conseguido un aventón con los otros, Kangin envió a
Dixie mientras bailaba y me sacudía en la pista, para decirme que quería que me
quedara hasta que terminara de cerrar el bar y que esperaba plenamente que
fuera con él a casa. Uh, sí, por favor.
Le
pedí que le dijera estaba bien, pero si iba a quedarme, necesitaba hacer que
valiera la pena mi tiempo. Su respuesta fue enviar a su amigo con otra ronda de
chupitos y con la orden de hacerme compañía y mantenerme fuera de problemas
hasta que terminara de trabajar.
Sorprendentemente,
Minho era realmente agradable y súper divertido debajo de su apariencia
intimidante. Me gustaba la manera en que sus ojos brillaban con fácil humor. Sin
mencionar esos músculos que tenía que eran dignos de babear por mucho. Tenía
que concedérselo a Taemin, tenía buen gusto. Charlamos hasta que Dixie se acercó y nos
contó que había terminado y quería cerrar la puerta al salir. Minho le dijo que
le acompañaría hasta su auto mientras todos nos íbamos.
Miré
por encima de la barra, a donde Kangin había apoyado sus brazos muy separados y
nos observaba. Le sonreí un poco descuidadamente y levantó una mano señalarme
con un dedo y luego lo doblaba, llamándome para que vaya junto a él.
Dejé
escapar un suspiro y sentí mi corazón palpitar con fuerza.
—Santo
infierno, es tan caliente.
Dixie
se rio disimuladamente junto a mí y Minho sofocó una risita. Ella jaló el brazo
del hombretón.
—Siiiii...
y esa es nuestra señal para irnos. Que tengas una buena noche, Leeteuk.
Me
despedí de ella distraídamente y me dirigí hacia la barra. Kangin se alejó de
la barra y agarró algo del estante detrás de él. Cuando llegué a la barra,
había apagado la mayoría de las luces a excepción de las que iluminaban la
parte superior de la barra y el espacio detrás de él. También se acercó por el
otro lado, así que cuando llegó a donde lo esperaba, bajó su cabeza y me dio un
beso duro que me hizo agarrar la parte delantera de su camisa a cuadros con
ambas manos.
—¿Todo
bien con Zhou?
Su voz
era ronca mientras sacaba un par de taburetes de la barra para hacer espacio
para nosotros y dejaba una pequeña botella de algo. Chillé con sorpresa cuando
giró conmigo atrapándome en su agarre y bajándome encima del borde de la barra
con mis piernas colgando. Colocó sus manos a los costados de mis caderas y me
miró de cerca ya que estábamos mirándonos a los ojos.
—De
verdad. Sabía que estabas preocupado por lo que iba a decir acerca de que
estemos juntos y que puede ser bastante feroz cuando quiere serlo.
Me incliné
y metí mis manos en su abundante cabello rubio y suspiré:
—Te
ama tanto. Quiere que tengas una buena vida.
Me
incliné un poco así podría besarlo en la punta de su nariz.
—Tienes
que ser una buena persona para tener una buena vida, así que creo que eso es un
poco difícil. —Sus palabras retumbaron en su pecho mientras daba un paso más
cerca de mí, lo cual forzó mis piernas a hacer espacio para él. Sus palabras me
entristecieron tanto que de repente quería llorar, pero también podría haber
sido por las grandes cantidades de tequila que consumí durante la noche.
—Hay
una buena mezcla con todo lo malo, Kangin. Solo te niegas a verlo o
reconocerlo. —Me gruñó y entonces deslizó sus manos debajo del dobladillo de la
camisa sin mangas que me había puesto. Sus palmas eran cálidas y ásperas
mientras recorrían mis costillas, llevándose con ellas la tela. Su mirada se
derretía mientras recorría mi torso desnudo.
—Te
veo, Leeteuk. Hay tantas cosas buenas en ti que nunca sabría qué hacer con ello
realmente.
—Kangin, el Gran Hermano está observando.
—Sonaba un poco estrangulado porque se había inclinado y estaba frotando la
punta de su nariz contra el pico fruncido de uno de mis pezones.
—Me
encargaré de ello. Ni siquiera quieres saber que cuando entré Eric y Minwoo lo
estaban haciendo en el depósito, y te garantizo que siempre que toco a la
puerta de la oficina y Heechul está aquí, la puerta está cerrada. Sin mencionar
la afición que parece tener mí hermano por desaparecer en los baños con Henry.
Quiero tomar un trago antes de llevarte a casa. Simplemente déjate llevar,
Pelirrojo.
Gemí
un poco cuando dirigió su atención hacia el otro pezón y movió sus manos a mi
trasero para estirarme más cerca del borde de la barra, por lo que la cresta de
sus pantalones presionaba fuertemente contra mi centro.
—¿Necesito
estar en sin camisa para que tomes un trago?
Su
cabello era como la seda cruda entre mis dedos, y ahora que estaba haciendo
círculos con su lengua alrededor de cada pezón, me hacía olvidar mi propio
nombre.
—Sí.
—Musitó las palabras a través de mi piel ahora húmeda y me hizo estremecer de
pies a cabeza.
Retrocedió
un poco y sentí como que iba a ahogarme en los ríos de deseo que componían su
mirada. Puso una mano en el centro de mi pecho y me dio un empujoncito hacia
atrás hasta que me apoyaba sobre mis manos y mi cabeza casi colgaba al otro
lado de la barra. En este ángulo, ya no podía ver su rostro pero su reflejo en
el espejo que se hallaba detrás de la barra era claro. Me miraba como si
quisiera poseerme. La expresión en su rostro era suficiente para que mi centro
se volviera líquido y se contrajera de deseo, adolorido con una necesidad tan
fuerte que casi hacía daño.
—¿Kangin?
—Me hizo callar mientras trazaba un patrón aleatorio a través de la tensa piel
de mi estómago con el borde de su uña. Automáticamente me puse tenso cuando sus
dedos se engancharon debajo del elástico de mis pantalones—. ¿Qué estás
haciendo exactamente?
Era
una pregunta estúpida. Sabía qué estaba haciendo, me encontraba teniendo
dificultades para racionalizar que en realidad estaba permitiendo que me
desnudara encima de la barra. Sentía como que probablemente debería estar
protestando más fuerte, debería usar algún tipo de argumento razonable para
evitar que esto siguiera adelante. Pero no estaba haciéndolo.
Era
caliente, la vista de él estando entre mis piernas mientras bajaba mis
pantalones por mis largas piernas y estiraba mis talones sobre algún lugar por
encima de sus hombros. Suspiró de placer cuando no encontró nada debajo, lo
cual sabía que haría. Solo que había anticipado que eso ocurriría en su casa,
no aquí. No creo que él supiera que podía verlo en el espejo, así que era la
primera vez que realmente llegaba a ver lo que otros veían cuando me miraba.
Era hermoso.
Sus
ojos estaban entrecerrados y enfocados solo en mí. Sus fosas nasales se
dilataban por la excitación y podía ver la manera en que en efecto lamió sus
labios en apreciación. Se veía hambriento y casi tan necesitado como siempre me
sentía a su alrededor. Este era el Kangin que me mantenía anclado en el suelo.
Este era el Kangin que podría tener si lograba que dejara de lado todo lo demás
a lo que se aferraba. Este era el Kangin que ya no quería negar que amaba.
Bajó
su cabeza y me besó justo encima de mi ombligo, y dejó que su lengua entrara y
saliera de la pequeña marca. Me hizo reír, y finalmente levantó su cabeza y se
encontró con mi mirada del revés en el espejo. Sentí como el calor que
irradiaba en esa mirada brillante nos uniría por siempre.
Me
sonrió y mi corazón trató de salir de mi pecho y caer a sus pies. Se enderezó y
agarró la botella que había colocado hace unos momentos sobre la barra.
Hubo
un pequeño pop mientras la destapaba, el aroma terroso y almizclado del whisky
golpeó mi nariz. Sabía lo que iba a hacer, pensé que estaba preparado para
ello, pero de alguna manera tener a un chico magnífico vertiendo un trago por
el costado de tu garganta y luego perseguirlo por tu cuerpo, simplemente no era
algo para lo que alguien realmente podría prepararse.
El
trago chorreaba a través de arriba y al costado de mi pecho. Un poco de ello se
abrió camino hasta mi estómago y se acumuló en mi ombligo, y allí se encontraba
el rastro de líquido que golpeó el punto de mi cuerpo en donde estaba envuelto
alrededor de él y pasó por encima de la curva interna de mi muslo. Kangin usó
su boca para atrapar cada última gota.
La
sensación de su boca moviéndose sobre cada superficie de mi piel era
electrizante. Cuando finalmente llegó a ese punto sensible en mi entrepierna,
perdí mi capacidad para sostenerme y me desplomé sobre la barra. Podía ver su
cabeza rubia entre mis piernas, sentía la maravillosa tortura a la que me
sometía con su lengua. Fue cuando extendió su única mano libre, la que no se
hallaba ocupada provocando y jugando, y entrelazó nuestros dedos, que
enloquecí.
Fue
tan dulce, tan tierno y para nada normal que me hizo caer y estallar en un
millón de diminutas astillas de placer y amor. En el espejo lo observé mientras
me observaba romperme por él. Sus ojos brillaban desde algún lugar muy profundo
en su interior y me pregunté cómo algo sobrevivía dentro de esa clase de fuego
en su interior.
Me
quedé allí, incapaz de moverme en lo absoluto mientras se ponía de pie. Puso
sus manos sobre la barra a los lados de mis caderas y se inclinó sobre mí.
Colocó un pequeño beso en el centro de mi esternón, y luego uno en cada
mejilla. Cuando su boca finalmente se encontró con la mía, me saboree a mí mismo
y al whisky, y fue suficiente para tener mis partes funcionando de nuevo otra
vez. Curvé mi brazo libre alrededor de sus hombros y entrelacé mis dedos por la
parte de atrás de su cabello.
—Una
buena vida no parece tan lejos de tu alcance, viéndote ante mí con tu sabor
sobre mi lengua, Pelirrojo.
Las
palabras fueron en voz tan baja que casi pensé que las había imaginado, pero
cuando me besó de nuevo fue tan suave, tan dulce, podría jurar que tenía parte
de su corazón en él, y sabía que daría todo lo que tenía para hacerle despertar
y estar aquí en este lugar conmigo, ahora mismo. Esto era demasiado bueno para
dejarlo pasar y merecía experimentarlo, incluso si no creía merecerlo.
Tracé
la parte exterior de su oreja y lo sentí temblar.
—Es
mejor que te asegures de que Siwon no encuentre más de lo que esperaba cuando
venga mañana y mire el video de esta noche.
Se rio
y se enderezó. Se alejó de mí para recoger mi ropa dispersa, y me ayudó a
bajarme de la barra así podría vestirme. Tuvo que sostenerme cuando toda la
sangre se apresuró a regresar a mi cabeza, lo cual llevó a algunos besos muy
intensos y caricias ya que todavía estaba desnudo. Nos hizo gemir a ambos y se
apartó de mala gana, diciéndome que iba a asegurarse de que el vídeo no
apareciera en cualquier lugar que pudiera volverse en nuestra contra. Su
sonrisa pasó de juguetona a depredadora en un abrir y cerrar de ojos mientras
caminaba hacia atrás y me decía:
—Mi
turno cuando regresemos a mi casa.
Oh por
Dios, realmente AMABA que nos turnáramos.
—Últimamente
has hablado con mamá? —Zhoumi hizo la pregunta desde el otro lado del Nova en
donde jugueteaba con el viejo cinturón de seguridad y miraba fijamente por la
ventana. Estaba a punto de regresar con Henry el sábado, y había pedido pasar
el día conmigo antes de irse.
Le
extrañaba, pero todo el día sentados en mi apartamento charlando sonaba a cero
diversión, así que lo recogí y le pedí que viniera conmigo a hacer un recado
que por más de un mes, había estado impaciente por hacer. Hasta ahora, la
conversación había sido bastante superficial y relajada, pero ahora que sacaba
a colación a la familia, sabía que no iba a seguir así por mucho tiempo.
—Hace
un par de meses. Llamó desde algún lugar. El tipo con el que se había
enganchado, la abandonó en una parada de camiones y quería el dinero para ir a
casa. —Solo que no era estúpido y sabía que el dinero para ir a casa en verdad
significaba dinero para quedarse en una máquina tragamonedas hasta que llegue
el siguiente camionero.
—¿Se
lo enviaste? —Zhoumi sonaba histérica. Siempre lo hacía cuando nuestra madre
surgía en nuestra conversación. La manera en que fuimos criados, quería decir
que nunca tuvimos mucho. Estaba tan orgulloso de la manera en que Zhoumi forjó
su camino fuera de la alcantarilla.
—No.
Le dije que iría y la traería, y podría quedarse conmigo hasta que se
recuperara. Me colgó y desde entonces, no he sabido nada de ella.
Zhoumi
resopló y se dio la vuelta para mirar por la ventana.
—Lo
supuse.
No
podría estar en desacuerdo con él y no tenía nada que agregar, así que la
conversación decayó un poco hasta que el barrio alrededor de nosotros realmente
comenzó a cambiar a obviamente desagradable y hostil. Su cabeza oscura giró
hacia mí de nuevo y sus ojos se estrecharon solo un poco.
—¿Por
qué quieres hablar con este chico? Le robó dinero a Siwon, suena ingrato y sin
arrepentimientos. ¿Por qué estás perdiendo el tiempo localizándolo?
Por
semanas había estado pensando en Jian. Sobre la manera en que solo desapareció,
la forma en que nadie había escuchado hablar de él, incluyendo a sus padres. No
podía quitarme la sensación de que había algo más en su mala actitud, que ser
un mocoso consentido y desagradecido.
Conocía
demasiado bien ese nivel de desafío y fría indiferencia; por la manera en que
sus acciones afectaban a otros, tenía que provenir de algún lugar profundo y
oscuro que estaba tan interiorizado que muy pocas personas podían realmente
comprender o reconocer. Me encontraba íntimamente familiarizado con el auto
desprecio y podía sentirlo emanando en oleadas de ese jovencito.
Incliné
mi cabeza hacia mi hermano y arqueé una ceja de manera interrogante.
—Creo
que existen personas que se preguntan por qué perdiste no solo tu tiempo, sino
la mayor parte de nuestra infancia conmigo, Zhoumi. Finalmente todos
necesitamos a alguien para que trate de salvarnos; incluso si fracasan, el
hecho de que alguien lo intentó, al final podría ser lo que más importa.
Parpadeó
y su mirada se encontró con la mía lentamente, cruzó sus brazos sobre su pecho.
—Te
salvaste a ti mismo. Luchaste por salir de ese coma. Cambiaste tu vida cuando
viniste a Seúl. Has dicho un millón de veces cuánto lamentas las cosas que
ocurrieron en el pasado. Fuiste tu propio salvador, Kangin. Nadie hizo ningún
trabajo por ti.
Detuve
el Nova frente a un dúplex que claramente había visto días mejores. Apagué el
motor y me recosté en el asiento así podría darme la vuelta para mirar a Zhoumi.
Me observaba atentamente y podía ver lo frustrado que estaba con toda la
conversación por la manera en que sus hombros se hallaban tensos y la forma en
que curvó sus manos en puños apretados en su regazo. Era como solía verse cada
vez que me metía en problemas y tenía que hacer algo desesperado y drástico
para sacarme de ello. Extendí una mano y la coloqué sobre sus puños.
—Morí
en ese hospital, Zhou. No hubo ángeles tocando arpas. No hubo redención y
arrepentimiento. Morí y fue muy claro que iba a conseguir exactamente el tipo
de destino que había estado buscando con toda la mierda complicada que había
estado haciendo a otras personas. Todo lo que podía ver era cada mal que alguna
vez cometí y cada decisión equivocada que hice estallar a mi alrededor. Por una
vez, pude ver cómo te afectaba. Estaba muriendo, y sabía lo que me esperaba del
otro lado; sin embargo, no podía irme sabiendo que era todo lo que ibas a tener
para recordarme. Tuve que regresar y darte algo más a lo que aferrarte, algún
buen recuerdo que llevar con los interminables kilómetros de cosas malas que
puse a tus pies. Quería tener la oportunidad de demostrarte que podía ser el
tipo de hermano que todo el tiempo te merecías, así que no, no me salvé a mí mismo,
me salvaste. Como siempre has hecho toda mi vida.
Vi su
labio inferior temblar hasta que lo mordió para mantenerlo quieto. Sus puños se
aflojaron bajo mi palma y dobló sus temblorosos dedos alrededor de mi mano, su
voz ya ronca, carraspeó más por la emoción cuando me dijo lo que creo que hace
mucho tiempo necesitaba escuchar de él.
—Siempre
he estado orgulloso de que eres mi hermano, Kangin. Sí, ha habido momentos en
el pasado en que me habría encantado alimentar a los lobos contigo, y no es
ningún secreto que tuve que irme de casa, porque no sabía qué más hacer para
ayudarte, pero ambos logramos salir con vida y somos mejores personas por ello.
Sé que lamentas cómo decayeron las cosas cuando éramos más jóvenes, pero
necesito que abras los ojos y asumas parte del crédito por la manera en que
cambiaste las cosas para hacerlas como están ahora. Hace mucho tiempo que
llegué a un acuerdo con el Kangin de mi infancia. Lo que quiero hacer es amar
al Kangin que ahora está aquí conmigo. Necesitas dejar de lado esas piedras
pesadas con todas las cosas malas del pasado que te están arrastrando hacia
abajo, antes de que te aplasten.
Extrañamente,
era similar a lo que Leeteuk me había estado diciendo cuanto más y más profundo
me hundía en él. Todavía no creo que estuviera listo para dejar de lado
cualquiera de esas piedras, pero un sexy pelirrojo se encontraba erosionando
lentamente trozos y fragmentos de la piedra cada vez que pasaba más tiempo con él.
Para el momento en que él termine, quizás sería capaz de forjar algo que
valiera la pena, algo que no me destrozara al mirarlo.
Me
incliné lo suficiente para así poder besar a Zhoumi justo en el centro de su
frente, entre las cejas negro medianoche, y lo sentí dejar escapar un
tembloroso suspiro.
—Nunca
voy a dejarte otra vez, Zhou. Esa es la única cosa en todo el mundo que puedo prometer
y sé que es una promesa que mantendré.
Nos
miramos el uno al otro en silencio durante un largo rato. La seriedad de las
palabras que había dicho y el hecho de que podía ver que entendía que real y
sinceramente quería decirlas finalmente sirvió para absolver parte de la culpa
que parecía asfixiarme cada vez que pensaba en las cosas que él tuvo que hacer
para mantenerme a salvo.
Que a pesar de todo lo que ha pasado kangin aún quiera ayudar a Juan, indica lo mucho que cambio
ResponderEliminarMe gusta la actual actitud de Mimi para con Kangin...porque no lo hacia una historia anterior.
ResponderEliminarSe ha sembrado la idea de una mejor vida para él...con eso es suficiente por ahora,así se empieza y se llega a un buen lugar,además que tiene un muy buen incentivo para tener algo real y bueno para él.
Solo espero que ayudar a ese niño no le traiga demasiados problemas😕.
P.d:quisiera ser una mosca en la pared *0*😏