Leeteuk dejó escapar un suspiro de ensueño.
—Podría solo mirar a Kangin todo el día.
Tuve que estar de acuerdo. Levanté una ceja
hacia él y tomé mi bebida.
—¿El policía y el criminal?
Arrugó la nariz.
—Eso suena como un título terrible para una
novela romántica.
Heechul rio.
—O una mala porno.
—No duele mirar, es todo lo que estoy
diciendo. —Leeteuk se acomodó en su silla y sus oscuros ojos bailaron con
alegría.
Zhoumi le dijo:
—No irá a ninguna parte con alguien con una
insignia de policía. No importa lo bonito que puedas ser. No está exactamente
reformado. No estoy seguro de que lo esté alguna vez.
—¿Aún está violando la ley? —Ahora la atención de Leeteuk era cualquiera cosa menos descarada y linda.
—No. —Zhoumi suspiró pesadamente—. No, al
menos no que yo sepa, pero Kangin tiene problemas de control de impulsos y eso
nunca termina bien. Es feliz aquí. Le encanta el bar y se ha vuelto muy cercano
a Siwon e incluso Jjong, pero a veces cuando la oportunidad llega golpeando Kangin
tiene un tiempo difícil dejando la puerta cerrada sin importar lo que está
esperándolo al otro lado. Por eso estoy preocupado de lo que vaya a pasarle
cuando Henry y yo nos vayamos. Siento
que parte de la razón por la que ha estado en el buen camino es porque sabe que
estoy aquí observando.
Sus palabras fueron un sombrío recuerdo de que
esas noches donde todos los jóvenes podían juntarse en un lugar y discutir
sobre la vida y todos sus desafíos y recompensas estaban contadas. Cuando Zhoumi
y Henry se mudaran definitivamente iba a haber un vacío en el grupo y me di
cuenta de lo cercanos que eran todos. Realmente habían formado una familia
propia y las relaciones de sangre no tenían nada que ver con ello.
—Volveré cuando el bebé nazca, cuenten con
eso.
Heechul le dio una sonrisa maliciosa a Donghae.
—¿Y si son mellizos? Pensé que sería menos
difícil solo tener que engendrar una gigantesca descendencia Lee. ¿Qué pasa si
terminas con dos?
Donghae gruñó y puso una mano en su todavía
plano abdomen.
—Hyukjae está llevando bastante bien todo el
asunto del embarazo sorpresa. Dos bebés en lugar de uno podrían ser suficientes
para enviarlo al límite. —Sonrió y su mirada brillante se puso un poco
melancólica—. Casado, con un bebé en camino… Si me hubieras preguntado un par
de años atrás si algo de eso hubiera aplicado a Lee Hyukjae, me hubiera hecho
daño riendo. —Me miró directamente—. Es increíble la forma en que las cosas
pueden cambiar.
No había forma de discutir con él sobre eso.
Todos estos jóvenes habían experimentado algunos importantes cambios de vida y
ninguno de ellos parecía en una peor situación. De hecho, todos parecían más
fuertes y mejores por soportar esos cambios y terminar en el otro lado de las
cosas. Siempre me apuraba antes de cualquier resultado que me estuviera
esperando, incluso si el resultado era algo que haría mi vida mejor.
—Bueno, todo lo que sé es que estoy deseando
ver lo que viene después. Hasta el momento en lo que a Jjong respectaba, aún
estaba decepcionado y me estoy sintiendo realmente afortunado de que encontrara
a un grupo tan genial de personas que pueda llamar familia. Ustedes chicos han
cuidado de él mejor de lo que nadie lo ha hecho.
—Lo amamos. —Las palabras de Zhoumi eran
reales mientras Heechul y Donghae asentían con la cabeza.
—Es fácil de amar. —Siempre lo ha sido.
Heechul se inclinó hacia adelante y descansó
sus codos en la mesa y luego apoyó su barbilla en su mano. Realmente lucía como
un duendecillo de punk-rock.
—Creo que tú también, Kibum. Shindong
reconocía a la gente buena cuando la veía. Nunca en un millón de años te
hubiera puesto de nuevo en el camino de Jjong si no creyera que eso era lo
mejor para uno de sus chicos. Tuvo que creer que tú eres lo que va a ser mejor
para Jjong a largo plazo.
Nunca me había sentido como si fuera fácil de
amar. Pasé demasiados años escuchando lo horrible que era, sobre cómo nunca
llegaría a nada a menos que cambiara mis modos, me hicieron creer que yo era
difícil y no valía la pena el esfuerzo. Creo que esa fue la razón de que nunca
me quedara en un lugar por mucho tiempo.
En el fondo de mi mente escuché a Jjong
susurrándome una y otra vez que en algún momento en el tiempo fui todo para él.
En silencio me pregunté si había pasado demasiado tiempo para que volviera a
ese lugar con él. Quería importarle mucho de nuevo. En este momento era la
única cosa en la tierra que quería.
Era el último que quedaba en la tienda en una
tranquila noche de sábado. Mi cita se retrasó porque el fornido jugador de
rugby que me había asegurado que tenía una “alta tolerancia al dolor” en
realidad había sido un bebé gigante y el diseño que debería haber tomado no más
de dos horas de alguna manera se las había arreglado para alargarse a cuatro
horas y media.
Estaba agradecido de haber terminado y haber
liberado a Kibum para que se fuera luego de haberle asegurado que cerraría y
pondría el pago final donde se suponía que debía estar cuando terminara.
Probablemente se hubiera quedado para hacerme
compañía mientras luchaba con la cita, pero creo que tener a un joven bonito
que no dejaba de mirar con compasión estaba haciendo que el chico actuara aún
más. Estaba cansado del drama, así que le dije que iría a su casa cuando
terminara.
Se estaba haciendo más y más común, ir a su casa
luego del trabajo, especialmente cuando estaba en SMarked, ya que vivía en la
misma calle, y me esperaba hasta que hubiera terminado cuando hacia mi tanda en
el centro de la ciudad para poder ir a buscar algo de comer o tomar una copa juntos.
Era el primer joven con el cual me mantuve
cerca por más de una noche. Era el primero con el que realmente salí y no solo
dormí.
Cada vez que lo llevaba a la cama, o ponía mi
boca en él, o lo abrazaba, la persistente idea de que mejor disfrutaba todo eso
mientras aún estaba cerca me golpeaba en la parte posterior de la cabeza y me
recordaba que mejor tenía cuidado porque si me había destruido cuando se fue
antes, sentía como si me fuera a hacer un hueco y dejarme vacío cuando me
dejara ahora.
Había ido de todos los “recuerdo cuando” a
apreciar todas las cosas que trajo con él al aquí y ahora. Ya no estábamos
poniéndonos al día y recordando el pasado sino conociéndonos el uno al otro
como las versiones adultas de nosotros mismos, y tuve que decir que me gustaban
mucho todas las cosas que venían con el Kibum adulto.
Mi cosa favorita era cómo parecía encajar
perfectamente en mi vida y con mis amigos. Era como si siempre hubiera sido
parte de la familia SMarked.
Estaba saliendo por la puerta principal y
chequeando de nuevo que había cerrado detrás de mí ya que la tienda estaba
cerrada los domingos y lunes cuando una suave voz me interrumpió.
—¿Trabajando hasta tarde?
Miré por encima de mi hombro luego de meter
las llaves en mi bolsillo y le di una media sonrisa a Taemin mientras lo
reconocía en toda su elegante gloria; incluso a las casi nueve de un sábado por
la noche parecía regio y refinado. Lucía como si hubiera acabado de salir del
té real o la corte.
—Sip. ¿Tú también?
No tenía ningún problema con ser amigable
incluso cuando una vez más sentía como si estuviera de pie en la acera frente a
la tienda específicamente por mí. Kibum había mencionado haberse encontrado con
él una o dos veces mientras conseguía café y parecía pensar que era inofensivo.
No estaba seguro de estar de acuerdo.
Sacudió su cabeza en negación.
—No. En realidad me dirigía a este lugar y me
di cuenta que aún estabas trabajando y finalmente reuní el coraje de acercarme
a ti por la verdadera razón por la que he estado acechando. Estaba esperando a
que terminaras tu cita y salieras. Estaba esperando que tuvieras un minuto
libre para hablar conmigo. ¿Podríamos tomar un café o una bebida?
Parpadeé sorprendido. Primero, tenía serias
dudas de ser incluso ligeramente su tipo si su reacción de estar en la tienda
por primera vez era una referencia. Segundo, conocía a Kibum, así que tenía que
saber que había algo entre nosotros dos, y si estaba ignorando eso, entonces
toda la clase que irradiaba tenía que ser para el espectáculo. Tercero, no
creía que quisiera tener algo que ver con la verdadera razón para
seme-acecharme.
—Uh… no. Estoy viendo a alguien. No estoy
interesado. —Generalmente tenía más tacto que esto pero aún estaba un poco
anonadado por él y el momento.
Me sonrió con tristeza y sacudió su cabeza de
nuevo.
—No en una cita, Jjong. Ni siquiera cerca.
—Exhaló un profundo suspiro y vi algo trabajando en sus ojos. Sus manos se
apretaron en puños a sus costados y cambiaba su peso de un pie a otro
nerviosamente. Como si las palabras hubieran estado atrapadas dentro de él por
un largo tiempo, exclamó—: Soy tu hermano… bueno,
medio hermano, pero aun
así estamos emparentados.
Todo lo que pude hacer fue mirarlo mientras me
devolvía la mirada. Estaba seguro de que tenía que estar bromeando. Finalmente,
luego de lo que se sintieron como cincos sólidos minutos de silencio, tiré la
cabeza hacia atrás y me reí. Me reí tan fuerte que las lágrimas se juntaron en
mis ojos y mis músculos abdominales comenzaron a doler. Me tomó otro minuto
recuperar el aliento y decirle:
—Es una jodida broma, joven. No sé qué tipo de
juego crees que estás jugando pero no es gracioso, y estoy más allá de no
interesado.
Fui a caminar a su alrededor cuando tendió una
mano bien cuidada y se aferró a mi codo.
—Lo digo en serio, Jjong. Mi papá, nuestro
papá, falleció el año pasado de un ataque
masivo al corazón. Estaba terminando su testamento con el abogado
inmobiliario cuando estuve atónito al darme cuenta que quería que dividiera
todo en dos partes con alguien de quien nunca antes había oído hablar… su hijo.
—Sus ojos estaban suplicándome—. Tú.
Lo sacudí y di un paso lejos de él. Tenía que
estar loco, pero mientras entrecerraba mis ojos hacia él no pude evitar notar
que sus ojos se veían muy parecidos a los que me miraban cada mañana en el
espejo.
—Tienes que estar bromeando ahora mismo.
—Había pasado mi vida entera solo. Había sido arrojado a un sistema de hacinamiento
porque no había ninguna familia que me reclamara, y ahora este joven estaba
tratando de decirme que había habido alguien por ahí todo el tiempo con mi
sangre en sus venas. No podía creerlo, no podía creerle.
—Estaba casado con mi madre cuando naciste.
—Se mordió el labio tan fuerte que una gota de sangre se acumuló bajo la
presión—. Era un hombre muy duro con muchos secretos. Llevó meses rastrearte.
Hyehwadong tiene demasiados niños en el sistema. Cuando finalmente te localicé
no podía encontrar la manera de decírtelo. En realidad me lo imaginé de esta
manera. Cuando mi compañía me ofreció transferirme a Seúl, creí que mudarme y
establecerme aquí me daría algo de tiempo para calentar el terreno antes de
romper las noticias, descubrir la manera de acercarme a ti y conocerte. Seguí
acobardado.
Pasé mis manos por mi cabello, despeinándolo y
causando que los mechones rubios se pararan por todo el lugar.
—Esto es una locura. Estás loca. No necesito
escuchar esto.
Le di la espalda y comencé a alejarme, cuando
su triste voz me detuvo.
—Crecí en un hogar estéril que nunca vio un
gramo de alegría o amor. Mi mamá se quitó su propia vida cuando era un
adolescente porque había tenido suficiente de mi papá y sus formas crueles y
desconsideradas. No puedo decirte cuántas horas, cuántas veces en mis días
tristes y sin fin, deseé tener un hermano. Solía soñar contigo, Jjong.
Sonaba realmente triste pero también sonaba
realmente loco. No quería tener nada que ver con alguien que había sabido que
estaba por allí por mi cuenta y me había dejado a mi propia suerte, incluso si
esa persona estaba muerta y su hijo estaba aquí en su lugar.
—No quiero nada de un hombre como ese. No
quiero nada de ti. Regresa al lugar de donde sea que viniste y ten por seguro
que no quiero la mitad de nada.
Creí ver sus ojos ponerse brillantes con
lágrimas pero estaba oscuro y tenía un millón más uno de cosas rondando por mi
cabeza, así que quizás solo había sido un truco de las luces.
—Jjong…
—No, simplemente no. He estado solo toda mi
vida y fue una mierda. No apareces después de todo este tiempo y piensas que
automáticamente vamos a entablar algún tipo vínculo de hermanos perdidos hace
tiempo. Eres un extraño y no quiero nada de lo que estas aportando.
—No sería un extraño si me dieras una
oportunidad. Me mude aquí para intentarlo y llegar a conocerte.
—A la mierda con eso. A la mierda todo esto.
—No le di la oportunidad de decir nada más. Solo me apresuré rodeando la
esquina hacia el estacionamiento donde estaba mi camioneta y llevé mi trasero
hacia donde Kibum estaba esperándome.
Mi corazón estaba palpitando tan alto en mis
oídos que no podía escuchar el tráfico a mí alrededor. Mis manos estaban tan
tensas en el volante que estaba sorprendido de que no hubiera roto la maldita
cosa en dos.
Un hermano. Un padre.
Era todo tan irreal. Habíamos sido solo mamá y
yo y luego había sido solo yo. La idea de tener un hermano y un padre que
claramente no quiso tener nada que ver conmigo estaba más allá de ser
abrumador, y no podía conseguir que mi cabeza dejara de dar vueltas y vueltas.
Kibum me dejó entrar y estaba esperando por mi
tan pronto como golpeé la puerta. Probablemente lucia como un hombre salvaje.
Mi cabello estaba de punta, sabía que mis ojos estaban muy abiertos en mi
rostro, y podía escuchar el sonido de mis respiraciones entrando y saliendo con
fuerza en rápidos bramidos. Mis manos estaban temblando cuando lo agarré y le
di vuelta para presionar su espalda contra la puerta del frente.
Creo que me preguntó qué pasaba. Creo que me
preguntó si estaba bien. Creo que me dijo que tomara un respiro y hablara con él,
pero no podía responderle o hacer nada para calmarme. Estaba demasiado
nervioso. Sentía como si pura electricidad hubiera reemplazado la sangre en mis
venas y estuviera lleno de ella. Estaba actuando por la adrenalina y el instinto
de sostenerme a algo, a alguien que había sido siempre tan sólido y real para
mí.
Kibum siempre había sido Kibum. Diez años no
habían cambiado eso. Tener sexo ridículamente asombroso no había cambiado eso.
No había manera de que Taemin el abogado y su bomba atómica de revelaciones
fueran a cambiar eso, y eso es lo que necesitaba tan desesperadamente en este
momento.
Posicioné mis manos en la parte trasera de sus
muslos y bajé el rígido material de sus pantalones. Sabía que estaba confundido,
podía sentirlo en la vacilación de sus manos mientras agarraba mis mejillas y
trataba de que bajara la intensidad. No estaba haciendo nada de eso.
Simplemente lo necesitaba.
Una vez que estuvo desnudo de cintura para
abajo, lo alcé en brazos y lo dejé atrapado entre la puerta y mi cuerpo al
presionar mi pecho contra el suyo. Lo sostuve en posición vertical con una mano
debajo de su trasero y usé la otra para abrir mi cinturón de un tirón y sacar
de mi camino la tirante tela de mezclilla del frente de mis pantalones. Estaba
tratando de desaparecer dentro de él. Estaba tratando de llegar a alguna parte
que se sintiera normal y segura, y él lo era.
Estaba nervioso, podía sentirlo. Sus brazos
eran cautelosos mientras los envolvía alrededor de mis hombros y su voz era
interrogante cuando decía mi nombre. Quería decirle que todo estaba bien, que
estaría bien, pero no podía conseguir una idea más allá de todo dentro de mí
arañando con la necesidad de llegar hasta él.
Una vez que tuve mis pantalones bajados
alrededor de mi trasero, levanté mi mano libre hacia su rostro y le aparté de
los ojos parte del cabello.
—Te necesito. —Soné como un viejo cuando lo
dije jadeando. Estaba muy alejado de ser suave o romántico, y estaba seguro de
que cuando recordara cuan insensible y grosero había sido me iba a sentir como
la mierda.
Inclinó la barbilla en un pequeño asentimiento
y su boca ahora despojada de todo su brillante color subió un poco en las
comisuras. Siempre lo necesitaba, solo que ahora era de una manera mucho más
madura e íntima.
—Está bien, Jjong. Está bien.
Sus dedos rasparon a través del corto cabello
de mi nuca mientras me empujaba dentro de él. Respiró siseando entre dientes y
me obligué a parar. No estaba de ninguna manera listo para mí o para todas las
cosas que necesitaba liberar en él. Su cuerpo se opuso al deslizamiento y dejé
que mi cabeza cayera hacía adelante a su cuello. Todo dentro de mí estaba
demandando que bombera dentro de él, que desatara todas las emociones que
estaba sintiendo en la ola de un orgasmo cegador, pero no podía herirlo o
simplemente tomar lo que necesitaba y no dar nada a cambio, sin importar cuán
fuera de control me sintiera.
—Lo siento tanto —exhalé contra su suave piel
y besé su pulso todo el camino hasta su oreja. Sentí el apretado agarre de su
cuerpo comenzar a relajarse solo por una fracción con el movimiento. Usé mis
dientes en el lóbulo de su oreja y escuché su suspiro de placer.
Movió sus caderas solo un poco, y mientras yo
trazaba la parte externa de la concha de su oreja con mi lengua, el apretado
ajuste de repente se soltó y me deslicé hasta la empuñadura, así que nos
quedamos pelvis contra pelvis. Froté mi mejilla contra la suya mucho más suave
y me dijo:
—Solo debes darme un segundo para ponerme al
día.
Me reí en su cabello y el sonido rápidamente
se volvió un gemido mientras sus músculos internos comenzaban a apretarme y
moverse a lo largo de mi palpitante polla de una manera que hizo rodar mis ojos
hasta la parte trasera de mi cabeza.
—Bastante justo. —Acuné la parte trasera de su
cuello y sellé mi boca sobre la suya mientras comenzaba a moverme ahora que
tenía libertad para hacer eso.
Aun cuando estaba impulsándome dentro como un
animal en celo dentro de su suave calor, él seguía tratando de suavizarme y
hacerlo todo mejor, aun cuando no tenía ni idea de qué estaba mal.
Clavé mis dientes en la curva de su cuello y
succioné lo suficientemente fuerte para saber que dejaría una marca en su piel
morena.
Sentí su respuesta y eso hizo muy feliz a mi
polla. En realidad mi polla estaba mucho más feliz de lo que normalmente estaba
cuando me enterraba en su interior y no fue hasta que sentí que mis bolas se
apretaron y el orgasmo me cegó con la oleada de placer que entendí por qué.
Inhalé su esencia, besé la marca roja que había dejado en su garganta mientras él
temblaba y se estremecía alrededor de mí mientras alcanzaba la propia cúspide
de su liberación. Se lo dije en voz baja mientras se bajaba y abría los ojos
para mirarme.
—No usé nada, Kibum.
Estuvo callado por un minuto y casi entré en
pánico. Aún no habíamos tenido la charla de
he-estado-allí-y-he-hecho-eso-con-cada-joven-del-edificio y no estaba
exactamente emocionado de saber con quién había pasado su tiempo en la última
década, así que simplemente usé un preservativo cada vez que estuvimos juntos y
diría que fue lo bastante bueno.
Alzó una ceja y puso sus manos a cada lado de
mi rostro.
—Estamos bien. Mientras no tengas ninguna cosa
aterradora escondida en tu armario sexual, tomo la píldora y lo he hecho
durante mucho tiempo.
Alcé una ceja para estar a la par de su propia
expresión irónica.
—Limpio como un silbato.
—Yo también.
Frotó sus manos sobre los lados de mi cabeza
donde mi cabello era corto y alargó la mano para suavizar algunas de las hebras
que todavía asomaban todas salvaje y fuera de control en la parte superior de
mi cabeza.
—No que alguna vez me fuera a quejar acerca de
ser completamente violado por un dios rubio del sexo, pero quizás me puedas
explicar sobre qué fue todo eso así puedo estar más preparado la próxima vez.
Froté mi frente contra la suya mientras negaba
con la cabeza y lo hacía reír cuando lo alejé de la puerta y me tambaleé hasta el
sillón aun sosteniéndola en mis brazos. Mis pantalones aún estaban
desabrochados y a mitad de camino de mi trasero, así que cuando su núcleo
húmedo golpeó mi vientre bajo, mi traicionera polla se agitó en reconocimiento.
Me preguntaba si alguna vez iba a tener suficiente.
Apoyó sus manos en mis hombros y me preguntó
en un tono bastante serio:
—Jjong, ¿Qué pasó?
Pensé que quizás podría superar el malestar de
mis tripas más fácilmente si tenía algo más en qué enfocarme, así que le
arranqué su moderna camiseta. Me puso los ojos en blanco y me dijo que tenía
solo una cosa en mente. No discutí aquello y en su lugar me saqué mi propia
camiseta por la cabeza y lo jalé hacía mi pecho para que nuestros corazones
estuvieran presionados juntos y latiendo a la vez. No había nada más sensual
que la pieza de metal sobre mi piel cuando sus pezones rozaron mi piel tatuada.
El era la cosa más sexy en el mundo.
—¿Conoces al abogado?
Metió su cabeza bajo mi mentón mientras sus
dedos trazaban mis costillas de arriba a abajo.
—¿Taemin? ¿El que trabaja calle abajo en la
tienda?
—Ése es. —Pude oír la amargura arrastrándose
en mi tono mientras la incredulidad de sus declaraciones hacían a mi cuerpo
tensarse aun cuando Kibum me estaba acariciando y frotando como si fuera un
lobo rabioso. Después de la manera en que había ido por él sin ninguna
advertencia no era de extrañar que estuviera siendo delicado conmigo.
—¿Qué hay con él? ¿Finalmente pudo calmar sus
nervios para conseguir un tatuaje?
Solté una risa ahogada y decidí que le
necesitaba antes de poder continuar. Lo insté a ponerse de pie frente a mí y
acomodé de nuevo en mi regazo de manera que estuviera a horcajadas sobre mí.
Todo bajo mi cintura se dio cuenta inmediatamente de que todas mis partes
favoritas estaban desnudas y estaba cerca de ellas.
—No, pero finalmente calmó sus nervios para
decirme que estaba en Seúl por mí.
—¡Qué!
Quizás no era lo más adecuado para decirle a tu
pareja desnuda en mi regazo pero mi cerebro estaba cansado y mi polla se estaba
poniendo dura de nuevo.
—No de esa manera. Asegura que es mi medio
hermano. Dijo que mi papá —hice comillas en el aire alrededor de la palabra
“papá”—, murió el año pasado, y cuando pasó por la lectura de su testamento
estuvo sorprendido de descubrir que le había dejado la mitad de todo a un hijo
perdido hace mucho tiempo… yo. ¿Qué demonios se supone que tengo que hacer con
eso?
—Guau. —Fue solo un leve sonido—. Eso es de
locos y serio.
—Eso es lo que dije. Le dije que me dejara en
paz y que tenía cero interés en algo de ello.
—Oh, Jjong. —Acunó su mano alrededor de mi
cuello y me besó justo en el centro de mi pecho—. No puedes decir eso en serio.
No conoces a Taemin en absoluto pero parece ser lindo y abandonó su vida entera
para venir aquí y llegar a conocerte, eso significa algo. —Alzó su cabeza y me
miró—. Créeme lo sé, porque hice exactamente lo mismo.
Lo miré con dureza.
—Me dejaron solo.
Resopló un sonido de disgusto.
—Entonces ¿por qué rechazarías a alguien que
está intentando llegar a ti y tratando de llegar a conocerte? ¿Acaso tener un
hermano no significa que nunca más tendrás que preocuparte acerca de estar solo
nuevamente?
Sus palabras y su modo de afrontar todo el
asunto me estaban haciendo sentir
incómodo. Hubiera preferido que dijera algo como “Acaso no sabes que ahora que
me tienes a mí nunca más tendrás que estar solo de nuevo” pero en su lugar me
estaba mirando como si de alguna manera la hubiera decepcionado.
—No necesito una familia, Kibum. Salí de allí
y encontré la mía propia y ellos nunca me dejarían o abandonarían. —Fue una
pulla innecesaria y no se lo perdió. Sus oscuros ojos se estrecharon e intentó
zafarse de mí pero no la dejé. Le sostuve por la cintura y gruñí—: Lo lamento.
Estoy de un humor desagradable.
Inclinó su cabeza a un lado.
—¿Tienes miedo de tener otro pariente
consanguíneo?
Retrocedí e incliné la cabeza hacia atrás
sobre los coJinkies del sofá.
—¿Por qué me preguntas eso?
Kibum encogió sus hombros de color caramelo y
se inclinó para darme un beso en la punta de la nariz.
—La única familia que conociste murió de una
manera horrible y comenzaste un viaje bastante difícil para encontrar a la
familia que tienes ahora. Puede ser terrorífico dejar entrar a alguien después
de sufrir esa clase de pérdida. Taemin parece ser una buena persona, Jjong.
Ayuda a niños y aun cuando obviamente viene de un lado de la vida diferente al
tuyo y al mío, nunca pareció que tuviera prejuicios o presumiera por ello. Solo
considera que dejarlo entrar, solo un poco, puede que no sea una cosa tan horrible.
Esa es una maravillosa sorpresa que se te ha ofrecido.
—Si repentinamente tuvieras a algún tipo
golpeando tu puerta diciéndote que es tu hermano, ¿lo recibirías con los brazos
abiertos?
Parecía que lo estuviera considerando y luego
se volvió a encoger de hombros.
—Quizás no con los brazos abiertos, pero estoy
seguro de que no le cerraría la puerta en la cara y luego echaría la
llave. —Repentinamente se puso a reír un
poco y frotó sus palmas sobre mi pecho—. Seguía pensando que lucía realmente
familiar por alguna razón. Tienen los mismos ojos, es hermoso.
Maldije y lo hizo reírse.
—Dijo que
su papá estaba casado cuando mi mamá quedó
embarazada.
Kibum hizo un sonido de simpatía y se inclinó
hacia delante otra vez para besarme.
—Hay una historia allí. ¿No quieres saber cuál
es?
—Supongo… Tal vez.
—Nadie va a obligarte a hacer nada que no
quieras, así que significa que está en ti tomar la decisión correcta.
Alcé ambas cejas y le sonreí. Decidí que había
terminado de hablar de Taemin y lo qué podría ser correcto o incorrecto por
hacer sobre ella.
—Así que, ¿importa que hayas venido aquí para
llegar a conocerme?
Envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y lo
apreté más cerca para que estuviera justo sobre mi cintura. La punta de mi perforada
polla se arrastró a través sus pliegues y me hizo rodar mis ojos en respuesta.
—Claro que importa. Siempre has importado,
gran imbécil.
Habría respondido pero se sentó él mismo sobre
mi erección y toda la sangre que me quedaba circulando para pensar de forma
racional se dirigió directamente hacía mi ingle.
—Tú también importas, Kibum.
Tenía que decirlo solo en caso de que no lo
supiera.
—Quédate en silencio, Jjong… mi turno para
violarte.
Cualquier momento de cualquier día, en
cualquier lugar que se le ocurriese. Gemí mientras comenzaba a moverse sobre mí
y solo dejé que mis ojos se cerrasen cuando él instantáneamente hacía parecer
todo mejor solo con existir.
O_____O
ResponderEliminareso si que o me lo esperaba!!!
Son hermanos!!!
Wauuuuu
Ahora si!!!
Se puso bueno!!!! 😎