Le gruñí a mi teléfono con frustración y lo
tiré sobre la mesa de café, donde mis pies estaban apoyados. Jjong me miró por
el rabillo del ojo y se estiró para silenciar la ruidosa película de acción que estaba viendo.
Habían pasado tres semanas desde nuestra cita
en el parque. Tres semanas en las que ya no me fui a la cama solo o tuve que
perseguirlo o huir de él. Después de la noche en su apartamento simplemente
caímos en una especie de lugar donde decidimos sin palabras dichas que
preferíamos pasar el rato juntos, pasar tiempo con el otro que estar solos.
Alternamos apartamentos en una base bastante
regular, lo que significaba que Kkomde tenía dos conjuntos de cosas y ahora
parecía que mi refrigerador lo había abastecido un chico de fraternidad de la
universidad.
—¿Qué pasa? —Él inclinó su cabeza hacia mí
cuando suspiré y resoplé para enviar algo del cabello oscuro que había caído en
mi cara fuera de mis ojos.
Tan cercanos como nos habíamos vuelto y tan
cómodo como parecía a mi alrededor ahora, había una cosa que todavía lo
desencadenaba y todavía me hacía enterrarme bajo la duda y la vacilación, Jinki.
Ambos fingimos ignorar el hecho de que él todavía estaba allí, un fantasma
flotando en medio de esta cosa que estábamos construyendo a nuestro alrededor,
pero estaba en mi cabeza ahora y no podía mantenerme de puntillas sobre él o el
pasando que compartía con cualquiera de los dos.
Él se puso tenso a mi lado e hizo un ruido
evasivo en su garganta. Vi su mandíbula apretarse y extendí la mano para frotar
un dedo a lo largo del tic que empezaba a trabajar en su mejilla.
—¿Es tan malo, Jjong? ¿Ni siquiera puedo decir
su nombre?
Sus ojos se desplazaron lejos de mi mirada
sondeándolo y lo vi luchar consigo mismo para conseguir sus emociones bajo
control.
—Nada cambia el pasado, Kibum.
—No, pero aferrarse a algo que pasó hace tanto
tiempo con tanta fuerza que te mantiene anclado a los malos momentos y que te
impide avanzar en nuevos y buenos momentos no está bien tampoco.
Él curvó su brazo alrededor de mis hombros y
me atrajo hacia él, para que pudiera besarme en la frente.
—Creo que estoy avanzando muy bien.
Suspiré y puse una mano en sus firmes músculos
del estómago.
—No, si no puedo hablarte acerca de mi hermano,
no lo estás. Él es mi familia, el único miembro de mi familia que realmente
tengo. Lo amo, y si ni siquiera puedo decir su nombre sin convertirte en
piedra, entonces todavía estas de vuelta en ese lugar. Sé que él te hizo daño,
los dos lo hicimos, pero si me puedes perdonar tienes que seguir el camino a
ese lugar con él también.
Giró algunos de los largos mechones de mi
cabello alrededor de sus dedos y tomó un largo minuto antes de responder.
—Tuve un flechazo por Jinki desde el primer
segundo que lo vi. Era tan dulce. Parecía como todo lo que nunca había
experimentado antes. Amaba a su familia. Estaba involucrado profundamente en la
iglesia y la escuela. Incluso cuando era así de joven sabía que sus raíces eran
profundas. —Su tono cayó un poco más bajo y la luz de la televisión proyectaba
sombras extrañas en su rostro, haciéndolo lucir casi siniestro mientras los
recuerdos se lo tragaban.
—Él nunca me entendió, nunca comprendido por
qué era tan importante para mí, y cuando te fuiste fue mi único vínculo con la
familia, el amor y la aceptación. Sabía que solo hice las cosas peores al
aferrarme a él, al decidir que toda mi felicidad iba a estar siempre atada a él.
Era demasiado pedir para cualquier persona, y mucho menos a un jovencito que
nunca había estado fuera de su ciudad natal y fuera de debajo de las reglas de
su padre.
Dejó caer su barbilla de modo que estaba
apoyada en la parte superior de mi cabeza. Moví mi brazo alrededor de su
cintura, por lo que estaba abrazándolo y apoyé la mejilla en su corazón.
—Su pésimo gusto en los hombres, su
interminable deseo de complacer a tu padre, tomé la culpa de algo de eso.
Estaba asfixiándolo y creo que él estaba haciendo lo que podía para alejarse de
mí, sin tirar la casa por la ventana diciéndome que me perdiera. Jinki terminó
las cosas de una manera realmente definitiva, pero creo que lo llevé a ello.
Así que junto con la angustia que he llevado durante mucho tiempo, también
cargo con algo de culpa bastante pesada. No me gusta pensar en ello. Me gusta
fingir que nada de esto alguna vez pasó.
—¿Te enamoraste de Jinki porque sabías que
nunca se iba a ir?
Sonaba increíble, pero en mi corazón sabía que
tenía mucho sentido. La mamá de Jjong había muerto cuando él era muy joven y él
estaba acostumbrado a ser indeseado y rechazado, así que totalmente entendía
que el simple hecho de mí hermano siendo parte de la estructura del pueblo sería
atractivo. Era una apuesta segura y no una amenaza a su frágil corazón.
—En parte. Él también era bonito y me hizo
sentir como si tuviera un propósito, cuidando de él. —se rio entre dientes,
pero no había ningún humor en ello—. Jinki nunca me miró como algo más que un
amigo o un hermano, ni una sola vez. La mayoría de las veces me estaba animando
a hacer lo que todo el mundo esperaba. Quería que jugara al fútbol, a ser el
rey del baile, a salir con un porrista, y quería que mantuviera mi boca cerrada
y dejara a los otros hombres de su vida tratarlo como una mierda. Algo que su
padre y sus novios nunca dejaban de hacer.
Me di la vuelta y froté la punta de mi nariz
en su pecho. Esta no era exactamente una conversación agradable para tener,
pero creo que ya era más que tiempo de tenerla.
—¿Qué hay de mí? Lo amaste a él a primera
vista, porque era estable y plantado en el polvo de Hyehwadong, pero ¿qué hay
de mí, Jjong?
Él se rio de nuevo y esta vez había diversión
en ello.
—Para un niño de diez años, tú eras la cosa
más bonita que jamás había visto. Eras salvaje, fuerte, y no parecías tener
miedo de nada. Sabía que odiabas estar en casa, odiabas todas las reglas que
tus padres te imponían, pero nunca dejaste que te detuviera de divertirse y
estar lleno de alegría. Yo solo quería estar cerca de ti todo el tiempo, ya que
era como tener los cálidos rayos del sol tocando todo lo que estaba tan frío
dentro de mí. Tú fuiste la única persona que alguna vez me hizo sentir como que
estaba bien el ser un niño perdido que estaba realmente enojado porque su madre
fue asesinada. Ni siquiera una vez me hiciste sentir como si yo debería de
estar arrastrándome en gratitud por lo mínimo que el universo tuvo a bien poner
a mis pies. Tú eras todo para mí y luego te fuiste y yo estuve completamente
perdido de nuevo.
Eso hizo que mi garganta se cerrará y me
acurrara aún más contra él. Enganché una pierna al otro lado de sus muslos y lo
miré desde debajo de mis pestañas.
—Debería haber tratado de mantenerme en
contacto. Quise pero simplemente estaba abrumado y perdido en mi propio camino.
Necesitas saber que fue difícil dejarte. Que dejar a Jinki apestó, pero
realmente tenía que hacerlo.
—Supongo que todos teníamos que hacer cosas
que realmente no queríamos hacer con el fin de llegar a donde se suponía que
debíamos estar. —Su voz era melancólica y cavernosa. Podía oír cien sombras diferentes
llenas de recuerdos evocados.
Desde que estaba mirándolo, se inclinó y me
dio un dulce beso en los labios. Eso fue todo lo que se necesitó para convertir
el momento de algo oscuro y ponderado con fantasmas y remordimientos en algo
más caliente, algo crepitante de deseo y necesidad. Quería decirle como era
seguir adelante con los buenos momentos, pero necesitaba que él se percatara de
eso por su cuenta.
La noche de jovencitos del jueves había
cambiado un poco en el último mes. Heechul no podía beber, Donghae no podía
beber porque estaba embarazado, y nadie quería salirse demasiado fuera de
control y portarse mal porque Sungmin generalmente se presentaba con Leeteuk, e
incluso cuando Leeteuk estaba fuera de la patrulla, todavía era un policía y eso
significaba que todos hacían todo lo posible para portarse bien.
Me encantó que todos estos jóvenes fuertes y
tiernos me hubieran invitado al redil incluso antes que Jjong y yo hubiéramos
empezado a salir y conectar. Eran un grupo increíble de jóvenes y el hecho de
que creían que pertenecía a sus filas me hizo sentir realmente consumado y muy
orgulloso.
En lugar de irnos al bar de Siwon o el antro
que estaba al lado de la tienda, Heechul había tomado la decisión ejecutiva
para que todo el mundo se reuniera en un restaurante realmente bueno que estaba
a pocas cuadras de la nueva tienda, y en vez de tomar chupitos hasta que todos
vomitáramos, pedimos un montón de aperitivos y bebimos lujosos martinis.
Heechul estaba poniéndole los ojos en blanco a
Donghae y diciéndole que iba a asesinar a Siwon. Parecía que ahora que Hyukjae
iba a ser un papá, un esposo, y dueño de una casa, Siwon estaba sobre él para
empacar la casa que habían alquilado y se mudaran a un lugar que comprarían. Maldijo
por un lado y por el otro no había nada malo con alquilar, Siwon no podía
manejar a su hermano pequeño siendo más doméstico y establecido que él. Puso en
blanco sus ojos multicolores e insistió en que si él se había propuesto por
pura competencia iba a meterle el anillo en su garganta.
Esa declaración audaz tuvo a Zhoumi riendo y
diciéndole a Heechul que sabía a ciencia cierta que Heechul podría arrebatarle
el anillo tan rápido a Siwon que ni siquiera tendría la oportunidad de ponerlo
en su dedo. Eso tenía al rubio riendo y no lo negó.
Miré a Sungmin y levanté una ceja. Él y Kyuhyun
eran todavía bastante nuevos en términos de estar en una relación comprometida,
pero estaban obviamente muy enamorados y destinados a estar juntos.
Él sacudió la cabeza firmemente y se sonrojó
acaloradamente. Sabía que era tímido y no le gustaba ser el centro de atención,
pero no podía dejar de sonreír cuando habló de su sexy hombre. Kyuhyun era una
interesante mezcla de ternura y hombre rudo. Él era un buen partido para el enfermero
encantador y tranquilo.
—Apenas conseguí mi cabeza envuelta sobre el
hecho de que tengo un novio. Matrimonio, hijos... ninguna de esas cosas esta
incluso en el radar todavía. Probablemente voy a volver a la escuela y Kyuhyun
está ocupado con la expansión del negocio. Luchamos para hacer tiempo para
estar juntos, como está.
Leeteuk le dio un codazo a un hombro y movió
las cejas hacia arriba y abajo.
—No vas a tener que trabajar tan duro para
hacer tiempo si te mudas a vivir con él como te ha estado acosando para que
hagas.
Sungmin se sonrojó aún más y miró a su amigo.
—Lo voy a hacer.
—¿Qué te detiene? —Como siempre, era Heechul el
que tenía que estar metido en los asuntos de todos.
Sungmin miró hacia otro lado y luego suspiró y
volvió a mirar al grupo.
—No quiero que se harte de mí.
Un silencio de muerte encontró la declaración
y luego Zhoumi se echó a reír tan duro que otros comensales en el restaurante
se volvieron para ver lo que estaba pasando. Una vez que comenzó Zhoumi, Donghae
lo siguió, y pronto toda la mesa se reía, muy a pesar de Sungmin.
Sungmin mordió su labio inferior y jugueteó
con su cabello.
—No es gracioso.
Leeteuk le dio una palmadita en el hombro a su
amigo.
—Te dije que estabas siendo ridículo. Ese
chico esta sobre ti. Él le mantendría en su bolsillo si pudiera.
Asentí en acuerdo.
—Él lo haría. Él habla de lo genial que eres,
de cómo la nueva tienda no habría
conseguido realizarse si no fuera por ti. Solo tienes que ir por ello. No
quieres mirar hacia atrás y darte cuenta de que perdiste tiempo con alguien que te importa.
Eso, por supuesto, tenía todos los ojos en mí,
así que levanté la sexy bebida rosa enfrente de mí y encontré la mirada directa
y cuestionadora de Heechul.
—¿Estás hablando por experiencia, Kibum? —Hubo
risa en su tono, pero algo más profundo también. Sabía que él era muy cercano a
Jjong, lo veía casi como un hermano pequeño, así que no iba a jugar al tímido
con él.
—Jjong y yo tenemos un montón de tiempo perdido
entre nosotros. No sé qué haría cualquier cosa de manera diferente
necesariamente, pero sí sé que cuando lo miro ahora veo un montón de cosas de
las que me hubiera gustado haber estado alrededor para experimentarlas.
—¿Qué es exactamente lo que está pasando entre
ustedes dos? —Eso vino de Zhoumi y no tenía ningún sentido del humor en su
tono. Jjong era el mejor amigo de su hombre y él no toleraría que jugara con
él. Estaba claro en sus ojos y la firme colocación de su boca.
Encogí un hombro.
—Él lo llama volver a reencontrarnos.
Una de sus cejas oscuras se disparó hasta que
casi tocó su flequillo.
—¿Cómo lo llamas tú?
Iba a responder cuando Donghae de repente
interrumpió y me di cuenta de que él era el pacificador del grupo.
—Déjalo en paz, Zhou. Ninguno de nosotros
tiene nada que hablar cuando se trata de averiguar lo que está pasando con
estos chicos. Fue como caminar a través de un puente inestable sin pasamanos
colgando sobre un cañón empinado tratando de llegar desde donde estábamos hasta
donde queríamos estar con todos ellos, así que deja a Kibum tranquilo. Jjong es
feliz, él ya no está fuera durmiendo con la mitad de Seúl, así que ¿por qué no
todo el mundo simplemente deja las cosas así?
No me encantaba el hecho de que las tendencias
lascivas de Jjong eran bien conocidas y arrojadas a la mezcla, pero no podía
pretender que él se había estado guardando para mí. Suspiré y pasé mi dedo por
el borde de la copa.
—Hay un montón de historia que tenemos que
vadear, así que por ahora solo estoy tomándolo día a día. Vine a Seúl sobre
todo porque él estaba aquí, pero una vez que llegué me enteré de algunas cosas
acerca de él y mi hermano que no sabía, y eso ha sido difícil de aceptar.
Heechul chasqueó la lengua y agarró su plato
de comida.
—Él siempre ha estado enganchado con la idea
de que hay un verdadero amor. Todos hemos tratado de decirle que es una
tontería y que hay un millón de maravillosas personas en el mundo que estarían
encantadas de contar con él, pero él ha sido inflexible, al menos lo era hasta
que apareciste.
Su tono cambió muy rápido después. Suspiré de
nuevo.
—Él le pidió a mi hermano que se casara con él
cuando tenía dieciocho años y él lo rechazó.
Un jadeo colectivo salió de todos los otros
que tuvo de nuevo a los otros clientes del restaurante mirando en nuestra
dirección.
Negué con la cabeza con tristeza y forcé una
sonrisa de medio lado.
—Sabía que tenía algo por él, un flechazo, pensé.
No tenía idea de que estaba pensando en por siempre jamás con él. Me preocupa
que Jjong podría tener sentimientos persistentes que no puede separar de esta
cosa que tenemos ahora.
Heechul resopló y empujó el final de su
tenedor hacia mí.
—Todos hacemos cosas tontas cuando tenemos
dieciocho. Ni siquiera quieres saber sobre el chico con el que estaba cuando
tenía dieciocho años. Fue solo un error que nace de la soledad y la
inseguridad. Todos nosotros los hicimos en aquel entonces.
Zhoumi asintió vigorosamente.
—Hice muy malas decisiones antes de cumplir
los dieciocho años y mi idiota hermano ya había estado encerrado más de una vez
en el momento en que tenía esa edad. No es justo mantener el pasado en contra
de él.
Sungmin incluso intervino.
—Kyuhyun me rompió el corazón en mil pedazos
cuando tenía dieciocho años. Casi me impidió darle una oportunidad justa cuando
él volvió a entrar en mi vida el año pasado. Eso habría sido el peor error que
alguna vez he cometido.
Suspiré de nuevo y tomé mi copa para terminar
el último poco de ella. Necesitaba otra y tal vez otra cuando empezaba a pensar
en Jjong y sus sentimientos por mi hermano.
—Es mi hermano. —Eso era una complicación que
no creo que ninguno de ellos realmente podía entender, porque por mucho que me
importaba Jjong, no había manera de que alguna vez no fuera a tener la misma
sangre en mis venas, y lealtad eterna hacia Jinki.
—¿Qué dice él sobre todo esto ahora? —Hombre,
yo realmente amaba a Donghae. Él siempre era tan sensato y toda su actitud era
tan cariñosa y abierta. Iba a ser un appa espectacular, incluso si el niño
resultaba tan salvaje e impredecible como su papá.
—Él dice que no es toda su historia que
contar. He tratado de conseguir que Jinki llene los espacios en blanco durante
años, pero mi hermano siempre cambia de tema o me asegura que lo que pasó entre
los dos está en el pasado. Algo más grande que lo que siempre pensé está
trabajando por debajo de todo lo que estoy tratando de construir y no me gusta.
—¿Y qué si no funciona contigo y Jjong? —El
acento de Zhoumi sonó engañosamente lánguido—. ¿Simplemente vas a empacar y
rodar a la siguiente tienda de tatuajes, al siguiente hombre?
Debería haberle dicho al sensual timbre que se
metiera en sus propios asuntos pero no me podía quejar de él por ser protector
con su amigo.
—Eso es lo que hago normalmente. —La verdad no
era bonita, pero era lo que era—. No me gusta cuando las cosas se ponen
desastrosas y complicadas.
Sus ojos color whisky se estrecharon solo una
fracción.
—Suena como si estuvieras en el medio de lo
desastroso y complicado para mí.
—Sí, y por una vez mi inclinación es no cortar
y huir, sino quedarme y luchar. Jjong siempre me importó mucho. Ahora es en una
manera diferente, pero no estoy a punto de dejarlo ir sin una muy buena razón.
Leeteuk saltó de repente en la conversación en
su forma típicamente temeraria.
—Está bien, no soy parte del círculo íntimo,
así que voy a preguntar lo que sé que todos estamos pensando. —Sus ojos estaban
casi tan negros como los míos y estaban brillando con malicia—. ¿Se acostó con él…
tu hermano, quiero decir? Porque si lo hizo, eso es un poco extraño y creo que
eso junto con la propuesta podría darte ganas de repensar toda la situación.
Retrocedí e hice una mueca. No había manera de
que lo hubiera dejado poner sus manos sobre mí si estaba siguiendo los pasos
sexuales de mi hermano.
—No. Le pregunté eso todo el tiempo que
estuvieron en la misma universidad. Ni siquiera le permitió que le robara un
beso.
Leeteuk se inclinó hacia adelante con
atención.
—Así que sea cual sea la razón que tuvo para
saltar con la pregunta tuvo que haber sido bastante importante y no fue
conducida por amor. He conocido a Jjong, lo he visto alrededor de otras parejas.
Ese no es un chico que va a atarse a un joven con el que no ha ido a la cama.
De ninguna manera.
—Dijo que lo amó y que lo rompió. —Odiaba el
dolor en mi propia voz cuando me obligué a pronunciar las palabras.
—Quizás lo hizo pero hay diferentes tipos de
amor. Quizás lo amaba como a un hermano o como a un mejor amigo y no sabía la
diferencia. Quizás solo estaba tratando de protegerlo. No soy un detective aún,
pero te puedo decir que esas cosas no cuadran. Especialmente no por la forma en
que te empujó a la cama al segundo que le diste luz verde. Si tu hermano fuera el
único, realmente nunca hubiera sido capaz de deshacerse de la culpa que le
hubiera causado el llevarte a la cama. Jjong es un chico bueno, todos tus
chicos lo son. Solo porque te esté diciendo
que tu hermano era una cosa no quiere decir que realmente lo fuera. Mira sus
acciones, no sus palabras.
Sus palabras aguijonearon y no solo porque no
eran tonterías y realistas, sino porque sabía que si hacía lo que dijo sería yo
quien terminaría mutilado por la culpa. Sus acciones en ese entonces habían
sido claras. Me necesitaba, dependía en gran medida en mí, e incluso sabiendo
eso, me había ido.
Dejé que mi papá me forzara, había cedido a la
presión de huir de todas las cosas malas en lugar de irme bajo mis propios
términos y tomar partido por los buenos fragmentos que estaban enterrados
profundamente en el suelo de Hyehwadong.
Jjong y yo habíamos compartido todo, nos
habíamos dado el apoyo que necesitábamos para estar en un lugar en el que
ninguno de los dos queríamos estar. Debería haber hablado con él, debería
haberlo incluido en mi decisión de partir. Aun así hubiera apestado, lo habría
herido, pero no se hubiera sentido como si lo hubiera abandonado. Mis acciones
eran las que hablaban por sí mismas y en retrospectiva lo odiaba.
Sin embargo, Leeteuk también estaba en lo
cierto acerca de que el amor que sentía por mi hermano posiblemente fuera algo
más que amor verdadero. Nunca había tratado a Jinki de la misma manera que me
trataba a mí. Con él siempre había sido reservado y callado; conmigo no había
límites ni vergüenza. Simplemente no estaba seguro qué significaba eso ahora
que le estaba pidiendo mucho más que su amistad.
Afortunadamente, no tuve que pensar en ello
por mucho tiempo porque Leeteuk estaba en medio de una situación y su atención
cambió a Zhoumi.
—¿Cuál es la historia de tu hermano? —Su
interés parecía mucho más que casual o curiosidad profesional.
Zhoumi resopló.
—La historia de Kangin tiene lugar en un
pequeño pueblo de China, desvíos en el reformatorio, drogas, jovencitos, y
actividades delictivas en general y
caos. —Zhoumi tragó saliva y sus manos se cerraron en puños sobre la mesa—.
Casi terminó con una paliza brutal hace un tiempo porque decidió robar un club
de motociclistas y se desquitaron con bates de béisbol. Estuvo en coma y casi
murió. Nunca había conocido una regla que se aplique a él o una ley que no
quisiera romper y finalmente la encontró.
Donghae se acercó y apretó el hombro de Zhoumi.
Cuando se hizo evidente que estaba demasiado lleno de emociones como para
continuar, Heechul recogió el resto de la historia.
—Zhoumi y Henry trajeron a Kangin de nuevo a Seúl
para que pudiera curarse y volver sobre sus pies. Para gran sorpresa de todos,
a Siwon le agradó enseguida y lo puso a trabajar en el bar. Creo que el Chico
Grande está manteniendo un ojo en él porque está preocupado de que Kangin caerá
de nuevo en sus viejas costumbres, pero tienen una relación de trabajo
realmente sólida y Siwon sabe todo acerca de tratar de reconstruir una vida
desde cero.
Estaba claro que estaba orgulloso de su rudo
ex soldado por querer ayudar al problemático hermano de Zhoumi.
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