Donghae liberó a Kangin y a Leeteuk del
escudo que había puesto alrededor de ellos mientras corría fuera de lo que no
podía evitar catalogar como calabozo. Aceleró e hizo varios tramos de la
escalera de hormigón, cuando chocó con el duro pecho de Shindong. Él lo agarró
de la parte superior de los brazos y no lo dejó pasar.
—La cámara de seguridad ha grabado lo
que le hiciste a Leeteuk y a Kangin. No puedes ir usando tu poder tan
irresponsablemente.
Lo miró directamente a los ojos.
—Que. Te. Jodan.
Su expresión se contrajo con furia, pero
su voz fue modulada y uniforme.
—Estás sufriendo. Es comprensible. Ya he
hecho arreglos para que vueles a África a visitar a Sungmin durante unos pocos
días. Te echa de menos. La distancia puede ayudar… a silenciar tu conexión con Hyukjae.
—Mientras lo matas.
—Solo estamos haciendo lo que tenemos
que hacer. Un día lo entenderás.
—Idioteces. Si piensas que me voy a ir a
algún sitio, estás equivocado. Voy a estar con Hyukjae cada segundo de su
muerte. Voy a captarlo todo, memorizar cada detalle, cada gramo de miedo, cada
pedacito de sufrimiento. Y luego, cuando él esté muerto, voy a coger todo eso y
encontrar la manera de metértelo tan dentro de tu cerebro que nunca serás capaz
de dormir otra vez.
Sus ojos se crisparon y su cara se
oscureció con rabia.
—¿Piensas que quiero esto? ¿Piensas que
si hubiese cualquier otra manera de proteger a la gente que depende de mí no lo
haría?
—Podrías… oh, no lo sé… no matarlo.
Sería un buen comienzo.
—No tienes ni idea de cuánto daño es
capaz de hacer. Podría matar a docenas antes de que pudiésemos pararle. Es
rápido, mortal, y sin alma, debe ser sacrificado.
—Entonces hazlo tu mismo. No le envíes a
extraños como un jodido cobarde.
—Sé que no entiendes nuestras
costumbres, pero existen por una razón. Ésta es la manera que tiene que ser.
Donghae usó una ráfaga del poder de Hyukjae
para escaparse de su agarre.
—No lo acepto.
—Mejor sería que aprendieses cómo
encontrar algún consuelo, ya mismo, porque esto está sucediendo, incluso si
tengo que tener a uno de los Zea drogándote hasta que pierdas el conocimiento,
te comportarás hasta que todo haya terminado.
Él lo haría. Podía verlo en sus ojos. No
había piedad allí. Lamento, pero sin una pizca de arrepentimiento.
El teléfono de Shindong sonó. Donghae
siguió más allá de él y empezó el siguiente tramo de escaleras.
—¿Dónde está? —preguntó él.
Donghae se detuvo. Algo en la manera de
hablar le dijo que eran malas noticias. Muy malas.
—Dile a Dongjoon que aguante. Estamos de
camino.
Más pasos hicieron eco en el hueco de la
escalera de hormigón.
—Hyukjae no está luchando contra esto
—dijo Kangin—. No creo que vayas a tener que preocuparte de que hiera a
alguien, siempre y cuando lo hagamos rápido. No sé cómo se mantuvo a sí mismo
bajo control durante tanto tiempo, pero es una mierda de cosa para ver.
—Desearía que luchase —dijo Leeteuk—.
Parece tan salvaje matarlo cuando él no está… rabioso.
—Trataremos con Hyukjae más tarde —dijo Shindong—. Dongjoon encontró a una mujer en manos de los Saesang. Vosotros dos id a ayudarle
a liberarla.
—Estamos en ello —dijo Kangin.
—¿Qué hay de Hyukjae? —preguntó Leeteuk.
Shindong dejó escapar un pesado suspiro.
—Yoon llamó y
dijo que habían encontrado pruebas de demonios husmeando alrededor de la casa
de su hermana anoche. Está trayendo a su familia aquí mientras hablamos. Por
fin. Tan pronto como vea a Minki establecido a salvo entre nuestras paredes,
llevaré a Hyukjae a los Tvxq. No hay bondad en prolongar lo inevitable.
Especialmente para Donghae.
—Nunca te perdonará por esto —dijo Leeteuk.
—Lo sé. Puede unirse al jodido club,
porque no estoy seguro de si alguna vez me perdonaré a mí mismo.
Sus pasos se oyeron más fuertes. Donghae
no quería que supieran que los había estado escuchando, pero si se movía ahora,
lo oirían.
El conocimiento de qué hacer le surgió
en la cabeza mientras una brillante luz parpadeaba en el extenso paisaje negro
al fondo de la mente. Canalizó el poder de Hyukjae y cambió la luz a su
alrededor hasta que ya no fue visible.
Se aplanó contra la pared y aguantó la
respiración mientras el trío pasaba a su lado, saliendo a través de la puerta a
lo alto del hueco de la escalera.
La euforia vibró por él mientras se daba
cuenta de lo que había hecho. No podían verlo. Eso significaba que las cámaras
de seguridad, probablemente, tampoco podrían.
Ahora todo lo que tenía que hacer era
recoger algunas cosas, y podría salir de aquí. Primero conseguiría algunas
provisiones, armas y ropa protectora.
Y luego sacaría a Hyukjae.
Ni de putas dejaría que su propia gente
lo asesinara. Encontraría la manera de sacarle de ahí. Correrían y se
esconderían, y si alguien se acercaba a él con la intención de matarle, se
aseguraría de que lo lamentase.
Shindong no sabía cuánto más podría mantenerse
entero. Debía liderar a esta gente, y ¿cómo podía hacerlo cuando estaba
empezando a cuestionarse sus propias decisiones?
Ejecutar a Chris casi lo había matado.
No existía nada del hombre con el que había crecido. Todo lo que había quedado
de él era una feroz bestia, haciéndose pasar por un hombre. Había golpeado y
violado a una humana, casi matándola.
Su muerte había sido justificada, y sin
embargo, lo seguía obsesionando. ¿Cómo diablos iba a matar a Hyukjae cuando no
había ningún signo de que hubiera cambiado? ¿Cómo iba a lidiar con ese tipo de
dolor y culpa?
No estaba en
condiciones de liderar a estas personas. Su mandato aún no terminaba, pero
necesitaba salir de la oficina, escapar de las decisiones, los trámites y
recordarse a sí mismo el hombre que había nacido para ser.
Pero, ¿quién más podría hacer su
trabajo? Nadie lo quería.
Alguien tenía que hacerlo. Lástima que
al hacerlo, poco a poco le estuviera succionando la vida.
Un tentativo golpe sonó en la puerta.
Alzó la vista para ver a Nari de pie en la entrada, toda dorada y brillante
como un rayo de sol. Al verla, la presión detrás de los ojos se redujo y
silenció los golpes en la cabeza.
Era una Tvxq. La única bajo su techo.
Había venido a vivir aquí como parte de un pacto con su hermano, Yoochun. Él
había dejado aquí a Nari, y se llevó a Yoojin, la joven a la que Shindong había
reclamado como su hija. El intercambio alentaba a ambas partes a ser
civilizados y respetar el acuerdo, garantizando que ninguno de ellos se
precipitara de nuevo a una guerra.
Rara vez había visto a Nari desde que
había llegado. Cuando iba al comedor y ella estaba allí, parecía desaparecer
poco después. No sabía si era casualidad o si lo estaba evitando, pero su
aparición era ahora una distracción muy necesitada.
—Entra. Toma asiento.
Ella permaneció junto a la puerta, su
cuerpo largo y esbelto completamente envuelto en una capa negra. Incluso sus
manos estaban cubiertas, metidas dentro de las mangas como si tuviera frío. Una
suave capucha le cubría un poco las orejas puntiagudas y la mayor parte del dorado
cabello.
La postura y actitud ya no eran para
nada como la primera vez que la había visto, enfadada y siseando a su hermano.
Entonces había sido toda garras y dientes, pero ahora parecía más tranquila,
más callada.
Nari no dijo nada, se quedó allí, como
si se cerniera sobre el borde de una decisión.
Él podría haberla mirado fijamente
durante un largo tiempo, disfrutando de la curva de su cuerpo y la inclinación
intrigante de sus ojos. Su presencia lo calmaba, haciendo que la frustración y
la ira se deslizaran de él, dejando una mera marca. Pero, lamentablemente, no
podía pasarse el día observándola. Tenía otras cosas, menos agradables que
hacer.
—Estoy muy ocupado. ¿Hay algo que
necesites?
—Lo siento. No fue
mi intención molestarte. Yo sólo... oí que alguien decía que uno de tus hombres
ha cambiado. De verdad lamento tu pérdida.
Quería gritarle que Hyukjae no estaba
muerto todavía, pero parecía inútil. Su alma se había extinguido hacía mucho
tiempo. El resto era una mera formalidad.
—Te lo agradezco.
Ella expulsó una respiración profunda, y
él no pudo evitar notar la forma en que sus pechos se moldearon contra la
camisa.
Shindong sintió una agitación de lujuria
que no había tenido en mucho tiempo. La piel se le calentó y la sangre comenzó
a arder. Incluso la polla pareció despertar, agrandándose dentro del vaquero.
Tal vez sólo necesitaba echar un polvo
para salir de la depresión. No es que él hubiera considerado siquiera tener
sexo con la hermana de Yoochun. Él sabía exactamente cómo se sentiría si ese
hijo de puta mirase a Yoojin como a algo más que a un precioso tesoro que
proteger, uno que iba a seguir con las bragas todo el tiempo.
El sexo con Nari no era una opción, y
con alguien más no iba a arreglar sus problemas, o hacer otra cosa que darle
unos fugaces momentos de placer.
Ella no se había ido todavía. Seguía en
la puerta, mirándole con esos hermosos ojos, retorciéndose las manos.
Hizo caso omiso de los inapropiados
sentimientos hacia una mujer que sabía que no podía tener, y se levantó de la
silla.
—¿Hay algo más, Nari?
Ella lo vio acercarse, y él pensó que
empezaría a retroceder antes de recuperarse. El movimiento fue tan rápido, que
no era fácil saber si realmente había ocurrido. La mirada de ella se precipitó
alrededor con recelo, como si esperase que él le saltara encima.
No tenía idea de por qué estaba tan
asustadiza, pero le molestó que pareciera preocupada de que pudiera hacerle
daño. Estaba bajo su protección. Él daría la vida por mantenerla a salvo, si
fuera necesario, lo que, dado el creciente estado de ira y descontento en el
interior de la SM, no estaba del todo fuera de lo posible.
Cuando habló, sus palabras fueron sin
aliento y precipitadas.
—Me preguntaba si cuando envíes a tu
hombre a mi pueblo, me podrían llevar con ellos. Así puedo ver a mi familia en
una visita. Por supuesto, volvería aquí después.
Shindong había
estado tan absorto en sus propios asuntos, que ni siquiera había considerado
los sentimientos de ella. Nari había sido arrojada a un lugar repleto de
quinientos extraños, era un rehén para garantizar el buen comportamiento de su
hermano. No se le había permitido el contacto con su familia para evitar
rumores de espionaje. No había hablado con ellos en las últimas semanas y
estaba probablemente nostálgica.
Dio un paso más cerca, de forma que
pudiera verle mejor la cara. Él no sentía ningún signo de engaño, pero eso no
significaba que confiase en ella.
—Este viaje no va hacer feliz a nadie.
¿Seguro que deseas ir?
Ella asintió con la cabeza, retrocediendo
inmediatamente unos cuantos centímetros.
—No sé cuánto tiempo pasará hasta que
pueda ver a mi familia de nuevo.
La mirada de ella se encontró con la
suya finalmente, y él sintió como si una descarga eléctrica lo atravesase hasta
los pies. Quería estar más cerca, pero cada vez que avanzaba, ella se alejaba.
Ahora estaba en el pasillo.
—¿Y tú? —preguntó ella—. ¿Sabes cuánto
tiempo será?
No, pero no quería decirle eso. Ella
parecía tan sola. No podía soportar decirle que podrían pasar años antes de que
los Tvxq y los Suju verdaderamente confiaran entre sí. Hasta que ocurriera un
milagro, ella sería una prisionera, aunque disfrutara de comodidades. Él se
aseguraría de ello.
—No —dijo—. Puedes venir conmigo.
Ella palideció y su rosada lengua barrió
nerviosamente sobre sus labios.
—¿Tú? ¿Vas?
—No puedo pedir a alguien más que
condene a uno de mis hombres a muerte. Es mi trabajo. Yo lo haré.
—Oh. Pensé que enviarías a uno de los
seres humanos —ella tragó—. No importa. Esperaré otra ocasión. Siento haberte
molestado.
Ella se giró para salir.
Algo estaba pasando aquí, y Shindong iba
a averiguar de qué se trataba.
Salió corriendo al pasillo y se encontró
con ella. Había estado a punto la agarrarla del brazo cuando ella se dio la
vuelta, agazapada en una posición de combate, dejando al descubierto sus
dientes.
—No me toques —le advirtió—. Nunca me
toques.
El veneno en la voz le sorprendió, pero
no tanto como le confundía. ¿Alguien le había hecho daño? ¿O era simplemente un
caso de no querer ser tocada por uno de su especie?
—¿Por qué no?
—No me gusta. Mantén tus manos fuera.
Shindong metió las manos en los
bolsillos del vaquero con la esperanza de calmarla.
—Ves. No hay manos. Ahora dime por qué
de pronto cambiaste de opinión cuando te enteraste de que yo iría.
—Tal vez te encuentro repugnante.
—¿Tal vez o lo haces?
—Todos los Suju creéis ser mucho mejores
que nosotros. Es asqueroso. No me sentaría en un coche con ninguno de vosotros.
—¿Ni siquiera si eso significa visitar a
tu familia?
Un dejo de tristeza pasó por sus dorados
ojos antes de ser sustituido por la ira.
—No vale la pena el hedor de tu raza.
—Guau. Y yo que pensaba que estabas aquí
por la paz.
—Yoochun quiere la paz, y él siempre
consigue lo que quiere.
Shindong sabía que era un error, pero
uno que iba a cometer. Su comportamiento era muy sospechoso, y él iba a averiguar
lo que estaba ocultando, de una u otra manera. Unas pocas horas atrapados en un
vehículo podrían ser suficientes para conseguir destapar sus secretos.
—¿Es así? —Él le dijo arrastrando las
palabras, sintiendo una sonrisa curvarle la boca. La anticipación corría a
través de él, y por primera vez en mucho tiempo, estaba disfrutando de ello—.
Bueno. Apuesto a que él también quiere ver que estás sana y salva. Haz las
maletas, gatita. Vendrás conmigo.
Nari nunca debió haber abierto la boca.
Sabía que iba a meterla en problemas.
Había sido tan buena, conteniéndose a sí
misma durante semanas, saliendo de la habitación sólo para comer y jugar con
los niños. Ellos eran inofensivos. No podían arruinar su mundo de la forma en
que un Suju podría.
De la manera en que Shindong podría.
Pero echaba de menos a su familia, a sus
hermanas y hermanos. Quería volver a verlos y hacerles saber que estaba sana y
salva.
La marca de nacimiento en forma de
anillo en el brazo, quemaba, recordándole el error que su madre Tvxq había
cometido. Una noche. Un solo encuentro sexual con un extraño, y Nari había sido
condenada a dos mundos. No encajaba en ninguno de los dos, pero había elegido
el que ella había querido. Y el que la había despreciado.
Yoochun sabía de su vergüenza. Sabía lo
que su madre había hecho, lo que Nari era en realidad. Es por eso que la había
enviado aquí. Él sabía que, al final, ellos nunca la matarían, aunque optaran
por romper el tratado de paz en el que él creía con tanta desesperación.
Todo lo que bastaría era un toque de uno
de estos hombres para revelar el secreto, y ella tenía que evitar que eso
sucediese a toda costa. Ninguno de ellos podía saber lo que ella era.
Ninguno de ellos podía saber que ella
también era una pareja Suju.
Por primera vez en la vida, Hyukjae se
arrodilló para meditar sin la brillante espada delante de él. El suelo de
hormigón de la celda le enfrió las rodillas, distrayéndole y haciendo que fuera
más difícil entrar en calma.
Su monstruo se estaba haciendo más
fuerte a cada momento que pasaba, desde que Donghae se había ido. Sabía que
sería ejecutado pronto y no lo quería. Quería ser libre, para vagar por la
tierra, matar, comer, y follar hasta estar demasiado cansado para poder
moverse. Sabiendo que Donghae estaba allí, solo y sin protección, inflamaba a
la bestia, haciéndola más feroz y furiosa.
La meditación por lo general ayudaba a
calmar al monstruo, pero ahora mismo, Hyukjae tenía problemas para caer en ese
estado tranquilo, donde el cuerpo desaparecía y él simplemente existía,
flotando y entumecido.
Donghae estaba disgustado. Enojado.
Triste. Con miedo. Tantas emociones se deslizaban dentro de él, que era difícil
concentrarse. Y aunque sus emociones eran incómodas, eran parte de su compañero,
y él las apreciaba sólo por eso mismo. Él iba a encontrar la felicidad en la
nada lo suficientemente pronto. Por ahora, era mejor no perder los pocos
momentos que le quedaban, incluso si eso significaba arriesgarse a dejar libre
al monstruo.
Sin pensar en ello, se extendió hacia Donghae,
trabajando para enviarle tanto consuelo como pudiera. Sintió que se hundía en
ese confort, envolviéndolo alrededor como si tuviera frío y se tratara de la
única cosa que podría darle calor.
Estaba planeando algo. Casi podía oír
las ruedas de su cabeza moverse.
Algo malo había sucedido. No sabía lo
que era, pero esto revolvió viejos recuerdos de su tiempo en las cuevas. Cada
pocos segundos, conseguía otro vislumbre de un recuerdo, un
mero destello en el tiempo, cuando las cosas para Donghae eran oscuras, frías y
aterradoras.
Las horas pasaron. No estaba seguro de
cuantas. Cada pocos minutos, sentía un tirón en el poder cuando Donghae lo
atraía hacia él. Podía sentir su desgaste, cada vez más cansado, pero su
determinación era firme e inquebrantable. Ni siquiera creyó que fuera posible
detenerlo.
Una gran ráfaga de energía le abandonó
el cuerpo, aunque no tenía ni idea de lo que Donghae le estaba haciendo. En su
actual estado de ánimo, podría ser cualquier cosa.
«Quédate quieto», oyó su orden, tan
claramente como si hubiera estado en el cuarto.
Se quedó paralizado, por la conmoción
más que por obediencia y un segundo después, se produjo una serie de luces que
se suspendían a un lado de la celda. Esto se amplió, cada vez haciéndose más y
más grande, hasta que Donghae salió del portal.
La sorpresa lo sacudió, se quedó
inmóvil, incapaz de creer lo que veía. La mayoría de las parejas, tenían que
trabajar durante años para aprender a manejar ese tipo de poder y sin embargo, Donghae,
lo había ejecutado a la perfección, aterrizando exactamente en el lugar donde
quería, en lugar de meterse dentro de una pared.
El miedo y los instintos protectores
subieron, chocando unos con otros, haciendo que la voz le saliera dura.
—¿Tienes alguna idea de lo jodidamente
peligroso que es eso?
Donghae se dobló por la cintura,
jadeando y sosteniéndose el estómago. Un momento después, alargó la mano.
—No importa. Vamos. No puedo mantener
esto por mucho tiempo.
—No puedo irme —le dijo—. Soy un peligro
para ti, y para todos los demás.
—No estoy discutiendo esto contigo. Dame
la mano.
Podía sentir la tensión de manejar tanta
energía, pero no podía dejarle hacer esto.
—No. Podría hacerte daño.
—Yo Voy a hacerte daño a ti si no me das
la maldita mano.
Sus dedos se extendieron hacia él, su
palma hacia arriba, esperando. Se estremeció de cansancio, el deseo de
liberarle comenzó a hincharse, exigiendo que él cumpliera con su deber y mirara
por sus necesidades.
Si se fuera con Donghae, podría salvarle
de una montaña de sufrimiento y terminar esto de forma rápida. Podría hacer lo
que debería haber hecho hace unos años, haciendo que su
muerte fuera tan rápida e indolora para su compañero como fuera posible. Si iba
a estar atrapado con él hasta el amargo final, era lo menos que podría
ofrecerle.
Golpeó la palma de su mano contra la
suya y enroscó los dedos alrededor de su delgada muñeca.
—Vamos.
Ahh hae fue al rescate xD pero a donde irán ahora? La besti d hae empeorará las cosas x( m encanta q las actual sean así d rápidas xDD
ResponderEliminarAigooo que lokura Hae ten cuidado, Hyukie no te mates amor. Hae curalo has lo que sea necesario aprovechen que el shingdong ya tiene novia nueva para salir de ahi mientras el se encuentra entretenido con ella. Unnie kamsamnida x el capi y el mp agradecida for ever!! CHAE KYUNG
ResponderEliminarQuiero saber que pasa entre Shin y Nari!!
ResponderEliminarQue va a hacer Shin cuando se entere que Nari tambien es una pareja Suju?
Me encanta este Hae de super hombre salvador de su Hyuk.
Me encanta que no le tenga miedo a nada.
a donde van a ir? Ya quiero saber.
Gracias por el MP.
Usuario__09
aaaaaaaaaaaahhh!! Nari mitad tvxq y mitad suju?!! eso....eso es genial!!
ResponderEliminarsigue sorprendiendome la habilidad de Donghae de aprender tan rapido
esos poderes!!
ahora que pasara una vez que salgan de ahi??'
muchas gracias por el mp! me encanto el capitulo!
Omg!!!! El cap anterior no pude comentar pero queria morir con el final ! AAAAAH Yo tengo la esperanza que esa pequeña luz que vio Hae es el alma de Hyukkie !
ResponderEliminarNari es un suju :B Lo sospechaba!
Que fue lo que planeo Hae ?? espero que todo le salga bien !
Gracias por el mp ! cuidate y espero ansiosa el miercoles ! bye
No me da buena espina la huida de HyukJae.
ResponderEliminarPor li maa sagrado solo espero que Hae haya considerado todas las opciones antes de liberarlo, el sanguango este es capaz de ir solito a una cueva dispuesto a morir.
Shingdon por favor tocala ya me imagino la super conexión que puede haber entre ustedes
siiiiii hae pudo rescatar a hyuk .... pero que van a hacer de ahora en mas, escapar de los sujus?? espero que haber huido sea para bien aunque por las frases finales del capítulo hyuk va a tratar de hacer algo ......
ResponderEliminary lo de shindong y nari ???? de seguro que es su pareja ahhhh cuando se revelará esto ???
gracias por el mp
esperaré tu siguiente actu
saludos y cuídate ^^
En los libros que he leido, aún no han mencionado al respecto...también sigo esperando
Eliminarah yo sabia hae lo salvaria pero deben encontrar la amnera de que su monstruo no le haga daño y despues ahi si no haya quien lo salve de la muerte
ResponderEliminarahh que encuentren la manera de devolverle el alma!!!!!!!!
Nari tambien es una pareja Suju *-* sera compatible con Shin??!!!
ahhhhhhh ya quiero saber que mas pasara!!!
Gracias Yota!! *-*
Oh cielos es la pareja de Shingdong, Nari, tambien es suju, ahora Hae liberara a Hyuk y lo salvara podra?, se que si va maravillosa, gracias por el MP esperare ansiosa el nuevo capitulo.
ResponderEliminarOmo omo esto se pone cada vez mejor sin duda alguna si shingdong mata a mi monito hermoso hae jamas lo perdonaria que onda con nari y shingdong pero que arrisgado es hae ahora que escapen a donde piensan ir espero que lo logren
ResponderEliminarGracias YOTA por el MP nos leemos en la siguiente actualisacion te cuidas mucho kiss kiss
Att Eidenelf
Guauuuu esta genial el capitulo!!! Nari es mitad de ambos!!! adoro a Hae por todo lo que esta haciendo por salvar a Hyuk!!! donde iran ese par!! gracias por el MP esperare el proximo!!
ResponderEliminarCuidate!!
Rox Andres
ahahahahahahaah este capitulo estuvo increible narii es un suju y hae fue a rescatar a hyuk el no se debe matar ya que hae sufriria mucho y tiene que salir pronto y encontrar un lugar lejos de todos
ResponderEliminargracias por el mp
enviame mp cuando actualizes
Recuerda que dije que este libro me tenia tranquila,que no me queria apresurar para leer?
ResponderEliminarpues olvidelo,quiero el siguiente capitulo lo más pronto posible.
Hae lo esta ayudando a escapar,eso solo me hace imaginar una sola cosa,y estoy segura que es algo muy bueno,hyuk se controla,no puede ni quiere hacerle daño a hae,nunca.
Dios,que ímpetu el de hae al enfrentarse a shindong,pero claro,es su amor quien esta en riesgo,no solo él,su vida.
wooo Nari es una pareja suju,seguro que si Yoochun no se lo dice,shin lo descubrira por el mismo,o quizas alguien la descubra "sin querer" o queriendo
ya quiero aaaaaaaaaaactuuuuuuuuuuu