Al día siguiente se
levantó de la cama completamente seguro de que todo iba a funcionar a la
perfección. Se fue a trabajar a las nueve, como de costumbre, y estaba mirando
por la ventana en un descanso cuando vio a Jaejoong entrar en la tienda que
había al lado de la cafetería. Aquel hombre seguía en el pueblo y no entendía
la razón, pero no dejó que verlo le amargara el día. Kangin le había dicho que
ya no significaba nada para él y le creía.
Así que siguió
sintiéndose de maravilla hasta que su madre y Boom llegaron por la tarde.
Llegaron cuando Leeteuk
estaba solo. Min se había marchado a pasar la tarde a casa de un amigo. Leeteuk
estaba bajando las persianas cuando vio como el Cadillac Deville de Boom se
acercaba a su edificio.
Al ver el coche la
aprensión le provocó una ligera sensación de náusea. Al mismo tiempo se recordó
a sí mismo que tenía treinta y tres años y ya era lo bastante mayor como para
no agobiarse con la idea de tener que enfrentarse con su madre.
Pero la verdad era que
sí que se agobiaba. Y mucho.
Leeteuk cerró con llave
la puerta principal y apagó las luces. Después, tras respirar profundamente y
prometerse a sí mismo que no se iba a dejar influenciar por su madre, se
dispuso a ir a su encuentro.
Su madre estaba saliendo
del coche cuando llegó Leeteuk.
—¡Leeteuk, cariño! —le
dijo, tendiendo los brazos.
Leeteuk se dejó abrazar
y después Inyoung lo apartó lo suficiente como para poderlo contemplar a gusto.
Leeteuk miró aquellos ojos tan parecidos a los suyos y pensó que se estaba
viendo a sí mismo dentro de treinta años.
Además de haber heredado
los ojos de su madre, tenía la misma forma de cara y la boca igual de grande.
La gente solía decir que su madre era guapa y siempre añadían que él era su
vivo retrato.
Leeteuk lo tomaba como
un mero cumplido y trataba de no darle mayor importancia, aunque la realidad
era que lo ponía un poco nervioso. Quería a su madre, pero no deseaba ser como
ella. Quería tener su propia personalidad, que no lo compararan con nadie.
Inyoung lo estaba
mirando con ojo crítico.
—Pareces cansado.
Agotado más bien.
Leeteuk siguió
sonriendo.
—Estoy bien, mamá. De
verdad.
La gente llevaba tres
días diciéndole lo guapo que se le veía últimamente, pero para Inyoung tenía
mala cara.
—Bueno, ¿cómo está el
joven novio? —le dijo Boom, mientras sacaba el equipaje del coche.
Leeteuk se separó de su
madre para acercarse a Boom, y saludarlo.
—Estoy bien, muy bien —Boom
le había caído bien desde que empezara salir con su madre—. Déjame ayudarte con
las maletas.
—No, puedo apañármelas
solo. Lleva el neceser de Inyoung, si quieres.
Subieron las escaleras
que daban al apartamento, con Leeteuk a la cabeza y Inyoung alabó la nueva
decoración que había realizado en la cocina y el salón desde su última visita.
A Boom, que era el
propietario del edificio también le gustó mucho. Como le cobraba un alquiler
muy bajo, Leeteuk trataba de compensarlo haciendo mejoras en la casa.
—Estás revalorizando mi
propiedad —le dijo, encantado con lo que veía.
—Estáis en vuestra casa
—les dijo al llegar a la habitación de invitados—. Poneos cómodos que más tarde
iremos a cenar a casa de Kangin y así podréis conocerlos un poco más a él y a Sungmin.
Ahora descansad y…
Pero Inyoung ya estaba
empujando a su marido hacia la sala de estar.
—Boom, cariño, vete a
ver la televisión un poco que quiero hablar a solas con Leeteuk —se apretó
contra su marido y le dio un beso. Boom le dio una palmadita en el hombro y se
dirigió a la sala de estar.
Leeteuk se recordó a sí
mismo que no iba a consentir que su madre lo pusiera de mal humor.
—¿Qué pasa, madre?
Todavía estaban en el
pasillo y al parecer Inyoung quería más intimidad.
—Ven conmigo —le señaló
la habitación—. A un lugar más privado.
Leeteuk no tenía ganas
de que su madre le diera la charla en aquel momento.
—Mamá, ahora no puedo
hablar contigo. Tengo que hacer un montón de llamadas para ultimar los detalles
de la boda. Y después tengo que hacer la cena.
Inyoung se mostró
dolida.
—Necesito decirte
algunas cosas.
—Lo comprendo, pero en
este momento no puede ser.
Inyoung suspiró.
—Entonces, ¿cuándo?
Leeteuk pensó que nunca,
pero dijo:
—Esta noche, después de
que hayas charlado un poco con Min y Kangin.
—Muy bien, entonces esta
noche, antes de acostarnos.
—Sí, antes de
acostarnos.
Aquella noche Boom
estuvo viendo la televisión, mientras Inyoung y Min ayudaban a Leeteuk en la
cocina. A las cinco y media se oyó la moto de Kangin que llegaba de trabajar.
—¡Dios mío! —exclamó Inyoung—.
¿Qué ha sido eso?
Min dio una palmadita en
la mano a Inyoung cuando la moto se detuvo.
—No te preocupes, sólo
es la moto de Kangin.
—Ya —Inyoung sonrió a Min
con dulzura. Los dos habían congeniado desde el principio—. Hace mucho ruido,
¿verdad?
—Es una Harley —dijo Min,
como si eso lo explicara todo.
—Ya entiendo —respondió Inyoung,
aunque estaba claro que no lo entendía.
Kangin entró un poco
después, vestido como siempre: con sus vaqueros viejos y mucho cuero. Se le
había aplastado el pelo con el casco, que sólo llevaba porque se lo imponía la
ley. Tenía la cara manchada de grasa y polvo, lo que indicaba que debía haber
tenido un día de trabajo muy duro.
—¡Kangin! —Min se acercó
a él y le rodeó la cintura con los brazos.
—Quieto, o acabarás
manchado de grasa.
—Y qué más da —le dijo,
dándole otro apretón antes de soltarlo.
Inyoung, que estaba
sentada a la mesa, contemplaba la escena entre horrorizada y divertida. Leeteuk
dejó un momento de limpiar judías verdes y se dispuso a hacer las
presentaciones.
—Madre, este es Kangin. Kangin,
esta es mi madre, Inyoung.
Kangin se volvió a mirar
a Inyoung en el momento en que ésta se levantaba. Se observaron un momento y
mientras lo hacían, Leeteuk tuvo el corazón en un puño. Parecían dos enemigos
obligados a firmar una tregua.
—Bueno, —dijo Inyoung,
después de un momento, que a Leeteuk le pareció un siglo—. Hola.
—Hola —Kangin siguió
mirándola un momento a los ojos y después dijo a Leeteuk—: ¿Cuándo está la
cena?
Leeteuk tenía las manos
secas, pero se las volvió a limpiar en el delantal.
—Dentro de media hora,
más o menos.
—Voy a darme una ducha
—dijo, y se marchó.
Min sonrió a Inyoung con
inseguridad.
—Es un poco tímido. Ya
verás como te gustará cuando os conozcáis mejor.
—Sí —la voz de Inyoung
parecía la de un robot—. Estoy segura.
La cena transcurrió con
aparente tranquilidad. Boom estuvo tan amable y cariñoso como siempre. Estrechó
la mano de Kangin con firmeza cuando los presentaron y le preguntó un montón de
cosas sobre su negocio de maquinaria y Kangin le contó con detalle cuantos
hombres tenía a su cargo y el tipo de trabajo que hacían.
Y Min parecía alegre y
animado. Una o dos veces cuando nombraron a su madre le brillaron los ojos,
pero se le pasó enseguida. Repitió con el pollo al limón y Leeteuk pensó que el
que tuviera buen apetito era una buena señal.
Inyoung charló con Min, Leeteuk
y Boom. Alabó la cena que había preparado su hijo, pero en ningún momento
dirigió la palabra a Kangin.
Kangin tampoco tenía
nada que decirle, así que se ignoraron mutuamente. Leeteuk pensó que tanto Min
como Boom se debían haber dado cuenta, pero no dijeron ni una palabra, se
limitaron a fingir que todo iba bien. Leeteuk se sintió aliviado cuando terminó
la cena y tras fregar y recoger los platos, Inyoung empezó a decir que ya era
hora de regresar a casa.
Todos salieron a
despedirlos y Kangin retuvo una de sus manos. Leeteuk se estremeció un poco
como siempre que él le tocaba.
—¿Tú también te vas?
Leeteuk miró a Inyoung y
Boom, que ya estaban esperándolo en el porche.
—Bueno, sí…
—Quédate un poco —su voz
sonaba tan dulce como siempre, pero en sus ojos plateados se leía una orden.
—Uh, bueno…
—Quédate —le volvió a
decir y le apretó la mano de un modo que daba claramente a entender que no
pensaba soltarlo.
—Vamos, Leeteuk —le dijo
Inyoung, con impaciencia.
Kangin habló con Boom.
—Adelantaos vosotros. Él
irá enseguida.
Inyoung miró a su hijo
con los ojos brillantes de furia.
—¿Leeteuk?
—Id delante. Dentro de
un poco llegaré yo.
—Pero…
—Hasta luego, entonces
—respondió Boom, que tomó la mano de Inyoung, y le hizo bajar las escaleras.
En aquel momento sonó el
teléfono.
—Debe de ser Wook —dijo Min,
corriendo al teléfono. Wook era el amigo con el que había estado jugando
aquella tarde—. Hablaré desde mi habitación —segundos más tarde desaparecía
escaleras arriba.
Kangin soltó la mano de Leeteuk
y cerró la puerta.
—¿Qué demonios está
pasando?
Leeteuk se apartó de él,
hacia el centro de la pieza.
—¿Qué quieres decir?
—Tu madre me detesta y
tú te ibas a marchar, sin decirme ni una palabra.
Leeteuk trató de
suavizar la situación.
—Yo no diría que te
deteste. Exactamente.
—Entonces, ¿qué dirías?
Exactamente.
—Bueno…
—Me detesta y lo sabes
muy bien.
—Kangin, Min está…
—Está hablando por
teléfono en la otra habitación. No te salgas por la tangente. ¿Vas a dejar que
tu madre interfiera en lo nuestro?
—No, claro que no.
—Va a hablar contigo.
Tratará de convencerte de que no te cases conmigo, ¿lo sabes?
—Yo…
—No me mientas, Leeteuk.
Leeteuk se sentó en uno
de los sillones de flores.
—De acuerdo. Lo sé.
Kangin se acercó a él y
lo miró. Sus ojos estaban llenos de tristeza.
—Sí va a conseguir su
propósito, quiero saberlo.
Leeteuk suspiró.
—No lo va a conseguir, te
lo prometo.
Le dirigió una de
aquellas penetrantes miradas suyas y Leeteuk se obligó a sí mismo a no apartar
los ojos.
Después de un rato, por
fin habló:
—Supongo que te vas a
marchar a tu casa.
—Sí, será mejor. Son mis
invitados y yo…
Le hizo un gesto con la
mano, pidiéndole que se ahorrara las excusas y se volvió a quedar mirándole. El
recuerdo de las maravillosas noches que habían pasado juntos pareció quedar
suspendido en el aire, entre los dos.
—Sólo son unas pocas
noches, Kangin —se oyó murmurar a sí mismo—. Después estaremos casados y
dormiremos juntos todas las noches, sin que nada, ni nadie pueda separarnos.
Kangin le acarició la
mejilla.
—La dejas que te dé la
charla, esperas a que se vayan a la cama y vuelves aquí conmigo.
—Pero, Kangin…
—Vuelve.
—Kangin, eso sólo
causará problemas. Creo que será mejor si…
—No. Tengo treinta años
y tú tienes treinta y tres. Ya somos mayorcitos. Casados o no, lo que hagamos
por las noches es problema nuestro.
—Sí, pero…
—Vuelve. Quiero verte la
cara después de que ella haya hablado contigo.
—Kangin…
—Vuelve.
No pudo resistirse a la
fuerza de aquellos ojos.
—De acuerdo. Volveré.
Al llegar a casa, Leeteuk
encontró a Boom instalado cómodamente delante del televisor. Levantó la vista y
sonrió, en el momento en que Inyoung llegaba de la habitación de invitados.
—Aquí estás —Inyoung lo
tomó de la mano y se lo llevó a su habitación—. Y ahora cariño —le hizo
sentarse en la cama y ella se sentó a su lado—, ha llegado el momento de que
hablemos —rodeó los hombros de Leeteuk con la mano—. No me sentiré bien conmigo
misma si no te hablo con claridad.
Leeteuk miró con
frialdad la mano que le rodeaba los hombros.
—Muy bien, mamá. Habla
con claridad.
Inyoung lo soltó.
—Tienes la misma mirada
testaruda que solías tener cuando eras un niño.
—Ya no soy un niño,
mamá.
—Claro que ya no lo
eres.
—Entonces ¿por qué no me
dices de una vez lo qué me tienes que decir?
—Bueno, primero te
quiero pedir que no me interrumpas hasta que no haya terminado.
—Muy bien, mamá. No te
interrumpiré.
—Muy bien —Inyoung cruzó
sus cuidadas manos en el regazo y se las contempló un momento, como pensativa.
Después miró a Leeteuk.
—Sé que estás pasando
una época difícil porque eres un joven muy hogareño y no has constituido tu
propio hogar todavía. Sé que necesitas un marido, porque aunque no soy
científico entiendo lo del reloj biológico y el tuyo debe estar haciendo tic,
tac tan alto que no creo que te deje dormir por las noches —Inyoung se volvió a
mirar las manos—. Además sé que te has sentido abandonado por tu familia. Boom
y yo nos hemos marchado y tus tres hermanos también se han casado y ya no viven
aquí. Lo entiendo, de verdad. Pero Teukie nada de eso justifica el que te cases
con un horrible motero. Cariño, debes haber oído los rumores que corrieron
sobre él hace años. Es peligroso y juega con los jóvenes. Ya sabes lo que le
ocurrió al pobre Jaejoong, lo que le hizo. Arruinó la vida a ese pobre chico.
Leeteuk no pudo seguir
callado tras oír aquello.
—¡Madre!, Kangin no
arruinó la vida de Jaejoong. En todo caso él fue el que…
—¿Me vas a dejar
terminar? Dijiste que lo harías.
Leeteuk se frotó la
parte de atrás del cuello, donde los músculos se le habían agarrotado de
repente.
—De acuerdo, sigue.
—Oh, cariño, ¿cómo puedo
decirte esto sin que suene cruel y duro? En fin, no me queda otro remedio que
hablarte claro.
—¿Hablarme claro sobre
qué? —preguntó Leeteuk, con impaciencia.
Inyoung aspiró
profundamente para tomar fuerzas.
—Leeteuk a juzgar por la
expresión soñadora de tus ojos cuando lo miras, Kim Kangin ha estado jugando
contigo, cariño —Inyoung bajó el tono de voz para que estuviera acorde con la
extrema delicadeza del tema—. Estás dejando que tus urgencias sexuales te
cieguen a la verdad.
—Madre…
—No, no, déjame hablar.
La verdad es que un matrimonio basado en el sexo no funciona. No podrás nunca
ser feliz con un hombre como ése. No a largo plazo. Sabes muy bien que tipo de
hombre es el que buscas, me lo has dicho muchas veces. Deseas un hombre con
éxito en la vida o al menos en camino de serlo. Siempre lo has dicho. Y ahora
resulta que te lías con ese delincuente. Es una locura y no va a durar. ¿Por
qué te empeñas en hacerte daño a ti mismo?
Leeteuk deseó poder
decirle que se iba a casar con Kangin por el bien de Min, pero sabía que no
podía hacerlo porque había prometido a Kangin que diría a todo el mundo que lo
amaba y mantendría su promesa.
—Cariño, ¿has oído algo
de lo que he dicho?
Leeteuk miró hacia otra
parte. Su madre estaba equivocada respecto a Kangin, porque era un hombre
bueno, pero tenía razón respecto al resto. Kangin lo enloquecía físicamente,
pero no era el hombre de sus sueños.
—¿Cariño?
Leeteuk se puso de pie.
—¿Ya has terminado,
mamá?
—Bueno, yo…
—¿Has terminado o no?
Inyoung se puso muy
derecha.
—Si, sí.
—Muy bien, pues sí, he oído
todo lo que me decías y estás equivocada.
—Teukie…
—Ahora me toca a mí.
Inyoung pareció apenada,
pero resignada.
—De acuerdo. Adelante.
—Kim Kangin es un hombre
fenomenal. No voy a entrar en detalles porque estoy seguro de que, de todos
modos, no me vas a creer. Pero sé que es fabuloso. Y si me quieres de verdad te
guardarás las malas opiniones que tienes de él para ti, de ahora en adelante.
Me gustaría que le dieras una oportunidad de demostrarte lo buena persona que es,
pero tú decides. Tienes tu propia vida, madre y yo voy a vivir la mía. Amo a Kim
Kangin.
Debió de sonar muy
convincente, porque Inyoung musitó con tristeza.
—Es una lástima. Una
verdadera lástima.
—Bueno, más te vale
ponerle buena cara a la noticia porque me voy a casar con él el sábado que
viene.
Después de esto ya no
había mucho más que decir. Inyoung trató de seguir con sus argumentos
disuasorios, pero Leeteuk se limitó a quedarse mirándola, esperando a que
decidiera dejarlo.
Al final Inyoung pidió
un abrazo a su hijo, que la complació y se fueron con Boom, que estaba viendo
una película en la televisión.
Leeteuk decidió quedarse
con ellos una hora o dos, hasta que se fueran a la cama y entonces marcharse al
encuentro de Kangin.
—¿Queréis unas
palomitas? —les preguntó.
—Sí, estupendo —dijo su
madre con dulzura.
Así que Leeteuk les hizo
palomitas y les sirvió unos refrescos.
Y cuando la película que
estaban viendo terminó, Inyoung se empeñó en ver la que empezaba inmediatamente
después.
Se estaba haciendo un
poco tarde. Leeteuk sabía que Kangin debía estar esperando y haciéndose muchas
preguntas. Fingió que bromeaba cuando les dijo:
—Creía que os acostabais
todos los días a las diez.
Inyoung le dedicó otra
de sus sonrisas angelicales.
—Esta noche estamos un
poco desvelados.
Leeteuk se dijo a sí
mismo que era absurdo que se comportara como un adolescente. Sabía que lo más
normal hubiera sido decirles que se iba a casa de Kangin. Pero no podía y en
cambio se oyó a sí mismo decir:
—Pues yo estoy un poco cansado.
—¿Entonces por qué no te
vas a la cama, cariño? No queremos tenerte levantado.
Era casi medianoche
cuando Inyoung y Boom decidieron acostarse.
Leeteuk, echado en la
cama completamente vestido, esperó a que ya no se oyera ningún ruido en la casa
para levantarse y, de puntillas, sintiéndose como un adolescente en su propio
apartamento. Ya estaba en la puerta, cuando sintió que algo golpeaba contra el
cristal de una ventana próxima que daba a la calle.
Miró por ella y vio a Kangin
en la cera. Sus negros cabellos, iluminados por la farola que tenía a su lado,
parecían un ala de cuervo.
Miraba y esperaba.
Encendió una lámpara
para que pudiera ver que estaba allí y le hizo gestos de que se encontrarían en
la parte de atrás.
En menos de un minuto había
salido por la puerta trasera y se estaba poniendo los zapatos cuando Kangin
apareció entre las sombras.
—Ya pensé que no venías
—susurró él.
Leeteuk no podía ver la
expresión de sus ojos en la penumbra.
—Yo sólo estaba…
—… esperando a que se
fueran a la cama —sonó como una acusación.
—Sólo quería evitar los
problemas, Kangin —le respondió.
—Te estás escapando,
¿verdad? Como un crío.
—Kangin…
—¡Demonios! De todos
modos yo me estoy comportando igual, tirándote piedras a la ventana, en vez de
llamar a tu puerta, como haría cualquier hombre con un poco de orgullo.
Leeteuk le puso la mano
en su musculoso brazo.
—Venga, simplemente…
A la velocidad del rayo
lo tomó por los brazos y lo estrechó contra él.
—¿Qué te dijo? —susurró.
—Min está solo en casa
—susurró a su vez—. Deberíamos ir con él.
—Min está dormido como
un tronco. Contéstame.
No le iba a decir lo que
su madre pensaba de él. De todos modos ya lo sabía.
—Me dijo que estaba
cometiendo un error porque tú no eres el hombre que yo necesito y por eso
nuestro matrimonio no durará.
—Y entonces le dijiste
que lo hacías por Min, ¿verdad?
—No.
—¿Qué le dijiste
entonces?
—Que te amo y que más le
vale hacerse a la idea porque me caso contigo el sábado.
Dejó de apretarlo con
tanta fuerza y comenzó a acariciarle la espalda.
—¿De verdad?
Incluso en la oscuridad,
Leeteuk vio como le brillaban los dientes al sonreír.
—Sí, ¿podemos marcharnos
ahora a casa?
—¡Eres tremendo, Leeteuk!
—Lo digo en serio, Kangin.
Vámonos.
—Primero un beso.
—Kangin…
Con su seductora boca
impidió que Leeteuk siguiera discutiendo. Se cerró sobre la de él y al sentir
la lengua de Kangin, Leeteuk pensó que se iba a derretir por dentro.
Cuando levantó la cabeza
para mirarle se sentía tan débil, mareado y excitado como cada vez que estaba
con él.
Kangin retrocedió un
poco y le tomó una mano.
—Vámonos —le dijo y echó
a andar deprisa.
Leeteuk tuvo casi que
correr para poder seguirlo. Y así, riendo y tropezándose de vez en cuando llegó
con él a su casa y se fueron derechos a la habitación del garaje.
En cuanto entraron
empezó a besarlo otra vez, contra la puerta cerrada. De repente, se desabrochó
los botones del vaquero, sacó un preservativo del bolsillo de atrás y se lo
puso.
Le bajó los pantalones
cortos que llevaba junto con su boxer, tirándolos a un lado. Empezó a
acariciarle los muslos, hasta que los tomó en ambas manos y lo levantó. Leeteuk
dejó que entrara en él entre gemidos de placer, con la espalda apoyada en la
puerta y sujetándose con las piernas a la cintura de Kangin, mientras murmuraba
las palabras de amor que sabía que le gustaban.
Llegaron a la vez. Bastó
que sintiera que Kangin estaba a punto para que él lo estuviera también. El
placer fue tan intenso que casi perdió consciencia de la realidad que le
rodeaba.
Un poco más tarde
estaban los dos tumbados en la cama y Kangin lo empezó a besar dulcemente, Leeteuk
respondió a sus besos.
Terminaron los dos
desnudos sobre la cama. La noche acariciaba sus cuerpos y los besos y abrazos
comenzaron otra vez. Kangin lo besó en todos los sitios. Deslizó la boca hasta
su entrepierna, mientras él le sujetaba la cabeza y le acariciaba los negros
cabellos, dejándose besar allí, una y otra vez, con dulzura hasta que le
llegaron las palpitaciones que precedieron al placer más absoluto.
La mamá de Leeteuk no tendría que dejarse llevar por los rumores!!!
ResponderEliminarPor suerte Leeteuk no dejo que su mama lo influenciara!!
Me encanto que Kangin lo fuera a buscar más tarde a su casa, parecen dos par de adolescentes.
Actualiza pronto.
Usuario___09
Aigooo pobre kang siempre esperando que teuk no lo niegue si no que se sienta orgulloso de el todo lo contrario al jaejoon ese que ae hizo la victima aigooo que bueno se puso esto unnie kamsamnida x el capi y como siempre nos leemos en la prox
ResponderEliminarahhhh me encanto este cap un teuki muy decidido a estar con kangin espero k este diga la verdad y ya no le importe jae por k si no lo castro por andar engañando a yeuk aunke pienso k el otro no se va por k de seguro k esta planeando algo junto con su madre pra poder kedarse con min ahh malditos kmo los odio ya kieor k llegue la boda antes de k los separen o algo asi gracya spor el cap yota i love u
ResponderEliminarNueva lectora!!! me encanto el capitulo enserio Teuk es impresionante por ayudar a Kangin
ResponderEliminarPero su madre ya se pasa fue muy cruel y dejarse llevar por los rumores
Me imagino a Kangin un poco posesivo y malote con sus vestiduras de cuero pero a la vez tierno con Teuk
Gracias por el mp esperare la proxima actualización
cuidate
Rox Andres
Hasta yo me puse nerviosa con la batalla de miradas entre Kangin y la madre de LeeTeuk, fue bueno que Min y Boom estuvieran ahí para ayudar un poco a calmar el ambiente.
ResponderEliminarMe gustó que que a pesar de todo LeeTeuk no se dejará influenciar por las ideas de su madre y siga adelante con la boda.
Ya quiero que sea la boda. No me gusta que Jaejong siga en el pueblo.
Gracias por el Mp, me gustó mucho el cap!!
Bye ^^
waaaa que bueno yo sabia que venia a detenerlo, que no quiere que secasen no confia en kagin, y menos en que se amen teukkie ya lo ama
ResponderEliminarCreo que las cosas están empezando a ir mal ya que el mapache parece que obliga a Teukkie a estar con el y ademas no le da la confianza de expresar lo que realmente quiere ya que sabe lo que hace sentir al angelito cuando le tiene cerca,
ResponderEliminarLa madre de Teukkie solo quiere el bien de el aun que no es muy ceremoniosa en su forma de decirle las cosas va a lograr que solo se cierre a las posibilidades de buscar algo mas que sexo en su relación.
Gracias por el mensaje y me gusta cada capitulo mas la historia.
Dinna Rex
De tanta mentira llegaran a la verdad
ResponderEliminarYo digo que ya se están enamorando pero no se dan cuenta aún
Aww a falta poco para su boda, quiero detalles XD
Gracias por el aviso, espero el siguiente.
Un saludo, que estés bien :D
Waaaa que lindo cap... Bn teuki no te dejes convencer por tu madre porq aunk tu tambien lo nieges amas a kangin y no es solo atracciin sexual aunk esa no esta nada de mal n.n
ResponderEliminarQue tiernos comportandose como adolecentes jajaja y luego otra de sus noches desenfrenadas xD
Parece mi pa cuando le presente a mi primer novio,digo que su angelito tubiera novio no le hizo gracia,lo va aceptar no le queda de otra,lucha teukie lucha,faitinhg
ResponderEliminarSiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Leeteuk se planto frente a su madre y le dijo las cosas,si creen que no ama taaaaanto a kangin como se supone deberia hacerlo para casarse con el,no esta muy lejos de conseguirlo,digo,fugarse de su casa con su madre ahi,eso ya es decir mucho. Y kangin que se muere por el,no solo tiene miedo de que le hubiera dicho a su madre el motivo real,tenia miedo que no se casara con el independiente del "trato",pero que va,si los dos se necesitan,y no siquiera lo saben,par de tontos.....abran los ojos,se aman y no saben cuanto.
ResponderEliminarrosaliehale:
ResponderEliminaroh dios la mama de Teuk es tan irritante, a veces el que diran no es tan importante y las malas opiniones de los demas es pruducto de alguna ignorancia, lo bueno es que Teuk ya sabe eso.
Parecen quinceañeros saliendo a hurtadillas de la casa y lanzando piedritas a las ventanas XD.
Muchas gracias por el mp
pobre teuk teniendo que escuchar todas esas cosas que dijo su madresobre kangin, al menos patito fue capaz de mantenerse firme frente a ella ......... por otra parte el mapache estaba muy nervioso pensando que quizás teuki cambiara de opinión y decidiera no cazarse con el ...............
ResponderEliminarme encanta la historia ya quiero leer la continuación
saludos
ahhhhhhhhhhh me encanto el cappppppp en especial la escena donde ambos actuan como adolescentes a punto de ser pillados en algo prohibido jajajajajae ya quiero leer elproximo capp
ResponderEliminarATTE: nicol_HKS
Pues que mas puedo decir: Hermoso!!!! Tu fic me gusta demasiado el amor que teuky tiene hacia kangin me parece muy puro aunque al principio no lo quería aceptar me parecen dos niños enamorados estar lanzando piedras a los 30 años eso es amor de adolcentes, puro!!!! Bueno espero tu mp .
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