Qué haces cuando
tu Alfa fue casi asesinado y ahora está fuera de servicio; has matado a un
compañero de
manada; tu pareja está muriendo y más allá de tu alcance; y la casa en la que
estás
quedándote a
desaparecido en llamas… todo en las últimas dos horas?
Sí, pensó Siwon.
Infiernos si tampoco lo sé.
A medida que la
mansión se quema y el humo llena los espacios que las llamas no alcanzaron, Siwon y los otros
hombres en su manada continuaron buscando alrededor, asegurándose que no
quedara nadie dentro.
Siwon y Kangin
finalmente llegaron a la suite donde habían visto por última vez a Junjin y Hyesung.
Para su alivio, el
Alfa y su compañero no estaban. Con suerte eso significaba que estaban a salvo.
Siwon miró en la
habitación de al lado. La mesa del comedor ahí estaba todavía perfectamente en
su sitio,alimentos a medio
comer, vasos medio llenos. Sólo dos vasos derramados en el piso estaban fuera
de lugar, los de Junjin
y Hyesung, rodeados por el veneno que casi los había matado. Eso sólo demuestra que nunca hay un
momento aburrido en la vida de un Canis lupis.
—No puedo oler a
nadie, pero eso no significa nada. El fuego y el humo podrían cubrir cualquier
olor
—le dijo Siwon a Kangin.
—Tenemos que
salir. Ahora —instó Kangin a su Beta.
—¿Está tu
compañero a salvo? —respondió Siwon. Kangin asintió.
—Él dice que Junjin
y Hyesung están a salvo también. Parece que toda nuestra manada logró salir, al
igual que su
padre. Y dice que te diga que si no sacamos nuestros traseros peludos de aquí
ahora mismo, él personalmente…
— Kangin hizo una pausa y, encogiéndose de hombros, sacudió la cabeza—… es
mejor si no lo sabes. Yo
digo que simplemente prestemos atención a su advertencia y salgamos.
Kangin y Siwon
tomaron una carrera en dirección a la puerta principal de la mansión, la cual
se estaba convirtiendo rápidamente en una trampa mortal. Las llamas ardían aún
más calientes, derritiendo el recubrimiento, vigas y cualquier otra cosa en su
camino. Varias veces los dos tuvieron que saltar por encima de las
llamas y agacharse bajo tablones caídos.
Finalmente, se
empujaron por la puerta de enfrente, aún rodeada por aire lleno de humo.
Continuaron
corriendo. Sus
pulmones clamaron por oxígeno fresco, ardiendo con cada respiración. Kangin
voló
directamente a los
brazos de Teukkie. Siwon no pudo dejar de notarlo, recordándose que su compañero estaba perdido,
herido y con frío. Quería aullar ante la injusticia de ello. Finalmente había
oído la voz en su cabeza que
había estado anhelando, la voz de Heechul.
Tan pronto había
oído su llamada de auxilio había sido apartado de él. Apretó los dientes y le
dio a
su ira buen uso,
comprobando la manada.
Vio a Junjin y Hyesung
sentados en frente de un árbol, apoyados contra el gran y tosco tronco. El
suelo alrededor de ellos
había sido barrido libre de nieve en un intento de mantener a los Alfas lo más
secos posible. Se
dirigió directamente hacia ellos, detenienose en su camino para tocar a sus
compañeros de manada, enviando
tranquilidad a través de un sencillo acto.
—¿Cómo te sientes,
Alfa? —preguntó Siwon mientras se agachaba delante de Junjin y Hyesung, quienes estaban finalmente
despiertos. Siwon trató de mantener una postura sumisa ya que sabía que era
difícil para su Alfa estar
sentado en el suelo con todos los demás de pie.
—Poniéndome más
fuerte, gracias a Donghae. —Brevemente los ojos de Junjin brillaron con humedad mientras miraba al
moreno cubierto de hollín quien, ante el asombro de todos, se había revelado
como un sanador gitano.
—¿Estás
recuperando tu fuerza, también, Luna? —Siwon se dirigió su joven Alfa en una
rara muestra
de formalidad.
Hyesung asintió y
le dio una pequeña sonrisa tranquilizadora.
—Voy a vivir un
día más, tanto tiempo como Junjin necesite a alguien para mantenerlo a raya.
Siwon rió.
—Gracias a Dios
por eso. —Su sonrisa se desvaneció rápidamente cuando su lobo se removió,
recordándole que
necesitaba estar en la búsqueda de Heechul. Negó, tratando de despejar la
niebla.
Sí, necesitaba
buscar a Heechul, pero le había prometido que llevaría a sus amigos a la
seguridad
primero. Eso
significaba llevarlos lo más lejos posible de cualquier magia que alimentara el
fuego
antinatural.
Volvió a mirar a Junjin.
—Ese fuego… Se
movía como si estuviera vivo, como si alguien estuviera controlándolo,
maniobrándolo.
Junjin asintió.
—Tenemos que
hablar con Donghae. Como sanador, debe ser sensible a la magia, especialmente
la
magia negra.
—Tenemos que
conseguir estar a salvo primero —le dijo Siwon cuidadosamente, asegurándose de
que no saliera como
una orden.
—Estoy de acuerdo,
Beta. Confío en ti para que eso suceda.
Siwon llamó a Yunho.
—Necesito que
consigas un recuento de nuestra manada. Asesora a los otros Alfas para hacer lo
mismo. —La voz de Siwon
era imperativa. Ya era hora de poner las cosas en orden y salir de la interperie, donde estaban más
vulnerables.
Yunho asintió y se
movió rápidamente a través de la multitud a un área abierta. Hizo los anuncios
y luego empezó a llamar
los nombres de los miembros de la manada.
Donghwa, Kyuhyun, Kangin,
Teukkie, Hyukjae, Zhoumi, Donghae y Hongki formaron un círculo alrededor de Siwon. Se dio
cuenta que los humanos tiritaban en el frío, pero no se quejaron. Sus rostros
estaban cubiertos de
hollín, sus ropas estaban chamuscadas, pero la determinación llenaba sus ojos
mientras esperaban confiadamente.
—¿Cuál es el plan,
Beta? —preguntó Donghwa.
Kangta se acercó
desde su propia manada, dando un paso al lado de Teukkie.
—Cualquier cosa
que pueda hacer para ayudar. Mi manada está a su disposición —le dijo al Beta
Coreano.
Siwon asintió,
pero no respondió verbalmente.
Teukkie dio una
breve sonrisa a su padre y luego volvió su atención de nuevo a Siwon.
—Tenemos que salir
de aquí. Hay un pueblo por el que atravesamos, unos diez kilómetros bajando
por la montaña.
Deberíamos ver si hay un lugar donde podamos quedarnos allí. Tenemos que
comprobar y ver si alguno de
los vehículos es salvable. —Siwon comenzó a dar órdenes, necesitando permanecer ocupado, construyendo
un plan para cumplir su promesa a Heechul. Cuanto antes lo hiciera, más
pronto podría
empezar a buscarlo—. Machos, comprueben los vehículos. Las parejas, organicen
nuestra manada en grupos
para transportar. Pidan a las otras manadas que hagan lo mismo.
Sin Siwiir una
palabra, todos los lobos giraron alejándose de Siwon para llevar a cabo sus
órdenes.
—¿Puedo tener su
atención, por favor? —Donghae trató de hablar por encima de la manada,
castañeando sus
dientes.
Nadie lo oyó ni se
molestó en prestarle ninguna atención. Hongki y Zhoumi le sonrieron con
simpatía.
Teukkie sonrió.
—Hazte a un lado, sanador,
¿cómo puedes incluso hablar con tu mandíbula temblando de esa manera? Déjame mostrarte
cómo se hace.
Donghae hizo lo
más maduro que pudo y le sacó la lengua a su mejor amigo.
Teukkie pegó su
dedo pulgar y el dedo medio en su boca y dejó escapar un silbido estridente,
que fue
aún más lacerante
para los lobos, con sus oídos sensibles. Se hizo el silencio y lo único que se
oía era el crepitar del fuego
que continuaba rabiando, proporcionando la única luz a la noche oscura.
—Escuchen, por
favor —habló Teukkie en voz alta para asegurarse de llegar a los oídos de los
que
estaban en la
parte de atrás—. Algunos de los hombres Coreanos están comprobando para ver si
algunos de los vehículos
todavía están en buenas condiciones. Tenemos que dividir a todo el mundo en
grupos para que podamos
llevar tanto como nos sea posible hasta el pueblo. Está cerca de dieciséis
kilómetros conduciendo.
Teukkie observó
como las otras manadas comenzaron a dividirse en grupos. Miró a Donghae y le
guiñó un ojo.
—Así, mi amigo
gitano, es la forma de hacerlo.
Donghae puso los ojos en blanco.
—Qué amable de tu
parte tomarte el tiempo para enseñarme, oh sabio joven príncipe lobo.
La sonrisa de Teukkie
vaciló.
—Eso suena como
algo que Hee diría.
Donghae lo
envolvió en un abrazo firme.
—Él va a
encontrarlo. No hay nada, ni nadie, que se interponga en su camino.
—No lo dudo. Mi
preocupación es lo que va a encontrar cuando lo haga. —Teukkie enjugó una
lágrima que se deslizó por
su rostro.
Zhoumi y Hongki
envolvieron sus brazos alrededor de Teukkie y Donghae, y Teukkie pudo sentir el
consuelo fluyendo
de sus compañeros de manada. Mis compañeros de manada pensó, y por primera vez, él realmente se
sintió como un miembro de la manada Coreana de Lobos Suju.
«Te diría que no
te preocupes, amor, pero sé que no es justo para ti. Lo que diré es que estoy
aquí para ti». Kangin llegó hasta
él, sin duda, habiendo sentido su dolor.
«Gracias, hombre
lobo. Ya habrá tiempo para lágrimas después. Tenemos que conseguir poner a
nuestra manada a salvo».
«Sabía que ibas a
convertirte en una pareja Alfa increíble», le dijo él mientras Teukkie sintió
sus labios en su frente. La
calidez se filtró en ella mientras Kangin utilizaba su vínculo para algo más
que palabras.
Los chicos dieron
un paso atrás desde el abrazo y Donghae agarró la mano de Teukkie, mirando a Hongki y Zhoumi.
—Vamos, hagamos
esto, Hee nos patearía el trasero si pensara que estábamos sólo parados
alrededor
sin, como él
diría, poner nuestros traseros en marcha.
—Él sí que tiene
una habilidad con las palabras. —Teukkie sonrió y comenzó a separar a su manada
en grupos para viajar
al pueblo, y con suerte a la seguridad.
—¿Ryeowook? —La
voz de Hee era débil mientras hablaba, y tornándose cada vez más débil.
—Sé que no sabes
quién soy, pero puedes confiar en mí. Estoy de tu lado —Ryeowook trató de
tranquilizar al
joven en el fondo de la caverna—. Yesung, mi compañero, va a saltar hasta aquí
abajo y llegar a ti. Por
favor, no tengas miedo de él.
Hee se rió
débilmente.
—Deberías conocer
a mi compañero, entonces no te preocuparías por mí teniendo miedo del tuyo.
—Sus palabras
fueron tensas, mientras trataba de hablar por encima del dolor que destruía su
cuerpo
roto.
Ryeowook se volvió
mientras veía el cielo iluminarse en dirección a la gran propiedad al sur de
ellos.
—Tenemos que
darnos prisa. No puedo escudarnos mucho más tiempo — dijo a su compañero.
—Voy a bajar. —Hee
oyó una voz ronca anunciar, que fue seguida rápidamente por un ruido sordo.
Hee se esforzó
para no tener miedo, pero cuando un lobo extraño salta en un agujero en el que
has
sido empujado,
tiendes a tener miedo de todo.
—No voy a hacerte
daño —le dijo la voz.
—No creo que vayas
a ser capaz de evitar hacerme daño si vas a moverme. —Hee se encogió ante la
idea de ser movido
o incluso tocado, para el caso.
Yesung se
arrodilló delante de él.
—Sé que no me
puedes ver, pero yo puedo verte. Estás perdiendo sangre de esa herida en la
cabeza.
Voy a quitarme la
camisa para así poder aplicar presión sobre la misma y ayudar a detener el
flujo.
Hee asintió,
sabiendo que iba a ver su respuesta. Oyó algunos crujidos y luego sintió la
tela suave contra su cabeza. Levantó
la mano con el brazo bueno y presionó la camisa firmemente contra su cuero
cabelludo.
—Está bien, voy a
levantarte ahora. Sé que va a dolerte y me disculpo —le dijo Yesung suavemente.
—No es tu culpa.
—La voz de Hee salió ronca y temblorosa.
Sintió su brazo
rodeando su espalda y el otro brazo deslizarse bajo sus rodillas. Cuando lo
levantó del
suelo, Hee se
mordió los labios para no gritar de dolor, con tanta fuerza que le hizo
sangrar. El dolor
era tan intenso
que, a pesar de que trató de luchar contra él, su cerebro exhausto se apagó en
un intento de escapar del
dolor que su cuerpo estaba soportando.
Yesung dobló las
rodillas y saltó de la caverna con un poderoso impulso, aterrizando suavemente
en
presencia de su
compañero.
—Se desmayó —le
dijo a Ryeowook.
—Estoy sorprendido
que esté todavía vivo después de esa caída. —Ryeowook empujó suavemente el
cabello rubio de Hee
fuera de su cara—. Es bonito. —tomó una profunda bocanada del olor de Hee—, y es un latente.
—Vamos, Ryeowook
—instó Yesung—. No debemos detenernos. La bruja está cerca y no puede
descubrirte.
—Va a tomar mucho
curarlo —admitió Ryeowook, a medida que comenzaron a avanzar en dirección a su casa—. El dijo
que tiene un compañero. Él va a querer saber dónde está.
—Tenemos que tener
cuidado o él va a guiar a la bruja de Hanghen directamente a nuestra puerta
—advirtió Yesung a su
compañero.
—Entiendo eso,
amor. Pero sabes tan bien como yo que él va a destrozar esta montaña para
encontrarlo.
Yesung no
respondió. Sabía lo peligroso que un macho emparejado podría ser cuando su
pareja estaba herida.
Su primera
prioridad era Ryeowook, mantener su existencia en secreto. La única cosa que el
Alfa Chino, Hanghen, quería
más que un compañero era un sanador, y su compañero era el sanador más poderoso en la historia de su
especie. Tenía que protegerlo a toda costa, incluso a costa de la propia vida
de un latente.
La cabeza de Hee
flotó mientras la oscuridad comenzaba a
retroceder. Trató de abrir los ojos, pero no quisieron
cooperar. Sintió dolor fluir a través de su cuerpo, alguien lo estaba cargando.
«Siwon». Alargó la
mano instintivamente.
«¡Heechul!». Hee
sonrió mientras escuchaba la preocupación en su voz. ¿Por qué estaba preocupado
si lo había
encontrado?
«Me encontraste». Hee
lo dijo en una declaración más que una pregunta.
«No, nene. No te
he encontrado. ¿Por qué piensas eso?»
«Pero tú estás
cargándome. Puedo sentirte».
«Heechul, ¿quién
te tiene?» La voz de Siwon estaba llena de miedo e ira. Hee estaba tratando
desesperadamente
de recordar lo que había pasado, cómo había terminado siendo cargada… El joven,
su compañero; empezó a vislumbrarlo en su mente.
«Su compañero?»
«¿Él?» Incluso a
través de su muy nuevo vínculo mental, Hee pudo oír la ira entrelazando
sus palabras.
«¿Un macho
te tiene? ¿No
tiene su camisa
puesta? ¡Heechul, piensa! ¿Quiénes son el joven y su
«¡Deja de
gruñirme, maldita sea! ¡Oow! Mierda, eso duele». Hee se estremeció cuando
sintió su
cuerpo siendo
sacudido.
«Nene, no te estoy
gruñendo. Sólo necesito que trates de recordar. ¿Ellos quieren hacerte daño?»
Siwon trató de
suavizar su voz.
«No lo creo. Me
duele, Siwi. No puedo pensar. Sólo quiero dormir un rato».
La voz de Hee
comenzó a desvanecerse.
«Heechul, quédate
conmigo un minuto más».
A Hee le encantaba
el sonido de su voz, el timbre profundo de ella. Casi gimió cuando sintió sus
labios en los suyos y sus
dedos le acariciaron su cara.
«¿Cómo haces
eso?», le preguntó, su voz sin aliento a través de su vínculo.
«Es el vínculo.
Sólo imagino tocarte y de alguna manera tú lo sientes».
«¡Oh, las
posibilidades!» Hee sonrió por dentro.
Siwon rió.
«Hmm, ese es el
sonido que me gusta escuchar». Hee se imaginó pasando sus dedos por el cabello
suave y oscuro de Siwon.
Lo oyó gruñir en
su mente.
«Tengo que
encontrarte, amor. Trata de pensar. ¿Cómo te atraparon?»
«¿Te has
preguntado cómo habrían lucido nuestros bebés?», preguntó Hee distraídamente
mientras
fruncía el ceño en
su interior, tratando de imaginar el futuro que podría haber tenido con su
lobo.
«Nene, este no es
realmente el momento para discutir de nuestros bebés. Vamos a centrarnos en
quién te está cargando
de modo que pueda recuperarte. Entonces podremos hacer bebés».
Hee gimió y sintió
los brazos a su alrededor apretarse, lo que le provocó un jadeo. Siwon debió
sentir
su dolor porque
sintió la preocupación de él.
«Estoy bien. Sólo
duele». Hee realmente sintió una sonrisa extenderse en su rostro. «Así que,
¿quieres hacer bebés
conmigo?»
Esta vez cuando Siwon
rió juró que podía sentir sus manos acariciar los costados de sus caderas.
«Solo tú querrías
discutir el hacer bebés en un momento como
este».
«Bueno, tienes que
admitir que es un tema mejor que yo siendo casi asesinado y ahora siendo
secuestrado. En
serio, Siwi, definitivamente prefiero pensar en nosotros haciendo bebés».
Hee sintió otra
punzada de dolor dispararse a través de él, que lo dejó sin aliento. Sintió su
conciencia
comenzar a
desvanecerse.
«Te amo, Siwon.
Incluso si nunca hacemos bebés, Te amo». Lo último que oyó antes de que el
mundo desapareciera fue la voz profunda y determinada de Siwon.
«Yo también te
amo, princesa. Voy por ti».
Siwon cerró los
ojos con fuerza al sentir que Heechul se deslizaba lejos de nuevo. Casi se
había caído
al suelo al oír su
voz en su mente. Estaba vivo, eso era en lo que tenía que centrarse en estos
momentos. No podía
pensar en el hecho de que estaba en los brazos de un hombre lobo desconocido,
o que estaba en
tanto dolor que estaba perdiendo la conciencia, y definitivamente no podía
pensar en
el hecho de que
quería hacer bebés con él.
Siwon pensó en
cómo su voz había sonado en su mente. Incluso
con dolor y miedo
su compañero
aligeraría el
momento y trataría de distraerlo.
¿Cómo había sido
tan bendecido de tener a una pareja que se enfrentaría a él, lo desafiaría,
aceptaría y amaría por el
hombre autoritario que él sabía que era?
En ese preciso
momento no sabía ni le importa de verdad, sólo sabía que necesitaba a Heechul;
necesitaba a su
compañero de vuelta en sus brazos donde estaría a salvo. Y tan pronto como lo
encontrara, lo
encadenaría a su lado para que nunca estuviera fuera de su vista de nuevo.
Se rió para sus
adentros. Sí, me gustaría verme tratar de encadenarlo, pensó, y sonrió aún más
amplio.
Aunque,
probablemente mi compañero disfrutaría estar encadenado.
Siwon se frotó las
manos en su rostro, dejando a un lado sus pensamientos acerca de Heechul
mientras se ocupaba de la
cuestión en sus manos.
Kangin, Donghwa, Kangta
y Kyuhyun se detuvieron junto a la gran multitud en dos Hummers negras y dos furgonetas.
—Excelente. —Teukkie
sonrió mientras veía a los cuatro hombres a salir de los vehículos.
Siwon ondeó su
mano a los Alfas de las otras tres manadas.
—Cada uno de
ustedes tome un vehículo y comiencen a transportar sus manadas hasta el pueblo.
Vean si pueden
encontrar un lugar lo suficientemente grande para todos nosotros, o un par de
lugares,
si eso es lo mejor
que podemos hacer. Kangta, toma un vehículo también y lleva a tu manada montaña abajo. — Los Alfas
Japonés y Taiwanés asintieron y se marcharon, gritando órdenes a sus manadas, mientras Kangta
empezaba a dar órdenes a la suya.
Siwon se volvió
hacia Yunho.
—Lleva a Junjin y
a Hyesung en el vehículo primero. Luego a las parejas, con un macho para cada
vehículo. Ten a Minho
conduciendo. El resto de los hombres se quedarán aquí conmigo y esperaran su regreso.
—Estoy en ello. —Yunho
asintió y luego se volvió a Donghwa—. Ayúdame con Junjin y Hyesung. No estoy seguro que
estén lo bastante listos para caminar por su cuenta. No ayudes a Junjin a menos
que sea absolutamente
necesario. Él no va a querer parecer débil.
—Quiero quedarme
con Kangin —dijo Teukkie a Siwon.
—Con el debido
respeto, Teukkie, no tienes una mayor jerarquía que yo, todavía —le dijo Siwon
con
firmeza.
Kangin jaló a Teukkie
a un lado.
—Debes ir, amor.
Cuida de las parejas, mientras que mi appa está débil.
Teukkie frunció
los labios mientras sus ojos se estrechaban.
—Si dejas que algo
te suceda voy a estar enojado. No digas que no te lo advertí.
Kangin sonrió
mientras se inclinaba hacia delante y lo besaba en la frente.
—Me considero
advertido. Conoce que esos sentimientos van en ambas direcciones, Angel.
Cuídate.
Teukkie echó los
brazos alrededor del cuello de Kangin, tirando de él firmemente.
«Te amo», susurró
en su mente.
«Es bueno
escucharlo, porque tengo la intención de mantenerte por bastante tiempo»,
bromeó
Kangin, tratando
de mantener ligero el momento.
Teukkie le sacó la
lengua cuando se separaron. Kangin le guiñó un ojo, orando que estuvieran a
salvo
mientras se
dirigía hacia el Hummer y subía detrás de Donghae.
Apareció el YeeWook para rescatar a Hee!!!!!!!
ResponderEliminarSiwon me alegro mucho que el vínculo se haya restablecido, solo espero que encuentres pronto a tu princesa y que el el EunHae interactue un poco más
Ahhhh!!!
ResponderEliminarYeye! Por eso escondes a tu Wookie~
O.o
Oh~
Ay~ pobre Hee!!! TT___TT
Maldito chino desgraciado ansioso de poder!!! Ahhh como que una bruja!? No se vale!!!
Jajajajaja Hee es el único que piensa en bebés en un momento así!
Jajajajaja XD