—Tres días a partir de ahora, yo estaré en la parte de atrás de un
coche con matrícula de Nueva Orleans.
Su padre abrió su boca como quien dice algo, luego volvió a cerrarla.
Las emociones pasaron a través de su cara mientras la realidad de su muerte
inminente le golpeó.
Junyoung no podía imaginar nada peor que saber simplemente qué tan
limitado era tu futuro. Todos los lamentos. Todas las preocupaciones. Su pobre
padre.
Él suspiró con exceso.
—Voy a dar por supuesto que no soy el que te envía allí.
—No.
Su padre se sentó en el borde de la cama con una amarga mirada, alejada
en sus ojos. Junyoung podía decir que él estaba luchando contra las noticias.
—Sólo tengo tres días más de vida
—Tú no deberías de saberlo —dijo Taeheon.
—No —Su padre los contempló—. Si
tú estás aquí, entonces es lo que tenía que ser.
Un sentimiento extraño pasó a través de Junyoung mientras consideraba
eso.
Taeheon se veía tan perplejo como Junyoung se sentía.
Su padre frunció el ceño.
—¿ Por qué no acudiste a Tanaka para que te protegiera? Él es tu tutor.
Taeheon negó con la cabeza.
—Choi Jinhyuk fue mi tutor hasta que yo me convertí en el mío
propio.
Su padre se mofó de eso.
—Jinhyuk es un niño.
—No, él tiene veintiuno ahora mismo, y por razones que nunca entendí,
tú lo hiciste mi tutor. Jinhyuk fue el único que se encargó de mí hasta que
aprendí a usar mis poderes y se aseguró de que pudiese protegerme yo mismo.
—Tanaka es uno del que los quieren matar,—le dijo Junyoung a Erick—. Él habría matado a Taeheon, también, si Jinhyuk no hubiese sido su
guardián.
El padre de Taeheon gruñó cuando él se levantó de la cama.
—Ese lamentable saco de mierda. Siempre supe que era un bastardo —El
odio y la cólera ardían profundamente en sus ojos mientras se paseaba de un lado
al otro del cuarto. —Debería haberlo matado. Debería tener…—Su voz se
desvaneció.
Erick se detuvo para volver a mirarlos a los dos.
—Tu compañero tiene razón. Estuviste allí antes. Tenías que estarlo.
Por que si no hubiese sido así Tanaka habría tenido todos los derechos sobre
ti. Nunca habría dejado a mi único hijo en las manos de un niño humano.
Erick gruñó y maldijo… y volvió a pasearse incluso más rápido. Él
le recordaba a Junyoung a definitivamente a un tigre enjaulado que estaba listo
a desgarrar el brazo de cualquiera que se le acercara.
—¿Quién lleva mi compañía después de que yo muero?
—Lee Hoo.
Él hizo un gesto de repugnancia
—Él es un intelectual incompetente.
—Sí, pero es un visionario, —dijo Taeheon quedamente—. En los
siguientes veinte años, él hará de esta compañía segunda solo por debajo de
Microsoft.
La repugnancia dejó paso a la incredulidad cuando su padre se detuvo
otra vez. Él los miró boquiabierto.
—¿Microsoft? ¿No me diga que ese niño de la Costa Oeste realmente
obtuvo ese equipo para volar?
—Oh, síp, —dijo Junyoung dijo riendo— Bill Gates asume el control de la
mayoría del mundo como lo conocemos.
El padre de Taeheon gruñó otra vez.
—¿Diablos, ves lo que sucede cuando te mueres antes de tiempo? Alguien
más domina el mercado al que has dedicado tu vida entera. No es justo.
—Está bien, Papá. Tu compañía hace eso en el lado del hardware de todas
formas. Eso y World Wide Web. Sin mencionar las televisiones de plasma y los
teléfonos móviles.
Los ojos de su padre ardían con intensidad cuando centró su mirada en
Taeheon.
— No mi compañía, cachorro. Tú compañía —Él frunció su ceño como si se
le ocurriese otro pensamiento. —¿Qué es
esa cosa de la World Wide Web?
Junyoung se rió otra vez.
—En resumen, dinero. Montones y montones de dinero. Especialmente para
Tigerian Tech.
El padre de Taeheon sonrió.
—Bien. Me gusta el dinero. Siempre lo tuve. Este no te traiciona, y a
menos que alguien lo robe, se queda dónde lo depositas. Pero mayormente, el
dinero nos mantiene a salvo del mundo exterior
—El humor escapó de su cara cuando él dejó escapar un largo suspiro.—
Supongo que mi problema fue que no estaba mirando dentro. Debería haber
mantenido un mejor ojo sobre mi familia.
Él volvió a pasearse de un lado a otro con las manos tras la espalda y
la mirada fija en el suelo.
—Así es que sólo tengo tres días para arreglar el asunto. —Él volvió la
mirada atrás hacia ellos—. ¿Pero eso no explica por qué estáis vosotros dos
aquí, verdad?
Junyoung se apartó de Taeheon.
—Estamos siendo cazados.
—¿Quién? ¿Por qué ?
—Tanaka quiere terminar lo que empezó, —contestó Taeheon—. Él me quiere
muerto a fin de que él y su hijo Daisaku puedan asumir el control de la
compañía.
—Eso será sobre mi… —Erick molió sus dientes— Especulo que es ya sobre
mi cadáver.
Junyoung se movió para caminar de un lado para otro al lado de él. No
estaba seguro por qué, parecía una cosa tan natural.
—Ellos culparon a Taeheon de las muertes de usted y su esposa.
Arqueó ambas cejas.
—¿Karina muere también?
Taeheon asintió.
—Pero no hasta después de que ella te mate.
Él arrugó su nariz como si esa fuera la cosa más repugnante que él
alguna vez había oído.
—¿Cómo diantre me mata esa perra ? No hay manera de que pudiese hacer
eso.
—Ella tuvo ayuda, —dijo Junyoung.— Su amante está aquí con ella.
Erick sacudió la cabeza en una negativa.
¿Ese cachorro de leopardo sin valor? Él apenas puede atarse sus propios
zapatos. Él jamás podría conmigo. Eso es absolutamente estúpido.
—Nunca lo entendí, de todas maneras. Pero de cachorro, oiré algo
romperse en esta habitación y vendré aquí dentro y te encontraré muerto. Mamá y
su amante estarán en el estudio pasando el pasillo, riéndose de ello.
Todavía Erick negó con la cabeza con incredulidad.
—¿Y quién la mata?
Taeheon se encogió de hombros.
—Mi dinero dice Tanaka. Pero no lo sé. Cuándo me desperté después de
que su amante me atacase, ella y su amante estaba muertos, también. Nunca ni un
solo pelo de quien lo hizo.
Su padre se pasó la mano por la cara antes de suspirar cansadamente.
Sus ojos eran sinceros como él miraba a Taeheon.
—Lamento tanto no haber estado ahí para ti, Hijo. Aquí estaba yo
pensando que tendría tiempo para resarcirte de que hubiese dejado solo siendo
un cachorro. Nunca debería haberte ignorado.
Junyoung podía decir exactamente cuánto esas palabras significaban para
Taeheon. Y estaba agradecido de que él y Taeheon hubiesen regresado a fin de
que él las pudiera oír.
—Está bien.
—No, —dijo su padre severamente—, No lo está. Me pasé todo el tiempo
edificando una compañía que ni siquiera voy a ver prosperar. Debes de odiarme.
—Nunca te he odiado, Papá. No realmente.
Él extendió la mano y tiró de Taeheon a un abrazo apabuyante.
Junyoung observó la mirada en la cara de Taeheon cuando se tensaba,
luego devolvió el abrazo. Las lágrimas fluyeron en sus ojos cuando ella
extendió la mano y acarició la espalda de Taeheon.
—Te quiero, Taeheon. Lo siento si alguna vez dije o hice algo que te
lastimó.
— Yo también te quiero, Papá.
Taeheon retrocedió y se aclaró su garganta, pero aun así se podía ver
las lágrimas que brillaban en sus ojos.
Su padre se volvió hacia él.
—Espero que hayas estado cuidando de mi chico.
Él le sonrió a Taeheon.
—Lo he estado intentando. Pero él puede ser muy difícil. No escucha.
Taeheon puso sus ojos en blanco ante él antes de que se dirigiese a su
padre.
—Karina sale a encontrarse con Tanaka esta tarde. ¿Podrías mantener a
Juny a salvo mientras la rastreo?
Junyoung gruñó ante eso.
—Taeheon…
—No, Juny, —dijo él, su voz dura y dominante— Es mejor así. Será más
fácil para mí buscarla si voy solo.
—¡Cabezota!
Los dos le ignoraron.
—Lo protegeré con mi vida
—prometió Erick.
—¡Taeheon!
Él acunó su mejilla en su cálida palma callosa.
—Está bien, Juny. Realmente. Tengo que hacerlo.
Junyoung no quería escucharle, pero vio la turbulencia dentro de él. El
temor que Taeheon tenía por él. Eso le alcanzaba y lo emocionaba profundamente.
Junyoung no sería estúpido. Con su suerte, solo conseguiría que los
atrapasen de cualquier manera. El espionaje no era algo en lo que fuera hábil.
De hecho, había estado estropeándolo todo cada vez que intentaba escaparse de
cualquier cosa.
Dejó escapar un largo y exasperado suspiro.
—No te atrevas a dejarme a mí aquí sin ti.
—No lo haré —Él besó su mejilla,
luego se desvaneció.
Junyoung bufó ante sus acciones.
—Odio cuando hace eso”.
El padre de él se rió.
—Me complace saber que al menos ha dominado con maestría ese truco
—Él ha dominado con maestría muchos. Creo que estaría muy orgulloso de
él. Él se las ha arreglado para permanecer vivo en contra de increíbles
probabilidades equitativas desde que le he conocido. —Entonces le tendió la
mano a su padre— Soy Juny, por cierto.
Él estrechó su mano amablemente.
—Un placer conocerte, Juny. Tengo que decir que eres un hermoso
compañero para mi niño.
Las palabras de Erick le calentaron. Al menos hasta que un extraño
pensamiento la traspasó.
—¿Usted no tendría de casualidad alguna fotos antiguas de Taeheon,
verdad? Me gustaba saber como era de pequeño.
Su padre sonrió diabólicamente.
—Tengo algo incluso mejor que eso para ti.
Junyoun no entendió lo que él quiso decir hasta que lo condujo a lo
largo del elegante pasillo, a otro cuarto que había al final del mismo.
Él abrió la puerta, luego dio un paso hacia atrás a fin de que pudiera
entrar en el oscuro cuarto primero. Junyoung entró, luego se congeló cuando vio
a un joven Taeheon del otro lado de un espejo de dos lados.
—¿Esto no es peligroso? —Susurró.
—No —Erick cerró la puerta y se movió para quedarse justo detrás de él
—Taeheon no puede vernos, oírnos, o oler nada de nosotros. Hace tiempo que
construí esta habitación de modo que yo pudiese verlo sin que él lo supiera.
El miró con ceño.
—¿Por qué?
Había mucha pena y profundo dolor en esos ojos que le recordaba mucho a
los de Taeheon.
—Porque siempre he querido a mi hijo aun cuándo él me rechazaba, y
quiero que tú te asegures de que él sepa eso. Que él en realidad lo entienda.
Junyoung miró a Taeheon, quien tenía la apariencia humana de un niño de
trece o catorce años tendido en el suelo del otro cuarto. Su cabello rubio
estaba largo y revuelto, su delgado cuerpo flaco. Él se veía tan vulnerable.
Tan asustado e inseguro. Cosas que él nunca había conocido en el Taeheon
hombre.
—¿Cómo puede él incluso rechazarle? —le preguntó a Erick.
Él indicó la ventana que mostraba a Taeheon sobre su espalda en forma
humana. Él estaba completamente desnudo y contorsionándose como si estuviese
sufriendo.
—Es la naturaleza de los animales para matar a los que son débiles.
Esos que son diferentes. Durante los últimos veinticinco años, dejé que la
frialdad de Karina distorsionara mis puntos de vista sobre mi hijo. Taeheon
nació ni tigre ni leopardo, sino una mezcla de nosotros. —Su mirada le quemó—.
No tienes idea de que tan inusual es esto en nuestro mundo.
Él se movió hacia el cristal, tan cerca que estaba asombrada de que
Taeheon no le pudiese ver, clavando los ojos en él.
—Toda su vida, pensé que era una deformidad. No supe hasta que llegó a
la pubertad, que era un regalo. Verás, por regla general, nuestra clase sólo
puede ser dos cosas. El humano y cualquier animal como el que nazcamos. No hay
elección en eso. Pero Taeheon… él es especial. Él puede ser el tigard como el
que nació...
—O un tigre. Yo lo he visto como tigre .
Su padre sintió.
— Y puede ser un leopardo. Blanco o normal. El día o la noche. Él no
está atado por las mismas leyes que el resto de nosotros le debemos seguir. Es
un regalo increíble el que él tiene. Había oído mitos de tales criaturas. Pero
igual que el legendario unicornio, pensé que era un mito. Hasta que le vi a él.
Él volvió la mirada hacia Taeheon, quien comenzaba a temblar.
—En su edad de ahora, él no debería poder tomar forma humana hasta
después del anochecer. Es difícil para un Katagaria ser humano a la luz del
día. Yo tengo una ventaja porque mi madre era humana. Puedo mantener esta forma
durante más tiempo que la mayoría de mi clase. Para Taeheon poder tomar forma
humana a la luz del día a la edad de veinticinco años es increíble.
El corazón de Junyoung latía apresuradamente mientras observaba a
Taeheon luchar contra alguna incomodidad invisible.
—Deberíamos ayudarle. Parece como si le doliese mucho
Su padre negó con la cabeza.
—No hay nada que podemos hacer
—Pero...
—Observa y ve.
Él lo dejó solo dentro el cuarto de observación, después entró en el
cuarto con Taeheon.
Tan pronto como Taeheon oyó la manilla de la puerta girarse, él cambió
de posición a la forma de un tigard. Él gruñó por lo bajo cuando vio a su padre
unirse a él.
—Cálmate, Taeheon —dijo su padre, poniéndose en cuclillas— Ven aquí
Taeheon retrocedió mientras miraba prevenidamente a Erick.
Él se movió hacia Taeheon que continuaba retrocediendo hacia la
esquina. Cuando su padre extendió la mano, Taeheon hizo un movimiento de golpe
con sus garras.
Su padre retrocedió.
Junyoung podía ver la decepción en su cara. Por más que trataba de
tenderle la mano a su hijo, Taeheon lo rechazaba.
Después de algunos minutos, él salió.
Observó como Taeheon volvía a cambiar a su forma humana. Él trató de
levantarse, pero por alguna razón sus piernas le fallaban.
Su padre se reincorporó a él.
—¿Qué le pasa?
—Él no sabe cómo caminar o hablar como un humano. Él es como un bebé
ahora. Todo lo que tú aprendiste de bebé él lo tiene que aprender como adulto.
Si él me aceptara, sería más fácil enseñarle. Pero temo que lo dejamos solo
demasiado tiempo. Él es fiero. Si alguien entra en la habitación, él les da
zarpazos.
Junyoung quería ir a él con tantas ganas que le dolía. Pero sabía que
no podía – podría alterar su futuro, y eso era lo último que ella quería.
—¿Me harías un favor, Juny?
No tenía idea de lo que Erick le podría preguntar, así que contestó con
vacilación.
— Supongo que sí.
—Dile a Taeheon que si pudiera cambiar mi pasado, lo habría mantenido a
mi lado y no encerrado.
Su corazón se encogió ante las palabras de Erick y la tragedia en que
se convertiría su relación.
—Parece cruel que puedas viajar por el tiempo y no puedas arreglar
esto.
Él estuvo de acuerdo.
—Es cruel y es eso por lo qué muchos de nosotros no saltamos. Es muy
tentador enmendar el pasado, pero cada vez que haces el intento...
—Cambias el futuro
Él asintió.
Junyoung observó como Taeheon se levantaba a si mismo con sus brazos a
través del piso en una esquina. Su cuerpo entero temblaba mientras trataba de hacer
lo que parecían ser palabras. Le recordó en cierto modo al Taeheon que él había
Herido.
Queriendo algo que creía que no tenía permiso de tener.
Pero el hombre que conocía ahora… era completamente otro. Taeheon
lentamente empezaba a ser él mismo, y esperaba que quizás parte de ello se
debiese a su presencia
Su padre dejó escapar un triste suspiro mientras observaba a Taeheon
luchando.
—Espero que nunca sepas lo que es ver a tu hijo y saber que le haces
daño. Recuerdo que cuando era cachorro mi madre giraba conmigo sobre la tierra
y jugaba. A ella no le importaba que fuese un animal mientras que ella era
humana. Ella me quería a pesar de todo. Justo como amaba a mi padre. Debería
haber pensado de la misma manera con mi propio hijo. Y ahora… ahora no hay
tiempo para disculparse.
—Creo que se equivoca. Conozco a Taeheon, y lo que usted hizo mientras
él estaba aquí… eso le ayudó más de lo que creo que usted ni siquiera se da
cuenta.
Erick lo miró con aprecio.
—Necesito asegurarme que todo esté arreglado para cuando yo muera, él
tendrá el futuro que se supone debe de tener. Pero primero, hay otra cosa que
quiero para darle.
—¿Y eso que es?
—El futuro que él merece.
TT____TT
ResponderEliminar-se hace bolita y shora-
Awww~
Tae~ tu papi te quería!!!
Ahhh siiii
Lindos!
Cada vez esto esta mejor;
Me encanta!!!
BUENO LAS LE VALE QUE SI QUISIERA A SU HIJO QUE NO TUVO AL CULPA DE HABER NACIDO ASI
ResponderEliminarEl papá de Tae me cayo bien cuando empesaron a hablar de las empresas #1.....pero me cae mejor porque aunque sea a escondidas y en sus últimos días,estuvo cuidando de Tae...y Tae sabe que su padre si lo quiso de verdad.
ResponderEliminarLastima que no puedan estar juntos en el futuro...pero espero que el tiempo que Jun y Tae esten ahí sea muy bueno.