Minwoo aspiró profundamente cuando entró por la puerta de atrás de la
Casa Ha. Éste era el último lugar en el que él quería estar, pero mejor que
nadie entendía por qué tenía que regresar.
Su familia mataría a Hyunsik y a todo su clan si no lo hacía.
Endureciéndose a si mismo para lo que iba a venir, cerró la puerta y se
dirigió a las escaleras.
Él solo había llegado a la mesa del vestíbulo cuando su hermano Taeyang
salió por la puerta que conducía a la cocina para verlo. Vio alivio en sus ojos
un segundo antes de que fuese reemplazado con cólera.
—Así es que has vuelto
—Es mi casa.
Él se mofó
—Yo me buscaría otra, si fuera tú.
Minwoo se puso rígido ante su frío tono.
—¿Me estás echando a la calle?
—Estás siendo advertido. Escogiste tu lado y era el equivocado
Minwoo miró hacia el tono dominante de su madre. Mama estaba en la cima
de las escaleras, mirándolos intensamente. Taeyang negó con la cabeza ante
Minwoo antes de que él regresase hacia la cocina.
Se emitió a sí mismo al lado de su madre.
—No pienses siquiera en pegarme, Mama. No estoy de humor para eso. Y te
la devolveré esta vez.
Su madre entrecerró sus ojos en Minwoo.
—¿Tú nos sacrificarías a todos por un huérfano híbrido sin clan?
—Nunca. Pero no me quedaré quieto y veré como condenan a un inocente
por nada. ¿No puedes ver la mentira que se ha dicho, Mama? Conozco a Taeheon.
Yo he hablado con él. Él no es amenaza para alguien que no sea él mismo.
Todavía la cara de su madre estaba enojada y fría. Su familia, y en
especial su madre, no eran estúpida. Minwoo no tuvo duda de que su madre y su
padre sabían que se había ido voluntariamente con Hyunsik.
—Nos traicionaste a todos.
Minwoo suspiró.
—Si hacer lo correcto es traicionar, entonces sí, supongo que lo hice.
¿Así que, qué vas a hacer ahora, Mama? ¿Matarme?
Su madre le dedicó un feroz gruñido, pero Minwoo mantuvo su posición.
El aire alrededor de ellos echaba humo un instante antes de algo se
hiciera pedazos en el cuarto de Taeheon.
Él siguió a su madre, quien corrió hacia la puerta y la abrió de golpe.
Minwoo mitad esperaba encontrar a Taeheon allí.
Podía decir por el aroma que era un tigre, pero el rubio no era
Taeheon.
—¿Qué estás haciendo aquí, Daisaku? —preguntó su madre.
El tigre curvó sus labios cuando abría el cajón.
—El bastardo se libró de nosotros. Necesito algo con su perfume para
esparcir a los Strati.
Minwoo arqueó una frente ante lo que a eso se refiere. Los Strati eran
soldados Katagaria de elite que eran cuidadosamente adiestrados para cazar y
asesinar. Su hermano Taeyang, junto con su padre, eran guerreros Strati.
—Tú no necesitas nada de él —dijo su madre, para sorpresa de Minwoo—
Sal de mi casa.
Daisaku no escuchó. Él se movió a otro cajón.
Su madre usó sus poderes para cerrarlo de una vez
—Dije que salieras.
El tigre se movió para enfrentarla.
— No te metas conmigo, oso. Tienes mucho más que perder con esto que
yo.
—¿Cómo que?
Pero Minwoo ya lo sabía.
—Tú eres el que denunció a Taeheon en el Omegrion. Mentiste.
Su madre sacudió con fuerza su cabeza para mirar a Minwoo.
—No seas estúpido, cachorro. Habría olido una mentira.
Minwoo negó con la cabeza.
—No si el animal tiene por costumbre mentir. Él fácilmente podría
camuflar su aroma.
Daisaku dio un paso hacia él únicamente para encontrar su camino
bloqueado por su madre.
—¿Está Minwoo diciendo la verdad?
Daisaku contestó con otra pregunta.
—¿Y tú? —Él arqueó una ceja ante ella.— ¿Crees en realidad que Taeheon
está loco? ¿Honestamente? Solo lo querías fuera de aquí y te agarraste de
cualquier excusa para echarlo. Admítelo, Mew. No quieres a alguien aquí excepto
a tu familia y eso te irrita tener que ser amable con el resto de nosotros.
Ella dejó escapar un bajo gruñido de su garganta.
Daisaku entrecerró los ojos.
—Si Phoenix alguna vez descubre la verdad, vendrá a por ti y todos tus
cachorros. No quedará un solo ladrillo de tu precioso Santuario.
Su madre lo agarró y lo arrojó contra la pared. Él aterrizó con su
espada contra eso, pero no pareció desconcertarle en absoluto.
Daisaku realmente se rió de ella.
— ¿Qué sucedió con las reglas del Empire, Mew?
Minwoo sujetó a su madre antes de que ella pudiese atacar al tigre otra
vez.
—Márchate, tigre, —gruñó Minwoo—.Si suelto a mi madre, no quedará lo
suficiente de ti para preocuparse por Phoenix o cualquier otra cosa.
Daisaku se apartó de la pared. Él los miró a ambas.
—Tú tienes más que perder que yo. Dame lo que necesito para cubrir
vuestros traseros.
Ahora fue su madre quien que se rió.
—¿Eres completamente estúpido? Taeheon nunca ha dejado su olor en
ninguna cosa. Mire alrededor de ti, idiota. No hay artículos personales aquí.
Tan pronto como una prenda de vestir se desprende de su cuerpo, él siempre la
ha lavado o la ha destruido. Él incluso mantiene a un mono aquí a fin de que su
olor camufle el de él. Nunca podrás rastrearle. Enfréntalo, Daisaku, el
cachorro es más inteligente que tú y tu padre juntos.
Minwoo quedó repentinamente impresionado por su madre. Él nunca
realmente había pensado acerca de por qué Taeheon había llegado al Santuario
con Marvin, pero obviamente su madre lo había sabido todo el tiempo.
Las ventanas de nariz de Daisaku se abrieron de rabia.
—Esto no se ha acabado.
—Oui, pero atiende. Vuelve aquí otra vez y con código o sin código, yo
te veré muerto.
Gruñendo, Daisaku se desvaneció.
La tensión en el aire se alivió considerablemente.
Su madre dejó escapar un lento suspiro mientras se volvía hacia él.
—Minwoo, llama a tu lobo y adviértele de lo que ha ocurrido. Estoy
segura que él sabe dónde está Taeheon y que él le puede advertir de que el
tigre está arrinconado y desesperado. En su posición, Daisaku es capaz de
cualquier cosa.
Él miró ceñudo ante el repentino cambio de su madre.
—No entiendo. ¿Por qué estás siendo increíblemente comprensiva de
repente? Sin intención de ofender, Maman, me asusta.
Su madre miró a Minwoo con rudeza.
—No tengo ningún cariño por Taeheon, eso lo sabes. Pero respeto al
depredador dentro de a él y no aprecio ser manipulada por otro. Ni valoro que
me hagan pasar por tonta. —Ella negó con la cabeza.— Debería haberme preguntado
por qué Daisaku y su padre llamaron continuamente averiguar sobre Taeheon
después de que él fuese enviado aquí. Les permití sembrar la duda en mi mente y
vi lo que él quiso que yo viera. No puedo creer que fuese tan tonta.
Su mirada se suavizó.
—Te doy crédito, cachorro. Tú no estabas ciego. Ahora debemos reparar
esto antes de que el peso de la furia de Phoenix caiga con estrépito sobre
todos nosotros —ella urgió a Minwoo
hacia la puerta— Ve a advertirles. A ti, te escucharán
—¿Qué vas a hacer?
— Voy a hablar con tu padre y tus hermanos. Temo a que estamos al borde
de una peligrosa situación y los quiero a todos ellos preparados.
Minwoo dio un paso hacia la puerta, luego hizo una pausa.
—Te quiero, Mama.
—Je't'aime aussi, ma petite. Ahora ve y déjanos a nosotros hacer esto
tan bien como podamos.
En forma de tigre, Taeheon localizó a su madre en un banco en Central
Park. Afortunadamente el lugar estaba abarrotado, lo cual ayudaría a encubrir
su olor y permitirle entremezclarse con el fondo.
Oculto en un bosquecillo de arbustos, él destelló a un humano con el
pelo negro, pantalones vaqueros, gafas oscuras, y una camiseta de Los Ramones.
El tipo de humano a que su madre nunca le prestaría atención. Él probablemente
podía haber conservado el cabello rubio, pero él se veía bastante parecido a su
padre que no quería arriesgarse.
Observándola mientras hurgaba en su bolso por algo, él tuvo que
otorgarle crédito, ella era bella en forma humana. Elegante. Su traje de calle
blanco y su blusa roja de seda hacían resaltar su impecable figura dándole
ventaja. Muchos varones humanos se detenían para hablar con ella, pero ella
rápidamente los ahuyentaba con cáusticas púas.
Para ser un animal, tenía un
gran dominio sobre el idioma humano. Su lengua era un arma tan mortífera como
sus garras.
Negando con la cabeza, Taeheon se echó hacia atrás hasta que vio a su
tío acercándose. Con el cabello rubio y vestido con un traje azul marino, él
era el equivalente masculino para la madre de Taeheon. Lo dos parecían una
poderosa pareja de Fortune 500.
Tanaka la saludó con la cabeza mientras se sentó en el borde opuesto
del banco. Taeheon advirtió que su tío mantenía una distancia segura a fin de
que pudiese escaparse si Karina repentinamente se lanzara sobre él…hombre
listo.
—¿Así que, Qué pasa? —preguntó Tanaka.
Taeheon se acercó un poco más a fin de que pudiese escucharlos
explícitamente.
—El tigre ha perdido el juicio —dijo ella evasivamente—. Tenías razón.
Ha estado dedicando tiempo a su descendencia mientras yo estaba ausente.
—Te dije que envenenases al cachorro antes de que te marcharas —ella le miró con irritación.
—Erick habría sospechado, y desde que no hemos estado en el mejor de
los términos
en los últimos veinticinco años, pensé que me convenía más dejarlo
vivo.
Taeheon apretó sus dientes ante sus palabras. Aun ahora era difícil
oírle a ella tan callosa condenación de su vida.
Ella curvó sus labios con rabia.
—Él ahora me ha cortado por completo. He recibido una casucha diminuta
en Nueva Jersey de todos los lugares. Mis tarjetas de crédito tienen los
límites de un campesino humano. Él me ha dejado con nada.
Los ojos de Tanaka brillaban como si su furia le divirtiera.
—Te dije que no le restregaras a tu amante en su cara. Mi hermano es
una bestia orgullosa. Tienes suerte de que no os haya matado a ambos.
Ella se mofó de eso.
—Lo desafío a intentarlo. Te lo aseguro, puedo mantenerme firme contra
cualquier tigre.
Tanaka le dedicó una mirada escéptica.
—Quizá no deberías ser tan arrogante. Sabes que los tigres saben
desgarrar las gargantas de los leopardos.
—Sólo en tus sueños —Ella le dirigió una mirada siniestra a Tanaka—
Quiero librarme de esta relación. Mientras ese tigre viva, no puedo formar una
pareja dentro de mi especie.
— Pensé que usted lo amabas.
—¿Amor? —jadeó ella—. ¿Eres
estúpido? El amor es para los humanos.
Ella sacó con fuerza el guante blanco de su mano derecha fuera y la
sostuvo en alto para mostrarle a Tanaka.
—Yo me emparejé con él por esto. El emparejamiento en nuestras especies
se lleva a cabo cuando la marca aparece. Nunca equivale a amar para los Katagaria,
lo sabías. ¿Amas a tu compañera?
—Ella me satisface
Karina tenía una mirada perdida en su cara como si ella recordaba algo
en el pasado. La tristeza marcó sus perfectas facciones.
—Yo, también, estuve satisfecha una vez, —dijo suavemente. Su cara se
endureció otra vez al de la perra que Taeheon tan bien conocía— Hasta que vi lo
que nuestro emparejamiento produjo. Soy la última de mi clase. Si no puedo
prolongar la raza del leopardo de las nieves, entonces al menos déjame
reproducir a un leopardo puro y no a una especie de hibrido.
Gracias, Mamá. Yo también te quiero. A él le encantaría mostrarle de
que fenómenos era capaz.
Incluso quedaría impresionada con su habilidad para arrancarle la
garganta antes de que pudiese incluso defenderse.
Tanaka cruzó los brazos sobre su pecho y habló en un tono calmado,
nivelado como si discutieran el clima y no la vida y la muerte de Taeheon y su
padre.
La misma indiferencia hizo que Taeheon quisiera matarlos a ambos.
—Entonces ya sabes lo que necesitas hacer, Karina.
—Ahora no es tan sencillo, —dijo ella con un suspiro—. Él le ha dejado
todo al mutante. Estoy realmente segura que me acompañará hasta la puerta en el
desierto helado antes de permitirme estar cerca de él.
Tanaka bufó.
—¿Qué hace la cautela de un leopardo contra la voluntad de un tigre?
Ella rechifló en él.
—No seas estúpido. Nuestros hábitat menguan todos los días. Al menos en
la hacienda de un humano rico puedo estar segura de que siempre tendré un
refugio para estar en mi verdadera. También sé cuan desesperadamente quieres
Tigarian Technologies, pero Erick sospecha demasiado de ti para que alguna vez
confíe en ti a sus espaldas. Así que aquí está lo que yo propongo. Yo los mato
a él y al mutante, y tú me das una parte de la hacienda.
—¿Si digo que no?
—Entonces yo lo intentaré con el mutante.
Yeah, pensó Taeheon coléricamente. Ese sería incluso un peor error.
Incluso como cachorro él había odiado a su madre. Qué pena que ella no se
hubiese tomado la oportunidad con él.
Tanaka se mantuvo en silencio mientras él consideraba sus palabras.
—Muy bien, acepto.
Pedazo de mierda, él había esperado que su tío dijera alguna cosa más.
Pero entonces, Taeheon estaba observando una historia de la cual ya sabía el
resultado.
—Bien, pero te conozco, Tanaka. No confío en ti, tampoco. Quiero algún
seguro.
Woow, Karina realmente había tenido un cerebro. Al menos por un
momento. Pena que sus seguros le hubiesen fallado al final, pero quizás le
darían a Taeheon alguna manera de probar la culpabilidad de Tanaka en esta
acción.
—¿Y qué sería eso?
—Quiero que me pongas como accionista mayoritario en tu compañía y
quiero que un millón de dólares, sean transferidos de tu cuenta a la mía antes
de que yo haga algún movimiento con el tigre.
Incluso Taeheon podía decir que todo eso era tan efectivo como
encañonar a su tío. Las facciones de Tanaka realmente se vieron pinchadas y
desdibujadas. Taeheon medio esperaba que el tigre la mandase a volar.
Él no hizo.
—¿Cuánto tiempo tengo?
—No demasiado. Conozco a Erick. Por ahora, él me tiene prohibida la
casa entera. Pero él dijo que él quería que yo viese al mutante. Fingiré
interés. Le diré que he recapacitado y me gustaría verlo. Cuando abra la
puerta, les puedo matar a ambos.
Ahora eso complació a su tío. Sus ojos eran ahora brillantes y felices.
—Necesito tiempo para liquidar algunas cosas para tener el dinero en
efectivo para ti.
—Tienes cuarenta y ocho horas
—Ella sacó una tarjeta de presentación de su bolso— Esa es mi cuenta.
Una vez que el dinero esté allí, serás un hombre mucho más rico.
Taeheon observó como ella se ponía de pie y se iba de pronto. Era el
momento más duro de su vida el aguantar allí y dejar que la historia siguiese
su curso cuando todo lo que él tenía que hacer era lanzarse sobre ellos y
matarlos.
Podría salvar la vida de mi padre… Pero su padre se suponía que moría.
Si no lo hacía, entonces Taeheon no iría a Nueva Orleans y nunca conocería a
Juny.
Él no es su compañero.
Eso era verdad. Como su madre había apuntado a Tanaka, no estaba en su
gente amar. No como lo hacían los humanos, y aún así Taeheon sentía algo por
Juny que desafiaba cualquier otra explicación.
Sólo quería estar con ´él y aún así él sabía que no tenía nada que
ofrecerle. Pero ahora mismo, él podía salvar la vida de su padre… Y perder a
Juny para siempre.
Su padre o Juny.
Pero hombre, allí no había verdadera elección. Si Taeheon salvase a su
padre, él alteraría bastantes más destinos que simplemente el suyo.
Su mente volvió a cuando Kevin había estado viviendo en Santuario. Uno
de los compañeros de grupo de Kevin había venido a matarle. Sólo Taeheon lo
había mantenido lejos de Kevin.
Si el Kevin no hubiese estado allí… Kevin podría estar muerto ahora. Y
esa era simplemente una instancia de la que Taeheon sabía. Una vida tocaba
otras cientos, ya fuera directamente o indirectamente.
"La más ligera conmoción en el aire puede mantener un huracán en
movimiento a mil millas".
La teoría de caos. El Dark-Hunter Shindong había sido el que se lo
había enseñado a Taeheon varios años atrás. Cambiar aun la más pequeña cosa
podía tener repercusiones sumamente dañinas.
No, él tenía que dejar que la historia siguiese su curso.
Apretando sus dientes, él se marchó dando media vuelta y se trasladó a
un área aislada a fin de que él pudiese regresar a la casa de su padre.
—Vosotros dos pueden quedarse aquí dentro una vez que Taeheon regrese
—dijo el padre de Taeheon cuando cerraba la puerta para sellarlos a los dos en
un dormitorio para invitado a solas.
Junyoung frunció el ceño ante sus acciones mientras algo dentro de él
empezaba a asustarlo. No quiso estar a solas con el padre de Taeheon. Pero no
tenía ningún sentido. Erick sólo había sido amable con él hasta ahora.
Todavía, se sentía sumamente incómodo.
Erick aspiró profundamente mientras él jugueteaba con una pequeña caja
de porcelana que había sobre el tocador de madera de cerezo.
—¿Piensas que Taeheon podrá encontrar la prueba que necesita?
— Espero que sí.
Erick negó con la cabeza.
—Mi madre siempre me dijo que tuviese cuidado con Tanaka. Ella dijo que
él tenía demasiado de humano en él para su bien.
Junyoung frunció el ceño ante sus palabras.
—¿Cómo así?
Erick puso la tapa sobre la caja, luego se volvió y se apoyó contra el
tocador.
—Los animales por regla general no son en particular celosos, pero Tanaka
siempre lo fue. Él era el mayor de la descendencia de mis padres. Yo fui el más
joven… nacido muy tarde en sus vidas. Tuve dos compañeros de camada que no
sobrevivieron. Por eso, mi madre se inclinó en mí. Puedo recordar ser
simplemente un cachorro y coger a Tanaka mirándome con malicia. Mi madre estaba
todo el tiempo asustada de dejarnos a solas juntos. Eso fue por qué lo aparté
de mi compañía hace mucho tiempo.
Junyoung podía entender la preocupación de Erick, pero sus acciones le
golpearon con extrema paranoia.
—"Sí, pero los celos no siempre hacen a las personas homicidas.
Él se rió de eso.
—No hablamos de personas, Juny. Somos animales parlantes. En nuestro
mundo, la supervivencia lo es todo. Gana el que se lo lleva todo.
Él cruzó el cuarto para pararse delante.
—¿Amas a mi hijo?
—Yo… —Junyoung vaciló. Pero al
fin, sabía la respuesta. No había negación posible.— Sí.
Erick sonrió.
—El amor de un humano. No podría desear nada mejor para él. Los
animales protegen lo que ellos conocen. Protegen lo que están obligados a
proteger, pero los humanos… los humanos tienen una mayor capacidad para
sacrificarse por aquellos que viven en sus corazones.
Antes de que Juny pudiera moverse, Erick lo agarró por la garganta y lo
tiró al suelo. Trató de gritar, para descubrir que ni siquiera podría tomar
aire en sus pulmones.
No podría moverse, no podría pelear. Era como si alguna fuerza nunca
vista lo
mantuviese paralizado. Sus ojos la quemaron.
—Perdóname por hacerte esto. Espero que lo entenderás con el tiempo.
Su deseado grito salió como un quejido cuando él se transformó en un
tigre y mordió su hombro.
Junyoung estaba completamente paralizado cuando el dolor le desgarraba.
Vio colores formando remolinos a su alrededor así como un extraño zumbido
comenzó en sus orejas.
Su respiración se volvió penosa, dolorosa. Era casi como si se
asfixiara. Se estaba muriendo. Lo sabía.
¿Por qué? ¿Por qué le estaba haciendo él esto? Sus pensamientos
recurrieron a Taeheon. Él quedaría devastado.
¡Lucha, maldición, lucha! Pero no podía. Él no tenía control sobre su
cuerpo. Ningún control sobre lo que el padre de Taeheon le estaba haciendo. Era
aterrador.
Lo siento tanto, Taeheon.
Fue su último pensamiento antes de que todo se volviese negro.
Ay~ No!!!
ResponderEliminarPobre Tae~ lo que debe de escuchar de la p377@ que lo parió -lo siento-
Ahhhh Noooo
Hasta que Mew se da cuenta del error tan grave que cometió!!!
Ahhhh Noooo
Juny~ qué!????
Ahhhh
por que la vida es tan cruel espero y mejore muy pronto
ResponderEliminarQue...que...que...que paso?
ResponderEliminarPor qué lo mordió?
Qué esta pasando?
Estan atrapados en el pasado...en el presente andan detras de Tae
Se supone que matarian a su padre...puede que todo tenia que pasar tal cual pero....como así?