Siwon, Kangin y Hyukjae
vieron como los cuatro vehículos, cargados más allá de su capacidad, se dirigieron montaña
abajo.
Siwon sintió un
escalofrío atravesarlo mientras la temperatura parecía bajar de forma
antinatural.
Miró en dirección
a la mansión en llamas. Frunció el ceño al recordar cómo había visto al fuego engullir y devorar
la estructura.
Definitivamente no
es natural, pensó.
—Yunho —llamó Siwon
a su compañero de manada—. Eres más viejo que yo. —Yunho asintió—. ¿Qué sabes de la magia
negra?
El rostro de Yunho
palideció al mirar justo a la derecha de los ojos de su Beta, para no
desafiarlo.
—Proviene de
brujas. —La voz de Yunho era tensa.
—Pensé que esos
eran sólo cuentos —comentó Siwon, recordando las historias que otros compañeros
de manada
compartían. Era muy parecido a contar historias de fantasmas, solo que los
fantasmas eran
brujas que podían
maldecirte para tener tres ojos o quedar sin lengua.
—Siempre hay algo
de verdad en los cuentos —le dijo Yunho. Hyukjae y Kangin ahora estaban
escuchando con
atención.
—¿Por qué quieres
saber sobre las brujas y la magia negra? —le preguntó Kangin a Siwon.
—Había algo detrás
de ese fuego. Podía sentirlo, como aceite corriendo por mi piel. Era grasiento
y
espeso.
Kangin asintió.
—Estoy de acuerdo
en que algo estaba en el aire. Algo maligno.
—No ha sido
documentada una bruja en siglos. —Yunho estaba sacudiendo la cabeza—. E incluso
cuando hubo
brujas, estaba… está, prohibido para las manadas emplearlas o buscar su ayuda.
—Bueno, es
bastante obvio que Hanghen no está realmente obedeciendo la ley de la manada.
Intentó
matar a nuestro
Alfa y mi compañero, después de todo — gruñó Siwon entre dientes.
Los lobos
esperando por el regreso de los vehículos se apiñaron con sus compañeros de
manada,
buscando consuelo
entre ellos. Siwon sintió el escalofrío de nuevo. Algo estaba mal.
Algo estaba
viniendo.
—Quiero al
engendro de Junjin aplastado en nada. —Hanghen se paseaba por el bosque un
kilómetro
detrás de la
mansión en llamas—. Sólo es un cachorro y ya ha encontrado a su compañero. ¡He
estado esperando siglos!
Hanghen se volvió
para mirar a la mujer que sostenía sus manos hacia el fuego, murmurando en voz
baja. Desdémona, o
Mona, para abreviar, era una bruja muy poderosa. Una bruja que su manada había empleado durante
varios siglos. Ella era la personificación del mal. Incluso su nombre,
Desdémona significaba “del
diablo”, testificando la oscuridad de su alma. Hanghen miró y esperó mientras
ella continuaba
llevando la mansión a su destrucción total.
De repente, ella
dejó caer los brazos y se volvió hacia él, perforándolo con sus ojos, uno azul,
uno negro, ambos llenos de
malicia. Tenía el cabello largo, negro como la noche, con una franja de color
blanco cerca de su cara.
Aparte de los ojos raros, era una mujer hermosa, una hermosa mujer que cortaría
tu corazón y se lo
daría de comer a los lobos si te le atravesabas.
—Ya te lo he dicho
antes, Hanghen, no puedo matar a distancia sin el alma del que quieres muerto.
—Sonaba exasperada,
como si hablara con un niño molesto.
—¿Qué puedes
hacerle? Seguramente una bruja de cuatro siglos de antigüedad puede hacer algo
—se
burló Hanghen.
—¡Cuidado, lobo!
—susurró Mona—. Trabajo para ti, pero no voy a ser insultada.
—Mis disculpas. —Hanghen
inclinó la cabeza y supo que sus palabras y postura la habían calmado.
—Así que, ¿estás
enojado porque tiene un compañero siendo tan joven? —preguntó ella.
—Enojado es decir
poco. Si no puedes matarlo, aléjalo de él.
Mona caminó un
lento círculo alrededor de Hanghen, los brazos cruzados sobre su pecho mientras
hojeaba las
maldiciones en su mente. Hanghen vio una sonrisa, tan malvada que podría hacer
que los
demonios del
infierno se acobardaran, extenderse a través de su malvada, aunque hermosa,
cara.
—Tengo justo la
maldición para encargarnos de nuestro pequeño lobezno.—Mona se frotó las
manos juntas mientras sus ojos empezaban a brillar—. Nutrea uitat, amado olvidado, una
maldición que eliminará sus recuerdos más preciados y lo devolverá al peor día
que jamás haya vivido.
—¿Qué pasa si el
peor día que jamás haya vivido fue cuando estaba con el mestizo? —preguntó
Hanghen.
—Él es su recuerdo
más preciado. Será borrado de su mente porque él supera todo. Así que con él
fuera, su mente volverá a
un momento antes de conocer a su compañero que fuera horrible para él —explicó Mona, pero el tono
de su voz dejó en claro que no le gustaba tener que hacerlo—. Ahora, necesito
que te mantengas en
silencio. —Miró a Hanghen hasta que él levantó los brazos en señal de rendición
y dio un paso atrás,
apoyándose contra un árbol.
Mona se volvió
hacia la mansión de nuevo y comenzó a buscar las fuerzas vitales de aquellos
cerca. Podía sentir un fuerte
jalón más allá de la mansión. Las manadas, decidió. Habían huido en dirección
opuesta y estaban esperando.
Sonrió para sus
adentros.
Las brujas se
habían borrado de la mente de los Canis lupis hace mucho tiempo. Los lobos
temían la
magia y trataban
de ignorarla, pensando que simplemente desaparecería.
No somos tan
fácilmente olvidadas, pensó. Les recordaré a los lobos, quién ejerce el poder y
a quiénes deben inclinarse.
Mientras se
centraba en el poder de los lobos comenzó a cantar.
“Tierra, agua,
viento y fuego, Presten atención a mis palabras, cumplan mi deseo. Encuentren
aquel cuyo nombre es Kangin, Búsquenlo, hagan su reclamo. Aten sus
recuerdos, pocos atesorados, Regrésenlo a sentir el dolor de
nuevo. En su mente, misterios destapados, Arranquen al compañero que ha
descubierto. Tierra, agua,
viento y fuego, Escúchenme ahora, hagan como yo deseo.”
Mona siguió
concentrándose, esperando que su hechizo impactara a su blanco.
—¿Funcionó?
—preguntó Hanghen impaciente.
—¡Shh! —gruñó
Mona—. Voy a sentir cuando lo alcance.
Los segundos
pasaron. El viento comenzó a levantarse y el cabello de Mona comenzó a azotar
alrededor de su
cara. Sus ojos brillaron y la oscuridad pareció envolverla en un manto,
acariciándola,
abrazándola como
un amante. Cerró los ojos una vez más mientras un trueno resonaba a través del
cielo. Luego dejó
escapar un gruñido atemorizante.
—¿No funcionó?
¿Qué pasó? ¡Habla, bruja! —gruñó Hanghen.
—Su Beta lo
protegió. —Mona habló con los dientes apretados—. De alguna manera escuchó el
hechizo en el
viento. Él no debería haber sido capaz de hacerlo.
—¿Qué vas a hacer
ahora? ¿Se puede enviar otro hechizo a Kangin?
—Malditos lobos.
—Mona se giró a Hanghen—. Hay leyes que atan nuestra magia. No podemos hacer lo que sea que
queramos, lobo. La maldición golpeó al Beta en su lugar. ¿Dijiste que estaba
acoplado?
—Sí, pero traté de
asesinar a su compañero. No sé si está muerto de verdad, pero no lo creo. De la
forma en que habló en
esos últimos momentos en la mansión, él todavía estaba vivo pero herido.
—Entonces,
¿quieres al compañero del Beta muerto también? Maldito lobo. ¿Quieres a todos
sus
compañeros
asesinados?
Hanghen le gruñó.
Mona negó con la
cabeza.
—Sólo espera.
Empezó a pensar en
voz alta, trabajando a través de las posibilidades.
—Ahora el Beta ya
no recuerda a su compañero. Justo ahora, él debería estar despertando.
Recordará
el peor día de su
vida y va a pensar que hoy es ese día. No puedo maldecir a Kangin ahora mismo.
Ni
siquiera yo tengo
el poder de mantener dos maldiciones como esta.
Malditas las leyes
del destino con las que me han
atado. Podría maldecir
al Beta de
nuevo para
asegurarme que su
compañero nunca sea encontrado… —Golpeó su labio con su uña larga—. Hmm.
Eso tiene
posibilidades. Si el Beta no puede encontrar a su compañero, entonces, el Alfa
asignará a su hombre más
confiable a la caza. Eso los dejaría expuestos y vulnerables. —Mona sonrió y se
volvió hacia Hanghen—. El Beta será el único lobo capaz de encontrar a su
compañero —anunció.
—¿Cómo eso va a
ayudar? —Hanghen frunció su frente.
—No va a recordar
quién es, tontito —le dijo, esperando a que consiguiera la obviedad de la
situación.
—¿Y? —Hanghen se
encogió de hombros. Mona se quejó.
—¿Me estás tomando
el pelo? El universo desperdició una perfectamente buena cantidad de energía
en tu vida
—murmuró—. Como su compañero, él sería capaz de usar su vínculo para
encontrarlo. Si no lo recuerda, ni
siquiera recuerda su esencia. Incluso si todavía puede escucharlo a través del
vínculo, no va a confiar en la
voz. Él no sabrá que ha conocido a su compañero.
Hanghen hizo un
gesto de “Oh” con su boca.
—No tenemos que
preocuparnos por el vínculo. Aunque estoy convencido de que son compañeros, no había señales de
apareamiento —le dijo.
—Excelente. Así
que, el único lobo que puede encontrarlo no puede recordarlo. —Mona se restregó
las manos juntas como si limpiara la suciedad de ellas—. Eso se encargará de
una pareja.
—¿Qué hay de las
otras? —preguntó Hanghen.
—Junjin tendrá a
sus lobos de mayor confianza buscando al compañero del Beta. Eso significa que
estarán por debajo
de la protección de la manada. Susceptibles. Me dará tiempo para trabajar en
algunos hechizos
especiales para nuestro pequeño príncipe. —Ella sonrió con picardía.
Hanghen se
estremeció.
—Me das escalofríos
a veces.
—Eso es muy malo.
Estaba de humor para cariñitos con la maldición y los asesinatos. —Mona lo
desestimó con la
mano—. Dame el nombre del Beta y su compañero y luego quédate en silencio.
—Siwon y Hee —le
dijo Hanghen mientras volvía a su posición contra un árbol.
Una vez más, Mona
buscó las fuerzas vitales. Específicamente, se enfocó en la que estaba llena de
confusión. Tan
pronto como lo sintió, su lucha, confusión, dolor e ira rodó sobre ella.
—Ahí estás,
pequeño lobito —murmuró. Centrada en el Beta, comenzó:
“Tierra, agua,
viento y fuego, Presten atención,
cumplan mi deseo. Siguiendo la maldición dada este día, Continúa atando
con lo que digo. Siwon, Beta, pareja de Hee, A pesar de que es, fuerte como
diez, desentraña lo que
su suerte ha tejido, Debía él buscarle, déjalo vagar. Ningún vínculo dominará
lo que he forjado,
Ninguna pareja va a encontrar si es buscada. Tierra, agua, viento y fuego, Vayan
ahora, cumplan mi deseo.”
Sonrisas malvadas
estiraron los labios de Mona y Hanghen cuando momentos después se oyó un
aullido tan lleno de dolor
que hizo a los vellos de sus brazos erizarse.
Siwon cerró los
ojos y trató de no prestarle atención a los compañeros de manada a su
alrededor. Había algo en el viento…
como un
susurro. Usando su audición
de lobo, escuchó con atención.
Ahí.
Ahí estaba… un
canto de algún tipo. Las únicas palabras que pudo descifrar eran algo así como:
“aten sus recuerdos”, y
luego oyó el nombre de Kangin. En ese
momento, Siwon sintió que su lobo empujó, una necesidad primitiva
de proteger a su príncipe impulsándolo adelante. Un trueno retumbó en el cielo.
Antes de que su
mente humana pudiera incluso pensar, Siwon saltó en frente de Kangin. Un rayo
de luz sobrenatural golpeó a Siwon en el pecho. La oscuridad lo consumió. Las
luces se apagaron.
Kangin vio como su
Beta, quien acababa de saltar delante de él, cayó al suelo. Yunho, Kangin, y Donghwa todos tomaron
posiciones defensivas, escudriñando en la noche oscura, buscando el enemigo.
—Yunho, ¿qué le
pasó? —llamó Kangin.
—Magia negra
—gruñó Yunho—. Él ha sido golpeado con una maldición.
—¿Qué clase de
maldición?
—No lo sabremos
hasta que despierte. —Yunho se volvió hacia Hyukjae, quien gruñó mientras
miraba a su Beta inconsciente en el suelo—. Hyukjae,
toma la posición de Donghwa. Donghwa, Kyuhyun y Kangin, rodeen a Siwon.
Podría despertar salvaje y necesitar ser sometido. Kangin, como heredero de Junjin
tú puedes hacer uso
de su poder, al igual que Siwon puede. Hazlo si se torna incontrolable… no
podemos tener a un lobo
salvaje con su fuerza corriendo por ahí.
Los hombres se
movieron siguiendo las órdenes de Yunho, contentos de tener un trabajo que
hacer a
medida que sus
lobos empujaban a tomar medidas. Justo cuando Siwon comenzó a moverse otro
destello de luz
golpeó su pecho, empujándolo hacia atrás en el suelo.
La manada entera,
así como los miembros de las tres manadas que quedaban esperando, comenzaron
a protestar y
gruñir.
—¡No cambien!
—gruñó Yunho cuando empezó a ver las garras y los colmillos de sus compañeros
de manada
descendiendo.
La noche
permaneció tranquila salvo por los gruñidos constantes. Cada lobo estaba
alerta, listos para
cualquier cosa que
pudiera venir a ellos.
Varios minutos
pasaron y Siwon comenzó a removerse de nuevo. Kangin y Donghwa lo ayudaron a
sentarse.
De repente, su
cabeza giró bruscamente y los lobos vieron sus ojos brillantes y los caninos
largos. Él alzó los ojos al cielo
y dejó escapar un aullido atormentado. El poderoso dolor audible que llenó la
noche puso a todos los
lobos de rodillas. Aullidos salieron arrancados de sus pechos y sollozaron
junto a su Beta, aunque no sabían
por qué.
El aullido murió y
Siwon se alzó en cuclillas.
—¡Jiwon! —gruñó.
Miró a Donghwa, luego a Yunho—. ¿Dónde
está mi hermana? La vi morir. La sostuve entre mis brazos hace unos momentos.
Yunho miró a Siwon,
con el ceño fruncido mientras trataba de entender lo que el Beta estaba
diciendo.
—¿Por qué está
preguntando por su hermana? —preguntó Kangin.
Siwon le gruñó. Yunho
se puso delante de Kangin, instintivo de su parte para proteger al lobo quien
había estado a su cargo
durante tanto tiempo.
— ¿Qué sabes de mi hermana, cachorro? —le
gruñó a Kangin. Sus ojos seguían brillando.
El lobo de Kangin,
siendo dominante también, empujó hacia delante para afrontar el reto. Sus ojos
comenzaron a
brillar también. Un gruñido bajo retumbó en su pecho.
—Kangin, él sigue
siendo tu Beta —le recordó Yunho.
Kangin cerró los
ojos y atrajo su lobo de vuelta. Tomando respiraciones lentas y profundas,
calmó a la bestia que le
exigía demostrar su fuerza.
Yunho, evitando el
contacto directo con los ojos, siguió viendo hacia Siwon.
—Siwon, ¿entiendes
lo que te estoy diciendo? —preguntó en español. Era evidente que algo había
pasado a la
memoria de Siwon.
Siwon entrecerró
los ojos ante Yunho.
—Sí, te entiendo
—logró decir. Finalmente, se puso de pie, el cuerpo tenso, las piernas
abiertas, listo para la acción—. Te
preguntaré de nuevo, Yunho, ¿dónde está mi hermana? ¿Quién diablos son todos
estos otros lobos?
Yunho relajó su
postura, tratando de dejar ver a Siwon que no lo estaba desafiando.
—Ha pasado un
siglo desde que tu hermana murió.
Siwon gruñó y,
moviéndose más rápido de lo que el ojo podía seguir, agarró por el cuello a Yunho.
—¡Mientes! Sé lo
que acaba de suceder. Siento el dolor de ella corriendo por mis venas, incluso
ahora. ¿¡EN DÓNDE ESTÁ!?
Yunho levantó la
mano para hacer retroceder a los lobos que se estaban acercando lentamente para
defenderlo.
—Siwon, tú me
conoces. Somos compañeros de manada. ¿Alguna vez te mentiría?
Siwon escuchó a Yunho
mientras sostenía la mirada del lobo, buscando cualquier engaño. Finalmente lo soltó y dio un
paso atrás.
Yunho se contuvo
antes de caer al suelo. Enderezando su ropa, habló con seriedad, pero con
calma.
—Siwon, creo que
has sido maldecido. Estamos en el año 2010. Hemos sido atacados por el Alfa de China y creemos que él
está usando una bruja. Dos potentes luces te golpearon en el pecho y te
noquearon. No sabemos de qué se
tratan las maldiciones, pero tenemos a un sanador gitano que podría ser capaz
de descifrarlo.
Siwon se dio la
vuelta, cerrando a Yunho con sus ojos color ámbar.
—¿Un sanador
gitano? ¿Desde cuándo tenemos un sanador gitano?
—Eso es lo que
estoy tratando de decirte. No es 1910, es 2010. Cien años han pasado desde la
muerte
de Jiwon.
—¿Cómo puede ser
eso? —preguntó Siwon, sin hablar con ninguna otra persona—. Y, sin embargo,
incluso mientras
estoy aquí de pie, recuerdos llenan mi mente que sólo podrían ser después de su
tiempo. Conozco las cosas
que existían en 1910. —Empezó a pasearse mientras trataba de resolver la
confusión que enredaba sus
pensamientos—. Pero también conozco todas las cosas que se han creado desde entonces. ¿Por qué
siento que hoy es el día en que murió? Cada emoción en estado puro; cada
sacudida de dolor; cada letal
rayo de ira. Siento todo eso como si hubiera acabado de suceder.
Nadie respondió al
monólogo de Siwon, mirándolo con ojos cautelosos.
—Nuestro aventón
está aquí —habló Hyukjae, y todos se volvieron para ver a las dos Hummer y dos
furgonetas
estacionarse.
Yunho volvió a
mirar a Siwon para ver su reacción. Después de oírle decir que tenía recuerdos
de lo que había sucedido
tras la muerte de Jiwon, Yunho no estaba seguro de cuáles cosas serían nuevas
para él. Pero Siwon no
actuó sorprendido o confundido por los vehículos modernos.
Yunho se acercó
más a su Beta a medida que los otros lobos comenzaron a subirse en los autos.
—Sé que estás
confundido y dolido, pero has confiado en mí desde que éramos crías. Por favor,
confía en mí ahora. Puedo
llevarte a Junjin y Hyesung.
La cabeza de Siwon
se alzó rápidamente.
—¿Los Alfas están
aquí?
Yunho asintió.
—Iré contigo.
Siwon apretó los
dientes mientras seguía a Yunho hasta los vehículos. Mientras subía, reconoció
a
Donghwa, Minho, Kyuhyun,
y Anton. Antes, había reconocido a algunos otros. Hizo caso omiso de los lobos que no
reconoció. Podía sentir su dominio sobre ellos. Ellos no eran ninguna amenaza.
—¿Dónde estamos?
—Hemos estado en Busan
durante casi una semana. Tuvimos un encuentro multi-manadas —respondió Yunho.
La frente de Siwon
se arrugó mientras fruncía el ceño. Imágenes llenaron su mente, imágenes con
agujeros negros en ellas.
—¿Por qué recuerdo
esto?
—¿Qué recuerdas?
—le habló Donghwa a su Beta por primera vez desde que Siwon había recuperado la conciencia.
—Recuerdo haber
estado aquí. Recuerdo luchar con algunos lobos de la manada de China, pero no
sé por qué. Recuerdo que
me encerraron, pero no puedo recordar por qué. Hay estos oscuros espacios en
blanco en mi memoria. —
La voz de Siwon fue constante, aunque sus palabras se convirtieron en lacónicas
a medida que su
frustración aumentaba—. ¿Por qué no recuerdo algunos de estos lobos con
nosotros? Puedo oler que son
de la manada, pero no tengo ningún recuerdo de ustedes.
—Me gustaría tener
respuestas para ti, Beta. Pero estoy tan perdido como tú —admitió Yunho.
Siwon se puso
rígido.
—Yo no soy tu
Beta, Yunho.
—Sí, lo eres. Te
convertiste en nuestro Beta poco después de la muerte de tu hermana —ofreció
Donghwa.
—No tengo ningún
recuerdo de eso. Seguramente me acordaría de algo tan importante como eso
—gruñó Siwon.
El vehículo se
quedó en silencio después de sus palabras, el único sonido era el zumbido del
motor a
medida que
viajaban por la montaña hasta el pueblo. Siwon miró por la ventana hacia la
oscuridad… se sentía uno con
esa oscuridad.
Los lugares vacíos
en su interior, y este dolor inexplicable que lo estaba desgarrando por la
mitad, lo
arrastraban fuera
de la luz. Cerró los ojos, en busca de cosas que ni siquiera sabía que había
perdido.
Pero podía sentir
que algo se había ido. Algo muy importante y sagrado para él se había ido.
Cuando llegaron a
la aldea, Yunho vio a Teukkie y Donghae de pie delante de un gran edificio. La
falta de luz en la calle
dejaba al cielo brillando con un centenar de estrellas tan lejos como el
ojo podía ver en todas
direcciones. El edificio, una taberna, era de dos pisos y tenía un techo
inclinado agudamente que brillaba por
la nieve.
Sus ojos
recorrieron de nuevo a los dos chicos acurrucados juntos para mantener el frío
a raya.
Saludaron a los
vehículos acercándose.
Después de salir
del auto, Kangin se acercó a Donghae y Teukkie. Necesitaba informarles
brevemente antes de que
pudieran provocar a Siwon con sus observaciones abrasivas habituales.
Las bocas de Donghae
y Teukkie cayeron abiertas a la vez mientras sus ojos se posaban en su Beta.
Notaron su rostro
excesivamente sombrío y sus ojos ensombrecidos. Kangin rápidamente les explicó
lo que había
sucedido, pero abandonó el tema cuando Siwon se acercó.
—Hay una gran sala
de reunión en la parte de atrás —le dijo Teukkie a Kangin—, pero estábamos
esperando permanentemente
aquí de pie. ¿No hay otro grupo en camino?
Kangin asintió
mientras Siwon los pasaba. Una vez que estuvo fuera del alcance del oído, Kangin
continuó.
—Habríamos
esperado ser los últimos en venir, pero Siwon es peligroso en estos momentos.
Teníamos que conseguir
traerlo hasta aquí. —Sus ojos se posaron en Donghae, quien dio un paso atrás al
ver la mirada que él le
estaba dando; una mirada que decía que estaba a punto de dejar caer una bomba
en su regazo— Necesitamos
que trabajes tu magia en él. No sabemos lo que pasó. Yunho piensa que es una maldición.
—¿Qué magia? Yo no
tengo magia. —Los ojos de Donghae se abrieron—.¿Cómo voy a saber qué hacer?
Teukkie tomó la
mano de su amigo.
—Cada vez que has
necesitado saber algo, tu cerebro gitano te lo ha facilitado. Confía en tu don.
TT___TT
ResponderEliminarAlguien que patee el peludo trasero de Hangeng!!!
Nooooooo
Siwonshis! Amor mio de mi!
No te olvides de Hee~
Hee~ bebé gatito...hablale a tu bola de pelos! Él te necesita!!!
NOOOOOOOOOOO. Y NOOOOOO.
ResponderEliminarEsta adaptación me enoja, necesito que el SiChul sichulee y cada vez lo veo más complicado.
Noooo ahora todo se complica mas y mas, siwon, Hee te necesita no te olvides de el por favor, que coraje maldito Hangeng!!
ResponderEliminarNoooo ahora todo se complica mas y mas, siwon, Hee te necesita no te olvides de el por favor, que coraje maldito Hangeng!!
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