Me dirigí
hacia la cocina, Heechul estaba dando vueltas, ya listo para irse a trabajar, y
me miró con ojos conocedores cuando me dejé caer en una de las sillas de la
mesa de la cocina.
—¿Zhou ya se
fue?
Él vino hacia
mí con una taza de café y una sonrisa.
—Sí. Se
levantó temprano y fue a correr, luego se fue a clase. ¿Todo bien con ustedes? Él
parecía algo abrupto cuando regresó de correr.
Dejé que mi
cabeza cayera hacia atrás sobre el cuello para mirar el techo.
—No tengo
idea.
Él se sentó
frente a mí y bajé la cabeza para mirarnos. Había algo en esos ojos que hacía
que una persona simplemente supiera que él veía y entendía más de lo que
mostraba. Heechul podía leer a la gente mejor que nadie que yo hubiera
conocido, y si él sabía algo de lo que estaba sucediendo con Zhoumi, yo era
todo oídos.
—Creo que Zhou
tiene algo más debajo de la superficie de lo que muestra. Quiero decir, he
vivido con él por un tiempo y nunca menciona
su hogar o su familia, y nunca habla sobre cómo era su vida antes de la
universidad. Incluso Donghae solo sabe lo básico. Es como si él no hubiera
existido antes de mudarse aquí a estudiar. A veces es lo que la gente decide no
decir lo que cuenta la historia más importante.
—Como tú.
—señaló la punta de mi nariz con un dedo con punta de neón y lo agitó—. No
mencionaste que ayer fuiste a ver a tu mamá. ¿Por qué?
Gemí y me pasé
ambas manos por el cabello ensuciándolo.
—Porque no me
gusta hablar de eso. Kyuhyun tiene la boca muy grande.
—No, Kyuhyun
es un buen amigo que sabe lo duro que eres contigo mismo cuando se trata de tu responsabilidad
por el matrimonio de mierda de tus padres. Un día, vas a tener que reconocer
que tu mamá es una mujer adulta,
responsable de las elecciones que ha tomado y que continúa tomando en lo que
respecta a tu papá. Hiciste lo mejor que podías para ayudarla, para sacarla de
ahí, y claramente ella no se quiere ir. Ésa no puede ser tu carga por el resto
de tu vida, Henry.
Era casi lo
mismo que Kyuhyun me había dicho ayer, pero entender que tenían razón, y ser
capaz de dejarlo y alejarte, eran dos cosas completamente diferentes. Así que
le dije lo mismo que le había dicho a Kyuhyun.
—Es mi mamá.
Solo que Heechul
no era Kyuhyun, y no era del tipo que lo aceptara como el evangelio por qué
continuaba torturándome a mí mismo por eso. Puso una de sus manos en la mía y la apretó.
—Cierto, lo
es, lo cual significa que debería estar ahí para cuidarte a ti, y estar
orgullosa de todas las cosas increíbles que haces. Debería estar llena de
entusiasmo sobre cuán talentoso es su hijo y debería ser tu mayor fanática. Lo
que no debería estar haciendo es permitir que su relación para nada saludable
con tu papá te mantenga atado a esta ciudad y a ella, cuando todos, y Henry, quiero
decir todos saben que te podría ir mucho mejor en una escala más grande.
No pude
discutir con él porque tenía razón. Todos tenían razón, pero eso no cambiaba el
hecho de que yo esta aterrorizado de lo que le sucedería a la mujer si yo
simplemente me lavaba las manos de la situación, y le permitía a mi padre
terminar de desmantelarla.
No sabía si
podría vivir conmigo mismo si permitía que eso sucediera, y ninguna cantidad de
éxito o logro personal valía la pena ese riesgo. Ni siquiera iba a mencionar la
oferta de la gira con SJM, porque eso solo le daría más combustible para el
fuego. Si yo estaba aquí para mantener al viejo ocupado, había menos
oportunidades de que él pudiera destruirla completamente.
—Es lo que es,
por ahora.
Él levantó una
pálida ceja.
—Pero no tiene
que serlo. Mírate a ti y a Zhou. Las cosas pueden ser de una manera por un
largo tiempo y luego tener que cambiar porque no hay otra oportunidad.
Simplemente me
encogí de hombros.
—Quizá.
Heechul puso
los ojos en blanco y se puso de pie.
—Tengo que
irme o voy a llegar tarde. Deja de actuar como el típico músico melancólico y
haz que Zhou te hable. De paso, él era un completo diez cuando lo vi esta mañana, así que muy
bien, asesino.
Eso me
sorprendió y me hizo reír, y me sacó algo de la melancolía de mi humor actual.
—Te dije que
un día tendría uno.
Se rió y me
guiñó el ojo.
—Bueno, la trampa
es que tú también eres un completo diez ahora mismo, y no creo que jamás hayas
estado más arriba de un cinco. Son
buenos juntos, Henry, de cualquier forma que sea. No le permitas
convencerte de lo contrario.
—Sí. Por
alguna razón, creo que podría ser mucho más difícil de lo que suena.
Después de que
Heechul se fue a trabajar, di vueltas por un par de horas e intenté terminar la
canción en la que estaba trabajando anoche cuando Zhoumi me había emboscado.
Era triste y tenía una melodía que hacía que algo doliera en el centro de mi Corazón.
Le faltaba algo y no podía darme cuenta qué era. Con la mente dando vueltas por
la gira y cierto joven, no podía hacerlo bien, así que lancé la guitarra en el
estuche y me fui al estudio. Se suponía que terminara con Black Market Alphas
más tarde esta noche, pero el humor en el que estaba no presagiaba nada bueno
en lo que respectaba a lograr algo,
especialmente si vocalista aparecía haciendo gala de sus idiotas bravuconadas y
arrogancia no ganada.
Retoqué un par
de canciones, experimenté con otras mías y le envié un mensaje a todos los
chicos de mi banda diciendo que necesitábamos juntarnos a hablar. Mi papá me
llamó tres veces y yo mandé las tres llamadas directamente al correo de voz.
Debatí si llamar a Zhoumi y decidí que el teléfono funcionaba en ambas
direcciones. Si él quería hablar, podía ponerse en contacto conmigo. Después de
todo, yo no fui quien lo dejó solo en la cama después de una noche de sexo que
te derretía el cerebro.
Antes de que
lo supiera, la tarde había pasado volando y los BMA estaban en el estudio. Era
una vergüenza que el cantante principal fuera tan idiota, porque los otros
tipos eran geniales y yo realmente veía mucho de mí en Jorge. Estaban armando
las cosas cuando mi teléfono sonó con un mensaje de texto.
Estaba
completamente sorprendido de ver que era Zhoumi.
¿Dónde estás?
En el trabajo.
¿Tú? ¿Trabajando? :)
Eso me hizo
fruncir el ceño. ¿Qué creía él que yo hacía todo el día cuando no tenía un
espectáculo? Por supuesto que trabajaba, ¿cómo creía que pagaba las cuentas?
Cuando tengo ganas. ¿Por qué, qué sucede?
Quería ver si estabas hambriento. Mi última
clase se canceló y estoy hambriento.
No puedo irme. Estoy en medio de una sesión.
Yo puedo ir hacia ti.
Eso era raro.
Nunca permitía que entrara al estudio alguien con quien yo no estuviera
trabajando o con una banda con la que trabajara. Este lugar generalmente era mi
escape del resto del mundo. Aquí es donde venía a alejarme de todas las otras
cosas con las que normalmente no podía lidiar. Permitirle entrar parecía como
algo más importante de lo que probablemente era, y me tomó unos buenos diez
minutos responderle el mensaje.
De acuerdo. Pero puede que lo odies. No creo
que los tipos con lo que estoy trabajando ahora sepan una sola canción de SM Balad.
Muy gracioso, imbécil. ¿Qué quieres que te
lleve?
Lo que sea. Soy fácil.
No Henry, eres cualquier cosa menos eso.
Me quedé
mirando el teléfono como si explicara lo que él quería decir. Los chicos de la
banda estaban inquietos, así que le dije que agarrara un par de pizzas y una
caja de Coors Light para poder darles de comer también. Le di instrucciones para llegar al estudio.
No podía decidir entre estar contento de
que él me estaba buscando activamente o asustado por dejarle entrar a mi
santuario personal. Decidí cernirme entre las dos y centrarme en el trabajo hasta que llegara. Algo estaba pasando
con la banda, la mitad de los chicos no estaban hablando y Jorge estuvo a un
compás detrás en tres de cada cuatro canciones. Después de la sexta hora de
iniciar la primera canción otra vez, ya estaba dispuesto a matarlos a todos.
Golpeé mis
manos sobre la mesa de mezclas y apagué el interruptor que grababa todo en la
cabina. Crují mis nudillos de ambas manos y me
dirigí al lugar donde estaban fulminándose con la mirada de ida y vuelta
los unos a otros, y donde vocalista me estaba frunciendo el ceño.
—¿Qué pasa,
amigo? Hoy es el último día que tenemos para tiempo en el estudio y ya te hemos
pagado por ello.
Me giré el
anillo en mi dedo medio con mi pulgar e igualé su mirada fulminante con la mía.
Este chico no me conocía lo suficientemente bien como para pensar que alguna vez iba a ser
impresionado por su exceso de confianza juvenil y talento mediocre.
—¿Qué está pasando
hoy? Ustedes apestan, y me refiero a que apestan. Sea lo que sea que están
haciendo es basura y no voy a perder mi tiempo con eso. ¿Han olvidado que son
una banda y que eso significa que todos tienen que tocar la misma canción al
mismo tiempo? ¿Qué demonios pasa?
Ry el vocalista
hinchó el pecho y Jorge bajó sus baquetas. Los otros dos chicos me fruncieron
el ceño mientras el primero se movió para empujarme con un dedo en el centro de
mi pecho.
—Ten cuidado.
Te estamos pagando, ¿recuerdas?
Aparté su mano
de un golpe y entrecerré mis ojos amenazadoramente hacia él.
—Sí. Me están
pagando para armar un álbum que llame la atención de un sello importante y
puedan firmar, no un álbum que suena como un
montón de ollas y sartenes cayendo de la alacena de la cocina. Mi nombre
no quedará unido a algo que no sea audible. Así que, ¿cuál es el maldito problema?
Jorge golpeó
uno de los platillos con el borde de su puño.
—Sí, Ry, ¿por
qué no le dices lo que está pasando? ¿Por qué no le dices cómo tomaste todo el
crédito por todas las canciones que yo escribí y todos los espectáculos que
nosotros tocamos cuando ese jovencito
te entrevistó? ¿Por qué no le explicas a
Henry cómo este nuevo álbum es una colaboración entre tú y él, y el resto de
nosotros somos solo el personal contratado? —Él golpeó el platillo de nuevo—.
No nos necesitas, ¿verdad? Por qué no continúas y terminas el disco por ti
mismo, porque yo ya lo hice.
Di un paso
atrás cuando Jorge rodeó la masiva batería. Ry se había vuelto de un precioso
tono púrpura y miró frenéticamente entre mí y donde su baterista se había
parado enfurecido. Me froté la barbilla y le hice encontrar mi mirada interrogativa.
—¿Puedes
escribir canciones? ¿Sabes cómo armar una melodía y un coro de la manera en que
Jorge lo hace?
Frunció el
ceño y tragó saliva.
—No.
—¿Puedes tocar
la guitarra?
—No.
—¿Puedes tocar
la batería?
—No veo qué
tiene eso que ver con nada.
Me mecí sobre
mis talones y crucé los brazos sobre mi pecho.
—¿Eres un
artista en solitario, Ry? Porque si es así, entonces tendremos que desechar las
pistas que ya tenemos y empezar todo de nuevo.
Él se plantó
ante mí, y el micrófono en su mano cayó al suelo.
—No. De
ninguna manera. Esas cosas que grabamos el otro día eran fantásticas.
—Cierto.
Fueron fantásticas, porque Jorge escribió canciones increíbles y tú tienes una banda increíble
que te respalda. Sin eso, no eres más que un pedazo de mierda saltando por el
escenario y gritando tonterías inútiles. Yo no colaboro con tonterías inútiles.
Es mejor que reconozcas lo que puedes hacer por ellos, Ry, y no al revés,
porque te garantizo que si Jorge se va lo puedo conectar con otra banda en un
santiamén. Tú solo serás un recuerdo para algún sujeto en algún lugar que te
haya visto tocar alguna vez. Tienes que sobreponerte, como ayer, y dejar de
perder el tiempo de todos. Y si no puedes hacer eso, yo, por supuesto, tengo
cosas más importantes que hacer que cuidar a un aspirante a estrella de rock.
Me miró en
silencio, tratando de juzgar lo serio que iba. No jugaba a la hora de respetar
al resto de tu banda. Sabía que solo era un cantante muy bueno, pero que no
podía hacer lo que hacía sin el resto de los chicos, y un talento como el de
Jorge no iba a ser tomado a la ligera. Ry y yo estábamos en el medio de una
contienda de miradas cuando oí un silbido y a Jorge decir:
—¿Quién es el
nene? Por Dios, estoy enamorado. El incluso trajo cerveza y pizza.
Miré por
encima de mi hombro y vi a Zhoumi dejar las cosas dentro de la sala de control.
Tenía sus gafas posadas en su nariz. Llevaba un par de jeans que eran más ajustados
que los míos, si eso era posible, y una especie de camiseta blanca que colgaba
por completo de un hombro. Sí, era un nene absolutamente y ahora que él estaba
aquí, en el interior del círculo íntimo, no era tan jodidamente extraño e
inquietante como pensé que sería. Movió los dedos hacia mí en un pequeño saludo
y se dejó caer en la silla. Levanté la barbilla hacia ella y volví a Ry. Por
dentro me preguntaba por qué se veía tan bien que estuviera aquí.
—Mira, mi
consejo es que no arruines una buena cosa. Ustedes suenan bien, pero solo
cuando tocan juntos. Pon bajo control a tu ego y discúlpate con tu banda. No
voy a poner mi nombre en algo de lo que no estoy orgulloso, y ahora mismo suena
como basura. Vamos a comer una pizza y tomar un par de cervezas y ve a hacer
las paces. ¿De acuerdo?
Se quedó en
silencio durante un largo rato, pero finalmente asintió a regañadientes y se
dirigió a donde Jorge estaba de pie delante de la cabina de control viendo a Zhoumi
mientras él revisaba su teléfono. Empujé la puerta para abrirla y casi
trastabillé cuando me sonrió.
—Hola.
—Hola, otra
vez. Te eché de menos esta mañana.
Él se
estremeció un poco y bajó su teléfono.
—Lamento eso,
solo tenía que… —Se interrumpió con un encogimiento de hombros—. Correr.
Me incliné
sobre él y puse mis manos en el respaldo de la silla, por lo que yo estaba
viendo hacia abajo, hacia él, y él no tenía otra opción más que mirarme. Había
algo en esos ojos teñidos de whisky, algo potente y claro. Este joven era
peligroso. Quería hacer cosas para él, hacer cosas por él que nunca había
querido antes.
—Tengo que
decirlo, Zhou, prefiero que corras hacia mí, no lejos de mí.
Él inclinó la
cabeza un poco hacia atrás y levantó las manos para que descansaran en mi
cintura. Una mezcla de calor y algo más serio se envolvió en mi estómago. Quería todo sobre él en mi
cerebro. Quería recordar cada mirada, cada toque y cada gusto. Cuanto más
tiempo tuviera con él, más no podía evitar la sensación de que era como los
relojes derretidos tatuados en todo mi antebrazo; que él no era más que una
ilusión, un sueño al que yo estaba tratando de aferrarme antes de que se
desvaneciera.
—No estaba
huyendo de ti, Henry. Simplemente no estoy seguro de qué se trata todo esto y
qué hacer con todo eso.
—Ni yo tampoco,
pero, ¿no tiene más sentido que tratemos de resolverlo juntos, en lugar de
salir del paso por nosotros mismos? Sea lo que
sea que es, está funcionando muy bien para este momento, así que vamos a
dejarlo en paz.
Arrugó la
nariz, lo cual fue tan lindo con sus sexys gafas puestas, que no pude
resistirlo y me incliné para besarlo. Quería mantenerlo profesional porque
teníamos una audiencia, pero él sabía como café, secretos, y un lugar en el que
realmente quería estar. Por no hablar, que puso los dedos bajo el borde de mi
camiseta y los clavó en mis costados. Podía besarlo todo el día — para siempre—
pero apartó su cabeza de mí tan rápido que me recordó el alcohol de sus ojos, y
yo todavía estaba un poco molesto por abandonarme esta mañana. Le di un pequeño
mordisco con los dientes y me aparté de la silla, lo que hizo que girara dando
vueltas con un chillido.
—En serio, Zhou.
Los dos somos inteligentes. ¿Por qué no podemos hacer esto, tener sexo y algo
funcionando un poco más entre nosotros?
Él bajó su pie
en el suelo para detener la silla y se encogió de hombros.
—Podemos.
Quiero. Solo estoy tratando de ser cuidadoso al respecto. Cuando yo no era muy
cuidadoso con las cosas en el pasado, realmente
dejaban una huella desagradable.
Extendí la
mano, la cual agarró a medida que lo ponía de pie. Yo le tiré en un abrazo y
metí su cabeza debajo de mi barbilla. Encajábamos juntos de esa forma justo
como se suponía que fuera. El puso las manos en los bolsillos traseros de mis
jeans y apoyó su frente en mi garganta.
—Si pudieras
decirme cómo evitamos hacerlo, Zhou, estoy dispuesto a escuchar. Las únicas
marcas que quiero dejar en ti son aquellas que disfrutes que estén ahí.
Su suave
cabello rozó mi cuello y me empujó un poco más cerca.
—Un día, tal
vez, pero por ahora vamos a tratar de disfrutar de lo que es, sin todo el
equipaje sobre nosotros.
Sentí que mis
cejas se dispararon en alto, pero los chicos de la banda habían entrado en la
cabina, y ya no estábamos solos. Pasé mi mano por su espalda y palmeé su
trasero. Él se sobresaltó un poco y me empujó.
—Creo que el
tipo es quien normalmente trata de vender ese arreglo a la pareja.
Esos ojos
brillaron con humor, y lo único que quería hacer era conseguir desnudarlo y
poner mis manos sobre él. Él era simplemente otra cosa, y yo no estaba seguro
de qué hacer con él o con la forma en que me destrozaría tan rápido.
No tenía
tiempo para seguir dándole vueltas, porque Jorge se abrió paso a la fuerza
entre nosotros y comenzó a mecer su brazo arriba y abajo de una manera que era
cómico de ver. Retrocedí unos pasos y busqué una cerveza, mientras que Ry hizo
lo posible para seducirlo. Zhoumi los miró a todos con sus grandes ojos y se
volvió a sentar en la silla, mientras todos charlaban con él.
Vi todo el
escenario con diversión. Era un joven muy hermoso y podía aguantar por sí mismo. Lo había visto
encargarse de borrachos con más años que estos chicos y no romper a sudar, pero
quizás porque yo estaba viendo y
teníamos algo aún sin nombre pasando, él los estaba mirando con cuidado y no
siendo su habitual ser auto relajado. Ellos le estuvieron disparando
rápidamente preguntas; ¿cómo me conoce, teníamos algo, cuál era su banda
favorita, había oído hablar de ellos, cuál era su canción favorita, iba a
quedarse y verlos tocar? Solo se les quedó mirando boquiabierto hasta que
supongo que tuvo suficiente, y luego vino y se plantó a mi lado sólidamente. Pasó
un brazo alrededor de mi cintura y los miró como si fueran una manada de lobos
y no un montón de músicos adolescentes obsesionados.
—¿Siempre son
así?
—Cuando un
joven caliente está por aquí, lo son. ¿No sabes que la mayoría de los chicos
forman bandas, o aprenden a tocar un instrumento, para meter chicas y
jovencitos en la cama?
Él me miró y
me reí de la incredulidad que resplandeció en su brillante mirada. Le entregué
la cerveza y les indiqué a todos que volvieran al trabajo. Ahora que estaba
aquí, lo único que quería hacer era terminar y llevarlo a casa, o llevarlo
contra la pared, o llevarlo al asiento trasero de mi auto. Yo no era exigente,
pero estaba impaciente. Él era como la música, algo que anhelaba, algo que
sentía profundamente en mi sangre y de lo que no estaba seguro de qué hacer con
él.
—¿Por qué creo
que tú no necesitaste ninguna de esas cosas
para meter jovencitos en la cama cuando tenías su edad?
Lo miré por el
rabillo de mi ojo y me dirigí de nuevo a la mesa de mezclas. Él me siguió y
continuó sorbiendo de la cerveza mientras se cernía sobre mi hombro. Ahora que
tenían una audiencia tan atractiva, los chicos no estuvieron perdiendo el
tiempo y arrancaron en la pista que habían estado sin meter la pata
soberanamente con renovado vigor y entusiasmo.
—Porque no lo
hice. Aprendí a tocar la guitarra porque quería escribir canciones. Me uní a
una banda porque tenía cosas que quería decir, y saltar gritando letras de
punk-rock me convenía en ese momento.
Puso su mano
en la parte posterior de mi cuello y me estremecí un poco ante el frío, porque
estaban frías de aferrarse a la lata de cerveza.
—Y ahora,
gritas y vociferas canciones de heavy-metal porque estás enojado por tu papá y
tu mamá todo el tiempo, y eso te conviene —lo dijo como una afirmación
totalmente natural y eso me hizo temblar de nuevo, porque estaba tan en lo
cierto—. Puedo escuchar, también, Henry. Tal vez si me dices por qué estás tan
enojado, yo puedo ayudar.
Encendí un par
de interruptores y jugué con algunos de los diales para bajar el tono de la
guitarra.
—Tal vez
cuando estés listo para hablar conmigo acerca de esas elecciones no tan
inteligentes, podríamos dejar las cuentas claras.
Mi ira había
estado conmigo tanto tiempo, vivía en un lugar
tan oscuro dentro de mí, que no sabía lo que pasaría si la traía a la
luz. Tenía miedo de que fuera a tener el
poder para cubrir todo y quemar todo mi mundo hasta las cenizas. Esos dedos
fríos se movieron desde la parte trasera de mi cuello hasta mi hombro y él le
dio un apretón.
Nos quedamos
así durante las próximas tres canciones. Zhoumi solo observó mientras yo les
daba a los chicos instrucciones y trataba de construir el mejor tema de cada
canción como podía. En un momento, me entregó
la cerveza de vuelta, y antes de darme cuenta, teníamos todo el álbum
armado y era casi medianoche. Los chicos estaban emocionados y querían salir.
Todas las disputas anteriores habían sido puestas a un lado porque ellos
sabían, al igual que yo, que acabábamos de producir un álbum de muerte que, sin
duda, los llevaría a firmar un contrato.
Quería tener a
Zhoumi a solas y pedirle que se desnudara, a excepción de sus lentes, de modo
que rechacé la invitación y traté de ahuyentarlos hasta la puerta. Él se quedó
donde estaba y se fue a limpiar el desorden que cinco chicos, cerveza y pizza
habían hecho. Estaba a punto de cerrar la puerta y pasar el seguro cuando Jorge
se detuvo, y volvió a donde yo estaba. Él
extendió su mano y la sacudió con ganas.
—Realmente
eres un músico increíble, Henry. Nadie más habría sido capaz de hacer lo que acabas de hacer.
Asentí ante el
cumplido.
—Y ese joven…
—Él dejó escapar un silbido—. Yo estaría escribiendo canciones sobre él cada
vez que pudiera, hermano. Así que cualquier cosa que estés haciendo, sigue así,
porque absolutamente quiero ser tú cuando sea grande.
Me reí y lo
despaché. Cuando entré de nuevo en la sala de grabación, Zhoumi se fue al
estudio y estaba pasando su dedo a lo largo de uno de los cuellos de mis
guitarras eléctricas que almacenaba allí. Era tan perfecto, tan correcto, que
algo se volteó boca abajo en mi pecho y me hizo difícil el respirar por un
segundo. Cuando se dio la vuelta, sus ojos estaban serios y había algo
maquinando allí.
—Henry, no
tenía ni idea de que tenías todo esto.
—¿Qué quieres
decir?
Él hizo un
gesto con la mano en torno al estudio y tocó la guitarra, haciendo un sonido
estridente.
—El estudio,
la forma en que fuiste con esos chicos. No tenía ni idea de que fueras como una
especie de dios del rock. La forma en que has hecho que esos chicos suenen,
quiero decir, sabes lo mucho que odio esa música, pero lo convertiste en algo tan hermoso.
Normalmente me
encogía de hombros cuando la gente adulaba lo que podía hacer, pero si le hizo
ver algo más en mí, no iba a quitármelo de encima a la ligera.
—Es lo que me
gusta hacer.
—Es más que
eso, ¿no es así? Es lo que has nacido para hacer.
—Lo es. —Todo
ese whisky y misterio, todas las cosas que hacían de Zhoumi mucho más que todo
lo demás, se arremolinó alrededor y resplandeció ante mí. Todavía no podía
entenderlo, pero cuando me sonrió y enganchó sus brazos alrededor de mi cuello
y me preguntó si estaba listo para ir, la única respuesta que podía darle era—:
Diablos, sí.
O______O
ResponderEliminarOMG
Henry, amigo mio, ya te jodiste(?)
Lo dejaste entrar a tu "santuario" ahora entrara en tu corazón y de ahí no saldrá!!!!!
que bien ya se van conociendo como se debe
ResponderEliminarOk...ya medio hablaron...ya lo hicieron,se quitaron la picazón,pero no han avanzado.
ResponderEliminarSiguen parados en el mismo lugar...y ahora con la "visita" que kangin le hizo a Mimi...esto se va a poner feo.
Han avanzado un poco,pero necesitan hacerlo más y definir qué es lo que quieren para que vayan quitando del camino lo que los obstaculiza.