—Atiende a tu
compañero. Él te ha hecho un gran honor el día de hoy. — Dam dio un paso atrás en las sombras
mientras Hee se ponía de pie. Siwon trató de hacer que volviera a sentarse,
pero Hee quitó su mano
del camino.
—Déjame —le dijo
con firmeza. Con Siwon de rodillas, su cara estaba al nivel de la de Hee, y él
lo miró a los ojos
mientras limpiaba con cuidado la sangre de su pecho y estómago. Una vez que la
limpió toda, dejó caer la
toalla y puso sus manos a ambos lados de su cara. Se inclinó hasta que sus
labios estaban apenas
tocando los suyos y susurró contra ellos—: Te amo, Siwon.
Antes que Siwon
pudiera envolverlo en sus brazos como él ansiaba hacer, la voz de Junjin lo
interrumpió:
—Hee, es momento
de que le des tus votos a Siwon.
Hee dio un paso
atrás, y cuando Siwon lo empujó suavemente en la silla, accedió a su deseo
porque
estaba realmente
cansado. Observarlo soportar eso le había agotado.
Sacó el trozo de
papel de donde había estado escondido.
Siwon se acercó
más a él de rodillas. Le dio un golpecito en la nariz en castigo por su
descaro, pero
había amor en su
voz cuando dijo:
—Compañero,
comparte conmigo tus votos.
El “ahora” estaba
insinuado y no pasó desapercibido por Hee. Se aclaró la garganta y miró su
papel.
El había intentado
lo mejor que pudo en poner su corazón en las palabras. Quería que Siwon supiera
que era un hombre
digno y de valor. Fue tan sorprendente que sus votos hubieran estado
exactamente
en sintonía el uno
con el otro.
—El peor momento
de mi vida fue cuando escuché tu voz sin ninguna emoción, ningún calor, sin
demandas mandonas,
sin ningún reconocimiento de mí. —Hee vio el dolor en sus ojos ante sus
palabras. Él
pensaba que lo estaba regañando—. Siwon, mírame. —Siwon levantó los ojos hacia él—.Ten paciencia.
Tengo un punto y no es hacerte daño. Confía en mí —repitió sus palabras,
implorándole hacer precisamente
eso, confiar en él.
Aunque tenía los
labios apretados y sus ojos brillaban, él asintió para que continuara.
—Tengo que admitir
que es extraño ser capaz de sentir las intenciones de una persona
simplemente por el
sonido de su voz en tu mente, pero yo pude. Cuando me llamaste “Hee”, sentí
a mi corazón
hacerse añicos. Un nombre mal dicho y todo lo que me define colapsó y casi me
asfixió. Antes de
esto, nunca pensé en lo importante que es que pienses que soy lo
suficientemente
especial como para
llamarme de una forma que los demás no tienen el privilegio de hacer. Recuerdo
como pude ver en
tus ojos que me valorabas. Pero sin el reconocimiento, perdí no solo su amor,
sino
mi valor para ti.
—Hee tomó una respiración profunda e hizo una pausa.
Fue entonces
cuando oyó suaves sollozos y sorbidos. Brevemente apartó la mirada y vio que no
había
un ojo seco en la
habitación. Volvió a mirar a Siwon y se inclinó hacia delante, colocando sus
manos
sobre sus hombros.
Tiró de él, haciéndole comprender que lo quería más cerca. Él cedió y se movió
hasta que se
arrodilló entre sus rodillas. Apoyó las manos a ambos lado de su silla y se
acercó más.
—Princesa —la voz
de Siwon fue un gruñido bajo y lleno de dolor—, por favor dime que hay más, y
que ya no incluye
arrancar mi corazón de mi pecho.
Hee agarró su mano
del lado derecho de la silla y la levantó. La acercó hasta que su mano estaba
en
su cintura, los
dedos de él directamente sobre la marca de apareamiento. Sus ojos brillaron por
su
movimiento audaz y
tan descarado. Hee le estaba recordando a través del tacto, un toque del que
solo
él alguna vez
tendría el privilegio, que Heechul Kim era suyo.
—Digo todo esto
para que comprendas la importancia de lo que voy a decir a continuación.
—Continúa. —Sus
palabras eran dóciles mientras apretaba suavemente su lado, animándolo.
—Hemos pasado
momentos difíciles en el corto período de tiempo que nos conocemos. Hemos
pasado tiempos
difíciles en nuestras vidas antes de que nos conociéramos, pero son esos
tiempos
difíciles los que
nos hacen ser quienes somos, que nos hacen valiosos el uno al otro, porque esos
momentos en
nuestras vidas cuando estábamos atravesando el suplicio, esos momentos son los
que
construyeron
nuestro carácter. Esos tiempos son lo que nos hicieron lo que somos hoy en día,
personas que han
sido capaces de soportar las últimas tres semanas.
…Tú no te
rendiste, no te alejaste, incluso cuando no entendías lo que estaba pasando,
incluso
cuando las cosas
parecían seguir yendo de mal en peor. Te quedaste. Eres un hombre de palabra,
tienes integridad
y honor. No importa lo que pasamos, las decisiones que tomamos, los fracasos
que
padecimos, las victorias
que vengan, el dolor que desgarre nuestras vidas. Sin importar la pasión que
tenemos, la ira
que sentiremos, la alegría o el amor que llenará nuestros corazones y almas,
con
memoria o sin
ella. Eres un hombre de valor. La definición de valor no te hace justicia
porque tu valor para mí es vasto,
interminable, infinito, incalculable, completa y absolutamente sin medida. —Una promesa de su alma
hecha solo para él.
Hee se inclinó
hacia adelante, poniendo la mano en su nuca y tirando de él hasta que sus
frentes
se tocaron.
El susurró:
—Siwon. —Su voz se
quebró y sintió una lágrima deslizarse por su mejilla.
Él pasó la mano
por su cabello y hacia su espalda desnuda.
—Shh, cariño, sólo
somos nosotros. Sólo tú y yo.
Recomponiéndose,
lo intentó de nuevo:
—Siwon, mi amor,
mi compañero, voy a pasar todos los días por el resto de nuestras vidas
tratando
de asegurarme de que conozcas tu valor.
Se quedaron así,
frente a frente, respirando entre sí durante varios minutos. La habitación
estaba en
completo silencio.
Nadie se movió, no querían molestar a la pareja perdida en su amor.
Finalmente Siwon
se retiró. Hee sonrió y le susurró:
—Así que, ¿eso es
todo? ¿Estamos vinculados?
El rostro de Siwon
se iluminó con una extraña sonrisa que irradiaba de él.
—Sí, cariño,
estamos vinculados, pero eso no es todo.
La frente de Hee
se frunció mientras la confusión coloreaba su cara.
—Por favor, dime
que no vas a morderme en frente de ellos.
Siwon gruñó y
frunció el ceño.
—Eso es el
equivalente a dejarlos que nos vean…
Siwon fue interrumpido
por Junjin antes de que pudiera terminar la idea. Hee entendió su significado
y se dio cuenta de
su metida de pata.
—Mi error. —sonrió
y le dio una débil sonrisa.
Siwon le tendió la
mano mientras se paraba.
—¿Te puedes quedar
de pie conmigo unos momentos más?
Hee agarró su mano
y se paró, respondiendo silenciosamente a su pregunta. Él le puso delante de
él y frunció el
ceño cuando Junjin se paró detrás de ellos, de frente a la habitación. Hee
comprendió
rápidamente por
qué Siwi estaba gruñendo y se giró de frente hacia la habitación.
—Oye, Teukkie,
¿podrías trapaerpemepe unpu supuépeterpe? —Hee no había hablado en
jeringonza en
mucho tiempo, pero Teukkie fue tan fluida como siempre.
—Enpesepeguipuidapa.
—Teukkie subió las escaleras para agarrar un suéter del armario en su
habitación.
Unos momentos
después, con el suéter en la mano, caminó hasta Hee y le ayudó a ponérselo.
—Mupuchaspa
grapaciaspias.
Siwon levantó una
ceja hacia Hee.
—Hablo jeringonza,
amor, y varios otros idiomas. Así que tal vez quieras averiguar uno que no
hablo
si quieres ser
furtivo.
—Voy a hablar un
idioma que es universal para todos aunque no sepan mucho lenguaje de señas.
Hee sonrió malvadamente.
—Hee, compórtate
—la regañó Teukkie—. Estás a punto… —La cabeza de Siwon giró bruscamente y Teukkie
golpeó una mano sobre su boca. Se dio vuelta rápidamente, mascullando algo
ininteligible a través de su mano.
Hee miró a Siwon.
—¿Estoy a punto de
qué, bola de pelos?
—Vas a casarte
conmigo ahora —declaró él como un hecho—. Nos hemos vinculado del modo de
nuestros lobos, ahora nos vincularemos del modo de tu especie. No te
equivoques, Heechul, no habrá preguntas en ninguna especie, ya sean humanos,
lobos, Faes, vampiros, brujas o lo que sea que pondrá en duda qué o quién eres
para mí.
La boca de Hee se
abrió y por segunda vez en veinticuatro horas, Siwon lo había dejado sin
palabras. Siwon cerró su mandíbula gentilmente y sonrió.
—Viendo como el
discurso te ha dejado momentáneamente, vamos a comenzar. Y no tienes que
preocuparte, porque sólo tienes que decir dos palabras.
Hee sabía en su
corazón que quería casarse con Siwon. Era el siguiente paso lógico, viendo cómo
se
había grabado su
nombre en su cuerpo y estarían intercambiando sangre en poco tiempo. Pero,
maldición, ¡el
bárbaro podría haber preguntado! Sin pensarlo, Hee pisoteó el pie de Siwon tan
fuerte
como pudo, y
aunque probablemente esto lo había más sorprendido que dolido, él gruñó y lo
alcanzó
para arrastrarlo
hacia él. Hee quiso patearlo en la espinilla, pero no tenía los zapatos
puestos, y le
dolería más a él
que a la bola de pelos. Así que cuando Siwon bajó su mano sobre su hombro,
volteó su cabeza y lo mordió tan fuerte como
pudo.
Siwon retiró su
mano y gruñó otra vez.
—Qué demo… —Siwon
apenas se detuvo antes de que maldijera a su compañero. Sus ojos estaban
brillantes y juró
que los ojos de Hee estaban iluminados con su propio tenue resplandor—. Heechul,
¿por qué atacas a
tu compañero? —La voz de Siwon sonaba engañosamente tranquila.
Hee cruzó los
brazos sobre su pecho y lo miró.
Siwon decidió que
si las miradas podían darle una paliza a alguien, la de Hee estaría haciendo
eso en este momento.
—No puedo creer
que hasta tengas que preguntar. ¡Acabas de decirme, DECIRME, que voy a casarme
contigo! —Hee alzó sus manos—. ¿Estás BROMEANDO, SIWON?
¿EN SERIO?
—¿No quieres
casarte conmigo? —preguntó Siwon, verdaderamente perdido en cuanto al por qué él
estaba enojado.
En ese momento una
risita burlona desde el otro lado de la sala se abrió paso hasta él, y giró su
cabeza para mirar fijamente al culpable.
—Deja de mirar a
mis amigos, saco de pulgas, y presta atención a quien acabas de ordenar que se
case contigo. Claro que quiero casarme contigo.
—Entonces, ¿cuál
es el problema? Vamos a casarnos. Ahora. —Siwon comenzó a jalarlo de regreso en
frente a Junjin, pero él tiró su brazo de regreso.
Él gruñó otra vez,
deteniéndose rápidamente cuando vio que se balanceaba
—Heechul, por
favor siéntate. No quiero que te lastimes. —Esta vez sus palabras fueron tan
suaves que virtualmente acariciaron su piel.
Hee sonrió para sí
mismo. Al diablo. Voy a jugar la carta de lástima, pensó e intentó deliberadamente
lucir más débil de lo que realmente se sentía.
—Siwon.
—Sí, princesa,
¿qué pasa?
Hee tuvo que
morder su lengua para evitar reírse de su repentino cambio de actitud.
—Por favor, ponte
de rodillas así no tengo que forzar mi cuello a mirarte hacia arriba.
En un instante Siwon
estaba sobre sus rodillas frente a él. Hee puso su mano sobre su cara para
cubrir la risa que
estaba en su garganta y trató de soltarlo como un sollozo ahogado.
—Heechul, Princesa,
por favor. ¿Qué puedo hacer? —Siwon odiaba verlo sufrir y él lo sabía. Así
que tal vez se iba
a ir al infierno por jugar con él, pero se negaba a casarse con él sin que se
lo
preguntara.
Finalmente, cuando
estuvo compuesto, buscó muy en el fondo por la voz más lamentable que pudo
encontrar, y ya que tenía lágrimas de la risa que estaban tan cerca de
estallar, las tuvo deslizando por su ahora triste cara.
—Pídeme. —Su voz
tembló.
—¿Pedirte qué, Princesa?
—Siwon se movió más cerca, lo suficiente como para que él pudiera ahuecar su
cara—. Dime qué y yo te pediré.
Hee mordió su
labio, componiéndose otra vez, y abrió los ojos. Una gran sonrisa se extendía a
través de su ahora deslumbrante cara.
—Pídeme que me
case contigo, idiota.
Fue el turno de Siwon
de quedarse boquiabierto. Contempló a su compañero, en parte con irritación y
en parte con admiración. Había jugado muy hábilmente.
Hee esperó su
reacción. A pesar de su actuación, realmente estaba empezando a desvanecerse.
Finalmente Siwon se rió por su audacia y su habilidad para mantenerlo en sus
pies. Él miró profundamente en sus ojos y tiró de su cuerpo contra el suyo. Oyó
su pulso elevarse y amó el efecto que tenía en él, el efecto que él tenía sobre
Siwon.
Lentamente se
inclinó hacia adelante hasta que sus labios estuvieran tocando los suyos. Sopló
un
aliento a través
de su boca y tocó su labio inferior. Hee estaba temblando, y él sabía que
estaba
luchando contra un
gemido.
—Heechul, mi amor
—susurró.
El logró decir:
—¿Mm-hmm?
—Te quiero.
—Repitió las palabras que le había profesado esa noche en el jardín, la primera
noche
que lo había
reclamado—. Te amo. Por favor, sé mi esposo. Por favor, acéptame en todos los
sentidos, mi
compañero.
La respiración de Heechul
se había vuelto superficial y no pudo responder. Estaba rodeado por su olor, su tacto, su
aliento. Siwon hizo un gesto para que Junjin continuara mientras su compañero
estaba en un estado de
estupor temporal, ebrio en su deseo por él.
Junjin recitó
todos los votos de matrimonio y Siwon dijo: “Sí, acepto” en el momento adecuado.
Cuando fue el turno de Heechul,
lo miró a los ojos… vio su aceptación y esperó por su confirmación verbal.
Hee no podía
negarlo más de lo que podría cortar su propia mano. Y, para ser justos, él se
lo había
preguntado.
—Sí, acepto
—contestó sin aliento.
Siwon envolvió sus
brazos a su alrededor y lo besó antes de que Junjin incluso dijera sus últimas
palabras. El beso
empezó feroz y desesperado, sus labios transportaron el miedo a su rechazo.
Cuando sintió que el
agarre de Heechul se debilitaba, suavizó el beso hasta que finalmente se
apartó. Miró a su compañero, su
esposo… era hermoso. Le sonrió mientras él lo sacaba de su abrazo.
Teukkie y Donghae
estaban repentinamente a su lado, abrazándolo y riéndose.
—Te mereces un
maldito Oscar por esa actuación. Quiero decir, estoy tentado a besar tus pies
por
el asombro.
Teukkie estaba
riendo ante Hee mientras sostenía su puño para chocarlos. Este incluso reclamó
el
choque de mano
tras el golpe, completado con efectos de sonido.
Siwon miró de chico
a chico, sacudiendo la cabeza.
—Los tres son tan
extraños.
Hee le sonrió y
empezó a decir algo, pero todo lo que salió antes de que comenzara a
desplomarse
fue su nombre. Y
fue una súplica tan desesperada que él se movió más rápido de lo que jamás lo
había hecho. Su
cuerpo cayó en sus brazos antes de que pudiera impactarse contra el piso. Siwon
miró abajo hacia
su cara, luego a su pecho. No subía ni bajaba.
—No está
respirando. —Él se apresuró en dirección a su habitación, sus palabras
estallaron detrás de
él—: ¡Sanador, ven
conmigo!
—Rápido, Siwon —decía
Donghae mientras ponía sus manos en el pecho de Hee. No sabía qué hacer
por su amigo. Esta
vez no había sangre en sus pulmones. Era como si su cuerpo se estuviera
rindiendo.
Siwon rasgó su
muñeca, sin importarle el dolor. Esperó para colocarla sobre la boca de Heechul
hasta que Donghae le hubo dado dos respiraciones de boca a boca. Donghae
comenzó la compresión cardíaca mientras que Siwon colocaba su muñeca en su boca
y frotaba su garganta tratando de hacer que tragara.
Teukkie miraba
mientras Donghae y Siwon trabajaban en el cuerpo roto de su amigo. Las lágrimas
llenaron sus ojos y los brazos fuertes de Kangin se envolvieron a su alrededor.
—Esto no debía
ocurrir, Kangin. El no se puede morir. No puede. —Teukkie se volvió hacia Kangin
y enterró su cara en su camisa. Estaba teniendo náuseas al escuchar a Donghae
presionando en el pecho de Hee, esperando a ver si Hee podría respirar por su
propia cuenta. Los minutos pasaron y Hee todavía yacía sin vida.
Donghae detuvo sus
compresiones cardíacas y levantó la cabeza para mirar a Teukkie. Sus ojos se
hincharon de lágrimas y el sonido que vino de él rasgó cada corazón en la
habitación.
—No puedo salvarlo.
—La voz de Donghae salió más como indignada que de dolor hasta que la verdad se
hundió. Hee se había ido, y no había nada que Donghae pudiera hacer. Su cuerpo
tembló de rabia mientras se levantaba—. ¡Para que diablos soy bueno si no puedo
SALVAR A MI MEJOR AMIGO! —Él estaba perdiendo el control rápidamente.
Teukkie comenzó a
ir hacía él, pero Kangin lo retuvo. Hyukjae corrió a su alrededor y tomó a Donghae
en sus brazos. El se resistió al principio, golpeando su pecho, negando su
consuelo.
—Donghae, déjalo
salir. Grita, golpéame, patéame. Haz lo que debas. Te tengo y no te dejaré ir.
Donghae cedió
contra él, llorando, temblando y completamente deshecho. Hyukjae lo recogió y
se
lo llevó fuera de
la habitación. Necesitaba calmarse y sabía que él no lo podría hacer con todos
mirándolo.
Kangin se giró
hacia su padre mientras miraba como la realización caía en Siwon.
—Él no va a ser
seguro.
Junjin asintió.
—Lleva a las parejas
arriba. Los machos que se queden aquí. Tomará de todos nosotros reducirlo.
Siwon apartó
dulcemente el cabello de Heechul fuera de su cara. Su sangre estaba en sus
labios,
pero de todos
modos lo besó. Estaba quieto, tan quieto, muy quieto. El sanador había detenido
las
compresiones pero Siwon
se negó a darse por vencido. Le dio dos respiraciones boca a boca y
reanudó el bombeo
de su corazón.
No podía morir. No
moriría. Él no iba a sobrevivir sin Heechul y el mundo no sería capaz de
manejar
la ira que
reinaría debajo de Siwon. Heechul era lo único bueno que le queda.
Sintió unos brazos
que lo retiraban y voces diciéndole que lo dejara ir.
¿Qué lo dejara ir?
¿Están locos? Él nunca lo dejaría ir. Era suyo. Estaba vinculado a él, casado
con él.
Los demonios del
infierno tendrían que devorarlo antes que él lo dejara ir.
Él gruñó y rugió.
Un brazo entró en la vista y Siwon saltó hacia él con sus enormes dientes.
Todos
ellos saltaron
hacia atrás, como deberían. Mataría a la primera persona que tratara de
quitárselo.
Cuando lo miró
otra vez, dispuesto a hacerlo respirar y a su corazón a latir, lo afectó como
un camión
de cien toneladas.
El se había ido. Ninguna luz brillaba en su cara, ninguna sonrisa descarada o
mordaz mirada. La persona
a quien hace instantes había besado, bromeado, reclamado, se había ido.
Él recogió su
cuerpo y se movió hacia la cama, acostándolo con reverencia.
—Salgan. Todos
ustedes. Si valoran sus vidas saldrán de esta habitación. Ahora. —Siwon no
levantó su voz. No tenía que
hacerlo. La muerte estaba en sus ojos y el infierno le seguiría.
No prestó ninguna
atención mientras, uno por uno, se fueron. El último fue su Alfa, quien hizo
una
pausa en la
puerta. Siwon no reconoció la acción pero continuó mirando a su compañero. Su
deshecho compañero, muerto.
Cayó de rodillas
con gran estrépito. Enterró su cara en el estómago de él, absorbiendo tanto de
su
olor como pudo.
Temía el momento en que empezaría a sentir el calor dejar su cuerpo. Recordó
como fue cuando
sostuvo a Jiwon, su cuerpo frío y rígido. Esto no era nada como eso. Esto se
sentía
como si alguien le
estuviera destrozando.
Su corazón luchaba
por latir, su respiración era corta y luchaba por cada una. Tal vez él se
estaba
muriendo. Tal vez
él podría seguirlo hacia el otro lado. No quería ninguna vida aquí sin Heechul,
él
daría la
bienvenida a la muerte como un amante, abrazando la fría oscuridad. Pero la
muerte no
venía.
Siwon se quedó ahí
sobre sus rodillas, su cara en la de su compañero. Una mano cepillándole el
cabello, la otra
sosteniendo su mano. Él no podía moverse. Si él se movía, entonces era real. Si
se
movía, ellos
podrían llevarse su cuerpo y entonces él no tendría nada que le quedara de Heechul.
Así que no se
movería, se quedaría aquí y lo sostendría hasta que el mundo volviera a ser el
mismo
que una vez fue.
Él sabía que no
era racional, pero ya no le importaba lo que era racional. De hecho, estaba tan
perdido que decidió
que si Heechul se iba al otro lado, iría llevando su marca.
Siwon se puso más
cerca de su cara. Él empujó suavemente el cabello de su cuello y bajó su camisa
ligeramente,
revelando su hombro y su cuello. Lo besó suavemente sobre el lugar que él
pronto
marcaría.
—Te amo, princesa.
Pronto estaré contigo. Muy, muy pronto. — Siwon se inclinó y sin vacilación,
hundió sus dientes
en su carne. Su sangre estaba aún caliente, pero apenas. Sabía mejor de lo que
él
podría haber
imaginado… estaba hecho para él, su sangre era perfecta para él. Se retiró y
lamió su
herida, luego
colocó un beso en sus labios y volvió a apoyar su cabeza en su estómago.
—Allí lo tienes,
amor. Ahora ya está hecho. Llevaras mi marca por toda la eternidad. —Las
lágrimas
se deslizaron por
el rostro de Siwon mientras finalmente lloraba por su pérdida. Le impactó el
conocimiento de
que nunca volvería a verlo sonreír, nunca sentiría su beso, nunca oiría sus
palabras
sarcásticas o sus declaraciones
de amor al oído. Él no lo conocería como un lobo conoce a su
compañero, o como
un hombre conoce a su esposo. Nunca tendría la oportunidad, como Heechul lo
puso, a hacer
bebés con él. Lloró y lloró por todas las cosas que se estaría perdiendo, no
sólo por él,
sino por la vida
que iba a tener con él.
***No puedo... la transpiración de mis ojitos terminó en lluvia torrencial T.T
Noooooo. Por favorrrrr que no sea cierto. .....
ResponderEliminarVomo aguanto 3 días más para saber como termina este suceso. No es que Danbi es un hada superpoderosa.
NOOOOOOOOOOOOOOOOO
NOOOOOOOOOOOOOOOOO
NOOOOOOOOOOOOOOOOO
No inventes!!!
ResponderEliminarNo inventes!!!
Eso no puede ser real!!!
No jueguen con mis sentimientos Sichulosos!!!
Mi corasoncito no lo resistiría!!;
Noooooooo
TT____TT
Que capitulo tan triste, no es justo lo que les pasa a ellos. No pudieron disfrutar de su amor plenamente
ResponderEliminarJajajajajajaja
ResponderEliminarJijole mano
Ok....stop...rewind...yyyyyyy play
¿en que desdichado momento llego alguien que lo mato o qué?
No recuerdo haber leido esa parte.
Esta cosa era todo amor y me salen con esto?????
Jijole mano...nadamas espero que siwon no trate de hacer lo de Romeo...y seguir a su Julieta.
Esa mordida debe se ayudar en algo...DEBE
Ningun bendito rito de sangre puede ser todo amor y alegría????