Siwon sabía que él
había tomado suficiente, pero en su egoísmo no lo apartó. No había nada
más intoxicante
para un macho que proveer a su compañero. Y Siwon estaba proveyéndole con
vida… su sangre lo
mantenía aquí con él. Lo atrajo hacia sí con un último apretón y luego a
regañadientes le
susurró:
—Es suficiente, Princesa.
Puedes parar.
Siwon sonrió
cuando oyó su gruñido. Obstinado. Heechul finalmente retiró su boca y Siwon
cubrió la herida tirando
de su camisa de nuevo en alto y presionando sobre ella. Estaría cerrado en
cuestión de un
minuto. Se dio cuenta que Heechul no levantó la vista hacia él, sino que miraba
a
sus manos en su
regazo.
Él puso sus dedos
bajo su barbilla y suavemente la levantó. Sus mejillas estaban de color rosa
brillante.
—¿Mi compañero
está sonrojado? ¿Heechul Kim sonrojado? —bromeó Siwon.
—Bueno, maldita
sea, Siwi, no me dijiste que iba a ser así.
—¿Así cómo? —Se
estaba burlando de él ahora, con ganas de ver algo de vida restaurada en él,
aunque solo sea
por un rato.
—Ya sabes —murmuró
petulantemente.
—No, amor. Eres el
primero que alguna vez me hizo eso a mí. ¿Cómo voy a saberlo?
Heechul lo miró
fijamente y él sonrió mientras le levantaba una ceja.
—Fue excitante
—confesó con fuerza—. Estoy aquí muriendo, y hacer eso —señaló a su cuello—,
me excitó. Quiero decir,
en serio, si eso puede estimular a un chico moribundo, se le debería
advertir.
Siwon intentó
sostener a Heechul firmemente mientras se reía de sus palabras. La alegría y el
alivio de tenerlo
de vuelta, de reconocerlo y conocer el amor que sentía por él, era
indescriptible.
—Lamento no
advertirte que tomar mi sangre de esa forma sería… — Siwon se aclaró la
garganta
antes de
continuar, pero Hee se le adelantó.
—¿Me pondría todo caliente y duro?
Siwon se inclinó
hacia delante y lo besó suavemente.
—No estés dolido
conmigo, amor. La próxima vez te advertiré.
Hee trató de no
reírse, porque sabía que iba a doler como el infierno. Y así fue. Se puso
rígido
mientras trataba
de tragar el dolor. Siwon se puso de pie con él en brazos y lo colocó de nuevo
en la cama. Metió
las sábanas en torno a él, actuando en gran medida el papel de una mamá
gallina. Hee lo observó
divertido mientras le tocaba la frente. Como si él supiera qué sentir al
hacerlo, resopló
para sí mismo.
Cuando se volvió
para dirigirse hacia la puerta, le entró el pánico.
—¿A dónde vas?
—Sus palabras salieron apresuradas, sonando de una manera más desesperada
de lo que Hee
alguna vez admitiría sentirse.
Siwon se dio la
vuelta y vio el miedo en los ojos de Hee. Regresó de nuevo justo a su lado.
—No voy a irme… no
te dejaré fuera de mi vista. Voy a traer a Junjin, así podemos hacer la
vinculación y los
Ritos de Sangre.
Los ojos de Hee se
agrandaron como platos y chilló:
—¿Ahora?
—Sí, Heechul,
ahora. No hay ninguna razón para que estés tumbado enfermo cuando puedo
hacerte sentir
mejor. Entonces —Siwon se puso de pie a su completa altura y aplaudió con sus
manos una vez y
las frotó—, vamos a solucionar este pequeño problema.
Hee comenzó a
entrar en pánico. Necesitaba hablar con Teukkie y Donghae antes de que Siwon
fuese capaz de
traer a Junjin para seguir adelante con esto.
—Espera, Siwi.
¿Puedo hablar con mis amigos antes de hacer esto? Primero tengo que decirles que
tú me recuerdas. Eso es más o menos importante. Y, quiero decir, esto es como una boda, ¿sabes?
Necesito tener mi momento de chico antes que ate el nudo, por así decirlo. — Hee sabía que era
un argumento débil, y a juzgar por la ceja levantada en la cara deliciosa de Siwon, él no se lo
creyó.
—Les diré que
entren, pero la puerta permanece abierta para que pueda verte.
Pese a que Hee
sabía que iba a dolerle, tuvo que poner sus ojos en blanco ante las palabras de
su
compañero.
—Aquí vamos otra
vez con esa basura. ¿Te gustaría conseguirme una campana para mi collar, así
puedes saber cuando me muevo?
Siwon sonrió
mientras abría la puerta.
—Esa es una buena
idea, nene, gracias por la sugerencia. ¿Ves? Sabía que haríamos un gran
equipo.
Hee gruñó, bueno,
lo más parecido a un gruñido que pudo reunir con el dolor, y murmuró
en voz baja:
—Pensarás en el
gran equipo cuando esté envolviendo el collar alrededor de tu…
—¿Qué fue eso,
amor? —Siwon estaba parado junto a la puerta con Teukkie y Donghae
mirándolo con una
sonrisa cómplice.
—Dije que haremos…
somos… —Hee estaba tartamudeando por palabras y finalmente sólo se
conformó con—,
¿vamos equipo?
Teukkie y Donghae
ahora se reían mientras Siwon lo miraba fijamente a través de sus
conocedores ojos y
dándose un golpecito en el oído, dejando en claro que podía oír su murmullo
muy bien. Hee hizo
un gesto para nada propio de un joven señor.
Eso sólo causó que
Donghae y Teukkie se rieran más fuerte cuando Siwon respondió:
—Eso deberá
esperar hasta que te cures, Princesa. Una cosa a la vez.
Hee profundizó su
ceño y finalmente abandonó el combate con su compañero y miró a sus dos
mejores amigos.
—Ustedes dos,
hienas, metan sus traseros sonrientes aquí y cállense.
Teukkie y Donghae
dejaron la puerta abierta, según las instrucciones de Siwon, por supuesto,
mientras caminaban
hacia la cama de Hee.
—Necesito hablar
con ustedes —susurró Hee.
—Por eso entramos
—susurró también Teukkie.
—¿Por qué
susurramos? —añadió Donghae.
—Porque puedes
apostar por tu gitano trasero que ése orejas de águila ahí fuera está
escuchando
cada sonido que hago. Así que vengan más
cerca, esto es importante. Primero, tienen que saber
que Siwon recuperó
sus recuerdos.
—¿QUÉ? —dijo Teukkie
más o menos en grito susurrado.
—¿Cómo? —preguntó Donghae
en una voz más fuerte.
—Shhh. —Hee
balanceó su mano hacia ellos—. Él me ama —dijo en una especie de tono de
lo más “obvio”.
—¿Así como así?
¿Pasó de “vamos a hacer lo mejor posible” a “ahora te amo”?
—Realmente no sé
cómo ocurrió, estaba dormido. Pero cuando me desperté él estaba sentado
allí mirándome
como si fuera lo mejor desde el pan rebanado. Y lo supe. Sabía que me
reconocía.
No sé si alguna vez
he estado tan aliviado en mi vida.
—Estoy muy feliz
por ti, Hee. Has pasado por un infierno y no puedo imaginar lo que sería que tu
compañero no te
conozca —dijo Teukkie sobriamente.
—Bueno, fue una
mierda, eso es seguro. Pero tengo cosas más importantes que discutir.
—¿Más importante
que Siwon amándote? —Donghae lo miraba
incrédulo.
Donghae y Teukkie
se acurrucaron cerca de Hee, tratando de no tocarlo, pero en ese momento a Hee
no le importaba el dolor… necesitaba el apoyo de sus amigos en esto. Hee tomó a
ambas de sus muñecas y tiró de ellos aún más cerca.
—He tomado una decisión
—susurró Hee a sus dos amigos.
Teukkie y Donghae
se quedaron quietos mientras esperaban a que Hee continuara. Pudieron ver en su
cara que esta decisión le era un muy mal sabor en la boca.
—Esto suena
peligrosamente parecido a una declaración que vamos a pensar que es impetuosa e
idiota —susurró Donghae bruscamente, levantando una ceja.
Hee lo calló
mientras él ponía sus ojos en blanco.
—Lo digo en serio.
Una vez que oigan mis razones creo que entenderán.
—Eso me dice que
de todo corazón vamos a pensar que estás diciendo puras estupideces —gruñó Teukkie
tan suavemente como pudo.
Hee no sabía que
estaba jugueteando con la manta en sus manos hasta que Donghae puso su
mano sobre ellas,
calmándolas. Levantó la mirada y apretó su mandíbula, sus ojos se estrecharon
y aunque estaba
muy débil, trató de dar la impresión de estar firme y seguro. Basado en sus
miradas no los
estaba engañando. Decidiendo que no había nada más que pudiera hacer para
mostrarles que
hablaba en serio, habló suavemente, pero con firmeza.
—No voy a completar
el vínculo de compañero y no voy a hacer los Ritos de Sangre.
Teukkie y Donghae,
quienes se habían inclinado hacia adelante para oírlo, se pararon
bruscamente, como
si un fuerte viento los hubiera forzado hacia atrás. Las bocas de ambos
chicos cayeron
abiertas. Hee esperó y esperó… y esperó un poco más. Justo cuando pensaba que
ambos habían
tenido aneurismas, Teukkie rompió el silencio riendose histéricamente.
—Shhh. —Hee agitó
sus manos en el aire tratando de hacer callar a Teukkie—. Cierra el pico,
joven príncipe
lobo.
Donghae miró de Teukkie
a Hee y luego se unió. Los dos chicos se rieron hasta tener lágrimas
bajando por sus
mejillas. Hee finalmente se rindió tratando de callarlos y sólo esperó hasta
que
recuperaran la
compostura.
—Oh, hombre —dijo Teukkie,
limpiando la humedad de su rostro—. Qué buenos tiempos, Hee.
Buenos tiempos.
—¿Por qué diablos
estaban riéndose de mí como si un tercer pezón me hubiera brotado en mi frente?
Teukkie bufó.
—Eso es muy
gracioso también, pero lo primero fue clásico.
Hee esperó por una
explicación.
Esta vez Teukkie
no susurró.
—Si crees que el
hombre que pasó las últimas semanas atravesando por un infierno va a dejarte
escapar tan
fácilmente, no has estado prestando atención. — Teukkie frunció los labios—.
Después
de descubrir que
te estabas muriendo y fuera de su alcance; después de ir en contra de su propia
naturaleza y
proteger a la manada antes que a su compañero; después de pasar estas semanas
con la mayor parte
de su vida olvidada, su compañero olvidado, por lo tanto la mitad de su alma
desaparecida;
después de todo eso, ¿realmente crees que él sólo va a sonreír, palmearte en la
espalda y decir:
“ten una buena vida, Hee”?
Hee empezó a
protestar pero Donghae levantó una mano para detenerlo, y fue él el que
continuó
con la diatriba
que Teukkie había empezado.
—A través del
vínculo, te sintió… un extraño para él, y sin embargo estuvo innegablemente
atraído por ti. Te
sintió desvanecerte y, aunque no entendía lo que eras para él, supo que
moriría antes de
dejarte pasar de este mundo al más allá. Lo observé cuando vio a Hyukjae
llevándote a
través del bosque.
…Vi como estuvo
preparado para matar a cualquiera que se te acercara. Me ayudó a hacerte el
RCP, te limpió, te
vistió, y nunca abandonó tu lado. Te alimentó con su sangre, te cantó, te
cepilló el
cabello, te habló, y Siwon, ese bruto enorme, melancólico y sin emociones,
cuando
te vio yacer en
ese mismo suelo —Donghae señaló a donde Hee había yacido muerto—, sin vida,
no se dio por
vencido. Llorando, se negó a dejarte ir. Dijo que no te perdería y no lo hizo.
Así
que si crees que
después de todo eso va a simplemente quedarse tranquilo, entonces vas a
enorgullecer a ese
cabello que tienes, ya que vas a cumplir de lleno el papel de rubia tonta.
Hee estaba negando
con la cabeza de lado a lado a la vez que una lágrima se deslizaba por su
mejilla.
—Si completamos el
vínculo y algo me sucede, morirá. —La voz de Hee fue suave, rota—. No
puedo soportar la
idea de que algo le pasara por mi culpa. Sigo queriendo estar con él, pero no
quiero que su alma
esté atada a la mía. No seré responsable de su muerte.
—Normalmente, Hee,
apostaría por ti cualquier día de la semana. Pero esta vez —dijo Teukkie,
negando con la
cabeza—, esta vez apuesto por el lobo.
Hee se estremeció
cuando sintió un dolor agudo en su corazón. No un dolor físico, exactamente,
pero igual de
brutal.
Los tres chicos
miraron a la puerta cuando escucharon un gruñido bajo. Siwon estaba de pie
allí,
sus enormes
hombros tapando completamente la abertura, sus ojos estaban brillando, su
respiración era
trabajosa, y parecía que había muerte en su mente.
Teukkie miró de Hee
a Siwon y una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro.
—Donghae, tráeme
palomitas de maíz. Esta es una retribución por todas las veces que Hee metió
su nariz en mis
asuntos con mi compañero. —La sonrisa de Teukkie era absolutamente indomable.
Hee bajó la cabeza.
Fue entonces cuando Teukkie se dio cuenta cuánto daño le había causado a su
amigo tomar esta decisión.
—Va contra la
naturaleza, Hee. Ambos sufrirán. —Teukkie pasó la mano sobre el cabello rubio
de
Hee a la vez que
miraba a sus ojos—. Fue creado para ti. Deja que te ame. Deja que te cuide. Si
rechazas el
vínculo, rasgarás tu corazón en dos.
—Pero él vivirá.
—Aunque la mirada en los ojos de Hee mostraba a su corazón partido, la voz
de Hee estaba
llena de determinación, mostrándose lo decidido que estaba con su decisión.
—Te queremos —le
dijo Donghae a la vez que agarraba la mano de Teukkie y tiraba de él hacia
la puerta.
Mientras esperaban
que Siwon pasara junto a ellos, él se volvió para mirar a Donghae y Teukkie,
ambos se estremecieron
bajo su mirada intensa.
—Felicidades por
recordar a tu compañero, Siwi —soltó Teukkie mientras se apretaba lejos del
lobo completamente cabreado.
—Nos estábamos
yendo —dijo Donghae.
Siwon se volvió a
girar hacia Hee, sin molestarse en reconocer la palabra de ellos. Se hizo a un
lado y cuando la
puerta se cerró el silencio descendió. Tras una breve pausa, se acercó a su
compañero. La
necesidad de tocarlo lo estaba casi abrumando, poniendo nervioso a su lobo.
Llevó una silla
junto a la cama. Puso sus codos sobre la manta y las manos suavemente sobre su
muslo. Al
principio no habló. Simplemente se la quedó mirando con esos brillantes ojos. Hee
empezó a
inquietarse bajo su escrutinio. Bajó la mirada hacia esas manos grandes sobre
su pierna,
manos capaces de
romper un hueso, pero que siempre habían sido cuidadosas con él.
—Mírame, Heechul.
—Su voz fue suave, pero sus palabras fueron una orden.
Heechul dudó, pero
finalmente levantó los ojos para mirarlo. Él extendió una mano y le acunó la
cara. Hee dejó
escapar un lento suspiro ante el contacto. Sin pensarlo, acarició con su
mejilla su
mano y sonrió
cuando Siwon soltó un gruñido bajo.
—Crees que puedes
contenerte de mí. —No fue una pregunta. Hee no negó las palabras.
—¿Por qué?
—preguntó.
El intentó apartar
el rosto de su mano pero él no lo permitiría.
—He estado
pensando… todo este tiempo de estar en la cama, retorciéndome de dolor hace
que un chico
reflexione sobre su situación. —Hee habló rápidamente, preocupado que si no lo
decía ahora luego
no sería capaz. Porque mientras estaba sentado aquí tan cerca de él, su
aroma rodeándolo,
su resolución estaba flaqueando.
Las siguientes
palabras de su boca fueron un golpe al estómago y lo bastante doloroso como
para quitarle la
respiración a Siwi.
—No completaré el
vínculo de compañeros o los Ritos de Sangre. No puedo. —La voz de Hee
vaciló sin poder
mirar a Siwon a los ojos, en cambio, miró fijamente la mano que él seguía
teniendo sobre su
muslo.
La mano de él bajó
de su rostro y el frío que le atravesó debido a esa pequeña acción casi causó
que se lanzara en
sus brazos y le rogara que siga quedándose a su lado. Finalmente lo miró y lo
que encontró lo
dejó sin respiración.
Él gruño un “No”
como respuesta. Sus ojos estaban aún más brillantes de lo que Hee los haya
visto; sus garras
afiladas habían descendido.
—No me mires con
temor en tus ojos. Soy tu compañero. No podría herirte más de lo que podría
matar a un niño.
Hee se dio cuenta
que estaba hablando con el lobo. Siwon había abandonado la habitación.
Bajo su mirada
inquietante, Hee sintió su poder atravesarlo. Lo estaba haciendo someterse por
primera vez. No
luchó contra ello, pero bajó la mirada y desnudó el cuello.
—No te dejaré ir
—le dijo el lobo de Siwon, su voz áspera.
—Tampoco permitiré
que mueras por mi culpa. —Una lágrima se deslizó por el rostro de Hee. No
se molestó en
limpiarla porque sabía que más la seguirían. Muchas más.
—No es tu decisión.
Eres nuestro compañero, te protegeremos.
Hee sacudió la
cabeza y sus hombros temblaron con los sollozos. No sabía cómo manejar las
emociones que lo
atravesaban. Por lo general mantenía la histeria bajo control, pero
últimamente
parecía haber un montón de cosas que, en pocas palabras, estaban más allá de
su exterior de
chico fuerte.
Por más que se
repitiera que aguantara y lo afrontara como un chico grande no podía detener
el dolor
rasgándole. El dolor era exhalado de sus mismos poros.
Sintió la cama
hundirse bajo el peso de él cuando se sentó a su lado. Para su sorpresa, lo
llevó a
su regazo. Eso lo
deshizo. Le rodeó el cuello con sus brazos y empujó su rostro en ese lugar.
Cuando escuchó
suaves palabras dichas en Coreano, supo que su hombre había vuelto.
Hee se retiró para
mirarlo. Bien, así que el lobo se había retirado un poco, sus ojos seguían
brillando. Pero
era obvio que Siwon había aparecido también.
—¿Por qué te pones
en esta situación, cariño? —Las mano de Siwon se deslizaron bajo el dobladillo
de la camiseta
para frotarle la espalda. El toque de piel contra piel era una de las maneras
más
vitales para
calmar a un lobo. Hee se recostó contra su toque y ocultó el rostro de los
penetrantes
ojos ámbar que
veían demasiado.
—Nos hemos
conocido por cinco meses, Siwon. En esos cinco meses he muerto casi tres veces.
Siwon gruñó y lo
apretó más contra su pecho, causando que hiciera una mueca de dolor, pero
negándose a dejar
escapar un sonido que hiciera que aflojara su sujeción.
—Si hubieras
estado vínculado conmigo, habrías muerto. No puedo aceptarlo.
—Eres un Alfa —le
dijo él—. Está en tu naturaleza proteger. Puedo entenderlo, Heechul. Pero no
me protejas a mí.
Ese no es tu trabajo.
—No estoy de
acuerdo —empezó Hee.
—Puedes no estar
de acuerdo todo lo que quieras. Tu trabajo es amarme, sacarme a mí y a mi lobo
de la oscuridad
que nos convertiría en los asesinos más letales. No necesito tu protección,
amor,
necesito tu luz.
Necesito sentir tu tacto sobre mi piel porque sólo eso calma a mi lobo.
Necesito tu
aroma envolviendo
mi cuerpo. Necesito tu sangre corriendo a través de mí.
Siwon inclinó la
cabeza de Hee hacia arriba para poder ver en sus brillantes ojos
—Mi lobo necesita
que juegues con nosotros, que nos desafíes. Hay veces que necesitamos que te
sometas, y veces
cuando eres la última persona que querríamos que se sometiera a nosotros. Eres
mi amado y también
el amado de mi lobo. Eres mi compañero, la otra mitad de mi alma. Eres lo
único que me
pertenece y conmigo no para otro. Para mí, no hay vida sin ti.
Siwon observó como
las lágrimas caían de los ojos de su amado, y el miedo, el dolor y el amor
pulsaban detrás de
ellos
— Vínculo o no,
Ritos de Sangre o no, cuando dejes este mundo te seguiré.
Hee lloró con más
fuerza aún ante su declaración, su frente cayendo contra el pecho de él.
—¿Podrías vivir tu
vida sin mí en ella? —le preguntó él suavemente. Su cabeza se alzó de golpe.
—No —dijo Hee con
firmeza.
—Entonces, ¿qué te
hace pensar que puedo vivir sin ti?
Siwon vio que sus
palabras por fin atravesaron la cabeza dura de su compañero, a través de su
firme
determinación.
—Heechul. —Su
nombre fue un susurro en sus labios.
Lo miró a la cara,
sus ojos brillantes, su fuerte mandíbula, sus labios sensuales. Él era suyo. Hee
se
dio cuenta
mientras lo escuchaba razonar con él que nunca sería capaz de vivir esta vida y
no estar
unido a él. La
idea la estaba partiendo en pedazos. Cuando empezó a dejar ir esa opción sintió
a su
respiración calmarse.
—Te quiero —dijo
las palabras que él le había dicho hace lo que parecían años en un jardín
interior
parados en una
glorieta—. He esperado más de un siglo por ti.
Hee jadeó cuando
él levantó el borde de su camiseta, revelando las marcas oscuras del tatuaje
que
eran idénticas a
las de él.
Sus dedos trazaron
las marcas mientras decía:
—Llevas las marcas
que nadie más llevará, marcas que dicen que eres mío. No hay nadie más que se
lleve el vacío de
mí y nadie más que pueda amarte como yo lo haré. Te quiero.
Hee se removió en
su regazo y puso ambas manos a los costados de su rostro. Sus ojos se
entrecerraron
mientras miraba fijamente a su destino.
—Y entonces me
tendrás —susurró contra sus labios.
Sus labios
presionaron firmemente los de él mientras envolvía un brazo en su cintura. Con
la
otra mano, le
ahuecó la nuca como para evitar volver a dejarlo.
Siwon alejó sus
labios lo suficiente para decir:
—Esta noche. Esta
noche terminamos con esto.
Hee sonrió contra
sus labios, sintiendo la urgencia de él cimentarse.
—¿Demasiado
impaciente? —preguntó con una sonrisa que casi alcanzó sus ojos.
—No tienes idea
—susurró en su oreja, causando piel de gallina por su cuerpo.
Hee cerró los ojos
y respiró lenta y profundamente varias veces mientras permitía que la
respiración, el
beso y las caricias de él aliviaran el dolor que había causado para sí mismo.
Siwon se apartó un
poco y puso su frente contra la de él, respirando con fuerza.
—Nunca te dejaré
ir.
—Como si lo
quisieras —bromeó Heechul, recuperando el amor que le trajo a él tanta alegría—.
Hay todo tipo de genialidades pasando aquí.
Siwon gruñó.
—Cariño, creo que
es hora de que compartas la genialidad. —Su voz fue una caricia sensual.
Hee se estremeció.
—¿La ceremonia
será esta noche?
Él asintió una vez
como confirmación.
—Entonces, ¿esta
noche voy a propagar amor, por así decirlo?
Siwon sonrió con
una sonrisa de lobo y otro estremecimiento atravesó su cuerpo.
—Me encantaría
eso, pero tienes que curarte. Esta noche nos vincularemos y haremos los Ritos
de Sangre, te haré
mío. Pero nuestra consumación tendrá que esperar.
Hee se rió.
—¿Qué te hace
reír? —preguntó él, desconcertado.
—¿En serio dijiste
consumación?
—Joven irrespetuoso
—gruñó Siwon mientras tocaba suavemente su labio inferior. Eso trajo un temblor
de consciencia ante la cercanía de sus cuerpos, lo cual trajo otra risita por
parte de Hee.
—Ahora, ¿qué es
tan gracioso? —Siwon levantó una ceja hacia él. Hee negó con la cabeza.
—Lo siento, estaba
pensando que Donghae va a estar enojado por ser el único que quede en el club
de frustración sexual.
Siwon rió.
—Oh, no sé. Hyukjae
parece más que apto para convertirse en un miembro.
Juro que me entraron ganas de patear a Hee. Mira que era terco y cabezota el latente.
ResponderEliminarPeto gracias al poder de persuasión de Siwi entró en razones.
No se burlen del EunHae ya le llegará su momento
Jodido Hee!!!
ResponderEliminarQue se creé!!????
Qué puede luchar contra la naturaleza y el destino!???
Ahh
Un momento, si.
Hablamos de Kim Heechul!!!
Señores! El hace lo que le venga en gana...sin embargó, nadie se resiste a Siwonshis!!!!
Ni el gran Hee!!!
Ahshgaggsshdjjajsjdhd
Juemadre!!!! Ritos de sangre del Sichul!!!
Oh si~
Jahagsgshajakkaaakznxbx
El EunHae~
Es amor!!!