Cuando cayó la
noche, uno por uno, todos encontraron sus camas en las que habían estado
durmiendo dieron
por terminada la noche. A lo largo del día, Hee y Teukkie se habían encontrado
a los ojos de Dam
con miradas que cada uno entiendía eran un mensaje tácito. Hee casualmente fue
a la cocina para
tomar una copa antes de ir a la cama. Dam pasó por delante y murmuró:
—Ve al baño, voy a
sacarte. —Hee no cuestionó cómo, sólo siguió moviéndose.
Cuando pasó junto
a Siwon, él se levantó y lo siguió. Al entrar en la habitación que compartían, Hee
pensó en cómo se
iba a sentir raro ya que estaba casado y su marido ahora estaría durmiendo en
su
cama. Pero,
suponía que, estaba demasiado enojado como para sentirse raro.
Casado. El término
pasó a través de su mente. ¿Cómo diablos le voy a decir a mis padres? Hee
realmente no
quería pensar en eso en ese momento, teniendo en cuenta que tenía cosas mucho
más
grandes en su
plato.
Siwon se quitó la
camisa y la arrojó sobre una de las sillas vacías. Hee dejó escapar un lento
suspiro y
trató de no babear
por el cuerpo bien tonificado de su compañero. Emitió un suspiro mental de
alivio
cuando comenzó a
meterse en la cama con los pantalones todavía puestos. Salvados por los Levis,
pensó Hee con una
risita.
Siwon habló y él
se sorprendió al escuchar verdadero dolor en su voz.
—¿Por qué sigues
bloqueando tu mente de mí?
—Estoy enojado
contigo.
—Así que cada vez
que estés enojado conmigo, ¿me vas a bloquear?
—No lo sé. Estoy
seguro que tus castigos variarán. La variedad es la sal de la vida.
Siwon le gruñó, y
luego dijo en voz baja.
—Duele. Cuando me
bloqueas, me lástima.
Hee cerró los ojos
ante sus palabras. No quería contentarse todavía, no quería sentirse mal por
hacerle daño. Pero
lo hizo.
Se subió en la
cama junto a él, pero no se acostó. Se sentó con las piernas cruzadas y lo
miró. Yacía
de espaldas, con
el brazo sobre el rostro, bloqueando la vista de sus ojos.
—Siwon, mírame. —Hee
tiró de su brazo.
Él le permitió
halarlo lejos de su cara, pero seguía sin mirarle a los ojos.
Hee se levantó en
cuatro patas y puso una mano en cada lado de su cara para que así mirara
directamente hacia
él. Si no quería mirarlo ahora, tendría que cerrar los ojos. No lo hizo.
—Lo siento —dijo Heechul,
realmente sintiéndolo.
Hee comenzó a
sentarse pero Siwon puso una mano en la parte posterior de su cuello y empujó
su
cara más cerca de
la suya. Presionó sus labios firmemente contra los suyos y ambos suspiraron
ante
el contacto. Hee
no se había dado cuenta de lo vacío que se sentía de no tocarlo durante todo el
día.
Se apoyó en él,
sacando el peso de sus manos para ese modo poder pasar sus dedos por el cabello
de él. Siwon gruñó
y envolvió su brazo a su alrededor, acercándolo. Mientras se sometía a su beso,
abrió su vínculo
también y sintió su alivio barrer. Realmente había estado lastimándolo. Eso era
lo
último que Hee
quería hacer a su compañero. Provocarlo, sí. Volverlo loco, absolutamente.
Ponerlo
sexualmente
frustrado, dah. Pero nunca hacerle daño.
—Lo siento —le
dijo mientras profundizaba el beso. Abrió la boca cuando sintió su lengua
acariciar
sobre sus labios,
y por primera vez en su vida Hee quiso hacer todas las cosas sobre las que
bromeaba.
Siwon se retiró.
Por mucho que deseaba a su compañero, ahora no era el momento. Había atrapado
algunos de los
pensamientos a la deriva a través de la mente de Heechul y sabía que tenían que
parar.
Él tenía que
parar.
Siwon vio como el
dolor se formó en los ojos de Heechul cuando la empujó hacia atrás.
—Princesa, esto no
es rechazo. —Se rió al ver su expresión desolada.
—Entonces, ¿qué
es? ¿En serio quisiste decir lo que dijiste? Quiero decir…—Hee agitó sus manos
frente a él para
evitar que interrumpiera—, sé que no eres virgen, ya hemos ladrado a ese árbol.
Pero, ¿realmente
tenías que echármelo en cara, Siwi? ¿Tenías que hacerme sentir como si mi
propio compañero
no me desea?
Siwon se frotó la
cara mientras dejaba escapar un profundo suspiro.
—Heechul, si
tuvieras alguna idea de cuánto te deseo, probablemente tendrías miedo de estar
a
solas conmigo. Te
quiero… en todos los sentidos, pero no quiero que utilices mi necesidad de ti,
mi
deseo por ti, en
contra de mí. No cuando es para no tomar en cuenta tu seguridad.
Observó mientras
procesaba sus palabras. Siwon jugó con un mechón de su cabello y esperó a que
hablara.
Hee se sentó allí,
mirando a su oh, tan guapo compañero y se tragó sus palabras. Él la quería, y
en
base a ese beso su
deseo era evidente. Pero él no quería que lo manipularan. Se dio cuenta
entonces
que tenía que ir
al baño de manera que Dam pudiera sacarlo. Así que, nada de manipulación, bien.
Podía hacer eso.
Él no dijo nada acerca de ser astutos.
—Está bien.
—comenzó a bajar de la cama, pero se detuvo abruptamente cuando se dio cuenta
que
Siwon no había
soltado su cabello.
—¿Está bien? —Siwon
miró a su compañera con suspicacia—. ¿Eso es todo?
—Sí, tienes razón.
No debería usar el sexo para manipularte. Es infantil. Puedo admitir cuando me
equivoco Siwon,
caramba. Es sólo que ocurre tan raramente que en cierto modo me pilla por
sorpresa.
Siwon se rió entre
dientes, pero aún no estaba convencido de que todo estaba bien.
Hee podía decir
que Siwon no estaba creyendo su aceptación tan de repente, así que se
arrastró de vuelta
en la cama y a medida que él se apoyaba contra la cabecera, se subió a su
regazo.
Envolvió sus
brazos alrededor de su cuello y lo besó suavemente.
—Sé que soy
difícil, S. Pero eso no quiere decir que no sé cómo ser razonable. Y entiendo
por qué me rechazaste.
—¿En serio?
—Claro que sí.
Estás nervioso. Ha pasado un tiempo y te preocupa no ser capaz de estar a la
altura de
mis expectativas.
Está bien, vamos a ir lento. Te daré todo el tiempo que necesites.
Hee estuvo a punto
de morder su labio tan fuerte para no reírse ante el horror en la cara de Siwon
ante sus palabras.
Sabía que lo que estaba diciendo era un montón de basura, pero no pudo
resistirse.
Se había sentido
como si él no la deseara. Se había sentido herido cuando él lo apartó. No le
haría daño si pensara que creia
que él estaba realmente estresándose sobre toda la cosa de la consumación.
—Voy a ir al baño
y prepararme para la cama. No te preocupes por mí, ¿de acuerdo? Cuando estés
listo, podemos explorar
nuestra relación física. —Hee
Empezó a bajar de
su regazo mientras él lo miraba con la boca abierta y luego la cerraba. Al
llegar a la puerta del baño, le
oyó gruñir.
—¿Explorar nuestra
relación física? ¿Nervioso? ¿Preocupado? —Con cada palabra su voz se hizo más fuerte y el
gruñido aumentó. Para el momento que Hee había cerrado con llave la puerta del
baño, Siwon estaba en
ella moviendo el pomo de la puerta.
—Heechul, abre la
puerta.
—Siwon, en serio.
¿Puedo tener un poco de privacidad? No hemos estado juntos el tiempo suficiente
para hacer pis en
frente del otro.
Lo oyó gruñir algo
en voz baja, pero se apartó de la puerta. Hee se quedó allí, esperando. Para
qué no
estaba seguro.
Entonces, de repente, la pared más cercana a su lado simplemente desapareció. Teukkie y Dam aparecieron
justo en frente donde había estado la pared.
—¿Qué dem…?
—Shhh. —Teukkie le
dio un gesto a Hee para que bajara la voz.
Hee se acercó
hasta Teukkie y la Fae y la pared volvió a aparecer como si nunca hubiera
desaparecido.
—Eso es
jodidamente genial y divertido. —Hee le sonrió a Dam. Dam puso los ojos en
blanco.
—Lobos. Tan
fáciles de impresionar.
—Entonces, ¿vamos
a planear nuestra operación secreta? —Hee se frotó las manos, viéndose mucho
más como un niño
travieso.
Dam les indicó que
la siguieran. La puerta principal se abrió sin hacer ruido y se cerró tras ellos.
Hee y Teukkie
esperaban comenzar a temblar, pero a pesar de que había nieve a su alrededor,
no
sentían frío.
—¿Supongo que nos
estás manteniendo caliente? —preguntó Teukkie con una ceja levantada.
—No puedo hablar
claramente con ustedes dos, si sus dientes están castañeando sin cesar, es
molesto.
—Bien entonces, Dam-hada,
cuéntanos cómo te sientes. —Hee puso los ojos en blanco.
Dam ignoró el
comentario.
—Los machos en su
manada nunca dejarán que ustedes dos vayan por su cuenta.
Teukkie y Hee se
miraron entre sí y luego a Dam.
—Sí, sabemos eso a
la perfección. Lo que no entendemos es por qué no estás trabajando tu mojo para
atarlos como
hiciste con Siwon. —Teukkie decidió que sus palabras deben haber sorprendido a Dam
porque la Fae dio
un paso atrás.
—¿Quieren que ate
a sus compañeros? —preguntó ella con incredulidad. Una risa emanó de Hee.
—No, tontita.
Dam tomó una
respiración audible y la dejó escapar, obviamente aliviada. Hee le devolvió la
sonrisa.
—Queremos que ates
a todos los machos.
—¿Qué están
haciendo exactamente ahora? —preguntó Hanghen a la bruja que su manada había
empleado durante
siglos. Ella se sentó en una silla en la habitación que llamó su “cueva”. Hanghen
trató de no mirar
alrededor, a las cosas colgando del techo o la mirada fija sobre él desde los
frascos
que llenaban las estanterías
que cubren las paredes. No vio al suelo para ver en lo que podría estar
pisando, o peor
aún, sobre qué. Mona miró por la ventana mientras giraba su muñeca hacia él con
aire ausente.
—Estoy haciendo lo
mío. Una mejor pregunta sería: ¿qué estás haciendo tú, Alfa? —le arrojó Mona de nuevo a la cara
del Alfa.
—¿Qué puedo hacer
yo? —bramó Hanghen—. No sé dónde están. Es un poco difícil atacar a alguien
cuando no sabes su
ubicación.
—Sabes, Hanghen,
los mendigos no pueden elegir. Así que, o mejor esperas pacientemente a que te
diga cuándo es el
momento adecuado, o te puedo convertir en un sapo. Realmente, es tu elección.
El rostro de Hanghen
estaba tornándose de un tono antinatural de rojo mientras fulminaba con la
mirada la parte
posterior de la cabeza de Mona. Sus pensamientos de antes se arremolinaban en
su
mente. ¿Qué había
en todo esto para Mona?
—Mona —dijo Hanghen
su nombre dulcemente—. ¿Por qué sigues ayudándome y a mi manada
después de todo
este tiempo?
—Sabes por qué.
Para protegerme de las Fae.
—Las Fae no han
puesto un pie al otro lado del velo en siglos y tu poder es más fuerte que
nunca.
¿Por qué estás
pasando el rato con los lobos, Desdémona? ¿Cuál es tu interés en el sanador?
Mona se volvió en
su silla lentamente. Sus ojos disparejos se encontraron con los suyos. Ella
sonrió
mientras se
levantaba y caminaba hacia él. Hanghen sabía que era mejor no alejarse de un
depredador, por lo
que se mantuvo firme.
—Hanghen, Hanghen,
Hanghen —ronroneó Mona—. Sabes que es mejor no cuestionarme. —Mona
levantó una de sus
uñas largas y afiladas y la arrastró a través de la mejilla de Hanghen y abajo
por su
cuello. Ella se
acercó a su oído y le susurró—: No empieces a cavar donde no debes o
simplemente
podrás encontrar
que has estado cavando tu tumba todo el tiempo.
Hanghen no la dejó
ver cuánto le perturbaron sus palabras. Mantuvo su rostro frío y carente de
emoción. Ella se
alejó con un balanceo en sus caderas y dijo por encima del hombro:
—Me pondré en
contacto contigo cuando sea el momento adecuado. Ten a tus lobos preparados,
Alfa.
Cuando todo esté
listo tendrás más que un poco de sangre en tus pulcras manos. —Justo cuando él
pensaba que había
terminado, saltó cuando la oyó gritar—: ¡Oh, y VETE!
Hanghen irrumpió
en la mansión de su manada, las palabras de Mona haciéndose eco en su cabeza.
Cavando. Hay algo
enterrado que ella no quería que él supiera. Algo sobre los sanadores y lo que
significaban para
una bruja. Ya era hora de que visitara los archivos de su manada, incluso tanto
como odiaba entrar en
el lugar que olía a viejo pergamino y polvo. Pero necesitaba saber lo que Mona
estaba tramando.
Él no era ningún
tonto, era evidente ahora que Mona no estaba ayudando a Hanghen, ella lo estaba
usando para lograr
su propio objetivo. Había sido un ciego desde el principio. Si ella creía que
iba a
poner sus manos en
su sanador, entonces no era tan inteligente como siempre creyó que era. Como
una bruja, sí, era
poderosa. Pero no estaría más allá de él asegurarse de que quedara atrapada en
el
fuego cruzado de
la lucha contra los lobos. Ella podría hacer frente a algunos, pero no había
manera de que Mona pudiera
hacer frente contra dos manadas. Menos de manadas con Alfas y dominantes tan fuertes como la
suya y la de Junjin. En realidad, era una pena que tuviera que desgarrar la
manada de Junjin en pedazos…
una verdadera lástima, pero necesario.
—¿Quieren. Que.
Ate. A todos los machos? —Las palabras de Dam salieron entrecortadas y su
rostro
les dijo a Hee y Teukkie
todo lo que necesitaban saber. Pensaba que ellos habían perdido la cabeza.
Probablemente
estaba más cerca de la realidad de lo que creía.
—Sí. —Hee y Teukkie
respondieron a la vez, sin dudarlo.
—Mira, sabemos que
estarán enojados…
—No pequeña,
enfadado no es la palabra que usaría. La ira que Junjin hará caer sobre mí… No
pueden entender. ¿No han
estado alrededor de los lobos dominantes y Alfas de los Canis lupis? Saben cómo son respecto a sus
parejas.
—Sí, sí. Lo
entendemos. —Hee puso sus ojos en blanco—. Pero aquí está la cosa, mientras que
están
tan ocupados
preocupándose por nosotros los pobres jóvenes débiles, están totalmente
ignorando el
hecho de que hay
un gran mundo entero afuera que necesita nuestra ayuda. Si Ryeowook y Donghae
son los que pueden
dejar caer la bomba en esta bruja, entonces necesitamos a Ryeowook. Si Teukkie
y yo somos los únicos
para atraerlo aquí, entonces LO HAREMOS. Al diablo las consecuencias. No les permitiremos que
te lastimen cuando regresemos. Sólo mantenlos atados todo el tiempo. —Hee
sonrió como si acabara de
resolver todos sus problemas.
—¿Quieres que los
mantenga atados todo el tiempo?
Hee miró a Teukkie,
dejando salir un suspiro exasperado.
—¿Por qué sigue
repitiéndome? ¿Soy difícil de entender?
Teukkie negó con
la cabeza.
—Creo que la
estamos poniendo en estado de shock, o va a tener un ataque de pánico o algo
así.
Dam miró de chico
en chico, ante la seria calamidad de su solicitud. Ella vio la impaciencia en
sus ojos por ayudar y la
determinación debajo de eso. No sabía cómo hacer esto de ninguna otra forma.
Qué así sea. Iba a
poner su trasero en una bandeja para los machos de los Lobos Suju Coreanos.
¿Quién dijo que no le
gustaba vivir en el borde?
—Está bien.
Teukkie y Hee se
dieron otro choque de puños silencioso estallando los dedos.
—¡De eso es de lo
que estoy hablando, Dam! ¡Dile al hombre quién manda! Hazles saber que no les
perteneces, que
ellos no son tu papi, que no pueden…
Dam golpeó su mano
sobre la boca de Hee y miró a Teukkie.
—¿Cómo lidias con él?
Teukkie se rió
entre dientes.
—Crece en ti.
Dam resopló.
—¿Qué, como un
hongo?
Era turno de Teukkie
para resoplar ante la observación de Dam.
Dam finalmente
sacó su mano de la boca de Hee… sólo después de darle una mirada que decía,
cierra
la boca.
—Así es cómo lo
haremos. Voy a poner la maldición de la atadura sobre ellos ahora mientras
duermen y no pueden
sentirla trabajando en ellos. Ustedes van a tomar el aparato que les voy a dar
y van a pasar por el velo.
Les daré una especie de brújula que les llevará con Ryeowook y Yesung. Deben moverse rápido, en
silencio y traten de pasar inadvertidos. Mientras tanto, yo estaré aquí
sufriendo las consecuencias
de cinco lobos inmóviles y muy cabreados. —Dam sonrió y añadió con sorna—: ¿¡No será divertido!?
Dam se dirigió a
la puerta y cerró los ojos. Empezó a farfullar en voz baja y Hee y Teukkie
miraron,
esperando.
—Entonces, ¿cómo
crees que nuestros amigos peludos van a estar cuando se despierten y se den
cuenta que nos
hemos ido? —le susurró Hee a Teukkie, cuyos ojos estaban en Dam.
—Sólo digamos que
me alegro de ir contigo. ¿Y te das cuenta que si pensabas que Siwon era molesto
por no dejarte
fuera de su vista antes, eso se verá modificado para ser multiplicado por como
un millón, cierto?
Hee puso los ojos
en blanco.
—Probablemente ni
siquiera me dejará hacer pis a solas cuando regresemos.
—Kangin no será
mucho mejor —añadió Teukkie.
—Sí, pero Kangin
es mucho más razonable.
—Eso es porque
estás casado con alguien de la edad media que piensa que los hombres deben
golpear a sus parejas en
la cabeza y arrastrarlas por el cabello de regreso a la cueva del hombre.
—Eso es cierto
—acordó Hee secamente. Finalmente Dam se volvió a los chicos.
—Está hecho.
Dam les entregó
todo lo que necesitaban. Hee y Teukkie estaban asombradas de como el hada
conjuraba las
cosas del aire. Una vez que tuvieron ropa de abrigo, ligeras mochilas sobre sus
espaldas, comida Fae y agua,
estuvieron listos.
—Recuerden —les
dijo Dam—, rápido y nada de ruidos.
—Muy bien —le dijo
Hee mientras la seguían hasta el velo.
Hee y Teukkie
miraron a Dam una última vez antes de que ambos caminaran a través del escudo
invisible entre
los dos mundos.
Dam cerró los ojos
mientras desaparecían los chicos. ¿Qué he hecho?, se preguntó. Estaba tratando
de decidir si tal
vez debería dejar a Hyesung una nota explicando lo que había hecho y luego
añadir
que el Consejo Fae
la necesitaba. Dam arrojó inmediatamente esa idea por la ventana. No era una
cobarde. Ella
asumiría la responsabilidad de sus acciones. Sin embargo, se aseguraría de
permanecer
fuera del alcance
de cualquier golpe de mandíbulas.
—Entonces, siento
que absolutamente deberíamos tener la música de Misión Imposible tocando de
fondo mientras nos
embarcamos en nuestro pequeño viaje. —Hee se rió entre dientes.
—¿Dijiste
embarcamos? —preguntó Teukkie mientras miraba sobre su hombro a su amigo.
—Oye, me morí, me
da el margen para mejorar cualquier vocabulario o problemas.
—Eso suena tan
familiar viniendo de ti. Parece que en cualquier momento que eres quemada viva
o
te mueres, de
repente tienes permiso para decir lo que quieras.
—Estás
entendiendo, Pato. Definitivamente deberías exprimir un poco más tus
catástrofes.
Teukkie puso sus
ojos en blanco mientras sacaba el aparato con apariencia de reloj de bolsillo
que
Dam les había
dado. Todo lo que Dam dijo al respecto de esto era que estaba sintonizado, por
así
decirlo, al pulso
de Ryeowook o lo que sea. Hee amablemente le había dicho que los tecnicismos no
eran necesarios
mientras que la maldita cosa funcionara.
—Está bien, nos
está apuntando en esa dirección. —Teukkie señaló a la izquierda, a través de
árboles,
arbustos, y quién
sabía qué otra cosa.
—¿Cómo vamos a ser
silenciosos cuando hay que desviarse del camino marcado, tropezando con
las ramas de los
árboles, arbustos espinosos y todo lo que se interpone en nuestro camino?
—Trata de pisar
cuidadosamente. Podemos hacer esto, Hee. Por Donghae, por todos nosotros.
Hee tomó un
respiro, mirando hacia el bosque. He muerto y he vuelto, se dijo. Puedo
tropezar a través de un bosque frío
y oscuro. Cualquier cosa debe ser pan comido después de morir. ¿Cierto?
El asintió a Teukkie
y agregó:
—Estoy contigo.
Tenemos totalmente esto.
Comenzaron en los
árboles, tratando de dar pasos ligeros y no tropezar.
O.o
ResponderEliminarJajajajaja
El Sichul es lo mejor de la vida!!!
La personalidad de Hee en está historia me encanta!!!
Ahhhh
Oh si!
Los lobos canis lupus pataearan un trasero fae!!!
Y castigarán otros más!!!
De dos jóvenes desobedientes!!!
Jajajaja
Ojalá que Mona no los encuentre,
Que Hang deje de ser tan estúpido y habrá los ojos!!!
Entonces Hee murio por el malestar que ya tenia...anotado
ResponderEliminarDesafiando a los destinos...yo los apoyo,al menos Siwon no fue tan Romeo para irse detras de Hee en el momento que le dijeron que había muerto...uff.
Aaaahhh estas prejas...me sacan de quicio...no pueden entenderse de manera civilizada...pero donde estaría la diversión...cierto.
Todo sea por el bien de la manada.
Ya cuando regresen veremos