Siwon se puso de
pie y lo recostó en la cama. Se agachó y lo besó una última vez como Heechul Kim. Sus
siguientes besos serían como compañeros y, poco sabía él, como esposos.
Siwon sonrió para
sí mismo ante el pensamiento. Era mejor mantener a su pequeño compañero
en ascuas, la
diosa sabe que Hee iba a ser un constante desafío.
—Tienes dos horas
para prepararte. Voy a enviar a Donghae y a Teukkie para ayudarte. Me doy
cuenta que hay
poco tiempo, pero no te estreses. Lo único que me importa escuchar de tu boca es un sí. No
pienses más, Heechul. —Siwon miró tan profundamente en sus ojos que Hee juró que vio su alma.
Heechul sonrió
suavemente y dijo con su voz más burlona:
—Uno de estos
días, bola de pelos, tú y yo vamos a bailar tango y vas a desear, aunque sea
brevemente, que
haya dicho no.
Siwon se paró y
rodó sus hombros, su metro ochenta y cinco se cernía sobre él. Desnudó sus
dientes, sus
caninos alargados.
—Supongo que no te
he dicho cuánto me gusta bailar contigo, e incluso tú deberías saber que no
hay nada más que
encienda a un Alfa que su compañero desafiándolo. Así que, si alguna vez deseo
que hayas dicho
no, entonces, cariño, será sólo porque es mi forma favorita de juego previo.
La boca de Hee
cayó abierta ante su declaración. No se perdió la mirada petulante en sus ojos
que
decía que sabía
que lo había dejado sin palabras. Y hasta el momento, Siwon era la única
persona,
lobo, o lo que
sea, en la tierra capaz de hacerle eso. Y aquí estaba él, iba a estar unido a
él por
siempre. Lo
observó salir de la habitación pavoneándose, un pavo real orgulloso de haber
sorprendido a su
compañero.
Teukkie y Donghae
entraron solo segundos después que Siwon se fuera. Podía verlo parado en la
otra habitación.
Se aseguraba de que nunca estuviera fuera de su línea de visión y aunque parte
de
Hee quería poner
los ojos en blanco por su proteccionismo, la otra parte disfrutaba de su
atención
y cuidado.
Todavía no se
había recompuesto cuando sus dos amigos se acercaron a la cama.
—Bien, tengo que
saber lo que dijo para poner esa mirada en tu cara. — Las cejas de Donghae
estaban levantadas
hasta su línea de cabello mientras miraba a Hee.
Eso sacó
rápidamente a Hee de su estupor temporal.
—Acostúmbrate a la
decepción, pequeño Donghae. Nunca repetiré lo que ese pervertido
acaba de decirme.
Teukkie rió.
—Oh, no. —Se subió
a la cama, a los pies de Hee y se acostó de lado—. Si lo crees pervertido
ahora, espera
hasta que el aspecto físico de su relación tenga una gran y enorme señal verde.
Lo
juro, tener un
vínculo mental con tu compañero es como tener dos entradas de primera fila a
una
interminable
película porno.
Ahora fue el turno
de Donghae dejar caer la mandíbula abierta y volverse de todas las tonalidades
de rojo. Hee no
pudo evitar la risa que salió forzada a pesar de su gemido de dolor después.
—¿Cómo lo sabes?
Nunca has visto una porno. —Hee bufó.
—Bueno, puedo
asegurarte que no es un especial después de la escuela los que pasa por la
cabeza de mi compañero el noventa y cinco por ciento de las veces.
Donghae chilló.
—¿Noventa y cinco?
—Tranquilo,
sanador. Creo que tienes un poco de tiempo antes de que tu lobo te reclame.
—Las palabras salieron de la boca de Hee antes de poder detenerlas. Un ciervo
cegado por los faros no tenía nada que envidiarle a la mirada en el rostro de Hee.
Donghae y Teukkie
dijeron a la vez:
—¿Qué?
Hee dio marcha
atrás tan rápido como pudo.
—No me refiero a
una bola de pelos, sólo, ya sabes, un chico. Como todos son perros bien podría
llamar a tu futuro hombre un lobo. Es sólo una expresión, forzado por el hábito
de que estamos constantemente rodeados por bolas de pelos innaturalmente finos
y demasiado apuestos para su propio bien, infestadas de pulgas. —Hee respiró
hondo—. Entonces, ¿podemos volver a mí y prepararme para una de las dichas
bolas de pelos?
Donghae parecía
como si quisiera protestar pero Teukkie rápidamente se entrometió, dándole a
Hee la mirada de
“esta conversación no ha terminado todavía”.
Desdémona rara vez
perdía los estribos, pero este era uno de esos raros momentos. Había sentido
la ruptura de la
maldición, tan poderosa que la había golpeado en la espalda. Cuando se puso de
pie, sus ojos se
arremolinaron como el mar en una tormenta y su cabello azotaba a su alrededor.
Un
cachorro la había
superado. Ella agarró lo primero que pudo alcanzar y lo lanzó contra la pared.
Un
frasco de
corazones de cabra, no era una gran pérdida, esos se vendían a montones.
Respiró profundo
varias veces, tratando de recuperarse. No iba a dejar que sus emociones la
controlaran. Las
emociones eran debilidad, y no había lugar para la debilidad en su corazón
negro.
Alguien tenía que
estar ayudando a los lobos. No había manera de que fueran más poderosos que
ella,
y de ninguna
manera habrían sabido qué buscar con el fin de romper la maldición, a menos que
alguien le diera
un empujón en la dirección correcta.
—Así que parece
que las Fae han salido de su escondite. —Una sonrisa malicioa cruzó su rostro
hermoso y cruel—.
Me pregunto si recuerdan cómo jugar. Me atrevo a decir que no me van a
encontrar como la presa
fácil que alguna vez fui.
Mona estaba
hablando en contra del viento, el cual alentaba su voluntad, su ira, y la furia
que echaría
sobre aquellos que
intentaron oponerse a ella
—Dambi —habló en
la brisa—. ¿Crees que no sé que estás ayudando a los lobos? ¿Crees que puedes
esconderte de mí?
Escúchame ahora, antigua Fae. Voy a arrancarte el corazón del pecho y darme un
festín con él
mientras todavía late.
La risa que brotó
de su pecho hizo que la hierba se marchitara y los animales se ocultaran de la
maldad que fluyó
desde su boca hacia la noche.
—Bueno, lo primero
que hay que hacer es escribir tus votos. —Teukkie le entregó a Hee un lápiz y
papel.
—¿Qué dijiste? —Hee
enarcó las cejas ante Teukkie.
—¿Recuerdas que Kangin
y yo recitamos los que habíamos escrito junto con los votos ceremoniales
tradicionales,
¿cierto? ¿Estabas prestando atención en absoluto en mi vinculación?
Hee trató de
pensar en aquella noche y se acordó de haber estado un poco distraído por
cierto
lobo taciturno.
—Podría haber
estado un poco preocupado —confesó Hee, honesta y sin remordimiento.
Cuando Teukkie y Donghae
simplemente la miraron fijamente mientras él sostenía la pluma y el
papel, sus ojos
saltaron de una a otra.
—¿Qué?
—Empieza a
escribir, solo tienes dos horas y todavía tenemos que arreglarte y embellecerte.
Hee dejó escapar
un profundo suspiro y luego se quedó mirando la hoja en blanco. Votos, pensó.
¿A qué estoy
haciendo voto exactamente? Hee cerró los ojos y pensó en cuando por fin había
visto
el reconocimiento
en los ojos de Siwon, el momento en que se había dado cuenta que lo recordaba y
él había perdido
todo el control. Cada pedacito de ira, miedo, dolor, amor, alivio y la alegría
que
había sacudido su
cuerpo.
Ahora sabía lo que
tenía que decir.
Una Hora y Cincuenta Minutos Más Tarde…
Hee se puso de pie
con la ayuda de Teukkie y Donghae, y se miró en el espejo.
—No voy a salir de
esta manera. —La expresión en su cara y el acero en su voz hizo muy claro que
alguien iba a
tener que arrastrarlo fuera de ese baño.— ¿Ves lo delgado que estoy?
Donghae asintió
Hee se volvió a
mirar en el espejo el traje negro simple que, desde el frente, era
engañosamente
modesto. Pero la
parte de atrás de la parte superior, Bueno decir que era transparente es poco.
Dam se lo había
llevado, y cuando se lo puso, la Fae rió disimuladamente. Cuando Hee dio una
vuelta
para ver por qué
la mujer se reía disimuladamente, casi se ahogó. No solo era transaparente en
la
espalda, sino tambien
un poco por los lados, lo suficiente como para mostrar algunas de las marcas
arremolinadas que
marcaban su lado derecho. Siwon iba a estar enojado. Y ese pensamiento iluminó
a Hee enseguida.
—¿Por qué estás
sonriendo como el gato de Cheshire? —le preguntó Teukkie mientras sus ojos se
estrechaban.
Hee levantó el
brazo ligeramente sobre su lado derecho de modo que Teukkie pudiera ver las
marcas que se
asomaban.
Teukkie puso los
ojos en blanco.
—De verdad quieres
que tenga un infarto, ¿cierto?
Hee se encogió de
hombros.
—Se lo merece por
ser un idiota antes. No puedo dejar que piense que solo porque me estoy
vinculando a él
voy a ser de pronto este pequeño chico sumiso que dice: “sí, señor” y “no,
señor”.
Él tiene que
entender que todo seguirá siendo: “déjame abrir la puerta para ti, señor, ya
que no
puedes caminar
derecho porque te di una patada en los…”
—Suficiente de
despotricar, Hee, lo entendimos. —Teukkie se rió entre dientes—. Él no tiene ni
idea de lo que le
espera.
—Si lo hiciera,
estaría deseando que su memoria nunca hubiera regresado —bromeó Hee.
El rostro de Teukkie
se suavizó y la intensidad llenó sus ojos.
—¿Estás listo? —le
preguntó a Hee.
Hee pensó en ello
por menos de un segundo.
—He estado listo
para él desde antes de que yo naciera. Fui creado para él.
Teukkie sonrió.
—Me encanta cuando
tengo la oportunidad de ver estos raros destellos de la suave y romántico
que está debajo de
toda esa mierda de chico ninfómano rudo.
Hee puso los ojos
en blanco ante su amigo.
—Si empiezas a
cantar, te juro que voy a tomar la poca energía que tengo y te daré un puñetazo
en el ojo.
Teukkie chasqueó
la lengua a su amigo a medida que comenzaba a arrastrarla fuera de la
habitación.
—Vaya, vaya, Heechul
Kim.
—Lo sé, mi
temperamento no conoce límites.
—Iba a decir que
creo que estás hambriento y sexualmente frustrado, pero si quieres ir con eso,
entonces te apoyo.
Hee se detuvo en
seco cuando vio a Siwon de pie al otro lado de la habitación frente a una gran
chimenea. No se dio cuenta de Hongki, Zhoumi y Hyesung
de pie a su izquierda o de Donghae y
Teukkie a su
derecha. No vio a Kangin, Hyukjae o Yunho sentados en varias sillas alrededor
de la
habitación,
observando, esperando. Ni siquiera se dio cuenta de los dos hermosas Fae que
estaban
al lado de la
chimenea.
Siwon estaba allí
de pie, hablando con Junjin, cuando de repente se detuvo, cerró los ojos, e
inhaló
profundamente. Su
cabeza dio vuelta lentamente, en línea recta hacia él, y cuando se detuvo, sus
ojos se abrieron
de golpe y se reunió con su mirada.
Por un momento no
existía nadie más en la habitación. Eran solamente Hee y Siwon. Ninguno de
los dos se movió.
Ellos simplemente se miraron, detallándose entre sí, memorizando cada detalle
como si fuera la
última vez que se verían. A medida que su mirada vagó por el cuerpo de él,
observó
que llevaba un
suéter con cuello en V negro que se aferraba fuertemente a sus poderosos
hombros
y pecho. Las
mangas estaban empujadas hacia arriba ligeramente, revelando sus antebrazos
musculosos.
Llevaba pantalones grices que parecían ser hechos a medida, y zapatos negros de
vestir.
Podría haber
salido directo de una sesión de fotos para la revista GQ. Lo que lo hacía más
atractivo
era que él no
tenía idea de cuán increíblemente guapo y fuerte era.
Junjin se aclaró
la garganta y rompió el momento. Hee fue repentinamente consciente de que todos
en la sala estaban
mirándolo.
Comenzó a sentir
sus piernas temblar, desacostumbradas a llevar su peso. Como si intuyera su
creciente
cansancio, Siwon cruzó la habitación en varias zancadas grandes y envolvió un
brazo
alrededor de su
cintura para darle seguridad. Cuando su mano entró en contacto con la delgada
tela,
Hee lo sintió
tensarse y poco a poco inclinarse hacia atrás para mirar en la parte posterior
de su traje.
Empezó a gruñir y,
puesto que él no lo miraba a la cara, no podía estar seguro, pero se imaginó
que
sus ojos estaban
brillando ferozmente como el sol caliente de julio en el sur de Texas.
Siwon levantó la
vista hacia la sala y anunció:
—Los machos se
sentarán en el lado izquierdo.
Sin siquiera una
pregunta, Hyukjae, Kangin, y Yunho tomaron asiento en el lado izquierdo de la
habitación. Siwon
lo llevó al lugar donde había estado parado unos momentos antes, al lado de
la chimenea. Todo
el tiempo su mano estuvo extendida ampliamente sobre su lado derecho,
cubriendo
cualquier parte de su marca que podría estarse mostrando.
Para sorpresa de Junjin,
Siwon le pidió ponerse de pie con su espalda a la habitación, con Hee y
Siwon en el otro
lado, en lugar de Junjin de pie detrás de la pareja y frente a todos. Esto, por
supuesto, hacía imposible
que alguien viera su costado ya que estaba frente a la chimenea. Hee se mordió
el labio y arrastró
cada onza de su fuerza de voluntad para no poner los ojos en blanco.
A medida que Siwon
caminaba a su alrededor, sintió sus dedos deslizarse dentro del costado de su
camisa y trazar
hacia abajo, sabiendo que él estaba tocando la marca… su marca. Hee se
estremeció
y casi pateó a Siwon
cuando vio un lado de su boca alzarse en una media sonrisa triunfante.
Cuando finalmente
estuvo parado frente a él, todo pensamiento de irritación huyó mientras miraba
a la devoción
absoluta y el amor en sus ojos que le observaban fijamente. Su rostro se había
suavizado, incluso el brillo
de sus ojos había retrocedido ligeramente.
El ambiente se
calmó cuando Junjin se giró para dirigirse a los demás.
—Siwon es un Alfa
en su propio derecho. Dirigió su propia manada, era poderoso e invicto en
desafíos. Por esta
razón, su Ceremonia de Vinculación será como lo sería para un Alfa en presencia
de una Fae Superior.
Es la primera vez en un tiempo muy largo que tenemos el privilegio de tener a
una Fae con
nosotros durante una vinculación. Debido a esto, Siwon le ha pedido a Dambi
participar
en la ceremonia,
lo cual solo se otorga a los Alfas.
Hee abrió la boca
y empezó a hablar, pero sus labios se cerraron cuando Siwon le dirigió una
mirada
que le dijo que
iba en serio. El no entendía lo que estaba pasando y le preocupaba saber que la
Fae
sería partícipe de
algo tan especial.
Siwon podía ver el
temor en Heechul y se estiró para rozar el dorso de los dedos por su mejilla.
—Confía en mí —le
articuló en silencio.
—Siempre —fue su
respuesta silenciosa.
Junjin dio la
espalda a la habitación y miró a su Beta.
—Siwon, una vez
Alfa de la manada Coreana del Oeste, has encontrado a tu verdadero compañero y
él ha aceptado tu
reclamo. Como es habitual, vas a
lavar sus pies,
ejemplificando tu voluntad
de
servirle y
cuidar de sus necesidades, sin importar lo simple que
puedan ser. Recitarás los votos
habituales y luego
tus propios votos. Durante ese tiempo, presentarás a tu compañero tu ofrenda.
Siwon asintió una
vez a Junjin y llevó a Heechul a una silla. Un recipiente con agua estaba
puesta
junto a la silla
en el suelo, con el vapor elevándose de este. Hee pudo oler la lavanda flotando
en
el aire.
Siwon sonrió.
—Para calmar —le
dijo. Incluso sin su vínculo mental, comprendió la mirada interrogante en sus
ojos.
Lentamente levantó
el dobladillo de su pantalón para exponer sus pies y las pantorrillas. Hee se
lo
quitó y lo dobló
sobre su regazo, cubriendo la parte superior de sus rodillas. Se dio cuenta que
le
hacía sentirse
incómodo realizar tal acción en la compañía de los demás. Tan pronto como ese
pensamiento
revoloteó por su mente, Hee se mordió la lengua para no reírse como un
colegial.
Recordaba haber
visto a Kangin lavar los pies de Teukkie en su ceremonia y pensó que era muy
dulce, pero cuando Siwon
agarró su pierna en la mano y con un paño escurrió agua sobre su pie, se dio cuenta de hasta
qué punto era intenso e íntimo ese momento.
Él continuó
lavando sus pies mientras levantaba su mirada a la de ella y hablaba.
—En este día me
arrodillo ante ti, como un sirviente de mi compañero, para preguntarte si me
completarás. ¿Te
entregarás a mí? ¿Calmando finalmente a la bestia en mi interior, poniendo
orden
en el caos,
llevando luz a donde solo ha habido oscuridad? ¿Vincularás tu vida a la mía, tu
destino al
mío, y tu alma a
la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de emparejamiento?
Heechul deseó
poder decir que recordaba la respuesta a los votos, pero a decir verdad, la
intensidad de su voz, al amor en
sus ojos, mantuvo cautiva su mente. Sus pensamientos eran lentos debido a su
enfermedad y a su
cuerpo débil. Trató de recordar exactamente qué decir, pero lo único que pudo
recordar fue:
—Vincularé mi vida
a la tuya, mi destino al tuyo, y mi alma a la tuya y completaré nuestro vínculo
de emparejamiento. Te tomaré como mío, mi compañero y mi Alfa.
Siwon secó sus
pies con cuidado y bajó la bota de su pantalón, cubriendo sus piernas. Cuando
comenzó a levantarse, él
puso suavemente una mano sobre su hombro.
—Estás cansado
—habló en voz tan baja que solo Heechul pudo oír.
Hee le dio una
leve sonrisa, pero sintió una punzada de rabia al no ser lo suficientemente
fuerte
como para estar parado en su propia ceremonia
de vinculación. Siwon le guiñó un ojo, él sabía que
estaba molesto y
no pudo evitar la sonrisa que se extendió por su cara.
Kangin le trajo a Siwon
una silla para así poder sentarse directamente frente a Hee. Se sentó y se
inclinó hacia
delante con los codos apoyados en las rodillas. Él tomó sus dos manos entre las
suyas y
lo miró a los
ojos.
—No soy bueno con
las palabras. Y algunas palabras que uso a veces son dichas con dureza y antes
de pensar en lo
que estoy diciendo.
Hee sonrió ante su
confesión y esperó a que continuara.
—Pensé en lo que
quiero decirte, en cómo decírtelo, y confieso que es probable que nunca lo haga
del todo bien.
Pensé por lo que has pasado a través de las últimas semanas y no puedo imaginar
ninguna palabra
que pueda igualarse a lo que debes haber sufrido. ¿Cómo puedo venir hasta ti
con
alguna palabra que
valga la pena, cuando durante tres semanas no sabía quién eras? Te dejé solo.
¿Qué clase de
hombre le hace eso a su pareja? ¿Qué clase de compañero olvida a aquel que
completa su alma?
Hee apenas se
estaba controlando por un hilo fino mientras veía al poderoso Siwon humillarse
delante de él y de
su manada
—No puedo deshacer
lo que ha sucedido. Sin importar lo que pueda darte, ser capaz de solucionar
las últimas
semanas está más allá de mi capacidad. Lo único que puedo hacer es demostrarte
que,
sin importar el
tiempo que haga falta, todos los días por el resto de nuestra vida voy a ser un
hombre,
un compañero, un
amigo y un amante digno de ti.
Siwon se arrodilló
frente a él y luego dejó caer los brazos a su
lado. Miró a Dam, luego a Hee.
—Tengo que darte
una ofrenda para demostrar mi capacidad de proveerte tanto física como
emocionalmente,
para protegerte, y… —Siwon añadió esta última parte, aunque estuviera
sobreentendido, él
quería decirlo en voz alta—, para amarte. No esperaba estar haciendo nuestra
ceremonia de
vinculación en el otro lado del velo. La oferta que tengo para ti no es una que
sea
típica, pero por
extraño que parezca, creo que es apropiada y espero que la aceptes.
…Una vez que los
Ritos de Sangre se lleven a cabo, mi marca permanecerá en tu piel para siempre.
Tu marca de
mordedura no permanecerá en mí. Tu aroma estará en mí, pero la Gran Luna no
siente
que sea necesario
que la mordida de la pareja permanezca visible. Así que, mi ofrenda para ti es
que
tu marca sea
quemada y grabada en la carne por encima de mi corazón.
Varias
exclamaciones flotaron a través de la sala, la de Hee siendo la más fuerte. Siwon
continuó
antes de que él
pudiera interrumpirle.
—Mi esperanza es
que verás por esta ofrenda que voy a soportar lo que sea necesario para
asegurar que sigas
conmigo, completo, seguro, protegido. Espero que esto demuestre que quiero
que el mundo
conozca el nombre de la increíble persona que sostiene mi corazón en sus manos.
La sangre nacida
de esta ofrenda es mi promesa de que con el sudor de mi frente, la carne de mi
cuerpo y la sangre
de mi vida siempre proveeré para ti en cualquier forma que pueda necesitarse.
¿Aceptas mi
oferta, compañero? ¿Me aceptas?
Hee se quedó sin
habla. No quería que Siwon sufriera. No quería ver su hermosa piel estropeada
por culpa de él,
pero sabía que si se negaba, sería un duro golpe en su orgullo que nunca podría
ser
restaurado. Si Siwon
podía hacer esto, entonces él también.
Los ojos de Hee se
clavaron en los suyos cuando habló:
—Sí, acepto tu
ofrenda.
Siwon dejó escapar
el aliento que había estado conteniendo.
—Sí que sabes cómo
mantener a un hombre en suspenso, amor.
Hee estaba demasiado
nervioso como para responder con un comentario sabelotodo. Heechul vio
como Dam sacó una
daga de la chimenea, donde la hoja había estado en las brasas. ¿Cómo se había
perdido eso? Hee
se negó a apartar la mirada de los ojos de Siwon mientras Dam comenzaba:
—Siwon. —La voz de
Dam era fuerte, y la magia que ella normalmente mantenía atenuada latía a
través de la
sala—. ¿Estás dispuesto a aceptar las marcas que esta daga ponga en tu carne?
¿Entiendes completamente que estas marcas son permanentes y no sanaran de la
forma en que otras lesiones
infligidas a tu
especie lo hacen? ¿Eres consciente de que viertes tu sangre bajo el poder de
las hadas?
—Lo hago, y lo
estoy.
Con su afirmación,
Dam presionó la daga en su pecho. Los ojos de Hee, contra su voluntad, miraron
hacia abajo para
observar. Su boca se abrió mientras observaba la carne siendo cortada y quemada
por la daga inmóvil.
Cuando Dam la
alejó para ponerla de nuevo en el fuego, una pequeña y perfecta H estaba en su
piel.
Unos momentos más
tarde, Dam puso la daga junto a la H, y una vez más ardió en su piel y sin
moverse, cortó y quemó una
E al lado de la H. Esto continuó letra tras letra. Siwon nunca se movió, nunca
hizo un sonido mientras
la sangre corría por su pecho y abdomen. No hubo, por suerte, mucha sangre, ya que la piel no era
solo cortada sino también quemada. Aun así, ver a su preciosa sangre derramada
por él hizo a Hee
marearse. Cuando la última letra fue terminada, Dam colocó la daga hacia abajo
y le entregó a Hee una
toalla fría y húmeda.
Sólo puedo decir Ah!!!!!!!.
ResponderEliminarQue palabras más románticas dejiste Siwon creo que cualquiera que recibiera semejante declaración estaría más que dispuesta a vincularse con vos.
O.o
ResponderEliminarSe vincularon!!!!
Ahhhh
Sichul forever!!!
Ahhhh
Hee!!!!
Siwonshis, no era mas fácil y menos deloroso un tatuaje!!!!???
A estos lobos si les gusta el dolor!!!
Condesaré mi crimen y diré que,mentalmente... le dí a Hee un par de zapes...y bien dados.
ResponderEliminarPor dios...cómo se le ocurre si quiera pensar en dejar a Siwon teniendo en cuenta todo...TODO por lo que han pasado...no solo el mismo Hee,sino el propio Siwon.
Teuk y Hae ayudaron mucho...y más que Siwon estuviera con un ojo y un oido en Hee...muy bien.
Y esa explicación del por qué no debería dejarlo...convincente.
No tanto como ver a Siwon parado junto a la chimenea esperando por él........*0*
Esas palabras...Siwon estaba dejando todo por decirle a Hee lo grande que es su amor por él...y ese regalo. Ser marcado,nada más y nada menos que con su marca,su nombre...y que dolor ver lo que le hacian...pero esa era una satisfacción que seguro Siwon no cambiaría...fue su decisión, su regalos...no podía decir que no.
Más pruebas de su amor no puede haber
Y que bueno que la bruja no hizo nada en ese momento,porque si no...me meto a ver como al fic y la dejo calva...y espero que no pase nada en la segunda parte....por su bien.