—Tú eres mi
compañero. —Siwon estaba tratando de mantener la calma, no quería asustarlo—. Llevas mis marcas,
compartimos un vínculo mental, mi lobo te conoce, y tú me amas.
Sus últimas
palabras fueron una bofetada en la cara de Hee.
—Amo a mi Siwon,
¡AL MÍO! Tú no eres él. Así que no te atrevas a tratar de usar mi amor como
palanca para
conseguir lo que quieres.
ojos brillaban de color
ámbar brillante—. Eres mío, Heechul, y si los Ritos de Sangre son lo que
van a salvar tu
vida, entonces eso es lo que haremos.
—No soy una
maldita posesión, lobo. Y si lo fuera, estoy jodidamente seguro de que no le
pertenecería a
alguien que no sabe quién soy. —Hee odiaba que hubieran lágrimas corriendo por
sus mejillas,
odiaba que alguien tuviera tanto poder sobre él.
—Actúas como si
fuera mi culpa que no me acuerde de ti. Yo no hubiera sido maldecido si no
me hubieras pedido
que salvara a tus amigos. Dejé que me convencieras de dejarte, mi compañero,
a morir. Debes de
hacerme débil si te dejaría a ese destino. No me puedo imaginar eligiendo a
nadie más sobre mi
compañero, nunca.
La boca de Hee
había quedado abierta cuando Siwon había dicho que lo hizo débil; lo había
escupido como si
fuera desagradable. Tenía las manos en puños y pensó que podría romperse un
diente por tener
la mandíbula tan apretada. Pero él no había terminado. Obviamente sentía que
no había pisoteado
su corazón lo suficientemente fuerte.
Siwon se arrodilló
a su lado de la cama, poniéndose a pocos centímetros de su cara. Estaba
temblando de rabia
mientras decía sus palabras entre dientes:
—No voy a
renunciar a ti. No voy a volver a una solitaria y oscura existencia. No voy a
dejar que
tu egoísmo aparte
tu vida de mí, aparte a mi compañero de mí. No me acuerdo de cómo
estábamos antes,
tal vez me entregué a todos tus caprichos, tal vez me acurruqué debajo de tu
obvia naturaleza
Alfa, pero ya no más. Yo soy tu compañero, es mi trabajo protegerte, incluso
de ti mismo.
Hee apenas podía
respirar mientras escuchaba a Siwon, su compañero, su amor, ordenarle y
llamarle egoísta,
y desconocer por completo sus sentimientos. Estaba a punto de decirle que
se fuera de su
habitación, sin golpearlo. Pero él simplemente no podía dejar las cosas así.
Tenía
que seguir siendo
un imbécil dominante que pensaba que todo el mundo debía inclinarse ante él.
—Podría nunca ser
el hombre que era antes de la maldición, podría nunca ser el hombre que amabas,
y podría nunca
amarte. Pero el destino te dio a mí y vamos a aprender a sacar lo mejor de
ello.
Nada en la tierra,
ni su debilidad o dolor, ni la sangre que podía sentir empezando a fluir desde
su
nariz y orejas, ni
siquiera su amor por este lobo podría haberlo detenido.
Hee retiró su mano
y golpeó a Siwon en la cara tan fuerte como pudo, una cara que anhelaba
mirar por el resto
de su vida. Se sacudió mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Apenas
podía ver mientras
se echó hacia atrás y le dio una bofetada a su aturdida cara de nuevo. Él sólo
se arrodilló allí,
la conmoción de sus acciones aún sin penetrar su mente.
—¡FUERA! ¡LÁRGATE
AHORA! ¡NO QUIERO VOLVER A VER TU CARA DE NUEVO!
Hee tomó aire
mientras se inclinaba hacia adelante y trató de empujar a Siwon. Gritó cuando
sintió un fuerte
dolor en su costado, como un cuchillo deslizándose en él. Estaba tratando de
hablar a través de
todo el gorgoteo en su garganta, se dio cuenta que la sangre estaba
burbujeando desde
su estómago. Jadeaba mientras trataba de gritar de nuevo, pero sólo salió
en una débil voz
entrecortada:
—No vuelvas. —lo
miró directo a los ojos cuando dijo sus últimas palabras antes de que se
desmayara—: No te
quiero.
Siwon alcanzó a Heechul
cuando su cuerpo cayó hacia adelante. Su sangre una vez más
empapaba su
camisa. Mientras sostenía a su compañero en sus brazos, se dio cuenta que había
ido demasiado
lejos. Él había sido el egoísta, y ahora posiblemente lo había perdido para
siempre.
Su corazón empezó a apretarse en su pecho y la
respiración se le dificultó, Siwon ni siquiera se
dio cuenta cuando
la puerta se abrió fuertemente y la habitación comenzó a llenarse de gente.
—¿Qué demonios le
ha pasado?
Teukkie y los
otros acababan de llegar a la casa cuando escucharon los gritos. Al principio Junjin
les dijo a todos
que esperaran, que no sería prudente interrumpirlos, especialmente si Siwon no
tenía el control
de su lobo. Pero tan pronto como los gritos se detuvieron, Teukkie había tenido
suficiente. Con Kangin
sobre sus talones, irrumpió en la habitación, justo a tiempo para ver a su
mejor amigo caer
hacia adelante, la sangre brotando de áreas en las que definitivamente no
debería estar
brotando.
Hyesung, Donghae y
Teukkie dieron un paso adelante para tomar a Hee de Siwon, y todos saltaron
atrás al mismo
tiempo cuando él gruñó en señal de advertencia.
La voz de Junjin
se elevó por encima del rugido.
—Suéltalo, Beta.
AHORA.
El poder de la
orden tuvo a Siwon entregando el cuerpo de Hee mientras trataba de luchar
contra
la compulsión.
—Dam —Junjin se
giró para mirar al hada—, átalo.
—¿Crees que es
sabio? —preguntó ella.
—Él no es seguro.
Átalo.
Dam asintió una
vez.
—Qué así sea.
Ella caminó hacia
el otro lado de la cama donde Siwon todavía se arrodillaba en el suelo. Sus
hombros se
hundieron en derrota y no opuso resistencia cuando ella puso las manos en su
pecho y murmuró
palabras ininteligibles.
—Ya está hecho
—anunció, luego salió de la habitación para dejar a los lobos cuidar de sí
mismos.
Después que habían
dejado a Hee en la cama, todas las parejas se pusieron a trabajar. Donghae
puso las manos en
su amigo y le despejó los pulmones. Mientras tanto, miró por cualquier otro
daño, asegurándose
de no dejar ninguna parte de su cuerpo sin examinar. Cuando apartó las
manos, comenzó a
desplomarse, pero fuertes brazos estaban allí para atraparlo.
—Te tengo, Donghae
mío —oyó a Hyukjae susurrar en su oído mientras lo colocaba en una silla.
Donghae levantó la
vista para mirar a Hyesung, Zhoumi, Teukkie y Hongki limpiar la sangre de
Hee y cambiar sus
ropas. El respiraba, su corazón latía… Pero, ¿por cuánto tiempo?, se preguntó
Donghae
solemnemente.
Varias horas más
tarde, mientras caía la noche, Teukkie y Donghae se sentaron al lado de una
Hee inconsciente.
De vez en cuando Teukkie pasaría un paño caliente en la frente de Hee,
necesitando hacer
algo.
—¿Qué crees que ha
pasado entre ellos? —susurró Donghae, sin saber por qué sentía la necesidad
de ser silencioso.
—No tengo ni idea,
pero Siwon es un lobo Alfa dominante, lo que significa que es propenso a decir
cosas estúpidas.
Donghae rió
débilmente ante las palabras de Teukkie. Saber que realmente no estaba bromeando
lo hacía aún más
divertido.
—El no va a durar
sin su sangre.
—Lo sé —respondió Teukkie,
luego continuó firmemente—: No va a sobrevivir sin el vínculo.
—Su vínculo es… —Donghae
hizo una pausa, tratando de encontrar la palabra—, poderoso.
—Conociendo a Hee,
probablemente le dijo que no iba a unirse con él si no se acordaba de él.
—Teukkie miró a Donghae—.
Si él se lo dijo, eso explicaría su comportamiento rabioso, y por
supuesto, nuestro
pequeño manso Hee se quedó sentado aquí en silencio diciendo: “Sí,
querido”… Por
supuesto que no —terminó Teukkie bruscamente.
19 Días Después de
la Maldición.
Pasaron los días y
Hee todavía permanecía inconsciente. Siwon permanecía atado por la magia
de la Fae, y Teukkie
y Donghae rara vez dejaban el lado de Hee.
Cinco días después
de la pelea de Hee y Siwon, Hee se despertó. Lo primero que vio fue los ojos
de Teukkie,
seguido rápidamente por los de Donghae.
—Hola, chiquito
—susurró Teukkie. Hee puso los ojos en blanco, y por desgracia, incluso eso
dolía.
—No me hables como
si fuera un niñito, Pato. Y, Donghae, quita esa maldita sonrisa tonta de
tu cara.
Oyó a Donghae reír
desde alguna parte detrás de la cabeza que le bloqueaba la vista.
—Te preguntaría
cómo te sientes, pero debes estar mejor que antes si tienes energía para
ser mandon. —Teukkie
sonrió y le guiñó un ojo.
—Es la única cosa
en la vida que me da placer, pero no le des demasiada cuerda. —Hee giró
ligeramente la
cabeza para mirar alrededor de la habitación, tratando de no llamar la
atención… sí, eso
no funcionó.
—Él no está aquí.
—Hee sintió caer su corazón al oír las palabras de Teukkie. El debió haber
notado la angustia
en la cara de Hee porque se apresuró a añadir—: Quiero decir, él está aquí,
sólo que no en
esta habitación.
—¿Por qué me
importa dónde demonios esté después de las cosas horribles que me dijo?
—Oye, Hee, ¿cómo
te está yendo con ese compromiso de parar de maldecir? —preguntó
Donghae
sarcásticamente.
—Me estoy
muriendo, Donghae. Realmente no me importa un comino las malas palabras que
puedan salir de mi
boca. De hecho, sé lo que quiero que ustedes dos mocosos pongan en
mi lápida. “Kim Heechul, 1993 – 10… —hizo una pausa—. ¿Ya es 2011?
Teukkie asintió.
—Sí, el Año Nuevo
vino y se fue. Resulta que no se detiene por las maldiciones de hombres
lobo y compañeros
moribundos.
—Huh —murmuró Hee—.
Imagínate eso. De todos modos, 1993 – 2011. “Esto es para todos
ustedes, hombres
lobo. Vamos, levanten sus copas. Todos ustedes, bolas de pelos infestados
de pulgas, pueden
besarme el trasero.” Luego pongan tres puntos seguidos por: “Pon eso en
tu pipa y
fúmatelo”.
Teukkie y Donghae
estaban tratando de no reírse considerando que su amigo estaba, de
hecho, muriendo.
Pero, en serio, sólo Hee pediría algo así en su lápida… y de
verdad.
—Hee, me niego a
poner eso en tu lápida. —Teukkie negó con la cabeza ante su precoz amigo—.
Y me niego a hablar de esto, porque no te vas
a morir.
—Bueno, no voy a
hacer los Ritos de Sangre con ese idiota.
—Siwon todavía
está allí dentro, Hee. Él todavía te ama y te quiere.
—Oh, él me quiere,
lo dejó bien claro, pero el idiota insufrible también me dijo que quizás
nunca me amará de
nuevo, pero que simplemente tendríamos que sacar lo mejor de eso.
Teukkie se giró
hacia Donghae.
—Ves, te lo dije.
Macho dominante. ¡Poof! Palabras estúpidas.
—Sé que él te hizo
daño. Y tienes todo el derecho a querer castrarlo. Pero en el fondo, Hee,
tú lo amas. Él es
tuyo tanto como tú eres suyo. Por favor, piensa en ello. Te queremos, no
queremos perderte
—declaró Donghae.
Teukkie y Donghae
enjugaron las lágrimas al ver a Hee cerrar los ojos con frustración evidente.
—Puedo estar a
solas, ¿por favor?
Los chicos sabían
que Hee realmente debía estar lastimado si quería estar solo. Hee odiaba estar
solo.
—Vamos a estar
justo fuera de la puerta. Te queremos, Hee.
Hee asintió.
—Lo sé. Los quiero
también.
Mientras Hee yacía
allí mirando hacia el techo, sintió una lágrima deslizarse por su mejilla
mientras escuchaba
el aullido doloroso de un lobo, su lobo. Quería odiarlo. El quería nunca
volver a verlo.
Sin embargo, la verdad era que se estaba muriendo sin él, y no sólo porque no
había tenido su
sangre, sino porque le estaba destrozando por dentro no tenerlo cerca. Lo
único que le
impedía gritar por él era su orgullo. Está bien, eso sería un motivo realmente
estúpido para
morir. Podía imaginar lo que Teukkie y Donghae pondrían en su lápida:
“Aquí yace nuestro
terco amigo. Aunque él lo amaba y realmente lo intentó, encontró el final
demasiado pronto a
causa de su orgullo absurdo.”
Sí, así es como
sería. Y aun así, yacía allí con sus labios apretados y dolor en su corazón.
Las
lágrimas le
acariciaban las mejillas donde manos amorosas una vez habían hecho lo mismo.
—No quiere comer, Junjin.
—La voz de su compañero estaba llena de preocupación.
—Está penando por él.
Creo que si él muere, morirá también, independientemente de los
Ritos de Sangre. —Junjin
no estaba tratando de ser irrespetuoso con la situación de Hee, él solo
estaba diciendo la verdad.
—Tienes que hablar
con él. Necesitas arreglar esto.
—Amor, soy Alfa,
no Dios.
—Oh, ¿ahora
quieres actuar como si no puedes hacerlo todo? Ahora no es el momento de
retroceder. Hee,
al igual que Donghae y Teukkie, es como un hijo para mí. No voy a perderlo.
Ve a solucionar
esto, Junjin. Ahora.
Junjin miró a los
ojos de Hyesung y vio la determinación allí. También sabía que si él no hacía
caso de sus
palabras tendría que pagar por ello.
—Está bien, Amor.
Voy a hablar con él.
Hyesung soltó el
aliento que había estado conteniendo, besó a su compañero suavemente, y
luego lo empujó en
dirección a la puerta.
Junjin encontró a Siwon
en un pequeño cobertizo detrás de la casa donde la Fae estaba dejando
que se quedaran. Dam
había usado su magia para hacer el cobertizo cálido en el interior cuando
Siwon había sido
colocado allí, todavía bajo el hechizo encadenante.
—¿Qué estás
haciendo? —preguntó Junjin con firmeza.
Siwon miró a su
Alfa con confusión.
—¿Qué quieres decir?
Estoy aquí, sentado sin poder moverme, y siento que me estoy muriendo.
¿Qué se supone que
debo hacer?
—Necesitas hacer
frente a esto, Siwon.
—Te dije lo que le
dije. El nunca me perdonará. —Siwon negó con la cabeza, mirando el suelo—.
Yo no merezco su
perdón.
—¿Sabes cuántas
veces le he hecho daño a Hyesung? ¿Cuántas veces mi naturaleza dominante
ha permitido a
palabras estúpidas volar con ira?
—Tú y Hyesung se
conocen, se aman. Eso es diferente.
—Tú amas a Hee. El
te ama. Hay solo una diferencia…
—Es algo difícil.
No me acuerdo de él —interrumpió Siwon.
—Estás languideciendo
por tu compañero. No sólo tu lobo, sino tú. No comes, te estás rindiendo.
Y ni siquiera
están vínculados aún. Si eso no es amor, entonces, ¿qué diablos es? —Junjin se
agachó delante de
su Beta y lo miró a los ojos—. Voy a desatarte. Irás con él esta noche. Vas a
arreglar esto. El
te necesita, y más que eso, tú la necesitas.
Siwon asintió.
Inmediatamente sintió lazos invisibles desaparecer, podía moverse de nuevo.
—El me dijo que no
quería volver a verme.
—Siwon, ni tú ni Hee
hacen nunca lo que el otro le dice. Parecía estar funcionando para los dos,
¿por qué cambiar
ahora? —Junjin le guiñó a Siwon, que parecía muy confundido ante las
palabras de su
Alfa.
Antes de que Junjin
se alejara, le dio una orden más.
—Come algo. El va
a necesitar tu sangre.
Siwon se
estremeció ante el conocimiento de que no se había hecho cargo de su compañero.
Él lo había dejado
lastimado, dolorido, y necesitándolo. Vaya, qué buen compañero era.
Resopló un sonido
de disgusto consigo mismo, entonces se dirigió al interior, la ansiedad
llenándolo
mientras se preguntaba qué diría su compañero.
Siwon empujó la
puerta suavemente y entró en su habitación. Heechul estaba dormido, su
respiración
regular y tranquila. Caminó lentamente y en silencio al lado de la cama y se
arrodilló mientras miraba a su
hermoso rostro. Su cabello rubio se desplegaba sobre la almohada y Siwon no
pudo resistirse a tomar
algunos mechones y llevarlos a su nariz. Respiró profundamente, presionando las suaves hebras
en su cara. Mientras que inhalaba su preciosa esencia, canela y vainilla, se
dio cuenta de algo.
Recordó ese aroma.
Un dolor agudo de
repente atravesó su mente y sintió como si su cerebro estuviera tratando de
reventar a través
de su cráneo. Las imágenes comenzaron a volar por su mente, casi como
fragmentos de una
película. Vio a Heechul a un lado de la carretera, con el cuerpo muy quemado;
una cama de
hospital, sus ojos se estrechaban con ira; rodando un poste de intravenosa por
un
pasillo del
hospital con Donghae persiguiéndolo; tambaleándose desnudo fuera de un cuarto
de
baño lleno de
vapor.
De vez en cuando
oía las conversaciones junto con las imágenes. Vio a Heechul en un avión
fulminándolo con
la mirada. Luego, en un bar, hermoso, con su cabello volando mientras
bailaba; en un
gimnasio haciendo ese baile sexy con Zhoumi y Seoyoon; en un jardín, están de
pie en una
glorieta, él le dice que lo quiere mientras se sientan en un columpio, entonces
ellos
están de pie y él
tiene sus manos en sus caderas, sosteniéndolo frente a él.
Vio su primer
beso, recordó haber estado enojado, Heechul había sido tocado íntimamente por
otro, entonces él
lo marcó. Heechul lo atrajo y lo besó con fiereza. Sintió las emociones de ese
momento acometer
sobre él, la lujuria, el amor, la alegría absoluta de tenerlo en sus brazos.
Continuó
arrodillándose en el suelo al lado de su cama, agarrando un costado en busca de
apoyo
a medida que más y
más recuerdos inundaban su mente. Los
recuerdos eran solo la mitad de
todo: las
emociones estaban sacudiendo su cuerpo. Su respiración era dificultosa y su
corazón se
sentía como si
fuera a pararse en cualquier momento.
No supo cuánto
tiempo estuvo arrodillado allí con los ojos cerrados. Pero finalmente había
terminado y él
estaba en el presente, en una casa más allá del velo, su compañero débil,
moribundo,
herido por sus
palabras sin compasión. La maldición se rompió.
Siwon miró el
rostro de Hee. Sus ojos aún estaban cerrados. Incapaz de detenerse, se inclinó
hacia
delante y
suavemente presionó sus labios en los de él. Lo besó en la frente, las
mejillas, la barbilla.
Sólo quería
abrazarlo, para estar cerca de él.
Su respiración se
detuvo cuando sus ojos se abrieron…
Hee lo vio en el
minuto en que lo miró. El reconocimiento.
—Te acuerdas
—susurró en voz baja, con miedo a la esperanza. Siwon asintió.
—Cada. Precioso.
Segundo. —Su voz estaba llena de emoción a medida que sus ojos
empezaban a
brillar.
Hee intentó con
tanto ahínco no hacerlo, pero fue inútil. Comenzó con su cuerpo empezando a
temblar, no podía
controlarlo. Sus manos temblaban mientras las levantaba para cubrir su
rostro y sus
labios temblaban mientras un sollozo escapaba, y el dolor, la alegría, el
miedo, la ira
y el amor más
fuerte que cualquier cosa que hubiera conocido latió en su cuerpo ya roto. Las
lágrimas que
llenaban sus ojos y fluían por sus mejillas empaparon su camisa y las mantas.
Sintió los brazos
de Siwon a su alrededor mientras él le levantaba y lo ponía en su regazo,
tomando su lugar
en la cama. Él susurró su nombre una y otra vez. Profesó su amor, habló en una
mezcla de Inglés y
Coreano, y cada palabra la hizo llorar con más fuerza. Esta vez, cuando él le
apartó el cabello
de la cara, lo hizo con familiaridad.
Lo abrazó y lo
tocó como él lo conocía. Ese pensamiento pareció empujarlo sobre otra cornisa
que
no vio venir. Hee
no pensó en el dolor mientras se apretaba más contra Siwon. Si pudiera haber
trepado en su piel
lo habría hecho. Hundió la cara en su cuello, sabiendo que lo estaba empapando
de lágrimas, pero
necesitando olerlo y sentir su piel, necesitando su calor filtrándose en su
cuerpo.
Hee no tiene ni
idea de cuánto tiempo lloró. Sólo sabía que Siwon nunca dejó de frotar su
espalda
o su cabello. Él nunca
dejó de hablar, tranquilizándola. Le habló de la primera vez que lo vio, su
primer beso, el
momento en que supo que lo amaba. Era como si estuviera tratando de
convencerlo de que
él recordaba. No tenía por qué hacerlo, él podía sentirlo.
Finalmente se
apartó lo suficiente para así poder ver su rostro. Él alzó la mano y secó las
lágrimas
de sus mejillas
cuando finalmente habían dejado de surgir. Él sonrió tentativamente. Hee pensó
que probablemente
estaba asustado de que ella lo echaría de nuevo, pero no creía que pudiera
soportar estar
lejos de él por más tiempo.
—Te amo —le
susurró.
—Te he extrañado
—susurró Hee de vuelta.
Siwon presionó su
frente contra la de él mientras escuchaba a ambos respirar. Hee cerró los
ojos,
disfrutando de la
cercanía y, cuando sintió sus labios contra los suyo, le echó los brazos al
cuello y
lo atrajo con más
fuerza. Estaba muy débil, pero nada podría impedirle tener este beso.
Siwon se apartó,
sabiendo que tenía que ser amable con su compañera. Aunque la maldición se
rompió, el vínculo
aún no se había restaurado. No podía sentirlo en su mente ni podía mirar en la
de él. Todavía
estaba muriendo. Pasó el pulgar suavemente por sus labios mientras lo miraba.
Era hermoso, era
suyo.
—Princesa,
necesitas más de mi sangre.
Hee asintió.
—Lo sé.
—El vínculo no
será restaurado hasta que completemos los Ritos de Sangre. —Siwon dijo estas
palabras con mucho
cuidado. La última vez que habían hablado acerca de los Ritos de Sangre había
actuado como un
idiota y estaba preocupado de que sacar el tema podría enfadarla otra vez. No
quería que Heechul
se enojara con él. Tal vez no lo dejaría abrazarlo si estaba enojado y en este
momento no había
manera de que pudiera dejarlo ir.
Para su alivio,
sonrió, pero sus palabras le hicieron fruncir el ceño.
—No vamos a hablar
acerca de los Ritos de Sangre en este momento, ¿de acuerdo?
La frente de Siwon
se surcó, pero, decidiendo que Heechul no necesitaba gastar más energía, lo
dejó
pasar… por ahora.
—¿Vas a morder tu
muñeca por mí otra vez? —le preguntó en voz baja, y él se dio cuenta que ahora
que estaba
consciente de lo que iba a suceder le resultaba realmente vergonzoso.
—No —respondió
simplemente y los ojos de Hee se ensancharon mientras Siwon se apartaba la
camisa de su
cuello y hombro. Heechul vio una de sus garras alargarse y observó fascinado
mientras él hacía
un corte profundo a través de la zona en la que se reunía el hombro y el
cuello.
—Así es como una pareja
toma de su compañero. —Siwon guío suavemente el rostro de Hee a su
cuello y él pudo
notar que estaba conteniendo el aliento, esperando que pusiera su boca sobre su
cuello.
Teukkie no estaba
mintiendo cuando dijo que esta cosa de tomar sangre era íntima, pensó mientras
bajaba su boca a
su piel. Estaba completamente vestido, sin tocarse en cualquier forma íntima,
sin
embargo, se sentía
desnudo y vulnerable. Escuchó un ronroneo y lo sintió en el pecho de Siwon
mientras sus
labios cubrían la herida y empezaba a tragarse su sangre curativa. Cerró los
ojos
mientras el
líquido que esperaba que sea metálico, pero en realidad era dulce, bajó por su
garganta.
Ahhhhh
ResponderEliminar-corre en círculos como loca(?)-
Ahhhh
Jodida cosa tan perfecta!!!!
No me lo puedo creer!!!
El Sichul es perfección!!!
Me encanta!!!
Pero cómo Siwonshis recordo todo????
No tiene sentido!
Bueno, nada con Hee lo tiene!
Jajajajajajaja
Lo ame <3
Lo leí lagrimeando toda la parte de Siwon recuperando sus recuerdos. Nada pudo hacerme más feliz que saber que se reencontraron
ResponderEliminarYa que el insomnio hace de las suyas...yo hago de las mias.
ResponderEliminarDios,que bueno que leí los 3 caps juntos porque sino,la desesperación me iba a acabar los nervios...y que bueno que en un solo cap se arreglaron estos dos.
Voy a culpar a los dos,o no voy a culpar a ninguno...pero si me dieron ganas de darle un par de golpes a los dos.
No es como si Siwon hubiera querido olvidar a Hee...y no es como si Hee pudiera controlarse,ya sabian su respuesta antes de decirle lo de los ritos...pero bueno.
Quien me tiene enojada es Wook y la bruja y obvio el cobarde del "lider" de la manada china...pero ya lidiaré con ellos luego,ahorita lo que importa es que la maldició ha sido rota,y como era de esperarse...fue el amor que Siwon le profesa a Hee...sin olvidar el amor de Hee hacia Siwon....
En tu cara jodido "lider" y bruja tonta.
Aaaahhhhh Hee bebió de él...directamente y sin escala desde el cuello de su compañero...así debe de ser....*0*