–¿Y qué aspecto tiene? No, déjame
adivinar. ¿Rubio? ¿Grandes ojos? ¿Cuerpo exuberante y sensual?
–Algo así –farfulló Hae. Tomó aliento
para continuar–. Y trabajó en un club nocturno. Se conocieron allí.
–¿En un club nocturno? ¿Haciendo qué?
¿Recepcionista? ¿Contable?
–No –respondió Hae, y parpadeó–. El…
servía las mesas, por decirlo de alguna manera.
–¿Decirlo de alguna manera?
–Bueno, la verdad es que hacía
striptease. Más o menos. Nada demasiado fuerte, por supuesto.
–Nada más lejos de mí pensarlo
–replicó él con ironía.
Entonces, Hyukjae comenzó a hacerse
una imagen mental de lo sucedido. ¿Cuáles habían sido los motivos de ese joven?
¿Cuánto tiempo había tardado en olvidar supuestamente la píldora anticonceptiva
y en quedarse embarazado?
–Sé lo que estás pensando, Hyukjae, y
te equivocas. Están muy enamorados y Sungmin es una de las personas más dulces
que existen. ¡Crecí con él y no tiene nada de ruin ni de avaricioso!
–Pero ahora tiene un bebé. ¿No sería él
quien le metía prisa a Kyuhyun para poner las manos sobre su herencia?
–No, lo de la herencia fue idea de tu
hermano. Llevaba tiempo pensando en tener un negocio propio…
–Y trabajar en el negocio de la
familia no estaba dentro de sus planes, claro…
–Ya sabes lo que piensa Kyu del
trabajo de oficina. No está hecho para estar sentado detrás de un escritorio
ante un ordenador ni para ir a reuniones… –dijo Hae–. De todos modos, él
pensaba contártelo todo…
–Claro. En cuanto le diera luz verde
para controlar su herencia. ¿Tienes idea de cuánto dinero va a caer en sus
manos?
–¿Mucho?
–Y, por asociación, ¿cuánto caerá en
manos de ese amigo tuyo?
–Se llama Sungmin.
–¿Pretende Kyuhyun casarse con él?
–¡Por supuesto que sí!
–¡Maldición! ¡Debió haber hablado
conmigo antes de enredarse en una situación así!
–¡No está enredado en nada! –le espetó
Hae, indignado–. Se ha metido en esta relación sabiendo lo que hacía y es
feliz. ¿No significa nada eso para ti? supongo que se te ha olvidado cómo era
estar enamorado de pies a cabeza y deseando construir una vida en común.
–Junsu fue aceptado por mi familia
–dijo Hyukjae–. Sabíamos que no se había arrimado a mí por mi dinero.
–Pues tuviste mucha suerte de
encontrar la pareja perfecta para ti. ¿Creías que ibas a poder decirle a Kyu
con quién casarse? ¿O de qué familia debía provenir su prometido? ¿De qué color
tenía que ser su pelo?
–No seas ridículo.
–¡No soy ridículo! Eso es exactamente
lo que él temía.
–¿Que me preocupara por su bienestar?
–¡Que no le dieras una oportunidad!
¡Ya no es un niño, Hyukjae! Y te gustó su idea del club de jazz. Kyu me lo
dijo. Ha puesto mucho esfuerzo en ello. ¿Crees que un niño podría montar algo
así? El club será todo un éxito porque él ha puesto su corazón en ello y tiene
buenos contactos.
–¿Adónde quieres llegar?
–Dale el beneficio de la duda –repuso Hae
que, además de hacer de abanderado de su mejor amigo y de Kyu, tenía que lidiar
con sus propios nervios por tener a Hyukjae delante– ¿Lo has tratado alguna vez
como a un adulto, Hyukjae? ¿Como a alguien capaz de tomar sus propias
decisiones?
–Estoy empezando a comprender por qué
te ha enviado a hacer el trabajo sucio. Atacas como un pitbull.
–¡Eso es horrible! –exclamó Hae, y
apartó la mirada, con los ojos llenos de lágrimas.
Hae se secó los ojos con la manga del
suéter y se quedó mirando hacia abajo. Hyukjae le tendió un pañuelo inmaculado,
pero se negó a tomarlo. Él le levantó el rostro suavemente y le enjugó las
lágrimas con cuidado.
–Perdón por mi comentario –se disculpó
él–. No venía a cuento.
Donghae no era el tipo de joven que
llorara fácilmente y Hyukjae lo sabía. De pronto, al tocar su rostro, deseó
acariciarlo. Deseó besarlo y sentir la dulzura de su lengua. Quiso introducirle
la mano debajo del suéter y sentir la calidez de su pecho, acariciarle
aquellos pezones hasta ponerlos erectos.
Y tuvo que hacer un esfuerzo hercúleo para dejar de lado aquellos pensamientos.
–Puedes quedarte el pañuelo.
Hae intentó recomponerse para pensar
con claridad, a pesar de que seguía sintiendo el contacto de los dedos de él
sobre el rostro, como una cálida caricia.
–De acuerdo –dijo Hyukjae, y se
recostó en su silla, tomando el control de sí mismo–. Admito que la idea del
club de jazz podría funcionar y estoy dispuesto a reconocer que ha hecho bien
en intentar centrarse, pero sigo teniendo serias dudas acerca de ese joven…
–Dejarás de tenerlas cuando lo
conozcas –se apresuró a decir Hae, decidido a seguir insistiendo–. Lo que
espero que sea pronto –afirmó y, al pensar en lo que había pasado su amigo,
sintió de nuevo deseos de llorar. Para distraer sus pensamientos, se sonó la
nariz y se puso en pie–. Creo que debemos regresar al hospital para ver cómo
están. Kyu no ha llamado, por eso espero que todo vaya bien.
El tráfico hasta el hospital estaba
atascado y el aparcamiento, lleno. Tardaron una hora más en conseguir ver a Kyu.
Cuando miró a Kyu a la cara, Hae supo
de inmediato que Sungmin estaba mejor. También supo que Kyu no tenía demasiadas
ganas de hablar con Hyukjae. Pero él había hecho su parte, allanándole el
camino. Así que, después de darle un abrazo a Sungmin y de pasar a ver al
pequeño bebé, se dirigió a su cabaña.
Hyukjae era demasiado ordenado, lo
tenía todo demasiado controlado y esperaba que todo el mundo hiciera lo mismo,
pensó Hae.
Era un hombre intransigente y
autoritario. Su corazón era un témpano de hielo. Entonces, ¿por qué sentía
tanta sintonía con él cuando estaba a su lado? ¿Estaría enamorado?
De pronto, Hae cayó en la cuenta de
que así era. No podía dejar de pensar en él.
Hyukjae representaba el último hombre
por el que debería sentirse atraído, pero ¿acaso el amor era predecible y
lógico como un juego de ajedrez?
Tras haberlo visto esa tarde, Hae
sintió que su mundo se había puesto patas arriba. De vuelta en su casa, se dijo
que le costaría mucho volver a recuperar el equilibrio. a pesar de que le había
sacado de quicio muchas veces, algo dentro seguía derritiéndose al estar en su
compañía.
Y cuando lo había tocado…
Hae se recordó a sí mismo que la razón
por la que le había tocado, de forma accidental, había sido porque le había
hecho llorar. Había estado demasiado sensible, por todo lo que había pasado. Y
aquel insulto había sido la gota que había colmado el vaso. ¡Le había llamado
pitbull!
Mientras se estaba haciendo algo de
comer, alguien llamó a la puerta.
Pensó que debía de ser Kyu.
Dejó el sándwich a un lado y corrió a
la puerta.
Al ver a Hyukjae allí parado, Hae
parpadeó confuso. Durante unos segundos, se preguntó si estaría viendo
visiones.
–Pensé que te gustaría saber lo que ha
pasado en el hospital.
–Claro.
–Entonces, ¿por qué no me invitas a
pasar?
–¿Cómo has venido hasta aquí?
–Le pedí el coche a Kyuhyun. Él va a
dormir allí.
Hae sintió que su corazón se aceleraba
y pensó en decirle que lo había sorprendido en un mal momento, que estaba a
punto de salir. ¿Pero adónde? ¿Y así vestido? ¿Y no le haría ver eso a Hyukjae
lo mucho que lo afectaba? sería mejor tratarlo como trataría a cualquier
persona, se dijo.
–¿Cómo está Sungmin? ¿Y el bebé? ¿Han
mejorado? ¿Quieres algo de beber? ¿Té? ¿Café? –ofreció, mientras caminaba a la
cocina, seguida por él.
–Sungmin está mejorando deprisa. El
bebé está tan bien como podría esperarse. Está mejor. Parece ser que tiene un
peso muy saludable para ser tan… prematuro. Un café, por favor.
–¿Y cómo estaba Kyu? –preguntó Hae,
dándole la espalda.
–¿Cómo estaba respecto a qué? ¿A su
novio? ¿A su hijo? ¿O a su mentira?
Hae se puso tenso y no se giró para
encararlo. Continuó preparando café y se dio la vuelta despacio para tenderle
su taza.
–Pensé que, tal vez, habías venido a
contarme que habías cambiado de opinión, que habías escuchado algo de lo que
habíamos hablado. Si hubiera sabido que habías venido a repetirme las cosas que
me dijiste antes…
–Escuché lo que me dijiste –afirmó Hyukjae.
–¿Y?
–Le expresé a mi hermano mi decepción
porque no me hubiera hablado de… esa parte de su vida personal… –empezó a decir
él, e hizo un gesto para detenerlo antes de que él hablara–. No te preocupes.
No soy tan malo como crees. Me doy cuenta de que mi hermano está pasando por un
momento difícil. Me… controlé mucho.
Hae se dio cuenta de que él tenía
aspecto de estar exhausto.
–Por supuesto, tuve que mencionarle
que me lo pensaría dos veces antes de poner toda su herencia en sus manos…
–Vaya, genial. En otras palabras, le
hiciste saber que no confías en la persona que él ama y con la que quiere
casarse.
–En otras palabras, quiero que sepa que
estoy dispuesto a invertir dinero en ese negocio suyo. Liberaré una parte de la
herencia y…
–¿Y Sungmin? ¿Lo conociste al menos?
–Pensé que era mejor dejar que se
recuperara.
–¿Y vas a volver a Seul ahora? ¿O te
vas a quedar unos días para darle apoyo moral a Kyu?
Hyukjae titubeó. Lo cierto era que
había sentido una compasión inesperada por su hermano y que, además, le había
prestado a las palabras de Donghae más atención de lo que él creía. Hacía un
mes, habría lidiado con la misma situación de forma diferente. Se habría fijado
sólo en los hechos: un corista rubio se había quedado embarazado; su hermano
quería una gran suma de dinero que seguramente terminaría en manos de un joven que
se había aprovechado de él. Y, como resultado, le habría negado el acceso a su
herencia.
Pero algo parecía haber cambiado.
¿Cuándo había empezado Kyuhyun a
temerlo?, se había preguntado Hyukjae. ¿Cómo habían llegado al punto en que
podía mantenerse en secreto algo tan importante como un hijo?
Al escuchar las críticas de Donghae,
se había dado cuenta de algunas cosas.
Sí, había sido demasiado exigente con Kyuhyun.
De hecho, por primera vez en muchos años, se habían abrazado al despedirse, en
el hospital. Antes de irse de allí, él había ido a ver al bebé y se había
quedado largo rato mirándolo en su incubadora, impresionado porque algo tan
pequeño pudiera estar tan bien formado.
Por supuesto, se reservaría su juicio
sobre el appa hasta que lo conociera pero, después de hablar con Donghae y ver
a su hermano, estaba dispuesto a concederle a Sungmin el beneficio de la duda.
Sin embargo, una rabia subyacente
corría por sus venas ante el pensamiento de que Donghae lo había engañado.
Lo único que podía pensar era que él
había dormido entre sus brazos, habían hecho el amor y, aun así, le había
ocultado algo tan importante. Donghae lo llamaría lealtad hacia su hermano,
pensó. Él lo llamaba traición deliberada.
Y, encima, se sentía furioso porque Donghae
lo había rechazado, había menospreciado el sexo que habían compartido como si
hubiera sido un error, algo pasajero que debiera ser erradicado, fingiendo que
nada hubiera pasado.
–Puede que me quede por aquí… Después
de todo, tendré que hacer mi propio juicio de valor sobre esta persona.
–Te dije…
–Sé lo que me dijiste, pero resulta
que me cuesta mucho creer las cosas que dices.
–¡Eso no es justo!
–¿No? No tienes ni un ápice de
honestidad, ¿no es así, Donghae?
–Te he explicado ya por qué hice… lo
que hice.
Hyukjae sabía que su conversación no
iba a llegar a ninguna parte. También sabía que estaba siendo injusto con él. Y
no entendía por qué no podía dejar a un lado aquel asunto. No debía haber ido a
verlo. No iba a conseguir nada discutiendo con él… De todos modos, le había
pedido el coche a su hermano y, sin hacer caso de su lado racional, había
conducido hasta allá.
–Mira las cosas desde mi punto de
vista –sugirió él con tono helador–. Ese joven y tú sois amigos desde la infancia.
Hyukjae se puso en pie, sabiendo que
estaba dejándose llevar y que debería callarse. Pero, al mirar a Donghae, se enfureció
porque seguía deseándolo después de todo lo que había pasado. Nunca se había
sentido tan vulnerable y no le gustaba sentirse así. No lo entendía y no lo
necesitaba. Aquel joven le había hechizado y quería hacer lo que fuera para
sacarlo de su vida.
Empezó a caminar hacia la puerta.
Sabía que lo seguiría y así fue.
–¿Me estás diciendo que debo fiarme de
tu palabra cuando me dices que ese joven es inocente y puro como la blanca
nieve y que no es un interesado? –preguntó Hyukjae, y se giró para mirarlo.
Donghae lo miraba con una expresión
llena de fiereza, como si estuviera dispuesto a lanzarle el objeto más pesado
que encontrara a mano.
–El hecho es que conoció a mi hermano
en el club nocturno donde trabaja quitándose la ropa…
–¡No se quita la ropa! Al menos, no
toda…
–Eso da igual. Has comprendido lo
esencial.
–Creo que deberías irte.
–Y lo haré. Cuando termine de decirte
lo que tengo que decir.
–Debería haber adivinado que no ibas a venir
aquí sólo a darme las gracias –dijo Hae con amargura–. Debería haber sabido que
no ibas a conformarte con simpatizar con Kyu y alegrarte por él.
–No me malinterpretes. Estaría
encantado si pensara que Kyuhyun fuera a embarcarse en una vida de alegría y
satisfacción con alguien que lo amara por ser quien es y no por el dinero que
tiene. Y créeme cuando te digo que pienso ser del todo imparcial cuando tenga
que valorar la situación…
–Tan imparcial como cualquier dictador
podría serlo… –murmuró Hae.
–Pero no puedo evitar pensar que aquí
ha habido una conspiración…
–¿Una conspiración? ¿De qué diablos
estás hablando?
–¿Cómo sé que ustedes dos no se
compincharon para pescar a Kyuhyun? Conocían su apellido y, aunque no supieran
de qué familia venía, no habría sido difícil adivinar que tenía dinero. Mi
hermano es un libro abierto. Además, con sólo dedicarle unos minutos a buscar
en Internet, podrían haberlo sabido todo sobre los Lee y su dinero…
–¡No puedo creer que estés diciéndome
estas cosas, Hyukjae! –exclamó Hae, y se dijo que, sin duda, el hombre que
tenía delante era implacable, que tenía el corazón de piedra.
–¿Por qué? –preguntó él–. ¿Por qué no
puedes creerlo?
–¡Porque deberías de saber que no soy
esa clase de persona! Ya habíamos hablado de ello.
–Ya lo sé. Pero piensa un momento. ¿Te
conozco yo de veras?
Hae se quedó cortado por ese
comentario. ¿Lo diría él en serio? Había creído que, después de todo lo que
habían compartido, él supiera que no era capaz de hacer esas cosas. Se puso
rígido y su cuerpo adoptó una postura defensiva. ¡De ninguna manera iba a
seguir justificándose ni iba a darle explicaciones!
Sin embargo, al pensar que él se iría
con aquella mala impresión suya, Hae sintió ganas de llorar.
–Si realmente piensas eso de mí, Hyukjae,
¿qué puedo decir?
–Es verdad. ¿Qué puedes decir?
–Le das demasiada importancia al
dinero, Hyukjae. No puedes entender que, al final, no significa tanto. Sí,
puedes tener el helicóptero de tu empresa y un coche caro, pero esas cosas no
tienen ningún valor.
–¿Sigues haciéndote el altruista?
Puede que te hubiera creído en una ocasión, Donghae, pero después de lo que ha
pasado, tendrás que excusarme si me muestro un poco escéptico.
–¿Por qué? ¿Por qué iba a tener que
excusarte? Piensas mal de mí. Crees que sería capaz de hacer cualquier cosa por
un poco de dinero.
–Todo el mundo tiene su precio.
–Eso es horrible.
–¿Lo es? Pues yo pensaba que sólo es
ser realista –repuso él, lo miró y sonrió con amargura–. Es una pena.
–¿El qué?
–Es una pena que no estés de acuerdo
conmigo, porque si admitieras que todo el mundo tiene un precio, descubrirías
que soy un amante muy generoso… y nosotros hacemos buena pareja, ¿no, Donghae?
Hyukjae le tocó la cara.
Hae se quedó helado. Durante un momento,
sintió la calidez de su contacto y se dijo que le había entregado el alma al
diablo. Quiso seguir disfrutando de su caricia, llevarlo a su cama.
Sin embargo, se apartó de golpe y posó
la mano en el picaporte de la puerta. Cuando Hyukjae se hizo a un lado, abrió,
temblando.
–¿Cuánto tiempo piensas quedarte?
–inquirió Hae, tenso.
–¿Por qué? ¿Pretendes tomar medidas
para evitarme?
–¿Te extrañaría?
–Quizá, no –respondió Hyukjae, y se
encogió de hombros.
Él había dicho lo que había querido
decir. Más que eso. Mucho más. Y algunas de sus propias palabras le habían
dejado un amargo sabor de boca.
–Pero… no dejes que lo que piensas de
mí influya en tu decisión sobre la herencia de Kyu. Ni en tu opinión sobre Sungmin
–pidió Hae, mirándolo con ojos limpios y decididos.
–¿Sigues con eso?
–Sigo esperando que haya una parte de
ti que sea un poco humana.
Hyukjae se sonrojó. No le gustaba lo
que Donghae acababa de decir pero, para ser justos, no podía culparlo.
Entonces, salió por la puerta abierta,
directo hacia el coche de su hermano.
Desde su casa, Hae vio cómo el coche
maniobraba a toda velocidad y se alejaba. Cuando cerró la puerta, estaba
exhausto. El día había empezado mal con la llamada de Kyu y, desde entonces, no
había hecho más que empeorar a toda velocidad, sobre todo desde que Hyukjae
había aparecido en escena.
Se sintió hundido. Le dolía la cabeza.
Lo que necesitaba era darse un baño de agua caliente y meterse en la cama.
¿Pero qué haría una vez allí? ¿Mirar al techo en la oscuridad y pensar en Hyukjae?
¿Pensar en lo que él le había dicho? No era posible que él lo hubiera dicho en
serio, ¿o sí? ¿De veras pensaría que había hecho un plan con Sungmin para
apoderarse del dinero de Kyu?
Hyukjae conocería a Sungmin y se daría
cuenta de que se había equivocado. De hecho, Hae sabía que lo que él le había
dicho había sido una reacción ante las bruscas noticias que había recibido.
Hyukjae se había desquitado, pero se
había desquitado con él. Y le dolía que
se hubiera llevado la impresión errónea.
Entonces, pensó en los largos días que
le quedaban por delante, días en los que él no estaría presente.
Hyukjae había sido cruel y frío,
intentó sentir rechazo hacia él, pero no pudo. Lo único que pudo sentir fue la
calidez que se había apoderado de su cuerpo cuando lo había tocado.
Mono del malllllllll.
ResponderEliminarTengo tantas cosas que decir pero temo la censura. Acordate de mis palabras mono maléfico ya vas a caer y te va a costar horrores recuperar a Hae
Ahhh al fin cap!!! estuvo buenisimo 8D me encanta la actitud de Donghae no de deja pisotear y actua con dignidad! Hyuk te vas arrepentir jojo ya quiero ver cuando andes detrás de el y no te pele! muajaja lo espero con ansiasss :D. gracias por la actu y sube pronto unnie <3
ResponderEliminarQue cruel de mi lindo monito cree que todos somos unos avariciosos pero en el mundo donde se mueve asi son esas personas y no posemos hacer nada
ResponderEliminarPobre mi Hae... al final fue el que pago los platos rotos...
ResponderEliminarUm,, pues ahora esperar a ver que es lo que pasa y como pasa las cosas estre estos dos.
Muchas gracias por el cap ^_^
OHHH mono por que eres asi espero que pronto de cuenta de todo!!! esperare el proximo cap!!! gracias cuidate!!
ResponderEliminarAl principio del capítulo pensé que la actitude de HyukJae iba a cambiar y que por fin había entendido las cosas, pero estaba equivocada, aunque ha mejorado algo, sigue con su desconfianza y lo que es peor, desquitó toda su rabia en Hae, fue bastante ofensivo, lo bueno es que Hae siempre es capaz de defenderse. Solo espero que el cabezota de HyukJae entienda las cosas de una vez.
ResponderEliminarAl menos ya aquí Hae se ha dado cuenta de sus sentimientos.
Gracias por el Mp. Arrivederci ^^
Ahhh diablos Hyuk tan mal pensadooo noooo pobre Hae, espero que Min no la cague y de razon a Hyuk, gracias por actualizar y por el MP
ResponderEliminarEstoy como preparandome a leer alguna parte en la que trate mal a Sungmin, es decir, ando a la defensiva, si se mete con Min lo odiare eternamente (en el fic).
ResponderEliminarAishhh es que es tan terco y tosco y bruto y tan mal pensado que no le entra en la cabeza que se les puede llegar a querer por lo que son y no por el dinero, ya me tiene molesta
Eish........no sé de que fue o que tan bien fue la platica de hyuk con kyu,pero de verdad,estos hermanos necesitan una muy buena platica
ResponderEliminarY bueno,este par... cada vez se entierran así mismos,y lo peor,es que estan enterrados en sus mismas ideas....algo tiene que pasar para que se den cuenta de lo que estan haciendo...y estoy casi segura que la idea de hyuk al ir a casa de hae no era esa,y nada salio como lo esperaba,quizas solo que lo dejara entrar,pero para nada la conversación y mucho menos la forma de irse......estan hasta el cuello de ellos mismos
maldito mono feo! estoy completamente de acuerdo con lo que dijo Hae acerca de Hyuk...le da tanta importancia al dinero que no piensa en nada mas..eish enserio me dan ganas de golpearlo por bruto! lastimo a Donghae solo espero que se comporte cuando este frente a Min...porque dudo mucho que Kyu se quede calladito si lo lastima! muchas gracias por el mp!
ResponderEliminarPD:: habra un nuevo EunHaeee!! yeeeeeiii!!
OHHHHH
ResponderEliminarQue bueno estuvo el capitulo.
Aun que Eunhyuk me esta sacando canas verdes con su ridiculo comportamiento machista y codo!!, por que es un codo al no querer soltar la herencia de Kyu y solo por que Min era bailarín, que tiene de malo?
Se me hace que a él lo engañaron cuando era joven y por eso es así con Sungmin
xD
Espero pronto leer el sig cap, gracias