Hacía
frío. Mucho frío, en realidad. Por fortuna tenía su capa y sus polainas de
piel. También había una vieja manta de lana sobre un banco angosto, el único
mueble de la habitación. Pero no ardía ningún fuego y el ventanuco de la puerta
dejaba entrar el frío.
Tampoco le
habían traído comida. De pronto se sintió famélico, aunque hacía pocas horas
había compartido un poco de carne de venado con Siwon. El regresaría. No era
posible que lo dejara aquí hasta que se helara. Se sentó en el banco y se
cubrió las piernas con la manta. Los primeros días de cabalgar sin apuro con Siwon
habían sido fríamente silenciosos. Pero en los dos últimos días su humor mejoró
y Heechul empezó a creer que no le haría nada cuando regresara. Menos creyó que
él sería capaz de encerrarlo en esta celda.
Pasó una
hora y después otra. La bruma azul del cielo desapareció, dejando solamente una
oscuridad negra y deprimente, Heechul se estremeció y sintió las primeras señales
de la fiebre. Un rato después sintió calor y se despojó de la capa y de las
pieles sujetas con correas que le cubrían brazos y piernas.
El no iba
a regresar. Ese doloroso nudo apareció otra vez en su garganta y las lágrimas
le hicieron escocer los ojos. Después de todo lo que habían compartido, después
que le salvó la vida, él no podía ser tan cruel como para encerrarlo aquí.
Empezó a
temblar otra vez y se tendió sobre el duro banco. Dormitó de a ratos y cuando
despertaba, se cubría con la manta y la capa o las arrojaba a un lado.
— Estoy enfermo y él
ni siquiera lo
sabe — razonó, medio dormido—
Debí decírselo. Pero eso no
habría hecho ninguna diferencia. El es una bestia. Nada le importa. — Se
volvió, con los ojo llenos
de lágrimas.— Lo
lamentaréis, Siwon, lo
lamentaréis... lo lamentaréis...
Siwon se
volvió nerviosamente en su cama y golpeó la almohada con un puño. No lograba
conciliar el sueño pese a todos sus intentos. Los demonios de su mente no
cesaban de atormentarlo. Hora tras hora seguía haciéndose reproches.
Por fin no
pudo soportarlo más. Saltó de la cama, se echó la capa sobre los hombros y
salió de la habitación. Llegó a la pequeña celda en segundos y rápidamente abrió
la puerta.
Los goznes
crujieron y él se inclinó para entrar en la húmeda cámara, después se enderezó,
puso la antorcha en un soporte que había en la pared y se acercó a Heechul.
Él dormía
en el suelo, junto al banco, acurrucado como un niño, hecho una pelota, cubierto
con nada, ni siquiera con su capa de terciopelo.
Siwon
apretó los dientes, furioso. ¡El pequeño tonto! Así, sin taparse, podía morir
de frío en este lugar. Sin duda, esa era su intención.
Se
arrodilló junto a él y lo sacudió con rudeza, pero se detuvo cuando sintió el
calor que pasaba a través de la gruesa túnica de terciopelo. Le tocó la cara
con la mano y ahogó una exclamación.
Heechul
ardía de fiebre.
— Santo
Dios, Heechul, ¿qué habéis hecho?
Él abrió
los ojos y lo miró confundido.
— ¿Por qué
mencionáis a mi Dios? Vuestros dioses paganos se pondrán furiosos.
— ¿Importa
qué dios mencione? — preguntó él con irritación— . Son uno solo, creo. Pero a
ellos y a vos les pregunto, ¿por qué tratasteis de mataros?
— No estoy
muerto — dijo en un suave susurro y cerró los ojos para hundirse nuevamente en el
sueño. Siwon se puso pálido.
— ¡Lo
estaréis si no lucháis contra esto, Heechul! ¡Despertad!
Como no se
movió, lo levantó en brazos y llevó a la casa y a su habitación. Allí lo
depositó sobre la cama y cubrió con el abrigado cobertor de armiño. Luego avivó
el fuego y volvió j unto a la cama.
— ¡Heechul,
Heechul!
No
despertó. Lo sacudió de un hombro pero el joven no abrió los ojos. El pánico
empezó a apoderarse de Siwon. El nada sabía de fiebres. Había que llamar a Jooahn,
quien conocía de hierbas y pociones. El había curado a Yunho, cuando era
muchacho, de una fiebre muy intensa.
Siwon
salió de la habitación. Después de despertar a Jackie y decirle que enviara los
jóvenes a la casa, él mismo fue a buscar a Jooahn. Regresaron antes de una hora
y Jooahn se encerró en la habitación con Heechul, prohibiendo la entrada de los
demás.
Siwon
empezó a pasearse incansablemente frente al fuego del hall. Leeteuk entró en
silencio y le trajo comida y bebida , pero él no tocó nada. Jackie, sentado a
la mesa y observando a su joven amo, tenía una expresión de profunda
preocupación.
— Es un
joven fuerte — dijo para animarlo— . En mi vida he visto muchas fiebres. Es
sólo cuestión de refrescarlo cuando tenga calor y calentarlo cuando tenga frío.
Siwon lo
miró sin cambiar de expresión. Como si n o hubiera oído una sola de las
palabras del anciano. Siguió caminando de un lado a otro,
infectado por la falta de sueño. Pasaron las horas y el día volvió a hacerse
noche.
Jooahn
entró en el hall con aspecto demacrado y cansado. Siwon contuvo el aliento
cuando ella lo miró un largo momento sin hablar. Por fin Siwon no pudo resistir
el suspenso.
— ¿La
fiebre ha pasado?
Jooahn
meneó lentamente la cabeza.
— Lo
siento, Siwon. Hice todo lo que pude. — El se le acercó.
— ¿Qué
estáis diciendo? ¿Qué él no ha mejorado?
— Mejoró
por un rato. La fiebre bajó. Tomó mis pociones y bebió un poco de caldo. Pero
después la fiebre volvió y le hizo vomitar todo lo que le di. No puede retener
nada y ahora está mucho peor que antes.
— ¡Tiene
que haber algo que podáis hacer!
— Ofreceré
un sacrificio por él — sugirió Jooahn— Es lo único que queda por hacer. Si los
dioses quedan satisfechos, podrían salvarle la vida.
Siwon se
puso pálido y subió corriendo la escalera hasta su habitación. Jackie, quien
había acompañado a Siwon todo el día, se levantó de la mesa con los ojos llenos
de lágrimas .
— ¿De
veras está tan enfermo? — preguntó. Jooahn lo miró con desdén y dijo, en tono
altanero:
— Lo está.
Y los dioses no lo ayudarán. ¿Por qué van a ayudarlo? Morirá antes de mañana.
Jooahn no
dijo más, salió del hall y regresó a su casa. Una vez afuera, una sonrisa de
satisfacción asomó a sus labios. Ofrecería un sacrificio, sí, pero para
asegurar la muerte del joven, aunque dudaba que la ayuda de los dioses fuera
necesaria. Con las pociones de Jooahn y la puerta del balcón abierta, la muerte
estaba asegurada.
Si Jooahn
se hubiera percatado antes de la amenaza que representaba el joven, se habría
librado de él antes que Siwon lo viera. Estuvo seguro de que Siwon no tomaría al
joven, que lo
dejaría a un lado como hacía con todos. Sin embargo, todo llega para quien sabe esperar... y ella no tendría que esperar mucho tiempo más.
Jackie entró
en la habitación de Siwon y lo encontró de pie junto a la cama con el aire de
un hombre derrotado. Ardía un fuego en el hogar pero la estancia parecía
terriblemente fría.
— Si yo pudiera hacerlo todo de nuevo, todo sería diferente, Heechul— dijo Siwon con voz hueca— . Nunca me perdonaré por lo que he hecho.
Jackie se
le acercó con el rostro demudado por la pre ocupación.
— Él no
puede oíros, muchacho.
— Estaba
hablando cuando entré en la habitación — replicó Siwon — Hablaba de una forma
infantil.
— Sí, sin
duda está reviviendo su pasado. He visto antes este sueño profundo, donde los
demonios quedan sueltos en la mente. Para algunos no es tan malo; para otros
puede ser un infierno en vida, donde la muerte es bienvenida.
— ¡Él no
puede morir!
— ¿De modo
que amáis al joven, Siwon?
— ¿Amarlo?
¡Amar es para los
tontos! — repuso
él con vehemencia— . Yo nunca volveré a amar.
—
Entonces, ¿qué importa si el joven muere, si para vos es solamente un esclavo
más? — dijo Jackie con sensatez.
—
¡Importa! — repuso Siwon con energía, y en seguida toda su cólera se apagó—
.Además, es demasiado empecinado para morir.
— Ruego
que tengáis razón, muchacho — dijo Jackie— . En cuanto a mí, no creo en la
opinión de Jooahn. Siempre hay una posibilidad, con la ayuda de Dios.
Heechul
estaba sentado en el regazo de su padre y sostenía en su manita su nueva espada
llena de gemas.
— ¿Os di
las gracias, padre? ¡Oh, gracias otra vez! Mi propia espada, hecha
especialmente para mí. ¡No hubiera podido ocurrírseme un presente mejor!
La nieve
empezó a caer. Un espeso manto cubría la tierra. Heechul surcaba la superficie
del lago helado, patinando. Agitó una mano a Jaejoong, quien estaba de pie
junto a un árbol, envuelto en una capa gris y con su pelo rojizo como una llama
contra el blanco fondo de nieve.
— Qué
vergüenza, Heechul. Un joven de vuestra edad comportándose como una criatura.
El hielo se romperá y caeréis al agua. ¿Qué haréis entonces?
El hielo
crujió con un ruido ensordecedor y Heechul cayó en el agua negra y helada tal
como había anunciado Jaejoong. Empezó a temblar en forma descontrolada. Las
manos se le adormecieron por el frío y no pudo arrastrarse hasta el hielo
sólido.
—
Ayudadme, Jaejoong. Me estoy helando.
— ¿No os
dije que caerías al agua?
— Jae, por
favor, ayudadme a salir. El agua está muy fría. Duele, duele terriblemente.
— También
sentiréis dolor cuando vuestro esposo os tome por primera vez. Entonces
conoceréis lo que es el verdadero dolor.
Boah venía
de muy lejos caminando lentamente hacia Heechul desde la oscuridad. Por fin la
mujer llegó frente a él. Tenía el rostro cansado y triste cuando sacó a Heechul
del agua helada y empezó a envolverlo con mantas y más mantas, hasta que el joven
sintió como si el calor fuera a sofocarlo.
— Sooman
ha muerto, Heechul.
— ¡No! —
gritó Heechul presa de dolor— . ¡Mi padre n o puede morir!¡ No es así!
Toda la
aldea lloraba. Estaban sepultando a Sooman. El sol todavía no estaba alto pero
hacía mucho calor para una hora tan temprana.
— Vienen
los vikingos, lord Heechul.
— Yo soy Yoomi,
esposa de Kangta . Seréis dado a mi hijo Siwon.
— ¡Nadie
será mi dueño!
— ¿He
encontrado la forma de domaros?
— El me
violará. Dios mío, ¿cómo soportaré el dolor que Jaejoong dijo que sentiré?
¿Dónde está el dolor? ¡Jaejoong mintió! Me hizo mostrarme temeroso ante el
vikingo cuando no era necesario. Pero fue hermoso. El es hermoso. Qué cuerpo
magnífico, tan sólido y tan fuerte. El me hace olvidar que lo odio. Se adueña
de mi voluntad.
Llegaban
carcajadas desde lejos. Jaejoong y Jooahn reían. Kangta y Yunho reían.
Heechul
temblaba.
— Tengo
mucho frío. Estoy enfermo y él ni siquiera lo sabe. Lo lamentará cuando me
encuentre muerto. ¿Cómo puede hacerme esto después que le salvé la vida?
Hace frío,
mucho frío.
— Jooahn, cerrad la puerta antes de que... antes de que...
Heechul
flotaba en el lavo tibio con los ojos cerrados bajo el bienvenido sol. Ni una
arruga surcaba su frente. Ni un solo pensamiento turbaba su tranquilidad.
Flotaba
suavemente y el agua tibia era como un bálsamo natural. Despertó y el tibio
lago fue remplazado por una cama blanda que por alguna razón le pareció
incómodamente dura. Parpadeó varias veces antes de reconocer la habitación de Siwon.
Entonces volvió la cabeza y lo vio sentado junto a la cama en una de las sillas
como tronos. Con aspecto terriblemente demacrado y desaliñado. Sin embargo, le
sonreía. Y sus ojos eran tiernos.
— No os
veis bien, Siwon. ¡Habéis estado enfermo! — El rió de su preocupación.
— No, yo
estoy bien. ¿Pero cómo os sentís?
Heechul trató
de sentarse pero sólo logró gemir.
— Me
siento todo dolorido, como si alguien me hubiera apaleado — le echó una mirada
re celosa— . ¿Me golpeasteis mientras dormía?
El pareció
ofenderse.
— ¿Cómo
podéis pensar una
cosa semejante? Habéis estado gravemente enfermo durante dos días.
Sin duda, la enfermedad os ha debilitado y os ha dejado
dolorido — se levantó y lo arropó— . Te han preparado sopa caliente para vos.
Os traeré un poco.
Heechul se
relajó en la gran cama cuando él se marchó. ¿Está arrepentido? Demuestra
preocupación, ¿pero de veras le importo algo? No pudo esperar la comida. El
sueño lo dominó otra vez y lo hundió en una serena oscuridad antes de que él
regresara.
El
último mes del año fue muy frío y trajo a la tierra nieve y hielo en
abundancia. Heechul pasó en cama buena parte del mes, solícitamente atendido
por Leeteuk y Donghae. Los jóvenes servían a Heechul con afán. Era uno de ellos
que había escapado apenas a la muerte. Y sin embargo, también era el favorito
del amo, lo cual se hacía más evidente con cada día que pasaba, aunque Heechul
no parecía notarlo.
Cuando Siwon
por fin lo declaró lo bastante restablecido para reiniciar sus tareas y volver
a su propia habitación, a Heechul le costó disimular su alivio. Sin embargo, la
tarea más ardua que le permitieron realizar fue untar con miel el cuarto
trasero de un pequeño jabalí, y lo fastidió mucho comprobar que, por órdenes de
Siwon, los otros sirvientes seguían atendiendo sus necesidades.
Heechul
abrió sin llamar la puerta de la habitación de Siwon. El levantó la vista de su
comida vespertina, más sorprendido por su presencia en la habitación que por la
forma violenta en que se abrió la puerta. Ignoró la rígida actitud de Heechul y
siguió comiendo.
—
Tendríais que estar acostado — dijo con severidad, sin mirarlo—. Sin duda habéis tenido un
día agitado y necesitáis descansar.
Él entró
resueltamente en la habitación.
— Lo que
necesito es que ceséis de preocuparos tanto. No estoy baldado, Siwon — dijo con
sequedad, tratando de controlar su temperamento.
Sabía que
era inútil discutir
con él cuando se mostraba tan benévolo. Odiaba esta nueva actitud. El
se comportaba como un padre indulgente con una criatura díscola, cuando lo
último que necesitaba era su indulgencia.
— ¿No
creéis que me encuentro bien? — continuó Heechul. El meneó la cabeza, todavía
sin mirarlo.
— Sí, creo
que estáis curado pero no es posible permitiros que os excedáis en lo que
hacéis, Heechul. Estuvisteis muy cerca de la muerte, pero se os concedió la
vida. ¿No es razonable que empecéis esa nueva vida con un poco de cautela?
— ¡No, es
de lo más irrazonable! — estalló él, perdiendo el control— . Primero me
tuvisteis confinado en la cama más tiempo del necesario. Ahora me tratáis como
a una frágil muñeca que se romperá si se mueve. ¡Estoy bien, os digo! — Heechul
levantó las manos, exasperado— , i Santo Dios! No soy una persona ociosa. Hasta
estuve dispuesto a trabajar en vuestro establo pero dijisteis no. Si todo lo
que me permitiréis hacer es trabajar aquí, así sea. Pero debo tener algo que
hacer.
— Eso no
es lo que vuestro hermano quiso hacerme creer.
Heechul,
sorprendido, se olvidó de su cólera.
—
¿Hablasteis con Jaejoong?
— Sí.
Largamente.
Heechul
apretó los puños. La imagen de Siwon y Jaejoong hablando, riendo, haciendo
juntos el amor, borró todo lo demás de su mente. De modo que había estado
acertado. Esas muchas noches que Siwon había regresado tarde, haciéndolo
esperar ¡había estado con Jaejoong!
— Heechul,
venid aquí.
— ¿Qué? —
preguntó sin escucharlo.
— ¡Venid!
— repitió él.
Aún
Heechul no se movió ni lo miró. Por fin él se le acercó y le tocó en la mejilla.
Los dedos contra su piel fueron como un choque. Le dio una palmada en la mano y
se apartó de él.
— ¡No me
toquéis! — gritó con voz cargada de cólera y dolor— . ¡Nunca
volváis a tocarme!
Siwon lo
miró confundido.
— ¡Thor me
asista! ¿Qué pasa con vos?
—
¡Estáis... estáis loco si pensáis que voy a compartiros con mi hermano! Si lo
queréis a él podéis tenerlo, pero no volváis a acercares a mí, lo juro que os
mataré!
Los ojos
de Siwon se iluminaron, y a sus labios asomó una sonrisa divertida.
— ¿Por qué
podría querer a vuestro hermano cuando os tengo a vos? ¿Y por qué pensáis eso
cuando yo solamente dije que hablé con él?
— ¿No le
hicisteis el amor?
— No. Pero
si lo hubiera hecho, ¿por qué tendríais que enfadaros?
Heechul sintió
que la cara se le enrojecía intensamente y comprendió cuán tonto debió parecer,
casi como un esposo celoso. Se apartó de él y se asombró de su propia reacción.
— ¿Heechul?
— No me
importaría que tuvieseis otro — replicó quedamente, sintiendo ese nudo doloroso
en su garganta— . Si otro puede satisfacer vuestras necesidades yo me alegraré
de ello, porque entonces me dejaréis. Pero no está bien que me tengáis a mí y a
mi hermano al mismo tiempo. ¿No veis que eso está mal?
— ¿Es esa
la única razón que me daréis? — Heechul abrió muy grandes los ojos.
— No hay
otra.
— Muy
bien, no insistiré — Heechul lo miró con furia.
— ¡Os digo
que no hay otra razón! — Siwon le sonrió y sus hoyuelos se acentuaron.
— Os
ofendéis fácilmente esta noche — dijo con voz llena de humor, y se acercó a su
cofre— . Quizá esto calmará vuestro mal genio.
Heechul siguió
con la mirada fija en él, sumido en trance, fascinado por la
forma en que el pelo le caía sobre la frente dándole una apariencia de muchacho
inofensivo, nada semejante al guerrero vikingo, al amo violador y cruel que
conocía. No quería apartar los ojos de ese rostro pero al fin miró la caja que
él sacó del cofre y sus ojos brillaron de curiosidad. Cuando él se le acercó, Heechul
vio que la caja era un cofre en miniatura tallado con diseños orientales y con
incrustaciones de marfil. Era muy hermoso. Lo miró a los ojos cuando él le
entregó el cofrecillo.
— ¿Para
qué es esto?
— Abridlo.
Levantó la
tapa. Adentro, sobre un lecho de terciopelo azul, había un par de ajorcas
iguales de oro en forma de serpientes enroscadas y con rubíes por ojos. Heechul
sabía que entre los vikingos, las ajorcas como éstas eran muy apreciadas. Había
visto al esposo de Yunho luciendo llamativas ajorcas en sus brazos desnudos.
Hasta Yoomi usaba ajorcas. También los hombres las llevaban. Más rico el
hombre, más costosas las ajorcas.
Estas que Siwon
le mostraba eran hermosas. Heechul levantó una y comprobó que era pesada, sin
duda de oro macizo. Lo miró otra vez a los ojos
— ¿Por qué
me mostráis esto? — preguntó, devolviéndole el cofrecillo.
Siwon
mantuvo sus manos a los costados.
— No lo
saqué para que lo vierais, Heechul. Os lo regalo. Las ajorcas son vuestras...
el cofrecillo también — Heechul volvió a mirar las joyas y después lo miró a él
con incredulidad.
— ¿Por
qué?
— Es mi
deseo.
— ¿Regalar
a un esclavo unas joyas como éstas? — Se encolerizó. Esta era una forma de
acallar su sentimiento de culpa por haberlo encerrado en esa terrible celda.
Pero no se lo perdonaría a causa de este presente— ¿Cuándo tengo que usarlas, Siwon?
¿Cuando lave vuestra ropa? ¿Cuando friegue el suelo del
hall? No, no usaré vuestro presente.
— ¡Lo
usaréis! — dijo él con sequedad. Sus ojos se ensombrecieron— . Y también
usaréis el conjunto que mi madre está haciendo ahora para vos. Lo usaréis
cuando vengáis conmigo al festín que se hará en la casa de mi padre para
celebrar el solsticio de invierno.
Heechul
estaba confundido y sorprendido.
— ¿Vuestra
madre está haciendo ropa para mí?
— A
petición mía — repuso él.
Heechul no
podía creer que Yoomi hubiera accedido a confeccionar ropa para un esclavo.
Sabía que Yoomi era cristiana y bondadosa, pero aun así, era increíble que
destinase parte de su tiempo a coser para un sirviente. Igualmente sorprendente
era que Siwon lo llevara a la vivienda de Kangta , y nada menos que para un
festín.
— No
entiendo, Siwon. ¿Por qué queréis llevarme ahora a la casa de vuestro padre,
cuando cada vez que os pedí que me llevaseis allí, os negasteis?
—
Necesitabais tiempo para adaptaros a vuestra nueva vida, sin remembranzas de
vuestro hogar. Ya lo habéis logrado.
— ¿De
veras creéis que me he adaptado después que he tratado de huir de vos?
— No dije
que os hayáis adaptado a mí sino a vuestra nueva vida.
— ¿Pero
por qué queréis llevar un esclavo a un festín? ¿Es eso lo acostumbrado?
— No, pero
yo no sigo estrictamente las costumbres. Vendréis conmigo para atender mis
necesidades.
Heechul ahogó
una exclamación.
— ¿Y si me
niego?
— No
podéis negaros, Heechul — rió él— . Vos iréis donde quiera que os lleve yo.
— Quizá.
Pero puedo hacer que os resulte muy difícil — comentó torvamente— Sin embargo,
iré con una condición : que me dejéis llevar una daga.
— Concedido.
Heechul sonrió
y fue hacia la puerta con el regalo en sus manos. Sintió que esta vez había
ganado. Siwon empezaba a ablandarse.
— En
cuanto a que deberé atender a vuestras necesidades mientras estemos allí, lo
discutiremos cuando llegue el momento.
— No habrá
ninguna discusión.
— Podéis
estar seguro de que la habrá — replicó y salió, dejándolo que pensara en sus
últimas palabras.
dejaría a un lado como hacía con todos. Sin embargo, todo llega para quien sabe esperar... y ella no tendría que esperar mucho tiempo más.
— Si yo pudiera hacerlo todo de nuevo, todo sería diferente, Heechul— dijo Siwon con voz hueca— . Nunca me perdonaré por lo que he hecho.
— Jooahn, cerrad la puerta antes de que... antes de que...
No creí que lo encerrara pero lo hizo,claro después del remordimiento bajo a verlo estando enfermo era lógico que lo cuidara porque también se empieza a enamorar de el, Jooahn que diablos esta planeando porque quiere matar a Heechul gracias por el cap bye.
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