El día de
la fiesta del solsticio llegó más pronto de lo que Heechul hubiera deseado.
Aunque estaba ansioso por volver a ver a su tía y tenía muchas palabras
escogidas especialmente para decirle a Jaejoong, quien lamentaría el día que le
mintió a Heechul, no sentía ninguna prisa por hallarse en la casa de Kangta , a
quien quería odiar pese a saber que debía estarle agradecido por muchas cosas.
Además, ir allí con Siwon, presentarse delante de todos, no como su esclavo
sino como pareja, luciendo sus regalos. Se preguntó si podría soportar la
humillación.
Heechul
miró el hermoso atuendo. Era de un rico terciopelo encarnado, no demasiado
pesado, y bordado con hilos de oro. Era de un diseño sencillo, sin mangas al
estilo vikingo. Lo más llamativo era el ancho del cinturón de oro incrusta do
con rubíes que armonizaban con las ajorcas que lucía.
Donghae
ayudó a Heechul con su cabello, el joven no estaba para nada envidioso del
hecho de que Heechul estuviera invitado a la casa de Kangta , pero se sentía
muy excitado por el acontecimiento y no cesaba de charlar sobre la buena suerte
de su compañero.
Heechul no
sentía lo mismo y se sintió aún más receloso cuando Siwon lo hizo llamar. Lo
encontró en el hall y quedó fascinado por su apariencia. También estaba vestido
de terciopelo y la fina tela, de color dorado, se adhería a sus músculos como
una segunda piel. Bordados de color rojo contrastaban con el dorado y grandes
rubíes brillaban no sólo en el cinturón, sino también en un
medallón de oro que le colgaba del cuello. Heechul se preguntó si él lo había
planeado de este modo para que parecieran una pareja en armonía.
— Sois
una joya sobre
un negro mar, Heechul — dijo Siwon
suavemente, y se le acercó.
Heechul se
sintió enrojecer cuando él lo miró de pies a cabeza.
— La ropa es
hermosa — fue todo lo que pudo decir.
— Sí, pero
en otro no sería tan hermoso.
— No es
propio de vos mostraros lisonjero, Siwon.
— Sólo
digo la verdad — repuso él con una sonrisa— Hay mucho de mí que todavía no
conocéis.
— Estoy
empezando a darme cuenta. — De pronto él se impacientó.
— Vamos.
El festín sin duda ya empezó.
Heechul asintió
y lo siguió a través del área de cocinar hasta donde sus capas colgaban junto a
la puerta trasera. Pero la suya no estaba allí. En su lugar había un hermoso
abrigo de armiño, con un amplio capuchón. Heechul no se movió cuando él le puso
la capa sobre los hombros y después le cubrió solícitamente la cabeza con el
capuchón. Alzó la vista hacia él y lo miró con curiosidad.
— ¿Otro presente? — El sonrió.
— Si. Los atuendos ricos os sientan muy bien. Debéis tener más.
— Tampoco es propio de vos mostraros generoso, Siwon. ¿Por qué habéis cambiado?
— Porque
me conviene — replicó él con un encogimiento de hombros, y por fin le entregó
la daga que le había prometido. Se metió la enjoyada arma en su cinturón y lo
miró, exasperado.
— ¡Santo
Dios! Era mejor cuando os mostrabais taciturno e impredecible. ¡Detesto la
incoherencia! — exclamó. En seguida, salió con paso vivo de
la casa, no sin oír antes la risita divertida de él ante su súbito estallido.
Una densa
nube de humo de los fuegos donde se cocinaba flotaba pesadamente en el hall,
pero Heechul prefirió la picazón en los ojos al frío del que acababan de salir.
Todavía
estaba demasiado helado para quitarse la capa y fue conveniente que tuviera esa
excusa, porque cuando miró la estancia a su alrededor y vio las otras parejas
que allí había, comprobó que ninguna tenía ropa tan lujosa como la suya.
Se puso de
color escarlata al pensar en cómo reaccionarían cuando Siwon lo hizo desfilar
delante de todos. Un simple esclavo mejor vestido que aquellos que son libres...
era inaudito. Heechul se sintió como la ramera consentida de Siwon y supo que todos
llegarían a la misma conclusión. Sumido en sus cavilaciones, se sobresaltó
cuando Yoomi se le unió.
— ¿Estáis
contento con el atuendo, Heechul?
Heechul
miró esos ojos bondadosos y empezó a serenarse.
— Sí,
muchas gracias.
— Entonces
venid y dadme vuestra capa. No dediqué tantas horas en él para que lo tengáis
oculto.
Heechul le
entregó de mala gana la capa, pero comprobó que con Yoomi a su lado no sentía
tanta timidez. Se sintió inmensamente agradecido porque la señora de la casa le
dedicaba tiempo a fin de hacerlo sentirse más cómodo.
— Sí,
ciertamente os queda muy hermoso, criatura — dijo
Yoomi con una sonrisa.
— Sois muy
amable.
— No, digo
la verdad. Y debo daros las gracias, Heechul.
— No he
hecho nada.
Yoomi
dirigió una mirada a Siwon que estaba con su padre y otros hombres y después
volvió a mirar a Heechul y le puso afectuosamente una mano sobre el brazo.
— Hacía
tiempo que no veía a mi hijo tan sereno y de tan buen humor. Por eso debo
agradeceros.
Heechul
enrojeció una vez más.
—
Seguramente os equivocáis.
— Creo que
no. Oh, él no quería caer víctima de vuestros encantos y luchó contra ello,
pero sucedió. ¿Vos no habéis notado la diferencia?
Heechul
asintió lentamente, evitando mirar a Yoomi a los ojos. No podía estar de
acuerdo, aunque, sorprendentemente, la idea le gustó. ¿Podía ser realmente esa
la razón del sorprendente cambio de Siwon desde que estuvo enfermo? ¿Se habría
enamorado de él?
Heechul
temió seguir pensando o hablando más acerca de eso, de modo que cambió
rápidamente de tema.
— Mi tía.
¿Puedo verla?
— Por
supuesto. Ah, ya viene. Me retiraré, a fin de que podáis hablar tranquilos en
privado.
Heechul no
vio alejarse a su anfitriona tenía los ojos fijos en su tía y le brotaron
lágrimas cuando la abrazó. Observó a su tía con ojo crítico y notó que todavía
no representaba los años que tenía. En realidad, sus ojos brillaban con juventud
y vitalidad.
— ¿Estáis
bien, tía?
— Yoomi me
hace sentir como si fuera parte de la familia — dijo Boah con voz serena— . Sí,
estoy muy bien.
— Me
alegro. Muy a menudo me he afligido por vos, pero Siwon no quiso dejarme venir
a veros hasta hoy.
— Creo que
él es muy posesivo y que le gustaría reteneros cerca de su casa. He oído hablar
mucho de vos, Heechul, a Yoomi. Sé que fuisteis tremendamente obstinado al
principio, pero sabía que sería así. Sé que os escapasteis y también que
estuvisteis muy enfermo. Estuve muy preocupada. Pero aquí estáis, saludable y
respetado. Me alegro mucho.
—
¿Respetado?
— Estáis aquí como huésped, no como el esclavo de Siwon. Sí, en esto él os respeta y os honra.
Heechul
rió con amargura.
— Conozco
sus motivos, tía. Estoy aquí sólo para atender a sus necesidades.
— Vamos, Heechul
— replicó Boah en tono de reproche— . Aquí hay muchos que podrían hacer eso.
Además, él no necesitaba daros tan hermosos presentes para lo que sugerís. Yo
estaba con Yoomi cuando Siwon le pidió que hiciera ese atuendo para vos. «Tiene
que ser en el estilo vikingo» dijo él, «porque ahora él es uno de nosotros».
Heechul
frunció el entrecejo, desconcertado.
— Yo no le
di ningún motivo para que piense que soy feliz aquí. El sabe que volveré a
escaparme si tengo oportunidad. ¿Por qué diría que soy una de ellos?
— Debéis
haberle dado algún motivo para que piense así, Heechul. Pero sinceramente,
criatura, no debéis volver a intentar la fuga. Si tuvierais éxito y Siwon no
pudiera encontraron, yo me afligiría muchísimo por vos.
— Cuando me vaya, tía, lo haré por mar y os llevaré conmigo — dijo Heechul rápidamente, pero dudando de que pudiera cumplir alguna vez semejante proeza. Aunque lo dijo en un intento de tranquilizar a Boah, su tía pareció entristecerse.
— Ah, Heechul.
Al veros hoy aquí, yo pensé que por f in habíais superado vuestros hábitos
salvajes. Un joven maduro aceptaría el destino que lo trajo aquí. Estaría
agradecido por seguir con vida y trataría de adaptarse a su nueva situación
sabiendo que no tiene dónde regresar.
— ¿Como
habéis hecho vos?
— Sí, como
hice yo. Es la única manera, Heechul. Si lloramos la libertad que perdimos
sufriremos indebidamente. En realidad mi vida ha mejorado, de modo que no puedo
quejarme. En Yoomi tengo una amiga bondadosa y querida. Ella no me reprocha las
visitas ocasionales de Kangta , y así también tengo un hombre que, a su modo,
es muy bueno.
— ¡Basta!
No quiero escuchar más.
— Sed
sensato, Heechul. Siwon os quiere mucho es evidente. Haced algo especial de
vuestra vida con él.
— ¡Como su
ramera! — siseó Heechul, sacando a la superficie el motivo de su sufrimiento.
— Sí, sé
que él no puede ofreceros matrimonio, pero seréis como un esposo para Siwon.
Los espléndidos presentes que os hizo son prueba de ello. Se dice que un
bastardo puede heredar a su padre si no hay herederos legítimos. Quizá Siwon
nunca se case, pero os conservará como su único amor. Vuestro futuro con él será
igualmente seguro, aunque no sean pronunciados los votos de matrimonio. Quizá
tengáis bastardos, pero ellos disfrutarán aquí de una posición.
— Mi
orgullo exige algo mejor. Una vez desprecié el matrimonio, pero es la única
forma en que podría vivir en paz con Siwon.
— Pero
está prohibido desposar a un esclavo.
— Lo sé —
dijo Heechul suavemente.
Miró a Siwon
que estaba en el otro extremo de la habitación y sonrió.
Había dicho las palabras en voz alta.
Se casaría
con Siwon, sí, lo haría de buen grado. La idea de estar casado con él, sin las
constantes batallas de voluntades, lo llenó de calidez. ¡Sí, amaba a Siwon!
Heechul soltó
una carcajada clara
y alegre al llegar
a esta conclusión. Se inclinó y
abrazó a su tía.
— Lo amo —
dijo— . Hasta ahora no lo sabía, pero es verdad. Lo amo. Si él me quiere como
vos decís, como su propia madre ha dicho, se casará conmigo. Es la única forma
en que podré vivir con Siwon.
— Heechul,
sois sin duda el hijo de Sooman. Obstinado más allá del buen sentido. Si de
veras amáis a Siwon, tomadlo como es y no exijáis más de él.
— ¿Y que
la decencia se vaya al infierno? No, tía. Será a mi modo, o no será — replicó Heechul
en tono severo y se puso de pie— . ¿Dónde está Jae?
— Dijo que
se sentía enfermo y se acostó en nuestro
alojamiento.
— ¿Sabía
que yo vendría?
— Sí,
todos lo sabíamos. Siwon tuvo que conseguir permiso para traeros como huésped,
a fin de no insultar a Kangta .
Heechul se
enfureció. Él era el insultado. ¡Conseguir permiso!
— Más
tarde hablaremos, tía — dijo Heechul secamente — . Espero que para entonces
estaréis más de mi parte y no de estos bárbaros paganos.
Siwon estaba
al lado de su hermano y debió esforzarse para mantenerse serio cuando un
hombre, oculto debajo de una cabeza de carnero, a quien reconoció como su medio
hermano Ahnta, apareció detrás de Yunho y le derramó sobre la cabeza un cubo
lleno de nieve. Siwon miró divertido cómo Yunho se limitaba a reír y a
sacudirse la nieve de los hombros, sin volverse para ver quién era el culpable,
aunque Ahnta huyó corriendo después de completar su fechoría.
Por fin Siwon
rió a carcajadas.
— Habéis
cambiado, hermano. Sé que nunca os gustaron las alegres travesuras de la fiesta
del solsticio de invierno. Estaba preparado para luchar con vos cuando
desenvainara la espada lleno de ira.
— Os he
decepcionado, ya veo — dijo Yunho, riendo.
— No. No
estoy con ánimos para luchar.
— Tampoco
yo. De modo
que hemos cambiado
— Siwon se inclinó hacia atrás y
observó pensativo a su hermano.
— Creí que
yo estaba de buen humor, pero vos lo estáis aún más. Sois como un hombre que ha
echado un vistazo al Valhalla y ha comprobado que es tal como él lo esperaba.
Explicaos.
—
Felicitadme, hermano — sonrió Yunho— . Por fin voy a tener un hijo.
Siwon quedó muy
sorprendido. Palmeó a su hermano en espalda.
— ¡Es
una gran noticia, Yunho!
— levantó su jarro—
. Que criatura sea varón y que tenga la fuerza de su... tío. — Yunho
rugió de risa.
— Me
contentaré con eso.
— Vuestro
esposo debe estar extasiado de alegría — comentó Siwon— . Fue una espera larga.
— No, él
está furioso. Siempre me echó a mí la culpa de su esterilidad, pero él sigue
estéril. El appa es Jaejoong, ese nuevo esclavo.
Algo de la
alegría de Siwon desapareció ante esta revelación.
— ¿Estáis
seguro de que es hijo vuestro?
— Sí —
respondió Yunho con orgullo— Tal como guardasteis para vos a vuestro nuevo
zorrito, yo guardé a éste para mí.
Siwon
arrugó el entrecejo al oír mencionar a Heechul, recordando que éste abrigaba
resentimientos contra su hermanastro. Se maldijo a sí mismo por haberle dado
una daga y rogó que el tonto no la usara contra Jaejoong. Siwon se puso de pie.
—
Perdonad, Yunho. Tengo que encontrar a Heechul antes que arruine la fiesta de
nuestro padre. Tiene un talento especial para crear problemas.
— Sentaos,
Siwon. Haría falta algo más que un pequeño arpía para arruinar esta fiesta.
Quiero discutir con vos sobre vuestro viaje de esta primavera.
— ¿No
puede esperar eso hasta más tarde? — preguntó Siwon con impaciencia.
— Si os
marcháis ahora, seguramente Zhoumi creerá que teméis enfrentarlo.
— ¿Zhoumi?
Yunho
señaló hacia la puerta y Siwon se volvió y vio a Hyukjae, quien parecía justificadamente
avergonzado, y a su lado a su hermano joven Zhoumi. Estaba hermoso como
siempre. Sus ojos se encontraron y los de Siwon fueron tan
sombríos como una caleta bajo una tormenta.
Yunho
tenía razón. No podía retirarse ahora. Volvió su atención a su hermano y se
sentó lentamente. Tendría que confiar en que Heechul no hiciera algo que todos
tuvieran que lamentar.
Ardían
numerosas lámparas de aceite y había un fuego encendido en el centro de la
habitación. Contra las paredes s e alineaban jergones y en uno de ellos yacía Jaejoong,
con un brazo sobre los ojo.
— ¿Quién
está ahí? — preguntó Jaejoong con voz aburrida— . ¿Yunho?
Esperó en
vano una respuesta.
— ¿Boah?
— No. Soy
yo, Jae — dijo Heechul.
Jaejoong
se sentó inmediatamente y su rostro perdió todo el color.
— Heechul...
yo...
— ¿Vos
qué? — preguntó
Heechul en tono
autoritario y se le acercó— . ¿Lo
sentís? ¿Sentís haberme mentido para que yo fuera humillado? — Heechul se
detuvo directamente frente a Jaejoong, con las manos en las caderas y los ojos
llameantes de ira— . ¿Por qué me mentisteis acerca de lo que sucede entre un hombre
y un joven?
Las
mejillas de Jaejoong recobraron el color.
— ¡Era lo
que os merecíais!
— ¿Por
qué? ¿Qué os había hecho yo para que quisierais vengaros? ¡Quiero saber la
respuesta, Jae, antes de que yo me tome mi propia venganza!
Nuevamente
Jaejoong se puso pálido. Trató de justificarse rápidamente.
— Yoochun
os deseaba pero vos ni siquiera os dabais cuenta de ello.
— ¿Yoochun?
— Heechul frunció el entrecejo— . Es absurdo. El era vuestro esposo.
— ¡Sí, mi
esposo! — gritó Jaejoong con amargura— . ¡Pero era a vos a quien deseaba! Si os
hubieseis dado cuenta habríais podido ponerle fin a la situación. Pero estabais
demasiado ocupado en tratar de demostrar que erais digno del orgullo de vuestro
padre. No os interesaba lo que sentían los demás.
— Si lo
que decís es verdad, ¿por qué no me avisasteis? Sabéis que yo no deseaba a
ningún hombre y menos aún a Yoochun.
— No
hubiera podido admitir ante vos ni ante nadie que yo no era capaz de conservar
el amor de mi marido.
— ¿Y por
eso me hicisteis esperar una pesadilla? Pensasteis que sucedería con mi nuevo esposo,
pero al ser el enemigo quien primero me violó, me sentí todavía peor. No por la
experiencia, Jae, sino por el hecho de que por primera vez en mi vida mi coraje
me abandonó completamente.
— Me
alegro de que hayáis sufrido aunque fuera una pequeña humillación, ¡porque yo
sufrí mucho a causa de vos!
Los ojos
de Heechul relampaguearon de furia y su mano voló y golpeó sonoramente a Jaejoong
en la cara. La otra mano fue al puño de la daga.
— ¡No
tengo yo la culpa de vuestro orgullo herido, Jae! Si tenéis algo de buen
sentido lo comprenderéis. Si os hubiera encontrado la noche que el vikingo me
desfloró, os habría matado. Todavía la idea me resulta
agradable — Jaejoong miró con incredulidad la hoja en la mano de Heechul.
— ¿Haríais
daño a un joven embarazado? — Heechul quedó atónita y dio un paso atrás.
— ¿Decís
la verdad, Jae?
— Boah lo
sabe. Preguntadle a ella si dudáis de m i palabra.
Heechul no
había contado con esto. No hubiera matado a su hermano porque en su amor recién encontrado
hacia Siwon podía ser generoso. Sólo había pensado asustarlo. Ahora lo único
que podía hacer eran falsas amenazas.
— Habéis
jugado demasiado con mi vida, Jae. Si alguna vez volvéis a hacerlo, olvidaré
que soy cristiano y clavaré esta hoja en vuestro corazón... ¡embarazado o no!
Cuando Heechul
envainó la daga, Jaejoong sintió reno vado coraje.
— ¡No me asustáis, Kim Heechul! Yunho me
protegerá, ¡Y pagaréis muy caro lo que me habéis hecho este día!
—
¿Valoráis más la venganza que vuestra propia vida, hermano? — dijo Heechul en
tono amenazador. Giró sobre sus talones y salió airadamente de la habitación.
El
encuentro no había resultado como él lo había planeado. No podía creer en la
audacia de Jaejoong. Olvidaría a su hermanastro, se lavaría las manos sobre él.
El único bofetón no era una retribución adecuada pero se con formaría con eso.
La niebla
roja no había permanecido mucho tiempo para iluminar el cielo. Cuando Heechul
se encaminó rápidamente al hall, la noche estaba otra vez melancólicamente
negra. Ahora lamentó la dura actitud que había tenido con su tía y al llegar la
buscó para disculparse. Boah no estaba, de modo que fue hasta donde estaba
sentado Siwon.
Cuando se
sentó junto a él, su timidez volvió duplicada. Muchos ojos lo miraron con
curiosidad y los más curiosos fueron los de Siwon.
— ¿Visteis
a vuestro hermano?
— Sí, lo
he visto.
— ¿Está
bien, confío?
— ¡Está embarazado!
— replicó Heechul con irritación, e inmediatamente lamentó su rudeza.
— ¿Pero se
encuentra bien? — insistió Siwon.
— Gozaba
de buena salud cuando lo dejé — admitió Heechul. Tenía demasiadas cosas en la
mente para que la preocupación de él le llamara la atención.
Debido a
sus pensamientos recién descubiertos, veía a Siwon bajo una luz diferente.
Ahora, notó en seguida que él no estaba totalmente cómodo y se preguntó cuál
sería la causa. Decidió transmitirle algo de sus nuevos sentimientos, pero
pensó que debía hacer lo en forma sutil. No convenía que Siwon entrara en
sospechas o interpretara mal sus motivos.
— Si. Los atuendos ricos os sientan muy bien. Debéis tener más.
— Tampoco es propio de vos mostraros generoso, Siwon. ¿Por qué habéis cambiado?
— Estáis aquí como huésped, no como el esclavo de Siwon. Sí, en esto él os respeta y os honra.
— Cuando me vaya, tía, lo haré por mar y os llevaré conmigo — dijo Heechul rápidamente, pero dudando de que pudiera cumplir alguna vez semejante proeza. Aunque lo dijo en un intento de tranquilizar a Boah, su tía pareció entristecerse.
Su hermano es tonto y mezquino solo le gusta hacer sufrir a Heechul, ahora que le pasa a Siwon gracias por el cap bye
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