Heechul
encendió el fuego de la cocina y preparó una hogaza de pan achatado como tan a
menudo había visto hacer a Donghae. Ahora se sentía mucho más sereno.
Después de
que Siwon se marchara, lloró un poco más hasta que comprendió que había sido un
tonto. Siwon estaba dispuesto a compartir su vida con él, a darle lo que
pudiera. Debía aceptar eso y estarle agradecido. Algún día
podría cambiar y amar otra vez. Después de todo, él había cambiado.
La casa
estaba silenciosa con sólo el crepitar ocasional del fuego para romper el
silencio. Bugsy estaba echado debajo de la mesa de modo que Heechul no vio
cuando el animal irguió de pronto la cabeza. Sin embargo, oyó el ruido que
llegó desde el exterior y que alertó al mastín blanco.
¿Podría
ser que Siwon ya hubiera regresado? En ese caso, debió echar de menos su
compañía. Heechul se sonrió al pensarlo y esperó que se abriera la puerta. Se
abrió, aunque muy lentamente. El aire helado se precipitó en la habitación e
hizo estremecer a Heechul, pero no tanto como el saber que ni Siwon, ni ninguno
que él conocía, hubieran entrado en la casa de manera tan sigilosa.
Heechul
contuvo el aliento. No conocía a este vikingo y por la expresión de sorpresa
que vio en su rostro, él tampoco lo conocía.
Bugsy vino
a su lado y con su grave gruñido le devolvió algo de coraje. La daga que Siwon
le había confiado colgaba de su cadera y esto también disminuyó algo sus
recelos, aunque su arma era muy pequeña y de nada le habría servido contra un
espadón.
— ¿Heechul?
Quedó
desconcertado. ¿El hombre lo conocía, después de todo? Pero no, su tono era de
interrogación. Sólo debía de haber oído hablar de él, y también debía de
conocer a Siwon. Quizá no había nada que temer.
Heechul se
mordió el labio, presa de indecisión, preguntándose si debía o no hablar la
lengua del vikingo. Bugsy seguía gruñendo amenazador. ¿Acaso presentía peligro?
— El joven
está solo, Seungri.
Heechul
ahogó una exclamación y se volvió para verse frente a frente con un desconocido
que había venido de otra parte de la casa. Antes de que pudiera estudiar la
situación, el llamado Seungri lo aferró desde atrás. Gritó alarmado y en ese
momento Bugsy mostró los dientes y atacó la pierna del vikingo.
Seungri
gritó de dolor cuando Bugsy le hizo brotar sangre y levantó la espada para
cortar la cabeza del animal.
— ¡No! —
gritó Heechul y aferró el brazo del vikingo para detenerlo.
Olvidó sus
propios temores y reunió todas sus fuerzas para impedir que la espada llegara a
su blanco. Pero no fue por sus esfuerzos que Bugsy se salvó, porque él era como
un ratón contra un halcón mortal. El otro vikingo actuó rápidamente y con un
puntapié apartó a Bugsy de la espada que descendía.
— El no
mataría al perro — dijo en tono de advertencia— de modo que tampoco podemos
matarlo nosotros.
— ¡Ah!
¡Todo este embrollo es una empresa estúpida! — dijo Seungri y soltó a Heechul a
fin de atenderse su pierna
— Tenemos
al joven, Seunghyun. Eso es suficiente.
— Haremos
esto como la mujer quería que lo hiciésemos — replicó Seunghyun— . Esta es la
única razón por la que accedí, porque nunca sospecharán de nosotros.
Seungri
gruñó y comentó, con sarcasmo:
— La bolsa
de oro no ayudó a convenceros, ¿verdad?
Seunghyun
ignoró esas palabras y miró furioso a su amigo .
— ¿La
venganza contra un perro vale la cólera de vuestro padre?
— ¿Cómo?
Seunghyun
alzó las manos exasperado y al hacerlo, un rollo de cuerda que llevaba en un
hombro se deslizó.
— ¿Debo
recordaron que vuestro padre detesta la beligerancia que iniciasteis vos y
vuestros hermanos? Esto pienso yo, y vos también
sabéis que Yang Hyun Suk no aprobaría esta fechoría. Si nos descubriesen, la
paz de estos últimos años terminaría en un baño desangre.
Heechul
permaneció silencioso entre estos dos hombres que discutían. No entendía bien
por qué habían venido aquí, pero sabía que no era para nada bueno. Bugsy,
aunque viviera, estaba herido y no podría acudir otra vez en su ayuda... y Siwon
estaba divirtiéndose en la fiesta. Sintió una punzada de resentimiento porque Siwon
lo había dejado solo para ir a divertirse.
Enseguida
se reprochó ese pensamiento. No había sido culpa de él sino suya que ahora
tuviera que enfrentarse a sólo Dios sabía qué.
Antes que Seunghyun
terminase sus últimas palabras, Heechul se escabulló de entre ellos. Con
frenética prisa, porque esta era su única oportunidad según podía ver, se
volvió y empezó a correr. De pronto sus pies se enredaron en algo y cayó hacia
adelante raspándose las palmas de las manos contra el suelo duro.
Con temor,
comprendió su error mientras lo obligaban a ponerse rudamente de pie. Dirigió
una mirada de odio a este vikingo que astutamente le había arrojado la cuerda a
los pies para detenerlo. Sus ojos eran oscuros y violentos como una tempestad
cuando vio que él recogía la corta cuerda y se la ataba alrededor de las
muñecas.
— Tenemos
el caballo y ahora al joven. Vámonos antes de que este plan fracase.
No esperó
respuesta del hombre más joven, tomó una capa vieja que colgaba junto a la
puerta y la arrojó sobre los hombros de Heechul. Después salió de la casa,
arrastrándolo con tirones de la cuerda. Heechul se sintió degradado e indefenso,
como un pobre animal atrapado. ¿Cómo se atrevían a tratarlo en esta forma?
Heechul
fue llevado a lo largo del costado de la casa. Empezaron a descender el
empinado sendero del acantilado que llevaba al embarcadero. Fue llevada a un
barco que no conocía y de inmediato empezaron a alejarse del embarcadero, de
todo posible rescate, de Siwon. Heechul luchó contra el pánico que amenazaba dominarlo.
¿Adónde lo llevaban? Y más importante aún, ¿por qué razón?
Observó
atentamente a los vikingos. La corriente impulsaba al navío pero los dos
hombres luchaban lo mismo con los remos. Si hubieran venido de la dirección que
ahora seguían, ¿cómo habrían hecho para luchar contra la corriente? ¿Por qué
traer un barco tan grande para robar un solo esclavo cuando habría bastado con
un bote pequeño?
Heechul
vio la razón cuando inspeccionó el barco vacío y comprobó que no estaba tan
vacío. En las sombras, detrás de él, distinguió la silueta de un caballo. Como
no estaba atado a nada que restringiese sus movimientos, se acercó y reconoció
a Gibok.
Esto era
aún más desconcertante. Siwon tenía muchos buenos animales. Si estos vikingos
eran piratas, ladrones en su propia tierra, ¿por qué se llevaban solamente un
caballo y un esclavo?
Heechul
pensó en todas las conclusiones imaginables acerca de su situación y todas
fueron desalentadoras. Esperó ansiosamente que los vikingos hablasen y le
dieran más información, pero ellos guardaron silencio, enfrascados en su tarea.
Por lo menos no lo llevaban mar afuera. Ahora se acercaban a un embarcadero en
el lado opuesto del fiordo.
Cuando
fueron sacados del barco, miró desalentado las aguas profundas del fiordo. Aun
si lograba escapar de estos hombres, ¿cómo podría regresar
junto a Siwon? Nunca sería capaz de manejar solo este barco ni tampoco podría
intentar un regreso a nado hacia la salvación, porque no sabía nadar.
Heechul
fue obligado a montar en el lomo desnudo de Gibok y después los hombres
montaron sus propios caballos, partieron en la dirección que habían venido,
nuevamente hacia el mar. Después de recorrer una corta distancia doblaron hacia
el sur, alejándose más del fiordo y de Siwon.
Siwon.
¿Qué haría cuando descubriese que había desaparecido? Al ver que también
faltaba Gibok, ¿pensaría que había vuelto a escapar? La idea podía ocurrírsele
pero la desecharía. Le había dado su palabra de que no huiría, ¿pero se le
ocurriría cruzar el fiordo para buscarlo?
Pasó menos
de una hora y los caballos se detuvieron . Heechul apenas alcanzó a distinguir
la silueta de una casa. Esforzó sus ojos para ver más pero no tuvo tiempo
porque lo hicieron bajar de su yegua y lo llevaron rápidamente al interior de
la morada.
Heechul
dirigió su atención a los dos hombres. Seunghyun estaba quitándose las muchas
pieles que lo envolvían mientras Seungri lo observaba con mucho interés. Sintió
que se le helaba la sangre.
— Quizá
demore mi partida — dijo Seungri, con los ojos fijos en Heechul.
Seunghyun
alzó la vista y frunció el entrecejo.
— Vuestro
placer puede esperar. Hemos discutido esto largamente mientras esperábamos para
asegurarnos de que estaba solo.
— Lo sé —
dijo Seungri, y comentó— Esa mujer. Adosinda, dijo que este joven era una
beldad, pero es mucho más bello de lo que yo esperaba.
— Seungri.
— ¡Está
bien! — respondió éste fastidiado— . Regresaré al festín de mi padre. Pero
mañana volveré. Y él es mío primero, Seunghyun. ¡Recordad eso!
Seunghyun
meneó la cabeza.
— Nada
quiero de él. Tengo malos presentimientos sobre lo que hemos hecho.
Seungri
rió.
— No creo
a mis oídos.
— Decid lo
que queráis. Él pertenecía a otro hombre, no quería dejar su casa y me temo que
él no descansará hasta rescatarlo.
— ¿Qué
estáis diciendo?
— Que
habrá derramamiento de sangre a causa de esta fechoría. Lo presiento... sé que
será así.
— Si tan
bien sabéis lo que traerá el mañana, decidme entonces cómo hará él para
encontrarlo — dijo Seungri con sarcasmo — Tengo un cobarde por amigo.
— Porque
somos amigos no tomaré en serio lo que dice vuestra lengua
suelta.
Seungri no
mostró siquiera un asomo de remordimiento cuando fue hasta la puerta. Lanzó una
última mirada a Heechul quien se estremeció cuando captó el significado de las
intenciones de esos ojos helados.
— Cuidad
bien de él, Seunghyun — dijo y se marchó.
Heechul
estaba medio aturdido. Miró esperanzado a Seunghyun pero él rápidamente lo
ignoró. El no le ofrecería ninguna ayuda y se ausentaría mientras el otro lo
violaba. No podía dejar que sucediera eso, ¡no lo permitiría!
Recobró
algo de su antiguo coraje. Había luchado contra Siwon y con cierto éxito.
También vencería a ese Seungri. El esperaría que fuera una victima fácil, no
que le hiciera frente. Heechul contaría a su favor con ese elemento de
sorpresa.
También
tenía su daga. Por alguna razón, ellos no se la habían quitado. Quizá no
imaginaban que la usaría contra ellos o creían que la empuñadura enjoyada que
brillaba en su cadera era un mero adorno. De todos modos se sintió reconfortado
al pensar en que todavía poseía su arma.
Seunghyun
empezó a moverse en la habitación para preparar de comer. Después reunió mantas
para la cama de Heechul a las que puso sobre un tapete frente al fuego. Con
señas, le indicó que podía dormir allí. Enseguida salió a ocuparse de los
caballos.
Heechul
caminó lentamente hacia su cama improvisada. Se sentía enfermo del estómago por
la aprensión. Por la mañana mataría a un hombre o sufriría las consecuencias de
su intento. No estaba impaciente por enfrentar el resultado, cualquiera que
fuera.
El aroma
de la sopa era tentador. No había comido en todo el día. Pero temía que si lo
hacía no podría retenerla. Con ese pensamiento desenvainó su
arma y la puso debajo del tapete, al alcance de sus manos. Antes de que Seunghyun
regresara se quedó dormido.
El vikingo
Seungri no regresó a la mañana ni tampoco al día siguiente. En realidad, Heechul
quedó solo con Seunghyun más de una semana. Su resistencia fue puesta a prueba
esos primeros días. Cada pequeño ruido que oía, hasta el gemido del viento, le
parecía que era Seungri que volvía. Para ayudarse a pasar esos primeros días ni
siquiera tuvo la esperanza de que Siwon lo encontraría, porque nevó la primera
noche y durante tres días más. Ahora Siwon no sabría que no había dejado
huellas que él pudiera seguir . Nunca imaginaría que se lo habían llevado en
barco. Maldeciría a la nieve por haber cubierto las huellas pero eso de nada
serviría, porque buscaría al norte del fiordo y nunca se acercaría a donde lo
tenían oculta.
— ¡Maldita
nieve! ¡Malditos Seunghyun y Seungri! ¡Maldita la mujer que dijeron que les
había hablado de él! ¿Quién era esa mujer?
El segundo
día Seunghyun se compadeció de él y le desató las muñecas. Esa noche, después
que estuvo segura de que él dormía, Heechul trató de escapar sigilosamente.
Pero él, muy astuto, había dejado una trampa inmediatamente pasando la puerta:
un carro lleno de leña con el que tropezó en la oscuridad.
Antes que Heechul
pudiera incorporarse éI estuvo a su lado y lo arrastró dentro de la casa. Heechul
lo maldijo en lengua celta y luchó con toda su fuerza. Al
fin él le dominó y después de eso lo tuvo atado de noche y lo dejaba suelto
durante el día.
Después
que pasó una semana Seunghyun empezó a impacientarse. Gruñía entre dientes y
esto hizo que Heechul se tranquilizara un poco. Quizá algo le había sucedido a Seungri
que le impedía regresar. Seunghyun ya había demostrado que él no quería tener a
Heechul aquí, no más de lo que Heechul deseaba estar. Quizá lo dejara
marcharse.
Pasaron
nueve días sin señales de Seungri y Heechul por fin rompió el silencio y habló
con Seunghyun. Ahora no tenía nada que perder, porque corno no había nadie con
quien él pudiera hablar, no tenía posibilidad de enterarse de algo que pudiera
servirle.
El estaba
preparando pan para la comida matutina y se mostró irritable cuando Heechul se
le acercó.
— Vuestro
amigo parece haber olvidado que estamos aquí — empezó ganándose la sobresaltada
atención de él— . ¿Cuánto tiempo me tendréis aquí?
— Habláis
bien nuestra lengua.
— Tan bien
como vos — replicó ella.
— Me
dijeron que estuvisteis aquí poco tiempo. Debisteis tener un buen maestro para
aprender una nueva lengua tan rápidamente. ¿Quién fue vuestro maestro?
— Un
hombre que me enseñó muchas cosas — repuso con calma y se acercó más— . Una de
esas cosas es que en esa tierra no se puede conservar lo que se le quita a
otro, ni aun pagándolo muy caro.
Las
palabras dieron en el blanco y Seunghyun saltó nerviosamente de la mesa como si
Siwon va estuviese aquí para rescatarlo.
— ¡El
joven Choi nunca sabrá que fuisteis traído aquí!
— Lo sabrá
con el tiempo — dijo Heechul con esperanza— . El conoce
bien la tierra y registrará cada centímetro. Y cuando no me encuentre allí,
buscará por este lado.
— No,
antes de eso renunciará.
— ¿De
veras lo creéis, vikingo? Lo que vosotros no tomasteis en cuenta es que yo amo
a Choi Siwon y él me ama a mí — dijo esta verdad a medias con convicción— Es el
amor lo que nos une y el amor puede superar todos los obstáculos.
Seunghyun
se sentó y lo miró fijamente, haciéndole poner se nervioso.
— Quizá.
Pero eso no está en mis manos. Yo sólo estoy cuidándoos para otro.
— ¡Vos
ayudasteis a traerme aquí! — lo acusó apuntándole con un dedo— . Me impedisteis
huir. Sois tan responsable como vuestro amigo.
— ¡Basta
de palabrerío! — estalló él— . Me gustabais más cuando parecía que no teníais
lengua.
— Sabéis
que yo digo la verdad. Siwon no perdonará esto a menos que me soltéis ahora.
— No me toca
a mí esa decisión. Guardaos vuestros argumentos para Seungri. Ahora sois de él.
— ¡Moriré
antes de ser suyo! — replicó Heechul profundamente asqueado y en seguida bajó
la voz— . Seungri ahora no está aquí. Podéis dejarme en libertad antes de que
regrese.
— El es mi
amigo, el único que tengo — respondió él— . Yo puedo no estar de acuerdo con lo
que hace, pero lo mismo él tiene mi lealtad.
— ¡Vuestro
amigo os causará la muerte! — le advirtió Heechul, recurriendo a cualquier cosa
para hacerlo razonar.
— Hay poca
verdad en lo que decís, porque Choi Siwon no os buscará aquí. Y si llegara a
hacerlo, sería demasiado tarde porque para entonces Seungri se habrá hartado de
vos y os habrá vendido lejos de aquí. Sabed mi lealtad es para Seungri y su
familia. Yo tengo una granja en tierra de ellos. Soy
vasallo del padre de Seungri, Yang Hyun Suk. Lo que pedís haría que me cortasen
el cuello antes de lo que lo haría vuestro amo.
— Entonces
consideradme vuestro aliado. Por vuestras propias palabras, sé que él no
aprobará lo que habéis hecho.
— ¡Basta!
— Heechul hizo un último intento.
— ¡Por
favor!
Se humilló
inútilmente porque Seunghyun salió airadamente de la habitación, dejándolo
exhausto por el intento y devastado por el fracaso. Cuando regresó, Heechul
estaba otra vez callado. El no hizo ningún intento por cambiar eso. Y entonces,
poco después del mediodía, por fin llegó Seungri.
Seungri se
quitó la capa y los ojos de Heechul fueron atraídos por esos brazos desnudos,
musculosos, cubiertos de cicatrices. Había fuerza allí y Heechul conocía el
poder de un hombre decidido a someterlo, especialmente de un hombre con fuerza.
¿Qué
posibilidades tenía? Claro que él nunca había querido matar a Siwon, ni siquiera
al principio. A este hombre sí, a este hombre podría matarlo sin
remordimientos.
— ¿Os ha
causado problemas mi hermoso cautivo? — preguntó Seungri con sus ojos fijos en Heechul.
— No hasta
hoy.
— ¿Cómo?
— Habla
nuestra lengua Seungri, y muy bien.
— ¿Es
verdad eso?
Heechul no
respondió sino que se acercó a su cama improvisada donde
estaba oculta su única esperanza. Debía tener el control de la temida situación
cuando se produjera.
— También
conoce nuestros nombres — continuó Seunghyun— Si Choi alguna vez lo encontrase,
se lo contaría todo. Os dije que nunca debimos raptarlo.
— Parecéis
preocupado cuando no hay necesidad. El nunca lo encontrará.
— ¿Lo
venderéis pronto?
— No, creo
que no. Si Choi lo busca aquí lo mataremos. Así de simple.
— ¿Habéis
perdido el sentido, Seungri?
— ¡Basta!
Me he demorado demasiado pues mi padre me envió a buscar un caballo comprado a
su primo. Todo el tiempo no pensé en otra cosa que en él y no esperaré más para
tomarlo— de pronto soltó una carcajada— . ¿Os quedaréis a mirar, Seunghyun? ¿No
es tiempo de que vayáis a presentar vuestros respetos a mi padre?
Seunghyun
miró a Seungri. Después miró a Heechul y vio su silenciosa petición de ayuda,
pero rápidamente se volvió. Exasperado, salió de la habitación y dio un portazo
al marcharse.
Heechul se
marcharía de aquí con sangre en sus manos, o sería violado por este joven
bastardo y perdería para siempre la esperanza de ganarse el amor de Siwon.
Siwon no
era diferente de otros hombres que no querían compartir lo que reclamaban como
propio. Lo había demostrado cuando él estuvo involucrado. Nunca le perdonaría,
aunque fuera inocente. Qué injustos eran los hombres en sus juicios. Sin embargo, todavía no había ocurrido, aunque el momento
estaba definitivamente cercano. Seungri se le aproximaba, lentamente, como una
serpiente preparándose para atacar.
— Venid,
hermoso mío — dijo en tono zalamero— . Habláis mi lengua. Vos sabéis lo que
quiero.
Heechul no
dijo una sola palabra pero sus ojos hablaron con elocuencia, despedían
llamaradas de disgusto, y de odio, que hablaban de su profundo desprecio. Sin embargo
él no se amilanó, ni siquiera se sorprendió .
— ¿Entonces
lucharéis conmigo? —
dijo enarcando una ceja
y curvando los labios
en forma repulsiva—.
No me importa, estoy seguro de que presentasteis un
combate admirable cuando fuisteis tomado por primera vez. Pero ahora no sois
doncell, nada tenéis que defender. Si preferís fingir que aún sois virgen, a mí
no me importa.
Heechul no
pudo seguir conteniendo su disgusto.
— ¡Cerdo
despreciable! — siseó— ¡Si llegáis a tocarme, no viviréis lo suficiente para
lamentarlo!
El se rió
de la advertencia.
— Yo no
lamentaré nada sino que disfrutaré al tocaros. ¿De veras creéis que vuestro amo
entrará por esa puerta para impedirme que os someta a mis deseos? No, querido,
nadie habrá aquí para detenerme.
Heechul,
prudentemente, contuvo su lengua. Que él lo creyera indefenso. Que cayera
descuidado en la trampa. Era su única posibilidad.
Seungri
empezó a quitarse lentamente sus armas. ¿Cuántos hombres, habían sido muertos
por este joven fanfarrón? ¿Sería un pecado matarlo? ¿Acaso no tenía derecho?
Seungri
saltó de pronto sobre él tomándolo por sorpresa. Heechul gritó,
no de miedo sino de furia, porque ambos cayeron demasiado lejos de donde estaba
oculta su daga y no veía forma de acercarse.
— Ahora el
vencedor reclama los despojos — murmuró él antes de desgarrarle la ropa hasta
el cinturón.
Enseguida
luchó por desatar el cinturón y Heechul luchó desesperadamente por detenerlo,
golpeándolo con los puños. Un golpe dio en el blanco y del labio partido de él
empezó a manar un hilillo de sangre. El le abofeteó, dejándolo casi
inconsciente. En medio de su aturdimiento, Heechul sintió que su cinturón
parecía abrirse mágicamente y que el resto de su ropa era desgarrad por la
mitad.
Un dolor
cegador le aclaró la mente adormecida cuando las dos manos de él empezaron a
torturarle el pecho, retorciéndolos con crueldad sus pezones, deleitándose con
sus gritos de dolor.
Seungri
continuó, sin misericordia, pareció que interminablemente, hasta que por fin Heechul
no pudo seguir soportándolo y se desmayó para huir del dolor.
Oh diablos como puede pasar esto maldita mujer quien habrá sido solo espero que no se aproveche de Heechul en su estado de inconciencia sera que Siwon lo busca ratos que pasara, gracias por el cap bye.
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