Siwon
subía la escalera justamente cuando Leeteuk bajaba.
— ¿Dónde
está Heechul? — preguntó— Si se ha puesto empecinado por lo de esta mañana, lo
castigaré.
Leeteuk se
puso pálido al verlo tan furioso.
— Justamente iba a buscaros, amo Siwon. El aún
no ha regresado. Estuvo ausente toda la tarde y temo que...
— ¿Adónde
fue? — lo interrumpió él, entornando los ojos.
Leeteuk
enrojeció y empezó a llorar.
— Dijo que
saldría a cabalgar... para calmar su pena... por la forma en que lo tratasteis
esta mañana.
— ¿Eso fue
lo que dijo?
— Yo no
tenía que decíroslo, sólo debía deciros que tuvo deseos de salir un rato y que
regresaría pronto. No ha vuelto y temo que le haya sucedido algo.
— ¿Qué
puede haberle sucedido?
— Los Wayjei
mataron un perro mientras estuvisteis ausente. Algunos de nosotros pensamos que
pronto se cansarán de matar animales y que seguiremos los esclavos.
— ¿Qué
sucede, Siwon? — preguntó Kangta desde el
arranque de la escalera.
Siwon se le acercó con el entrecejo fruncido.
— EL joven
dice que Heechul no ha regresado desde que se fue esta mañana, sin duda en ese
caballo que vos le disteis.
—
¿Entonces está contento con el regalo?
—
Contenta, sí. Tan contento como para no regresar. Leeteuk cree que los Wayjei
pueden haberle hecho algo.
— No,
conozco demasiado bien a Yang Hyun Suk. El no recurriría a un juego tan sucio.
Me jugaría la vida.
— Estoy de
acuerdo, lo cual sólo puede significar que Heechul ha huido — dijo Siwon con
amargura— . Vos me lo disteis y después le disteis los
medios para huir de mí.
— No
podéis culparme de eso, Siwon — replicó Kangta con energía— . Olvidáis que yo
estaba en el hall esta mañana. No sé que le dijisteis al joven, pero reconocí
vuestro tono de voz. Creo que estuvisteis excesivamente duro.
Siwon miró
furioso a su padre.
— ¡Vos
visteis cómo estaba vestido! Entró en el hall casi desnudo. Y apostaría que fue
intencional. Es tan coqueto como dice su hermano. Querría tener a todos los
hombres embobados a sus pies.
— Yo no vi
nada de eso, sólo vi en sus ojos preocupación por vos. ¿Y cómo lo recibisteis?
Con palabras airadas y duras. Tenéis mucho que aprender sobre las parejas,
hijo. No me sorprende que haya huido de vos.
Siwon se
puso rígido al oír las palabras de su padre.
— Actuáis
como si el joven os importara más que yo. ¿Es así?
— No, pero
yo lo entiendo mejor que vos.
— Eso no
lo dudo, porque yo no lo entiendo en absoluto.
Kangta rió
por lo bajo.
— Os
ayudaré a encontrarlo.
— No, esto quiero hacerlo yo solo — replicó Siwon con determinación— . Necesita una lección que no olvidará pronto.
— ¡Siwon!
— No
interfiráis, padre. Cuando me disteis a Heechul , os lavasteis las manos en
este asunto.
Kangta
suspiró y se quedó mirando la espalda de
Siwon que se alejaba. Esta mañana le había divertido la reacción de Siwon
cuando Yang comentó en broma, acerca de Heechul, que el joven había cambiado
demasiado rápidamente de un gato salvaje a un manso gatito ronroneante y que
eso sólo podía ser una artimaña. Evidentemente, a Siwon no le gustó esa
posibilidad, aunque el comentario fue hecho como una broma.
La
reacción de Siwon dio a Kangta motivos para pensar que su hijo se interesaba de
veras en el joven. Apenas ayer había dicho delante de todos que no quería
compartirlo. Ahora, esto. Ah, ¿es que dos personas jóvenes siempre tenían que
estar chocando entre ellos?
Heechul
avivó el pequeño fuego y añadió más leños antes de tenderse para dormir unas
pocas horas. Estaba placenteramente saciado después de haber compartido una
gorda liebre asada con Bugsy. Gibok estaba cubierta y abrigada para pasar la
noche y Bugsy yacía a sus pies sobre unas pieles viejas.
Hasta
ahora no había encontrado dificultades. La caza era abundante en las áreas
boscosas y había encontrado unos cuantos arroyuelos donde pudo reponer su
provisión de agua. La única incomodidad que sufría era el helado viento del
norte.
Cuatro
días habían pasado desde que dejó a Siwon. Después de tres días de cabalgar,
había llegado a otro fiordo que le cortó el camino. De modo que, después de
todo, se vio obligado a tomar camino hacia el este, pero creía que ahora eso no
tenía importancia. Durante dos días había cubierto las huellas de Gibok. Siwon
jamás lo encontraría.
Dos días
más de viaje tenían que ser suficientes. Después, Heechul buscaría un área
relativamente protegida, quizá en un bosque denso o en un valle pequeño y
profundo.
Allí
construiría una choza donde podría esperar a que terminase el invierno. Todo se
presentaba muy fácil, pensó Heechul, mientras empezaba a vencerlo el sueño.
Hubiera debido abandonar a Siwon hacía meses.
Siwon
llegó al campamento en mitad de la noche pero estaba demasiado exhausto para
sentir otra cosa más que una leve satisfacción porque su búsqueda había
terminado. Su semental estaba próximo a desplomarse, porque Siwon había
descansado sólo dos veces desde su partida y perdió un día buscando entre las
colinas del este.
Esperaba
encontrar a Heechul al borde de la muerte, hambriento y con frío. Se sintió
aliviado al hallarlo bastante bien, pero no le cayó bien ver que tenía una
expresión de radiante dicha mientras dormía.
Siwon se
apeó y ató su caballo al lado de la yegua gris. Después se acercó al fuego. Se
tendió al lado de Heechul sin despertarlo. Mañana tendría tiempo de vérselas
con él. Se durmió.
Heechul se
movió cuando el peso sobre su pecho le dificultó la respiración. Cuando
recuperó la conciencia, comprendió que el peso que sentía no era un sueño y
abrió los ojos para encontrarse con un brazo sobre él, que lo tenía inmovilizado
contra el suelo.
Contuvo su
impulso de gritar y lentamente, con temor, se volvió y vio el resto del cuerpo
que tenía a su lado. Casi gritó de exasperación. ¡Esto era demasiado, demasiado
para soportarlo!
—
¡Vos! — exclamó, sacándose de encima el
brazo de él y poniéndose de pie.
Siwon
despertó sorprendido e instintivamente llevó la mano al puño de su espada. Miró
a su alrededor, se tranquilizó y se puso ceñudo cuando vio a Heechul que estaba
de pie con las manos en las caderas y sus ojos oscurecidos por la rabia y la
furia.
— ¿De modo
que estáis despierto?
— ¿Cómo me encontrasteis? — preguntó casi temblando de ira— . ¡Cómo!
El lo
ignoró un momento mientras apartaba su gruesa capa y se sacudía la ropa.
Después no respondió la pregunta sino que dijo, despectivamente:
— Habéis
confirmado la opinión que tenía de las parejas. En ninguna
se puede confiar.
— Juzgáis
con demasiado apresuramiento. Yo no dije
que seguiría con vos. Si lo hubiese dicho no habría huido. ¿Cómo hicisteis
para encontrarme?
— Olvidáis
que soy un
cazador, Heechul —dijo él en voz sorprendentemente serena—
. Soy bueno
en lo que hago.
Ninguna bestia — hizo una pausa y sus ojos se ensombrecieron— ni tampoco
ningún esclavo o esclava fugitivos pueden escapárseme.
— ¡Pero yo
cubrí mis huellas! Tendríais que estar al sur de aquí. ¿Qué os hizo venir al
norte?
— Admito
que perdí un día cabalgando hacia las montañas, pero al no ver señales de vos,
di la vuelta. — Lanzó una mi rada asesina a Bugsy, quien bajó la cabeza con
aire culpable.— Como no pude encontrar a este animal traidor por ninguna parte,
supe que había venido con vos. Cubristeis las huellas de la yegua muy bien,
pero olvidasteis al perro.
Era
demasiado tarde para llorar por el error. Heechul, sin embargo, vio que Siwon
estaba furioso con Bugsy y no quiso que el animal sufriese por su causa.
— No lo
culpéis a él por venir conmigo. Yo lo obligué a que me siguiera a fin de que no
pudierais usarlo para seguirme la pista — mintió.
Siwon
soltó una corta carcajada.
— Pese a
ello, fue él quien me trajo hasta vos, después de todo.
Heechul lo
miró en actitud desafiante.
— ¿Y
ahora, vikingo?
— Ahora os
llevaré a casa.
— ¿Para
castigarme?
— Se os
advirtió lo que pasaría si hacíais lo que hicisteis. ¿Creéis que por haber calentado
mi cama en algunas ocasiones seré indulgente con vos?
Heechul sintió
otra vez el nudo doloroso en la garganta.
— No, no
esperaba eso de vos — dijo suavemente, casi temblándole el labio inferior— .
Pensé que no me encontraríais. ¿También todos vuestros vecinos están
buscándome?
— Vine
solo — replicó él en tono más gentil, casi en un susurro.
— Bien. No
regresaré con vos para sufrir el castigo, vikingo — repuso con la voz
engañosamente calma. El se encogió de hombros y levantó su capa, listo para marcharse.
— No
podéis elegir.
— Os
equivocáis.
Las
palabras salieron con lentitud porque al pronunciarlas le dolió el corazón,
pero él no le dejaba alternativa. Arrojó a un lado la pesada capa que ocultaba
sus armas y puso la mano en el pomo de la espada.
— Puedo
elegir, Siwon.
El le miró
sinceramente sorprendido, sus ojos lo recorrieron de pies a cabeza y por fin se
posaron en las armas.
— ¿Dónde
las conseguisteis?
— Las
robé.
— ¿Quién
os ayudó?
— Nadie —
mintió— . Le quité a Jackie las llaves del depósito cuando estaba dormido y
después se las devolví.
— ¿Y esas
ropas, son vuestras? Pero claro que lo son — dijo él en tono burlón— . Os
sientan muy bien. No son un traje seductor pero resultan igualmente tentadoras.
— ¡Basta!
— gritó Heechul al ver en sus ojos el deseo mezclado con cólera
— De modo
que otra vez queréis hacer el papel de varón, Heechul — dijo él en tono
divertido— . ¿Queréis pelear por vuestra libertad?
— Dejadme
y no tendremos necesidad de pelear.
— No —
sonrió él, y desenvainó su espada— . Acepto el desafío.
Heechul
gimió y desenvainó su espada cuando Siwon vino hacia él. Su corazón no estaba
en la inminente lucha. N o había ahora cólera en él, sólo
arrepentimiento por haber tenido que llegar a esto.
El atacó
rápidamente, tratando de arrancarle de un golpe la espada de la mano, pero Heechul
se movió hacia un costado.
Matarlo,
ver muerto a Siwon..., la idea casi lo enfermó. Sólo lo desarmaría, como Siwon quería
hacer con él, y entonces se alejaría.
Heechul no
tuvo la oportunidad porque en ese momento un oso, enorme como nunca había
visto, se irguió directamente detrás de Siwon. Heechul gritó, pero fue
demasiado tarde. El oso los había sorprendido tan distraídos que estaba a pocos
centímetros de Siwon cuando éste se volvió para ver qué había asustado a su
contrincante. Con un golpe poderoso de su garra, el oso golpeó a Siwon de
costado, Siwon cayó contra el tronco de un árbol y se golpeó la cabeza.
Siwon no
se movió. Heechul miró incrédulo cómo el oso se acercaba a él, rugiendo
victorioso. Gritó y atacó a la bestia con furia ciega. Sostuvo la espada con
las dos manos y la levantó sobre su cabeza, para hundirla con todas sus fuerzas
en la espalda del animal. Pero el oso no cayó, ni siquiera se tambaleó.
Rugió con
sanguinaria furia y giró hacia Heechul, quién se puso pálido por el miedo más
grande que había experimentado en su vida. Su daga era inútil, de modo que
corrió, preso de pánico, hasta donde estaba Gibok y sacó la ballesta del saco.
El oso se le acercaba rápidamente. Heechul corrió a la izquierda, alejándose de
los caballos, y mientras se movía preparó la ballesta. Por fin se agachó y
apuntó. La flecha atravesó la garganta del oso y después de unos momentos
desesperantes, el animal por fin cayó.
Su alivio
fue tan grande que Heechul cayó de rodillas para dar silenciosamente las
gracias. Caminó con piernas vacilantes hasta donde estaba Siwon y contuvo el
aliento hasta asegurarse de que él vivía. Le sangraba el hombro donde la garra
del oso lo había golpeado, dejando profundos surcos en la piel. Pero el golpe
en la cabeza no le había roto la piel, aunque empezaba a hincharse.
Heechul
fue hasta los caballos y atrancó una tira de la manta de Gibok, la empapó en
agua y volvió junto a Siwon. Le mojó la cara y empezó a limpiarle la sangre del
hombro.
Él gimió
y se tocó
la cabeza. Después
miró a Heechul con desconfianza.
— ¿Siempre
atendéis así a vuestros enemigos? — Heechul ignoró la pregunta e inspeccionó
los cortes.
— ¿Duele?
— No,
está adormecido. ¿El
oso escapó? — Heechul meneó
la cabeza.
— Tuve que
matarlo — Siwon abrió grandes los ojos .
— ¿La
bestia os atacó?
— No, eras
vos a quien quería — dijo Heechul con calma, evitando su mirada.
Siwon recibió la noticia con disgusto.
— Primero
tratáis de matarme, después me salváis la vida. ¿Por qué?
— Si yo
hubiera tratado de mataros, Siwon, ahora estaríais muerto, No pude hacerlo.
— ¿Por qué
no? — preguntó él con rudeza mientras le vendaba el hombro— Hubierais obtenido
vuestra libertad.
Heechul
miró a Siwon con ojos llenos de un suave resplandor.
— No sé
por qué. No pude decidirme a causar vuestra muerte.
El lo
aferró de la muñeca, lo atrajo y rápidamente le quitó la daga
del cinturón.
— Por si
llegáis a cambiar de idea, yo conservaré esto.
Heechul no
dijo nada. El se puso de pie y sacudió la cabeza para librarse del aturdimiento
del golpe. Sin soltarle la muñeca, lo arrastró hasta donde yacía el oso.
Reconoció al animal que hacía pocos días había despertado de su sueño invernal.
— Parece
que os subestimé, Heechul — dijo en un gruñido, mirando el cadáver del animal—
Sois tan hábil como dijisteis — lo miró con severidad— . Es una pena que no
pueda confiar en vos cuando os perdéis
de mi vista.
— Si yo os
fuera leal podríais confiar en mi, vikingo — dijo casi con amargura.
El lo miró
con curiosidad.
— ¿Me
daríais vuestra lealtad? — Lo atrajo más y lo tomó con fuerza de los hombros —
¿Qué queréis de mí, Heechul?
— ¡La
libertad!
El sacudió
la cabeza, irritado.
— Un joven
libre tiene muchos derechos, entre ellos el de rechazar a un amante.
— ¿Es
ilegal violar a un joven libre?
— Sí — Heechul
se puso rígido.
— Eso es
todo lo que os interesa... ¡violarme! ¿Por qué es tan importante para vos
tenerme a mí y no a otro? Yo no os intereso. No tenéis consideración por mis
sentimientos. Lo habéis demostrado muchas veces. ¿Por qué, entonces, tengo que
ser yo?
— Vuestro
cuerpo es muy agradable Heechul. Es suficiente que yo disfrute de vos cuando
tenga ganas.
— Quizá si
fueseis un hombre de buen corazón eso se ría suficiente, Siwon — dijo en voz
baja— . Pero sois duro y cruel en muchas formas.
La
expresión que asomó al rostro de Siwon fue aterrorizadora. Lo
atrajo con fuerza y la presión de sus brazos casi lo ahogó.
— Me
daréis vuestra palabra de que no volveréis a huir — dijo.
— No
podéis obligarme a que os dé mi palabra sobre eso, Siwon, porque si lo hacéis,
yo no la habré dado libremente y no la cumpliré.
—
Entonces, habéis determinado vuestro propio destino.
Lo empujó
hasta los caballos y puso sobre el lomo de Gibok. Allí Heechul esperó
mansamente mientras él reunía las capas y las armas.
Cuando Siwon
montó, tomó las riendas de ambos caballos pues no confió que lo seguiría.
¿Qué
destino se habría buscado con su empecinado orgullo? Heechul se estremeció y
clavó la vista en la espalda erguid a de Siwon. Pronto lo sabría.
La enorme
casa de piedra se erguía ante ellos bañada en la suave luz azul de la aurora
boreal. Era de noche cuando llegaron al establo. Jackie vino corriendo desde el
fondo con una expresión de alivio y alegría en su cara castigada por los años.
Esa expresión rápidamente cambió por otra de paternal gravedad.
— ¡Qué
vergüenza, joven, que hayáis huido así de nosotros! — dijo en tono de rezongo,
aunque sus ojos todavía brillaban dándole la bienvenida.
— No huí
de vos, Jackie, sino de él — replicó Heechul, ignorando la presencia de Siwon.
— Bueno,
me tuvisteis muy preocupado — continuó Jackie— . Por lo menos, hubierais
podido aguardar la
primavera para tener
menos posibilidades de morir helado.
— ¡Basta, Jackie!
— ordenó Siwon, y tomó a Heechul rudamente de un brazo.
Heechul no
tuvo ni siquiera una oportunidad de despedirse de Jackie pues Siwon lo arrastró
enseguida en dirección a la casa. Cuando se aproximaban a la entrada
secundaria, él dobló a la derecha, hacia el costado de la casa, y Heechul se
detuvo inmediatamente.
— ¿Adónde
me lleváis?
El no
respondió sino que siguió arrastrándolo. Heechul se resistió, haciéndole más
difícil la marcha. Sabía adónde lo llevaban, aunque no podía creerlo. Sobre el
otro lado de la casa, frente al fiordo, había una puertita de madera.
Siwon la
abrió con violencia. La puerta tenía una ventanilla cuadrada cerrada con
barrotes de hierro. Debido a su proximidad con el fiordo, el cuartucho estaba
oscuro y húmedo como una caverna helada. Siwon se hizo a un lado.
— Vuestra
habitación — Heechul lo miró horrorizado.
— ¿De
veras me pondréis ahí?
— Es el
castigo más suave para los fugitivos — dijo él en tono de impaciencia.
— ¿Cómo
podéis hacerme esto después que os salvé la vida? ¿Eso no significa nada para
vos?
— Sí, os
estoy agradecido.
— Lo
demostráis en forma admirable, vikingo — dijo Heechul con sarcasmo. El suspiró.
— Si no
tomase ninguna medida contra vos, Heechul, sería una invitación a escapar para
los otros esclavos. No puedo permitir eso.
Él no
quiso rogarle.
— ¿Cuánto tiempo me tendréis encerrado aquí?
— Tres u cuatro días... hasta que hayáis aprendido la lección.
Le lanzó
una mirada de desprecio.
— ¿Y
creéis que esto me enseñará algo, vikingo? Estáis equivocado. Aquí mi odio
crecerá y saldré aún más decidido a huir de vos.
El lo
atrajo con violencia y besó posesivamente. Heechul le devolvió el beso, pero
sólo por despecho. Siwon tenía que llegar a lamentar haberle hecho esto. Haría
que lo lamentara.
— No
necesitaréis quedaros aquí, Heechul — dijo él rozándole el cuello con los
labios— si me dais vuestra palabra de que no volveréis a dejarme.
Heechul le
echó los brazos al cuello y dijo, provocativamente.
— Pero los
otros esclavos pensarán que para vos yo soy algo especial.
— Sois
especial.
—
Especial, pero lo mismo podéis encerrarme en esta celda fría.
— ¿Me dais
vuestra palabra, Heechul?
Él lo besó
en los labios con ligereza, provocativamente, antes de apartarlo de un
empellón.
— El
demonio os lleve,
vikingo. Yo no
seré vuestro juguete predilecto.
Con eso
alzó la cabeza y entró en la celda oscura, y apretó los dientes cuando él cerró
la puerta. De inmediato empezó a temblar. Casi gritó para llamarlo pero se tapó
la boca con una mano. No rogaría que lo liberaran.
Siwon se le acercó con el entrecejo fruncido.
— No, esto quiero hacerlo yo solo — replicó Siwon con determinación— . Necesita una lección que no olvidará pronto.
— ¿Cómo me encontrasteis? — preguntó casi temblando de ira— . ¡Cómo!
Siwon recibió la noticia con disgusto.
— ¿Cuánto tiempo me tendréis encerrado aquí?
— Tres u cuatro días... hasta que hayáis aprendido la lección.
Lo encontró pero no quiere darle su lealtad Siwon es terco no lo dejara asi, por otro lado Heechul no podía dejar que Siwon muriera creo que empieza a enamorarse del vikingo gracias por el cap bye.
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