Mi
adrenalina estaba fallando. En parte por la falta de sueño y el excesivo
ejercicio en el gimnasio, pero sobre todo por ser quemado vivo de dentro hacia
afuera por Kangin. Sabía que una vez que me dejara estar lo bastante cerca como
para tocarlo, no iba a ser capaz de detenerse. Había algo acerca de él, algún
tipo de señuelo que tiraba de mí cuando estaba a su alrededor contra el que era
demasiado difícil luchar.
No era
muy tímido, pero tampoco era del tipo que metía la mano en los pantalones de un
chico e iba por el oro. Kangin me empujó contra todos mis límites, me hizo
olvidar que habría consecuencias en mis acciones, y me amé cada momento de
ello.
Me
encantaba que cuando estaba lo suficientemente cerca de él como para
respirarlo, era todo lo que podía sentir, y me encantaba la forma en que sus
relucientes ojos parecían ver todo lo que estaba tratando tan duramente de
ocultar. Eran lo suficientemente calientes como para derretir el metal más duro
y yo estaba lejos de estar forjado de acero y hierro en este momento. Me sentía
como si estuviera hecho de papel y pelusa.
Tenía
toda la intención de simplemente dejarlo en el hospital y volver a casa a
intentar dormir. El trayecto hasta el hospital fue en absoluto silencio y pude
ver la forma en que los músculos de su mandíbula cincelada se iban abriendo y
cerrando a medida que nos acercábamos. No estaba seguro de sí tenía que ver
conmigo o con la nueva inminente adición, pero estaba claro que estaba perdido
en su propia cabeza y no me estaba permitido entrar. Fuera lo que fuera en lo
que estaba reflexionando no lo hacía demasiado feliz.
Me
detuve frente al enorme edificio médico y esperé a que saliera. No iba a decir
nada, pensando que me había metido en bastantes problemas para una noche, pero
él ladeó la cabeza hacia un lado y se giró en su asiento para mirarme de forma
interrogante.
—¿No
vienes?
Mis
manos se cerraron involuntariamente alrededor del volante y parpadeé con
confusión.
—¿Por
qué debería hacerlo?
Era
cercano a Sungmin y realmente me gustaba Kyuhyun, que era más o menos el tipo
más simpático que conocía, pero apenas conocía Donghae, y al esposo de Siwon, Heechul,
que me asustaba de muerte. Me llevaba bien con Key, su actitud de no aguantar
mierda era impresionante, y me gustaba que siempre dijera lo que pensaba.
Además, cuando su hermano había sido secuestrado, yo fui la primera persona a
la que se dirigió y se creó un vínculo duradero entre los dos. Pero estaba
bastante seguro de que Zhoumi iba a aparecer en cualquier momento, y realmente
no quería estar cerca cuando lo hiciera.
Sí, me
había pedido disculpas por perder los papeles y ser una perra fría cuando
descubrió que fui yo quien había detenido a Kangin, y creo que lo decía en
serio, pero yo no tenía planes de ir y hacer una situación feliz, algo
incómoda. No lo había visto desde el día que sacó a Kangin de la cárcel, y no
tenía prisa por encontrarme con él. Especialmente si no podía esconder la forma
en que me sentía por su problemático hermano. Sabía por instinto que él no lo
aprobaría.
—¿Por
qué no lo harías? —Su acento era tan suave, tan suavemente aterciopelado, que
me envolvió a su alrededor. Solo quería que por siempre me susurrara cosas en
la oscuridad.
—Soy
amigo de Sungmin y adoro a Kyuhyun, pero esto es algo grande, algo que
compartes con la familia. No soy parte de eso.
Él
solo me miró y luego gruñó:
—Ve a
estacionarte. Iremos juntos.
Negué
con la cabeza.
—No,
no iremos.
Vi
como el fuego se encendió en el fondo de sus ojos.
—Bien.
—Se acomodó en el asiento, cruzó los brazos sobre su pecho, y levantó una ceja
hacia mí—. Si tú no subes, entonces yo tampoco. Me puedes llevar de regreso al
Bar.
Di un
grito ahogado y entrecerré los ojos hacia él.
—Siwon
te pidió que vinieras, deberías estar adentro en este momento no discutiendo
conmigo. Quieren que subas.
Levanto
una comisura de su boca, y vi lo fácil que era para él encantar a la gente
hasta dejarla sin sentido. Era bueno en el día a día, pero esa sonrisa tenía el
diablo y la tentación en ella, y lo convertía en algo de otro mundo. Ningún
simple humano lucia tan bien después de un día completo de trabajo y un ataque
de toqueteos y caricias sin terminar. Era obvio que la ruta a cada decadente
pecado conducía directamente a través de Wang Kangin, y hombre, oh hombre, yo
quería correr hacia él. Nunca entendería por qué insistía en poner tantos
obstáculos en mi camino.
—Sungmin
se puso en contacto contigo, así que obviamente alguien te quiere aquí. Él es
tímido y hay mucha conmoción para controlar cuando este grupo se emociona por
algo. ¿Ni siquiera vas detenerte y pensar que tal vez necesita tu apoyo?
Me
encogí de hombros porque ya lo sabía. Sungmin amaba a los amigos de Kyuhyun,
estaba profundamente inmerso en su mundo y definitivamente era aceptado como
parte de la destartalada familia, pero era fácil que se perdiera en el mar de
personalidades fuertes y dominantes; y a él le gustaba tenerme para ser su
puerto en la tormenta.
Pero
hoy, en vez de querer estar ahí para mi amigo, quería correr porque no sabía si
podría soportar más del juicio que venía con ello. Solo había estado haciendo
mi trabajo. No había querido ser el que le pusiera las esposas y encerrara a Kangin,
pero tenía que hacerse y por desgracia tuve que ser yo. He respetado mucho a
todos esos jovencitos; ver la decepción en sus ojos cuando me miraban podría
muy bien ser lo que me inclinara sobre el borde del acantilado del que estaba
sosteniéndome precariamente en este momento.
Suspiré
porque me di cuenta de que Kangin iba en serio. Llamándolo por cada mal nombre
que me pasaba por la cabeza, giré la 4x4 en un lugar de estacionamiento y
apagué el motor.
—Eres
un idiota manipulador, ¿sabes?
Finalmente,
abrió la puerta y salió. La ráfaga de aire de invierno casi me tiró y muy tarde
me acordé de que lo único que tenía puesto era mi ropa de gimnasia.
Caminó
alrededor de la parte delantera del auto y se detuvo cuando llegó a mi puerta.
Sin
decir palabra, la abrió y puso una mano en mi brazo y prácticamente me arrastró
afuera. Negó con la cabeza cuando vio que estaba temblando, y se quitó su
enorme y pesado abrigo y lo puso alrededor de mis hombros. Olía como él y
quería abrazarlo y frotar mi cara en la piel, pero estaba demasiado ocupado
mirándolo cuando me dijo:
—Ahora
estas atrapado, Pelirrojo.
Todo
lo que él llevaba era una camiseta térmica de manga larga, así que intenté
devolverle el abrigo, pero gruñó y puso una mano en mi espalda baja y me guio
hasta la puerta principal. Dejé escapar un suspiro que empañó el aire delante
de nosotros y le dije en voz baja:
—Tu
hermano me odia. Va a enloquecer cuando venga y me vea aquí con todo el mundo.
Él se
rio y el sonido envió escalofríos a través de toda mi piel.
—Zhoumi
es protector... con sus amigos, con su hombre, conmigo. A veces se adelanta sin
pensar las cosas hasta el final. No te odia. Odia lo que he vivido, el tipo de
vida que tenía. De hecho a la única persona que debería odiar es a mí. No era
la primera vez que me había sacado de la cárcel, y solo Dios sabe si será la
última. Sabe que estabas haciendo tu trabajo, Leeteuk. Solo quiere salvarme.
Siempre quiso salvarme.
Le di
una mirada por el rabillo de mi ojo.
—¿Por qué no dijiste nada ese día? Esos chicos
te asaltaron, te hirieron, y sin embargo, solo dejaste que te detuviéramos sin
quejas. ¿Por qué? —Me lo había preguntado desde el día en que Kook y yo fuimos
a sacarlo del Bar.
El
hospital estaba lleno. Había estado aquí lo suficiente para conocer la
localización de la unidad de parto sin preguntar. Kangin siguió a mi lado sin
responder a mi pregunta. Pensé que solo iba a ignorarme, hasta que llegamos al
ascensor y las puertas se cerraron. Se dio la vuelta y me miró; y esa sonrisa
que convertía su cara en algo con lo cual soñar brilló me iluminó.
—¿Cuál
es el punto? Siempre voy a ser el malo de la película, incluso cuando no lo
soy.
Fruncí
el ceño.
—Podrías
haberte defendido. Eras inocente. Esos chicos te tendieron una trampa.
Hubo
pruebas de vídeo de los hechos, las cuales habían dado lugar en última
instancia a quitar todos los cargos que se presentaron contra él.
Me
detuve un poco cuando extendió la mano y recorrió muy suavemente con la punta
de su dedo índice, la línea que se había formado entre mis cejas mientras le
fruncía el ceño.
—Ya no
me voy a defender. No de mi hermano. No de la policía. Ante nadie. La gente va
a pensar lo que quiera, y por desgracia la mayoría de las cosas que piensan son
ciertas. Soy culpable de un montón de cosas malas, Leeteuk. Por la mayor parte
ni siquiera me atraparon. El karma tiene su manera de ponerse al día con todos,
especialmente cuando te ríes en su cara demasiadas veces.
Estaba
sorprendido por su respuesta y algo aturdido por el cuidado en ese simple
toque.
—¿Me
estás diciendo que habrías estado dispuesto a ir a la cárcel por algo que no
hiciste como una especie de penitencia por todas las otras cosas malas que
hiciste en el pasado? Eso es de locos, Kangin.
Él
simplemente se encogió de hombros y las puertas se abrieron y entramos en una
sala llena de amigos y familiares esperando ansiosos y emocionados. Sabía que
estaba llevando un barril repleto de vergüenza y remordimiento por sus malas
acciones. Lo que no me di cuenta hasta ese momento era que estaba dispuesto a
dejar que ese barril lo aplastara en vez de ir y arreglar su contenido.
Sungmin
estaba en el mostrador hablando con la señora detrás de él. Siwon se paseaba de
ida y vuelta delante de una pareja mayor que asumí tenían que ser sus padres y
los de Hyukjae ya que Donghae no tenía casi ningún contacto con su familia; Key
estaba acurrucado en una bola en una de las sillas con su cabeza sobre el
hombro de Jjong; Kyuhyun estaba apoyado en la pared con una gorra de béisbol
sobre los ojos; y a Heechul no lo veía por ningún sitio.
Vacilé
un poco cuando todos los ojos se volvieron hacia nosotros mientras nos
acercábamos. Al principio pensé que todos se estaban preguntando por qué estaba
allí, pero pronto me di cuenta de que todos estaban preguntándose por qué Kangin
y yo habíamos aparecido al mismo tiempo y estaban bastante curiosos sobre por
qué estaba envuelta con su abrigo. Me encogí de hombros para quitármelo a pesar
de que se sentía como si entregara una manta de seguridad y me aclaré la
garganta.
—Hola.
Kangin
hizo eco del saludo y estrechó la mano de Siwon mientras el gigantesco soldado
retirado se acercaba. Chillé un poco cuando el gran hombre me agarró en un
fuerte abrazo que no pude evitar devolverle. Cuando me puso de nuevo sobre mis
pies yo solo lo mire boquiabierto por la sorpresa. Él me sonrió y no pude
evitar sonreír de nuevo.
—Iba a
mandar a Heechul a buscarte si no aparecías. Iba a decirle que utilizara la
fuerza si era necesario.
Kangin
dio un bufido y levantó una ceja ante su jefe.
—¿Dónde
está Heechul? Esto no es algo que él se perdería.
Caminamos
más lejos en la sala de espera y dejé salir un suspiro de alivio cuando Sungmin
se dirigió a mi lado. Entrelazó su brazo con el mío y me dio una mirada
cómplice. Sacudí la cabeza y le dije:
—Más
tarde. Podemos hablar de ello más tarde.
Solo
me sonrió y se apoyó junto a Kyuhyun, que inclinó la cabeza hacia mí en señal
de saludo.
Siwon
pasó sus manos sobre su cabeza y su enorme pecho se expandió cuando resopló un
suspiro de frustración.
—Está
en el baño. —Algo cambió a través de su hermoso rostro—. No se siente bien en
este momento.
Siwon
y Heechul se habían comprometido recientemente y tenían un hijo que acababa de
comenzar a caminar, lo que constantemente les mantenía en estado de alerta.
Eran una unidad familiar sólida como una roca y me hacían tener esperanzas para
mi propio futuro. Quería creer que algo como lo que tenían Siwon y Heechul, sin
infidelidad, sin celos y drama, podría existir en mi vida en algún momento. De
hecho todas estas personas tenían relaciones que envidiaba y admiraba. Todos
estaban decididos a hacer que funcionara. Sin importar lo que costara. Ellos
querían estar juntos y todos hicieron todo lo necesario para hacer que eso pasara.
Tenía muchas ganas de que alguien sintiera lo mismo por mí.
Kyuhyun
empujó la visera de su gorra y sus ojos color bígaro brillaron hacia mí con
desenfrenada diversión.
—¿Alguna
razón en particular por la que apareciste al mismo tiempo que Kangin? —Yo
estaba bastante seguro de que Sungmin le había hablado de mi enamoramiento actual,
pero no estaba de humor para compartir o ser objeto de burlas, así que solo me
encogí de hombros.
—Buena
sincronización, supongo. —Kyuhyun era el mejor amigo Hyukjae, por lo que darle
un puñetazo en el vientre para conseguir borrar esa sonrisa arrogante de su
rostro no estaría bien teniendo en cuenta la situación.
Me
solté del brazo de Sungmin y encontré un asiento que estaba a un lado. Puse los
pies por delante de mí y me senté para esperar. Tener bebés tomaba mucho tiempo
y no era como si fuera a dormir de todos modos.
Iba a
la deriva en
mis propios pensamientos.
Pensando en las sorprendentes revelaciones de Kangin,
cómo estaba dispuesto a ir a la cárcel para pagar por los crímenes del pasado,
pensando en la forma en que él sabía, la forma en que se sentía tan caliente y
duro en mi mano. Estaba pensando en la idea de volver a trabajar sin Kook a mi
lado y cómo era casi imposible sacarlo de mi cabeza.
No
podía dejar de pensar en todo lo que quería cuando no podía dormir y el
gimnasio no fue suficiente, lo que fue suficiente fue el mano a mano que tuve
con el camarero sureño y no podía sacarlo de mi cabeza. Mi enamoramiento se
estaba convirtiendo en una obsesión.
Me
sacudí un poco cuando un pequeño cuerpo aterrizó en la silla junto a mí. Heechul
observo la forma en que estaba tendido y pateó sus piernas por delante de ella
con una sonrisa.
—Ni de
lejos.
Gire
la cabeza hacia un lado para poder mirarlo mientras se sentaba a mi lado. Heechul
era el ángel de la guarda no oficial de este grupo. Era un pequeño joven con
potencia, y cuando no estaba como aterrorizado de él, me gustaba mucho y lo
respetaba. Esta noche parecía un poco pálido y tenía obvias bolsas bajo sus dos
ojos de diferente color.
—¿Cómo
va? —Pensé que si alguien sabía algo era él.
—Bien.
Hyukjae está realmente llevándose bien con todos a diferencia de Siwon. Siwon
tenía a las enfermeras y mi ginecólogo asustados de acercarse a mí. Hyukjae lo
toma todo con calma. Mientras Donghae esté tranquilo, él parece tranquilo, pero
las contracciones reales aún no han comenzado. Puede ser que tengamos que
enviar a los refuerzos si acaba desmayado igual que hizo su hermano.
Me
reí. No tenía duda de que Siwon extra asustaba cuando estaba estresado y
asustado. Parecía que podía ganar una guerra por sí solo, sin armas, solo de
pie al lado de Kangin charlando con él.
—Bueno,
eso es bueno. Es genial que todos estén aquí para apoyarlos. Zhoumi llamó a Kangin.
Está de camino.
Heechul
inclinó la cabeza hacia atrás en la silla, puso una mano sobre su vientre, y
apretó los ojos cerrándolos. Se veía un poco verde, de repente, y me enderecé. Iba a preguntar si estaba bien cuando
respiró profundamente y luego volvió la cabeza para mirarme mientras lo que
estaba mal con él al parecer se le pasó.
—Va a
estar devastado si ese bebé llega antes que él. Mudarse con Henry era la mejor
opción, pero es difícil para ellos con todos nosotros aquí.
—Le
dijo a Kangin que tenía que estar aquí por si acaso no podía llegar.
Heechul
asintió y me sonrió.
—Él
tiene que estar aquí, independientemente de eso, y tú también.
Era
extraño cómo siempre parecía verlo todo.
—Estoy
aquí —dije de mala gana.
—Sí.
Pero tuviste que pensarlo primero. Tu perteneces aquí, Leeteuk. No lo dudes.
Pero
lo hacía, dudar, es decir. No sabía cómo encajar.
—Las
cosas simplemente se apagaron un poco y se sentían extrañas después de tener
que entregar a Kangin. No estaba muy seguro de cómo manejar eso, y hacer amigos
nunca ha sido muy fácil para mí.
A la
mayoría no les gustaba o no confiaban en mí y los chicos solo querían fingir
ser mis amigos con la esperanza de que pudiera dar lugar a más. Aparte de mi
estrecho vínculo con mi mamá, mi relación con Kook y sus hermanas, y ahora Sungmin,
había vivido una vida bastante solitaria.
—La
mierda pasa. Lo que pasó con Kangin no fue tu culpa y todos lo sabemos. —Me dio
una mirada muy afilada, su ojo marrón duro y su ojo azul agudo—. ¿Lo sabes,
verdad?
Quería
decirle que todo se sentía como si fuera mi culpa. Se sentía como si todo lo
que podía hacer era un error tras otro. Nunca tuve la oportunidad, sin embargo,
porque el pánico cruzó su bonita cara y en un instante se levantó de la silla,
lanzándose a través de la habitación hasta donde se encontraban los baños de la
sala. La profunda voz de Siwon retumbó con una letanía de palabrotas mientras
su appa lo regañaba, lo que descaradamente ignoró mientras seguía a su
prometido hasta el baño. Hizo caso omiso de la enfermera que también lo
llamaba, eso hizo que todos los chicos comenzaran a reír.
Estaba
pensando en las palabras de Heechul sobre la culpa, cuando su asiento ahora
vacante fue ocupado con un cuerpo masculino mucho más grande. Cada vez que
estaba a poca distancia de él, todos mis sentidos parecían sobrecargarse.
Cubrió con uno de sus largos brazos el respaldo de mi silla y me miró por el
rabillo del ojo.
—¿Estás
bien? —Su voz era más suave de lo habitual y demasiado cerca de mi oído. Tragué
un poco de saliva y asentí con la cabeza.
Fue el
hecho de que preguntó, el hecho de que creía que realmente le importaba si
estaba bien o no, lo que eclipsó todas las banderas rojas a las que les gustaba
ondear en mi cara advirtiéndome que me alejara de él.
—Sí.
Me alegro de haber venido contigo. Es bonito ver esto.
—¿Ver
qué?
Agité
vagamente una mano por la habitación indicando a dónde estaban Key y Jjong
abrazados juntos, a dónde Kyuhyun había envuelto a Sungmin entre sus brazos y lo
sostenía, a dónde Siwon había desaparecido detrás de Heechul, y hasta donde los
Lee adultos estaban sentados acurrucados juntos.
—La
felicidad. La unión. Unidad. Solo éramos mi madre yo cuando era pequeño y ella
saltaba de hombre a hombre siempre en busca de algo que no era capaz de
encontrar. Es muy bueno ver a las parejas que realmente quieren estar juntas.
La estabilidad es una especie de concepto extraño para mí.
Pateó
sus piernas para arriba como estaban las mías y adoptó una pose similar. Me
estremecí un poco cuando su costado se presionó a lo largo del mío. Me sonrió
cuando se dio cuenta de mi reacción.
—Puedes
tener toda la estabilidad que desees cuando dejes de buscar problemas.
Probablemente
tenía razón, aunque los problemas sonaban mucho más divertidos en este momento,
y lo que quería y lo que necesitaba eran cosas absolutamente diferentes.
No
respondí; en su lugar traté muy duro para no moverme mientras sentía que las
puntas de sus dedos empezaban a jugar con mi cabello. No creo que siquiera
fuera consciente de que lo estaba haciendo. Es decir, hasta que lo miré y noté
el brillo de sus ojos. Este no era un chico que hiciera algo sin ser muy
consciente del efecto que estaba teniendo en las personas que lo rodeaban. Él
no solo era problemas, era potente y más peligroso que la mayoría de las cosas
que veía cada día en las calles.
En
algún momento la monotonía de esperar durante interminables horas hasta bien
entrada la noche, el murmullo silencioso de voces, el chirrido de zapatos de
goma en el suelo de linóleo, todo junto consiguió adormecerme. En un minuto
estaba pensando en lo extraña que mi noche se había vuelto. Acerca de que
cuando me sentía peor, ahí estaba todo este maravilloso grupo de gente
dispuesto a atraparme. No estaba acostumbrado a tener ningún tipo de red de
seguridad, aparte de Kook, y tenía que admitir que era muy agradable tener un
suave aterrizaje en lugar de un choque brutal por primera vez en mi vida.
Pero,
por supuesto, como todo en mi mundo últimamente, perderme en una pequeña siesta
no podía ser simple y rejuvenecedor. Tan pronto como la oscuridad descendió,
estuvo allí. El día que todo cambió para siempre.
Escuché
los disparos. Escuché a los policías que habían estado en la escena gritando
ante nosotros. Escuché a la gente en el barrio charlando junto al edificio en
ruinas que se había convertido en un monstruoso laboratorio de metanfetaminas.
Escuché las sirenas. Escuché en el graznido de mi radio que había varios
oficiales heridos. Era una mala situación, pero Kook y yo estábamos entrenados.
Nuestro trabajo era ir a las malas situaciones y hacerlas mejor.
Nos
escuché a Kook diciéndome que debíamos ir al callejón y a mí asintiendo
ciegamente. Escuché sus botas rasgando sobre el metal cuando encontró una salida
de incendios y empezó a subir. Yo le dije que estaba justo detrás de él,
siempre nos cubrimos el uno al otro. Kook me ladró que me quedase, para
cubrirlo desde el grupo. No teníamos ni idea de cuántos tiradores había, no
teníamos idea de si el edificio estaba despejado o no, pero de nuevo, estábamos
entrenados y este era nuestro trabajo.
Yo
tenía mi pistola. Estaba observando, mirando fijamente el espacio sobre la
cabeza de Kook, asegurándome de que nadie podría conseguir derribarlo. Hubo más
tiros, no tenía ni idea de si eran nuestros chicos o los malos, y no me
importaba siempre y cuando mi compañero estuviera bien. Escuché a Kook haciendo
ruido mientras llegaba a la parte superior de la escalera de incendios. Podría
jurar que escuché cada copo de nieve que estaba cayendo en la noche, chocando
contra el sucio suelo alrededor de mis botas.
Escuché
claramente gritar a Kook, lo vi moverse para ir a través de una ventana rota, y
luego escuché... nada más que un susurro. Un débil sonido de una lata o alguna otra
pieza de basura rodando por el asfalto. Moví mi atención lejos de Kook por una
fracción de segundo, la mitad de un latido del corazón, ni siquiera un parpadeo
completo, y entonces el infierno se desató.
Un
niño, un niño que apenas había salido de la pubertad, apareció sobre el borde
del techo, abriendo fuego desde su posición más alta, y le disparó a Kook. Le
dio dos disparos en el chaleco, uno le rasgó el brazo. La fuerza y la sorpresa
lo enviaron tropezando hacia atrás hasta caer por la barandilla de la escalera
de incendios y comenzó a caer. Una última bala le dio justo en el costado, pero
fue la caída la que hizo el mayor daño.
Entonces
todo lo que podía escuchar era gritos, mis propios gritos y los de Kook
mientras caía. Devolví los disparos, hiriendo de muerte al niño, hiriéndolo en
el pecho. No importaba. Pensé que Kook estaba muerto y no podía dejar de
gritar.
Me
desperté con una sacudida. Estaba cubierto de una ligera capa de sudor y
temblando notablemente. Por suerte esta vez no estaba haciendo ningún ruido y
nadie pareció darse cuenta de mi estado despeinado, sobre todo porque Zhoumi y Henry
habían llegado y todo el mundo estada reunido a su alrededor para saludarlos.
Vi como Kangin agarró a su hermano en un abrazo cálido.
Y
luego fue como si Donghae y su bebe lo supieran, como si su bebé y el de Hyukjae
hubiese estado esperando el minuto correcto para hacer su gran entrada en el
mundo. Parecía saber el momento exacto en que toda su familia estaba allí para
reunirse con él porque no fue hasta que toda la pandilla estuvo presente que Lee
Hyungsik hizo su debut.
Tenía
que decir que fue mejor que lo que había estado esperando para el final de mis
visiones de pesadilla de aquella horrible noche, y siempre agradecería que me
permitieran ser parte de esto.
Sí,al parecer sí es lo que creí.
ResponderEliminarOMG...un nuevo Lee ha llegado🎊🎉🎊🎉🎊🎉🎊🎉
Y Teuk ya sabe que es parte de esta familia de amigos,que ya no está solo,que no solo tiene a su compañero de trabajo,sino a todas estas personas más y a un nuevo sobrino.
Yo estaba más preocupada en mi Hermano, creo que se viene mas familia Lee por delante
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