—Minwoo, Príncipe
Hyungsik, es bueno verlos de nuevo —dijo Junjin a sus invitados inesperados a
medida que les indicaba que tomaran asiento en su oficina—. Tengo la sensación
de que esto no es una visita social.
—Me gustaría
poder decir lo contrario —dijo Hyungsik mientras tomaba asiento. Minwoo se
sentó a su lado en el sofá de dos plazas, con su serio rostro con firmeza en su
lugar.
—Minwoo se ha
topado con una noticia muy preocupante —comenzó Hyungsik—. Permítanme
rememorar. Fui a ver a Jongkook en el bastión de los hechiceros. Jungsoo ha
encargado a mis Elfos fabricar armas a sus guerreros. Hoy fui allí para
verificar la cantidad y los tipos de armas. Mientras estuve allí, Jongkook
exhibió un comportamiento muy extraño. Pero dijo que estaba bien, así que me
despedí —hizo una pausa y miró a Minwoo quien lo tomó como su señal para continuar.
—Él me mencionó
lo de la conducta, así que fui a comprobar la situación. Cuando llegué, Jungsoo
estaba allí en el gran salón, junto con casi la totalidad de los hechiceros.
Estaban en varios estados de enfermedad. Algunos vomitaban mientras que otros
se retorcían de dolor. Pero aun así, algunos otros estaban de pie pareciendo
perfectamente normales, aparte de tener los ojos de un rojo sangre. Entonces oí
a Jungsoo hablando de una guerra.
—¿Guerra? —Junjin
había estado escuchando en silencio mientras los dos hablaban, pero ante la
mención de una guerra, su lobo se alzó—. ¿Con quién?
Junjin se reclinó
en su silla mientras sus palabras calaban. Resonaron en su mente y se metieron
en sus venas como miles de hormigas diminutas. Guerra, la palabra sonaba
ominosamente en la habitación.
¿No había habido
suficientes guerras? ¿No habían derramado suficiente sangre, tomado las
suficientes vidas para durar muchas vidas? ¿Y de dónde había venido esta idea?
Jungsoo no había
mencionado alguna idea de atacar a los Trolls cuando se había reunido con Junjin.
Él había parecido completamente centrado en su hermano y hacer frente a ese
problema. A medida que su mente luchaba con las preguntas y reflexiones en
torno a este nuevo dilema, se levantó y sacó el teléfono del bolsillo. Presionó
el número tres y luego esperó.
—Alfa. —La voz de
Donghwa llegó a través del altavoz.
—Te necesito en
mi oficina ahora. —Junjin colgó sin esperar una respuesta.
Minwoo y Hyungsik
también se habían levantado y estaban mirándolo, esperando. No le gustaba
repetirse a sí mismo, por lo que no habló hasta que la puerta se abrió y Donghwa
entró a zancadas con Siwon justo detrás de él. No era de extrañarse, pensó Junjin
para sí mismo. Siwon estaba tratando de encontrar alguna manera de mantenerse
ocupado, para no tener que estar quieto y hacer frente a lo que fuera que lo
mantenía y a su lobo tan inquieto.
—Donghwa,
necesito que vayas a ver al Rey de los Trolls —dijo Junjin. Donghwa asintió una
vez antes de preguntar:
—¿Hay algo…?
Junjin levantó la
mano, cortando al lobo.
—Te daré la
información que necesitas si vas a ser paciente y dejar que lo explique. —Un
gruñido bajo emanó de su pecho mientras hablaba. Donghwa inmediatamente cayó
sobre una rodilla y expuso su cuello. El poder de Junjin irradió a través de la
habitación y eso hizo que los demás se removieran incómodos—. Jungsoo ha
declarado la guerra a los Trolls.
—Tienes que estar
bromeando —refunfuñó Siwon por lo bajo. Junjin no le hizo caso y siguió
hablando.
—Necesito que
averigües si Thead es consciente de la declaración y si es así, qué respuesta
está previendo.
—Sí, Alfa —dijo Donghwa.
—Ponte de pie, Donghwa
—dijo Junjin, exasperado. Se pellizcó el puente de la nariz con el pulgar y el
índice y cerró los ojos brevemente—. Mi ira no es hacia ti. Es hacia esta
situación —explicó.
Donghwa
simplemente se levantó y asintió.
—Voy a ir con él
—dijo Siwon.
—Preferiría que
te quedes aquí, pero como yo no soy tu Alfa, puedes decidir.
Siwon encontró
los ojos de Junjin tratando de obtener una respuesta en ellos, pero lo único
que pudo ver era frustración e irritación.
—Está bien, voy a
enviar a Hyukjae con él.
—No voy a
entregar las armas a Jungsoo —dijo Hyungsik a Junjin—, no hasta que esta
amenaza profesada se haya retirado.
—Creo que es lo
más sabio —concordó Junjin.
—Siwon, me
gustaría que hablemos con nuestros mejores hombres al respecto. Tendremos que
tomar medidas y tendrán que ser rápidas y duras. Hyungsik, eres bienvenido a
quedarte y escuchar. ¿Minwoo, podrías convocar a Alston? —Junjin se volvió
entonces y miró a Donghwa—. Espera hasta después de que hayamos discutido todo
antes de irte.
Quince minutos
más tarde, la oficina de Junjin estaba llena de lobos, Fae, y un Príncipe Elfo.
Siwon había reunido rápidamente a Hyukjae, Kangin, Yunho, Yesung, Henry, Wadim
y Sihyuk. Le había preguntado a Junjin acerca de Kyuhyun, pero Junjin
simplemente había dicho que tenía al lobo en la mira para otras cosas. Minwoo
había traído a Alston, y Hyungsik había decidido quedarse. Permaneció de pie
recostado contra su escritorio, mirando absolutamente nada.
—Estoy empezando
a ver un patrón aquí —dijo Wadim—. Cada vez que nos reunimos de esta forma, nos
dicen que alguien quiere matarnos.
Hubo unos cuantos
bufidos alrededor de la habitación ante su broma, pero se calmaron rápidamente
cuando Junjin finalmente los miró a todos ellos. Sus ojos brillaban con el
poder de su lobo y la frustración estaba escrita en su ceño.
—Desafortunadamente,
los he reunido debido a una amenaza de muerte, pero no es nuestra muerte la que
está siendo buscada. —Junjin les informó de todo lo que Hyungsik y Minwoo le
habían dicho. Vio como las expresiones cambiaron de conmoción a ira y
confusión.
—Esto no suena
como algo que Jungsoo haría —dijo Yunho.
—Estoy de acuerdo
—respondió Junjin—. Tengo a Donghwa y Hyukjae investigando. Si es cierto,
entonces tendremos que tratar con Jungsoo.
La repentina
aparición de Dambi en la habitación hizo que varios lobos gruñeran. Ella miró a
su alrededor hasta que sus ojos se posaron en Junjin.
—¿Puede alguien
decirme por qué Kevin me acaba de informar que una horda de hechiceros enojados
y muy posiblemente trastornados, dirigido por nada menos que nuestro amigable
vecino el Rey Hechicero están corriendo a través del bosque en línea recta
hacia la tierra de los Trolls?
Inmediatamente
todo el mundo estaba en sus pies, pero sus gruñidos y preguntas fueron frenados
por Junjin y la autoridad de Siwon.
—¿Están
camuflados? —le preguntó Junjin. Ella asintió.
—Sí, Jungsoo los
ha cubierto por completo de la vista, pero se mueven rápido. ¿Qué demonios está
pasando, Junjin?
—¿Por qué Kevin
fue a ti? —preguntó Alston, aunque no sonaba ofendido, solo curioso, ya que él
había sido el que envió a Kevin a la misión.
Dambi cruzó los
brazos sobre el pecho y entrecerró los ojos hacia él.
—Estaba en la
zona y nos topamos entre sí.
—¿Por qué no
estás en los Estados Unidos con las parejas? —preguntó Siwon mientras daba un
paso hacia ella.
A Dambi no le
gustó la mirada en los ojos del Alfa, ni el tono de su voz.
—¿Les acabo de
informar, sí o no, que Jungsoo ha perdido su maldita cabeza y está a punto de
intentar hacer que la población de los Trolls se extinga?
—Estás
escondiendo algo, Dambi, y si ese algo pone en peligro a mi compañero, vamos a
tener un problema. —Los ojos de Siwon brillaron furiosos y ella pudo ver que
sus colmillos se alargaban.
Le sostuvo la
mirada, sabiendo que era probablemente la cosa más estúpida que podía haber
hecho, pero tenía que hacerle creer que ella no estaba ocultando algo, sobre
todo dado que lo estaba haciendo.
Era un algo
bastante grande, viendo que ella sabía que si los lobos en esa habitación se
enteraban que Gura se había mostrado a Sora, y Dambi no les había dicho al
minuto después de que ocurriera, era como para darse por muerta. Por otra
parte, a juzgar por la furia en el rostro de Siwon, puede que simplemente podía
darse por muerta de todos modos. Bien podría
poner el último clavo
en el ataúd, pensó.
—Obviamente no lo
captas rápido, lobo, pero ya tienes un problema y si mi idea de tu problema es
correcta, entonces puedo garan-maldi-tizarte que no necesitas otro problema,
especialmente uno tan inventivo como yo. Así que, volviendo al jodido asunto…
—Las últimas palabras fueron saliendo lentamente, una en una, mientras le
indicaba que se alejara de ella.
Con el altercado
de Dambi y Siwon terminado, la sala comenzó a centrarse en lo que Dambi les
había dicho.
Junjin miró a
Alston.
—Tú y los tuyos
son los únicos que pueden llegar allí lo suficientemente rápido como para, al
menos, mantenerlos a raya hasta que podamos llegar allí.
—No digas más —le
dijo Alston. Luego miró a Dambi—. ¿Estás dentro?
—Poor favooor
—resopló—, como si yo me perdería la oportunidad de patear a Jungsoo, mientras
que está descarrilado —dijo y miró a Henry.
Él sonrió con su
sonrisa rompecorazones, que sabía que a Zhoumi le habría encantado haber
presenciado.
—Vamos a hacerlo
preciosa, será como en los viejos tiempos —dijo.
—¿Los viejos tiempos?
—Se burló ella—. Acabamos de hacer esto hace unos meses.
Henry se encogió
de hombros.
—Está bien, será
como en los buenos tiempos con toda la matanza y mutilación.
—Ahora sí estamos
hablando.
—Sin matar a
menos que sea necesario, Dambi. Solo incapacitar hasta que estemos seguros que Jungsoo
no está bajo la influencia de la magia negra — advirtió Junjin.
—Ustedes los
lobos le quitan la diversión a todo. No desnudarse, no coquetear, y ahora vamos
a la guerra y no podemos ni siquiera jodidamente matar nada.
Ella se había ido
cuando la última palabra salió de sus labios. Junjin miró a Henry. El Fae le
dio los pulgares en alto.
—No matar, solo
sacarles las rótulas y cortarles las manos para que no puedan sostener un arma.
Tenemos esto. —Él se había ido tan rápido como Dambi.
Alston
desapareció después. Minwoo miró a Hyungsik. Sus ojos le dijeron que estaba
preocupado por él, que no lo quería allí sin él, pero la inclinación de cabeza
resignada le dijo que él sabía que esto era parte de su trabajo y que él no
podía interferir en eso. Le dio un rápido guiño que le hizo sonrojar, y luego Minwoo
se había ido.
Junjin estaba
bastante seguro que Henry había estado bromeando, pero él todavía era bastante
nuevo en la manada y no lo había conocido completamente por el momento. Miró a
los hombres restantes en la habitación y comenzó a moverse hacia la puerta.
—Esto es todo lo
que vamos a llevar. —Hizo una seña para incluirlos a todos ellos—. Quiero
actuar con rapidez y quiero moverme silenciosamente. Todos ustedes escucharon
lo que dije, sin matar.
—¿Qué pasa si no
tenemos otra opción? —preguntó Yunho. Junjin respondió incluso mientras
comenzaba a cambiar.
—Háganlo limpio y
rápido.
***
—Hola Thead, veo
que la magia todavía protege tu hogar. —Dambi sonrió cuando se acercó a los
árboles que conducían al hogar que los Trolls habían escondido allí.
Habían utilizado
la magia para crear la ilusión de un bosque tan denso que ni siquiera la luz
puede penetrarlo. Solo los sobrenaturales podían ver la entrada e incluso
entonces tenían que saber lo que estaban buscando.
Thead sabía que
no había manera en que ellos se ocultaran a sí mismos y por eso había buscado
la ayuda de las Fae, bueno, una Fae en particular. Dambi había accedido a
ayudarlos, y ella no había unido condiciones a su ayuda. Cuando Thead le había
preguntado por qué no quería ninguna forma de pago, Dambi le había dicho
simplemente: “Alguien de seguro va a querer encontrarte un día y será divertido
reírse mientras vagan por ahí como idiotas
buscándote.”
—Si está
funcionando, ¿por qué estás aquí? —preguntó Thead.
—¿Quién ha estado
aquí recientemente Thead?
Él vaciló antes
de finalmente hablar.
—Lorelle estuvo
aquí.
—Maldita, jodida…
—Dambi dejó escapar un torrente de malas palabras dignas de una actuación de Hee
mientras se paseaba de un lado a otro. No debería haberla sorprendido que su
hermana estuviera involucrada. Eso explicaría cómo Jungsoo sabía a dónde ir—. Jungsoo
está de camino hacia aquí. Se mueven muy rápido y hay un montón de ellos. Ah, y
tienen extraños ojos rojos —agregó. Aunque no estaba segura del por qué, pensó
que él debería saberlo.
—Dambi, sabes que
no somos lo suficientemente fuertes como para derrotarlos.
Dambi sonrió,
justo cuando Alston, Henry y Minwoo llegaron caminando desde el bosque a su
alrededor.
—Eso, mi viejo
amigo, es él por qué estamos aquí. —Los otros tres Fae se inclinaron ante el
Rey y sonrieron de modo tranquilizador.
—Junjin y sus
lobos también están en camino —le dijo Henry.
Thead miró hacia
el bosque, sus ojos buscando, sus oídos escuchando.
—No sé por qué
está haciendo esto ahora —dijo sin mirar a la Fae.
Dambi dejó
escapar un profundo suspiro al pensar en ello. Tenía que estar de acuerdo en
que el Jungsoo que ella conocía no declararía de repente la guerra a una raza
con la que había mantenido la paz durante tanto tiempo.
—¿Alguno de tu
clan ha estado cerca de su montaña? —preguntó.
—No, rara vez
salimos y siempre sé quién sale y hacia dónde van —le dijo Thead.
—Él está bajo
mucha presión en este momento. Envió a su compañera lejos por su propia
seguridad y está tratando con toda esta mierda sobre su hermano —dijo ella con aire ausente mientras
pensaba en voz alta.
—¿Su hermano? —La
voz de Thead traicionó el nerviosismo que escondía de su rostro—. ¿Qué pasa con
Gura?
—Ha decidido
salir a jugar, solo que nadie quiere jugar el tipo de juegos en los que parece
interesado… —Sus palabras se desvanecieron mientras pensaba en ellas. Juegos, Gura
estaba sin duda a favor de los juegos de cualquier variedad, incluidos los que
pueden hacer que una especie ataque a otra—. ¡Santa mierda! —gruñó ella justo cuando el suelo
comenzó a temblar bajo sus pies.
Se preparó,
inclinándose hacia delante sobre las puntas de sus pies y observó atentamente
el ataque que era inminente. Los otros siguieron su ejemplo. Ella sonrió cuando
vio que Henry hizo un par de saltos en su lugar y luego balanceó los hombros
como un boxeador haría justo antes de un encuentro.
—Thead, vuelve a
entrar en el bosque y no salgas hasta que oigas de mí — dijo Dambi mientras
continuaba observando.
—No voy a
esconderme detrás de ti.
—Lo harás o te
convertiré en un adorno de patio.
Los ojos de Thead
se abrieron de par en par mientras retrocedía y, finalmente, dio media vuelta y
huyó a la seguridad del bosque protegido.
—Recuerda, sin
matar —anunció Henry justo cuando los hechiceros corriendo aparecieron a la
vista. Se movían por el bosque como fantasmas, azotando los árboles y saltando
sobre el follaje.
Era difícil creer
que seres tan grandes podían moverse con tanta gracia. Los ojos rojos que
miraban de cada uno de sus rostros brillaban peligrosamente, y sus labios se
levantaban en gruñidos amenazantes. De repente un cuchillo voló junto a la
oreja de Dambi, tan cerca, que oyó el silbido del mismo mientras giraba de
punta a punta a través del aire.
—Al diablo con
eso —espetó Dambi—. No estoy de humor para perder alguna parte del cuerpo hoy,
por lo que si todo llega a mi oreja o la de ellos, no voy a dudar en salvar a
mi oreja.
Henry se rió a
medida que balanceaba su brazo, su magia desviando otro cuchillo en el aire.
—Junjin no va a
estar feliz.
—Junjin puede ir
a saltar en un lago. —Sus palabras fueron seguidas por un grito de guerra
mientras esquivaba al primer hechicero que finalmente la alcanzó.
Mientras Dambi
esquivaba patadas, arrojaba lejos los cuchillos, y repartía ráfagas mágicas
destinadas a hacer daño, pero sin matar, su mente saltó brevemente a su
realización anterior de que Gura estaba detrás de esto.
Lo sabía como
sabía que el sol se levantaría por el Este mañana.
Los ojos rojos
deberían haber sido suficiente pista para ella. Pero aunque sabía que era magia
negra, sus ideas iniciales no habían sido culpar a Gura y esa idea la hizo
pensar que debe haber habido más en su hechizo que simplemente plantar la sed
de guerra en el corazón de los hechiceros.
Entonces, ¿por
qué lo hizo?, se preguntó mientras pateaba a una bruja en la cara. Él sabía que
los Trolls no podrían matar a su hermano, y eso era tras lo que estaba en
última instancia, ¿no? Por lo menos lo había sido una vez. Entonces, ¿qué
cambió? ¿Qué variables se habían alterado lo suficiente como para cambiar los
planes de Gura?
Cuando la golpeó
fue como un puñetazo en el estómago, bueno eso y el hecho de que ella fue en
realidad golpeada en el estómago por la bruja que se negaba a quedarse abajo.
—Sora —murmuró, y
luego emendó esa declaración—, las parejas. —Ella echó la mano al pecho de la
mujer y la empujó, enviando una descarga en su interior. La mujer se desplomó,
pero aún respiraba. Se dio la vuelta en un círculo y vio que Kevin y Heecheol
del Consejo se habían sumado a la lucha.
Y qué pelea era.
Ya que ellos solo estaban tratando de no matar a los atacantes, estaban
noqueando a los hechiceros con descargas de poder, interrumpiendo eficazmente
su sistema nervioso. Pero los hechiceros eran mágicos y todavía muy poderosos,
por lo que no permanecían caídos por mucho tiempo.
Sus ojos se
encontraron a Jungsoo y eso la detuvo brevemente, asombrada de su poder, gracia
y control. Él permanecía de pie atrás solo un poco, observando la batalla, a la
espera del momento en el que tendría que dar un paso adelante. Su rostro estaba
en blanco, vacío de emoción, y eso envió un escalofrío por su columna, el ver a
un hombre que solía ser tan apasionado y tan complaciente.
No sabía cuánto
tiempo habían estado luchando cuando oyó los aullidos, pero sabía que era
malditamente hora que las bolas de pelo aparecieran. Sintió al aire azotarse a
su alrededor mientras un destello negro voló delante de ella y un enorme lobo aterrizó sobre un hechicero
luchando con Henry. El enorme lobo azotó su pata a través de la cabeza del
hombre y lo dejó fuera de combate.
El lobo volvió su
enorme cabeza de nuevo a Dambi y enseñó los dientes grandes y afilados. Ojos
ámbar ardieron en su dirección mientras un gruñido retumbaba fuera de él.
—Siwon,
contrólate y ve a gruñirle a una presa que en realidad puedes tomar.
Con un gruñido
final, por si acaso, se volvió y saltó de nuevo en la pelea.
—Lo juro, Gran
Luna, si me das un lobo de compañero lo voy a castrar y afeitar como un caniche
—murmuró mientras se apresuraba a volver a la lucha. Ella corrió hacia Henry
quien estaba luchando contra cuatro hechiceros a la vez. Presionó su espalda a
la suya—. Te tengo cubierto —gritó por encima de los sonidos de la batalla.
—¿Sabías que
había tantos hechiceros aún con vida? —le gritó Henry.
Dambi agarró el
brazo del hechicero que acababa de tratar de destriparla con una espada. Ella
dobló su muñeca y él la dejó caer con un grito de dolor. Cayó de rodillas y Dambi
dirigió de nuevo su poder en él para noquearlo.
—Sí y no
—respondió ella.
—¿Qué significa
eso?
—Eso significa
que a veces no lo sé todo.
Él se echó a
reír.
—¿Puedo conseguir
eso por escrito?
—¿Querrías
callarte y concentrarte en herir a estos psicópatas para que no consigas ser
destripado?
Dambi se giró,
justo cuando escuchó un gruñido profundo, y tuvo que agacharse para evitar ser
atropellada por Junjin en su forma de lobo. Ella miró por encima del hombro
para ver por qué se había abalanzado sobre ella solo para verlo en batalla con Jungsoo.
Al parecer, el Rey había decidido que era el momento de añadir su granito de
arena a la lucha.
Ahora que los
lobos estaban presentes, la batalla estaba igualada de manera más uniforme,
aunque los hechiceros todavía seguían levantándose después de ser derribados. Dambi no estaba segura de
cuánto tiempo podrían seguir luchando con esta intensidad antes que algunos de
ellos comenzaran a salir lastimado.
Por el rabillo
del ojo vio caer algo desde arriba en la batalla. Levantó la vista rápidamente
solo quitando los ojos de su oponente por un segundo y vio que Hyungsik había
traído sus Elfos y estaban cayendo de los árboles. Era un espectáculo que Hee
habría apreciado y seguramente lo habría considerado digno de alguna jerga
militar rara.
—Bienvenido a la
fiesta, Príncipe —le dijo a Hyungsik mientras él inmediatamente comenzaba a
luchar.
—Veo que nadie ha
muerto —le dijo.
—No —acordó ella,
pero en voz baja murmuró—, todavía no.
OMG
ResponderEliminarEsto esraba esperando!!!
Oh si~
Pateen traseros de brujas!!!!
Ahhh
Esto no esta bien...Gura va en busca de las parejas, seguro que shi~
Oohh por Dios. Ahora sinse desato la cosa aqui. Espero que Dambi vaya por las parejas antes de que lp haga Gura.
ResponderEliminarGracias por el cap ^_^