—¿Ves eso? —Hyukjae
señaló a una zona del río donde se habían acumulado los sedimentos, generando
una zona de tierra con forma de abanico—. Es un abanico aluvial.
—¿Cómo se
forma? —le preguntó Sulli con genuino interés.
Siwon controló
el impulso de poner los ojos en blanco. Se había tomado el día libre, ya que
era incapaz de concentrarse en otra cosa que no fuera la confusión que lo
abrumaba, y había puesto rumbo a las montañas por insistencia de Hyukjae.
Todavía no sabía cómo se había dejado convencer por su cuñado.
—Por regla
general, el agua arrastra los sedimentos y los deposita en ese lugar —contestó Hyukjae—.
Otras veces sucede por un corrimiento de tierra.
—Ya, ustedes
dos. —Siwon se limpió el sudor de la frente con el antebrazo.
—A la niña le
gusta —replicó Hyukjae, que le sonrió a Sulli.
—¿Ah, sí?
Sulli lo miró
con una sonrisa.
—A la niña le
gusta —dijo.
—No sé qué
narices hay en los genes de los Lee, pero sea lo que sea, Sulli lo ha heredado.
— Siwon aplastó
un mosquito que se le había posado en el brazo—. Hijos de puta, me están
comiendo vivo.
Hyukjae le dio
un codazo a Sulli.
—Es un chico de
ciudad.
Ambos se
echaron a reír.
—Ya está bien
de jugar en la tierra por hoy —anunció Siwon—. Estoy sucio y cansado. Vámonos a
casa.
—Papá, eres un
aguafiestas. — Sulli lo alcanzó y lo cogió de la mano.
Siwon le pasó
un brazo por los hombros mientras enfilaban el camino de vuelta. Hyukjae, que
caminaba tras ellos, seguía comentando los elementos geológicos con los que se
iban encontrando.
—¿Ves lo que
has provocado? — murmuró Siwon.
Sulli rio entre
dientes.
—Imagínatelo en
una cita...
—Precisamente
por eso no sale mucho con chicas.
—¿De qué están
hablando? —gritó Hyukjae.
—De nada —le
contestó Siwon, alzando la voz.
—Del cortejo
ritual de los habitantes de la zona. —Sulli rio de nuevo.
—O más bien de
la falta de... — añadió Siwon por lo bajo.
—Son un par de
cómicos — replicó Hyukjae—. Pero da la casualidad de que esta noche tengo una
cita con un chico que está buenísimo. —Le guiñó un ojo a Sulli mientras se
subían en su polvoriento Land Rover—. Algo que no puede decir el vejestorio de
tu padre.
Siwon lo miró
desde su asiento.
—¿Quién ha
accedido a salir contigo?
—Bueno, más que
una cita romántica es una cita por otros asuntos. Pero si está tan bueno como
tú dices, podría convertirse en lo primero.
El vehículo se
zarandeó a medida que descendía por el camino de grava. Siwon tenía la
nauseabunda sensación de que sabía por dónde iban los tiros.
—Por favor,
dime que no has quedado con Park Donghae.
Hyukjae miró
por el retrovisor.
—¿Por qué no?
Tú mismo dijiste que era mi tipo.
Siwon apoyó un
codo en la ventanilla y se masajeó la dolorida frente.
—Mentí. Tiene
un niño. Tú no sales con parejas que tienen hijos, ¿recuerdas?
—Me gustan los
niños. Mira a Sulli.
—Sulli es una
anomalía. Los niños normales pasan de la geología. Además, creía que estabas
saliendo con un arqueólogo. Un pelirrojo con pinta de modelo, ¿no?
Hyukjae se
encogió de hombros.
—Estaba. Se ha
marchado a una a una excavación. Lo nuestro no funcionaba.
—¿Funciona con
alguien?
—Oye, tú. No te
pongas tan tonto conmigo porque estás de mal humor. Tal vez Park Donghae sea el
joven de mi vida.
Siwon resopló.
—Hyukjae, el
joven de tu vida no existe.
—Tal vez haya
uno. ¿Has pensado alguna vez que a lo mejor estoy cansado de perseguirlos?
—Sí, ya. Y yo
he visto un burro volando.
—Oye, que tengo
una vena sensible. No tiene nada de malo querer acurrucarse con alguien de vez
en cuando. No siempre voy buscando sexo.
—Como se te
ocurra pronunciar las palabras «amor» y «matrimonio», vomito aquí mismo.
Hyukjae frunció
el ceño.
—Mira, si sirve
para que te sientas mejor, esté bueno o no, Donghae jamás saldría conmigo. Por
lo menos no ahora mismo.
Algo en su tono
de voz y en su forma de mirar a Sulli a través del retrovisor hizo que Siwon
volviera la cabeza para mirar a su hija. Tenía los ojos cerrados y la cabeza
apoyada contra la ventanilla.
—Heechul lo ha
contratado para que lo represente —añadió Hyukjae en voz baja.
Siwon lo miró
al punto.
—¿Qué quieres
decir con eso?
—Quiero decir
que Donghae es el abogado de Heechul.
—¿Por qué?
—No estoy
seguro. —Se desviaron hacia la autopista—. Ahora mismo creo que es el
responsable de los análisis de ADN. Cuando estén los resultados puede haber...
otros... temas legales.
—¡Joder!
Todavía no lo sabemos y ¿ya se ha buscado un puto abogado?
—No te cabrees.
Todavía. Los dos pensamos que es Jungwoo. Si lo es, habrá que tomar decisiones
sobre ciertos asuntos legales.
—Te refieres a
la custodia. — Siwon soltó un taco entre dientes y volvió la cabeza para mirar
por la ventanilla.
—No va a
intentar conseguir la custodia de Sulli cuando ni siquiera la conoce.
—Todavía
—murmuró Siwon. Joder, si era Jungwoo, quería que conociera a Sulli. Jamás
intentaría impedírselo. Pero no iba a consentir que lo lograra por la fuerza—.
No le permitiré entrar en mi vida como si tal cosa para cargárselo todo.
¿Cuánto hace que estás al tanto de estas noticias?
Hyukjae hizo
una mueca, pero mantuvo la vista clavada en la carretera.
—Unos cuantos
días. Mira, en este tema te apoyo totalmente. No creo que deban concederle la
custodia. Pero, Siwon, si es el appa de Sulli, tiene derecho a conocerla.
—¿Me crees
capaz de impedírselo?
—No, desde
luego que no. Pero él no lo sabe. Si lo que dice es cierto, lo desconoce todo
sobre nosotros. No sabe lo que somos capaces de hacer y lo que no. Aunque me
fastidie, creo que hizo bien en buscarse un abogado.
Siwon miraba
furioso por la ventanilla.
—No quiero que
salgas con Park Donghae.
—Eso lo decido
yo, no tú.
Siwon sintió
que perdía el poco control que mantenía sobre sus emociones.
—Era mi esposo.
—Y mi hermano.
Tengo el mismo derecho que tú a descubrir qué está pasando.
—No me vengas
con el cuento de que lo conocías antes que yo, Hyukjae. No es lo mismo y lo
sabes muy bien.
—Lo sé —le
soltó Hyukjae—. Pero yo también lo quería, hijo de puta, y me duele todo esto
tanto como a ti. Si una cita con Park Donghae puede ofrecerme algún tipo de
información sobre lo que está pasando y sobre cuándo sabremos algo más, quedaré
con él.
Siwon apretó
los dientes y mantuvo la vista clavada en las colinas que iban dejando atrás.
No estaba enfadado con Hyukjae. Estaba enfadado con la situación en general. Y
con su incapacidad para lidiar con ella cuando todos los demás parecían
llevarlo bien.
—Joder, las
cosas no deberían pasar de esta forma.
—Lo sé —replicó
Hyukjae, suavizando su tono de voz—. De momento, no ha pasado nada. Solo quería
que estuvieras preparado, por si acaso pasa algo.
Siwon asintió
con la cabeza, aunque habría preferido estampar un puño contra el cristal. Las
cosas no iban como él esperaba que fuesen. Cada vez que analizaba la puta
situación, surgía algo nuevo. Y, de momento, solo podía concentrarse en la
posible batalla futura por la custodia.
No estaba
dispuesto a perder también a Sulli. Era lo único que le quedaba. Lucharía hasta
el final para mantenerla a su lado, ya fuera Kim Heechul su esposo o no.
Donghae aparcó
frente a Grill’s, el bar donde había quedado con Lee Hyukjae. Los nervios le
estaban provocando una especie de hormigueo en el estómago. Quedar con ese
hombre no evidenciaba una falta de ética. Al fin y al cabo, había sido amigo de
su hermano. Tenían ese vínculo en común. Y hasta que no tuvieran la
confirmación oficial de que Heechul era Jungwoo, no pensaba cruzar ninguna de
las líneas que separaban a un abogado de su cliente.
Sus nervios le
decían otra cosa. Todos pensaban que Heechul era Jungwoo. Quedar con Hyukjae iba
a crearle un montón de problemas a lo largo de todo el proceso. Pero aunque no
sabía por qué, cuando lo llamó para invitarlo a tomarse una copa, se descubrió
aceptando la invitación. Quizá porque percibió la desesperación que teñía sus
palabras y porque sabía lo que dolía perder a un ser querido. Quizá porque
esperaba que esa familia pudiera encontrar una felicidad que él jamás
encontraría. Quizá porque durante años había sentido una gran curiosidad por el
hermano geólogo y soltero de Jungwoo y cuando lo escuchó por teléfono, esa voz
sensual acabó con su sentido común.
Sí, la última
opción era la correcta. Frunció el ceño mientras bajaba de su BMW y cerraba la
puerta. Si una voz sensual y una buena dosis de curiosidad lo habían arrastrado
hasta esa cita, llevaba demasiado tiempo sin alguien en su vida.
Una copa. Se tomaría
una copa, hablaría un rato con él y se marcharía a casa. Posiblemente
obtuvieran los resultados al día siguiente. Si las cosas salían como esperaba que
saliesen, representaría a Heechul en los procedimientos legales, algo que
convertiría en una falta de ética cualquier contacto fuera del trabajo con Lee Hyukjae
y con su cuñado, Choi Siwon.
Entró en el
poco iluminado interior del establecimiento y echó un vistazo a su alrededor.
Echó un vistazo por las mesas y los bancos en busca de Hyukjae. Lo localizó de
inmediato. Estaba en el rincón del fondo. Era un hombre de pelo castaño claro y
un cuerpo de atleta.
Los nervios
aumentaron, pero enderezó los hombros y los desterró mientras sorteaba las
mesas para acercarse a él. Cuando llegó a su lado, Hyukjae le tendió una mano.
—¿Park Donghae?
—¿Lee Hyukjae?
—«Joder», pensó. Tenía la mano caliente y la palma, áspera por el trabajo
físico, muy distinta de la mano suave de su difunto marido, que también había
sido abogado.
—El único e
inimitable — contestó él con una sonrisa torcida —. Siéntate.
—Gracias. —Donghae
tomó asiento en el banco circular. Antes de que pudiera preguntarle los motivos
por los que lo había llamado y había invitado a tomarse una copa, se acercó un
camarero.
—¿Qué vas a tomar?
—le preguntó Hyukjae.
El hombre tenia
la sonrisa mas encantadora además de la voz más sensual que había escuchado en
la vida. ¡Madre del amor hermoso! Las cosas se estaban complicando.
—Mmmm... —Le
echó un vistazo al menú, mientras las palabras se le atropellaban en la cabeza.
«Vodka con un chorrito de limón. Que sea doble»—. El chardonnay de la casa me
va bien.
Hyukjae le dijo
unos golpecitos a su cerveza, que casi estaba vacía.
—Ponme otra.
El camarero se
alejó y se hizo un silencio entre ellos. Donghae observó a un joven rubio muy
mono que se levantó para ir al baño. Se preguntó si Hyukjae se había fijado en él.
Pero cuando lo miró, él le estaba observando.
Sintió un nudo
en el estómago y carraspeó.
—Bueno...
—Bueno —repitió
él sin dejar de mirarle.
Donghae admitió
que esos ojos le estaban provocando palpitaciones.
—Siwon me ha
dicho que eras amigo de Jungwoo. De antes —dijo Hyukjae.
Una
conversación banal. Seguro que era capaz de seguirla.
—Sí.
—¿Hasta qué
punto lo conocías?
—En realidad,
muy bien. Posiblemente mucho mejor que sus amigos de la ciudad. Nos conocimos en
Mopko través de un amigo común. Jungwoo estaba asistiendo a unas conferencias y
congeniamos de inmediato. Mi hija Haru tiene la misma edad que Sulli.
—¿Cuánto llevas
viviendo en Seúl?
—Dos años solo.
Me mudé aquí después de la muerte de mi marido.
—Lo siento.
No quería
hablar de su marido. Esa noche no.
—Gracias.
El camarero
volvió justo a tiempo y dejó una copa de vino frente a él. Donghae bebió un
gran sorbo.
—¿Por qué
llamaste a Siwon hace poco? —le preguntó él.
—¿Quieres que
te sea sincero? —replicó—. He pensado en llamarlo varias veces. Jungwoo llevó a
Sulli a vernos en una ocasión y las niñas congeniaron bastante bien. Estoy
seguro de que les encantaría quedar para verse de nuevo. Pero ya sabes cómo es
la vida. Surgen cosas. Te distraes. Y hace unas semanas se produjo el accidente
aéreo y me imaginé lo difícil que debía de ser para Siwon. Solo quería hacerle
saber que me acordaba mucho de él. —Al ver que Hyukjae se limitaba a asentir
con la cabeza, sintió el impulso de explicarse mejor, aunque no supo por qué—.
Solo he visto a Siwon un par de veces desde que me mudé a la ciudad y siempre
me ha dado la impresión de que mi presencia no lo alegraba mucho.
—No es algo
personal —le aseguró Hyukjae al tiempo que soltaba la cerveza sobre la mesa—. Siwon
no mantiene contacto con sus antiguos amigos, mucho menos con los de Jungwoo.
No planeaba devolverte la llamada y se ha cabreado conmigo por quedar esta noche
contigo. Estos días están siendo... duros plara él
Donghae se lo
imaginaba perfectamente. Pero su principal preocupación era Heechul, no Choi Siwon.
Bebió otro sorbo de vino.
—Bueno, Hyukjae,
¿por qué querías verme?
Él se inclinó
hacia delante y clavó los ojos en su cerveza como si estuviera eligiendo con
cuidado sus palabras.
—Jungwoo era mi
hermano y lo quería. Si existe la posibilidad, por mínima que sea, de que éste
joven, Kim Heechul, sea él... en fin, solo quería saber tu opinión sobre todo
esto. Conociste a Jungwoo y has pasado más tiempo con Heechul que nosotros.
Donghae
percibió el sufrimiento en sus ojos, sintió su dolor. La situación en su
conjunto debía de estar matándolo por dentro.
—Estaban muy
unidos, ¿verdad?
—Mucho. Bueno,
mientras crecíamos él siempre estaba deseando hacerme papilla, como todos los
hermanos, pero sí, estábamos muy unidos. Lo echo de menos.
—¿Y con Siwon?
Tengo entendido que también están muy unidos.
—Muchísimo.
Somos amigos desde hace años, desde la universidad. Estuve a punto de partirle
la cara cuando descubrí que se estaba acostando con mi hermano. Donghae se echó
a reír, consciente de lo a gusto que se sentía con ese hombre que acababa de
conocer.
—Supongo que
fue un momento muy interesante.
—Pues sí. Siwon
y yo jugábamos en el equipo de béisbol de la universidad. Estábamos en el
último año cuando Jungwoo empezó en primero. Un día de primavera, durante un
partido en casa, yo estaba entre la segunda y la tercera base y al mirar hacia
las gradas vi a Jungwoo. Estaba sonriendo y saludando, y pensé: «Qué guay, ha
venido a un partido.» Y, de repente, me doy cuenta de que no está sonriendo ni
saludándome a mí. Resulta que estaba haciéndole ojitos a Siwon, que estaba en
la segunda base. Tardé como diez segundos en comprender lo que pasaba.
Donghae sonrió.
—¿Qué pasó
después?
Hyukjae frunció
el ceño y apoyó la espalda en el banco.
—Durante el
partido no podía hacer mucho, salvo cabrearme. Me mantuve alejado de él en el
banquillo para no liarla y me expulsaron después por arrojarle un bate de nada
al árbitro.
—Venga ya.
Hyukjae hizo
una mueca.
—Lo hice. Pero
para ser justos, ese tipo necesitaba gafas. Ni de cosa eran lanzamientos buenos
esas bolas.
Donghae se
llevó la copa de vino a los labios y bebió otro sorbo. Se sentía relajado por
primera vez desde hacía días.
—¿Qué pasó
después con Siwon?
—Bueno, tuve
mucho tiempo para que mi cabreo aumentara poco a poco. Me duché, me cambié y me
fui, y después del partido volví para hablar con él. Una estupidez por mi
parte. Debería haberlo hecho fuera del campus. Cuando volví, lo vi con Jungwoo
cerca del estadio. Se estaban besando y... se me fue la mente. Tuvieron que
ponerle puntos de sutura. Estoy seguro de que tuvo el ojo morado una semana.
—Qué bonito.
—Y entonces
llegó el entrenador y nos echó del equipo por pelearnos.
—La cosa mejora
—comentó con una sonrisa—. ¿Qué dijo Jungwoo?
—Jungwoo estuvo
un mes sin hablarme. —Clavó la mirada en la cerveza y cuando volvió a hablar,
no había ni rastro de buen humor en su voz—. El caso es que Siwon tenía fama de
jugador en la universidad. Los dos la teníamos. Cuando descubrí que se había
liado con Jungwoo, pensé que se estaba aprovechando de él. Me equivoqué. De
hecho, nunca volvió a mirar a otro después de aquello. Sigue sin hacerlo.
—Pues yo he
coincidido con él en algunos sitios y siempre va muy bien acompañado.
—Sí, pero no.
La verdad es que las parejas se acercan a él porque tiene dinero y poder. Y
estoy seguro de que el único motivo por el que Siwon sale con ellos es para
olvidarse de que está solo. Durante estos cinco años no ha conocido a ninguno
que signifique algo importante para él. Sé de buena tinta que renunciaría a
todo eso con tal de recuperar a Jungwoo. Por eso esta situación le resulta tan
difícil. Sobre todo la incertidumbre.
Vamos,ni hee no siwon pueden enojarse por querer apoyo en esta situación. Si bien como dice hyuk,siwon no es capas de negarle conocer asu hija,hee no sabe nada de siwon,solo lo que ha leido en las revistas,que ni la mitad es verdad. Siwon debe comprenderlo,y vamos,que tampoco es como si hee fuera a quitarsela
ResponderEliminarAaaaaawwww EunHae *0*