Donghae desvió
la vista hacia la puerta cuando esta se abrió. Siwon y Hyukjae entraron en su
despacho ofreciendo un frente común.
Hermanos.
Con
independencia de sus características personales, en el fondo eran hermanos, y
eso se notaba. Siwon, con su aspecto pulcro y elegante, y Hyukjae con su
aspecto mas informal
Se puso en pie,
se acercó a Siwon y le dio un breve abrazo.
—Siento mucho
todo esto.
—Gracias. —Se
apartó de él—. Yo también siento lo de tu marido. Debería... debería haberte
llamado.
—No te
preocupes. Lo entiendo. Estas cosas son muy duras. Provocan emociones con las
que no siempre queremos lidiar.
Siwon asintió
con la cabeza. Donghae miró a Hyukjae. Se había cortado el pelo y se había
afeitado la barba. Estaba muy bien.
Apartó la
mirada de él y se frotó las manos.
—Bien. —Regresó
a su escritorio y adoptó la actitud propia de un abogado—. Si se sientan,
empezaremos.
—¿No va a
venir? —preguntó Hyukjae.
—No. Ya he
hablado con Heechul. Creemos que lo mejor es hacerlo por separado. Necesitaba
tiempo para asimilar los resultados antes de hablar con cualquiera de ustedes dos.
Hyukjae y Siwon
se miraron. Donghae se percató de su inquietud, de modo que sacó los resultados
de las pruebas. No tenía sentido prolongar su agonía. Le entregó una copia a
cada uno.
—Estos son los
resultados preliminares del ADN. No son del todo concluyentes, pero creo que
veran que les falta muy poco para serlo. Hyukjae, necesitamos muestras de tus
padres, pero creo que podemos decir, con una certeza del noventa y ocho por
ciento, que Kim Heechul es Choi Jungwoo.
Siwon se echó
hacia atrás y cerró los ojos. El dolor se reflejaba en su cara, pero a juzgar
por la tranquilidad de su reacción, supo que ya se lo esperaba. Tal como Heechul
había dicho, sin embargo, saberlo no facilitaba las cosas.
Hyukjae se tomó
su tiempo para leer el informe. Cuando levantó la vista, Donghae también vio el
dolor reflejado en sus ojos. La situación era dura para los dos.
Se puso en pie
y rodeó el escritorio, tras lo cual se apoyó en la mesa de roble, de la que
cogió otra carpeta para darles más documentos.
—Aquí tienen
una copia de su historial médico. Quería que lo vieran. El accidente que sufrió
le dañó la cara. Se sometió a varias operaciones reconstructivas para reparar
la nariz y las mejillas, razón por la que no tiene exactamente el mismo aspecto
que antes.
Esperó a que
los dos hojearan los documentos
—Sé que una
cosa es que él diga que no recuerda nada, pero que es otra muy distinta que lo
vean reflejado en datos. En Gangwon, lo trató un neurocirujano. He intentado
localizarlo, pero me he topado con un callejón sin salida. Parece que todas
nuestras pistas acaban de la misma manera. —Se desentendió de la idea y continuó— En
cuanto al traumatismo cerebral, su historial médico indica que recibió daños en
el córtex lateral del lóbulo temporal anterior, que es la parte del cerebro que
se encarga de la memoria a largo plazo, sobre todo donde se acumulan los
recuerdos personales. Así que las cosas que aprendió, en el colegio, por ejemplo,
no se ven afectadas porque se almacenan en otra parte del cerebro.
…O eso dice la
teoría. Sin embargo, dónde adquirió esos conocimientos es otra cuestión, porque
serían recuerdos personales, como la universidad a la que asistió. Eso explica
por qué se desenvuelve tan bien en su profesión, ya que recuerda la información
técnica acerca de la sismología y la geología, aunque no sepa qué clase de
titulación tiene. Según he estado
investigando, la mayor parte de lo que la comunidad médica sabe del cerebro es
bastante inconclusa, sobre todo lo que se refiere a cómo el cerebro trata los
recuerdos.
—¿De modo que
no recuerda absolutamente nada? —preguntó Siwon con voz débil.
—No —contestó Donghae—.
Y ahora les voy a decir algo que debéis tener muy en cuenta.
— Cuando los
dos lo miraron, prosiguió—: Esa parte del cerebro también es la responsable de
la personalidad. —Quería dejar esa parte muy clara, asegurarse de que los dos
lo entendían—. No es la misma persona que solía ser. Si pasan tiempo con él,
tal como he hecho yo, os daréis cuenta de las similitudes, de los gestos, de su
aspecto y demás. Pero también hay unas diferencias notables para las que tengan
que estar preparados. La personalidad de Heechul se ha desarrollado después del
accidente. Reacciona de forma distinta a las situaciones. Mientras que Jungwoo
era muy emotivo y saltaba a la primera, Heechul es más reservado. Piensa las
cosas antes de sacar conclusiones precipitadas o de dar su opinión. Es un
aspecto menor, cierto, pero cobra importancia conforme lo conoces. No quiero
que penséis que van a poder retomar sus vidas donde las dejaron cinco años
atrás y que todo irá sobre ruedas.
—¿Recuperará la
memoria algún día? —quiso saber Siwon.
—Según lo que
he hablado con el doctor Shin, un neurocirujano local que ha estudiado su
historial, no es muy probable. La mayoría de las personas que sufren amnesia
recuerdan algo, cualquier cosa, sobre todo de su niñez, pero el caso de Heechul
es único. No ha recordado un solo dato. Esperaba que al estar en Seúl, su
memoria despertase, pero de momento no ha sido así. —Suavizó la voz—. Lo
siento, Siwon. Sé que no es la respuesta que esperabas oír.
Él asintió con
la mirada fija en el informe. Pasaron varios segundos en silencio antes de que Siwon
dijera:
—¿Quién le
haría algo así? ¿Quién nos haría algo así a todos? —Levantó la cabeza de golpe,
pero en vez de dolor, Donghae vio rabia en ese momento. Una rabia infinita a la
que Siwon tenía todo el derecho del mundo—. ¿Quién fue el hijo de puta que nos
lo arrebató?
—Se llamaba Kim Mithra — contestó Donghae—.
Era un médico que trabajaba en Gangwon. También era uno de los pasajeros del
avión que se estrelló hace poco, razón por la que Heechul llegó a encontrarme a
mí y después a ti. Al parecer, había venido a Seúl para asistir a una
conferencia médica, aunque Heechul no sabe cuál. Todavía no tengo demasiada
información acerca de Kim, pero Heechul me ha pedido que investigue un poco.
—¿Qué clase de
investigación? —preguntó Hyukjae.
Donghae lo miró
y también vio la rabia en sus ojos. Todos habían perdido muchísimo tiempo. Un
tiempo que no podrían recuperar. Sin embargo, cabía la esperanza de que saber
la verdad del porqué aliviaría parte del dolor.
—Heechul
necesita saber qué le pasó. Está tan confundido por todo esto como ustedes,
salvo que en su caso, además, intenta averiguar qué parte de su vida es verdad
y qué parte es mentira. Vamos a partir de la clínica privada en la que estuvo
ingresado durante el coma, aunque nos hemos topado con varios obstáculos. Siwon,
tú identificaste sus objetos personales después del accidente, ¿verdad?
—Sí. —Cruzó los
brazos por delante del pecho—. No quedaba mucho, solo su bolso y su portátil
chamuscado.
—¿Sigues
conservándolos?
—Puede que sí,
en alguna parte. Guardé en cajas muchas de sus cosas después de eso. ¿Qué esperas sacar de ahí?
—Seguramente
nada, pero le gustaría verlos de todas maneras. Hyukjae, ¿podrías ponerte en
contacto con la universidad y averiguar en qué proyectos estaba trabajando
antes de su desaparición?
—¿Crees que
todo esto puede estar relacionado con su trabajo? — preguntó Hyukjae.
—No lo sé. Lo
que sí sabemos es que Siwon lo dejó en el aeropuerto y que él se despertó de un
coma casi tres años después. De haber sido un acto de violencia casual, un
secuestro o algo parecido, estaría muerto a estas alturas. Alguien se tomó el
tiempo necesario para que pareciera que había subido a ese avión y después lo
cuidó tras solo Dios sabe qué clase de accidente. Bien podría estar relacionado
con algún proyecto en el que estuviera trabajando.
—¿Y si no lo
está? —quiso saber Siwon.
—Si no lo está,
tacharemos esa posibilidad de la lista y pasaremos a la siguiente. Mientras
tanto, voy a seguir rastreando al médico de Gangwon que aparece en el historial
médico de Heechul, a ver si encuentro respuestas allí. Heechul también mencionó
a su suegro, Youngmin, que parece haber desaparecido justo después de que
su hijo muriera. También quiero dar con él.
Donghae vio el
fuego que ardía en los ojos de Siwon. Un fuego que puso de manifiesto que Kim Mithra podía sentirse afortunado por haber muerto. Donghae comprendía su rabia y
su frustración, pero para él era más importante Heechul, así como asegurarse de
que Heechul contaba con lo necesario para sobrevivir entera a los siguientes
días.
—¿Y ahora qué?
—preguntó Siwon.
—Bueno, eso tienen
que decirlo Heechul y tú —contestó Donghae—. Ahora mismo no pide nada. Necesita
un poco de tiempo para asimilarlo todo, pero estoy seguro de que se pondrá en
contacto contigo enseguida. No va a pedir ningún tipo de acuerdo legal para
poder ver a Sulli, por si es lo que te preocupa. Ha expresado su ferviente
deseo de conocer a la niña, algo de lo que seguro que ya estás al tanto, pero
creo que tienen que intentar ponerse de acuerdo antes de involucrar a algún
representante legal. Pienso que el siguiente paso sería comunicárselo a sus
padres, Hyukjae, y pedirles una muestra de sangre, solo para confirmar el tema.
Hyukjae asintió
con la cabeza. Donghae miró a los dos hombres mientras deseaba poder hacer
algo, lo que fuera, para facilitarles las cosas. Por desgracia, sabía que era
imposible.
Se apartó del
escritorio y dio un paso adelante, indicando así que la reunión había
terminado.
—Pueden
quedarse esos informes. No creo que nos ayuden mucho ahora, pero tal vez sí
sean de ayuda en el futuro.
Siwon le dio
las gracias, se volvió y miró a Hyukjae, que seguía sentado.
—Te veo fuera.
Cuando se
quedaron solos, Hyukjae lo miró.
—¿De qué va lo
de la investigación?
—De estar en su
lugar, ¿no querrías saber qué pasó?
Él movió la
cabeza y miró el informe que aún tenía en las manos.
—Entiendo la
rabia de Siwon y su necesidad de saberlo todo y demás. Yo estaba tan furioso
como él porque nos lo hubieran arrebatado. Pero esto... parece una completa
pérdida de tiempo.
—Es posible que
lo sea. Vamos paso a paso. Mientras tanto, esto ayuda a que Heechul sienta que
está haciendo algo, que tiene un poco de control sobre su vida. Creo que es lo
que necesita ahora mismo.
—¿Cómo se lo ha
tomado? — preguntó él en voz baja.
—No muy bien.
Claro que ya lo sabía antes de que se lo dijera, al igual que Siwon. Tienen que
solucionar muchas cosas.
Hyukjae miró la
puerta cerrada.
—No sé cómo
facilitarle las cosas.
—Apóyalo. La
cosa está a punto de empeorar, Hyukjae.
Él lo miró a la cara.Ya continuación puso los ojos como
platos.
—Joder. El
niño.
—¿Lo sabías?
—Acabo de atar
cabos ahora mismo. —Cerró los ojos—. Vi una foto en la mesa de Heechul. Mierda.
— Le habló de la visita que hizo al despacho de Heechul unos cuantos días
antes—. No me había dado cuenta hasta ahora mismo. Las cosas han estado tan...
mal. Madre del amor hermoso. —Se frotó la frente—. Y yo que creía que la cosa
ya era complicada antes.
—No puedes
decírselo a Siwon. Va a contárselo él. Pero necesita un poco de tiempo para
averiguar cómo hacerlo. Tenemos que dejar que lo solucionen ellos a su ritmo.
—Estoy en una
mala situación, pececito. Es mi hermano y lo quiero, me recuerde o no. Pero Siwon
también es mi hermano, aunque no seamos de la misma sangre, y lo quiero. Y me
necesita.
Esas palabras lo
conmovieron de un modo que no esperaba. Se agachó delante de él y le acarició
la mejilla con los dedos.
—Ya estás
haciendo lo correcto. Siento mucho que te veas en medio. ¿Puedo hacer algo?
Él levantó la
vista y esbozó esa sonrisa tan sexy. La que hacía revolucionar su corazón.
—Podrías cenar
conmigo.
Ah, se moría
por hacerlo.
—No puedo, Hyukjae.
No mientras siga representando a Heechul.
Le miró a los
ojos. En ellos vio la misma decepción que él estaba sintiendo.
—Me gustaría
que le dijeras que se busque otro abogado, por mi bien, pero no puedo. Te
necesita. Necesita a alguien de su parte.
—Nos tiene a
todos de su parte —le recordó.
—Sí, pero Siwon...
—Miró la puerta—. Me da el pálpito de que la cosa va a empeorar antes de
mejorar.
Por desgracia, Donghae
tenía el mal presentimiento de que era verdad.
Siwon comprobó
la información que le había sonsacado a la secretaria de Jungwoo y miró la
casita de dos plantas que había junto a la playa. No se parecía en nada a su
casa de Gangnam. Sin embargo, la propiedad no era barata. Se preguntó de dónde
sacaba los medios para costearla.
Mientras
contemplaba las casitas que se alineaban en la calle sin árboles, se frotaba el
dolor sordo que sentía en el pecho con una mano. Quería verlo, necesitaba verlo.
Tenía que decirle cosas una vez que lo sabían con seguridad. No podía quedarse
de brazos cruzados a la espera de que Jungwoo diera el primer paso.
Con las piernas
más flojas de lo que le gustaría admitir, se acercó a la puerta para llamar. Al
ver que nadie abría, aguzó el oído. Le llegaron voces desde la parte trasera de
la casa. La rodeó intentando localizar su procedencia.
Los patios no
estaban cercados. La hierba daba paso a la arena, que se fundía con el océano
Pacífico. Al llegar a la parte trasera de la casita de Jungwoo, un niño que
estaba arrodillado en la hierba, jugando con unos palitos que amontonaba, lo
miró con unos ojazos negros. Unos ojos que
eran idénticos a los suyos. Misma forma, mismo color. El niño pelinegro incluso
tenía el mismo corte de cara.
—Esto... hola
—consiguió decir Siwon cuando por fin le salió la voz.
—Eres un
desconocido. —El niño se dio media vuelta y salió corriendo—. ¡Appá! ¡Un
desconocido!
¿Appá? Siwon
salió de los árboles que bordeaban el lateral de la casa para echarle otro
vistazo al niño. Este corrió hacia un joven sentado en la arena. El joven se
volvió y se protegió los ojos con una mano para mirar al patio antes de ponerse
en pie de un salto.
Los dos
hablaron un momento. Acto seguido, el niño se encogió de hombros y corrió de
vuelta a la casa. Aminoró el paso cuando se acercó a Siwon, en esa ocasión con
una sonrisa que había visto en incontables ocasiones en la cara de Hyukjae, en
la cara de Sulli, en la cara de Jungwoo.
—Appá ha dicho
que puedo ver los dibujos.
El niño entró
en la casa. La mosquitera se cerró de golpe a su espalda.
A Siwon se le
desbocó el corazón mientras se quedaba de pie en el patio, con las gafas de sol
en la mano, mientras intentaba comprender qué diablos acababa de ver. Imposible
que fuera real. Empezó a contar mentalmente mientras miraba a Jungwoo, que
seguía en la arena. Las palabras se le atascaron en la garganta. Retazos de su
vida en común pasaron por delante de sus ojos, recuerdos de un embarazo que
acababa de empezar cuando él emprendió aquel viaje.
—No esperaba
verte hoy —dijo Heechul mientras se acercaba despacio.
—Sí, ya me he
dado cuenta. — Desvió la vista hacia la casa, demasiado aturdido como para hacer
algo más que mirarla fijamente—. El niño...
—Es hijo mío.
—Cuando Siwon volvió a mirarlo, añadió—: Y estoy casi seguro de que también es
tuyo.
—Mi... —Tragó
saliva con fuerza —. ¿Mi hijo?
Heechul se
abrazó la cintura, y adoptó una pose que lo hacía parecer precioso, nervioso y
un millar de otras cosas que no alcanzaba a describir porque estaba demasiado
aturdido como para pensar con claridad.
—Tenía casi
tres años cuando desperté. Nació mientras yo estaba en coma. Tiene cuatro años
y todavía no sabe nada de esto. No le he hablado del tema, no le he hablado de
ti. —Titubeó—. Cree que su padre murió en un accidente de avión.
Siwon era
incapaz de apartar los ojos de la casa.
—Tengo un hijo.
Un hijo. Un
niño de cuatro años que era su viva imagen. Sintió que su corazón volvía a
latir dentro de su pecho. Un hijo con el que no se había permitido soñar ni una
sola vez a lo largo de los años porque era demasiado doloroso pensar en otra
cosa más que había perdido.
Pero no lo
había perdido. Estaba allí. Estaba tan vivo como Jungwoo. Estaba...
Un hijo que,
después de verlo, sabía que no podía ser de nadie más. Un hijo del que acababa
de descubrir su existencia. Había pasado una semana desde que Jungwoo regresó a
su vida.
La sorpresa y
la alegría que había sentido al principio se tornaron en confusión. Se volvió
para mirarlo.
—No has dicho
nada. Durante todo este tiempo, ¿no has dicho nada?
—No lo supe con
seguridad hasta ayer. Todavía no lo sé con seguridad. No le he hecho pruebas.
—Pero ahora
estás seguro.
—Tengo una
fuerte sospecha. Que no es lo mismo.
—Una fuerte
sospecha. No hacen falta sospechas, es evidente que se parece a mí. —Se pasó
una mano por el pelo—. Joder, durante todo este tiempo, ¿no me lo has dicho?
¿Ibas a decírmelo acaso?
—Sí, claro. No
pensaba ocultártelo.
—¿Y no es lo
que estás haciendo? Porque no me lo dijiste cuando descubriste quién eres.
—Siwon, solo ha
pasado un día.
Su impasividad
solo consiguió enfurecerlo todavía más.
—¿Que solo ha
pasado un día? Un día es una vida entera para mí. ¡Supuse que habías perdido el
niño! —Inspiró hondo e intentó controlar su rabia. No funcionó—. ¡Me cago en la
puta! ¿Es hijo mío? ¿Sabes lo mucho que quería a ese niño? Por el amor de Dios.
No solo te perdí a ti. También lo perdí a él. ¿Y ahora me vienes con esa estupidez
de que solo ha pasado un día?
Se alejó y
volvió a acercarse a él, aunque no se fiaba de lo que pudiera hacer. ¿Por qué
era incapaz de controlar sus emociones cuando estaba cerca de él? ¿Por qué
empeoraba todo en vez de mejorar? Tenía un hijo. ¡Un hijo! Debería estar
contento. Delirante de felicidad. En cambio, solo sentía dolor, confusión y
muchísima pena.
—No te pongas
así —le suplicó él—. Te lo estoy diciendo ahora.
—No me has
dicho nada. ¡Lo he descubierto por casualidad!
—Iba a
decírtelo.
—¿Cuándo?
¿Cuando te resultara conveniente? ¿Has pensado en lo que yo necesitaba? ¿En lo
que sentiría? No, porque no recuerdas absolutamente nada de mí. Muy
conveniente, ¿no te parece? Tener esa maravillosa excusa para no preocuparte
por los sentimientos de los demás.
—¿Heechul?
Los dos miraron
hacia la puerta de la casa. Un hombre estaba al otro lado de la
mosquitera.
—¿Va todo bien
por aquí?
—¿Quién diablos
eres? —preguntó Siwon.
—Un amigo de Heechul.
¿Y tú?
—Soy su puto
marido. ¿No te llega el amor?
Ay......sarcasmo detectado
ResponderEliminardios,nada mejora,se saben más cosas pero todo empeora........dios,porqué le hicieron eso?.......espero que solo allá si un accidente oportuno,que dio pie a que hee fuera separado de su familia,porque si fue algo planeado,eso fue muy cruel.