Volver a Amarte- Capítulo 20




—¿Por qué no me dejas que te toque?

—Porque tú mismo dijiste que no sería una buena idea. Son tus reglas, cariño, no las mías.

—Yo no...

—¿No lo entiendes? Ya. Lo sé. Voy a explicártelo. —Se pasó una mano por el pelo—. Si me tocas, yo te toco. ¿Qué te parece?

—Ah —Donghae se puso colorado y mantuvo las manos pegadas a las rodillas. La temperatura de la cocina pareció subir diez grados de golpe mientras se miraban. El deseo crepitaba entre ellos.

¿Qué tenía ese hombre que lo atraía tanto? Porque no era solo su físico. Ni su absurdo sentido del humor. Era algo más. Algo para lo que no estaba preparado.


Después de unos larguísimos segundos, Hyukjae apartó la mirada y gruñó mientras se ponía en pie. Era todo piernas y músculo.

—En fin, voy a limpiar el desastre que he armado.

Donghae se levantó y alargó un brazo para tocarlo.

—Hyukjae...

Él atrapó su muñeca con tal rapidez que Donghae ni siquiera tuvo opción de apartarla. El roce de sus dedos le abrasó, y cuando se volvió para mirarlo, vio que el deseo ardía en sus ojos. Un deseo que le abrumó y que recorrió su cuerpo como si fuera una corriente eléctrica.

—Vale, pececito, voy a explicártelo. Estoy loco por ti. Como nunca lo he estado por nadie. Jamás. Soy consciente de que eres el abogado de mi hermano. Soy consciente de que esto puede suponer un conflicto de intereses para ti. Pero si me tocas otra vez, se me olvidarán todos tus ridículos principios éticos y acabaré echándote un polvo aquí mismo, en la cocina. No hará falta Viagra. Y te aseguro que tú también disfrutarás. Los dos lo haremos.

Donghae se quedó sin aire en los pulmones. El deseo era abrumador. Un deseo que no sentía desde hacía años. La vida tan cuidadosa que se había esmerado por construir desde que quedó viudo, parecía pender de un hilo.

—Hyukjae...

Vio que aparecía un tic nervioso en su mentón.

—¿Qué?

—Bésame antes de que se me ocurra decirte que no.

Lo obedeció tan rápido que Donghae ni siquiera lo escuchó acercarse.



Las gotas de agua se deslizaban por el cuerpo de Heechul. Las burbujas se acumulaban en torno a sus pies.

Cerró los ojos y aspiró el olor fresco y limpio del jabón, el mismo olor que acompañaba a Siwon, el olor que había percibido la noche anterior cuando lo estrechó contra su musculoso cuerpo.

Se volvió para dejar que el agua le cayera en la cara. Se encontraba en el baño de la habitación de invitados; y después de la noche que había pasado en vela, estaba más agotado que el día anterior. ¿Habría dormido Siwon últimamente en la cama que había usado esa noche? Porque estaba seguro de que la almohada olía a él. Parecía percibir su olor hasta en las sábanas.

Se le contrajeron los músculos del abdomen mientras se enjabonaba, imaginando que eran sus manos las que lo acariciaban, que eran sus labios. Sintió un dolor palpitante en su entrepierna. Un deseo arrollador.

Siwon le había dicho que le deseaba, que se moría por tocarlo. Pero eso fue antes de que descubrieran su historial médico en la clínica privada, antes de que él se percatara del fondo de todo el asunto. Desde entonces, lo trataba con delicadeza y mimo, pero se mantenía distante. Como si le asustara la posibilidad de acercarse demasiado.

Se pasó las manos por el pecho, acrecentando el deseo. Por algún motivo que se le escapaba, no quería que Siwon se distanciara. Lo que quería era que lo acariciara como había hecho antes. Que su boca lo devorara. Quería sentirlo muy adentro. El deseo aumentó hasta un punto insoportable mientras lo imaginaba en la ducha con él, mientras se imaginaba que recorría ese musculoso cuerpo con las manos. Con la lengua.

Estaba en el otro extremo del pasillo. Lo único que tenía que hacer era ir a su dormitorio y pedirle que le acariciara. Tembloroso, apoyó las manos en la pared y se esforzó por respirar. Técnicamente era su marido, ¿no? No sería pedirle demasiado.

El sentido común se impuso y acabó atenuando el fuego que le consumía. Sí, era su marido, pero no lo conocía. No de verdad, no en lo importante. Solo sabía que se sentía muy atraído por un hombre que era casi un desconocido, con el que compartía un vínculo que no comprendía. Solo sabía que lo deseaba con una pasión que jamás había experimentado.

¿Se solucionarían todos sus problemas si echaban un polvo? ¿Le ayudaría a recordar una vida que de algún modo le parecía ajena? ¿Le ayudaría a comprender qué le había pasado? ¿Ayudaría a Siwon a verlo como Heechul?

Esa era la pregunta más importante.

No se le había escapado que Siwon aún no lo había llamado así, que evitaba pronunciar su nombre. Sabía que cuando lo miraba, él veía a Jungwoo. No veía a la persona en la que se había convertido. ¿Eso cambiaría después de un polvo?

Probablemente no. Pero...

¡Mmmm, sería genial! Y así se libraría del deseo que sentía en ese momento y cada vez que lo veía.

Alguien llamó a la puerta de repente, sobresaltándolo. Cerró el grifo y se pasó una mano temblorosa por el pelo a fin de escurrirse un poco el agua.

—Un momento.

—El café está hecho —anunció Siwon desde el otro lado de la puerta—. Y el desayuno está casi listo.

Estaba al otro lado de la puerta, en su dormitorio. Solo tenía que quitar el pestillo y podría estar a su lado. ¿Le habría leído el pensamiento?

Salió de la ducha entre temblores, tomó una gruesa toalla se envolvió con ella. Respiró hondo y se obligó a relajarse.

—Vale. Mmmm... bajo ahora mismo.

—¿Necesitas algo?

«Sí. A ti. Ahora mismo», respondió para sus adentros.

Se tragó las palabras antes de que pudiera pronunciarlas sin darse cuenta.

—No. Estoy bien.

—No tardes mucho.

Cuando sus pasos se alejaron, Heechul se sentó en la tapa del inodoro. Una persona inteligente reconocería que estaba coladito por él y saldría pitando de esa casa. Pero, claro, él no iba a hacerlo. Iba a quedarse y a sufrir hasta que controlara por completo esos arrebatos enloquecedores.

O hasta que se lanzara sobre él. En cualquier caso, salía perdiendo.

Desterró esos pensamientos de su cabeza y se vistió con unos vaqueros y una camiseta de manga corta. Se puso un poco de maquillaje para disimular el cansancio de los ojos. Al mirarse en el espejo, no pudo evitar fruncir el ceño. Tenía el pelo empapado y alborotado, pero no quería perder tiempo secándoselo. Un café y una buena dosis de realidad eran más importantes que tener la cabeza seca.

Al llegar a la cocina, vio que Siwon estaba preparando algo en una sartén, de espaldas a él. El deseo lo abrasó de nuevo, corriendo por sus venas mientras lo observaba. Estaba descalzo y llevaba unos vaqueros holgados y desgastados, y una camiseta azul claro que se ajustaba de forma maravillosa a sus tonificados hombros. Su pelo seguía un poco húmedo después de la ducha, y él se moría de ganas por enterrar los dedos en él como había hecho el día anterior.

¡Por Dios! Como no se controlara, acabaría metido en un problema muy gordo.
Carraspeó mientras entraba en la estancia.

—Huele bien. No sabía que cocinabas.

Siwon se volvió al escucharlo y en cuanto se miraron, la pasión hizo que saltaran chispas entre ellos. Una pasión que, a juzgar por la mirada de Siwon, él también sentía.

Lo vio apartar los ojos con rapidez, pero no antes de que el deseo le provocara de nuevo el hormigueo en los pechos.

—Allí está el café —le dijo él al tiempo que señalaba con la espátula.

Heechul se sirvió una humante taza y aspiró el delicioso aroma. Rezó para que el café saciara de alguna manera el ansia que sentía. Pero algo le dijo que solo podría saciarle de una manera concreta.

Se volvió, se apoyó en la encimera y observó a Siwon por encima del borde de la taza.
¡Dios, estaba buenísimo! No era la primera vez que se asombraba por haber sido capaz de conquistar a un hombre como Choi Siwon. Esos hombros, ese culo tan firme... era incapaz de apartar los ojos de él. El día anterior sintió ese cuerpo pegado al suyo. Saboreó esa boca con sus labios. Si no los hubieran interrumpido, habría descubierto y explorado cada centímetro de él.

Su sangre se convirtió en lava ardiente. El deseo se agolpó en su sexo.

Estaba perdiendo el control. Necesitaba recordar cuál era su prioridad. Encontrar respuestas. No echar un polvo salvaje y erótico con el hombre que tenía enfrente.
Carraspeó y bebió un sorbo de café.

—Está buenísimo.

Siwon apagó el fuego, se volvió y se acercó a él. Heechul alzó la vista, sorprendido y confuso cuando le quitó la taza de las manos. Sus ojos le miraban con un brillo oscuro. Con un brillo peligroso y... ¡sí, sensual!

Siwon le colocó una mano en la nuca, tiró de él y lo besó en los labios.

Las piernas amenazaron con fallarle mientras se aferraba a su camiseta como si le fuera la vida en ello, separando los labios para acoger su lengua y poder acariciársela y devolverle el beso con todas sus ganas.

«¡Sí, sí, sí, por fin!», exclamó en silencio.

Sabía a menta y a chocolate. Olía como el jabón que había usado en su cuerpo. Y sentirlo era el paraíso. Subió las manos para poder acariciarle el pelo y enterró los dedos en él. El beso se tornó voraz y enfebrecido. Siwon lo aferró por la cintura y lo pegó a él, avivando el deseo. La posición hizo que sintiera su erección. Ya la tenía muy dura.

—Anoche no pegué ojo — murmuró él contra sus labios al tiempo que le hacía inclinar un poco la cabeza hacia atrás para besarlo con más comodidad mientras le subía la camiseta con la otra mano a fin de acariciarlo. Le pellizcó un pezón con la fuerza suficiente para arrancarle un gemido. Pero no le dolió. Era maravilloso. Fantástico—. Solo podía pensar en ti acostado en esa cama, desnudo. He estado empalmado toda la noche.

—¿Ah, sí? —logró preguntarle. Las noticias le emocionaron. Lo excitaron. Sintió que su miembro despertaba. Lo besó con frenesí.

—Sí —gimió él, besándolo una y otra vez. Lo soltó para levantarle la camiseta y se retiró un poco a fin de mirarle. La vista lo hizo gemir y dicho gemido hizo que Heechul sintiera un espasmo entre los muslos—. Eres precioso — susurró.

Heechul creyó derretirse cuando una de sus manos le acarició un pezón, tras lo cual bajó la cabeza para lamerlo.

El placer lo atravesó. Dejó caer la cabeza hacia atrás y le acarició el pelo, apoyado contra los armarios. Siwon siguió lamiéndolo, una y otra vez, arrancándole gemido tras gemido antes de rodearle el pezón con los labios para chupárselo por fin.

Si lo tocaba entre los muslos en ese momento, estaba segura de que se correría. Se encontraba al borde del orgasmo. Presionó las caderas contra él y sintió que ambos estaban más duro.

—Siwon —consiguió decir. Sin darse cuenta, le dio un codazo a un cuenco y escuchó que algo se caía al suelo. No obstante, solo podía pensar en una cosa—. Te necesito.

Lo vio levantar la cabeza. Tenía el pelo alborotado por culpa de sus caricias y esos ojos tan dolorosamente familiares lo miraban con el mismo deseo que a él le estaba matando.

Siwon lo apartó de la encimera, lo llevó hasta la escalera y tras aferrarlo por las caderas, lo instó a caminar hacia atrás.

—Vamos a la cama.

—Sí, sí —gimió, aceptando su beso al tiempo que le echaba los brazos al cuello.

Siwon lo estrechó con fuerza, le rodeó la cintura con los brazos y lo levantó del suelo. Estaban cerca, pero no lo suficiente. Heechul le acarició la lengua con la suya mientras intentaba rodearlo con piernas y brazos, con todo el cuerpo.

En ese momento, se abrió la puerta principal y se escucharon unas voces al otro lado del pasillo. Heechul se quedó paralizado entre los brazos de Siwon, que se había detenido en el primer peldaño. Desde el otro lado de la casa les llegó la risa de Sulli.

Siwon lo abrazó con más fuerza y apoyó la frente en uno de sus hombros. Lo oyó soltar una especie de gemido que resonó por todo su cuerpo. Aunque trató de contenerse, Heechul acabó riéndose entre dientes.

—No tiene gracia —murmuró él, que lo dejó en el suelo.

—Lo sé. Lo siento. —Apoyó la espalda en la pared de la escalera.

—Creo que tus padres tienen un detector de calentones. Cada vez que estoy a punto de hacer algo contigo, aparecen.

Heechul se echó a reír con todas sus ganas.

—Te repito que no tiene gracia —dijo Siwon, que seguía apoyado en su hombro.

—Sería mucho peor que hubieran llegado cuando ya estuviésemos arriba.

—Arriba podría haberle echado el pestillo a la puerta del dormitorio. —Se apartó de él y le miró. Sin embargo, no estaba enfadado ni irritado ni frustrado, como la última vez que los interrumpieron. En sus ojos había un brillo alegre. Un brillo que a Heechul le provocó una opresión en el pecho —. ¿En qué estaba pensando? Debería haber cerrado con llave la puerta principal.

Heechul rio de nuevo al tiempo que le acariciaba el sedoso pelo de la nuca. ¿Ese era el mismo hombre que le había gritado enfurecido pocos días antes? ¿El hombre que lo había mirado como si estuviera destruyendo su mundo? El cambio obrado le parecía imposible.

Comprendió que era él el culpable de dicho cambio. Gracias a él se había suavizado la tensión que antes tenía en torno a los ojos. Gracias a él parecía... casi feliz.

La conclusión hizo que las alarmas saltaran en su mente. Sin embargo, antes de que pudiera analizarlas al detalle, Siwan entró corriendo en la cocina.

—¡Appá!

Heechul se alejó de los brazos de Siwon y se arrodilló para abrazar con fuerza a su hijo.
Siwon se escondió tras la encimera, ya que tenía una enorme erección. Él también era el culpable de eso, pensó con una malévola emoción que se concentró entre sus muslos. Miró por encima de la cabeza de Siwan y vio que Siwon los estaba observando. Ese corazón que comenzaba a derretirse por él dio un vuelco enorme cuando reconoció la emoción que brillaba en esos hipnóticos ojos negros.

Amor. Por un hijo al que no conocía. Por una esposo que no era el mismo.

Se le cayó el alma a los pies. El miedo le inundó al percatarse de que el fuego que ardía entre ellos era solo físico. Jamás sería la persona que él recordaba. Y con lo rápido que Siwon se estaba enamorando de él, tal vez le resultara insoportable ver el momento en el que se diera cuenta de ese hecho.

Sulli apareció por el pasillo, sonriendo de oreja a oreja. Al verlo en la cocina, su expresión cambió.

La tensión se apoderó de la estancia. Una tensión que Heechul no sabía cómo desterrar. Sin importar lo que pasara entre Siwon y él, tenía que estar al lado de su hija.

Se puso en pie despacio, levantando a Siwan, al que se colocó en una cadera.

—Buenos días, Sulli.

—¿Qué hace él aquí? — preguntó su hija, mirando furiosa a Siwon.

—Él —contestó él con firmeza — está a punto de desayunar. Igual que tú. Sube a lavarte. 

Sulli los miró con los ojos entornados.

—No tengo hambre.

Heechul sabía lo que la niña estaba pensando y, la verdad, no iba muy desencaminada. Una simple mirada bastaba para saber lo que había pasado entre ellos. Estaba despeinado y tenía los labios hinchados. Sulli era una niña lista. Obviamente, ya había visto a su padre con otras parejas.

La incomodidad, la culpa y el miedo se agolparon en el pecho de Heechul, dificultándole de forma dolorosa la tarea de respirar.

—Me da igual que tengas hambre o que no la tengas, señorita —le soltó Siwon—. Estamos a punto de desayunar, así que sube a lavarte.

Heechul lo miró y vio la furia que ardía en su mirada. Sintió la necesidad de defender a
Sulli. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, su hija salió corriendo con los ojos llenos de lágrimas.

—Siwon —dijo Heechul en el silencio que siguió a la escena—, no te enfades con ella.

—No voy a permitir que te trate como si...

—Hola, cariño —dijo la madre de Heechul, que apareció por el pasillo muy sonriente, a todas luces ajena a la tensión que reinaba en la cocina. Su padre la seguía de cerca —. No esperábamos verte tan temprano.

«¡Mierda!», pensó. Sus padres. El pánico le atenazó mientras trataba de peinarse un poco con la mano libre, ya que con la otra tenía cogido a Siwan.

—Bueno, es que... —Miró a Siwon para suplicarle que le echara un cable, pero él se limitó a ladear la cabeza y a sonreír, como si le estuviera diciendo: «Te han pillado.»

Menuda ayuda. Heechul frunció el ceño y después miró a su madre.

Joder, ¿qué podía decirle?

—Tenemos cosas que hacer esta mañana —dijo Siwon, rescatándolo cuando pensaba que lo había dejado para que se las apañara solo—. ¿Pueden quedarse hoy con los niños?

Janghoon se sentó en un taburete y cogió una uva del frutero.

—Claro. Los Kia juegan esta tarde. A los niños les encantan. ¿Quieren ir ustedes también?

—No creo que tengamos tiempo —respondió Siwon—, pero gracias.

Arriba se oyó un portazo antes de que Heechul pudiera analizar qué había planeado Siwon, quien miró hacia el techo con expresión frustrada.

La culpa que a esas alturas era tan familiar para Heechul aumentó un poco más.

—Debería hablar con ella —dijo.

—Yo iré. —Siwon extendió una mano y le dio un apretón en el brazo.

La calidez del contacto se extendió por su cuerpo hasta rodearle el corazón.

—Vamos, Siwan —dijo Heejin, que alargó los brazos para coger a Siwan mientras Siwon desaparecía por la escalera trasera—. Vamos a ayudar a tu appa a terminar el desayuno. ¡Vaya por Dios! ¿Qué les ha pasado a estos huevos?

Una mirada bastó para que Heechul confirmara sus peores temores. El cuenco que había golpeado con el codo yacía boca abajo en medio de un charco de huevos batidos.

Cerró los ojos y deseó con todas sus fuerzas que el suelo se lo tragara en ese instante. Sin embargo, sabía que era imposible. Su vida era un desastre, su hija lo odiaba, sus padres acababan de pillarlos a punto de echar un polvo y, lo peor de todo, sabía que estaba enamorándose de Siwon.

Una circunstancia que solo provocaría un desengaño, para todos ellos.

2 comentarios:

  1. -no puede de la risa- "besame antes de que se me ocurra decirte que no"
    por que no puedo evitar pensar que el verdadero pecesito diria algo a si! jajajajajjajajajajajjajajaja XD
    awww~ya enserio que le den una buena nalgada a esa niña insolente de Sulli por tratar a su appa de esa manera!!!! ¬¬ ya me cae re mal!!!
    aww~ ya es el segundo polvo que les interrumpen!!! ¬¬ y en este cap no averiguaron nada!!!! me voy a salir comiendo las uñas sin saber que pasa!!!
    KimJiAe

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  2. Bueno,si la mala suerte no los acompaña a todos,podríamos decir que HyukJae y DongHae pudieron disfrutar de esa noche.
    Aunque no puedo decir lo mismo de Hee y Siwon......o sea,teniendo todo la noche vienen a decidirse en la mañana,justo cuando había la posibilidad de que alguien llegara a interrumpirlos......de nuevo.
    ¿En que cabeza cabe?....es ta vez en definitiva,la culpa de que no se concrete lo que desean,es de ellos,o sea,estaba en su casa,SOLOS,toda una noche,sin dormir.....y aaaaaaah par de tontos. Pero bueno,supongo que primero hablaran,seria horrible no muy romantico que siwon lo llame con el nombre que lo conocio,si llegan a concretar algo,seguro siwon lo llama de esa manera,y Hee se pondrá mal....lo sé...primero que hablen.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...