Volver A Amarte- Capítulo 11




Los dos miraron hacia la puerta de la casa. Un hombre de mediana edad estaba al otro lado de la mosquitera.

—¿Va todo bien por aquí?

—¿Quién diablos eres? —preguntó Siwon.

—Un amigo de Heechul. ¿Y tú?

—Soy su puto marido. ¿No te llega el amor?

 Jungwoo cerró los ojos.

El hombre abrió la mosquitera y cuadró los hombros.

Jungwoo subió los escalones a toda prisa y obligó al hombre a entrar en la casa.

—Yunho, ahora no es el mejor momento.

—He venido para asegurarme de que estabas bien. Has faltado a la reunión programada
para hoy.

Él lo metió en la casa.

—Estoy bien. Te lo explicaré después. Ahora mismo tengo que ocuparme de este asunto.

Desde el patio, Siwon escuchó que el hombre decía:

—¿Quieres que me quede? Ese tipo parece muy cabreado. ¿Seguro que estás bien?

La voz de Jungwoo... Joder, la voz de Heechul... Porque su Jungwoo nunca le haría eso...

La voz de Jungwoo resonó en el interior de la casa, pero Siwon la bloqueó. Cerró los ojos, puso los brazos en jarras, inspiró hondo e intentó controlarse. En lo referente a los negocios, era el amo del control, pero con él... con él nunca había tenido control. Lo manejó a su antojo desde el primer momento que se conocieron y él cayó bajo su hechizo desde entonces. Le provocaba las emociones más profundas, desde la pasión más exaltada al dolor más agónico. Y ese dolor se movía de una herida abierta a otra, sacando su rabia de un modo que no quería y que tenía que controlar.

Tenía que evitar que las emociones lo guiaran. Él no lo recordaba. No le importaba nada.
Tenía que pensar en Sulli y... en su hijo. Tenía que empezar a ver todo el asunto como una negociación de su empresa.

Se puso las gafas de sol, atravesó el patio y se dejó caer en la arena, apoyando los brazos en las rodillas, con la vista clavada en las olas, mientras esperaba.

Tras unos minutos que se le hicieron eternos, escuchó que la mosquitera se abría y presintió, más que escuchó, que se acercaba por detrás.

—¿Se ha ido? —le preguntó.

—Sí.

—¿Quién es?

—Mi jefe. Técnicamente, la casa es suya. Se la estamos alquilando.

Eso explicaba cómo podía permitirse una casa en ese sitio.

—¿Cómo se llama mi hijo? — Sabía que hablaba con brusquedad, pero le daba igual.

—Siwan... —contestó él, soltando el aire—. Kim Siwan.

—Le pusiste su apellido a nuestro hijo. —Apretó los dientes.

 —Siwon, yo no se lo puse. Estaba en coma cuando nació.

Siwon cerró los ojos y se obligó a guardar silencio mientras hacía acopio de toda su fuerza de voluntad para mantener controladas sus emociones. No iba a funcionar.

—Quiero un régimen de visitas. Si no accedes, recurriré a los tribunales. Mis abogados lo conseguirán.

—Voy a acceder. No quiero mantenerlo alejado de ti.

—Bien. Díselo. Esta noche. Si no lo haces, lo haré yo. No voy a fingir que no es mío. Los dos sabemos que lo es. Ya he esperado demasiado, joder.

—Lo haré. Siwon...

—Y quiero que lleve mi apellido. Joder, nuestro apellido. — Lo fulminó con la mirada por encima del hombro. Sabía que no tenía la culpa. Sabía que él no había tenido nada que ver, pero, Dios, le dolía. Y él era el causante —. Déjale el nombre si quieres, pero se apellidará Choi. —Se puso en pie 
y se sacudió la arena de los pantalones—. Nos veremos el sábado, a las diez en punto, en el parque botanico, en los escalones de entrada al Invernadero. No llegue tarde, señor Kim.

Él lo cogió del brazo, deteniéndolo.

—Oye, que todo esto tampoco es fácil para mí. Nada de esto. Intento hacer lo correcto.

—¿Lo correcto? ¿A qué te refieres con lo correcto? ¿A no contarme que tengo un hijo o a casarte cuando seguías casado conmigo?

Él lo soltó, pero no se apartó.

—Eso no es justo. No sabía que era tu esposo cuando estaba con Mithra. Él me hizo creer que estábamos casados. Tampoco es que pasáramos por la iglesia.

—Qué conveniente para ti.

Vio el dolor reflejado en sus ojos, pero también vio la rabia. Esa chispa independiente tan familiar que en otro tiempo quiso y odió a partes iguales.

—Usas mucho esa palabra, «conveniente». Pues a mí me parece que yo soy una víctima muy conveniente para ti. Si tienes algo que decirme, Choi, suéltalo, sin rodeos.

—Bien, eso haré: no me gustas.

Él soltó una carcajada amarga, pero no sonrió.

—En ese caso, estamos empatados, porque ahora mismo te estás comportando como un imbécil.

Siwon apretó los dientes tanto que se hizo daño y lo fulminó con la mirada. Fulminó con la mirada al joven que seguía siendo su esposo. Su esposo, joder. No el de otro. Daba igual que no lo recordase. Daba igual que no se hubiera casado de forma consciente con ese cabrón de Kim. Lo único que importaba era que había permitido que ese maldito lo engañara y le hiciera pensar que sí lo había hecho. Después de todo lo que habían compartido, en el fondo de su corazón debería haber sabido que le estaba mintiendo.

Debería haber sabido que su lugar estaba junto a otra persona.

Lo dejó en la arena. Sabía que él tenía razón. Se estaba comportando como un imbécil. Un imbécil integral. Pero solo podía pensar en que llevaba la alianza de otro hombre. Solo podía pensar en eso y en que tenía un hijo. Un hijo que llevaba el nombre de de ese hijo de puta.



Seguro que un infarto era menos doloroso que eso. La opresión que Heechul sentía en el pecho era peor que cualquier dolor físico que se había visto obligado a soportar durante su estancia en el hospital y después. Y eso no era moco de pavo, teniendo en cuenta que ya había muerto en una ocasión.

Incapaz de soportarlo durante más tiempo, salió de la oficina y fue a ver a Hyukjae, ya que parecía ser la persona más cercana a Siwon. Tal vez él pudiera aconsejarle qué hacer.

Cuando se asomó por la puerta, lo vio de pie frente a la ventana, hablando por teléfono y lanzando al aire una pelota de béisbol. Al verlo volverse, se obligó a sonreír y a saludarlo con una mano.

Hyukjae lo invitó a pasar con un gesto, y de la misma forma le indicó que no tardaría mucho en atenderlo.

Cuando se acercó a la mesa, vio la foto enmarcada que tenía cerca del ordenador. Una foto en la que estaban Siwon, él y Hyukjae. Él se encontraba en el centro, sonriendo de oreja a oreja. Hyukjae le había pasado un brazo por los hombros y también sonreía, y Siwon estaba al otro lado, con un brazo en torno a su cintura y una mueca burlona en su apuesto rostro.

Cogió la foto y pasó un dedo por las caras. ¿De verdad era él? Tenía la impresión de estar viendo la vida de otra persona. No recordaba ese día en concreto. Por más que lo intentara, no podía recordar por qué sonreían.

—Es el día de la graduación —le dijo Hyukjae en voz baja.

—Ya lo veo. —No se había percatado de que había colgado el teléfono—. Supongo que no se me había ocurrido que tuvieras fotos. De antes, quiero decir.

—Tenemos montones de fotos. Si quieres, te consigo algunas.

Podrías echarles un vistazo, por si eso te ayuda en algo.

—Creo que me gustaría mucho. —Dejó la foto sobre la mesa y tomó una honda bocanada de aire—. Esperaba que pudiésemos hablar. Si es un mal momento, volveré luego.

—No, ahora me viene bien. — Miró hacia la puerta.

Heechul se percató de que su secretaria los miraba con recelo.

—¿Te apetece dar un paseo? — le preguntó Hyukjae.

—Si.

Él lo guio a través del vestíbulo mientras se ponía las gafas de sol. Una vez fuera del edificio, pusieron rumbo al puerto.

—Supongo que ya sabes lo que pasó ayer, ¿verdad?

Hyukjae se metió las manos en los bolsillos.

—Sí. ¿Estás bien? No tienes muy buena cara.

Enarcó las cejas.

—¿Ah, no? Bueno, la verdad es que no me encuentro muy bien. Es lo que tiene que todo te caiga encima de golpe. Siwon estaba un poco molesto cuando se fue.

—Siwon tiene bastante mal genio —replicó él mientras se adentraban en el parque—. A veces pierde los estribos.

—No me digas —le soltó con sarcasmo—. Ni siquiera me permitió hablar.

—Tienes que entender que esto es muy duro para él. Después de que desaparecieras, cambió. Se encerró en más de un sentido.

—¿Qué tipo de relación tienes con él?

—Es mi mejor amigo. Lo era antes de que empezaran a salir. Pero —añadió— eso no significa que no sea capaz de darle una patada cuando se comporta como un imbécil. Sobre todo en lo que a ti respecta.

La firmeza de su voz hizo que Heechul sonriera.

—¿Por qué me resulta más fácil hablar contigo que con él?

—Porque soy tu hermano.

Un sentimiento cálido se apoderó de su corazón. Jamás había pensado que pudiera tener un hermano.

—Y porque yo no quiero nada de ti —siguió él—. Salvo conocerte de nuevo, ser tu amigo.
Siwon quiere recuperar a su esposo.

Heechul se dejó caer en un banco y soltó un hondo suspiro.

—No soy su esposo. Tal vez tenga su cara, su cuerpo y su voz, pero no soy él. Por dentro no lo soy.

—Sí que lo eres. —Hyukjae se sentó a su lado—. No lo ves porque no lo recuerdas. Pero sigues siendo él. Las cosas que dices, las cosas que haces, tu forma de actuar. Todavía eres capaz de arrancarme la cabeza de un bocado si discrepo contigo en algo relacionado con la geología.

Heechul se miró las manos y sonrió.

—Y es tan fácil tratar contigo como lo era tratar con él.

—Pero soy distinto.

—Sí, en cierto modo lo eres. Pero eso no significa que ahora no seas quien eres porque antes fuiste de otra forma. La gente cambia. Si alguien no cambia después de verse involucrado en este tipo de situación, no es humano. Siwon ha cambiado. Yo he cambiado. Es normal que tú, sobre todo tú, hayas cambiado.

—Pero es tan frío... No acabo de verlo como el tipo de hombre que todos describen. Donghae y tú hablan de él como si fuera un hombre simpático y agradable, pero la faceta que me ha demostrado esta semana es la del déspota frío, arrogante y cruel que describe la prensa. Soy incapaz de interpretar sus emociones. No sé si alguna vez lograré hacerlo.

Hyukjae sonrió.

—Ese es Siwon. Guarda sus emociones bajo llave. Pero no siempre fue así.

—¿Por qué cambió?

—Lo hizo después de perderte. —Hyukjae movió la cabeza al ver que él apartaba la vista— Siwon se encerró en sí mismo cuando te perdimos. Ahora solo vive para dos cosas: su trabajo y cuidar de Sulli. Lo demás no importa, el dinero, la fama, el poder. Trabaja duro porque de esa forma se distrae y se olvida de lo que siente. Es la emoción de su negocio lo que lo ayuda a seguir adelante. Si lo perdiera todo mañana, le daría igual siempre y cuando siguiera teniendo a Sulli. Empezaría desde cero. Debes entender que aunque quiere que conozcas a Sulli, la idea de perderla le resulta aterradora.

—No intento arrebatársela.

—Lo sé —le aseguró él en voz baja.

—Tengo la impresión de que mi vida está partida en dos. La persona que fui antes, y la persona que soy ahora. No sé cómo unirlas.

—Porque te esfuerzas demasiado. Sucederá a su debido tiempo. Sé que es duro. Sé que piensas en él como en Jungwoo, y que piensas en ti como en Heechul. Dos personas distintas, dos vidas distintas. Pero en el fondo son la misma persona. Solo necesitas darte un poco de tiempo.

—Y mientras tanto estoy fastidiándolo todo.

Hyukjae le acarició un hombro con la mano.

—Lo superarás. Dale un día o dos a Siwon. En cuanto pase un poco de tiempo con Siwan, se le olvidará el enfado por no haber sabido de su existencia. Hazme caso, lo conozco bien. Por fuera parece duro como el acero, pero por dentro es un trozo de pan.

—Así que ¿es mejor que no vaya hoy a verlo?

—Ajá. Hoy estará cavilando. No conseguirás hablar con él.

—No sé qué diferencia puede suponer un día. Cada vez que me ve, se cabrea.

—¿Y crees que antes no se cabreaba contigo? —Hyukjae sonrió—. ¿Crees que nunca discutían? Lo hacían a todas horas. Por eso su relación era tan divertida desde fuera. Él siempre pensó que eras demasiado independiente. Eso lo sacaba de quicio. En el fondo, temía que no lo necesitaras tanto como él te necesitaba a ti. Supongo que en cierto modo, esta es la misma discusión de siempre pero multiplicada por mil.

Hyukjae le cogió una mano y Heechul se percató de que tenían los dedos igual de largos. Y con la misma forma. 

—Heechul, es un buen tipo. —Hyukjae esbozó una sonrisa torcida mientras observaba sus dedos —. Dios, se me hace raro llamarte así. Pero me acostumbraré. Dale tiempo a Siwon. Todo esto le duele porque quiere más de lo que ahora mismo puedes darle.

Heechul estuvo a punto de echarse a reír.

—Se pasa la vida rodeado de jovenes y mujeres guapísimos. ¿Qué va a querer de mí?

—¿De verdad no lo sabes? —le preguntó él con sorna—. Te quiere de vuelta.

Heechul sintió un dolor sordo en el pecho.

—No sé si algún día seré capaz de darle lo que quiere.

—Todo a su debido tiempo. Entretanto, piensa en Sulli, en Siwan y en cómo vas a manejar ese asunto. Ahora mismo es lo más importante.

—Lo sé.

Hyukjae titubeó antes de decir:

—También debes comprender que el hecho de saber que estuviste casado con otro, que estuviste con otro hombre, lo está matando por dentro.

Ese comentario hizo que le embargara la frustración.

—Ya, genial. Él puede salir con alguien distinto todos los fines de semana, pero yo, que mantenía una relación estable y sólida, soy el que debe sentirse culpable.

—Siwon sale con muchos, pero no ha mantenido una relación seria con uno desde que te fuiste. Creo que el hecho de que tú sí la hayas mantenido lo dificulta todo. Te quiere tanto como te quería cuando desapareciste, y tú no lo quieres a él. Eso le duele.

Heechul cerró los ojos.

—No quiero hacerle daño.

—¿Estabas enamorado del otro? —le preguntó en voz baja.

Heechul se levantó, incapaz de seguir sentado más tiempo.

—Eso pensaba. Aunque ahora me pregunto por qué. Había inconsistencias, pero pensé que todo era producto de mi enfermedad. De su trabajo. ¿Cómo es posible que me haya equivocado tanto con una persona? Ahora ya no me fío de mi capacidad para juzgar a los demás.

Hyukjae se acercó a él.

—Todo esto tiene una explicación. Debes aferrarte a esa certeza.

—Ya no sé qué creer.

—Voy a decirte una cosa. — Hyukjae se quitó las gafas de sol—. Creo que hay un poder superior que decide sobre nuestros destinos. Antes no lo creía, pero ahora sí. Es imposible no creer si se analiza todo esto a fondo.

—¿Cómo puedes pensar eso? ¿Cómo puedes pensar que Dios ha permitido que vivamos este infierno?

—Piensa en la alternativa. Si las cosas no hubieran sucedido de esta forma, habrías estado en ese avión. Habrías muerto de verdad. No habrías tenido una segunda oportunidad. Siwan no existiría.

No lo había pensado de esa forma. Las palabras de Hyukjae le provocaron un escalofrío en la espalda.

—Tengo que volver —dijo Hyukjae. Mientras salían del parque, lo miró de reojo—. En fin, no sé si sabes que tenemos que llamar a mis... a nuestros —se corrigió— padres.

Heechul hizo una mueca.

—Temía que pudieras decir eso.

—Estaba pensando en hacerlo el sábado, después de que Siwon y tú hayan tenido la oportunidad de pasar un rato con los niños. Me gustaría mucho que estuvieras conmigo mientras hablo con ellos. Podemos hacerlo en mi casa, si te resulta más cómodo.

Heechul asintió con la cabeza, aunque lo que de verdad le gustaría hacer era salir corriendo.

—Querrán coger un avión al instante para venir a verte.

—También había pensado en esa posibilidad.

—¿Y te parece bien?

—¿Tengo otra alternativa?

—Pues no. Heechul, son buenas personas. Yo estaré a tu lado.

—Vale. —Soltó el aire despacio, dispuesto a aligerar la situación—. Bueno, me han dicho que estás colado por mi abogado.

—¿Ah, sí? ¿Te ha dicho algo de mí?

Heechul no pudo evitarlo. Se echó a reír. Hyukjae parecía un adolescente.

—Te gusta.

—Sí, me gusta. Pero tal vez este no sea el mejor momento para empezar algo.

—¿Por mi culpa?

—Por... muchas cosas.

—Hyukjae, no lo hagas por mí.

—No es eso. No eres solo tú. Mi vida es complicada. Viajo mucho. A veces estoy fuera durante meses. No sería un buen novio.

—No te creo. Algo me dice que serías un novio genial para la persona adecuada. Y me sentiría muchísimo mejor si en mitad de todo este lío alguien fuera feliz.

Hyukjae sonrió y le pasó un brazo por los hombros. El gesto lo conmovió.

—Mejor ir paso a paso, cariño. Lo conseguiremos. Ten fe.

Un poco de fe les iría a todos de maravilla.



2 comentarios:

  1. Dieron debes canalizar su furia en otro lado e.e le está hechando la culpa a la chula sin pensar no fue su culpa lo que paso -; muero por saber que paso D; espero con ganas que pasen tres horas más gracias gracias amo este fic *^*

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  2. Ay siwon,entiendo tu dolor,pero no seas cabezota,mira que no es como si hee se hubiera levantado un dia,te haya querido dejar,casarse con otro,sufrir un accidente y tener un hijo mientras esta en coma....o sea...NO
    ninguno tiene la culpa,pero si esto no lo arreglan,ahora sí seran culpables de su no felicidad

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...