—¿Qué me dices
de los otros?
—No he podido
encontrar a los dos primeros, o no me han querido contestar. El que te precede,
Jung Changmin, es bastante común. Todavía no he tenido tiempo de llamar a todos
los números listados a ese nombre.
Heechul frunció
el ceño. ¿Por qué le sonaba tanto ese nombre?
Les sirvieron
la comida y dejó el papel en la mesa, junto a la cerveza, aunque lo último que
le apetecía era comer.
Siwon le dio un
apretón en la mano. La inocente caricia le provocó un ramalazo en la piel. Pero
cuando levantó la vista, vio preocupación en sus ojos.
—No quiere
decir nada —dijo él en voz baja—. Podría ser una coincidencia, nada más.
—Pero tú no lo
crees. Lo veo en tu cara. Crees que esas personas también pudieron estar en la
clínica privada, ¿verdad?
Siwon se apoyó
en el respaldo mientras intentaba poner cara de asombro, aunque no lo consiguió
del todo.
—¿Cómo se te ha
ocurrido eso?
—No soy idiota.
Sé que las farmacéuticas mueven millones de dólares. ¿Crees que Mithra estaba
llevando a cabo su propia investigación? ¿Que estaba haciendo sus propios
ensayos? ¿Tal vez con la esperanza de conseguir la aprobación de la FDA?
—Es una teoría.
Heechul miró de
nuevo el papel.
—Y crees que estas personas participaron en el
ensayo. Que Kwon Dahyun lo sabía, que sabía lo que estaba pasando.
—No lo sé. A lo
mejor. Pero eso no explica por qué ahora están muertos.
—Lo explicaría
si alguien intenta ocultar las pruebas. Lo que hacía era ilegal, ¿no?
Siwon soltó el
aire.
—Sí.
—Y hasta que yo
llegué aquí, nadie sabía de este asunto.
—Yo no he dicho
eso.
Lo miró a los
ojos.
—Pero lo estás
pensando.
—Ahora mismo
solo pienso en que tengo hambre. Ha sido un día muy largo. Y tú necesitas comer
para que podamos volver al hospital y que nos comuniquen el resultado de la
prueba.
Miró el plato.
¿Cómo había podido pensar que encontrar respuestas cambiaría algo? En ese
momento, solo quería volver atrás en el tiempo, olvidarse de todo lo que ya
había sucedido.
La mano de Siwon
volvió a cerrarse sobre la suya.
—Nene, no —le
dijo en voz baja —. Vayamos paso a paso, ¿vale?
Heechul asintió
con la cabeza, cogió una papa frita y se tragó el miedo mientras intentaba
comer.
Siwon se puso
en pie cuando el médico entró y le estrechó la mano. Heechul se acercó al
escritorio.
—En fin —dijo
el doctor —. Antes de nada, les diré que tenemos todas las imágenes que
necesitamos. —Hizo que la imagen de su escáner cerebral apareciera en la
pantalla del ordenador, que giró para que pudieran verla. Le dio un golpecito a
la pantalla—. Esta es la zona que más nos preocupa...
…Parece que el
cerebro sufrió la herida en esta sección, que es donde se alojan los recuerdos
y donde se desarrolla la personalidad. Debo suponer que se produjo un hematoma
de algún tipo, a juzgar por la incisión de la craneotomía que tienes en la
cabeza, Heechul.
—¿No fue por un
tumor? — preguntó Siwon.
—No. No hay
indicios de tumores. Desde luego que el cráneo sufrió daño, lo que indica un
accidente o un traumatismo de algún tipo.
Eso no tenía
sentido. Heechul se frotó la cicatriz. ¿Por qué iban a administrarle un
medicamento contra el cáncer si no tenía cáncer?
—La pérdida de
memoria es complicada —continuó el doctor Murphy—. Esa parte del cerebro es la
que almacena los recuerdos, de modo que si sufrió un impacto fuerte, es posible
que eso sea la causa de su amnesia. Sin embargo, la mayoría de pacientes con
amnesia retrógrada recuerda algo, por insignificante que sea, de su infancia.
La amnesia suele reducirse a los momentos que rodean el accidente, en ocasiones
elimina varios años de los recuerdos, pero rara vez una vida entera. El caso de
Heechul es único.
—¿Qué me dice
del medicamento? —preguntó Siwon. El doctor y él habían hablado de la situación
de Heechul anteriormente, y Siwon le había dado al médico una copia del
historial que habían encontrado en la clínica privada.
—Bueno, como
muy bien sabes, no puedo hacer conjeturas hasta que no sepamos más cosas. El
Tabofren nunca se estudió en un ensayo clínico en éste pais. Sí recuerdo haber
leído algo acerca de un fármaco parecido en una revista especializada, creo que
era un ensayo llevado a cabo en China, pero no recuerdo los detalles. De
cualquier modo, es posible que si se lo administraron cuando estaba en coma,
haya amplificado la pérdida de memoria provocada por el accidente. —El doctor
hojeó su historial médico—. Parece que no te administraron Tabofren hasta al
menos seis meses después del accidente.
—Estaba
embarazado.
—Al menos
alguien tuvo el buen tino de no administrártelo durante el embarazo —repuso el
médico—. A saber lo que un medicamento experimental como ese le habría hecho a
un feto. ¿Tu hijo no tiene síntomas?
—No.
—Me gustaría
hacerle pruebas a Siwan, solo para curarnos en salud —dijo Siwon, que miró a Heechul.
Cuando él asintió con la cabeza, continuó—: ¿Qué probabilidades hay de que
recupere la memoria?
—¿En este
momento? Yo no contaría con que sucediera. Han pasado más de dos años y sigue
sin recordar nada. Llevas en Seúl... ¿Cuánto? ¿Un mes, Heechul?
—Sí, más o menos.
—¿Y en todo
este tiempo has recordado algo?
Había sentido
cosas. Muchos déjà-vu, pero eso no eran recuerdos. Negó con la cabeza.
El doctor
asintió con la cabeza.
—En ocasiones,
los recuerdos aparecen por rostros o por lugares conocidos. Si a estas alturas
no ha pasado, no tengo muchas esperanzas de que vaya a pasar.
Eso no pillaba
de sorpresa a Heechul. No esperaba recordar nada. Sin embargo, le bastó una
mirada a Siwon para saber que él había esperado otras noticias.
Hizo acopio de
toda su fuerza de voluntad para que la decepción de Siwon no le afectara.
—¿Y ahora qué?
¿Puedo despreocuparme o debería preocuparme por posibles efectos a largo plazo?
El doctor se
echó hacia atrás en su sillón y se pasó una mano por la calva.
—Ojalá pudiera
darte una respuesta mejor. La verdad es que no lo sabemos. Tu escáner está
limpio ahora mismo. No veo indicios que deban preocuparnos. Sin embargo, te han
administrado un medicamento experimental, y no sabemos qué podría provocarte
eso a la larga, si acaso te provoca algo. De momento, yo no me preocuparía
demasiado, pero controla cualquier cambio que experimentes.
—Eso quiere
decir que no puedo despreocuparme. ¿Es eso lo que me está diciendo?
El médico se
inclinó hacia delante y adoptó una expresión amable.
—Un coche
podría atropellarte mañana mismo, Heechul. Preocuparte por lo que podría pasar
no va a cambiar las cosas. Pero eres una paciente de alto riesgo. Yo no me
olvidaría de ese hecho ni fingiría que no es un factor a tener en cuenta,
porque lo es. En este punto, te aconsejo revisiones bianuales a menos que algo
cambie.
Siwon asintió
con la cabeza y miró a Heechul.
—Me parece
sensato.
Tal vez fuera
sensato, pero no lo que él había esperado. Siempre tendría que preocuparse.
Cada vez que confundiera los colores o los números como solía pasarle, se
preocuparía de que fuera algo más.
El doctor se
puso en pie y Siwon lo imitó, antes de darle las gracias.
—No hay de qué.
Confirmen una cita para su hijo antes de irse. Nos
aseguraremos de que todo está bien.
—Gracias. —Heechul
salió del despacho en pos de Siwon.
Cuando la
puerta del ascensor se cerró tras ellos, Siwon le echó un brazo por encima de
los hombros y lo pegó a su costado. Heechul podía sentir el alivio que
irradiaba su cuerpo, pero también la decepción que lo embargaba.
—Han sido
buenas noticias.
¿Por qué no
podía decirlo con más seguridad? Apoyó la cabeza en su pecho y luchó contra la
tentación de delegar y dejar Siwon que fuera fuerte por él. No era tan tonto
como para creer que podrían disfrutar de un felices para siempre. No cuando
sabía que lo que sucedía entre ellos solo era algo físico, que no era lo
bastante fuerte como para durar.
Cuando Siwon le
rozó la sien con los labios, cerró los ojos. Lo sentía cálido y reconfortante,
justo lo que necesitaba en ese momento. Y la idea le aterraba.
—Sí —susurró.
Pero ¿por qué no lo creía?
—Algo ha salido
bien —dijo él en voz baja.
Asintió con la
cabeza, dándole la razón. No iba a morir de cáncer. A lo mejor todo salía bien
pese a todos los medicamentos que le habían administrado. Sin embargo,
¿sobreviviría a quienquiera que estuviese eliminando a los pacientes del
ensayo?
Esa era la
pregunta que le rondaba la cabeza en ese momento. Esa y qué narices iba a hacer
con el hombre que tenía al lado.
Heechul se
apoyó en el reposacabezas y cerró los ojos. El rítmico sonido le indicó que
seguían en el puente, que si no había un atasco, contaría con otros veinte
minutos para meditar sobre la pesadilla que era su vida antes de llegar a la
playa.
Deseaba darse
un buen baño caliente, con una enorme copa de vino, y hacerlo en soledad. En
cambio, tenía al lado a Choi Siwon, que irradiaba tensión y preocupación. Y eso
solo conseguía irritarlo más.
Dio un respingo
cuando sonó su móvil, que desterró sus deprimentes pensamientos.
—Heechul, ¿eres
tú? Soy Donghae.
—Hola.
—¿Dónde estás?
¿Siwon está contigo?
Heechul miró de
reojo a Siwon, que tenía los hombros muy tensos mientras manejaba el volante
del Audi.
—Sí, está aquí.
—No podía
encontrarlo. Su secretaria me dijo que estaría fuera todo el día, pero que se
llevaría el móvil.
—Ha debido de
apagarlo. — Durante su cita con el doctor. Cuando estaban hablando de su
futuro. Un futuro que no parecía tan optimista como hacía unas pocas horas.
—Da igual, pero
me alegro de hablar contigo —dijo Donghae—. Tengo novedades: hemos encontrado a
tu medico.
—¿En serio?
—Sí. Bocabajo
en su piscina de Gangwon.
—Mierda.
Siwon lo miró
de reojo. Vio las preguntas que asomaban a sus ojos, pero apartó la mirada. No
podía lidiar con su preocupación. Todavía no.
—Sí —continuó Donghae—.
Las autoridades lo van a calificar de ahogamiento accidental. Estuvo flotando
dos días antes de que los vecinos lo encontraran. Parece que se marchó de
improviso a China, justo después de que Mithra muriera. Los vecinos ni siquiera
sabían que había vuelto.
—Ay, Dios. —Heechul
cerró los ojos.
—No descartan
que haya habido juego sucio, pero de momento no parece que tengan pistas.
—Qué
conveniente.
—Heechul. —Donghae
hizo una pausa—. Hay más.
Tragó saliva
con fuerza. ¿De verdad quería saberlo? No, no quería.
—Dime.
—Mi detective
privado tiene una pista sobre Kim Youngmin. Tengo que atender unos asuntos a
finales de semana. Estoy pensando en coger un vuelo a China para tratar de
encontrarlo.
El pánico
atenazó a Heechul.
—No, no lo
hagas.
—Tranquilo, no
es nada del otro mundo. El bufete no me echará de menos.
—Donghae, no lo
entiendes. Las cosas se están descontrolando. No vayas. Olvídate de todo.
—Heechul, de
verdad que no creo...
Siwon le quitó
el móvil de la mano. Heechul apretó un puño. Y también apretó los dientes.
La rabia y la
frustración por esa situación crecieron en su interior. Mientras él escuchaba
con atención lo que le decía Donghae, que le estaba contando lo mismo que a él,
Heechul cerró los ojos y volvió a acomodarse en el asiento. Si Siwon quería tomar
el control, que lo hiciera. El no podía evitarlo. Siwon se jugaba tanto como él
en eso. Sin embargo, su arrogante reacción era un recordatorio más de que él
esperaba que se comportase como la persona dócil que recordaba, y esa persona no
era él.
Siwon terminó
de hablar justo cuando enfiló el camino de entrada de la casa. Cuando su fuerte
mano buscó la suya, Heechul luchó contra el impulso de aferrarse a ella.
—¿Estás bien?
—Sí, estoy
bien.
—Háblame —le pidió
él en voz baja.
Eso no
solucionaría nada. Solo empeoraría las cosas. Una conversación tierna sobre sus
miedos y sus inseguridades solo lo llevaría hasta un lugar que no le convenía,
y ese lugar era entre sus brazos.
Tenía que
mantener la perspectiva, tenía que intentar averiguar qué narices iba a hacer a
continuación. Tenía que dejar de distraerse con esa enloquecedora atracción que
solo lo conduciría al dolor.
—Estoy bien
—repitió—. Solo necesito un momento.
Con manos más
firmes de lo que esperaba, salió del coche. Siwon lo siguió al interior de la
casa y se quedó en el vestíbulo con los brazos en jarras, observándolo. Se
volvió para enfrentarlo, y evitó su mirada, evitó el consuelo que sabía que
encontraría si así lo quería.
—Tengo que
coger unas cosas de arriba. Tú... siéntete como en casa.
No sabía muy
bien cómo consiguió subir la escalera, pero se detuvo al llegar arriba y miró
hacia un lado y hacia otro. Su dormitorio estaba a la derecha, el de Siwan y su
despacho, a la izquierda. Si iba a su dormitorio y Siwon lo seguía, su fuerza
de voluntad se resquebrajaría y acabarían en la cama. Si iba a su despacho,
contaría con las paredes como muro de contención entre él y ese lugar cálido y
acogedor sobre el que quería caer con Siwon.
Se sentó en el
sillón, delante de su escritorio, dejó caer las manos sobre su regazo y miró a
su alrededor. Las cajas seguían junto a la ventana. Había cuadros apoyados en
la pared, a la espera de que los colgara. Tantas cosas que había querido hacer,
pero para las que no había encontrado tiempo.
—¿Qué haces?
La voz de Siwon
no lo pilló por sorpresa. Sabía que lo seguiría, que se preocuparía. ¿Por qué
de repente era capaz de adivinar tan bien sus reacciones?
—Se acerca una
tormenta —dijo en voz baja, con la vista clavada en la ventana.
—A mí me parece
que la cosa está en calma.
—Es engañoso.
Es evidente que se acerca una buena tormenta. El viento se ha calmado. Se ve un
atisbo de oscuridad en el horizonte. Y en el exterior, casi se puede oler en el
aire.
Siwon se
acuclilló delante de él y le colocó una mano en el muslo. La piel le ardió a
través de la gruesa tela de sus vaqueros. Su cuerpo ardía en deseos de sentir
las caricias de esas fuertes manos.
No serviría de
nada.
—Todo va a
salir bien —le aseguró él en voz baja—. No te preocupes.
«No te
preocupes. Así, sin más. Ojalá fuera verdad», pensó.
Hizo acopio de
todo el valor del que fue capaz y lo encaró.
—No necesito
que hagas que las cosas vayan bien, Siwon. Sé que crees que debes aparecer y
protegerme de todo, pero puedo apañármelas.
Él enderezó la
espalda, pero no apartó la mano.
—No es eso lo
que estoy haciendo.
—Sí que lo
haces. Sé que solo quieres ayudar, pero me estás agobiando. He subido con la
intención de
recoger unas cosas para volver contigo, pero me he dado cuenta de que necesito
tiempo para analizar las cosas por mi cuenta.
Siwon entornó
los ojos.
—Seguro que se
me ha escapado algo entre esta mañana y ahora mismo. ¿Qué pasa?
Heechul le
apartó la mano y se puso en pie. Decirle que se fuera cuando su caricia le
estaba quemando la piel no serviría de nada. Necesitaba poner espacio entre
ellos.
—No se te ha
escapado nada desde esta mañana. Tal vez solo se te ha pasado y punto.
Siwon se
levantó.
—Vas a tener
que explicarte, porque no me veo capaz de leerte el pensamiento.
Levantó las
manos y las dejó caer.
—¿Qué ves
cuando me miras?
—¿Es una
pregunta con trampa?
—No, es una
pregunta honesta. Sé lo que ves. Ves a Jungwoo.
—Y eso es malo
porque...
—Porque, Siwon,
yo no soy él.
Siwon apretó
los labios.
—¿De qué
hablas?
No lo entendía.
Heechul no estaba seguro de que algún día llegara a entenderlo. Sacar el tema
en ese momento, antes de que alguno de los dos resultara más herido por esa
alocada situación, era lo mejor.
—Hablo de esto.
—Agitó las manos—. De esto... de esta cosa que tenemos entre nosotros y que no
funciona. Cada vez que me miras, ves a alguien que ha dejado de existir.
Sientes la necesidad de protegerme, pero no te preocupas por mí, te preocupas
por quien era antes. Por una persona que ya no soy.
—Repítemelo,
porque me he perdido.
Heechul soltó
el aire muy despacio.
—Siwon, en
todas las veces que hemos estado juntos, ni una sola vez me has llamado Heechul.
—Claro que sí.
—No, no lo has
hecho. He prestado atención. —El corazón le dio un vuelco, pero se negó a
reconocer el dolor. Un dolor muchísimo más agudo de lo que había esperado—. Admito
que me siento muy atraído por ti, pero eso es algo físico. No quiere decir
nada. Tú te sientes atraído por alguien que ya no existe. No sé cómo ser esa persona,
ni tampoco estoy seguro de querer intentarlo. Me gusta quien soy ahora. Y la
persona que soy no necesita que estés revoloteando a su alrededor, intentando
protegerle de todo este lio.
Exacto.....de eso mismo hablaba yo. Siwon no ve a Hee como su esposo,siwon ve a Jungwoo,pero no puedo culparlo...de hecho nadie puede hacerlo. Hasta hace unas semanas lo creía muerto,ahora lo ve,y solo piensa en su esposo,en jungwoo. Pero supongo que a como se estan presentando las cosas,siwon ya debe ver que nada es igual y tratar de ver a jungwoo como heechul.
ResponderEliminarLo que nunca comprendere son los cambios de personalidad despues de un accidente o perdida de memoria
que nadie vaya solo a ningun lado. Heechul esta poniendo las cartas sobre la mesa,veamos que hace siwon para poder jugarlas