Volver a Amarte- Capítulo 22




—¿Qué me dices de los otros?

—No he podido encontrar a los dos primeros, o no me han querido contestar. El que te precede, Jung Changmin, es bastante común. Todavía no he tenido tiempo de llamar a todos los números listados a ese nombre.

Heechul frunció el ceño. ¿Por qué le sonaba tanto ese nombre?

Les sirvieron la comida y dejó el papel en la mesa, junto a la cerveza, aunque lo último que le apetecía era comer.

Siwon le dio un apretón en la mano. La inocente caricia le provocó un ramalazo en la piel. Pero cuando levantó la vista, vio preocupación en sus ojos.

—No quiere decir nada —dijo él en voz baja—. Podría ser una coincidencia, nada más.


—Pero tú no lo crees. Lo veo en tu cara. Crees que esas personas también pudieron estar en la clínica privada, ¿verdad?

Siwon se apoyó en el respaldo mientras intentaba poner cara de asombro, aunque no lo consiguió del todo.

—¿Cómo se te ha ocurrido eso?

—No soy idiota. Sé que las farmacéuticas mueven millones de dólares. ¿Crees que Mithra estaba llevando a cabo su propia investigación? ¿Que estaba haciendo sus propios ensayos? ¿Tal vez con la esperanza de conseguir la aprobación de la FDA?

—Es una teoría.

Heechul miró de nuevo el papel.

 —Y crees que estas personas participaron en el ensayo. Que Kwon Dahyun lo sabía, que sabía lo que estaba pasando.

—No lo sé. A lo mejor. Pero eso no explica por qué ahora están muertos.

—Lo explicaría si alguien intenta ocultar las pruebas. Lo que hacía era ilegal, ¿no?

Siwon soltó el aire.

—Sí.

—Y hasta que yo llegué aquí, nadie sabía de este asunto.

—Yo no he dicho eso.

Lo miró a los ojos.

—Pero lo estás pensando.

—Ahora mismo solo pienso en que tengo hambre. Ha sido un día muy largo. Y tú necesitas comer para que podamos volver al hospital y que nos comuniquen el resultado de la prueba.

Miró el plato. ¿Cómo había podido pensar que encontrar respuestas cambiaría algo? En ese momento, solo quería volver atrás en el tiempo, olvidarse de todo lo que ya había sucedido.

La mano de Siwon volvió a cerrarse sobre la suya.

—Nene, no —le dijo en voz baja —. Vayamos paso a paso, ¿vale?

Heechul asintió con la cabeza, cogió una papa frita y se tragó el miedo mientras intentaba comer.


Siwon se puso en pie cuando el médico entró y le estrechó la mano. Heechul se acercó al escritorio.

—En fin —dijo el doctor —. Antes de nada, les diré que tenemos todas las imágenes que necesitamos. —Hizo que la imagen de su escáner cerebral apareciera en la pantalla del ordenador, que giró para que pudieran verla. Le dio un golpecito a la pantalla—. Esta es la zona que más nos preocupa...

…Parece que el cerebro sufrió la herida en esta sección, que es donde se alojan los recuerdos y donde se desarrolla la personalidad. Debo suponer que se produjo un hematoma de algún tipo, a juzgar por la incisión de la craneotomía que tienes en la cabeza, Heechul.

—¿No fue por un tumor? — preguntó Siwon.

—No. No hay indicios de tumores. Desde luego que el cráneo sufrió daño, lo que indica un accidente o un traumatismo de algún tipo.

Eso no tenía sentido. Heechul se frotó la cicatriz. ¿Por qué iban a administrarle un medicamento contra el cáncer si no tenía cáncer?

—La pérdida de memoria es complicada —continuó el doctor Murphy—. Esa parte del cerebro es la que almacena los recuerdos, de modo que si sufrió un impacto fuerte, es posible que eso sea la causa de su amnesia. Sin embargo, la mayoría de pacientes con amnesia retrógrada recuerda algo, por insignificante que sea, de su infancia. La amnesia suele reducirse a los momentos que rodean el accidente, en ocasiones elimina varios años de los recuerdos, pero rara vez una vida entera. El caso de Heechul es único.

—¿Qué me dice del medicamento? —preguntó Siwon. El doctor y él habían hablado de la situación de Heechul anteriormente, y Siwon le había dado al médico una copia del historial que habían encontrado en la clínica privada.

—Bueno, como muy bien sabes, no puedo hacer conjeturas hasta que no sepamos más cosas. El Tabofren nunca se estudió en un ensayo clínico en éste pais. Sí recuerdo haber leído algo acerca de un fármaco parecido en una revista especializada, creo que era un ensayo llevado a cabo en China, pero no recuerdo los detalles. De cualquier modo, es posible que si se lo administraron cuando estaba en coma, haya amplificado la pérdida de memoria provocada por el accidente. —El doctor hojeó su historial médico—. Parece que no te administraron Tabofren hasta al menos seis meses después del accidente.

—Estaba embarazado.

—Al menos alguien tuvo el buen tino de no administrártelo durante el embarazo —repuso el médico—. A saber lo que un medicamento experimental como ese le habría hecho a un feto. ¿Tu hijo no tiene síntomas?

—No.

—Me gustaría hacerle pruebas a Siwan, solo para curarnos en salud —dijo Siwon, que miró a Heechul. Cuando él asintió con la cabeza, continuó—: ¿Qué probabilidades hay de que recupere la memoria?

—¿En este momento? Yo no contaría con que sucediera. Han pasado más de dos años y sigue sin recordar nada. Llevas en Seúl... ¿Cuánto? ¿Un mes, Heechul?

—Sí, más o menos.

—¿Y en todo este tiempo has recordado algo?

Había sentido cosas. Muchos déjà-vu, pero eso no eran recuerdos. Negó con la cabeza.
El doctor asintió con la cabeza.

—En ocasiones, los recuerdos aparecen por rostros o por lugares conocidos. Si a estas alturas no ha pasado, no tengo muchas esperanzas de que vaya a pasar.

Eso no pillaba de sorpresa a Heechul. No esperaba recordar nada. Sin embargo, le bastó una mirada a Siwon para saber que él había esperado otras noticias.

Hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para que la decepción de Siwon no le afectara.

—¿Y ahora qué? ¿Puedo despreocuparme o debería preocuparme por posibles efectos a largo plazo?

El doctor se echó hacia atrás en su sillón y se pasó una mano por la calva.

—Ojalá pudiera darte una respuesta mejor. La verdad es que no lo sabemos. Tu escáner está limpio ahora mismo. No veo indicios que deban preocuparnos. Sin embargo, te han administrado un medicamento experimental, y no sabemos qué podría provocarte eso a la larga, si acaso te provoca algo. De momento, yo no me preocuparía demasiado, pero controla cualquier cambio que experimentes.

—Eso quiere decir que no puedo despreocuparme. ¿Es eso lo que me está diciendo?

El médico se inclinó hacia delante y adoptó una expresión amable.

—Un coche podría atropellarte mañana mismo, Heechul. Preocuparte por lo que podría pasar no va a cambiar las cosas. Pero eres una paciente de alto riesgo. Yo no me olvidaría de ese hecho ni fingiría que no es un factor a tener en cuenta, porque lo es. En este punto, te aconsejo revisiones bianuales a menos que algo cambie.

Siwon asintió con la cabeza y miró a Heechul.

—Me parece sensato.

Tal vez fuera sensato, pero no lo que él había esperado. Siempre tendría que preocuparse. Cada vez que confundiera los colores o los números como solía pasarle, se preocuparía de que fuera algo más.

El doctor se puso en pie y Siwon lo imitó, antes de darle las gracias.

—No hay de qué. Confirmen una cita para su hijo antes de irse. Nos aseguraremos de que todo está bien.

—Gracias. —Heechul salió del despacho en pos de Siwon.

Cuando la puerta del ascensor se cerró tras ellos, Siwon le echó un brazo por encima de los hombros y lo pegó a su costado. Heechul podía sentir el alivio que irradiaba su cuerpo, pero también la decepción que lo embargaba.

—Han sido buenas noticias.

¿Por qué no podía decirlo con más seguridad? Apoyó la cabeza en su pecho y luchó contra la tentación de delegar y dejar Siwon que fuera fuerte por él. No era tan tonto como para creer que podrían disfrutar de un felices para siempre. No cuando sabía que lo que sucedía entre ellos solo era algo físico, que no era lo bastante fuerte como para durar.

Cuando Siwon le rozó la sien con los labios, cerró los ojos. Lo sentía cálido y reconfortante, justo lo que necesitaba en ese momento. Y la idea le aterraba.

—Sí —susurró. Pero ¿por qué no lo creía?

—Algo ha salido bien —dijo él en voz baja.

Asintió con la cabeza, dándole la razón. No iba a morir de cáncer. A lo mejor todo salía bien pese a todos los medicamentos que le habían administrado. Sin embargo, ¿sobreviviría a quienquiera que estuviese eliminando a los pacientes del ensayo?

Esa era la pregunta que le rondaba la cabeza en ese momento. Esa y qué narices iba a hacer con el hombre que tenía al lado.

Heechul se apoyó en el reposacabezas y cerró los ojos. El rítmico sonido le indicó que seguían en el puente, que si no había un atasco, contaría con otros veinte minutos para meditar sobre la pesadilla que era su vida antes de llegar a la playa.

Deseaba darse un buen baño caliente, con una enorme copa de vino, y hacerlo en soledad. En cambio, tenía al lado a Choi Siwon, que irradiaba tensión y preocupación. Y eso solo conseguía irritarlo más.

Dio un respingo cuando sonó su móvil, que desterró sus deprimentes pensamientos.

—Heechul, ¿eres tú? Soy Donghae.

—Hola.

—¿Dónde estás? ¿Siwon está contigo?

Heechul miró de reojo a Siwon, que tenía los hombros muy tensos mientras manejaba el volante del Audi.

—Sí, está aquí.

—No podía encontrarlo. Su secretaria me dijo que estaría fuera todo el día, pero que se llevaría el móvil.

—Ha debido de apagarlo. — Durante su cita con el doctor. Cuando estaban hablando de su futuro. Un futuro que no parecía tan optimista como hacía unas pocas horas.

—Da igual, pero me alegro de hablar contigo —dijo Donghae—. Tengo novedades: hemos encontrado a tu medico.

—¿En serio?

—Sí. Bocabajo en su piscina de Gangwon.

—Mierda.

Siwon lo miró de reojo. Vio las preguntas que asomaban a sus ojos, pero apartó la mirada. No podía lidiar con su preocupación. Todavía no.

—Sí —continuó Donghae—. Las autoridades lo van a calificar de ahogamiento accidental. Estuvo flotando dos días antes de que los vecinos lo encontraran. Parece que se marchó de improviso a China, justo después de que Mithra muriera. Los vecinos ni siquiera sabían que había vuelto.

—Ay, Dios. —Heechul cerró los ojos.

—No descartan que haya habido juego sucio, pero de momento no parece que tengan pistas.

—Qué conveniente.

—Heechul. —Donghae hizo una pausa—. Hay más.

Tragó saliva con fuerza. ¿De verdad quería saberlo? No, no quería.

—Dime.

—Mi detective privado tiene una pista sobre Kim Youngmin. Tengo que atender unos asuntos a finales de semana. Estoy pensando en coger un vuelo a China para tratar de encontrarlo.

El pánico atenazó a Heechul.

—No, no lo hagas.

—Tranquilo, no es nada del otro mundo. El bufete no me echará de menos.

—Donghae, no lo entiendes. Las cosas se están descontrolando. No vayas. Olvídate de todo.

—Heechul, de verdad que no creo...

Siwon le quitó el móvil de la mano. Heechul apretó un puño. Y también apretó los dientes.
La rabia y la frustración por esa situación crecieron en su interior. Mientras él escuchaba con atención lo que le decía Donghae, que le estaba contando lo mismo que a él, Heechul cerró los ojos y volvió a acomodarse en el asiento. Si Siwon quería tomar el control, que lo hiciera. El no podía evitarlo. Siwon se jugaba tanto como él en eso. Sin embargo, su arrogante reacción era un recordatorio más de que él esperaba que se comportase como la persona dócil que recordaba, y esa persona no era él.

Siwon terminó de hablar justo cuando enfiló el camino de entrada de la casa. Cuando su fuerte mano buscó la suya, Heechul luchó contra el impulso de aferrarse a ella.

—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien.

—Háblame —le pidió él en voz baja.

Eso no solucionaría nada. Solo empeoraría las cosas. Una conversación tierna sobre sus miedos y sus inseguridades solo lo llevaría hasta un lugar que no le convenía, y ese lugar era entre sus brazos.

Tenía que mantener la perspectiva, tenía que intentar averiguar qué narices iba a hacer a continuación. Tenía que dejar de distraerse con esa enloquecedora atracción que solo lo conduciría al dolor.

—Estoy bien —repitió—. Solo necesito un momento.

Con manos más firmes de lo que esperaba, salió del coche. Siwon lo siguió al interior de la casa y se quedó en el vestíbulo con los brazos en jarras, observándolo. Se volvió para enfrentarlo, y evitó su mirada, evitó el consuelo que sabía que encontraría si así lo quería.

—Tengo que coger unas cosas de arriba. Tú... siéntete como en casa.

No sabía muy bien cómo consiguió subir la escalera, pero se detuvo al llegar arriba y miró hacia un lado y hacia otro. Su dormitorio estaba a la derecha, el de Siwan y su despacho, a la izquierda. Si iba a su dormitorio y Siwon lo seguía, su fuerza de voluntad se resquebrajaría y acabarían en la cama. Si iba a su despacho, contaría con las paredes como muro de contención entre él y ese lugar cálido y acogedor sobre el que quería caer con Siwon.

Se sentó en el sillón, delante de su escritorio, dejó caer las manos sobre su regazo y miró a su alrededor. Las cajas seguían junto a la ventana. Había cuadros apoyados en la pared, a la espera de que los colgara. Tantas cosas que había querido hacer, pero para las que no había encontrado tiempo.

—¿Qué haces?

La voz de Siwon no lo pilló por sorpresa. Sabía que lo seguiría, que se preocuparía. ¿Por qué de repente era capaz de adivinar tan bien sus reacciones?

—Se acerca una tormenta —dijo en voz baja, con la vista clavada en la ventana.

—A mí me parece que la cosa está en calma.

—Es engañoso. Es evidente que se acerca una buena tormenta. El viento se ha calmado. Se ve un atisbo de oscuridad en el horizonte. Y en el exterior, casi se puede oler en el aire.

Siwon se acuclilló delante de él y le colocó una mano en el muslo. La piel le ardió a través de la gruesa tela de sus vaqueros. Su cuerpo ardía en deseos de sentir las caricias de esas fuertes manos.

No serviría de nada.

—Todo va a salir bien —le aseguró él en voz baja—. No te preocupes.

«No te preocupes. Así, sin más. Ojalá fuera verdad», pensó.

Hizo acopio de todo el valor del que fue capaz y lo encaró.

—No necesito que hagas que las cosas vayan bien, Siwon. Sé que crees que debes aparecer y protegerme de todo, pero puedo apañármelas.

Él enderezó la espalda, pero no apartó la mano.

—No es eso lo que estoy haciendo.

—Sí que lo haces. Sé que solo quieres ayudar, pero me estás agobiando. He subido con la
intención de recoger unas cosas para volver contigo, pero me he dado cuenta de que necesito tiempo para analizar las cosas por mi cuenta.

Siwon entornó los ojos.

—Seguro que se me ha escapado algo entre esta mañana y ahora mismo. ¿Qué pasa?

Heechul le apartó la mano y se puso en pie. Decirle que se fuera cuando su caricia le estaba quemando la piel no serviría de nada. Necesitaba poner espacio entre ellos.

—No se te ha escapado nada desde esta mañana. Tal vez solo se te ha pasado y punto.

Siwon se levantó.

—Vas a tener que explicarte, porque no me veo capaz de leerte el pensamiento.

Levantó las manos y las dejó caer.

—¿Qué ves cuando me miras?

—¿Es una pregunta con trampa?

—No, es una pregunta honesta. Sé lo que ves. Ves a Jungwoo.

—Y eso es malo porque...

—Porque, Siwon, yo no soy él.

Siwon apretó los labios.

—¿De qué hablas?

No lo entendía. Heechul no estaba seguro de que algún día llegara a entenderlo. Sacar el tema en ese momento, antes de que alguno de los dos resultara más herido por esa alocada situación, era lo mejor.

—Hablo de esto. —Agitó las manos—. De esto... de esta cosa que tenemos entre nosotros y que no funciona. Cada vez que me miras, ves a alguien que ha dejado de existir. Sientes la necesidad de protegerme, pero no te preocupas por mí, te preocupas por quien era antes. Por una persona que ya no soy.

—Repítemelo, porque me he perdido.

Heechul soltó el aire muy despacio.

—Siwon, en todas las veces que hemos estado juntos, ni una sola vez me has llamado Heechul.

—Claro que sí.

—No, no lo has hecho. He prestado atención. —El corazón le dio un vuelco, pero se negó a reconocer el dolor. Un dolor muchísimo más agudo de lo que había esperado—. Admito que me siento muy atraído por ti, pero eso es algo físico. No quiere decir nada. Tú te sientes atraído por alguien que ya no existe. No sé cómo ser esa persona, ni tampoco estoy seguro de querer intentarlo. Me gusta quien soy ahora. Y la persona que soy no necesita que estés revoloteando a su alrededor, intentando protegerle de todo este lio.



1 comentario:

  1. Exacto.....de eso mismo hablaba yo. Siwon no ve a Hee como su esposo,siwon ve a Jungwoo,pero no puedo culparlo...de hecho nadie puede hacerlo. Hasta hace unas semanas lo creía muerto,ahora lo ve,y solo piensa en su esposo,en jungwoo. Pero supongo que a como se estan presentando las cosas,siwon ya debe ver que nada es igual y tratar de ver a jungwoo como heechul.
    Lo que nunca comprendere son los cambios de personalidad despues de un accidente o perdida de memoria
    que nadie vaya solo a ningun lado. Heechul esta poniendo las cartas sobre la mesa,veamos que hace siwon para poder jugarlas

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...