Siwon
llegó a la cima de la pequeña colina y detuvo su caballo. Se apeó y se pasó las
manos por su pelo en desorden. Había cabalgado duramente la mayor parte del
día, a veces sin siquiera percatarse de dónde estaba y dejando al semental que
fuera donde quería. Sin embargo, Siwon todavía no había resuelto la confusión
de sus pensamientos que le pesaban continuamente desde que dejó al altanero Heechul.
El destino del joven, el destino que él le había preparado, pendía como una
nube oscura sobre su cabeza.
Se maldijo
a sí mismo un centenar de veces por las palabras que había pronunciado
encolerizado, palabras que muy bien podían poner fin a la vida de él. ¿Podía
ser de veras tan empecinado? ¿Y por una cuestión tan trivial? Hubiera debido
seguir su primer impulso, que fue golpearlo. Pero lo había detenido la idea de
golpear ese rostro tan hermoso.
Si
regresaba a su habitación y la encontraba aún en desorden, ¿qué haría? Si esta
vez cedía, nunca podría manejar al jovencito. Si ninguno de los dos cedía, el
joven moriría...
Si por lo
menos conociera más su carácter, entonces quizá podría predecir cómo
reaccionaría. ¿Pero quién había aquí que pudiera iluminarlo?
—
¡Imbécil! — dijo en voz alta— . Hay alguien que puede arrojar un poco de la luz
sobre el empecinado joven al que me encuentro atado contra mi voluntad.
Siwon volvió
su montura en
dirección a la
casa de su padre y después de una corta cabalgata, entró en el humoso hall de Kangta
y encontró a su padre y su hermano entretenidos con una partida de dados. Su
madre estaba cosiendo.
— ¡Jo!
¿Qué lo trae esta noche al príncipe mercader a nuestra humilde morada? — bromeó
Yunho cuando Siwon se le s unió— Hubiera creído que necesitaríais todo vuestro
tiempo libre para contar las riquezas que habéis amasado.
— No, me
basta con la mitad — replicó Siwon, aunque su humor no era
para bromas— Vine para
hablar con uno de los nuevos esclavos.
— ¿Sólo
queréis hablar? — preguntó Yunho, y se golpe ó la rodilla riendo de su chiste.
— Basta,
Yunho — dijo Kangta
solemnemente. Picada curiosidad, se
volvió hacia Siwon— . ¿Con cuál?
— Uno de los
amigos de Heechul — repuso él— . No importa cuál.
— ¿Sí?
Siwon hizo
una mueca.
— Padre,
veo la pregunta en vuestra cara, pero no la formuléis. Ahora soy yo quien tiene
preguntas que necesitan respuestas.
— ¿De uno
de los amigos de Heechul? — dijo Kangta , sonriendo—
¿Queréis saber más de él?
— Sí,
querría saber hasta qué límites puede llevarlo su orgullo — admitió.
— No os
entiendo bien, Siwon. ¿Tenéis problemas con el joven?
— ¿Vos me
lo preguntáis, después de haber elogiado su carácter fuerte? — replicó Siwon—
¿De veras creísteis que él se adaptaría a esta nueva vida?
Kangta
suspiró.
— ¿De modo
que el joven no os satisface?
— Aún
tengo que decidir si el placer que me proporciona en la cama
vale los problemas que me causa fuera de ella.
— Dádmelo
a mí — intervino Yunho— . Yo sabría qué hacer con la zorrita.
— Vos
quebrantaríais su espíritu además de su voluntad — le dijo Kangta a su hijo mayor— . Un joven con espíritu es
digno de tenerlo y debe ser domado con suavidad, no quebrantarlo. Ah, Siwon, si
él os diera su lealtad, no habría ninguno que pudiera comparársele.
— ¿Habláis
por experiencia? — preguntó Siwon y lanzó a su madre una mirada tierna.
— Sí —
dijo Kangta con una risita— , aunque no
sé si merezco la lealtad que me he ganado. Id y encontrad vuestras respuestas,
hijo. Ellos están en el fondo.
Cuando Siwon
salió de la estancia, Kangta meneó la cabeza y le comentó a Yunho:
— Vuestro
hermano parece profundamente alterado.
— Ya
quisiera yo tener
sus problemas —
dijo Yunho con una sonrisa, pero a Kangta la situación no le
pareció divertida.
Jaejoong
respondió rápidamente a la fuerte llamada en la puerta antes que el ruido
despertara a los demás. Supuso que era Yunho quien venía porque estaba
esperándolo. El no había venido a verlo en los últimos días. Jaejoong había
llegado a familiarizarse con las actitudes amorosas de ese vikingo en el corto
tiempo que llevaba aquí. Sabía lo que él esperaba de ella: resistencia todas
las veces. Desempeñaba su papel con facilidad. No podía permitir que el vikingo
perdiese interés en él, si quería llevar sus planes a un buen final.
Choi Yunho
debía de creer que era el padre de la criatura que sospechaba llevaba en su
seno. Él le daría un hijo y así se aseguraría el futuro. Se sospechaba que el
débil esposo de Yunho era estéril; Jaejoong lo había sabido por Yoomi quien también
había dicho que él no tenía bastardos hasta ahora. Quizás un día hasta pudiera
conseguir un casamiento a través del engaño.
Sabía que
el niño no podía ser de Yunho, pero él podría jurar que lo era y la madre de él
lo apoyaría, porque Jaejoong se había quejado deliberadamente ante la mujer de
que, a causa de las incomodidades de su viaje por mar, los espasmos de su
período menstrual habían empeorado. Sí, lo tenía bien pensado. Por lo menos él
no lo pasaría tan mal aquí.
Trató de
no parecer demasiado ansioso cuando abrió la puerta. Pero no era Yunho quien
estaba allí en el frío, sino su hermano Siwon. Lo había visto en una ocasión
anterior, cuando él vino a visitar a su padre, y había quedado prendado de él.
Era un
hombre guapo y atractivo, mucho más que Yunho. Sin embargo, Yunho sería un día
el jefe del clan, con poder y riqueza, y por lo tanto lo prefería.
— ¿Sois
hermano de Heechul? — preguntó Siwon. Cuando el joven asintió en silencio, él
continuó— : Entonces, quiero hablar unas palabras con vos. ¿Queréis caminar un
poco conmigo?
— Buscaré
algo para abrigarme.
— No —
replicó él. Se quitó la gruesa capa de piel que llevaba y la puso sobre los
hombros de sus— . Estoy impaciente.
Jaejoong se
mordió el labio y salió con él de la casa. Temió que este alto vikingo quisiera
apartarlo de los otros para solazarse con él.
Aunque sin
duda la experiencia le gustaría, no sería conveniente para sus planes. Nadie
que no hubiera sido Yunho lo había poseído desde su llegada.
— Tengo un
problema — dijo Siwon cuando caminaban lentamente por los alrededores de la
vivienda— . Busco vuestra ayuda si podéis dármela.
Explicó la
actitud de Heechul y su empecinada negativa a servirlo, y terminó con la última
confrontación de esa mañana.
— Me
gustaría saber — dijo— si también en
esto se mostrará inflexible. ¿Él aprecia en algo su vida?
Jaejoong
quiso reír, pero no se atrevió. De modo que Heechul estaba actuando fielmente a
su estilo, tal como Jaejoong sabía que lo haría. Este vikingo mostraba una
auténtica preocupación que Heechul, por cierto, no se lo merecía. Quizá aquí
había una forma de conseguir su propia venganza, pensó Jaejoong con malignidad.
— Es
típico de Heechul — respondió— . Pero él nunca haría nada que pusiera en
peligro su vida — añadió con firmeza
— Sin
embargo luchó contra nuestro padre cuando él
atacó vuestro hogar. Entonces arriesgó su vida
— Heechul
nunca creyó que aquel día sufriría de verdad — explicó Jaejoong con expresión
convincente— Él pensó que vosotros, los vikingos, no mataríais a un joven. En
cuanto a la terquedad de Heechul, es sólo una treta que usa para ver cuánto
puede ganar. Piensa que el trabajo doméstico es indigno de
él. Es un perezoso y le gustaría no tener que mover un dedo para hacer nada.
Toda su vida tuvo sirvientes que lo atendieron.
— El
trabaja en mi establo — dijo Siwon— . Dice que lo único que no quiere hacer es
trabajo de delicado.
— ¿Vos lo visteis
trabajar? — preguntó
Jaejoong— . ¿O persuadió a alguien para que hiciera el
trabajo en su lugar? No, en nuestro hogar era igual. Heechul esperaba que todos
lo sirvieran, hasta su familia, mientras pasaba todo su tiempo divirtiéndose
con los hombres de la aldea y tentándolos para apartarlos de sus parejas.
—El que
describís es un Heechul diferente, no el que yo conozco y que rechaza a los
hombres.
— Eso es
nada más que lo que desea haceros creer — dijo Jaejoong con malicia— . No, el verdadero
Heechul es un falso con corazón de ramera. Sabe que es atractivo y querría que
todos los hombres que conoce caigan rendidos a sus pies. Hasta sedujo a mi propio
esposo, que también estaba embobado por él.
— ¡Pero él
era virgen! — Jaejoong sonrió.
— ¿Todavía
lo es? — vio el entrecejo sombrío de él, pero eso no le impidió añadir—
Si lo queréis sólo para
vos, vikingo, tendréis
que vigilarlo mucho, porque nunca se contentará con un solo hombre.
Conozco bien a mi hermano.
— No he
dicho que lo quiero para mí, joven — dijo él con brusquedad.
Siwon dejó
la casa de su padre más desazonado y confundido de lo que estaba cuando vino.
Las palabras de Jaejoong lo dejaron insatisfecho y volvió a su casa de muy mal
humor.
Minutos
más tarde Siwon se detuvo frente a la puerta de su habitación, vaciló un momento,
preguntándose otra vez sobre lo que encontraría adentro.
Sostenía
torpemente una bandeja de comida en una mano, abrió la puerta
con la otra y entró. Bugsy vino inmediatamente a recibirlo, agitando la cola.
— Vete, Bugsy
— dijo Siwon— . Tu comida está abajo.
Esperó
hasta que el mastín salió de la habitación y
cerró la puerta con un pie. Una sola vela ardía sobre la repisa de la
chimenea, pero su débil luz le permitió ver que la habitación estaba en orden.
Sorprendido, miró a su alrededor hasta que vio a Heechul sentado en una silla y
mirando fijamente el fuego. Dejó la bandeja y se le acercó.
Lo miró y
otra vez se preguntó si el hermano había
dicho la verdad. ¿Heechul estaba jugando con él? ¿Por qué mentiría el hermano?
— ¿Por
qué demorasteis tanto?
— preguntó Heechul—
. Estoy muerto de hambre.
El preguntó con amargura si él había ordenado
la habitación después que el
hambre le hubiera roído un rato el estómago.
— Sí, es
tarde — replicó.
Avivó el
fuego, se irguió y esperó que empezara la
tirada. Cuando no llegó inmediatamente, Siwon lo miró con recelo y se acercó a la mesa para reunirse con él.
Por fin, él también sintió hambre. Heechul empezó a comer muy pensativo, con el
entrecejo fruncido.
— ¿Algo os
demoró, entonces? — preguntó por fin.
— No.
Simplemente olvidé que vos estabais aguardando mi regreso — respondió con
sequedad.
Entonces,
de pronto, él rió, aumentando la confusión de Siwon.
— Bien —
dijo Heechul— . Me alegro de que podáis olvidaros
tan fácilmente de mí, vikingo.
— ¿Por
qué?
— ¿Por qué
no? — replicó con una sonrisa en los labios— .¿Suponéis que yo deseo estar
permanentemente en vuestros pensamientos? No, porque conozco la dirección de
vuestros pensamientos. Ya sean buenos o malos, yo no deseo pesar en vuestra
mente.
El gruñó.
— Tenéis
formas extrañas de probarlo, teniendo en cuenta la conducta que habéis
observado hasta ahora.
— ¿De modo
que he ocupado vuestros pensamientos? — preguntó en tono de inocencia, y con
humor en la voz— . Lo siento, Siwon. Supongo que, entonces, tendré que cambiar
mis actitudes.
El dejó su
comida y le miró con dureza.
— ¿Qué
juego estáis jugando, Heechul?
— Ningún
juego.
— ¿Debo
entender que ahora estáis dispuesto a servirme? — preguntó él, desconcertado
por este súbito cambio.
— Sí. ¿No
era eso lo que deseabais? Me doblego a vuestra voluntad, Siwon. ¿Cómo os sentís
después de esta victoria?
Por alguna
razón, él se sentía perdedor, pero no estaba dispuesto a decírselo.
— Me
alegro de que finalmente hayáis recobrado el buen sentido.
— ¿Me dais
una opción, Siwon? — preguntó, con una leve nota de amargura en su voz.
Siwon lo observó
mientras continuaba comiendo y mirando para otro lado. Todavía no comprendía
este cambio. Después de una resistencia tan empecinada, después de la forma en
que había enfrentado desafiante una amenaza de golpearlo, él esperó que hubiera
soportado por lo menos unos pocos días sin comer antes de ceder. ¿Era esto
realmente una prueba para ver cuánto podía ganar, como había dicho el hermano?
— Vuestra
habitación está en
orden, Siwon — dijo Heechul, interrumpiendo sus
pensamientos— . Y vuestra ropa está reparada — empujó a un lado el plato vacío—
Si esta noche no tenéis más necesidad de mí, ¿me dais permiso para regresar al
alojamiento de los jóvenes?
Heechul se
puso de pie. El vaciló antes de responder y lo miró fijamente a los ojos.
— No.
— ¿No? ¿
Qué me falta por hacer, entonces?
— No hay
nada que hacer, pero ya no viviréis más con los otros. De ahora en adelante,
dormiréis en la habitación que Jooahn usa cuando yo estoy ausente. Está frente
al cuarto de costura.
— ¿Por
qué? — preguntó en tono cortante, con las manos en las caderas y la mirada
sombría.
El elevó
las cejas con expresión de curiosidad y cuando habló en su voz hubo un asomo de
burla.
— Creí que
os habíais doblegado a mi voluntad. ¿Hablasteis falsamente, acaso?
Pudo ver
que su espalda se ponía rígida y que los ojos negros relampagueaban de furia,
pero cuando respondió , su voz sonó sorprendentemente calma
— Como
gustéis.
Enseguida Heechul
salió de la habitación con helada dignidad, dejando que él se preguntara por
las razones que lo llevaban a desear tenerla más cerca.
Heechul
entró en el área de cocinar cansado y con los ojos hinchados porque había
dormido poco durante la noche. Donghae estaba ocupado junto a la mesa, cortando
un trozo de carne para un guisado. El joven se veía excepcionalmente hermoso.
Parecía sereno y fresco, lo cual hizo que Heechul se sintiera aún más cansado. Bugsy
levantó la cabeza en cuanto lo vio y se levantó de su lugar al lado del asador.
Se acercó y le olfateó la mano hasta que lo acarició. Después, agitando la
cola, el gran animal volvió a su lugar de descanso.
— Buenos
días — dijo Heechul, por fin, para atraer la atención de Donghae.
— i Oh,
Heechul!— exclamó Donghae— ¡Santo Dios! Hemos
estado muy preocupados por vos. Cuando el amo os encerró no sabíamos qué
pensar. Y no nos atrevimos a preguntarle a él porque últimamente anda de muy
mal humor.
— Fue
solamente que mi trabajo con Jackie no le agrada a Siwon. Tampoco mis largas
cabalgatas — añadió— En cambio, él quiere que yo trabaje aquí. Fue culpa mía
que me haya encerrado en su habitación, porque yo me negué a hacer lo que él
quería.
— Pero
ahora habéis accedido — dijo Donghae— . El amo Siwon nos avisó esta mañana que
en adelante nos ayudaréis.
— Sí, eso
haré.
— No
parecéis contento — repuso Donghae— . En realidad, aquí no hay demasiado que
hacer, Heechul.
— No es el
trabajo lo que rechazo, Donghae, sino que Siwon quiere que lo sirva como un
esclavo cuando yo estaba preparado para servirle corno un esposo. Eso es lo que
me fastidia, tener que doblegarme a él sin el beneficio del matrimonio.
— Haced de
cuenta que él no es el hombre con quien hubierais querido casaros.
Heechul
hizo una mueca.
— Dudo que
eso sirva de mucho — se sirvió un tazón
de avena de una pequeña olla que había sobre el fuego y volvió a la mesa— .
Dijisteis que aquí no hay mucho que hacer. ¿Entonces por qué, cuando yo vine
aquí la primera vez, os veíais siempre tan cansado?
Donghae
sonrió con amargura.
— Eso era
cuando Jooahn estaba todo el tiempo aquí, como siempre que Siwon está ausente.
Ella no posee esclavos propios y por eso goza ejerciendo su autoridad sobre
nosotros. También es una mujer que no puede soportar la vista de manos ociosas.
Nos hace limpiar una habitación que ya está impecable sólo para tenernos todo
el tiempo ocupados. Es una suerte que venga sólo una o dos ve ces por semana cuando
Siwon está en casa.
— ¿Siwon
sabe que ella es tan exigente? — preguntó Heechul.
— No, pero
yo no me atrevería a decirselo. En un sentido, Jooahn es como de la familia. Su
hijo bastardo es medio hermano de Siwon.
—
Entiendo.
— Además,
es la única que aquí no tiene familia ni granja que atender y el amo Siwon la
necesita. Los demás tienen una pareja para dejarla a cargo de la casa cuando se
ausentan... Siwon tiene a Jooahn.
— De modo
que él lo pensaría dos veces antes de reprenderla, por su seguridad.
— Sí, me
imagino que sí.
— ¡Pero
eso es terrible! — dijo Heechul, indignado— . Realmente, él tendría que ser
aconsejado sobre la situación.
— No es
tan malo, Heechul. El está en casa más de lo que está ausente. Excepto el
invierno pasado, por supuesto. Sin embargo. eso no debería volver a suceder.
Además, él no exige demasiado de nosotros cuando está aquí, sólo que lo sirvan
de acuerdo con sus necesidades y que cuando tiene huéspedes los traten con
respeto.
— Y
que les concedan
todos los deseos
— añadió Heechul con evidente disgusto. Donghae sonrió.
— Ah,
estos vikingos son muy inclinados a ciertos placeres.
—
¡Bastardos libidinosos, eso es lo que son! — replicó Heechul con ojos
brillantes de desprecio— . Sirviente yo seré, pero no en ese aspecto. El puede
hacerme morir de hambre si lo desea, ¡pero yo no seré una ramera!
— ¿Eso fue
lo que hizo?
— No, pero
me amenazó con hacerlo — admitió Heechul—. El juega sucio conmigo.
— Quizá no
tengáis necesidad de afligiros — dijo Donghae— . Cuando vengan huéspedes, vos
podréis ocultaron como hicisteis antes. Ellos vienen a buscarnos en
nuestras habitaciones, pero vos podéis quedaros en el cuarto de costura.
— Yo no
volveré a nuestras habitaciones — replicó Heechul. Todavía no entendía la
razón— . Siwon me ha ordenado quedarme en la habitación de Jooahn. Donghae
sonrió.
— Quizá de
veras no tengáis que preocuparon. Parece que Siwon quiere reservaros para él
solo.
— No. Si
fuera así, yo lo habría pasado mal esta semana en su habitación, pero no fue
así. El no tiene interés en mí en ese sentido.
— ¿Todavía
no os ha tomado? —
preguntó Donghae, sorprendido.
Heechul
enrojeció intensamente.
— Sí, pero
sólo dos veces — repuso, muy avergonzado — . ¡Y seguramente lo lamentará si
vuelve a intentarlo!
— Sin
duda, pasará un tiempo antes de que lo haga — comentó Donghae— El se esfuerza
por prescindir de los jóvenes, les tiene mucha desconfianza. Y si uno recuerda
la razón de ello, quizá sea ése el motivo de que últimamente esté de tan mal
humor. Zhoumi ha regresado.
—
¿Regresado?
— Sí, hace
unos pocos días. Hyukjae me lo contó. Parece que su acaudalado marido murió de
consunción. El ha vuelto a su familia convertido en un viudo rico. Eso sólo
puede traer problemas.
— ¿Por
qué?
Donghae
frunció el entrecejo.
— Hyukjae
cree que él tiene pensado dirigir otra vez sus atenciones a Siwon.
Heechul se
puso rígido.
— ¿Y él
volvería a aceptarlo?
— Él fue su primer amor y eso no se olvida fácilmente. Sin embargo, lo lastimó mucho — dijo Donghae y se en cogió de hombros—. Mi opinión es que él sería un tonto de aceptarlo después de lo que le hizo. ¿Pero quién puede decir lo que hay en el corazón de un hombre?
—
Solamente el hombre, y la mayoría de las veces, él tampoco lo sabe — murmuró Heechul
con un asomo de amargura en la voz. Hubiera dado cualquier cosa por conocer los
pensamientos de Siwon.
Donghae y Heechul
pasaron el resto de la mañana ocupados con la limpieza. Heechul lavó la ropa, fregó
las ropas de Siwon sobre la tabla de lavar con vengativa energía, rompiendo
costuras que sabía que él mismo tendría que reparar después.
Era casi
de noche cuando las ropas fueron llevadas adentro y fue entonces que Heechul
vio por primera vez la aurora boreal. Al principio se asustó por los extraños
resplandores sin forma, hasta que Donghae le explicó que las luces amarillo
verdosas aparecían frecuentemente en el cielo. También le advirtió a Heechul
que las luces adoptaban tonos diferentes y que a veces eran blancas. Las luces
más hermosas eran azules, rojas y hasta violetas.
Heechul
quedó fascinado y ansió ver más auroras boreales. Esta tierra de tantos
misterios, tan diferente a la suya, era un mundo completamente diferente.
— Él fue su primer amor y eso no se olvida fácilmente. Sin embargo, lo lastimó mucho — dijo Donghae y se en cogió de hombros—. Mi opinión es que él sería un tonto de aceptarlo después de lo que le hizo. ¿Pero quién puede decir lo que hay en el corazón de un hombre?
Porque le pide consejo al hermanastro es una maldita víbora, pero en fin Heechul cedió aunque a regañadientes veremos que mas pasa con ellos y el regreso de Zhoumi solo traerá problemas gracias por el cap bye.
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