La lluvia
arreciaba, difuminando el paisaje. Youngwoon estaba de pie junto a la ventana
del salón, contemplando el chaparrón y preguntándose si también Jungsoo estaría
haciéndolo. A él le gustaba la lluvia, le gustaba todo lo que tenía que ver con
la naturaleza, fuera cual fuese la época del año. Recordó su rostro radiante
cuando lo sacó a la terraza bajo la lluvia.
-No puedes
continuar evitándome.
Oír
aquella voz a sus espaldas fue como un jarro de agua fría, aunque el reflejo de
Heechul en la ventana lo había advertido de que se acercaba. Aún era pronto,
pero la lluvia había oscurecido tanto el cielo que en la casa habían tenido que
encender las luces.
Youngwoon
no se volvió. No tenía ningún deseo de mantener una conversación con él, de
ninguna clase, pero menos aún sobre el hecho de que lo evitara. Aún no había
decidido cómo tratarlo.
Podría
decirle la verdad, que a duras penas lo soportaba, pero eso solo conseguiría
que vivieran como dos desconocidos cuando se casaran, lo cual, bien pensado, le
parecía una situación ideal; al menos para él. O podría intentar llevarse bien
con él, sacar el mayor provecho de un matrimonio no deseado.
Pero Youngwoon
tenía la respuesta. Haría un esfuerzo por Junjin. Su abuelo quería que él se casara y le diera
herederos. Junjin no los tendría de la forma que él esperaba, pero Youngwoon
disponía de mucho tiempo para hacerlo entrar en razón sobre esa cuestión. Sin
embargo, no tendrían ningún heredero si él no conseguía acostarse con su propio
esposo.
-¿Qué
pensará la gente?
¿Seguía Heechul
allí? Youngwoon suspiró entre dientes y se volvió.
-¿Que en
realidad no queremos casarnos?
Youngwoon
se sorprendió al darle aquella respuesta. La dijo de forma espontánea, a pesar
del debate interno que acababa de librar consigo mismo. Se acabó el fingir. Él
prefería la verdad y, partiendo de ese detalle, tal vez consiguieran llevarse
bien.
Eso le
llevó a plantearse si era posible que Heechul cambiara su forma de actuar o si
estaba demasiado absorto en sí mismo como para intentarlo. ¿Quería él siquiera
cambiarle? La respuesta de Heechul le dio a entender que sería una causa
perdida.
-Bueno, yo
no quiero casarme contigo -dijo malhumorado-. Ya no, en cualquier caso, puesto
que hablar con tu abuelo me ha demostrado lo aburrido que será vivir aquí. Pero
tú, no hay razón para que sigas disimulando, Youngwoon. Sabes que casarte
conmigo no va a importarte. Sin duda, tú solo pones reparos a la forma en que
volvimos a prometernos.
Youngwoon
tardó un rato en recuperar el habla antes de responder:
-¿Se te ha
ocurrido alguna vez, Heechul, que el aspecto físico puede no ser lo más
importante para todo el mundo, que algunos hombres pueden preferir a una pareja
por sus buenas cualidades y no por su cara bonita?
Heechul se
quedó mirándolo durante unos instantes sin comprender nada, pero luego se echó
a reír con condescendencia y le informó:
-He tenido
centenares de proposiciones de matrimonio para demostrarte lo contrario, y la
mayoría de hombres que apenas me conocían. ¿Qué te dice eso sobre lo que
prefieren los hombres?
-Me dice
que te han convencido para que pienses que lo único que importa es tu
belleza. Y habrías tenido que casarte
con uno de ellos para abrir de una vez los ojos, cuando él acabara sabiendo
cómo eres en realidad. Voy a serte sincero. No me gusta cómo eres. No me gusta
lo cruel que puedes llegar a ser. No me gusta la forma en que tratas a la
gente, como si nadie importara aparte de ti.
-Si crees
que...
Youngwoon
interrumpió su indignada respuesta diciendo en el tono más sereno del que fue
capaz:
-Quédate
callado por una vez y déjame que te explique por qué te estoy diciendo esto. Si
tenemos que casarnos, y no parece que nada vaya a librarnos de hacerlo, solo
tendremos dos opciones: vivir en paz con el otro o convertir esto en un
infierno. Pero la única forma de que haya paz es que tú cambies tu forma de actuar.
¿Crees que podrás hacerlo?
-No hay
nada malo en mi forma de comportarme -insistió él. Youngwoon suspiró.
-Si no
eres capaz de entender que yo encuentro reprobables tus aires de superioridad y
tu tendencia a ser cruel, entonces no tenemos nada más de que hablar.
-¿Un mero
insulto sin importancia me convierte en una persona cruel? ¿Acaso te importa
saber por qué te insulté? ¿Te importa que yo no quisiera casarme contigo, que
estuviera furioso de que hubieran acordado mi compromiso sin siquiera
consultarme? Yo solo quería romperlo. ¿Qué hay de malo en eso?
-Tenías
otras opciones -le dijo Youngwoon-. La más obvia es que podías haberme dicho
cómo te sentías y podríamos haber puesto fin al compromiso de un modo amigable.
-Debes
estar de broma. Yo sabía que en cuanto me vieras no habría nada que te
disuadiera de casarte conmigo, a menos que rompieras el compromiso en un
momento de rabia, tal y como hiciste.
Youngwoon
entendía su razonamiento, hasta cierto punto. Al verlo por primera vez, él se
había sentido increíblemente afortunado. Su belleza lo había cegado como sin
duda sucedía con los otros hombres. Si Heechul le hubiera dicho que no quería
casarse con él, es muy posible que él hubiera intentado hacerlo cambiar de opinión,
al menos hasta conocerle mejor y descubrir que no era de su agrado. Así pues,
si hubiera sido honesto el resultado habría sido probablemente el mismo.
Pero, en
lugar de ser honesto, había intentado manipularlo con sus insultos, y lo había
conseguido. Y sus ardides no acababan allí...
-¿Difundir
rumores para desprestigiarme también tenía la misma finalidad?
-No seas
tonto -dijo él en tono jocoso-. Eso no fue en absoluto por ti, sino para
demostrarles a mis padres que tú no eras el marido ideal que ellos pensaban
para mí. Así, yo podría convencerles de que deshicieran el compromiso ellos
mismos. Pero eso no funcionó. Estaban decididos pasara lo que pasase. Y no
finjamos que eso te ofendió. Era imposible que te perjudicara, a menos que los
rumores resultaran ser ciertos. Bastó con que la gente tuviera la oportunidad
de conocerte para ver que eran injustificados.
Youngwoon
sacudió la cabeza.
-¿No te
das cuenta de lo despreciables que son todas tus maquinaciones? ¿Cuando un poco
de honestidad habría ...?
-¿Bastado?
-le interrumpió, ahora con aspereza-. Lo intenté, Youngwoon. Les dije a mis
padres desde el principio que no quería casarme con un hombre que no conocía.
Ahora dime tú una cosa y sé sincero. ¿Cómo te sentías tú estando comprometido
con un joven que no conocías? -Suspiró-. Da igual. Obviamente no te importaba,
porque seguiste adelante.
Youngwoon
se ruborizó porque aquello no era del todo cierto. Al enterarse de que le
habían buscado esposo sin consultárselo había reaccionado como Heechul, o al
menos como él afirmaba haber hecho.
Se vio
obligado a admitir:
-En
realidad, no me enteré hasta unos días antes de venir aquí. Yo ya tengo edad
para elegir a mi esposo, ¿sabes? Eric estaba equivocado si pensaba que podía
hacerlo por mí. Yo habría roto el compromiso, pero me pidieron que al menos te
conociera antes, y les hice caso.
Heechul
también se ruborizó. Luego se lamentó en tono defensivo:
-Bueno, ¿y
cómo iba yo a saber eso? Pero, como parece que tú admiras tanto la honestidad,
dime: ¿lo habrías roto si yo no te hubiera insultado?
Dado que
acababa de considerarlo, la respuesta de Youngwoon fue rápida.
-No. Al
menos no de inmediato. Eres una belleza, nadie puede negarlo. Pero no habría
tardado mucho en ver lo que había debajo de la superficie y en comprobar que no
me gustaba lo que veía. Ahora ya no tenemos elección, y me he enterado de que
incluso esto se debe en parte a tu forma de actuar, porque te enemistaste deliberadamente
con el joven que nos sorprendió juntos. Si hubiera sido cualquier otra persona,
ahora no nos hallaríamos en esta situación.
-Eso es
muy improbable -rebatió él-. Comprar el silencio es un asunto espinoso que
nunca es seguro.
Youngwoon
miró el techo.
-No todo
el mundo necesita que lo compren. Algunas personas, créelo o no, lo
comprenderían y no querrían que ninguno de nosotros resultara perjudicado o
desprestigiado por un encuentro inocente que pudo ser malinterpretado.
-Confías
demasiado en la naturaleza humana -se mofó Heechul.
-Y tú
demasiado poco. Así que volvemos al principio, creo que estamos condenados a
seguir juntos. Y yo aún quiero saber si tú serías capaz de cambiar tu forma de
actuar. ¿Puedes dejar de granjearte enemigos solo porque no te gusta lo que
dicen o hacen? ¿Puedes dejar de maquinar y urdir formas de vengarte? ¿Puedes
dejar de mentir solo porque te conviene o...?
-Oh, basta
-lo atajó él-. ¿Y por qué no dejo sencillamente de respirar?
-El
sarcasmo no va a servirte de nada.
-No ha
sido sarcasmo -replicó-. Es evidente que tú eres demasiado noble de pensamiento
para mi gusto, Youngwoon. Así pues, ¿por qué no admitimos que no estamos hechos
el uno para el otro y que jamás lo estaremos? Pensaba que no me importaría
casarme contigo, cuando te conocí, pero desde entonces he cambiado de opinión,
sobre todo después de hablar con lord Eric y saber con todo lujo de detalles lo
aburrido que será vivir aquí. Créeme. Quiero librarme de este compromiso tanto
como tú. Ahora, incluso le suplicaría a Jungmo, sí «suplicaría», para que
mantuviera la boca cerrada. Pero sé que no serviría de nada. Él me odia.
Probablemente, siempre fue así.
-¿Por qué?
-inquirió él-. A menos que tú hicieras algo para incitarlo.
-No seas
ingenuo. No hice nada aparte de nacer con este aspecto, lo cual provoca envidia
y celos en los demás jóvenes, y eso conduce a una hostilidad de la peor clase.
Intentan disimularlo, pero no siempre lo logran. Jungmo, como tantos otros,
solo fingía ser amigo mío porque yo tengo éxito, soy la estrella. ¿Crees que yo
no sé que me utilizan? ¿Crees que es fácil restarle importancia a eso?
-Creo que,
si no sospechara que tú eres el responsable de que te odien tanto, podrías
darme lástima.
-¡Cómo te
atreves! -espetó Heechul-. Y si quieres salir de esta situación tan horrenda
que, ¿acaso necesito recordártelo?, tú provocaste con tu maldito genio,
¡entonces haz algo! Yo no puedo recorrer todo el país intentando encontrar a Jungmo,
pero tú sí. Así que deja de lamentarte y sácanos de esto.
Heechul se
marchó de mal humor, dejando a Youngwoon como al principio, con muy pocas
esperanzas sobre su futuro. ¿Ir él en busca de Kim Jungmo, cuando ni siquiera
estaba familiarizado con aquel país? No obstante, Heechul tenía razón. Había
estado lamentándose. Había permitido que la situación lo sumiera en un esta o
de abatimiento tal que lo superaba. Sin embargo, su escepticismo no era motivo
para quedarse de brazos cruzados.
Su única
esperanza real era que hubiese hombres buscando a Jungmo, hombres habituados a
seguir la pista a la gente, o eso era lo que su abuelo le había asegurado. No
obstante, aquello no era suficiente para sacarlo de su abatimiento, no estando
el día de su boda a la vuelta de la esquina.
***
Cuando Youngwoon
se decidió a buscar personalmente a Jungmo, no tardó en averiguar lo fútil que
sería su búsqueda al empezar a reunir información antes de ponerse en camino y
contar las numerosas direcciones donde podía hallarse el joven, diseminadas por
todo el país. Irónicamente, Heechul le había proporcionado la mayoría de ellas.
Sabiendo
que no podría desplazarse a todos esos lugares en los pocos días que le
quedaban, Youngwoon debía decidir cuáles
podrían proporcionarle más información en menos tiempo o, si tenía suerte,
encontrar al propio Jungmo. Pero no era fácil decidirse, pues no conocía a ninguna
de las personas implicadas, por lo que acudió a alguien que sin duda tendría
más elementos de juicio.
Encontró a
Siwon con bastante facilidad. De hecho, el hijo del duque también lo había
estado buscando a él, o eso insinuó cuando dijo:
-Se que
verme partir le romperá el corazón, pero todo lo bueno o malo se acaba. Y sí,
ya sé que mi acento le confunde, así que, en otras palabras, estoy a punto de
regresar a Londres. Este lugar se ha vuelto demasiado deprimente. Parece que en
lugar de una boda vaya a celebrarse un funeral.
-Eso no
puedo discutírselo -respondió Youngwoon-. Yo también me voy a Londres y quería
pedirle...
-Escurriendo
el bulto -lo interrumpió Siwon-. Caramba, no pensaba que fuera usted de esos.
Youngwoon
se tensó, pero como necesitaba su opinión, se contuvo.
-Yo
tampoco. Voy en busca de Kim Jungmo, el joven que puede difundir el rumor. Él es
el único que puede sacarme de este aprieto.
-¿Buscarlo
como si hubiera desaparecido?
Youngwoon
asintió.
-No regresó
a su casa como estaba previsto cuando se marchó de aquí, y sus padres se han
enojado tanto con las preguntas que les han hecho sobre él que también se han
marchado de su residencia de Londres. Eric tiene hombres buscándolo, pero de
momento no hay nada.
-Parece
que no quiere que lo encuentren -conjeturó Siwon.
-Ya lo sé.
Pero, aun así, debe de haber alguien que conozca su paradero. Tengo las
direcciones de sus amigos y será...
-Una
pérdida de tiempo, sin duda -volvió a interrumpirle Siwon-. Si se está ocultando,
aunque no puedo imaginar por qué, no les habrá dicho dónde está a sus amigos.
Youngwoon
suspiró.
-Supongo
que usted no sabe nada sobre él que pueda servirnos para averiguar adónde fue
cuando se marchó de aquí.
-¿Yo? Ni
siquiera lo conozco. Pero ahora que lo dice, sí conozco a su primo, Kim John,
que era su acompañante. Yo, de usted, lo buscaría a él, puesto que con él es
con quien se marchó de aquí.
-Él
también ha desaparecido, al menos me han dicho que tampoco ha regresado aún a
su casa.
Siwon enarcó
una ceja, pero luego meneó la cabeza y musitó, más bien para sus adentros:
-No, son
primos carnales, ellos no... No importa. Al menos los, hombres de su abuelo
están siendo meticulosos si lo han buscado también a él. Eso debería
tranquilizarle a usted.
Youngwoon
asintió, aunque el consuelo era nimio, puesto que aquellos hombres aún no
habían obtenido resultado alguno.
-El viejo Eric
no está escatimando dinero en este asunto, es dice mi abuelo Junjin.
Siwon se
rió con malicia.
-Desde
luego que no. Me figuro que pensar en tener a Heechul como nieto político le
horroriza, ahora que sabe las maldades de que es capaz.
-No sé
-respondió Youngwoon, encogiéndose de hombros-. Hablo con él lo menos posible.
-¡Ah, sí!
-Siwon volvió a reírse-. ¿Intimida, eh? No puedo decir que lo culpe...
-Venga, no
se vaya usted por las ramas. No me cae bien, eso es todo.
-¿Su
propio abuelo? ¿Por qué?
En lugar
de responder, cuestión que no era de la incumbencia de Siwon, Youngwoon
preguntó:
-Supongo
que usted no sabe dónde puede encontrarse ese primo.
Siwon
captó la indirecta y, después de meditar durante unos segundos, dijo:
-No lo
conozco bien, solo un poco, puesto que pertenecemos al mismo club, pero ya sabe
cómo hablan los hombres, y fanfarronean, cuando no hay parejas a su alrededor.
Sé que tiene un sitio en Manchester dedicado en exclusividad a sus amantes, una
propiedad que ganó en una partida de naipes. No es nada inhabitual, lo de tener
un lugar solo para tu amante. Pero en este caso me pareció curioso, puesto que
John sigue viviendo en casa con su madre y la casa de Manchester es la única
propiedad a su nombre. Lo normal sería que se trasladase allí, ¿no lo haría
usted? En lugar de tener a sus amantes. Sobre todo cuando su madre vive tan
lejísimos de Londres.
-Pero no
resultaría apropiado que se llevara allí a su primo, ¿no?
-Por
supuesto que no... A menos que el lugar estuviera vacío. - Siwon se encogió de
hombros-. Solo lo he mencionado porque si yo tuviera un primo que me pidiera
que lo llevara a algún lugar donde esconderse y poseyera una casa que nadie de
mi familia conoce, sería allí adonde le llevaría, si en ese momento estuviera
vacía. Sobre todo porque no está tan lejos de aquí, pero sí de Londres.
-¿Tiene
usted la dirección?
-¿He dicho
yo que lo conociera bien?
Youngwoon
volvió a suspirar, pero preguntó:
-¿Es
grande la ciudad?
Siwon se
echó a reír.
-Demasiado
para que alguien le indique la dirección preguntando en la calle. Es una maldita
ciudad, viejo amigo, no un pueblecito.
En ese
punto, Youngwoon podría haberle retorcido el pescuezo por haberle dado
esperanzas y luego haberlas frustrado. Sin duda su expresión delataba sus
pensamientos, porque Siwon se apartó al menos un paso de él.
Pero luego
sonrió con descaro y añadió:
-Yo podría
sacarlo de este embrollo.
-Incluso
si eso fuera cierto, lo cual dudo, ¿por qué iba usted a hacerlo?
-Dios mío,
no hace falta que sea tan suspicaz. No tengo otros motivos, se lo aseguro.
Sencillamente sé que usted preferiría casarse con otra persona.
Sabiendo
la frecuencia con que Siwon mencionaba a su joven hermano, Donghae, y que
además ya debía de estar harto de hacerle de acompañante, lo cual solo podría
dejar de hacer si éste contraía matrimonio, Youngwoon no dudó que Siwon
estuviera refiriéndose a él.
Así pues,
le aseguró:
-Está
usted equivocado. Yo no quiero casarme con él.
-¿No? Me
sorprende usted. Estaba convencido. -Y luego, con un suspiro, añadió-: Muy
bien, entonces estaba equivocado. Pero aun así quiero ayudarle.
-¿Cómo?
-Pidiéndole
a Heechul que se case conmigo, por supuesto. Yo soy, el único por el cual lo
rechazaría a usted.
Youngwoon
no pudo reprimir un bufido.
-Señor
mío, se tiene usted en muy alto concepto, quizá tanto como Heechul se tiene a
sí mismo.
Siwon
sonrió burlón.
-En absoluto.
De lo que estamos hablando es de títulos, que es lo único que a él le interesa,
eso y la fortuna que entrañan. No cometa el error de pensar que es a usted a
quien quiere. Resulta además que el título que yo voy a heredar es más elevado
que el suyo.
-Incluso
si eso funciona, que no lo hará, yo no podría pedirle que hiciera usted tamaño sacrificio.
-¿Qué
sacrificio? Yo no estoy hablando de casarme realmente con él -dijo Siwon,
estremeciéndose-. Se lo pediré,
estaremos comprometidos durante un tiempo y luego
romperemos el compromiso. Hasta me portaré como un caballero y dejaré
que sea él quien rompa. Para que salve su reputación y todo lo demás. Así nadie
saldrá perjudicado, usted elude un destino peor que la muerte, yo retomo mis
habituales aventuras libertinas y todos contentos.
-Salvo Heechul,
que aún tendrá sobre su cabeza la amenaza de ese enemigo suyo, dispuesto a
difamarlo en cualquier momento con la información que posee -señaló Youngwoon-.
¿Qué impedirá a Jungmo difundir esa historia si Heechul no se casa conmigo? El
hecho de que se comprometa con usted no va a impedirlo, sino que convertirá la
historia en un verdadero escándalo, y eso es precisamente lo que estamos
intentando evitar.
Siwon
frunció el entrecejo, al parecer había olvidado aquel aspecto.
-Bueno,
diablos. Entonces está usted en un verdadero aprieto, ¿no? ¿A qué espera
entonces? Ahora que lo Pienso, hace tiempo que no voy a Manchester. Creo que
iré con usted. Dos podemos cubrir una zona mucho más amplia que una sola
persona. Mejor aún, hágaselo saber a su abuelo para que pueda enviar también a
su gente.
Por mucho
que a Youngwoon le pesara admitirlo, y seguían sin gustarle los rodeos que Siwon
empleaba para decir las cosas, aquel individuo estaba empezando a agradarle
después de todo.
***
Para Jungsoo,
la vida seguía adelante. Se había dado cuenta de que si conseguía no pensar en Youngwoon
era incluso capaz de volver a reír cuando tenía ganas de hacerlo. Sin embargo,
en cuanto bajaba la guardia, era fácil que se echara a llorar, pero, por lo
general, lograba ser el de siempre en el día a día.
Salvo en
una ocasión, cuando el pobre uno de sus vecinos se había detenido para hablar
con él y había tenido que presenciar una de sus llantinas. Verla deshacerse en
lágrimas delante de él lo había incomodado tanto que había ido en busca de tres
lugareños para que lo ayudaran.
No
obstante, cuando llegó todo el mundo, Jungsoo ya volvía a ser dueño de sus
actos y achacó las lágrimas a una mota de polvo que tenía en el ojo, recordando
a su público que una buena llantina era la mejor forma de limpiarse los
lagrimales. Lo habían mirado entonces como si fuera tonto. La gente a menudo lo
miraba así cuando decía alguna de sus gracias, así que aquello no fue nada
fuera de lo corriente.
Sus tíos
también habían decidido que estaba «recuperado», aunque nunca habían hablado
sobre la enfermedad que lo había aquejado. Sabían que tenía que ver con Youngwoon,
pero, por un acuerdo tácito, habían decidido no intentar sonsacarle nada. Sin
embargo, el tema surgía de vez en cuando. ¿Cómo no iba a hacerlo cuando la boda
de Youngwoon continuaba siendo el principal tema de conversación en el vecindario
y, por lo tanto, resultaba tan difícil eludirlo?
Sin
embargo, habían vuelto a pensar en otros caballeros adecuados para él y, justo
la noche anterior, estando reunidos en el salón después de la cena, Hyesung
mencionó a un caballero que acababa de llegar hacía poco.
-Está
construyendo una casa señorial al otro lado del pueblo, cerca de la hermosa
pradera. He oído que acaba de recibir una inesperada herencia y que ha decidido
hacerse una casa aquí.
Minwoo
asintió, añadiendo:
-La gente
tiene tendencia a gastar mucho dinero cuando acaban de heredarlo. Es raro, pero
siempre sucede lo mismo.
-He oído
que también está construyendo una en Bath y otra en Portsmouth. Parece que la
herencia es sustanciosa.
-No está
casado, ni lo ha estado nunca -dijo Minwoo-. Me lo han confirmado.
-Y es
joven -añadió Hyesung-. No llega a los treinta.
A esas
alturas, Jungsoo ya no tuvo ninguna dificultad para saber el cariz que iba a
tomar la conversación.
-Pasaré a
conocerlo, pero no me lo traigáis aquí para presentármelo.
-Nosotros
no haríamos una cosa así, querido, al menos yo -le aseguró Minwoo.
-¿Lo cual
implica que yo sí lo haría? -bufó Hyesung-. No soy tan insensible como para no darme
cuenta de que a nuestro Jungsoo no le hace ninguna gracia la boda de la próxima
semana.
-No, solo
eres lo bastante insensible como para mencionarla -replicó Minwoo con un
bufido.
Jungsoo se
puso en pie para distraerlos, antes de que la riña fuera a mayores, y volvieran
a hacerle caso.
-Está
bien. No tenéis que suavizar el tema delante de mí. Es cierto. Como tío Minwoo,
yo también pensaba que entre Youngwoon y yo podía haber algo más que una simple
amistad, pero me equivocaba, Lo superaré. Que volviera a comprometerse con Heechul
fue una sorpresa más que otra cosa, de la que ahora estoy recuperado. En serio,
me encuentro bien.
Se marchó
antes de que el temblor de sus labios contradijera aquella afirmación, pero los
dos hermanos se miraron, sabiendo lo que le ocurría.
-Miente
-suspiró Minwoo-. Sigue estando muy triste.
-Lo sé. -Hyesung
suspiró un poco más alto-. Me gustaría tener un garrote y..
-Y a mí
-lo interrumpió Minwoo-. Pero ¿de qué serviría eso? Ningún joven podría
competir con alguien como Heechul, ni siquiera alguien tan maravilloso como
nuestro Jungsoo. Los hombres pueden ser tan ciegos y estúpidos.
Hyesung
podría haberse reído con aquel comentario, si el tema no los abatiera tanto
también a ellos.
-No es que
tenga importancia, pero, pensándolo bien, mejor así. No me hacia ninguna gracia
que ese misántropo de Eric fuera a mirarme por encima del hombro si acabábamos
siendo parientes políticos suyos. Dejó su postura del todo clara en su día
cuando surgió el rumor, demostrando que no quería tener nada más que ver con
nuestra familia.
-No estoy
tan seguro de que fuera solo eso -respondió Minwoo pensativo-. Hizo un
comentario en la fiesta que me llevó a pensar que lo que le había disgustado es
lo que hizo nuestro abuelo, no el rumor al que había dado pie. Eran muy buenos
amigos. Al menos, solían cazar siempre juntos.
-¿Qué comentario?
-Me
preguntó si la imbecilidad seguía siendo cosa de nuestra familia - respondió Minwoo.
Hyesung se
puso furioso, lo cual se hizo patente en su tono de voz y en el rubor que tiñó
sus mejillas.
-Caramba.
¡Menudo hipócrita! ¿Quién fue el que dejó que su hija se marchara y se casara
con un escocés de las Tierras Altas y luego lo lamentó durante el resto de su
vida? Eso sí que es ser un imbécil.
Minwoo
negó con la cabeza.
-Eso fue
una circunstancia que no pudo evitarse, pues ella se enamoró de aquel hombre.
Lo que debería haber hecho es impedir que se conocieran.
-Tú le
contestarías, espero -respondió Hyesung, aún indignado.
-Por
supuesto. Pero después de pensar en ello, creo que solo se estaba refiriendo al
hecho de que el abuelo se disparara y eso, debes admitirlo, es lo que nosotros
pensamos de vez en cuando.
-Oh, bien,
desde entonces ha llovido mucho -dijo Hyesung. Luego pasó a otra queja-. Pero
tú nunca deberías haber animado a Jungsoo para que pensara que tenía alguna
oportunidad con Youngwoon. Eric no habría permitido que se casaran.
-¿Animarlo
cómo? -Minwoo miró a su hermano con algo parecido a la ira-. Tengo ojos,
¿sabes? Era evidente que el muchacho estaba prendado de Jungsoo, aunque, por lo
que parece, lo que él apreciaba no era más que su amistad -añadió con un
suspiro.
-No
podemos culparlo por eso -respondió Hyesung-. Jungsoo es un encanto.
-Por
supuesto que lo es. Sin embargo, te equivocas si piensas que Eric habría puesto
objeciones a causa del rumor. No le habría gustado, pero por lo que sé, él solo
quiere un nuevo heredero, y deprisa. Con tantas prisas, no puede precisamente
poner muchos reparos.
-Desde
luego que sí -discrepó Hyesung-. Ese era el motivo de la fiesta. Youngwoon
tenía más jóvenes entre los que escoger de los que necesitaba, y mira lo que ha
sucedido. Ha terminado quedándose con el que Eric quería para él.
-Pero ¿lo
eligió él?
-¿A qué te
refieres?
-¿Conoces
a la hija de Soogeun, la que trabaja como doncella en Raccoon Glade? He hablado
con Soogeun esta mañana en el zapatero. Dice que su hija le ha contado que en Raccoon
Glade nadie está contento con la boda, en especial los novios.
-¿Ninguno
de los dos?
-Eso es lo
que me ha dicho.
-Eso no
tiene sentido. Entonces, ¿por qué se casan?
Minwoo
enarcó una ceja, ante lo cual Hyesung exclamó:
-Tonterías.
No se ha oído ni el más mínimo rumor de que...
-Exacto -lo
interrumpió Minwoo con una sonrisa taimada-. Los matrimonios no deseados suelen
contraerse para cortar un rumor de raíz antes de que pueda empezar a
difundirse.
-Una
conjetura sin base alguna, en este caso -señaló Hyesung-. Solo estás
aventurando una opinión.
-El
sentido común...
Hyesung lo
interrumpió:
-¿Quién
dice que tú lo tengas?
-Diantres.
Hablar contigo es como hablar con el pomo de una puerta -se lamentó Minwoo.
-¿Lo que
significa ... ?
-Que sabes
girar el pomo, pero no tienes la inteligencia que se necesita para abrir la
puerta.
-O soy lo
bastante inteligente como para saber que al otro lado de la puerta no hay nada
que merezca la pena -contestó Hyesung triunfal.
Minwoo se dio por vencido. Aquel comentario era
muy agudo y, aunque nunca lo admitiría, estaba orgulloso de que a su hermano se
le hubiese ocurrido.
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