Los
fuertes golpes en la puerta despertaron finalmente a Youngwoon. Lo bastante al
menos como para decirle a su autor que él mismo se encargaría de que ardiera en
el infierno si no dejaba de hacerlo. Pero la persona en cuestión no le hizo
caso, sino que abrió la puerta. Youngwoon no se percató. Estaba sentado en la
cama, sujetándose la cabeza entre las manos, con la sensación literal de que
iba a estallarle.
-No tiene
usted muy buen aspecto viejo amigo. ¿Bebió un poco más de la cuenta mientras lo
celebraba ayer por la noche?
Youngwoon
abrió un ojo inyectado en sangre, lo clavó en Choi Siwon y dijo:
-Voy a
tener que encontrar una tinaja de aceite hirviendo. Las llamas del infierno no
son lo que usted necesita.
Siwon se
echó a reír y acercó una silla a la cama. Youngwoon, viendo que su visitante no
estaba captando el mensaje de que no era bien recibido, gruñó y escondió la
cabeza bajo la almohada.
Por
desgracia, aunque amortiguada por la almohada, seguía oyendo la voz de Siwon.
-¿Por qué
diablos iba yo a hacer una cosa así?
-¿Tal vez
porque es tan hermoso que le corta la respiración?
Youngwoon
se incorporó con un bufido.
-Lo que un
inglés puede encontrar hermoso, a un escocés puede parecerle pálido y enfermizo.
Un escocés querría que su pareja tuviera una constitución más robusta y
suficiente carne como para soportar otro invierno. ¿Sabe usted que Heechul
jamás sobreviviría en las Tierras Altas, que languidecería en cuanto empezara
el mal tiempo? Y allí el mal tiempo es una constante, no una excepción. Yo me
habría dado cuenta de eso, aun cuando él no me hubiera puesto en su contra con
esa lengua viperina que tiene.
-Pero
usted va a vivir en Inglaterra, ¿no? Así pues, ¿qué problema hay?
-Si
creyera que no voy a volver a mi tierra natal en lo que me queda de vida, sería
yo el que languidecería y moriría.
-Entonces,
¿cómo explica, viejo amigo, que vuelvan ustedes a estar prometidos?
Youngwoon
tenía en la punta de la lengua una respuesta automática, pero como ya era la
segunda vez que Siwon insinuaba que él había cambiado de opinión con respecto a
Heechul, empezó a recordar vagamente el motivo que lo impulsó anoche a empinar
el codo hasta casi perder el sentido. Y luego recordó otra imagen aún más
desagradable: vio a sus dos abuelos diciéndole que ahora tendría que casarse
con Heechul. A aquellas alturas estaba tan ebrio que todo le daba igual. ¿Les
había él dicho eso realmente? ¿Que-todo le daba
igual?
Intentar
recordarlo todo aumentaba todavía más la intensidad de los latidos que
palpitaban en sus sienes, por lo que al final se vio obligado a darse por
vencido y respondió:
-No es por
mi voluntad, se lo aseguro.
-Ah,
entonces es cierto, ¿no? -dijo Siwon en un tono que transmitía disgusto y
decepción a partes iguales-. No sé por qué creía yo que tenía usted un carácter
más independiente y no iba a someterse sin más a la petición del viejo.
-¿Desde
cuándo se preocupa usted por lo que yo haga o deje de hacer?
-Desde que
decidí tomarlo bajo mi protección.
-Pues
váyase usted a proteger a otro. Yo no lo necesito.
Siwon se
echó a reír.
-Demasiado
tarde. Yo no abandono a mis amigos solo porque demuestren ser unos completos
imbéciles.
-Es mi
último aviso, amigo. Si no sale ahora mismo de aquí y me deja morir en paz...
-Venga,
venga. No haga amenazas que no pueda cumplir en su actual estado.
Una buena
observación, concluyó Youngwoon con retraso. Por ese motivo, renuncio a
intentar echar a aquel tipo y optó por esconder otra vez la cabeza bajo la
almohada. Esperaba que ignorar por completo a Siwon bastaría para que captara
el mensaje. Asombrosamente, consiguió quedarse otra vez dormido durante un rato,
lo cual fue una bendición, teniendo en cuenta el estado en el que se hallaba.
Cuando
despertó de nuevo, no tenía ni idea de qué hora podía ser, pero al menos ahora
los latidos en las sienes no eran tan dolorosos. No obstante, si creía que Choi
Siwon se habría marchado hacía ya rato,
estaba muy equivocado. Seguía sentado en la silla junto a la cama, leyendo un
libro que debía de haber encontrado en la pequeña librería de la habitación. No
eran libros de Youngwoon. Ya estaban allí, formando parte de la decoración,
cuando él se instaló.
-¿Qué hora
es? -farfulló Youngwoon incorporándose con muchísima cautela para evitar el
martilleo en las sienes.
-No es
demasiado tarde -respondió Siwon, dejando el libro-. Imagino que aún está a
tiempo de llegar al almuerzo, si se da prisa.
Pensar en
comida hizo que la cara de Youngwoon adquiriese una tonalidad casi verdosa. Al
cabo de unos instantes, estaba corriendo hacia el orinal y vomitando una buena
parte de los venenos que tenía en el cuerpo. Otra bendición. De hecho, se
sentía mucho mejor cuando volvió a meterse en la cama.
-¿Sigue
usted ahí? -se quejó Youngwoon, viendo que Siwon continuaba sentado, tapándose
la boca con los dedos, sin inmutarse.
-¿Siempre
duerme vestido? -preguntó Siwon, ignorando la pregunta que le había hecho.
-Solo
cuando no recuerdo haberme metido en la cama.
-Ah, sí.
Supongo que esa es una buena excusa -fue su irónica respuesta.
-¿Por qué
sigue usted ahí?
-Por
curiosidad. Confieso que no logro comprender qué sucedió ayer, o cómo pudo usted
volverse tan necio de la noche a la mañana. Va a resultarle bastante difícil
deshacerse de mí, viejo amigo, hasta que no desembuche.
-Si
pudiera recordar lo que sucedió ayer, tal vez le complacería, pero como no puedo...
-Bien. Esa
excusa no va a funcionar. Desde luego que no. En cuanto vuelva a tener ganas de
darse un atracón, lo recordará todo. Esperaré.
-Entonces
espere en otro sitio, si no le importa -dijo Youngwoon.
-¿Y
permitir que usted siga eludiendo la verdad? No, no. Mi presencia le estimulará
la memoria, estoy seguro, aunque solo sea para librarse de mí contándomelo
todo.
Si Youngwoon
no hubiera pensado que su cabeza iba a lamentarlo después, habría hecho un
esfuerzo para sacar a Siwon de la habitación a la fuerza. En cambio, se recostó
en la cama, cerró los ojos e intentó recordar los acontecimientos de la noche
anterior. Despacio, la mente empezó a aclarársele.
-Se ha
ruborizado usted, viejo amigo -observó Siwon con una risa traviesa-. Aunque el
rubor le sienta a usted mucho mejor que el tono verdoso de antes.
Youngwoon
se sonrojó todavía más. Habría dado cualquier cosa por estar a solas en aquel
momento, para explorar en profundidad lo que estaba recordando, pero con aquel
visitante no deseado aguardando a conocer los detalles, algunos de los cuales
no iba a darle, suspiró y dejó aquellos recuerdos para más adelante.
-Él lo
hizo llorar. Yo monté en cólera, sabiendo por experiencia lo malvado que puede
llegar a ser, y quería averiguar lo que le había dicho.
-Me
imagino quién es el malvado, pero ¿a quién hizo
llorar?
Siwon
preguntó aquello con los ojos entornados, lo cual indicaba que su instinto de
protección se había despertado, lo suficiente para que Youngwoon respondiera:
-A su
hermano no. A Jungsoo. Y yo intenté que me dijera lo que había ocurrido, pero
fue en vano. Estaba demasiado alterado como para poder siquiera hablar de ello.
Así que fui a averiguar la causa. Recuerdo que cuando conseguí encontrar a Heechul
yo estaba furioso, porque no me resultó fácil hacerlo. Finalmente, su doncell
me condujo hasta su habitación. Me imaginé que había ido allí en busca de
alguna cosa, porque aún era pronto y la fiesta estaba en su punto álgido. Y, si
íbamos a pelearnos, mejor que fuera arriba, donde era poco probable que nadie
nos oyera. Ni se me pasó por la cabeza que se hubiera retirado a dormir.
-¿Por qué
tengo la horrible sensación de que se lo encontró en la cama?
-No fue
tan horrible, aunque así podría haber sido. Estaba en ropa interior, con las
enaguas y eso. Yo apenas me di cuenta...
-El bufido de Siwon le obligó a guardar silencio. Luego prosiguió-: Se
lo juro. Estaba demasiado enojado como para fijarme en eso, e incluso
habiéndome dado cuenta, ¿qué deja a la vista esa ropa interior, eh?. Solo el
hecho de que sea ropa interior hace que no sea correcto que un hombre la mire.
-Sí, sí,
semántica -dijo Siwon con impaciencia-. Vaya usted al meollo de la historia.
-No estoy
contándole una historia, sino lo que provocó que yo esté otra vez comprometido con
ese joven cuando en realidad no quiero ni verlo.
-Oh, Dios
mío, ¿es eso lo que ocurrió? ¿Permitió usted que Heechul lo embaucara para que
se casara con él solo porque usted tuvo la mala suerte de verlo en ropa
interior? ¿No se ha dado usted cuenta de que nadie ha salido perjudicado,
porque él nunca se lo hubiera contado a nadie? No puedo creer que haya
conseguido cazarlo con uno de los trucos más viejos...
-Podría
intentar quedarse callado para dejarme explicarle que eso no fue lo que ocurrió
-lo atajó Youngwoon-. A él el resultado lo horroriza y enoja tanto como a mí.
Ojalá pudiera echarle la culpa, pero no puedo.
-No me lo
creo -se mofó Siwon-. Él debió de fingir que estaba ultrajado. Celebrarlo
habría estado fuera de lugar. De hecho, eso le habría demostrado a usted que le
había tendido una trampa.
Youngwoon
frunció el entrecejo, intentando recordar lo que había sucedido en aquellos
pocos minutos que había pasado con Heechul en su habitación. Sobre todo,
recordaba lo enfadado que estaba, lo cual no era nada comparado con lo enojado
que estaba al final, cuando se había marchado con la intención de
emborracharse.
Youngwoon
había llamado a la puerta con tanta brusquedad que Heechul salió a abrir antes
de saber de quién se trataba. Luego había mostrado sorpresa ante el hecho de
que fuera él. Y justo después, preocupación de que alguien pudiera verlo allí.
De hecho, le había dicho que se marchara y hasta le había cerrado la puerta.
Cegado
como estaba, en lugar de ver que aquel no era un buen momento para encararse a él,
Youngwoon había ignorado la advertencia y entrado en la habitación, cerrando la
puerta tras de sí. Cuando Heechul había salido a abrirle, llevaba una bata,
pero luego la había dejado en la cama, pensando que volvía a estar solo. Aun
así, Youngwoon no pensó en la incorrección que entrañaba estar en su habitación
estando él a medio vestir. La ira lo había llevado allí y la ira lo cegaba,
impidiéndole detectar las claras señales de peligro.
Lo que sí
reconoció fue el instante en que Heechul malinterpretó el motivo de su visita. Youngwoon
no había reparado en que estaba a medio vestir, y seguía sin hacerlo, pero Heechul
tampoco había notado su enojo.
Lo miró
con recato y dijo en tono de reprimenda.
-Esto
podría haber esperado a mañana, pero entiendo su impaciencia. Aunque dese prisa, antes de que uno de los
jóvenes con los que comparto habitación decida también acostarse pronto, como
he hecho yo. Incluso se lo pondré fácil. Mi respuesta es sí.
-Un «sí»
no es la respuesta que yo he venido a buscar -le dijo Youngwoon con un gruñido.
Heechul frunció el ceño y de inmediato extrajo otra conclusión.
-No me
diga que está usted aquí para que yo vuelva a disculparme. Lo cierto es que no
sé cómo decirle de otra forma que siento lo que ocurrió en nuestro primer
encuentro. Fíjese. He vuelto a decirlo. Y ahora, ¿podemos
hacer las paces y .. ?
-No, solo
quiero saber qué ha dicho o hecho usted para hacer llorar a Jungsoo.
-¿Jungsoo?
-gritó Heechul. También él mostró entonces su enojo-: ¿Está usted aquí para
interrogarme sobre Jungsoo? ¡Márchese! No tengo nada que decir sobre ese infame
muchacho.
-Usted va
a decirme...
-¿El qué?
¿Cómo me ha insultado? ¿Cómo me ha obligado a subir a mi habitación para llorar
a solas antes de que nadie me viera? ¿Él está turbado? Pues si lo está es
porque se arrepiente de haber sido tan desagradable conmigo. Ahí tiene su
respuesta. Ahora...
Fue
entonces cuando volvió a abrirse la puerta. Y el joven que apareció en el
umbral, primero sorprendido, luego violento y por último divertido, se disculpó
por haberlos interrumpido y se marchó.
Youngwoon
aún no era consciente del funesto desarrollo de los acontecimientos, no hasta
que oyó a Heechul gritar:
-¡Fíjese
en lo que acaba de hacer! No podía marcharse cuando yo se lo he pedido. No,
ahora usted me ha puesto en una situación tan comprometida que tendremos que
casarnos. De todas las personas que podían haber subido, tenía que ser él. ¡No
puedo creerlo! Mi peor enemigo.
-No pretenderá usted...
-Ni se le
ocurra dejar esto tal y como está, Kim Youngwoon. Puede intentar convencer a Jungmo
para que mantenga en secreto lo que acaba de presenciar, pero él jamás
accederá. E incluso si lo hiciera, le estaría mintiendo. Me desprecia. ¿Acaso
no ha visto el brillo de su mirada sabiendo que tiene ahora un arma para
destruirme? Nuestro compromiso tendrá que anunciarse de inmediato.
Por mucho
que Youngwoon quisiera pensar que aquello era un ardid del que podría librarse
de una u otra forma, sabía que él lo había precipitado todo con su impaciencia.
Podría haber esperado a la mañana siguiente para encararlo. Podría haberse
marchado al darse cuenta de que Heechul estaba preparándose para meterse en la
cama.
Youngwoon se
había marchado para intentar borrar de su mente aquella horrenda situación, y
se había esmerado tanto que incluso ahora tenía tan solo un vago recuerdo de
sus dos abuelos, diciéndole que, después de todo, iba a tener que casarse con Kim
Heechul.
En cuanto
a las insinuaciones de Siwon, no tenían base alguna.
-Usted no
sabe que yo aparecí en su habitación sin previo aviso, así que es imposible que
me tendiera una trampa. No fue obra suya, de eso estoy seguro. Yo fui el
causante de todo con mi genio y mi impaciencia y, por ese motivo, no puedo
permitir que esto sea su ruina, cuando en último término soy yo el
culpable de todo. No podría vivir con esa carga.
-Maldita
sea. Tenía usted que anteponer el honor a todo lo demás, ¿no? -dijo Siwon en un
tono de leve disgusto antes de marcharse.
***
Jungsoo
estaba junto a la ventana de su habitación, contemplando el carruaje detenido
frente a la casa. En realidad, no le sorprendía echarse a llorar cada vez que
lo miraba. No lloraba mucho, solo unas cuantas lágrimas que iban a añadirse a
todas las que había derramado en aquellos últimos días. El carruaje seguía
viniendo todos los días, esperando varias horas antes de regresar a Raccoon
Glade; aunque le habían dicho al cochero que no se molestara.
La fiesta,
en teoría, no había ido a menos, sino que continuaría hasta el día de la boda,
que se había fijado para mediados de la semana siguiente. Aquella era la
opinión imperante entre quienes murmuraban sobre la boda.
Jungsoo no
se enteró de nada de aquello
personalmente, pero sus tíos lo mantenían informado, puesto que ellos seguían
recibiendo visitas aunque Jungsoo no lo hiciera. De hecho, se quedaba siempre
en su habitación, negándose a salir. No quiso bajar para hablar con Youngwoon
cuando él se presentó al día siguiente de que se anunciara su boda.
Tampoco quiso
verle un día después, cuando volvió a insistir. Y, desde luego, se negó a
recibir a Heechul cuando vino a visitarlos por la tarde, sin duda para jactarse
de su éxito.
Pero, al
cabo de tres días de llorar y sufrir de forma ininterrumpida, y de angustiarse
preguntándose qué era lo que podría haber sucedido para verse despojado de su
breve felicidad, Jungsoo había alcanzado un estado en el que ya no sentía nada.
Y eso era, hasta cierto punto, una bendición. Los sentimientos anestesiados no
dolían. Supuso que, al final, conseguiría dejar todo aquello atrás y volver a
ser la de siempre, que podría sentir aquella congoja solo de vez en cuando y
desterrarla con un suspiro. Pero, por el momento, aquel entumecimiento le
permitió al menos salir de su escondrijo.
Sin
embargo, fue mala suerte que su primera incursión en el piso de abajo tuviera
que llevarla hasta el salón, donde esperaba encontrar al menos a uno de sus tíos.
En lugar de ello, se encontró con Heechul, solo.
Por
increíble que pudiera parecer, Jungsoo no sintió nada, ni siquiera el horror de
que las buenas formas le exigieran saludarlo. Su entumecimiento era una
anestesia perfecta.
-¿Te
encuentras mejor? -preguntó Heechul, fingiendo preocupación cuando lo vio aparecer
en el umbral.
-¿Mejor?
-Cuando
vine a visitaros ayer, lord Hyesung dijo que estabas indispuesto y que te
habías acostado. Yo habría ido a verte a tu habitación, incluso lo propuse,
pero estaba seguro de que dormías.
-Oh, eso
-respondió Jungsoo, restándole importancia con un gesto-. Nada que no hayan
reparado unas cuantas horas de sueño. ¿Qué te trae a nuestra casa? ¿No sigue la
fiesta en Raccoon Glade?
-Sí, desde
luego, aunque los invitados se han ido marchando -dijo Heechul con un atisbo de
enfado en la voz-. Supongo que muchos pensaron que quedarse sería una pérdida
de tiempo.
Jungsoo no
se sorprendió. La mayoría de las jóvenes que habían sido invitados estaban en
edad de merecer y ahora que el soltero a quien querían conquistar estaba
comprometido tendrían que seguir
buscando.
Se hizo un
incómodo silencio. Aquella forzada cortesía no tenía demasiado sentido después
del amargo sabor de boca que les había dejado su último encuentro. No se caían
bien. Eso era patente.
Heechul
rompió el silencio con un largo suspiro.
-Me
gustaría disculparme -dijo, ruborizándose ligeramente y bajando la mirada-. Me
doy cuenta de que la otra noche en la fiesta fui un poco cruel y que por eso
tú, bueno, perdiste el control. Querría explicarte por qué...
-No te
molestes -la interrumpió Jungsoo sin mucha convicción- No tiene ninguna
importancia.
-Tal vez
para ti no, pero me arrepiento de las cosas que nos dijimos - insistió Heechul-.
Después de todo somos amigos.
Si no
hubiera estado anestesiado por su entumecimiento sentimental, Jungsoo podría
haber contestado con un bufido. Pero, visto con frialdad, ellos dos jamás
habían sido amigos.
Heechul le
había presentado a sus amistades, pero ¿qué otra opción tenía siendo Jungsoo su
huésped? Ninguna. Ahora se daba cuenta de que Heechul lo había hecho a
regañadientes, no porque quisiera hacerlo, sino por obligación. Y en la única
ocasión que había recurrido a su supuesta «amistad» fue cuando necesitó algo de
Jungsoo y pensó que se lo debía.
Pero Heechul,
como era típico en él, ignoró el desinterés de Jungsoo y prosiguió con lo que
tenía intención de decir.
-¿Sabes?
Esa noche no estaba tan seguro como quería aparentar. No sé por qué. De hecho,
es probable que la campaña de Youngwoon para darme celos estuviera funcionado. Pero,
fuera cual fuese la razón, estaba empezando a tener dudas y eso me irritaba un
poco. Lamentablemente, me desahogué contigo. Después de todo, no estoy habituado
a sentirme inseguro, ni a averiguar después lo estúpido que he sido. Tendría que
haberlo sabido. Caramba, justo después de aquello fue cuando él dejó de
disimular y volvimos a comprometernos.
Aquel comentario
en particular abrió una clara grieta en el entumecimiento de Jungsoo. ¿Justo
después? ¿Antes de que él saliera en busca de Jungsoo?
-¿Cuándo
fue eso? -preguntó.
-¿Qué más
da ... ?
-¿Cuándo?
Heechul
parpadeó ante la dureza con que le había hablado Jungsoo, pero, después de
meditarlo durante unos instantes, respondió:
-Caramba,
justo después de que te fueras. Yo estaba muy turbado y me retiré. Youngwoon
debió de verme subir, porque me siguió e insistió, insistió muchísimo, en que
volviéramos a comprometernos. Son tan impetuosos estos escoceses. Supongo que
ya no soportaba tener que seguir disimulando, pero lo más probable es que se
impacientara. Al final, debió de darse cuenta de que cuanto antes nos
comprometiéramos antes nos casaríamos. Y es tan apasionado -añadió,
sonrojándose ligeramente-. Tengo la sensación de que se hubiera acostado
conmigo allí mismo si no nos hubieran interrumpido.
Jungsoo
tuvo que sentarse después de oír aquello. El impacto que acababa de recibir fue
tan duro como la mañana en que supo que ellos dos iban a casarse.
De hecho,
fue incluso peor. Si daba crédito a Heechul, había sido él quien había
despertado la pasión de Youngwoon, el cual, al no poder satisfacerla a causa de
la interrupción, había encontrado después a Jungsoo, antes de apaciguarse, y se
había aprovechado de la situación.
Que fuera él
no había tenido ninguna importancia. Con la oscuridad que reinaba en el
carruaje aquella noche, Youngwoon podría haber imaginado que Jungsoo era quien
realmente deseaba que fuera.
Por
desgracia, considerándolo todo, Jungsoo creyó a Heechul. Si él hubiera sido un
poco más bonito, o Heechul lo hubiera sido un poco menos, tal vez entonces
habría tenido dudas. Pero no podía engañarse sobre aquella cuestión en
particular. Heechul le llevaba muchísima ventaja en lo que a hombres se
refería.
La
cuestión era si podía culpar a Youngwoon por tomar lo que le entregó con tanta
facilidad estando él ya comprometido con otro. ¿No haría cualquiera lo mismo
que él? No, no podía culparlo. Además, seguía amándole. Ojalá no lo hiciera,
pero no podía luchar contra eso. Aunque daba igual que lo culpara o no. De todas
formas, él iba a casarse con Heechul. El día en que lo hiciera le rompería el
corazón un poco más de lo que ya lo había hecho.
Heechul
seguía hablando como si sus palabras no hubieran causado ningún daño.
-Estoy tan
contento de que lo hayamos arreglado y volvamos a ser amigos. Geunsuk y Hongki
me han abandonado, ¿sabes? Me han prometido que regresarán para la boda la
semana que viene, pero dudo que tengan tiempo en cuanto vuelvan a estar inmersos
en la vida social de Londres. Yo sé que no lo tendría. Pero sin ellos, esto es
aburridísimo. Tienes que volver a Raccoon Glade, Jungsoo, aunque solo sea para
hacerme compañía.
Por
fortuna, Jungsoo se libró de tener que explicarle por qué era eso imposible
cuando al fin apareció Hyesung, reparó en su expresión pálida y abatida y lo
mandó de vuelta a la cama, como si fuera allí donde realmente se hubiera pasado
los tres últimos días.
Para que Heechul
no lo oyera, su tía lo reprendió con suavidad en voz muy baja. Pero Jungsoo no
necesitaba excusa alguna para regresar a su habitación. En lo que a él respectaba,
Heechul podía pensar lo que le viniera en gana. En cualquier caso, esperaba que
ya hubiera dicho todo lo que tenía que decirle y no volviera a visitarla nunca
más.
Enserio?!
ResponderEliminarNo se quien me enoja mas, YoungWoon con su terquedad, Heechul haciendo la mustia o Jungsoo con su inseguridad
Jodedera...agarrenme que me agarro a cachetadas a Hee y un par a Kangin.
ResponderEliminarPero que estupidez aaaaarrrrrgggg...pero bueno,como dijo Siwon,son el honor y las buenas costumbres de esa época...pero jodeeeeer,que mala pata,y luego con quien,que coraje.
Todo por impetuoso,y eso que solo ve o veía a Teuk como un amigo.
O sea que después de pelear con Hee y comprometerse de nuevo,se fue en busca de Teuk,lo encontro y BANG...le dio su florecita sin saber lo que había pasado minutos antes.
Y para colmar el plato,viene Hee con su lengua viperina a soltarle esa sarta de mentiras a Teuk...que malvado,que mala leche.
Y luego es tan cara dura de decirle a Teuk que aclarado todo,vuelvan a ser amigos y que regrese a la fiesta solo pata hacerle compañia....dios mio,me dan ganas de aaaarrrrgggg.
Lo estoy odiando...y dudo que eso cambie del todo...lo dudo